Conforme en todo, salvo en el caso de "jueza", en el que me permito disentir. Es cierto que aquí en España lo habitual (incluso en estos tiempos de degeneración lingüística, con ese mal llamado "lenguaje no sexista" que en realidad es lenguaje muy sexista) lo habitual es decir la juez y no la jueza, que rechina. Pero habiendo vivido muchos años en Hispanoamérica, tengo que decir que allí lo habitual y lo natural es decir "la jueza" y no "la juez" (por eso cada vez que oigo "la juez" me suena a "la nuez"; no es chiste, de verdad me pasa), y eso en cualquier ámbito, no sólo entre los que emplean el lenguaje políticamente correcto. En este caso en particular es simplemente cuestión de estar más acostumbrado a un término o a otro. Lo que pasa es que antes no había juezas o era muy raro y por eso no se veía la palabra. También les choca a muchos eso de "la abogada", ahora que es más frecuente que haya mujeres que ejerzan la abogacía. Sin embargo, durante siglos hemos rezado la Salve (oración que nació precisamente aquí en España) y hemos llamado con toda naturalidad a Nuestra Señora "Abogada nuestra". Y ningún verdadero católico dirá que no está dicho en un sentido literal. Es ciertamente Abogada nuestra, intercede por nosotros ante su Hijo.

Pero en todos los demás casos es verdad que el llamado lenguaje de género es en realidad lenguaje degenerado, que es antinatural y destruye la lógica y la esencia del idioma. El género no tiene nada que ver con el sexo aunque en general coincida. En italiano, por ejemplo, es normal aplicar a muchas profesiones no sólo el sustantivo masculino sino también el artículo, lo cual puede dar lugar a equívocos cuando luego resulta que cuando dicen "l'avvocato" es una abogada y no un abogado, o "il chirurgo" y la intervención quirúrgica la realiza una mujer. Lo curioso es que por influencia del francés, si bien lo habitual es decir "il ministro" cuando es una mujer, se está extendiendo la forma "la ministra". Pero como digo, hay muchas profesiones en que lo habitual es utilizar incluso el artículo masculino. Y en alemán, palabras como "Weib" (mujer) o "Kind" (niño) son del género neutro, prueba de que género no es necesariamente lo mismo que sexo. Y en cuanto a seres inanimados también van a contracorriente de la mayoría de los idiomas: "Die Sonne" ("la" sol) y "der Mond" ("el" luna). En español sin ir más lejos, decimos "fulano es una bellísima persona" para encarecer su bondad, y nadie pone en duda la masculinidad del tal fulano, porque los varones también somos personas, lo mismo que decimos "la criatura" hablando de un niño chiquito (también el quechuismo "la guagua" en los países andinos; sólo en Ecuador distinguen diciendo "el guagua" si es varón), y da igual que sea niño o niña.