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Tema: Apocalypto de Mel Gibson.

  1. #1
    Avatar de Tradición.
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    Apocalypto de Mel Gibson.

    Mel Gibson, el último realista

    Una maravilla, no se la pierdan, de un hombre hecho para el cine: sabe filmar como nadie.

    Al finalizar el visionado, y en voz alta, para demostrar públicamente su gran capacidad para el análisis profundo, una casi madura mostraba su descontento: “Pero ¿qué piensa este tío que son los mayas?”. Y esto es bello e instructivo, porque demuestra, una vez más, que no se ha hecho la miel para la boca del asno ni se deben echar perlas a los cerdos.

    Mel Gibson se ha convertido en el gran objetivo a batir por la progresía hollywodiense. Desde que firmó La Pasión, Hollywood no le ha perdonado, y el Nuevo Orden Mundial (NOM) tampoco. Y está claro que es lo que no le perdonan: no le perdonan ser católico. Antes de estrenar La Pasión, Gibson quiso que Juan Pablo II la viera. El pontífice polaco dijo al terminar “Así fue”.

    En efecto, la flagelación romana y su posterior crucifixión, eran ‘así’. Con la historia que Gibson nos cuenta acerca de la civilización precolombina, de los mayas del sur de México e istmo centroamericano, puede decirse lo mismo: “Es que vivían así”. Lo que ocurre es que nuestra casi adulta analista tenía en la cabeza el mito del buen salvaje. Y claro, es más fácil romper el átomo que romper un prejuicio. Gibson tiende la mano a sus oponentes en al menos dos cuestiones.

    1. En primer lugar, sus mayas no son disminuidos psíquicos, incapaces de pensar, una especie de sociedad de coeficiente intelectual por debajo de 50, simios apenas evolucionados y, en pocas palabras, enormes zoquetes de primer grado. Para el modernismo, perdido en su bobalicona idea de progreso espiritual y cultural permanente, los antiguos eran un a modo de imbéciles, y la humanidad no alcanzó cierta madurez cognitiva hasta, por ejemplo, la Revolución Francesa. Esa curiosa equiparación entre la antigüedad y la idiocia no tiene ningún soporte histórico: forma parte del prejuicio moderno.

    Sin embargo los mayas -los buenos de la historia, no los malos- del amigo Mel sorprenden: son irónicos -un poco cabroncetes-, han reflexionado sobre la existencia, se preguntan sobre su origen y su destino, distinguen entre el bien y el mal, entre la virtud y defecto y entre la verdad y la mentira (es decir, que están más evolucionados que muchos contemporáneos).

    Al mismo tiempo, mientras la modernidad del buen salvaje, considera que los indígenas puros y tontos, no porque amen al salvaje -no aguantarían su compañía ni 10 minutos- no porque odian la idea cristiana del pecado original (la odian, incluso los que no saben qué es el pecado original). Por el contrario, Mel Gibson sabe lo que sabían lo evangelizadores españoles del Nuevo Mundo: que el buen salvaje era tan inteligente como salvaje, y que había que apelar a su inteligencia para reducir su salvajismo. Podían considerarles canallas, pero no estúpidos, justo al revés que nuestra progresía.

    Sabían, también, que no es posible evangelizar sin respetar la libertad del evangelizado, porque al ser humano se le puede matar, pero no se le puede obligar a amar, que de eso se trata.

    En segundo lugar, Gibson no ha hecho una obra apologética. O mejor, sí ha hecho apología, pero sin intentar demostrar nada: sólo mostrando, que es como hay que influir en el mundo audiovisual. Dicho de otro modo: no se narra la gesta evangelizadora, sólo se describe la vida de unos hombres que no habían recibido el mensaje evangélico. Una vez que has contemplado esa vida infernal, aunque seas un ateo cerrado, suspiras porque alguien realice la evangelización que llevaron a cabo los clérigos españoles y portugueses. A Mel le ha bastado el realismo: nos ha mostrado, no cómo fueron evangelizados, sino cómo era el mundo americano antes de la hispanidad: un horror.

    Cuando uno contempla esta ‘cultura’, comprende a qué extremos de necedad llega el Nuevo Orden cuando habla de “encuentro de dos mundos”. Simplemente, estamos tan acostumbrados a una visión progre-edulcorada, que nos ofendemos cuando Gibson nos muestra los sacrificios humanos de la cultura maya y su raíz: la nula consideración del otro. Pero así fue.


    Es ésta película muy recomendada para ecologista y panteístas, aunque me temo que ambas condiciones comienzan a resultar una reiteración. Y es, por último, una gran película, que sabe recoger en dos dimensiones lo que se debe sentir y vivir en tres. A fin de cuentas, eso es el cine.


  2. #2
    Avatar de Tradición.
    Tradición. está desconectado Miembro graduado
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    Re: Apocalypto de Mel Gibson.

    de: www.edicionescatolicas.com

    Apocalypto. Una gran película de Mel Gibson construida desde la Fe.
    Apocalypto tal vez no sea la mejor película de Mel Gibson, pero si es una película imprescindible y especial; divertida y profunda a la vez, y sobre todo una película comprometida con la fe Católica a pesar de las apariencias.
    Y es que Gibson es uno de los pocos cineastas capaces de hacer simultáneamente cine de tesis y cine divertido, cine que nos hace gozar de ese instinto que hay en todos de querer que nos cuenten historias. Gibson tiene esa magia especial que tienen algunos genios del cine de estar contándonos una historia, tenernos pegados al asiento dos horas, y al mismo tiempo saber que nos está convenciendo de algo, que está intentando demostrar algo; pero se lo perdonamos porque cuenta tan bien la historia que hasta el que esté intentando demostrar algo se lo perdonamos.
    ¿Cuál es la tesis del cine de Gibson? La tesis presente en el cine de Gibson, al menos desde Brave Heart es su fe Católica. El cine de Gibson es profundamente creyente. Es quizás el único ejemplo de cine católico en el cine moderno que conocemos. Cine de alguien que vive la fe Católica, mejor o peor, y que refleja su vivencia en el cine. Y Apocalypto es un buen ejemplo de lo dicho.
    ¿Qué tiene de católico Apocaplypto? Tiene de católico el que nos muestra cómo era el mundo antes de que el cristianismo creciera en el corazón de los hombres. Apocalypto es una película que nos muestra cómo es el mundo sin Cristo.
    ¿Y cómo es el mundo sin Cristo? Es un infierno, y los hombres demonios. Por eso la película, que permanece siempre abierta a la esperanza de salvación, nos muestra algo absolutamente terrible. No sé si alguna vez el cine había conseguido recrear una atmósfera tan satánica como la que se percibe en Apocalypto.

    ARGUMENTO
    El argumento es muy simple. La historia empieza mostrándonos la vida cotidiana de una pequeña tribu de cazadores en la jungla. Y sobre todo del protagonista, que está casado tiene un hijo de unos cuatro años y su esposa está en un estado de gestación muy avanzado. Un día la aldea es atacada por una partida de guerreros que suponemos sean aztecas, y aquí empieza el infierno para el protagonista. Las escenas son de una violencia extrema, y lo de menos es el la muerte de los que se resisten. Lo peor es una violencia ilimitada en la que el otro es sólo una cosa con la que divertirse. Las imágenes incluyen la violación de una de las mujeres de la tribu ante los ojos de su esposo, o cómo los niños pequeños son abandonados en la aldea mientras sus padres son arreados como animales.
    El objeto de la incursión es conseguir prisioneros que son llevados en un viaje, que es una bajada al infierno, hasta la ciudad de los guerreros donde los prisiones van a ser usados en sacrificios humanos, y de los que se nos ofrece una visión realista, aunque no completa, pues se evita la componente de canibalismo que esos rituales incluían.
    La segunda parte de la historia, es la huida del protagonista a través de la selva perseguido por un grupo de guerreros de vuelta a su aldea donde había dejado escondida a su mujer y a su hijo en una situación más que comprometida, y que a lo largo de la película vamos conociendo como una historia paralela.
    Esta segunda parte de la película quizás sea la más débil pero también la más divertida, y está narrada con un estilo de película de aventuras tradicional, donde a veces el realismo de la historia se sacrifica en ara de la narración y su dinamismo.
    Esta segunda parte de la película, en la que tampoco está ausente unas dosis de violencia no despreciable, la asume el espectador como una liberación de las dosis de malignidad pura y opresión absoluta que ha tenido que soportar en la primera. Es como un grito de libertad, y aire fresco.
    Hay una verdadera catarsis en esta segunda parte, cuando el protagonista, que acaba de saltar una catarata, que nos parece inmensa e inacabable para escapar a sus perseguidores, les grita desde el otro lado las mismas palabras que dijo su padre antes de ser asesinado:
    “¡Soy Garra de Jaguar(Jaguar Paw) hijo de Cielo de Pedernal!
    ¡Mi padre cazó en este bosque antes que yo!
    ¡Mi nombre es Garra de Jaguar!
    ¡Soy un cazador!
    ¡Este es mi bosque!
    ¡Mis hijos cazaran aquí cuando yo no esté!”

    Y no contamos más de la historia para no estropear el efecto final, que de alguna manera nos revela de golpe, en unas pocas imágenes, el sentido de toda la historia.
    EL SIGNIFICADO DE LA HISTORIA
    El significado de la historia ya lo hemos revelado: la película nos cuenta cómo era el mundo antes de que Cristo viniera y luego habitara el corazón de los hombres. La película nos cuenta cómo es un mundo en el que el demonio reina. Cómo se puede convertir al otro en cosa, en juguete con el que uno se divierte mediante su sufrimiento infringido.
    En la película se ven imágenes fuertes. Nos muestran cómo eran los sacrificios humanos en la América precolombina: Cómo unos sacerdotes sujetan a una persona viva y otro le abre el pecho, y todavía palpitante el corazón se lo ofrece a los demonios a los que adoran. Y luego cómo es arrojado el cuerpo de la víctima pirámide abajo. Y como el guiñapo sanguinolento es recogido por los guerreros que se lo llevan.
    Las imágenes un mundo de una violencia inusitada. Pero, hasta cierto punto, las imágenes de Gibson no son suficientemente realistas al ofrecer esa violencia: le falta la masividad (se habla de casi un cuarto de millón de víctimas anuales sacrificadas en el Imperio Azteca), le falta la generalidad (los sacrificios se practicaba en todo el continente, y casi los realizaban casi todas las culturas), y sobre todo le falta que veamos cómo esos sacrificios estaban unidos a la antropofagia sistemática y masiva: en esos sacrificios el corazón era de los dioses, pero el cuerpo se lo comían los guerreros.
    Así y todo, la película nos muestra suficiente de un mundo en poder de Satanás para que intuyamos lo que es. Y en este sentido la película es sobre todo una justificación completa de la colonización española. Y de hecho es difícil mantener el discurso del indigenismo antiespañol si uno no cuestiona antes esta película. Pero, el problema es para los indigenistas que es muy difícil argumentar contra la realidad histórica de lo que se cuenta en la película.
    En países como México, lo que la intelectualidad políticamente correcta, es decir, indigenista, nos ha querido convencer de la existencia de un paraíso prehispano, una especie de reino del Buen Salvaje. Pero lo que han hecho en la práctica ha sido manipular la historia y contarnos una historia no real. Borrando, o incluso negando los sacrificios humanos y el canibalismo social. Películas como ésta de Gibson lo que hacen es denunciar implícitamente tal manipulación; es revelar esas mentiras y ocultaciones de la historia precolombina a la que han convertido en una historia edificante y completamente inventada.

    Hoy en todo América el discurso indigenista y anti-hispano en el fondo lo que intenta es cuestionar la Evangelización; y con esta película, que paradójicamente es profundamente cristiana (aunque sólo se ve una cruz unos segundos), lo que se está es dando argumentos irrebatibles para esa evangelización.

  3. #3
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    Val
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    Re: Apocalypto de Mel Gibson.

    Gracias por la información que nos proporcionas Tradición, los comentarios de la película y demás, muy bien.

    Sólo oigo elogios sobre esta cinta, de todo el mundo, a pesar que Gibson es un actor-director políticamente incorrecto. Bueno, parece que la comunidad maya no le ha gustado mucho, dicen que es muy violenta. Y supongo que a los indigenistas mexicanos, y no mexicanos, tampoco les hará mucha gracia.

  4. #4
    Avatar de VonFeuer
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    Re: Apocalypto de Mel Gibson.

    Iremos a verla, claro esta. El único director de Hollywood sin pelos en la lengua y capaz de hacer cine que vale la pena en la actualidad.-

  5. #5
    Avatar de Miquelet Chaira
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    Re: Apocalypto de Mel Gibson.

    Épica y ética de «Apocalypto»






    MANUEL MARTÍNEZ CASCANTE. CORRESPONSAL



    CIUDAD DE MÉXICO. Era de esperar. Poco han tardado en dispararse los dedos acusadores contra Mel Gibson y su última tarea cinematográfica, «Apocalypto», donde el actor y director estadounidense (nació en Nueva York, aunque se empeñen en hacerlo australiano) narra -o eso intenta-, en formato de espectacular película de aventuras, el final de una cultura, la maya, y el nacimiento de otra nueva.

    Líderes indígenas de Guatemala (país, junto a México, donde aún habitan miles de descendientes de los mayas) pidieron a su Gobierno que censure la película, que consideran «racista» y «no apegada a la realidad». Así, el comisionado de la Presidencia contra la Discriminación y el Racismo, Ricardo Cajas, dijo que pedirá al Ministerio de Cultura que prohíba «esa película, que resume una persecución racial y ofensiva» en contra de su pueblo.

    Probablemente, Gibson sólo pretendía rodar un film de acción, pero su empeño en realizarlo en lengua maya yucateca (y, quizá, ese pretenciosillo título con nombre de pastillas para la tos) tal vez hizo albergar la esperanza de contemplar un trabajo de interés antropológico y fiel a la realidad histórica. Ahora se le acusa de falsearla y, de paso, se le reprocha su excesiva violencia y el haber reducido a los nativos a un grupo de salvajes entregados a los sacrificios humanos
    Cajas aseguró que la cinta «es racista, sataniza la cultura indígena, crea elementos para hacer creer que somos una sociedad sin capacidad científica y carece de apego a la verdad histórica. Respetamos la emisión libre del pensamiento, pero queremos que se reconozca que la película está basada en suposiciones que presentan a los mayas como un pueblo bárbaro, asesino, que sólo pudo ser salvado por la llegada de los españoles y que justifica las barbaries cometidas desde el dominio colonial hasta nuestros días».

    «No es un documental»
    Por su parte, el ministro guatemalteco de Cultura, Alejandro Salazar, reprochó que la película siembre la duda sobre la existencia de los mayas a la llegada de los españoles al Nuevo Mundo: «El Ministerio cuidará de que no se levanten mitos sobre la extinción de los mayas o que se cuestionen los adelantos que esta civilización logró en las ciencias y en las artes». Sin embargo, Eduardo Zapeta, antropólogo e intelectual maya, replica que no sería correcto prohibir la cinta, puesto que «no es un documental; es una película de ficción, y como tal debe tomarse».

    «Apocalypto» recrea los últimos días de esa civilización mesoamericana a través de la historia del joven Zarpa de Jaguar (al que encarna Rudy Youngblood), quien, escogido para su inmolación, decide rechazar ese honor y escapa del sacrificio con el que los sacerdotes confiaban en revertir el colapso de su cultura. La civilización maya floreció en el territorio que hoy ocupan el sur de México, Guatemala, Belice y Honduras entre el 600 a.C. y el año 1000 de nuestra era.

    También en México se ha desatado cierta polémica. El escritor maya Jorge Miguel Cocom Pech sostiene en «La jornada» que «Mel Gibson nos debe pedir disculpas... «Apocalyp-to» es una porquería (que) no sólo es un espejo de la violencia estadounidense, sino que nos ofende porque (incluso) distorsiona la lengua. Todo grupo hegemónico ha llevado a cabo guerras, pero, ¿dónde quedó lo portentoso?» «La historia de los mayas no fue así. (Esto) es ciencia ficción», añade Diana Canto, directora general del Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya del Estado de Yucatán.
    Según «Los Angeles Times», incluso algunos de los especialistas que sirvieron a Gibson como consultores han salido decepcionados con el resultado. Así, el profesor de antropología Richard Hansen lamenta «que la película no tome en cuenta muchos de los logros culturales y científicos de los mayas y retrate a éstos como «salvajes sedientos de sangre»».
    Antes del estreno de «Apocalypto» en México, este pasado martes, Gibson se defendió de las acusaciones y se dirigía a «aquéllos que quieran opinar; primero los invito a hacer la tarea: investiguen, que yo me dedicaré a hacer películas». El protagonista de las series de «Mad Max» y «Arma Letal» confía en que la película será bien acogida por el público local: «Espero que les guste; esta película representa mucho trabajo. Tengan los ojos bien abiertos a todo lo que suceda en ella», añadió en sus breves declaraciones sobre la alfombra roja.

    El director de «Braveheart» y «La Pasión de Cristo» prefirió estar en la premi_re mexicana de su último título que asistir a la entrega de los Globos de Oro en Los Ángeles, donde «Apocalypto» optaba al premio a la mejor película en lengua extranjera. Gibson debió disfrutar tanto del rodaje de «Apocalypto» en Veracruz que ya podría estar preparando otro proyecto para producir al sur del río Grande.

    Se trataría de la vida del Padre Kino -Trento (Italia), 1645 - Magdalena (México), 1711-, el jesuita que evangelizó Sonora, California y Arizona. Antonio Banderas interpretaría al misionero, explorador, historiador y cartógrafo, y estaría acompañado en el reparto por Penélope Cruz y Benicio del Toro, así como por los mexicanos Pedro Armendáriz, Cecilia Suárez y Diego Luna.

    Gibson ya se entrevistó con monseñor Carlos Quintero, arzobispo emérito de Hermosillo. «Me había hablado por teléfono porque quería venir a platicar, y sí vino. Es un señor de mucho poder, hasta traía un avionzote propio, muy grande -dijo el prelado-. Yo sabía que era el director de «La Pasión de Cristo», le dije que era muy bonita, y luego me regaló una foto con un Cristo en la cruz y una copia de su película. Me dijo que en su casa había hecho una capilla, y que quería que se la fuera a bendecir...»
    Respecto al nuevo proyecto, el purpurado asegura que «no lo sabía; después la gente me dijo que él tiene esa idea, pero no le pregunté. Aunque sin duda que habría todo el apoyo de mi parte, y creo que de las autoridades también. Él sabe hacer muy bien las películas, le daríamos todos los conocimientos y datos necesarios.

    De momento, los operadores turísticos mexicanos están encantados con Mel, pues «Apocalypto» reaviva el interés en visitar los centros arqueológicos mayas esparcidos por Chiapas y el Yucatán.


    http://www.abc.es/20070119/espectacu...701190319.html

  6. #6
    Avatar de Ordóñez
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    Re: Apocalypto de Mel Gibson.

    Os digo desde ya que vayáis a verla. Merece mucho la pena. Tiene harto simbolismo, un fondo inmejorable. Las críticas de los monopolios periodísticos son mezquinas, embusteras y envidiosas, adelantando hasta el final para que no vayan a verla, pues según ellos sólo deberíamos ver al degenerado de Almodóvar y demás compañía de ineptos que siguen mamando de las subvenciones de un Estado ladrón y criminal. Ni se pone a todos los indios como malos ni nada de eso. Una película de acción e históricamente potenciada y asesorada; amén de relatar ciertas diversidades sociales y reitero en el simbolismo, que es cristiano por cierto. Pasad de los lobbies de turno y disfrutad del cine de Mel Gibson. Ojalá algún día le dé por algún tema hispánico. Congratulations, Mr. Mel ! Christvs Rex ! Ave Cor Mariae !

  7. #7
    Avatar de Tradición.
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    Re: Apocalypto de Mel Gibson.

    Si, Ordoñez, tienes toda la razón, es una gran película: es emocionante, divertida, trepidante, entretenida...etc etc y además un gran simbolismo y un FINAL ALUCINANTE, que remata y da sentido, con la FRASE DEL INICIO (no os la perdais-llegad pronto al cine),al mensaje de la película.
    La verdad es que me sentí muy defraudado con Alatriste, y más defraudado aún al ver que a muchos de los "nuestros" les gustaba , lo que demuestra la mella que está haciendo el "nihilismo" incluso en gente que tiene tendencia a "lo nuestro", pero APOCALIPTO, es otra cosa...es muy buena....ID A VERLA!!!!!!!.

  8. #8
    Avatar de Tradición.
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    Re: Apocalypto de Mel Gibson.

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    En PANORAMA CATOLICO INTERNACIONAL:

    Apokalipto, Otro cachetazo de Mel Gibson

    Cine Mel Gibson, como todo verdadero artista, tiene intuiciones geniales trasladadas con maestría a las imágenes. Lo que no se ve o entiende con largos discursos y razonamientos Gibson logra mostrárnoslo con sus poderosas imágenes. Un gesto, una mirada, un paisaje, logra llegar a nosotros y decirnos mucho más que largas y filosóficas exposiciones.
    Escribe Carlos Pérez Agüero
    Mel Gibson vuelve a cachetear otra vez al atrofiado e insensible hombre de hoy, pero, siempre, con el saludable propósito de despertarle a la realidad. El hombre moderno vive en un estado de constante letargo causado por los medios, la desinformación intencionada, y una nefasta “educación” dirigida especialmente a la destrucción de todo orden tradicional y católico, y aún, del mismo orden natural. Sabido es que sin la aceptación de un orden y origen sobrenatural del hombre y del mundo, aún el mismo orden natural está condenado a grave daño y, si fuera posible, aún a su desaparición total.


    Parece necesario hoy recurrir a una mostración de la realidad en toda su crudeza para lograr al menos llamar la atención sobre la verdadera naturaleza de algo que es siempre deformado, falseado y tergiversado con el propósito (a veces claramente manifiesto) de destruir para siempre todo vestigio de la cristiandad que fue y de la verdadera naturaleza del hombre y de todas las cosas.


    Mel Gibson, como todo verdadero artista, tiene intuiciones geniales trasladadas con maestría a las imágenes. Lo que no se ve o entiende con largos discursos y razonamientos Gibson logra mostrárnoslo con sus poderosas imágenes. Un gesto, una mirada, un paisaje, logra llegar a nosotros y decirnos mucho más que largas y filosóficas exposiciones; por ejemplo, el niño gordo, tal vez hijo del gobernante principal, es tomado por el director mientras sonríe con morboso placer ante el horroroso sacrificio de otros seres humanos. La malacrianza, la molicie y lo caprichoso de su carácter es mostrado en una fugaz vista, tironeando de las ropas de su madre, quien le aparta de sí de mal modo. Los indeseables y los enfermos viven al margen de la ciudad, gimiendo por su salvación y muriéndose de peste, de hambre, o por el exceso de trabajos a que son sometidos como esclavos.


    Un pueblo, sin la gracia venida del cielo, está condenado al dominio de lo satánico a causa del estado en que quedó la naturaleza humana luego del pecado original. Cuando llegan a la ciudad las nuevas víctimas para el sacrificio son recibidas por un verdadero aquelarre, en donde todos parecen poseídos…y lo están. Sin embargo, los pueblos que ignoraban a Cristo le esperaban, aún sin saberlo, como a su Salvador. No hay pueblo que, de algún modo, no haya contado con su profeta anunciador de los tiempos mesiánicos. La niña profetiza del film de Mel Gibson es una hermosa imagen de esta verdad. Como dice san Pablo: “el Espíritu Santo ha hablado en otros tiempos y de muchas maneras a los hombres”. Esa niña, repito, es como una imagen de esa realidad. El presentimiento de “un nuevo comienzo”, repetido por el protagonista principal al final del film, después de presenciar a aquellos extraños y misteriosos visitantes, (los españoles, entre los cuales resalta un fraile enarbolando una cruz) en una visión llena de paz y silencio, con las velas quietas y reposadas de las carabelas ancladas, la mar serena, e iluminado todo por una suave luz, son como el presagio de ese nuevo comienzo anhelado. El protagonista invita a su mujer al bosque como quien se retira a meditar y a esperar. Lleva a su nuevo hijito en sus brazos, aquel hijito, que nace en las aguas como en un premonitorio bautismo. Aquel niño que contemplará y vivirá ese nuevo comienzo en la obra evangelizadora de España. Y lo que fue esta obra, no hace falta demostrarlo, sus resultados están vivos todavía, y son la nueva raza creada por el mestizaje. Quien quiera ver que vea.


    Pocos años después, Nuestra Señora en Guadalupe, confirmará a sus nuevos hijos de las tierras de América. Testimonio milagroso aún vivo de Nuestra Madre de la Misericordia, (como le invoca, también proféticamente, en la figura de una diosa indígena) la mujer india que es llevada como esclava.



    Garra de jaguar, el protagonista de la historia, defiende su familia, su aldea, su tierra, su bosque, su hogar, su mundo. Él dice ante la muerte, en el momento en que va a ser sacrificado, que no es su día para morir. Uno piensa inmediatamente, como nos tiene acostumbrados el cine de aventuras: ¿Qué hará para salvarse de esa situación? ¿Intentará una huida imposible? Pero Gibson no es un realizador más, estilo Hollywood, como muchos insisten en hacernos creer, (pues no soportan que alguien con genio y talento no esté dentro de esos cánones mentales sustentados por la “Meca del cine” y sus dueños). ¿Qué hace entonces el protagonista para escapar a esa situación? ¡Nada!...O, mejor, sí hace algo, algo inesperado para el común de la audiencia domesticada para otras cosas, se abandona a lo que el cielo disponga y solo alza sus ojos hacia él en muda súplica, y de allí le vendrá, real y simbólicamente, su salvación. El eclipse de sol: cuando se enfría la tierra y todo toma el color de la muerte. El eclipse figura una muerte y una resurrección: la salida de un nuevo sol. Pero esta salvación no será gratuita para el héroe, tendrá que sufrir persecución y sangre para salvar a su familia hundida en un profundo pozo, abandonada a toda esperanza, condenada a una muerte segura. Pero su mujer también lucha por ella misma y sus hijos, también cree en el regreso salvador del esposo, también teme por él.


    Garra de jaguar sabe que esta lucha es a muerte y que es mejor morir a bajar los brazos. Sus enemigos son poderosos y cuentan con todas las de ganar. Sin embargo no lucha solo, “algo” le sostiene, le defiende y le guía. No son inverosímiles, como alguien dijo, muchas cosas que suceden en esta historia. Es una historia realista, de ahí su fuerza, capaz de horrorizar a los espíritus flojos. Se habla de las escenas sangrientas del film. Pero no es en modo alguno más “sangrienta” que otras películas que sí se regodean con morbosidad en ellas y de las cuales nadie se escandaliza. Además hay una especie de horror por las violencias físicas de algunas películas pero nadie se escandaliza de las violencias de orden moral y espiritual de otras películas que envenenan hasta a los mismos espectadores. Pero ¿por qué le critican esto a los films de Mel Gibson? Por hipocresía, pues su verdadero interés está en desprestigiar de algún modo las obras de este director. Y ¿por qué? Por su molesto contenido católico. Además…hay que vengarse de alguna manera por haberse atrevido a hacer “La Pasión de Cristo”. Es un director “marcado” por el “establishment” internacional del nuevo orden mundial y la “globalización”, la moderna Babel, la nueva torre que edifica el hombre moderno para llegar al cielo, es decir: para lograr el paraíso en la tierra con sus solas fuerzas.


    Gibson ha realizado una película viril, una película para hombres, como se decía antes. No es una película para mujeres. Es una película en donde las virtudes viriles de los protagonistas son puestas a prueba y llevadas al extremo, incluso en “los malos”. Tampoco es una película romántica, ni frívola, ni de entretenimiento, ni para pasar el tiempo. Es, paradójicamente, una película de “acción” para pensar. ¿Para pensar en qué? En todo lo que el mundo ha perdido de bueno en este estúpido mundo moderno, artificial, perverso, soberbio con soberbia luciferina. Un mundo edificado en la mentira y con mentiras. Un mundo que en su soberbia no le debe nada a nadie, un mundo que promete comenzar de cero renunciando especialmente a la sabiduría de sus mayores, y alcanzar, gracias a la técnica, un mundo mejor, mejor que el recibido, y hecho por sus propias manos. Como se ve también en una escena de la película en donde un anciano, (el sabio – pues es normal y sensato unir años y sabiduría) relata un mito a los jóvenes y a los niños. Un mito que habla de un misterioso vacío o agujero en el hombre el cual espera ser llenado. Un vacío imposible de satisfacer con nada de este mundo. Por eso es misterioso. Está más allá de lo que el hombre puede comprender con su sola razón. Eso constituye la infelicidad y la insatisfacción del hombre en este mundo que, cuando no es orientada por la Verdad produce efectos desastrosos en el hombre mismo y en la sociedad: Búsqueda de placeres sin fin, poder, ambición, avaricia, robo, corrupción, etc.…y todos los etcéteras que quepan en el desequilibrio, la debilidad y la malicia de los hombres, sin olvidarnos del enemigo infernal y sus secuaces.





    Algún mojigato se escandalizó de algunas escenas procaces (más sugeridas que manifiestas) del principio del film mostrando la vida de la pequeña aldea a que pertenecía el protagonista. Y digo yo: ¿Qué esperaban ver? ¿Indios católicos, pero católicos, católicos? El autor, sin embargo, no nos muestra todas las cosas que dicen las crónicas de la época, y los mismos documentos arqueológicos, sobre la vida y costumbres de los aborígenes americanos antes de la llegada de los españoles que, por supuesto nada tenían que ver con el mundo cristiano. Y eso es realidad. Y el film, como dijimos antes, es realista. Tan realista que no se olvida tampoco de lo bueno que también naturalmente poseían como hombres. Tan realista que tampoco se olvida de la esperanza. Pues para muchos el realismo parece consistir en solo lo sórdido, lo bajo lo perverso, lo malo. Tampoco es en esto una película maniquea, como algunos sostienen, en donde hay una neta separación de buenos y malos. Esto también lo muestra Gibson con solo las imágenes, como buen cineasta. Es una película muy rica en imágenes no gratuitas sino llenas de sentido. Hay que prestar atención. Gibson nos invita y nos obliga a eso. Sus películas son para ver más de una vez, a causa, justamente, de su riqueza, lo que no las agota en una sola vista.

    Cuando las futuras víctimas y esclavas son introducidas en la ciudad, si puede decirse así, vemos, en algunos habitantes de la ciudad maya, algunas miradas compadecidas del terrible destino que les espera. El mismo jefe de los captores desaprueba algunas crueldades de uno de sus comandados y muestra afecto paternal por su hijo, de quien aprueba y premia su valentía con un obsequio. Por supuesto, alguno dirá, ¡pero qué obsequio! ¡Un puñal con el que había matado a muchos hombres! Dentro de su mentalidad, sin embargo, está manifestado un afecto, natural al menos, de padre.

    También está recalcado el abuso de poder de los más fuertes sobre los débiles de una manera que hasta alguno les podrá parecer demasiado obvia o pueril, pero no hay que viajar hasta la época de los mayas y los aztecas para comprobar esta realidad cotidiana que vivimos hoy entre los pueblos poderosos y los débiles.


    Claro, los amos y poderosos de hoy no son tan crueles como aquellos porque no usan ya ni hachas, ni lanzas, ni martillos. No son tan crueles porque son más asépticos: matan a distancia y no ven sangre, ni niños desamparados llorando sus padres muertos, etc. Y, los que mandan solo manejan intereses y números, lo demás solo son – como dicen ahora – solo “efectos colaterales”.


    Mel Gibson, solo, como Garra de Jaguar, está haciendo su obra en medio y ante la persecución de los mayas modernos. Dios y la Virgen Santísima le bendigan y fortalezcan.

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