Naturalmente, esta es mi interpretación personal del asunto, y es que he tenido la ocasión de comprobar el efecto desmoralizador que surte sobre los enemigos de Dios y de España la sola mención del personaje. Pero cuando, además, se les dan citas completas con pelos y señales, es como si les echasen encima vitriolo.

Lo que resulta sumamente placentero, aunque produce adicción.
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