Feliu Matamala, miembro del Tercio de Requetés de Montserrat, a quien Puigdemont le dedicó una calle
20 enero, 202
El pasado día 14 se retiraba el monumento dedicado al Tercio requeté Nuestra Señora de Montserrat, en él estaba representado a uno de sus miembros malherido por las balas enemigas mirando hacia la Virgen sosteniendo una bandera de España con la mano izquierda. En una placa podía leerse en catalán: «Recuerda su ejemplo y sacrificio». Se trata de una atrocidad más, amparada en las leyes de (des)memoria (anti)histórica, comprensible en el actual gobierno de la Generalitat, heredero de aquel de su mismo partido que consintió y alentó la persecución y muerte de todo lo que fuera católico o pudiera ser acusado de conservador, en el periodo de 1936-39, pero vergonzoso que haya contado con la complicidad de la abadía de Montserrat, que sufrió esa misma persecución y que regó con la sangre del martirio de un buen grupo de sus monjes, la montaña santa.
Feliu Matamala, fue uno de los miembros del Tercio requeté Nuestra Señora de Montserrat
Porque en ese tercio había excelentes catalanes, una buena parte de ellos catalanistas que amaban su tierra y su lengua, católicos hasta la médula, que horrorizados por el régimen que se estaba imponiendo en su tierra, decidieron ponerse al lado de quienes aseguraban poder volver a vivir su fe en libertad, y dejar de ser perseguidos por ser «gente de orden».
Uno de ellos fue Feliu Matamala, que formó parte de la Federació de Cristians de Cataluña, como el beato Pere Tarrés, el que se alegró públicamente de la entrada de las tropas de Franco en Barcelona. Matamala, precisamente por su militancia católica fue encarcelado, afortunadamente salvó la vida y pudo huir a Francia desde donde entró a la España «nacional» para integrarse en el Tercio Requeté de Nuestra Señora de Montserrat.
Había nacido en Amer, el mismo pueblo de la familia Puigdemont, también repleta de miembros carlistas, su hijo Josep Maria Matamala, más conocido como Jami, ha sido y es el gran amigo, promotor y protector del ex-presidente fugado de la Generalitat, fue él quien le promocionó para que pudiera ser alcalde de Gerona, a pesar de la oposición de muchos miembros del partido convergente y sobre todo de sus entonces socios de Unió.Carles Puigdemont siendo alcalde gerundense, le dedicó al padre carlista de su amigo Jami una calle de Gerona, que nadie se planteará retirar, porque hoy en día Feliu Matamala, Félix en todos los papeles de FET y de las JONS, ya tiene perdonado su pasado, por haber fundado después la libreria Les Voltes, y por haber colaborado activamente en los orígenes de Omnium Cultural en Gerona, motivos por los cuales se le concedió la famosa Creu de Sant Jordi.
El entonces alcalde de Gerona, Carles Puigdemont en el Paseo dedicado a Feliu Matamala
Esos méritos de Feliu Matamala, mirados a fondo dejan ver las vergüenzas del independentismo catalán, que nos venden en su adoctrinamiento, que Franco prohibía hablar, leer y por supuesto editar en catalán, cuando la librería Les Voltes, fundada en 1963, por el ex-requeté, solo vendía desde su inicio libros en esa lengua, y en cuanto a Omnium Cultural, en sus orígenes tenía a muchos de sus promotores que amaban la lengua catalana, pero que no tenían sentimientos racistas hacia lo que no fuera catalán, como ha acabado convirtiéndose esta institución, a la que algunos desde que se inició el Procés le llaman «Odium» Cultural.
Si a Matamala padre lo hubieran matado formando parte del Terció requeté, hoy sus restos reposarían en Montserrat, y sería considerado como un fascista despreciable por el Nacionalismo gobernante, pero salvó la vida y hoy es considerado como un héroe al que hay que darle reconocimientos, calles y avenidas. Esa es la injusticia de esa Memoria Histórica, que al final ha hecho lo mismo que tanto critican de Franco, pero al revés, ahora los buenos son los malos y los malos son los buenos.
Narcís Feliu
publicado en Germinans Germinabit
https://somatemps.me/2022/01/20/feli...ico-una-calle/
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