Sinceramente, sean difamaciones como las del "lobby sodomita" o noticias ciertas y terribles como esta, cada día me dan más ganas de no saber nada de lo que sucede más allá de las homilías que escucho en la capilla de Santiago Apóstol y aferrarme a la Fe del centurión, y a la del carbonero, pues no comprendo qué está sucediendo con los hombres de Dios; y tengo miedo de comenzar a tirar piedras contra mi propio tejado si no manda la Providencia a un hombre capaz de meter en vereda a semejantes alimañanas. Y que Dios me perdone por estos pensamientos.
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