Tema: Los obispos alemanes y sus indebidas autorizaciones

El documento de la Conferencia Episcopal alemana que justifica la “píldora del día después”.


Robert Zolitsch y los cardenales de Colonia y Mainz, Meisner y Lehman. / REUTERS


Por más bueno que sea el fin buscado, no puede justificar acciones directamente inmorales, como el impedimento de la fecundación. ¿Cómo puede un obispo supuestamente católico recomendar algo que es malo de por sí como un anticonceptivo para que impida la fecundación?


En referencia a nuestra publicación anterior, reproducimos una traducción al español del punto 8 del documento de la Conferencia Episcopal alemana dónde aprueba el uso de la “píldora del día después”.


(InfoCatólica) 22 de febrero de 2013:


8. Cuestiones teológico-morales en casos de violación («Píldora del día después»)


La Asamblea se ha ocupado -llevada por los últimos acontecimientos- de los aspectos teológico-morales de la administración de la llamada «píldora del día después» a mujeres víctimas de una violación.
El cardenal Karl Lehmann (Maguncia), en su calidad de presidente de la Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal Alemana ha presentado, una vez constatada la disponibilidad de nuevos preparados con principios activos alterados, la evaluación teológico-moral del empleo de la llamada «píldora del día después». El cardenal Joachim Meisner (Colonia) explicó su declaración del pasado 31 de enero de 2013 -de acuerdo con la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Academia Pontificia- así como el trasfondo de la cuestión, que tiene como punto de partida el rechazo de asistencia a una víctima de violación por parte de dos hospitales de Colonia.
La Asamblea reitera que las mujeres que son víctimas de una violación reciben, por supuesto, asistencia humana, médica, psicológica y espiritual en los hospitales católicos. Esto puede incluir la administración de la «píldora del día después» partiendo de la base de que sus principios sean no abortivos, sino anticonceptivos.
Seguirá sin poderse aplicar métodos médicos o farmacéuticos que conlleven la muerte del embrión. Los obispos alemanes confían en que las instituciones de sello católico se atendrán a su aplicación práctica siguiendo este requisito teológico y moral. En cualquier caso, ha de respetarse la decisión de la mujer afectada. La Asamblea reconoce la necesidad de, paralelamente a los primeros posicionamientos ante la «píldora del día después», profundizar en otras cuestiones sobre el asunto –también en contacto con quien competa en Roma- y desarrollar las distinciones que sean necesarias. Los obispos mantendrán las correspondientes conversaciones con hospitales y ginecólogos católicos, así como con consejeros, asistentes sociales.

STAT VERITAS

Médicos responden a los obispos alemanes: NO EXISTEN “píldoras del día después sin efecto abortivo”.

Acción Médica Europea y Médicos Católicos suizos:
NO EXISTEN “píldoras del día después sin efecto abortivo”



El Cardenal Joachim Meisner,
quien apoya el uso de la “píldora del día después”.


Artículo de Forum Libertas, Feb-22-2013.



22/02/2013


La Acción Médica Europea y los Médicos Católicos de Suiza responden a los obispos alemanes y sus errores sobre píldoras

Ni existen las píldoras del día después sin efecto abortivo, ni la industria está interesada en ellas; los obispos confunden y llaman al “cisma”.


P. J. G


La doctora Rachel Gürber, presidenta de la Asociación Nacional Católica de Médicos de Suiza, y el doctor Bernhard Gappmaier, presidente de la Acción Europea de Médicos, escribieron ya el pasado día 16 una carta dirigida a los obispos alemanes y a diversas instancias vaticanas expresando su “gran preocupación” por las declaraciones tanto del cardenal Joachim Meisner como por las notas de la oficina de prensa del arzobispado de Colonia respecto a la “píldora del día después”.


Los obispos alemanes parecen estar aceptando el uso de la “píldora del día después” en casos de violación, para que no llegue a concebirse un ser humano tras esa violación; los obispos hacen alusión a “nuevos fármacos” que serían sólo anticonceptivos, no abortivos.


El caso es que esas “píldoras del día después sin efecto abortivo” NO EXISTEN. Y de hecho, los fabricantes no están interesados en ellas ni las están buscando.


En la carta, los dos dirigentes médicos recuerdan los principios de funcionamiento de los fármacos llamados “del día después”, incluyendo los más modernos, como el Acetato de ulipristal: todos ellos no sólo pretenden un efecto anticonceptivo, sino también un efecto abortivo, puesto que modifican el endometrio para impedir que anide el embrión humano (caso de engendrarse uno).


La carta incluye declaraciones de profesionales del sector de la anticoncepción de urgencia que insisten en que el futuro de estos fármacos pasa por "cubrir toda la ventana de la fertilidad, y eso incluye modificar el endometrio"; los fabricantes explícitamente buscan productos pre- o post-coitales que afecten al endometrio de la mujer (y así tengan un efecto abortivo sobre el embrión, al impedir su anidación).


La nota se remite a diversos análisis de la Academia Pontifica de la Vida y de cursos de bioética de la Universidad Pontificia Regina Apostolorum (del profesor Joseph Tham) para desmantelar cualquier argumentación basada en un posible “doble efecto” (argumentar, por ejemplo, que “no se toma la píldora buscando activamente dañar al embrión, sino solo buscando un efecto anticonceptivo”, no es justificable, porque el mero riesgo de que pueda dañarse a un embrión ya hace moralmente reprobable la práctica).


Las asociaciones médicas lamentan el uso “a nuestro juicio apresurado” de datos científicos mal entendidos por parte de los obispos para relajar la enseñanza moral e incluso temen que pueda provocar “un cisma interno” a causa del activismo de la “iglesia progresista”. Los firmantes piden que se revise la posición episcopal y que trabajen de forma unida a los médicos católicos para lograr una “aclaración exhaustiva de los hechos de este asunto”.


La atención de la mujer violada


Por su parte, el doctor Josep Maria Simón Castellví, presidente de la Federación Internacional de Médicos Católicos, ha querido recordar de forma ágil la enseñanza ética y cristiana respecto a este tema, con la siguiente argumentación que recogemos debajo:


En Moral Médica debemos tener siempre presente 4 puntos:


1.- Hacer el bien.

2.- Evitar el mal.

3.- Nunca hacer un mal para perseguir un bien.

4.- Minimizar los efectos secundarios de nuestras decisiones (y muchas veces también las de los demás).


En los casos de violación, estos puntos se podrían concretar en:


1.- Ayuda espiritual, psicológica y médica (lavado vaginal, antibióticos de amplio espectro, estudio del violador, análisis de sangre para conocer el estado de fertilidad de la mujer, etc.)

2.- Nunca administrar un fármaco abortivo o provocar un aborto.

3.- No se puede administrar un fármaco con probabilidades altas de ser antiimplantatorio (píldora del día siguiente, ulipristal, etc.) para evitar un embarazo forzado.

4.- No se puede utilizar un antiimplantatorio pues el efecto secundario de destruir un embrión humano es demasiado grande.


Además, no se puede utilizar un anovulatorio para combatir una afección como el acné deseando que actúe también como inhibidor de la ovulación (abuso del principio del doble efecto).

STAT VERITAS

Han sido los médicos alemanes, y no al revés... como cabría esperar en un mundo cuerdo, los que han recriminado a sus obispos, alertándoles de los efectos abortivos de estos "nuevos medicamentos" (las comillas son para referirme a la píldora abortiva, remedando a los señores obispos alemanes...). Tampoco se trata de una carta enviada por los médicos al gobierno alemán, ni a Mariano Rajoy, ni a Zapatero, ni a ninguna de sus respectivas y estúpidas ministras y ministrillas de igualdad en el género... Este carta que Hyerónimus nos trae, es un escrito de recriminación escrita contra los señores OBISPOS alemanes, que se muestran a favor del aborto en determinadas ocasiones. ¡¡Lo que hay que ver!!, ilustres pastores de la Iglesia defendiendo el uso de brebajes abortivos, y camuflando encima su postura bajo palabras engañosas... mientras los médicos les tienen que recriminar aduciéndoles razones científicas para desenmascarar sus mentiras.

Me supongo que este tal cardenal Joachim Meisner (el del plumero de plumas de pavo real en la cabeza), así como algunos de sus colegas de Conferencia Episcopal alemana y austriaca, también será de los que opinarán en el próximo Cónclave que habría que abrir aún mas, todavía si cabe, las ventanas de la Iglesia para que entre muchísimo mas "aire fresco" todavía... Pues, si quiere tantísimo "aire fresco" que se abanique con las plumas de pavo real que lleva su improvisado sombrerete ortopédico, y que luego se vaya a bailar con las danzarinas esas con las que salía rodeado en la televisión alemana, y deje su puesto de obispo. Menuda tropa...

In January 2006, Cardinal Karl Lehmann, Lehman, hands over his title of fool of the year to German politician Friedrich Merz @ TraditionInAction.org

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Su peculiar "AIRE FRESCO" en fotografías.....


Cardinal Joachim Meisner, Archbishop of Cologne



Archbishop Alois Kothgasser of Salzburg, Austria


Cardinal Karl Lehmann, head of the German Conference of Catholic Bishops in TV.



Cardinal Karl Lehmann, president of the German Bishop's Conference

http://www.traditioninaction.org/Rev...Archbishop.htm

¿Pero qué locura es esta? El humo de Satanás en la Iglesia adopta formas impensables, como ese... inefable disfraz de váyase usted a saber qué con jovencitas sinuosas gravitando alrededor.

¿Dónde se ha quedado la solemnidad, la gravedad y la majestad de los Ministros de Cristo? ¿Ubi sunt? Me aterra pensar que elementos de este tipo finalmente permitan que el próximo Papa sea de ese cariz, porque otro Juan XXIII ya dinamitaría plenamente la Iglesia.

Al igual que ya he expresado en otros hilo similares a éste, pienso que tenemos el deber de rezar mucho por nuestra Iglesia y pedir humildemente al Espíritu Santo que del próximo cónclave salga elegido el Papa que la iglesia en este tiempo necesita, que... desde luego, no puede ser de la cuerda de ninguno de todos estos mamarrachos infames a los que habría que mandar directamente a la hoguera. ¡¡Qué pena que no existan ya algunas venerables instituciones de antaño...!!.

Observemos con detalle la biografía de este fulano...

Karl Lehmann - Wikipedia, la enciclopedia libre

De ella, destaco algunas líneas: Tras ser ordenado sacerdote en 1963, llegó a ser asistente personal del teólogo modernista Karl Rahner y se hizo miembro del Círculo Ecuménico de Jaeger-Stahlin. Le nombró cardenal Juan Pablo II en el año 2001 y tras ocupar, a partir de ese momento, altísimos cargos en la iglesia alemana y recibir bastantes títulos honoríficos en algunas universidades, recibió en el año 2006 el Premio Abraham Geiger hebreo...

Todo ésto para acabar, lógicamente, apoyando el uso de brebajes abortivos a las embarazadas víctimas de violaciones y mofarse de la Iglesia y de la dignidad y solemnidad de su ministerio, con frecuentes escenas blasfemas como las que ya hemos visto, y "avivando" debates como éste: Cardenal alemán reanima debate sobre ordenación de las mujeres | Revolución Tres Punto Cero

Sinceramente, sean difamaciones como las del "lobby sodomita" o noticias ciertas y terribles como esta, cada día me dan más ganas de no saber nada de lo que sucede más allá de las homilías que escucho en la capilla de Santiago Apóstol y aferrarme a la Fe del centurión, y a la del carbonero, pues no comprendo qué está sucediendo con los hombres de Dios; y tengo miedo de comenzar a tirar piedras contra mi propio tejado si no manda la Providencia a un hombre capaz de meter en vereda a semejantes alimañanas. Y que Dios me perdone por estos pensamientos.

Al margen de la herejía de lo de la píldora, no sé si lo que voy a escribir ahora pueda ser considerado también herético y tenga que retractarme después, pero creo que quizá sin el celibato sacerdotal obligatorio (que es muy digno cuando supone de verdad una renuncia a la mujer cuando se siente atracción por ella) se acabaría con tanto mamarracho y tanta pluma en nuestros presbíteros y prelados. Una cosa es que el cura del barrio sea maricón y otra es ver a obispos y cardenales haciendo el imbécil en televisión. ¿Así quien va a querer hacerse católico? Por no hablar de los pedófilos, que tanto daño han hecho a la Iglesia y que es obra del clero desviado en exclusiva. Aunque bueno, espero que lo de la "liberación gay" aporte algo positivo y es que a ningún sarasón se le ocurra meterse a cura.

No sé, no sé... con lo que se ve de pederastas y sodomitas casados y con hijos (pobres críos!) me da que el fin del celibato sacerdotal no daría sino para sumar el adulterio a la colección de pecados que ostentan demasiados de los clérigos de hoy. Amigo Rodrigo, creo que el remedio ha de tomarse desde tierna edad y servir para consagrados como para seglares: moral católica. Con qué? Con catecismo, claro. Pero antes con familia y después con escuela (o seminario, o convento).

Sí que la familia, la escuela y el seminario son los que han desperdigado y deformado miles de vocaciones y devociones en los últimos tiempos. Pues nos toca a nosotros, los que seguimos profesando nuestra fe contra vientos y mareas, exigir que en nuestras casas, en las escuelas, parroquias y seminarios que educan a nuestros hijos, se regrese a una formación moral reglada por la Fe y por Sus fuentes constantes: doctrina y magisterio. Si somos coherentes - sobretodo cuando nos piden que votemos - lo lograremos. Si no lo somos, entonces Adeus "Ti" Abílio...

Yo no creo que el celibato les lleve a esas degradaciones. Pienso que son gente ya de por sí desviada que entra en el sacerdocio, con o sin conocimiento de su problema. El celibato es posible que empeore su situación, pero no es la causa. Más que eliminar el voto yo creo que habría que perseguir con más determinación estas inmoralidades intolerables. Y no sólo cuando se llega al punto de cometer el crimen.

Un hombre que verdaderamente tenga vocación, esté bien formado y lleve una buena vida de oración y sacramentos no tiene por qué tener problemas con el celibato. Eso no quiere decir que tenga tentaciones, como hombre que es, pero está en mejor situación de superarlas que otras personas que lleven una vida más relajada. El sacerdote se hace eunuco por el Reino de los Cielos, como dijo Nuestro Señor Jesucristo (Mat. 19, 11-12). Renuncia a tener mujer y familia para ocuparse mejor y sin distracciones de la grey. Es más, muchas veces pasa que está tan enamorado de Cristo o de su Santísima Madre que, a pesar de ser un amor platónico, pierde todo interés por las mujeres. Y no es que deje de ser hombre ni se vuelva homosexual. Simplemente tiene por su vocación un amor más grande que sublima el amor humano. Es típico que ante estas noticias muchos propongan el fin del celibato, pero desde luego el celibato en sí no es causa del problema. El problema está más bien en que en las últimas décadas los seminarios han dejado de formar bien a los aspirantes al sacerdocio, los han infectado de ideas modernistas y en muchos casos heréticas, les han inculcado una actitud de aceptación de muchos errores y males del mundo moderno, no verifican cuidadosamente que los seminaristas tengan verdadera vocación y, en fin, el humo de Satanás infiltrado en la Iglesia ha mezclado cizaña en abundancia entre el clero.

Qué casualidad que sea siempre el clero progre y modernista el que promueva que se puedan casar los sacerdotes.


Cardenal Keith O'Brien favorable al celibato opcional para el clero.




Los cardenales progresistas y modernistas comienzan a plantear su postura, para simpatía de los mass media, antes de Cónclave. Podemos ver las declaraciones que hizo a la BBC de Londres sobre la abolición del celibato eclesiástico aquí.

(Religión y Libertad) 23-02-2013:




El cardenal de Escocia, Keith O'Brien, a favor del celibato opcional para el clero


Será el único británico en el Cónclave


ActualidadRT.com / ReL


“Vivimos en un mundo libre y me doy cuenta de que muchos curas consideran muy difícil practicar el celibato”, ha declarado el cardenal Keith O’Brien, arzobispo de Edimburgo, de 74 años de edad, citado por la cadena BBC.

“Jesús no dijo nada al respecto del celibato clerical”, asegura.

“Hubo un tiempo en la historia en el que los sacerdotes podían casarse y además sabemos que actualmente en algunas ramas de la Iglesia Católica los curas tienen este derecho, por lo que obviamente no es de origen divino y lo podríamos volver a discutir”, precisó.

El cardenal confesó que él mismo nunca pensó en contraer matrimonio, ya que, según sus palabras, estaba siempre muy ocupado con sus deberes, pero agregó que “estaría muy feliz si otros pudieran tener la oportunidad de casarse y crear su propia familia”.

Sin embargo, comunicó que asuntos como el aborto y la eutanasia constituyen “creencias dogmáticas básicas de origen divino” que la Iglesia jamás podría aceptar.

Durante el último año, el cardenal O’Brien ha sido muy vehemente contra la iniciativa del Gobierno de Escocia de redefinir el matrimonio.

En cuanto a la votación para elegir al sucesor de Benedicto XVI, admitió que ahora podría ser un buen momento para que llegue al poder un pontífice más joven de una parte del mundo en desarrollo, donde la fe católica está prosperando.



“Los cardenales deberán analizar profundamente la situación después de tener papas de Europa durante tanto tiempo”, indicó O’Brien, añadiendo que un sucesor más joven sería capaz de servir por un periodo de tiempo más largo, “hacer más cosas y darnos más valentía”.

(Secretum Meum Mihi) 24-03-2013:




Horas antes de ser acusado de abusos sexuales, Arzobispo de Edimburgo abogaba por el fin del celibato sacerdotal




Horas antes de ser acusado de abusos sexuales (ver aquí), el cardenal Keith O’Brien, Arzobispo de Edimburgo, abogaba por el fin del celibato sacerdotal. La noticia alcanzó la primera plana de varios diarios británicos como The Scotsman, Feb-23-2013 (Imagen superior. Artículo completo aquí) y The Herald Feb-23-2013 (Imagen inferior. Artículo completo aquí).





Este es un despacho en español de agencia AFP, Feb-23-2013.


LONDRES — Los sacerdotes católicos deben poder contraer matrimonio y tener hijos, dijo el viernes el cardenal Keith O'Brien, el más importante en la jerarquía de la iglesia católica británica, en unas declaraciones a la BBC.

La regla de la Iglesia que impone el celibato de los sacerdotes “no es de origen divino” y debe ser cambiada, dijo monseñor O’Brien, se 74 años, que debe participar en el cónclave que elegirá al sucesor del papa Benedicto XVI.
“Jesús no dijo nada sobre el celibato del clero y el eventual matrimonio de los sacerdotes”, insistió O'Brien.

Por otra parte, el cardenal británico dijo que aún no sabía a quién iba a votar para reemplazar a Benedicto XVI, que el 28 de febrero próximo cesará de ser Papa, pero señaló que debía ser alguien más joven y, quizás, oriundo de un país en desarrollo.
La fuente de la noticia originalmente fue la cadena BBC, quien entrevisto al card. O’Brien, y fue quien obtuvo sus sorprendentes declaraciones sobre el celibato sacerdotal.


Este es el video de la entrevista en su original en inglés:



STAT VERITAS

“Vivimos en un mundo libre y me doy cuenta de que muchos curas consideran muy difícil practicar el celibato”, ha declarado el cardenal Keith O’Brien, arzobispo de Edimburgo, de 74 años de edad, citado por la cadena BBC.

Es que nadie dijo que eso iba a ser fácil. De hecho, no lo es y es una prueba de fuego para vencer una de las grandes tentaciones del mundo. Para estar con Dios y probarse digno de Cristo se debe superar al mundo, Él lo hizo. ¿Y no es acaso ser buen cristiano cuando imitamos la vida de Jesús?

Lo que pasa es que las nuevas hornadas son cada vez más blandas, más modernistas, y si a eso le sumamos que las nuevas tecnologías se usan para fomentar ciertos aspectos digamos venenosos de la moral y que las rameras de Babilonia son mucho más escandalosas que antes, pues el nivel se complica. Pero yo eso lo veo como un reto a superar (humillar al Diablo con sus nuevos sofismas) y revalidarse como Ministro de Dios, no como una excusa para caer en las tentaciones.

Aquel que no se entrega totalmente a Dios porque tiene en la cabeza el fornicio (y esto lo ve como un obstáculo) entonces es que ni tiene el corazón limpio ni el sacrificio - entendido como la renuncia voluntaria de un bien menor para la obtención de un bien mayor - es válido ni genuino.

Así nos va.

Yo creo que es una muestra más de la gran enfermedad de nuestros tiempos, que no es otra que la mentalidad "democrática".

En lugar de premiar al que destaca e incentivar al resto a seguir su ejemplo e inspiración, se pretende, por el contrario, igualar al mejor con el resto, cortarle las alas y rebajar su posición para que los demás no se sientan menospreciados. Es la falacia igualitarista la que hiede en todos estos absurdos.

El hombre, como bien decís, debe superarse constantemente y vencer sus debilidades. No somos meros animales, y por ello no debemos conformarnos con la vida de barro y los sentimientos mundanos que nos degradan. En todos los aspectos de nuestra vida debemos aferrarnos a las jerarquías proque son siempre la guía hacia lo elevado. Y por jerarquías no me refiero únicamente a los rangos cotidianos de poder, sino sobre todo a los ejemplos de victorias en los Valores.

La victoria sobre una debilidad, lejos de admirarse como heroismo, tiende a señalarse como una injusticia cometida contra el mediocre. El que destaca, a ojos democráticos, es culpable de ser mejor, y además comete una tremenda injusticia con los que no destacan, puesto que todos debemos ser iguales por imposición. Confundiendo flagrante e intencionadamente equidad con igualdad.

Esto nos condena eternamente a la mediocridad. Y encima a una mediocridad sumergida en el fango de la decadencia, que nos lleva a una "involución" constante de valores y a una corrupción sin límites de todo lo que nos debiera llevar hacia la santidad.

Lo peor es que esa mentalidad igualitarista ha calado tanto que cuando tenemos ante nosotros un reto, como por ejemplo el dominio de nuestros más básicos instintos, como es el caso de los sacerdotes, lo que impera es "liberar" a esos pobres hombres mejores incitándoles a ser como el resto, con una irreal "justicia" que lo único que consigue es hundir en la miseria al ser humano.

El querer que los reyes sean como los demás, que los sacerdotes sean como los demás o que, en definitiva, los que destacan sean como los que no destacan, pienso que es a todas luces un atentado contra toda esencia espiritual y combativa del hombre. Que le tienta con la despreocupación y le condena al barro. Ese es el mundo moderno, el del olvido y condena del heroe, y el del ensalzamiento de la media.

Para mí, desde luego, que los sacerdotes no son unos "pobrecitos" que no pueden hacer tal o cual cosa que yo sí puedo. Sino que yo soy el "pobrecito" que no es capaz de dominar sus instintos como esos hombres de Dios sí que pueden.

no hay que caer en el engaño modernista de ese discurso,Mio Rodrigo.Ciertamente el celibato ya es opcional,en cuanto a que,se tiene la opcion de ser o no ser un Pater,asi de simple.

Un abrazo en Xto.

Iniciado por Rodrigo

...creo que quizá sin el celibato sacerdotal obligatorio (que es muy digno cuando supone de verdad una renuncia a la mujer cuando se siente atracción por ella) se acabaría con tanto mamarracho y tanta pluma en nuestros presbíteros y prelados...

Nada mas alejado de la realidad, estimado Rodrigo. Si la progresía consigue vencer en la batalla por esa plaza, luego habría que volver a ceder en otras. Imagina la situación, es bien fácil de imaginar... comenzaría mas o menos así:

Algunos ejemplos que ya son noticia:

• Homosexuales católicos reclaman la apertura de su iglesia - Univision Foro / Forum
• Los "curas rebeldes" austríacos reclaman a la Iglesia la inclusión de los divorciados, gays y sacerdotes casados :: Mundo :: Religión Digital
• Feministas reclaman por las sacerdotes mujeres - La Gaceta
• Homosexuales católicos reclaman la apertura de su iglesia - Univision Foro / Forum
• Ordenan pagar pensión a homosexual que fue pareja de un sacerdote | Nación | Noticiascaracol.com

Y como vemos, no hay ni siquiera que imaginarlo, porque ya está aquí esa guerra. ¿Y qué haría la Iglesia?, ¿ceder de nuevo y permitir que los curas gays se puedan casar con hombres?. Y luego vendría la guerra para que las mujeres se pudieran ordenar (o quizás esta plaza también estuviera ya cedida al enemigo), y entonces vendría la lucha porque las nuevas sacerdotisas aquejadas del vicio del lesbianismo, también puedan casarse con sus compañeras. Y ya puestos... ¿por qué no vamos a ver los católicos con "los mismos buenos ojos" que la sacerdotisas lesbienas tenga un hijo por inseminación o acudan al 'mercado público' de la adopción al amparo de las nuevas leyes?. ¿Y qué ocurriría cuando, no quisiera tenerlo... y reclamen su 'derecho' a la 'libre opción' por la no-maternidad tras un embarazo imprevisto?. ¿Y un cura maricón saliendo de la iglesia a pasear agarrado de la mano con su novio camionero...?. ¿Y cáritas subvencionando abortos...?. La espiral sería interminable.... Pero, ¿estamos seguros de que se acabaría ahí la guerra?. Luego habría que luchar de nuevo para permitir que el cura pueda tener oficialmente una querida o un querido, además de su hombre o mujer oficial, y luego, ¿por qué no permitir la vida en comuna hippie para las monjas y monjes de los conventos mixtos?, y así sucesivamente... ¿Nos estamos volviendo locos?.

Con los demonios no se negocia, ni se llega a posiciones de consenso. No existe el 'mal menor', solo existe el bien y el mal. Es como aquél debate malintencionado en el que alguien comienza diciendo que hay que ser siempre fiel en el matrimonio, y alguien dice: 'Pues yo no lo soy casi nunca, y mi conciencia está siempre tranquila...'. Y comienza entonces el debate, y alguien dice, hombre... también es verdad, es que siempre, siempre... es una posición demasiado extremista. Hay que admitir las debilidades humanas. Y al final del debate, se determina que ambos extremos son radicalismos extremistas sin sentido (tanto la postura de los que dicen que 'siempre', como la de aquellos que dicen 'nunca'), y se adopta una posición de consenso en la que ponerle los cuernos a la mujer como mucho una vez al año, no es del todo tan malo, con lo que habremos admitido el adulterio. Y luego, solo sería una cuestión de ajustar las cifras para llegar al punto que queramos. Es como aquello de permitir cobrar un simple euro por receta. Con esa medida, habremos dejado de lado el modelo de acceso a la sanidad gratuíto...

No caigamos en el error de buscar la concordia con los enemigos. Con el mal no se negocia.

Un abrazo en Cristo

Aclaro, para que no se malinterprete lo que dije, que no creo que el celibato "haga homosexual" a los sacerdotes ni nada por el estilo. Lo que creo indudable es que muchos homosexuales se metieron a curas sin tener quizá una fuerte vocación, porque para ellos no suponía una renuncia a nada ya que en aquella época no estaba bien visto irse a vivir con otro hombre y no tenían, por así decirlo, nada que perder. Es más, hasta les reportaba un cierto prestigio social, aunque hoy evidentemente no es el caso. Es decir, en algunos casos el celibato realmente supuso una renuncia, pero en otros, no supusuo una renuncia de ningún tipo sino una vía de escape para no ser vistos como "bichos raros".

Por eso, lo que digo del celibato opcional, seguramente no sea nada conveniente aplicarlo ahora, porque realmente podría ser interpretado como una victoria más de los modernistas, pero pienso que en su día quizá habría ayudado a reducir la proporción de elementos desviados dentro del clero, que según mi parecer es mucho más alta de lo que sería deseable, por el hecho de las vocaciones que se hayan podido perder por renuncia a una familia. No creo que sea un tema de poca importancia, pues la influencia de estos elementos afeminados puede haber tenido mucho que ver en la "modernización" de la Iglesia y la infiltración de todo tipo de herejías modernistas, a parte de lo de la pederastia.

¿Es que eso a qué nos lleva? A reemplazar la gloria de la Iglesia por el "pueblo". Viéndolo con perspectiva es lo que vienen haciendo con los nefastos cambios en el orden y la tradición. En las misas ahora el pueblo es protagonista y no el altar, el sacerdote no es sacerdote, sino presidente de los congregados; la esencia divina del misterio se esconde para que predomine la social. Ir restando admirables hechos diferenciales que los sacerdotes y miembros de la Iglesia consiguen con su devoción y loable sacrifico es querer convertirles en "pueblo".

Es ir un paso más allá en la destrucción de la religión, que es a lo que nos lleva el modernismo. Si un sacerdote es un hombre normal con ciertos conocimientos, primero deja de ser una autoridad de Dios a la que someterse y, segundo y más preocupante, pierde su capacidad de sacralizar sus actos y convierte las ceremonias y ministerios sagrados en reuniones profanas.