Eso que dice el papa ES MENTIRA. Los obispos de antes del Concilio Vaticano II NO querían saber nada de reformas ni de Concilios ni de trueques de Misas.Reconoció (el Papa) que antes del Concilio era clara la urgencia de reformar las celebraciones de la Iglesia para promover una participación más activa de los fieles a través del uso de las lenguas nacionales y que se profundizara la adaptación de los ritos en las varias culturas.
No hay nada mejor para evidenciar las interesadas falsedades dichas a católicos tibios y desmemoriados (la infinita mayoría) que los testimonios históricos de católicos de extremos opuestos pero que sí tienen memoria y no se tragan mentiras. Lo reconoce, en el texto que copio, un teólogo progresista, Casiano Floristán, en la antítesis del llamado "lefevbrismo", pero coincidente con los tradicionalistas y con la HISTORIA, falseada sistemáticamente por el establishment vaticano, vista la complacencia y nula crítica de los católicos a que se dirigen :
Esta es la verdad de lo que pasaba antes del Vaticano II: NADIE QUERÍA REFORMAS. Escribe Casiano Floristán :
"...En contraste con Pío IX, quien consultó a los obispos sobre la conveniencia de celebrar el Vaticano I, Juan XXIII decidió personalmente la convocatoria del Vaticano II "por una repentina inspiración de Dios". No obstante, se llevó a cabo enseguida una amplia y democrática consulta. El 18 de junio de 1959, el secretario de Estado cardenal Tardini invitó a todos los obispos (entonces 2.594), superiores mayores religiosos (156 en total) y universidades católicas para que libremente propusiesen temas conciliares antes del 30 de octubre de ese mismo año. Aquí reside la primera explicación del talante participativo y pedagógico del Concilio e incluso el comienzo de una "democratización de la Iglesia". Pero habituados los obispos a obedecer órdenes de la curia romana sin ejercer su libertad y pensamiento", las 2.150 respuestas (unas 10.000 páginas en 16 volúmenes) fueron decepcionantes, ya que se limitaron a exponer errores o a sugerir mínimas reformas; no obstante, "se advirtió en las mismas una aceptación plebiscitaria de la convocatoria conciliar".
El 5 de junio de 1960, un año después de la encuesta, se crearon diez comisiones preparatorias, presididas por cardenales de curia de talante conservador. La apertura llegó por la creación de tres nuevos secretariados (Apostolado de los laicos, Medios de comunicación social y Unión de los cristianos) y el nombramiento de obispos diocesanos progresistas como miembros de comisiones. El trabajo de las comisiones se plasmó en 70 esquemas (2.100 páginas impresas), parte de los cuales se envió a los obispos tres meses antes de comenzar el Concilio. A excepción de la constitución sobre la liturgia, hecha por los renovadores del movimiento litúrgico, el resto de los esquemas tenía una impronta escolástica, conservadora y jurídica. Posteriormente serían rechazados por el Concilio; hubo que redactar menos esquemas con más preocupación pastoral renovadora..."
Aquí el texto íntegro, aunque todos los comentarios son progresistas: Vaticano II
Así que lo de "urgencias" para la reforma litúrgica que Benedicto señala, nada de nada. "Urgente, urgente"solo lo era para los integrantes del llamado "Movimiento Litúrgico", ya cripto-herético por aquellos años. (Eran conocidas sus prisas para que en vez del Santo Sacrificio de la Misa, se trajera a los católicos, copiada de los protestantes, la parodia de Misa que llaman "Eucaristía" hoy en día).
El papa no hace sino confirmar una tristísima pero implacable ley de la Historia: que siempre las opiniones de los sectores más vocingleros y desvergonzados por más rastreros que sean, si acaban triunfando, se presentan como oráculo del pueblo, oráculo de la Iglesia o incluso la voz de Dios...
En el caso del papa, por supuesto, sabiendo que sus adeptos se van a tragar sin inmutarse todo lo que él les quiera decir. Ley inexorable que castiga también al clero cobarde de los años 50 y 60, que no quiso plantar cara a algo que pudo tener facilísima solución entonces, pero después ya... imposible.
En otra ocasión enviaré las opiniones de los obispos y clero preconciliar respondiendo a las peticiones solicitadas. Ahora no tengo a mano los textos a consultar que, recuerdo muy bien, son coincidentes con los de este teólogo progresista.
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