Los españoles que llegaron al Nuevo Mundo en los primeros viajes se dedicaron, entre otras cosas, a describir con detalle todo lo que veían. Lo que más interés suscitó fueron los propios indios. No eran negros, ni moros, ni chinos... Andaban desnudos, y observados ingenuamente por los religiosos, parecían pacíficos, amables y vulnerables. Enseguida se abrió el debate sobre su condición y procedencia. Pronto se decidió que, como hijos de Dios que eran, tendrían que ser convertidos, y que para ello sería necesario como paso previo, estudiar y conocer perfectamente su cultura. La historia de los indígenas es entonces indagada con gran detalle, así como sus leyes, lengua, creencias, etc.
Hubo frailes que han destacado mucho en esta labor. Entre ellos Bernardino de Sahagún, considerado como el padre de la ANTROPOLOGÍA (aplicada). También viajaron a América médicos y naturalistas, expresamente enviados por Felipe II para realizar un detallado estudio sobre especies botánicas y animales. Este fue el caso del sevillano Francisco Hernández de Toledo. Se creó además un nuevo cargo: el de COSMOGRAFO DE LAS INDIAS, ocupado por Juan López de Velasco.
Todos estas investigaciones y sus resultados, fueron llegando a Europa con la lentitud propia de la época. Un siglo después del descubrimiento, se publicó una obra crucial en la difusión de estas novedades científicas americanas, la "HISTORIA NATURAL Y MORAL DE LAS INDIAS" (1590) de José de Acosta, importante antropólogo jesuita que desarrolló la primera teoría sobre la procedencia asiática de los amerindios, teoría cuya validez ha sobrevivido hasta hoy.
A modo de conclusión decir que, una vez más, la historia desmiente con hombres como estos, la "Leyenda Negra" sobre el Descubrimiento de América.
Un saludo
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