Re: Cuarto centenario del caso Galileo
Del mismo autor que el anterior artículo y de la misma fuente del Diario ABC.
Cuatrocientos años del «caso Galileo»: Las razones de su condena
JOSÉ RAMÓN JIMÉNEZ CUESTACatedrático De La Universidad De Granada - 29/02/2016 a las 08:28:01h. - Act. a las 19:20:35h.
Analizada la situación del heliocentrismo antes de 1616, señalaremos diferentes aspectos que influyeron en los acontecimientos de aquel año:
Primero, la confrontación de Galileo con el mundo universitario aristotélico. El claro posicionamiento de Galileo a principios del siglo XVII en favor del heliocentrismo originó continuos y duros enfrentamientos con el mundo aristotélico, generándole una gran animadversión en parte del profesorado de las Universidades del actual norte de Italia.
Segundo, el conflicto con la Teología. Los aristotélicos viendo que no era suficiente la argumentación filosófica para derribar a Galileo, intentaron trasladar el conflicto a la Teología exponiendo las contradicciones del heliocentrismo con determinados pasajes de la Biblia. Su defensa de una interpretación abierta de la Biblia en cuestiones astronómicas hizo que los teólogos creyeran que Galileo había abordado una cuestión que no era de su competencia. Además, el conflicto entre católicos y protestantes, en el que la interpretación de la Biblia era un punto clave, perjudicó claramente las tesis copernicanas.
El conflicto entre católicos y protestantes perjudicó mucho al heliocentrismo
Tercero, el nuevo Universo a la luz de los descubrimientos del telescopio y las ideas de Giordano Bruno. Giordano Bruno fue quemado en el Campo di Fiori en Roma en 1600. Era un defensor del heliocentrismo, pero no tenía buena formación en Astronomía. Su defensa de Copérnico se enmarca más en su concepción del mundo. Los elementos clave para condenar a Bruno fueron una serie de herejías relacionadas con la Trinidad. En el Sumario del Tribunal que juzga a Giordano Bruno en 1598, menos del 10% de los párrafos en los que hay acusaciones o respuestas de Bruno se refieren a temas cosmológicos. Bruno creía en la infinitud del Universo con infinitos mundos habitados por seres vivos. La muerte de Giordano Bruno no afectó, en principio, al heliocentrismo. A partir de 1610, a raíz del nuevo Universo que abrió el descubrimiento del telescopio, las ideas de Giordano Bruno reaparecieron afectando muy negativamente al copernicanismo.
Los descubrimientos del telescopio
Cuando Galileo enfocó el telescopio hacia el cielo en 1609 y publicó sus descubrimientos en «Sidereus nuncius» (1610) se produjo una conmoción intelectual que se extendió por toda Europa. La aparición en el cielo de nuevas estrellas, las lunas de Júpiter que parecían un sistema solar en miniatura, las manchas solares y el posterior descubrimiento de las fases de Venus hacían que la concepción aristotélica del Cosmos empezara definitivamente a derrumbarse. Aunque hubo una admiración inicial hacia Galileo por sus descubrimientos con el telescopio, el nuevo Universo que proporcionaba dicho instrumento hizo que las ideas de Bruno volvieran a aparecer con fuerza en los ambientes intelectuales de Europa. El cóctel de las ideas de Giordano Bruno junto con el nuevo Cosmos mostrado por el telescopio generaron una mezcla explosiva y erróneas interpretaciones sobre cuestiones de fe que la Iglesia Católica de aquella época no podía admitir.
De Revolutionibus Orbium Coelestium
El 5 de Marzo de 1616, a raíz de un proceso largo y complejo en el que intervienen la publicación de cartas de Galileo en defensa del copernicanismo, el ataque de los filósofos aristotélicos, y la denuncia de un dominico, se incluyó, entre otros, el libro De Revolutionibus de Copérnico en el Índice de libros prohibidos. Sin embargo, se aceptarían versiones censuradas de dicho libro en las que expusiera que el modelo fuese «ex suppositione», es decir, como suposición matemática sin correspondencia alguna con la realidad física. No podía declararse hereje ya que había sido clave en la elaboración del Calendario Gregoriano y en la determinación precisa de la fecha de la Pascua. Resulta curioso que un estudio recopilatorio sobre los libros existentes en Europa de las dos primeras ediciones del libro de Copérnico no encontrara libros censurados en casi ningún país europeo excepto la actual Italia. El alcance inicial de la censura fue muy limitado y dicho estudio no encontró en España ningún libro censurado. En Salamanca, la primera censura a un ejemplar de Copérnico no aparece hasta 1707.
En relación a Galileo, se le prohibió enseñar y defender las ideas de Copérnico, cuestión que inicialmente aceptó disciplinadamente. Posteriormente, la situación de Galileo empeoró notablemente al publicar en Florencia en 1632 el «Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo» en el que defendía las tesis copernicanas. Todo esto inició un oscuro proceso en el Galileo sufrió enormemente y fue condenado a prisión en 1633 y el «Diálogo», prohibido. La pena de prisión fue inmediatamente conmutada por la pena de arresto domiciliario, que finalmente cumplió en su villa a las afueras de Florencia hasta su muerte en 1642. La condena de 1616 y el posterior juicio a Galileo tuvieron una serie de implicaciones que veremos en el siguiente y último artículo sobre el tema.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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