Es que la represión de la república contra Falange fue brutal y execrablemente criminal. Además tras la marcha de Ansaldo, que era de los pocos que tenian preparación militar, las milicias de Falange quedarán drásticamente limitadas en sus capacidades.
Empezando por el final (para ser ordenados ): el núcleo de alfonsinos vergonzantes que componía la sedicentemente republicana Falange (entre ellos el propio Ansaldo) pretendió que Calvo Sotelo ingresara en Falange, a lo que esté era proclive sin duda por coincidir con su etapa de mayor admiración del fascismo (admiración general en todo el tradicionalismo español tras los Pactos de Letrán y pese a la Non Abbiamo Bisogno). Sin embargo José Antonio se opuso tajantemente, no se sabe realmente si por desconfiar políticamente de Calvo Sotelo, si por tener algún resquemor por su etapa de ministro de la Dictadura o por temer que le hiciera sombra. Posteriormente en algunas intervenciones José Antonio llega a detestar públicamente el papel político jugado por Calvo Sotelo durante la II República.
De Fernández de la Mora su obra pese a que pueda ser culturalmente católica gira sobre un universo conceptual y un soporte filosófico distinto aunque en mucho coincidente con el de la Tradición católica española. Sin embargo no deja de ser muy interesante su acertada crítica razonalista a la modernidad y a la posmodernidad.
De quien no se puede dudar que se inscriba en la tradición católica española es de Eugenio Vegas Latapie, una personalidad absolutamente arrolladora y un ejemplo de combatiente por el triunfo de Cristo Rey. A quien no lo haya hecho le recomiendo vivamente que lea sus memorias. Decepcionado de la política su buena labor doctrinal fue muy importante en la formación de muchos carlistas durante los 70. Un paisano tuyo se ocupo en una muy interesante ponencia en el congreso de los 175 años del Carlismo de este aspecto.
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