Iniciado por
Valmadian
La historiografía, como toda Historia, siempre es interpretable y, por esa razón más que por otras, es por lo que desde el campo de las ciencias "puras" se le niega cientificidad. El problema de la historiografía es doble: de una parte los hechos históricos no hay quien los cambie y, dos, los historiadores jamás pueden despojarse de la subjetividad así como de su propia ideología, de ahí la interpretación. Yo he vivido la situación de dos catedráticos de universidad que sobre la misma materia, "Historia de las Ideas Políticas", le daban una interpretación diametralmente opuesta: uno desde la perspectiva de la evolución del Derecho, nacido por lógica de las mismas sociedades en las que se aplicaba, y el otro desde el prisma de la lucha de clases. ¿Los temas? los mismos, ¿los autores o teóricos estudiados? los mismos. Por tanto, es indiferente que se citen a tales o cuales autores y sus "ensayos" sobre acontecimientos singulares, porque por cada uno de ellos habrá otro cuya interpretación será de signo opuesto.
Sin embargo, sobre el surgimiento del Estado nacional en España, que no es lo mismo que Estado-nación, eclosión que surge de la revolución francesa, si hay bastante unanimidad, y yo mismo he usado la expresión: "unión dinástica", es decir, la unión de los Reinos de Castilla y de Aragón bajo la misma Corona, que a partir de ese momento se constituye la Monarquía Hispánica superando divisiones anteriores. En tal fusión están incorporados todos los demás territorios que componían la Península Ibérica, menos Portugal, y cuyo peso e importancia era menor comparado con el nuevo Estado.
Para comprender como se fue forjando dicho Estado y como se integraron todos los territorios con sus respectivas legislaciones y jurisdicciones, hay que estudiar y analizar en profundidad el reinado de los Reyes Católicos, sus antecedentes y sus consecuentes, y el proceso comprendió literalmente la construcción del Estado nacional, y esos son hechos y no interpretaciones más o menos respetables pero discutibles. Y la razón es que todo aquello que está formalizado, o sea, escrito, sellado y fechado no hay quien lo cambie. Le voy a mencionar un ejemplo, las posiciones de la gente allá en América sobre Hernán Cortés. Se pueden leer toda clase de interpretaciones, incluidas toda clase de barbaridades, pero ¿cuántos mencionan las Cartas de Presentación del propio Cortés dirigidas al Rey Carlos I dando cuenta con toda clase de detalles acerca de México? Nadie, a nadie parece interesarle tales documentos escritos, sellados y firmados, ni siquiera a un número indeterminado de individuos que se autodefinen como historiadores. Otro ejemplo, ¿cuántas interpretaciones historiográficas de la mayor parte de los acontecimientos conoce usted que se hayan elaborado incorporando las correspondientes sociológicas, antropológicas sociales, y si se trata de personajes, la interpretación psicológica? Me atrevería a decir que se pueden contar con los dedos de una mano, ¿por qué? por la sencilla razón de que la mayoría de esos historiadores carecen de una formación en esas disciplinas y, sin embargo, la Historia no son sólo batalllas, reyes, presidentes, elecciones o golpes de Estado.
Por cierto, no me molesta que se sienta o que sea español. Cuando le indiqué "mi país" es porque suele haber un exceso de análisis y juicios que se vierten desde fuera sin conocer lo que pasa dentro. Y usted mismo lo afirma.
Saludos
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