Ya vamos llamando a las cosas por su nombre. Una pregunta que le hago ¿somos todos "esclavos" entonces? Se lo pregunto porque si hemos DESERTADO de toda militancia política y nos hemos ido a nuestras casas a seguir con nuestras vidas ¿qué nos diferencia entonces de una joven quinceañera hedonista, apática y pasota como la del relato? ¿la edad? ¿la ropa? ¿los temas de conversación?
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