Usted lo dijo, somos cristianos. Cristo acaba de resucitar. En cada rincón de la pasión de Cristo está presente lo que es el mundo; en una farsa de juicio, en una injusta sentencia, en un abuso de poder, en un duro suplicio, en continuo fraude y continua traición (no olvidemos la traición de Judas; el sueño de los apóstoles en el Getsemaní o la negación de Pedro).

Pero Él mismo nos lo enseñó, no es el discípulo más que el Maestro; él que quiera seguirme coja su cruz. Nos conformamos con "la gracia de la lucha" que decía San Pablo y con cumplir con nuestro deber de cristianos y de españoles; lo demás, vendrá según Dios quiera. Nos conformamos también en SU promesa, al final triunfará. Contemplamos el ejemplo de los mártires, santos, guerreros y soldados que ha dado España en esta Santa Causa.