Última edición por ALACRAN; 28/04/2014 a las 13:47
“España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.
A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)
Alacrán, que sí hombre, que sí. Que todo eso es cierto. Pero que yo no me estoy refiriendo a realidades políticas. Cantabria existía, existían gentes que se llamában cántabros.
¿Me estás diciendo que Liébana no existe porque no aparece en los mapas políticos, diluida dentro de Cantabria?. ¡Por Dios!.
Liébana existe porque para los lebaniegos existe, se refieren a su tierra como Líebana, se sienten lebaniegos, e igual pasaba con Cantabria, a pesar de que no aparecía en los mapas políticos.
Y sí aparecíamos diluidos en Burgos. Cómo es sabido nos sentíamos muy burgaleses entonces, en el siglo XVIII. ¡De risa!. ¿No ves cómo las realidades políticas no coinciden con la realides sociales¿.
Última edición por Españolista; 28/04/2014 a las 13:45
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