Tautalo prefiere que se llame a estos fornicadores invertidos como bujarrones. Da igual el término que los defina: Sarasas, bujarrones, afeminados, mariquitas, maricones, plumas, pierde aceite, alegres, gays (como ellos quieren que se les llame), pervertidos, culeros o cualquier otra palbara que los defina.
El problema seguirá siendo el mismo. La capacidad que tienen estos individuos de elevar lo privado a lo público y la profesión de fe que hacen de su condición.
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