"De ciertas empresas podría decirse que es mejor emprenderlas que rechazarlas, aunque el fin se anuncie sombrío"
Ortodoxo y Reke, sería meternos otro debate, pero muchos hispanoamericanos lucharon con lealtad contra la secesión y de todas formas hubo de todo en ambos bandos, mas englobar a todo el pueblo hispanoamericano como partícipe en ello es distorsionar la Historia; claro que ésta no tiene vuelta de hoja.
Lo que se produjo en Hispanoamérica durante el siglo XIX fue la misma Revolución liberal que en la Península Ibérica. Revolución que ocasionó la fragmentación de la Monarquía. Ahora bien: si la Monarquía era una, y lo era, españoles eran todos sus súbditos. La fragmentación revolucionaria, pues, ha dividido las Españas en varios pedazos. Lo que se ha dicho en este hilo contra la consideración de españoles para los hispanoamericanos (y para los hispano asiáticos, hispano africanos e hispano oceánicos) vale también --algo ha apuntado Villores-- para los españoles peninsulares.
Está fuera de lugar también hablar, como otros han hecho, de la delincuencia entre inmigrantes. No porque no sea importante, sino porque ese asunto nada tiene que ver con la consideración de españoles para todos los hispanos. Sí se puede añadir, en cambio, que pese a ciertos grupos problemáticos muy visibles, la estadística policial (la que no publica el Gobierno) canta: los hispanoamericanos en España, en su conjunto, delinquen menos que los españoles peninsulares. En cambio los norteafricanos delinquen exponencialmente más.
Respecto de la inmigración, la consideración primordial que en España cabe tener es la Unidad Católica, nuestra ley fundamental. ¿Hay inmigrantes hispanoamericanos no católicos? Por desgracia, sí. Como por desgracia hay peninsulares no católicos (la totalidad de la Conferencia Episcopal, por ejemplo). He ahí el problema.
ilustre y contrarevolucionario Reke Ride, los que abrieron los ojos de los ESpaÑOLES AMERICANOS, como oficial y atinadamente se nos denominaba(no criollos, porque tal fue un despectivo inventado y usado por los peninsulares) y nos introdujeron en las tinieblas masónicas fueron los peninsulares, vuestros diputados gaditanos, vuesstro Blanco white nos introdujo en la corte masónica de lord Holland, vuestro masonsito Javier Mina, vino a mi Patria a alborotar la gallera y así podríamos seguir hasta hacer todo un libro, en el que Ud. apreciaría que las historias de la Vieja y la Nueva España guardan un paralelismo histórico en los años posteriores a la desmembración de la monarquía, cuyos culpables fueron los peninsulares a causa de su desconocimiento, de su egoismo, de su ceguera, ineptitud y faltade patriotismo. Cabe también aclarar que los de la facinación británica fueron los vecinos del sur, no los mexicanos, nosotros eramos más fracófilos, cosa que también aprendimos dela Madre Patria y finalmente los que nos fregaron y lo siguen haciendo son los gringos
Amigo Ortodoxo, sí que es cierto como dices, que el veneno masónico lo exportamos de la península. Además, aquí ya teníamos una buena caterva de felones desde mucho antes (que se ha perpetuado hasta hoy día: de aquellos diputados gaditanos a estos diputados de Madrid; menudo añito 2012 nos espera con el aniversario de la Pepa). Nada que objetar.
"De ciertas empresas podría decirse que es mejor emprenderlas que rechazarlas, aunque el fin se anuncie sombrío"
Celebro que coincidamos Reke Ride´y esperemos se abra un foro sobre la Pepa
A la encuesta respondí: Algunos sí, otros no; porque los comunistas por ejemplo, no pueden ser españoles, sin prejuicio de lo que digan las "Constituciones".
Nicus, dime que hacemos con el montón de comunistas españoles que viven en México, porque aunque opines??????? que los comunistas no pueden ser españoles, estos son gachupines aunque exiliados, ya no quieran regresar a España, simplemente porque aquí siguen gozando de todo lo que se robaron en el Vita o de los buenos negocios que han hecho por aca.
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.
Plinio Corrêa de Oliveira.
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