Respuesta: La ciencia contra la fe... darwinista
Muchísimas gracias, no entendía nada, ahora ya está claro 
Creo que hay algunas cuestiones que apuntar. Lo primero es que la gente en general no diferencia entre hipótesis y teoría. Es algo que he detectado en estos mensajes de nuestros compañeros foristas que están convencidos de las "bondades" y "certezas" del evolucionismo, pero es algo muy común en la mayoría de las personas corrientes.
El asunto viene de la divulgación de ciertas partes de las ciencias, y que algunas publicaciones dan como hechos contrastados, lo que muchas veces no son sino modelos, o hipótesis. En realidad, el problema no está en dichas publicaciones, sino en sistemas educativos en los que un profesorado con una escasa preparación "tragan" acríticamente todo lo que les cae en las manos.
La certeza está en que resulta muy complicado que un docente tenga una formación académica extensa, profunda y que domine todo un conjunto de materias y especialidades. Que sea un verdadero científico "ordinario" en el sentido que le da Thomas Khun (La estructura de las revolciones científicas FCE) , e informe y forme a su alumnado. El evolucionismo es un ilustrativo ejemplo de ello. Cualquier libro del llamado "Conocimiento del Medio" de Primaria no es sino la suma de un montón de clichés profusamente adornados con fotografías y esquemas en el que, al igual que un decorado de teatro, detrás no hay nada. Cuando el alumnado entra en la Secundaria esos clichés se ven reforzados por docentes que habiendo estudiado una carrera, enseñan áreas o materias de otra totalmente distinta. ¿Qué puede hacer un filólogo, por ejemplo, enseñando biología?, o viceversa, y no exagero ni un sólo ápice. Pues no puede hacer sino dos cosas: o se pone a estudiar biología, o "traga" con el texto aprobado en el centro educativo en el que imparta sus clases por el consejo escolar correspondiente. Se objetará que también hay muchos biólogos enseñando biología. Muy cierto, pero ¿cuántos se atreverán a cuestionar el evolucionismo si no están seguros o convencidos de sus planteamientos, o simplemente es que son sus contrarios? Postura a mantener delante tanto de autoridades académicas que no saben nada del evolucionismo, o sabiendo igual ni lo comparten, como de otros compañeros, y es que hay que comer de algo, no se puede caer en el descrédito. Esto es aquello de ¿ quién pone el cascabel al gato?.
Así, volviendo a la cuestión del evolucionismo resulta que la formación de muchos docentes y "docentas" (
) es deplorable, pero ahí queda la semilla para que, cuando el adolescente o "adolescenta" lleguen a la treintena se hagan "aficionados a la ciencia" con toda su carga de clichés desfasados y desenfocados acumulada.
Se ha afirmado que no hay otra alternativa al evolucionismo. Pues sí que la hay y, además, sus postuladores en lugar de quedarse en blanco, como la mayoría de los evolucionistas ante ciertas preguntas, en lugar de ponerse a divagar cuentos sin sentido, responden con un propiedad que da mucho que pensar. Ya he comentado esto mismo varios mensajes más arriba, repito la referencia a la Teoría de las Catástrofes, a la consecuente Teoría de los Sistemas, a la con-consecuente teoría matemática de los fractales, etc., teniendo esta última en uno de sus principios el rechazo directo del azar como causa de nada. Son teorías que se manejan habitualmente para elaborar modelos, para aportar datos explicativos a hipótesis en la búsqueda de la elaboración de otras teorías, como algo "normal", en las Facultades de Físicas y de Matemáticas de todo el mundo, y suponen explicaciones completas alternativas al evolucionismo. Éste sólo es una ideología.
Pero esta afirmación que hago quiero fundamentarla. Cuando Darwin y Spencer llegaron casi a idénticas conclusiones, no estaban haciendo sino un ejercicio de suposiciones sin más fundamento que lo observado en algunas partes del mundo. Es decir, yo veo esto, y veo aquello allá y me pongo a sacar conclusiones, y éstas acaban formando un corpus al que algunos "entusiastas" partidarios acabaron dando valor de certeza.
En el tiempo histórico que le tocó vivir a Darwin la Paleontología no existía, la genética basada en los estudios mendelianos estaba a casi medio siglo de distancia en el futuro, la arqueología era cosa de ricos aventureros, el positivismo de Comte acababa de ser elaborado como lo que era y es: filosofía. La geología estaba en un estadio muy rudimentario, aún faltaba casi siglo y medio para la aparición y posterior aceptación demostrada de la existencia de las placas continentales y su deriva sobre el manto... ¿En qué pruebas se basaba? En ninguna, salvo en las observaciones de unos resultados finales que supusieron se habían debido de dar en las especies vivientes, tanto animales como vegetales. Y esas mismas observaciones ¿sobre cuántas especies se fundamentaron?. Hay que recordar que las especies vegetales y las de insectos, se cifran en millones sobre la superficie del palneta. Es decir, no hicieron otra cosa que lo que se conoce como inferencia estadística. O lo que es igual, extrapolaron los resultados observados en unos cientos o miles de casos a la totalidad de la biosfera terrestre a lo largo de un periodo de unos 3.500 millones de años. O sea, Einstein comparado con Darwin era un chaval jugando a las chapas en el patio de su colegio.
El evolucionismo se ha extendido incluso hacia una pretendida explicación del origen y "evolución" del Universo, cuando en tiempos de Darwin no tenían ni idea aproximada de lo que es tan sólo nuestra galaxia, cuando estaban a casi 200 años de que se supiera que el Sol es una estrella de tercera generación... Podemos multiplicar los ejemplos relativos a las carencias fruto de la ignorancia de la época y de unas ciencias empiristas en pañales todavía. Aquella situación era como si un crío de dos o tres años que hubiese aprendido el alfabeto, quisiera dar lecciones en un seminario de tercer ciclo de carrera.
¿Y cómo se demuestra esto? pues recurriendo a una analogía matemática. Darwin, vino a plantear algo así como las dos soluciones de una ecuación de segundo grado. Pero lo hizo sin conocer los coeficientes ni, por supuesto, los valores de las incógnitas a, b y c. Desde entonces han surgido más de 70 interpretaciones que buscan rellenar los datos correspondientes para que la evolución tenga sentido. Las incógnitas a,b,c se corresponden directamente con estas preguntas que aún no se han podido contestar:
1.-Qué sentido tiene evolucionar, puesto que se supone que debería tener una finalidad y no el absurdo de la ya clásica respuesta evolucionista del bueno porque sí, en base a una necesidad y al azar. Eso no es ciencia, ni es la respuesta que se espera de un científico serio.
2.- Cuándo, se producen los procesos evolutivos, por que todavía no hay una secuencia mínimamente compleja y completa de acontecimientos y las correspondientes conexiones entre ellos. Es imposible conectar a las ratas con el ser humano secuencialmente a lo largo de 30 millones de años. "Bueno, es que algo tiene que haber" ¿Sí? ¿en qué forma y por qué?
3.- Cómo se dan esos procesos, ¿a saltos?, ¿linealmente? ¿haciendo oscilaciones? ¿coinciden dirección y trayectoria? No tienen ni idea, ni la más remota idea de lo que ha pasado , por muchas y prolijas explicaciones biologicistas que quieran dar.
Para esta gente, el ser humano también ha evolucionado. La cuestión es cómo se ha producido esa supuesta evolución. En el caso de nuestra especie es evidente que se tienen que haber producido evoluciones paralelas: una somática que ha conducido en un proceso de hominización desde el primo ese del chimpancé que se comentaba hasta hoy, pasando por la desaparición de lo que posiblemente era otra humanidad, cuyo producto final era el H. Neanderthalensis, la adquisición del habla o hasta la pérdida de función de una tripa llamada apéndice, por citar unos ejemplos.
Pero esta supuesta evolución, hay que contemplarla a la luz de su paralelismo con otra supuesta evolución, la de la cultura. Ahora bien, ¿la cultura ha evolucionado hacia la civilización, o ésta se ha alcanzado y se ha ido afinando a base de catástrofes? Guerras, epidemias, patologías endémicas, movimientos migratorios, invasiones y conquistas, exterminios, catástrofes naturales, costumbres y creencias, procesos de aculturación y enculturación... todo ello ha ido conformando el devenir, que no evolución, de las sociedades humanas. ¿En qué ha evolucionado el ser humano metafísica y espiritualmente? No es una cuestión de moral religiosa, es que ni siquiera la ética ha servido para nada en 3000 años. Lo que ha crecido es la hipocresía, el cinismo y la falacia como normalidades conductuales. El proceso cultural cognitivo es tan falso como el evolucionismo: no hay aprendizaje racional crítico, salvo en una minoría de individuos, los cuales son tolerados mientras no traspasen ciertos límites de lo considerado como permisible no pasa nada, pues este es un método más de control social: "No te meto en la cárcel para no convertirte en un mártir, pero estás vigilado y controlado, tú y tu entorno". .
¿Y qué papel pinta aquí el evolucionismo? ¿Por qué, pese a saber que es más falso que un euro de madera, se sigue sosteniendo la falacia de sus postulados? ¿Cómo es posible que incluso en la edición de 1956 deThe Origin of Species de la Editorial EVERYMAN, el prologuista, W.R. D'Arcy Thompson, un Fellow of the Royal Society, escribiese en los siguientes términos y no pasase nada?:
"Tuve una gran desgana en aceptar la invitación. Admiro (...) los trabajos de Charles Darwin (...) estoy de acuerdo en que logró convencer a todo el mundo de que había descubierto la explicación verdadera de la diversidad biológica (...) . Pero no estoy convencido de que haya probado su tesis o de que haya tenido una influencia benéfica en la manera de pensar científica o popular (...). Estoy perfectamente enterado de que mis opiniones se considerarán como heréticas y reaccionarias. Pero estoy también convencido de que en la ciencia la herejía es virtud y la reacción es frecuentemente necesaria, y que en ningún campo científico se necesitan ambas más que en la teoría evolutiva. ( p. VII )
Esto afirmado por un científico en un prólogo de una importante edición inglesa de El Origen de las Especies, y luego quieren que nos "traguemos" semejante rueda de molino. 
La respuesta a todas las preguntas se ve en la intención del evolucionismo: convertir al hombre en un mono con pantalones. Y lo dijo el propio Darwin: con su (presunta) teoría definitivamente se apartaba a Dios del mundo.
Pero a los evolucionistas, aunque entre ellos se muerdan como perros rabiosos, les da igual todo el corpus de respuestas recibidas desde la filosofía, la religión o la propia ciencia, con los lógicos enfoques bien diferenciados. Les da lo mismo si los prologuistas de su ídolo de barro no le creen una palabra de lo afirmado y escrito, ellos buscarán siempre las explicaciones que sean, incluso siendo totalmente contradictorias, con tal de justificar su aberrante y abstrusa concepción del Mundo ( = Cosmos + Tierra).
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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