Re: Los errores más frecuentes en castellano
Género y ciertas tendencias políticas suelen asociarse para deshacer el idioma. Me enseñaron cuando era un chaval que iba al colegio que además del masculino, del femenino y el neutro, existían otros tres géneros que servían entre otras cosas para no tener que escuchar barbaridades como "clienta", hoy tan extendida, "jueza", que da patadas al oído y otras expresiones similares que las feministas han pretendido imponernos, bajo la acusación de "machismo" si no hacíamos caso. Siempre he tenido curiosidad por saber a qué se dedican tales feministas.
Y esos otros géneros son el epiceno, que es el de animales que tienen un mismo artículo y una misma terminación para ambos sexos, como : el buitre, la jirafa, el ñu, la gacela, la perdiz, etc. Y es que a nadie en su sano juicio y para evitar ser tachado de machista se le ocurriría decir, el jirafo, el perdizo o la buitra, presentando un serio problema el caso del ñu, pues no sé si sería como consecuencia de este dislate tener que decir el ñuo y la ñua.
Luego, sigue el común, que se aplica a personas que, con la misma terminación, admiten el artículo masculino o femenino, según se trate de varón o de mujer, como el testigo y la testigo, no la testiga; el cliente y la cliente, no la clienta tan en uso y ya mencionada; el juez y la juez, no la jueza.
Y terminamos con el ambiguo, que es para cosas que, con una sola terminación, admiten indistintamente el artículo masculino o femenino sin variar de significación, como: el mar y la mar.
Por ello, no se pueden considerar ambiguos los términos que cambiando el artículo cambian totalmente de significado, como: el capital o la capital, el pendiente y la pendiente, el cura y la cura, y se puede seguir con otros términos como: cometa, frente, guardia, corte, corneta, pez, génesis, vocal, etc.
Última edición por Valmadian; 04/07/2013 a las 20:54
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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