Mi comentario era mucho más inocente. Simplemente constataba que una foto fija no hace una película.
La cuestión que pretendía clarificar es que los hijos del inmigrantes son los generadores del PIB futuro en cuarta, quinta o en la décima generación. Que haya estudios que indiquen que ese PIB creciente que van a aportar no es todo lo creciente que esos estudios consideren satisfactorio, solo retrasa los resultados económicos esperados e irremediables, en que más tarde o más temprano el PIB europeo tendrá una componente "foráneo" mayoritaria.
Si los inmigrantes de 3º o 4º generación no son capaces de sustituir con igual eficacia económica a los europeos, lo único que va a resultar es que en esos países dentro de 40 años -mayoritariamente foráneos como dices - se verán obligados a desmantelar progresivamente el Estado del Bienestar porque no quedan suficientes europeos autóctonos productivos para sostenerlos.
No es que esté en contra de restringir la inmigración. Los reyes medievales españoles abrieron sus reinos a los judíos expulsados de media Europa lo cual significó riqueza para España hasta que se les expulsó. No es que no esté de acuerdo con que se les expulsara. Es que no estoy de acuerdo con que se les recibiera. Es decir, que el argumento económico me parece un argumento de tipo menor en la restricciones de política inmigratoria aunque fuera positivo. Pero además por lo arriba expuesto, no demasiado correcto en sus términos temporales.
Luego has hecho una serie de comentarios con los que estoy más de acuerdo que en desacuerdo pero con los que no te quiero aburrir.
De toda esta cuestión de la inmigración me preocupa más el plano teológico que confieso que lo tengo un tanto obscurecido. No sé si providencialmente han venido para sustituirnos (que lo tenemos bien merecido), para renovarnos en la Fe (por futuras persecuciones), o para que los convirtamos (y nos fusionemos), por todo un poco o a lo mejor ya no da ni tiempo y los esfuerzos deberían ser enfocadas en otra dirección.
Gracias por tu bienvenida.
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