Pero Valmadian; si el texto y las citas del mismo a las que usted alude no son mías sino del entonces Cardenal Joseph Ratzinger en una conferencia que pronunció en la Universidad de La Sapienza en 1990.
Estas valientes palabras no le salieron gratis, pues fueron usadas por los profesores y estudiantes ateos de esa misma Universidad para impedir la conferencia inaugural del año académico que el Papa Benedicto XVI iba a pronunciar en 2008.
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