Re: "Si no hubiera habido amnistía, cientos de españoles no habrían sido asesinados"
"...Entre tantas y tantas entregas y liquidaciones, el Gabinete del presidente Suárez se había rendido a la Ley de Amnistía: 14 de octubre de 1977, porque era preciso aligerar el terreno para que el consenso que iba a redactar la constitución pudiera cabalgar y no se quebrantase por un quítame allá esas pajas. También se dijo que como el terrorismo marxista separatista seguía golpeando, la amnistía iba a ser como un compromiso histórico, como un abrazo de Vergara que traería en sus alforjas la solución política para detener el río de sangre. Pero la efusión de sangre siguió... ¡cómo había seguido después de que el ministro del Interior, señor Martín Villa, “tolerara” la ikurriña para evitar que siguieran cayendo víctimas inocentes!
Existe una foto históricamente excepcional: el Gobierno de la Nación, puesto en pie, aplaude, desde el banco azul, a la Cámara; el pacto se había sellado. La huella de todos los crímenes políticos había quedado borrada. Los terroristas, limpios; el futuro; despejado. ¡Qué bien iban a funcionar las cosas desde ese momento! Sólo los autores de la llamada “matanza de Atocha”, que tan buen servicio prestaron sin querer a la legalización del Partido Comunista, permanecieron encarcelados y al margen de la gracia. El terrorismo no se conformó tampoco con la Ley de Amnistía: mediante un cálculo perfecto, con una estrategia nada desdeñable, siguió matando y matando: no sé si los políticos lo sabrían o no, pero el terrorismo iba a obtener todavía muchas victorias, a provocar muchas entregas, a establecer muchas rendiciones incondicionales.
La estrella de Suárez alcanzó su luz cenital en aquellos meses en que todo se desarrollaba conforma al plan previsto. El consenso funcionaba, la redacción del proyecto constitucional iba al galope... Bien es verdad que el terrorismo provocaba disgustos con una frecuencia mayor de la que se hubiera deseado. Pero el aparato oficial, atento a todo, había puesto en marcha una maquiavélica justificación de la barbarie terrorista: ¡El terrorismo quiere desestabilizar la democracia! Y se quedaron tan frescos. Todos los comunicados, noticias luctuosas, trágicos relatos, parecían desdeñar a las víctimas para arropar con calores de afanes maternales a la criatura democrática. “¡Pobrecita mía, que no se desestabilice!”
De esta suerte, todos los líderes de los partidos marxistas, que con tanto afán habían extraído de las manos de unos políticos claudicantes y obedientes a su mandato, amnistías, indultos y retornos para los asesinos, se apresuraban, conmovedoramente a condenar ante las cámaras de televisión o en las columnas de los periódicos aquellos hechos “desestabilizadores”...
(Tomado de Antonio Izquierdo, "Yo, testigo de cargo", 1981)
Última edición por ALACRAN; 15/04/2018 a las 12:39
Hombre en su siglo. Los sujetos eminentemente raros dependen de los tiempos. No todos tuvieron el que merecían, y muchos aunque lo tuvieron, no acertaron a lograrlo. Fueron dignos algunos de mejor siglo, que no todo lo bueno triunfa siempre; tienen las cosas su vez, hasta las eminencias son al uso, pero lleva una ventaja lo sabio, que es eterno, y si éste no es su siglo, muchos otros lo serán. (Gracián)
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