Es digno de notarse y subrayarse el paralelismo psicológico entre el General Perón y el General Franco (así como de sus respectivas dictaduras). Muchos tratan de rebanarse los sesos tratando de saber cuál era el verdadero pensamiento político de estos dictadores, cuáles eran sus verdaderos ideales, cuáles sus principios.
Lo cierto es que al hacerse estas preguntas muchos son incapaces de llegar a la respuesta obvia y clara, atendiendo a sus distintitos discursos y, sobre todo atendiendo a sus obras y actos, a saber: que no tenían principios ni ideales de ningún tipo; que no eran más que unos puros existencialistas, que no tenían el menor reparo de decir una cosa y al día siguiente la contraria, da hacer una cosa y la contraria, de decir una cosa y después hacer lo contrario y viceversa; siempre tratando de hacer oir a todos los grupos (en el caso particular de los españoles: falangistas -de éstos fueron engañados muchos-; algunos javieristas incautos -a los que engañaron o, mejor habría que decir, se dejaron engañar- pero afortunadamente pocos; democristianos; obispos y sacerdotes; militares; etc...) lo que quisieran oir, para a continuación realizar su propia agenda, pero siempre teniéndolos a todos bien controlados y sumisos.
Estos dos dictadores carecían de principio alguno, y todos sus actos iban dirigidos a la defensa de un único dogma político: la conservación en el poder político a cualquier costa y a cualquier precio (costa y precio devengados, por supuesto, a los españoles y rioplatenses respectivamente, cuyos efectos sociales masificadores perniciosos llegan hasta nuestros días -aunque, también hay que decirlo, efectos potenciados y ampliados por sus respectivos sucesores y continuadores).
Ya puse en su día la correcta caracterización que Pemán hizo de Franco: "Franco ha sido autoritario y demócrata, inflacionista o deflacionista, utilizador cauteloso de camisas azules y blancas, de boinas de varios colores, de la democracia cristiana y de la tecnocracia cristiana ...; ha sido, él solo, régimen parlamentario, poder y oposición, y turno bipartidista, ha hecho su pacto de El Pardo consigo mismo." (citado por Valdeiglesias en "Así empezó", pág. 340).
Dejo a continuación el siguiente interesante texto sobre Perón (que es el motivo de este hilo). Como muy bien dice su autor: Perón era... peronista (por supuesto, igualmente se podría decir que Franco fue... franquista, y nada más).
Nótese también el paralelismo existente entre los dos dictadores, cuando el autor, al referirse a Perón, distingue acertadamente entre un Perón real y Perón mito. Lo mismo podría hacerse con Franco: la distinción entre el Franco real y el Franco mito. Tanto el Perón mito como el Franco mito seguiría sosteniéndose hoy en día, de manera irreflexiva, por algunos peronistas y franquistas.
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¿Perón masón?
3. EL GALLO DE LA VELETA.
¿Perón masón...? Habrá opiniones diversas. Por nuestro lado nos inclinamos por la hipótesis de Ubaldini ("ni lo uno ni lo otro"). Perón era peronista; el primer peronista. Ni católico, ni masón, ni liberal (10), ni fascista,(11) ni tercer-mundista, ni socialista. Sólo peronista; es decir: narcisista, ególatra. El deseaba todo el poder posible para sí. Como, además, era maquiavelista y amoral, (12) había resuelto que le convenía tener a mano en su entorno a católicos y masones, por partes iguales, con el fin de controlarlos. Otro tanto hizo con los comunistas, vgr., los casos de Puiggrós y Gelbard(13).
Empero, maguer su defensa del terrorismo (14) con la guerrilla montonera se equivocó en el juego, y el castrismo lo superó.
En ese orden egocentrista, existe también un relato digno de releer.
Lo proporciona el novelista de izquierda Tomás Eloy Martínez en un libro que lo hizo famoso. En él expone que habiendo ido a Puerta de Hierro, en Madrid, para entrevistarse con Perón, con la presencia del secretario José López Rega, se planteó el tema de la posición del Líder durante la Revolución del 6 de setiembre de 1930.
A raíz de ello, Martínez preguntó cuál de las dos versiones escritas de Perón era la verdadera, de si estuvo a favor o en contra de aquella Revolución. Entonces, narra Martínez:
“¿Se da cuenta mi General? López apaga el grabador. Con tanto zigzag es fácil desorientarse... Lo que quiero es que elija una sola versión para los hechos. Una sola: la que fuere.
Ahora el General suelta una carcajada. Tranquilícese, hombre. ¿Eso era todo? Vea cómo son las cosas. Si he vuelto a ser protagonista de la historia una y otra vez, fue porque me contradije. Ha oído ya la estrategia de Schliefen. Hay que cambiar de planes varias veces al día y sacarlos de a uno, cuando nos hace falta. ¿La patria socialista? Yo la he inventado. ¿La patria conservadora? Yo la mantengo viva. Tengo que soplar para todos lados, como el gallo de la veleta. Y no retractarme nunca, sino ir sumando frases. La que hoy nos parece impropia puede servirnos mañana. Barro y oro, barro y oro... Usted bien sabe que yo no digo malas palabras, pero para la historia no hay sino una. La historia es una puta, López. Siempre se va con el que paga mejor".(15)
No dos, sino tres versiones diferentes, aunque sean contradictorias entre sí. Ese era Perón. De lo cual se infiere que el tema abordado queda inmerso en ese tembladeral del "gallo de la veleta". Sólo sobrevive una certeza. La Masonería estuvo muy cercana a Perón. Punto; o mejor dicho: tres puntos.
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(10) El Dr. Hugo Esteva ha aclarado: "He sido primo hermano de César de la Vega, Grado 33 y Gran Maestre de la Masonería local en los años setenta... Poco después de la guerra de Malvinas, de la Vega me transmitió que había sido expulsado de su logia por haber apoyado la posición argentina" en "Patria ArgentinaBuenos Aires, marzo de 2012, pág. 7.
(11) González, Julio: "Isabel Perón. Intimidades de un GobiernoBuenos Aires, El Ateneo, 2007, págs. 218, 275; cfr. Sequeiros, Octavio Agustín: "Nota bibliográfica" en "Gladius", Buenos Aires, n° 71, Pascua 2008, pág. 195.
(12) Hay, por cierto, para escándalo de fascistas y marxistas, un Perón liberal. Ver al respecto: Quatrocchi-Woisson, Diana: "Los males de la memoria" Buenos Aires, Emecé, 1995; Castro, Jorge: "Las raíces liberales de Perón" en "La Nación", Buenos Aires, 6 de setiembre de 2012, Opinión, pág. 33; Chaves, Claudio: "Perón liberal", Buenos Aires, La patria grande, 1999; Rein, Raanan: "Peronismo, populismo y política", Buenos Aires, Universidad de Belgrano, 1998.
(13) El TCnl. Augusto Serafín Maidana reveló en alguna oportunidad que hacia 1940 había estado comisionado en el norte de Italia, en regimientos alpinos, junto a Perón. Aseguró que jamás bajaron a Roma, y que, por lo tanto, no pudieron ver a Mussolini en ninguna oportunidad. Al empezar la guerra, salieron directamente hacia España, desde donde regresaron a la Argentina. Luego, toda esa versión de Perón de haber aprendido el sentido del fascismo, en conversación directa con el Duce, era otro de los inventos de ese gran fabulador que engañó con su histrionismo a tantos argentinos.
(14) El Padre Hernán Benítez, asesor de Eva Perón, juzgaba a Juan Domingo Perón de la siguiente manera: "Visto el hombre a la distancia desaparecen en él sus contradicciones, su narcisismo, su infantilismo, su cobardía, su terror al sufrimiento, a la indigencia, a la enfermedad, a la muerte... Como hombre un cobarde, un cobarde memo... Perón es un peligro... El Perón-mito, el que el pueblo defiende defendiéndose, ¿se da de patadas con el Perón real? Dolorosamente así dicen. Yo sin embargo no me resigno a convencerme del todo... Todo lo ve con la pasmosa superficialidad de su libro «La Fuerza»... Si mañana vuelve, ¿volverán con él los babosos Méndez San Martín, Mendé y la Parodi? ¿Volverán las motonetas, los casquetes y las cascabeladas? ¡Ah, no! Entre ese Perón y este Aram buru... me meto a cartujo. Pone frío pensar que aquél pueda volver y éste continuar... En resumen: el pueblo está encariñado con Perón-mito (Primer hecho). Perón-real es ya la negación del Perón-mito (Segundo hecho)". Por su parte, Arturo Jauretche le escribía al Padre Benítez que en Perón "no hay el menor tono de austeridad y grandeza" en Cichero, Marta: "Cartas PeligrosasBuenos Aires, Planeta Espejo de la Argentina, 1992, págs. 95, 93, 120, 121, 115.
(15) "Notablemente Perón, cuando retorna de su exilio en 1973, insiste en mirar a Moscú como apoyo político-económico... Cuenta para la propuesta tan audaz con un operador confiable, tanto para él como para los soviéticos: José Ber Gelbard... Perón sabía con quién operaría la apertura al Este europeo cuando pensó en Gelbard como futuro ministro de Economía del peronismo. Gelbard fue la garantía. El viejo general no podía desconocer que su antiguo aliado en la Confederación General Económica (CGE) de los años 50 era un hombre del aparato económico-financiero-informativo del PCA (Partido Comunista Argentino)... El astuto general no podía ignorar el prontuario del elegido... Gelbard fue parte... del grupo de finanzas comunistas más sofisticado y secreto... el acercamiento de Gelbard a Perón es parte de un proyecto político que encuentra eco en Moscú" cfr. Gilbert, Isidoro (ex jefe de la Agencia Tass en Buenos Aires): "El oro de Moscú. Historia secreta de la diplomacia, el comercio y la inteligencia soviética en la Argentina", Buenos Aires, Sudamericana, 2007, págs. 13, 349- 350, 352.
(16) Conviene tener presente estas epístolas: a José Alonso, sobre Vandor: "En política no se puede herir hay que matar. Deberá haber solución definitiva, sin consultas", "La sociedad de consumo debe morir de muerte violenta" (27 enero 1966). A Carlos Maguid: "Ya el pueblo argentino se encargará de liberarlo junto con la patria y entonces faltarán árboles en Buenos Aires para hacer efectiva una justicia... La guerra revolucionaria en la que estamos empeñados contra la canalla dictatorial, se intensificará cada día" en Baschetti, Roberto (compilador): "Documentos 1955-1973. De la guerrilla peronista al gobierno popular", La Plata, De La Campana, 1995, pág. 135. Tal como apunta María Matilde Ollier: "Jamás Perón desautorizó ningún acto de ¡os grupos guerrilleros durante el período previo al triunfo electoral de 1973" en "El fenómeno insurreccional y la cultura política (1969-1973)", Buenos Aires, CEAL, 1986, págs. 61, 60.
(17) Martínez, Tomás Eloy: "La novela de Perón", Buenos Aires, Legasa, 1985, págs. 217-218.
Tomado de:
DIAZ ARAUJO, E. Perón a tres puntos. En rev. Cabildo, n. 106, (2013), Bs. As., pp. 29-30.
Fuente: INFOCAÓTICA
Última edición por Martin Ant; 19/01/2014 a las 20:31
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