Sí, si; no, no. Las cosas claras y el chocolate espeso. Sea vuestro sí, sí. Sea vuestro no, no. El Sumo Pontífice tiene que ser claro y dejarse de ambigüedades.
Cualquier cosa con tal de justificar al Papa. Si fuese otro quien dijese esas cosas sería un "hereje".
Entendería que dijese que no existe un Dios católico sino un Dios para todos los cristianos. Eso sería aceptable. Pero decir que Dios es cristiano no supone subordinarlo sino indicar que el cristianismo se afirma a sí mismo como religión verdadera. Lo contrario implica decir que todas las demás religiones también pueden llegar al mismo Dios, una cosa que ya nos habían intentado inculcar anteriormente diciendo que todas las religiones adoran al mismo Dios, como había dicho Juan Pablo II. Y por supuesto, si no hay un Dios cristiano y todas adoran al mismo ¿Por qué no fusionarlas ya todas en una sola religión mundial lo más progre y tolerante posible?
Y que conste que soy una persona favorable como decía Ramiro Ledesma al asecularismo del estado y a la buena relación con otros colectivos religiosos como la ejemplar Siria de Bashar Al Assad. Me parece incluso respetable el agnosticismo y el ateísmo de un individuo. Pero una cosa es eso y otra muy distinta el modernismo que nos quiere inculcar la nueva anti-Iglesia. Una cosa es respetar a los demás y otra muy distinta tergiversar lo propio.
Todas las explicaciones que se dan para intentar justificar o minimizar las burradas cismáticas y heréticas de Bergoglio son simplemente ganas de justificar lo injustificable. Es buscarle cinco pies al gato. Lo que ha dicho ya ha quedado muy clarito y no es necesario que nadie nos haga interpretaciones. Bergoglio, otra cosa no hará bien, pero desde luego se expresa de maravilla y con total claridad. No hacen falta interpretadores.
Sigo insistiendo en que este proceso de degeneración de la Iglesia evidentemente no es algo nuevo, es algo planificado desde muy atrás, pero con este ¿Papa? actual ha dado un salto impresionante y de lo contrario no estaríamos ya con este hilo. Decir que la Iglesia está "obsesionada" con el aborto ha sido ya el súmmun. Y no me digáis que los anteriores ya habían hablado de "paternidad y planificación responsable" y esas cosas. Evidentemente eso fué el comienzo pero no se puede comparar al salto actual. No me digáis que es lo mismo hablar solamente de "planificación" de cuando tener los hijos que mencionar ya directamente el infanticidio. No me digáis que es lo mismo decir "control" que decir directa y abiertamente "aborto" ¡Por favor! ¿Acaso eso no es un salto?
Y tampoco me digáis que es lo mismo decir que hay que intentar ser comprensivo con la homosexualidad que organizar toda una bacanal en Brasil, con los cardenales de jarana, y hasta con un pornógrafo gay y todo. Y con un miembro que hasta dice que el enfermo es el que lo critica por no aceptarlo ¡Por favor! ¿Eso tampoco es un salto?
El proceso de destrucción de la Iglesia comienza con leves frases tolerantes no demasiado graves en principio tipo "Hay que ser comprensivo con la homosexualidad" "Todas las religiones adoran al mismo Dios" etc. El segundo paso es profundizar en esas desviaciones con frases ya mucho más explícitas y graves tipo "No existe un Dios católico" "Estamos obsesionados con el aborto" "¿Quién soy yo para juzgar a un gay?" etc. El último paso y meta final será la creación de una religión universalista, hippiesca tipo New Age como una especie de culto sincrético de varias religiones distintas con un carácter claramente amanerado y globalista para los borregos subordinados a la élite mundial. La destrucción de la religiones tradicionales es un punto clave en la agenda de la globalización. Una creencia conformista y "tolerante" que sea igual para todos es lo ideal para la globalización.
Pues yo para eso casi prefiero que triunfe el islam. Total, si Dios no es católico y todas las religiones adoran al mismo ¿Por qué no voy a poder adorar a Allah en dirección a la Meca?
Sí, si; no, no. Las cosas claras y el chocolate espeso. Sea vuestro sí, sí. Sea vuestro no, no. El Sumo Pontífice tiene que ser claro y dejarse de ambigüedades.
Estos son mis principios...
La primera ley de la historia es no atreverse a mentir, la segunda, no temer decir la verdad. ¿Y la primera ley del periodismo? Depende...
De acuerdo con infocatólica:
Según informa el National Catholic Regiser, el contenido de la entrevista entre Scalfari y el Papa, que fue publicada en el diario italiano La Repubblica, no fue ni grabado ni transcrito literalmente por parte el periodista. Scalfari ni siquiera tomó notas de su charla con el Santo Padre. Por tanto, todo lo que se publicó formaba parte de su recuerdo de las palabras del Papa. El cofundador de La Repubblica asegura que envió el texto para que Francisco diera el visto bueno, pero en la Santa Sede no tienen nada claro que el Papa leyera detenidamente lo que finalmente se ha publicado. De hecho, en una nota publicada por la Santa Sede, se explica que la entrevista es una re-construcción de la charla del periodista con el Papa y hay riesgo de que se hayan perdido detalles clave o se hayan fundido en un solo texto diversos momentos de la conversación.
Pero el blog Secretum mehum mihi, hace unos días ofrecía la traducción de unas palabras del p. Federico Lombardi, en las que afirmaba claramente que en la entrevista concedida al director de La Repubblica, Eugenio Scalfari, y luego publicada, se ha respetado el “sentido” de las palabras del Papa :
La afirmación proviene del Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, quien en la mañana del Jueves, Oct-03-2013, lo ha aclarado a los periodistas en rueda de prensa. Escribe la agencia informativa de la Conferencia Episcopal Italiana, SIR (traducción de Secretum Meum Mihi):
En cuanto a la entrevista en cuestión, también publicada en “L'Osservatore Romano”, el padre Lombardi ha puntualizado que “no es un documento escrito del Papa, ni revisado por él”. Sin embargo, “el sentido de lo que se ha expresado es de confianza”, porque quien lo ha escrito “es una persona autorizada y responsable que ha publicado el contenido de una conversación, autorizada por el Papa”.
En el día de ayer, o sea, Oct-03-2013, el texto de la entrevista se encontraba disponible en italiano en el sitio de internet del Vaticano. Ya el día de hoy, o sea, Oct-04-2013, aparece la misma disponible en español.
Por tanto, lo que pretendió decir Francisco a Eugenio Scalfari, lo ha dicho en “el sentido” en el que se ha conocido y así debe entenderse. Lo ha aclarado su portavoz.
El blog incluye las capturas de pantalla del sitio del Vaticano, que hemos de pensar que no se presta a semejantes chapuzas informativas. Es posible que Francisco no revisara la entrevista. Pero, ¿por qué hemos de dejar de creer al vocero oficial del Vaticano, p. Lombardi, cuando afirma que la entrevista ha respetado el “sentido” de lo dicho por el Papa, aunque tal vez no su letra, y que su contenido se ha publicado con autorización del Romano Pontífice?
En la lógica, según Piergiorgio Odifreddi, existe una expresión -jocosa, suponemos- que se llama "verdad jesuítica", que significa decir la verdad mintiendo o mentir diciendo la verdad. En fin, parece que estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.
P.S.: de próxima aparición:
El Riachuelo es el tercer río más contaminado del mundo.
infoCaótica
El Papa llora la muerte de inmigrantes clandestinos pero no la matanza de cristianos: esa es la vergüenza
Patrizia Stella
¡Es una vergüenza! Ha exclamado con fuerza el Papa Francisco aludiendo a las innumerables víctimas de los desembarcos ilegales en nuestras costas. Pero tenemos que preguntarnos asombrados: ¿vergüenza para quién? Obviamente para nosotros los italianos, ya acusados de insensibilidad hacia los desafortunados que caen de repente en nuestras costas, tanto es así que el año pasado el mismo Papa nos ha invitado a proclamar un clamoroso “mea culpa” como si fuéramos los responsables de tantos desastres
Ni una palabra de agradecimiento del Papa, al menos hacia las fuerzas del orden italianas que con gran heroísmo y sacrificio, durante décadas dan acogida, alimento, alojamiento, etc. a todos los extranjeros que se presentan, incluso si son delincuentes. Ni siquiera una palabra de agradecimiento a nuestros heroicos voluntarios del lugar, que dejando todo, más de una vez , van al rescate de estas personas pobres a las que tratan de reanimar con masajes cardíacos, mantas, ropa, agua y tantas otras cosas!
Y en vez de gracias, los italianos tenemos que sufrir reproches, no solamente de parte de los políticos de la Unión Europea que vienen con un aire de superioridad a nuestra casa sólo para humillarnos y mandarnos, sino incluso por parte un Papa que vino del fin del mundo que, al parecer, no le gusta ni Italia ni los italianos, ni las ovejas de su rebaño esparcidas por todo el mundo.
De hecho, si las amara, tronaría también fuertemente en contra de las matanzas de cristianos que cada día en muchas partes del mundo son brutalmente asesinados a cientos, la mayoría de las veces por terroristas islámicos, cortados en pedazos, sacrificados, quemados vivos en sus casas o iglesias, sus mujeres violadas y luego asesinadas. La diferencia es que, mientras que la muerte en el mar de inmigrantes ilegales se debe únicamente a la desgracia, incluso predecible cuando vas por un mar tormentoso en barcazas desechables, en el caso de los cristianos en cambio, se trata de matanzas brutales, atroces, buscadas y queridas sobre todo por los que, en nombre de los dioses falsos, quieren someter al mundo a su visión teocrática delirante. Y aquí todo el mundo está en silencio, incluso el Papa. ¡Nunca una palabra, una aclaración debida, una toma de posición a nuestro favor!
En efecto, como si eso no fuera suficiente, el mismo Bergoglio dijo que quería ofrecer a estos ilegales incluso nuestras iglesias, conventos y seminarios medio vacías, estructuras que serían expuestas a profanación y reducidas en poco tiempo a un muladar, al igual que ocurre, por desgracia con nuestros centros de acogida, muchos de los cuales están siendo quemados. Aunque esto se pudiera hacer, es utópico y desacralizante querer resolver de esta manera un problema de dimensiones planetarias. Además, ¿quién podría manejar estas masas cada vez mayores y desbandadas, de personas con frecuencia violentas en estos hipotéticos lugares sacros? ¿Los sacerdotes? ¿Las monjas? ¿Los ayuntamientos? ¿La policía? ¿El Vaticano?
Si faltan durante décadas las vocaciones que antes llenaban los seminarios y los conventos y las iglesias, con miles de misioneros y apóstoles para evangelizar y hacer el bien en todo el mundo, esto se debe a nuestra infidelidad repetida Si tuviéramos fe, seguiríamos el consejo de Jesús, que nos invita a orar al Señor de la mies que envíe trabajadores para llenar todas nuestras estructuras, elevando un coro de oraciones y súplicas al Señor para que se apiade de su pueblo. Ciertamente no es expulsando a Dios de su Templo Sagrado para entregarlo a los menos privilegiados como podemos resolver estos y otros problemas dramáticos que nos afectan. Cristo mismo ha alejado con el látigo a los “vendedores” del templo, declarando enfáticamente que la suyo es, y debe seguir siendo, una casa de oración, porque todo lo demás se tiene que hacer en otros lugares.
El Papa, aunque impulsado por las buenas intenciones de vivir pobremente y de encontrarse con los pobres al estilo franciscano, es, ante todo Papa, le guste o no, ha sido revestido por Cristo mismo de un mandato único, especial, divino. Por lo tanto, debe calibrar y sopesar todas sus palabras, sus acciones y reacciones, para no correr el riesgo de ser instrumentalizado y ridiculizado especialmente por aquella masonería que querría envilecer la figura del Papa en su función de Vicario, nada menos, que de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, para reducirlo a un Ministro cualquiera de lo sagrado, que atrae a multitudes por su buenismo gratuito, porque todo el mundo se siente confirmado en sus ideas y en sus errores, centrándose en una misericordia ciega que excluye la conversión y el cambio de la vida!
Desde ese fatídico día de la renuncia del Papa Benedicto XVI, desde aquel 11 de febrero de 2013, se perfilan tiempos muy difíciles para la Iglesia y para el mundo entero, los tiempos oscuros que un rayo caído del cielo, golpeando incluso la cúpula de San Pedro la noche de la renuncia, se puede decir que nos quiso anunciar, para que los católicos salgan de su letargo e invoquen el poder de Dios y la intervención de su Hijo Jesús sobre toda la Iglesia y el Papado: “Ven y ayúdanos, Señor Jesús, sálvanos del hombre inicuo, defiende a tu Iglesia y a tu Vicario el Papa”
¿Falso alarmismo? ¿Miedo exagerado? ¿Apocalíptico? Hago mías las palabras de Manzoni cuando en los momentos difíciles, exhortaba así: “Mejor agitarse en la duda, que descansar en el error”.
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"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
Por supuesto estimado Alacrán. Era solo una forma de ironizar.
Acercarnos a la sana Iglesia Ortodoxa siempre será algo positivo, eso por supuesto. Es un reducto incontaminado. Si algún católico se atreve a echarle en cara el cisma, habría que echarle en cara a él todo lo que está haciendo el "catolicismo" actual. La definición gráfica de lo que es el "catolicismo" actual ya nos la ha dado Hyeronimus. El cristianismo está por encima del catolicismo, ortodoxismo, o protestantismo.
Un saludo.
No es que sean "ambigüedades" estimado Hyeronimus. Es que son directamente herejías anticristianas muy explícitas. Ni siquiera hay ambigüedad. Ambigüedad era lo que tenían los anteriores, éste es claro y explícito. Ahora con el nuevo "catolicismo", ya sabes explícitamente que el pecador no es el sodomita sino tú y yo porque lo criticamos. Ya no hay ambigüedad.
A veces me pregunto... ¿estamos ya en la Gran Tribulación? ¿Sera el Papa Francisco aquel que las profecías llamaron Falso Profeta, aquel que como parodia diabólica de san Juan el Bautista, prepararía la llegada del antiCristo triunfante? Hoy fui a la Iglesia solo para ver como un sacerdote era denunciado por acostarse y embarazar a la mujer de quien pidió ayuda para arreglar su matrimonio. El hombre, visiblemente lastimado, gritaba que respondiera por su fechoría. Yo solo me acerque y le consolé con una abrazo y regalandole palabras de aliento.
El hombre que consolé no era ningún desconocido. Es mi primo hermano. Y perdió a su familia por culpa de esta Iglesia PostConciliar. Ese clero de pecho frío. Francisco ha dicho que no existe un Dios católico... tal vez tenga razón, tal vez no existe un Dios Católico, tal vez todo esto sea una pesadilla de la cual no podemos despertar. No aun. No hasta que Aquel que subió al Cielo y esta a la Diestra del Padre baje solo para mostrarnos que existe un Dios Católico. Y que las lagrimas de mi primo hermano serán algún día la alegría de la Justicia Celestial.
Lamento esto, pero hermanos, tenia que desahogarme.
Pax.
ESTE PAPA NO NOS GUSTA
A fuerza de combatir, la lucha se vuelve más cuesta arriba y arrecia la tentación de desistir. Jesús fue tentado cuando llegaba al término de su cuaresma, y no falta la lección de aquellos santos que debieron enfrentar las más arduas pruebas -la llamada «noche del espíritu»- cuando ya entreveían la cima, el día pleno. Según consta por tan admirables ejemplos, es entonces cuando más urge la perseverancia.
En la situación de anomalía sin descuentos en que se encuentra la Iglesia, no nos está siendo ahorrada -incluso entre las voces críticas de este pontificado, tan dolorosamente singular- alguna que otra señal de cansancio. Al fin de cuentas el sol sigue saliendo cada día, y un papa proclive a escandalizar en cada parada no alcanza a detener la costumbre rotatoria de los astros. Y entonces se cierne la tentación de absorber la anomalía en la regla, y de atenuar la horrísona verba papal por el recurso a alguna que otra dicción correcta, y de reconocerle incluso algunas virtudes -que, sin duda, las ha de tener. Estas cosas no atemperan nada; en rigor, no hacen más que confirmar el tenor de las falencias que, exhibidas como triunfos, acaban por herir gravemente la dignidad papal en el hombre que de momento la inviste.
Para provecho y aliento en la contienda, ofrecemos la traducción de un artículo aparecido ayer en el diario Il Foglio y reproducido en varios sitios italianos. Ellos nos recuerdan que hay un contexto aún más amplio que el párrafo del que se entresaca alguna afirmación malsonante de Francisco, y que incluso el párrafo que se trae en su defensa puede ser un testigo comprometedor. Que de nada sirve meter el sensus fidei en el alambique para ahorrarle mortificaciones, y que el análisis urge la síntesis, sin escapatorias.
ESTE PAPA NO NOS GUSTA
por Alessandro Gnocchi y Mario Palmaro
Cuánto haya costado la imponente exhibición de pobreza de la que el papa Francisco fue protagonista el 4 de octubre en Asís, no es cosa que se sepa. Cierto es que, en tiempos en los que está tan de moda la simplificación, se nos ocurre que la histórica jornada ha tenido muy poco de franciscano. Una partitura bien escrita y bien interpretada, si se quiere, pero privada del quid que hizo que el espíritu de Francisco, el santo, resultara único: la sorpresa que desaira al mundo. Francisco, el papa, que abraza a los enfermos, que se apretuja con la multitud, que bromea, que improvisa discursos, que asciende al Panda, que abandona a los cardenales durante el almuerzo con las autoridades para ir a la mesa de los pobres, era cuanto menos descontado que pudiera esperarse, y ocurrió puntualmente. Naturalmente con gran concurso de prensa católica y para-católica lista a exaltar la humildad del gesto y soltando un suspiro de alivio porque, esta vez, el papa habló del encuentro con Cristo. Y de la prensa laica diciendo que, ahora sí, la Iglesia se pone a tono con los tiempos. Toda buena mercadería para el titulador de medio calibre que quiere cerrar de prisa el diario y mañana se verá.
No hubo ni siquiera la sorpresa del gesto clamoroso. Pero incluso ésta sería bien poca cosa, en vistas de cuánto el papa Bergoglio ha dicho y hecho en sólo medio año de pontificado concluido con los guiños a Eugenio Scalfari y con la entrevista a Civiltà Cattolica.
Los únicos que se vieron derrotados, en este caso, habrían sido los "normalistas", aquellos católicos que se esfuerzan patéticamente en convencer al prójimo, y aún más patéticamente en convencerse a sí mismos, de que nada ha cambiado. Es todo normal y, como de costumbre, es culpa de los diarios que tergiversan al papa a gusto, el cual diría sólo de manera distinta las mismas verdades enseñadas por sus predecesores.
Aunque el periodismo sea el oficio más antiguo del mundo, resulta difícil dar crédito a esta tesis. «Santidad», pregunta por ejemplo Scalfari en su entrevista, «¿existe una visión única del Bien? ¿Y quién la establece?». «Cada uno de nosotros», responde el papa, «tiene una visión del Bien y del Mal. Nosotros debemos animar a cada uno a dirigirse a lo que piensa que es el Bien». «Usted, Santidad» acosa jesuíticamente Eugenio, a quien no le parece real, «ya lo escribió en la carta que me mandó. La conciencia es autónoma, dijo, y cada uno debe obedecer a la propia conciencia. Creo que esta es una de las frases más valientes dichas por un Papa». «Y aquí lo repito», confirma el papa, a quien tampoco le parece cierto: «cada uno tiene su propia idea del Bien y del Mal y debe elegir seguir el Bien y combatir el Mal como él lo concibe. Bastaría eso para cambiar el mundo».
A Vaticano II ya concluido y a post-concilio más que aviado, en el capítulo 32 de la Veritatis Splendor Juan Pablo II escribía, refutando a «algunas corrientes de pensamiento moderno» que «se han atribuido a la conciencia individual las prerrogativas de una instancia suprema del juicio moral, que decide categóricamente e infaliblemente acerca del bien y el mal (...), al punto que se ha llegado a una concepción radicalmente subjetivista del juicio moral». Incluso el "normalista" más antojadizo debiera encontrar difícil conciliar el Bergoglio 2013 con el Wojtyla 1993.
En presencia de un tal cambio de ruta, los diarios hacen su honesto y descontado trabajo. Retoman las frases del papa Francisco en evidente contraste con aquello que los papas y la Iglesia han enseñado siempre y las transforman en titulares de primera página. Y entonces el "normalista", que dice siempre y doquiera aquello que piensa L' Osservatore Romano, sacan el contexto a colación. Las frases extrapoladas del bendito contexto no reflejarían la mens de aquel que las pronunció. Sin embargo -y es la historia de la Iglesia quien así lo enseña-, ciertas frases de sentido completo tienen sentido y son juzgadas con prescindencia del contexto. Si en una larga entrevista alguien sostiene que «Hitler ha sido un benefactor de la humanidad», difícilmente podrá evadirse ante el mundo invocando el contexto. Si un papa dice en una entrevista «yo creo en Dios, no en un Dios católico», es que el pastiche se ha consumado sin atenuantes. Hace dos mil años que la Iglesia juzga las afirmaciones doctrinales aislándolas del contexto. En 1713, Clemente XI publica la constitución Unigenitus Dei Filius, en la que condena 101 proposiciones del teólogo Pasquier Quesnel. En 1864, Pío IX publica en el Syllabus un elenco de proposiciones erróneas. En 1907, san Pío X adjunta a la Pascendi dominici gregis 65 frases incompatibles con el catolicismo. Y son sólo algunos ejemplos para decir que el error, cuando se encuentra, se reconoce a ojos vista. Un repasito al Denzinger no haría mal.
Por otro lado, en el caso de las entrevistas de Bergoglio, el análisis del contexto puede incluso empeorar las cosas. Cuando, por ejemplo, el papa Francisco le dice a Scalfari que «el proselitismo es una solemne tontería», el "normalista" explica de prisa que se está hablando del proselitismo agresivo de las sectas sudamericanas. Lamentablemente, en la entrevista, Francisco dice a Scalfari «no quiero convertirlo». Se sigue que, en la interpretación auténtica, cuando se define "solemne tontería" el proselitismo, se entiende el esfuerzo hecho por la Iglesia para convertir a las almas al catolicismo.
Sería difícil interpretar el concepto de otra manera, a la luz de las bodas entre Evangelio y mundo, que Francisco bendijo en la entrevista de Civiltà Cattolica. «El Vaticano II», explica el papa «supuso una relectura del Evangelio a la luz de la cultura contemporánea. Produjo un movimiento de renovación que viene sencillamente del mismo Evangelio. Los frutos son enormes. Basta recordar la liturgia. El trabajo de reforma litúrgica hizo un servicio al pueblo, releyendo el Evangelio a la luz de una situación histórica completa. Sí, hay líneas de continuidad y de discontinuidad, pero una cosa es clara: la dinámica de lectura del Evangelio actualizada para hoy, propia del Concilio, es absolutamente irreversible». Así, justamente: no más el mundo medido a la luz del Evangelio, sino el Evangelio deformado a la luz del mundo, de la cultura contemporánea. Y quizás cuántas veces tendrá aún que ocurrir, a cada vuelta del cambio cultural, emplazando cada vez la relectura precedente: no otra cosa que el "concilio permanente" teorizado por el jesuita Carlo Maria Martini.
Suguiendo este surco se va elevando sobre el horizonte la idea de una nueva Iglesia, el «hospital de campaña» evocado en la entrevista a Civiltà Cattolica donde resulta que los médicos, hasta el día de hoy, parecen no haber cumplido bien su oficio. «Estoy pensando en la situación de una mujer que tiene a sus espaldas el fracaso de un matrimonio en el que se dio también un aborto», continúa diciendo el papa. «Después de aquello esta mujer se ha vuelto a casar y ahora vive en paz con cinco hijos. El aborto le pesa enormemente y está sinceramente arrepentida. Le encantaría retomar la vida cristiana. ¿Qué hace el confesor?». Un discurso construido sabiamente para ser rematado con una pregunta después de la cual se vuelve al comienzo para mudar argumento, casi destacando la incapacidad de la Iglesia para responder. Un pasaje desconcertante si se piensa que la Iglesia satisface desde hace dos mil años tal dilema con una regla que permite la absolución del pecador, con la condición de que esté arrepentido y que se esfuerce en no permanecer en el pecado. Y sin embargo, subyugadas por la desbordante personalidad del papa Bergoglio, legiones de católicos se han tragado la fábula de un problema que en realidad no ha existido jamás. Todos allí, con sentimiento de culpa por dos mil años de presuntas supercherías a expensas de los pobres pecadores, a agradecerle al obispo venido desde el fin del mundo, no el haber resuelto un problema que no existía, sino el haberlo inventado.
El aspecto inquietante del pensamiento subentendido en tales afirmaciones es la idea de una alternativa insanable entre rigor doctrinal y misericordia: si está el uno, no puede estar la otra. Pero la Iglesia, desde siempre, enseña y vive exactamente lo contrario. Son la percepción del pecado y el arrepentimiento por haberlo cometido, junto al propósito de evitarlo en lo futuro, los que hacen posible el perdón de Dios. Jesús salva a la adúltera de la lapidación, la absuelve, pero la despide diciendo «vete y no peques más». No le dice: «vete, y date por segura de que mi Iglesia no ejercitará ninguna injerencia espiritual en tu vida personal».
Visto el consenso prácticamente unánime del pueblo católico y el enamoramiento del mundo, contra el cual y no obstante el Evangelio debiera poner sobre aviso, diríase que seis meses del papa Francisco han cambiado una época. En realidad se asiste al fenómeno de un líder que dice a la multitud aquello que la multitud quiere que se le diga. Pero es innegable que esto se ejecuta con gran talento y mucho oficio. La comunicación con el pueblo, que se ha convertido en pueblo de Dios allí donde de hecho no hay más distinción entre creyentes y no creyentes, es sólo -en una pequeñísima parte- directa y espontánea. Incluso los baños de multitud en la plaza San Pedro, en la Jornada Mundial de la Juventud, en Lampedusa o en Asís, son filtrados por los medios de comunicación que se encargan de suministrar los acontecimientos juntamente con su interpretación.
El fenómeno Francisco no se substrae a la regla fundamental del juego mediático sino que, más aún, se sirve de él casi hasta volvérsele connatural. El mecanismo fue definido con gran eficacia a comienzos de los años ochenta por Mario Alighiero Manacorda en un provechoso librito con el provechosísimo título de El lenguaje televisivo. O la loca anadiplosis. La anadiplosis es una figura retórica que, como ocurre en este renglón, hace empezar una frase con el término principal contenido en la frase precedente. Tal artificio retórico, según Manacorda, se ha convertido en la esencia del lenguaje mediático. «Estos modos puramente formales, superfluos, inútiles e incomprensibles en lo tocante a la sustancia» decía, «inducen al oyente a seguir la parte formal, es decir la figura retórica, y a olvidar la parte sustancial».
Con el tiempo, la comunicación de masas ha terminado por sustituir definitivamente el aspecto formal por el sustancial, la apariencia a la verdad. Y lo ha hecho, en particular, gracias a las figuras retóricas de la sinécdoque y de la metonimia, con las cuales se representa el todo por la parte. La velocidad crecientemente vertiginosa de la información impone descuidar el conjunto y lleva a concentrarse sobre algunos particulares elegidos con pericia para dar una lectura del fenómeno complexivo. Cada vez más a menudo, diarios, tv, sitios de internete, resumen los grandes eventos en un detalle.
Desde este punto de vista, parece que el papa Francisco estuviera hecho para los mass media y que los mass media estuvieran hechos para el papa Francisco. Basta sólo con citar el ejemplo del hombre vestido de blanco que desciende por la escalera del avión llevando un andrajoso bolso de cuero negro: perfecta utilización de sinécdoque y metonimia a la vez. La figura del papa resulta absorbida por aquel bolso negro que anula la imagen sacral transmitida por siglos para devolver otra completamente nueva y mundana: el papa, el nuevo papa, está todo presente en aquel particular que exalta la pobreza, la humildad, la entrega, el trabajo, la contemporaneidad, la cotidianidad, la proximidad a cuanto de más terreno se pueda imaginar.
El efecto final de tal proceso lleva a disponer el concepto impersonal de papado como telón de fondo, y a la contemporánea salida a escena de la persona que lo encarna. El efecto es tanto más detonante si se observa que los destinatarios del mensaje asumen el significado exactamente opuesto: exaltan la gran humildad del hombre y piensan que éste le da lustre al papado.
Por efecto de sinécdoque y de metonimia, el paso sucesivo consiste en identificar la persona del papa con el papado: una parte por el todo, y Simón ha destronado a Pedro. Este fenómeno logra ciertamente que Bergoglio, aun expresándose formalmente como doctor privado, transforme de hecho cualquiera de sus gestos y cualquiera de sus palabras en un acto de magisterio. Si luego se piensa que aun la mayor parte de los católicos está convencida de que todo lo que dice el papa sea sólo y siempre infalible, el juego está completo. Por más que se pueda protestar que una carta a Scalfari o una entrevista a quien sea valgan incluso menos que el parecer de un doctor privado, en la época mass-mediática el efecto que producirán resultará inconmensurablemente mayor que el de cualquier pronunciamiento solemne. Es más: cuanto más formalmente pequeños e insignificantes resulten el gesto o el discurso, tanto mayor efecto tendrán y serán considerados como irreprochables e irrecusables.
No por caso la simbología que sostiene este fenómeno está hecha de pobres cosas cotidianas. El bolso negro llevado en la mano en el avión es un ejemplo de escuela. Pero también cuando se habla de la cruz pectoral, del anillo, del altar, de los objetos sagrados o de los paramentos, se habla del material con el que están hechos y ya no más de lo que representan: la materia informe le ha sacado ventaja a la forma. De hecho, Jesús ya no se encuentra más en la cruz que el papa lleva al cuello porque la gente es inducida a contemplar el hierro con el que el objeto fue producido. Una vez más la parte se engulle al Todo, que acá se escribe con T mayúscula. Y a la «carne de Cristo» se la busca en otra parte y cada uno acaba por identificar donde quiere el holocausto que más le viene a gusto. En estos días, en Lampedusa; mañana, quién sabe.
Es el éxito de la sabiduría del mundo, que san Pablo rechazaba como estulticia y que hoy es empleada para releer el Evangelio con los ojos de la tv. Pero ya en 1969 Marshall McLuhan escribía a Jacques Maritain: «los ambientes de la información electrónica, que han sido completamente etéreos, nutren la ilusión del mundo como sustancia espiritual. Éste es un razonable facsímil del Cuerpo Místico, una ensordecedora manifestación del anticristo. Al fin de cuentas, el príncipe de este mundo es un destacadísimo ingeniero electrónico».
Más tarde o más temprano tendremos que despertarnos del gran sueño mass-mediático y volver a cotejarnos con la realidad. Y será también necesario aprender la verdadera humildad, que consiste en someterse a Alguien más grande, que se manifiesta a través de leyes inmutables incluso por el Vicario de Cristo. Y será necesario recobrar el coraje de decir que un católico sólo puede sentirse turbado ante un diálogo en el que cualquiera, en homenaje a la pretendida autonomía de la conciencia, sea incitado a caminar hacia una suya y personal visión del bien y del mal. Porque Cristo no puede ser una opción entre tantas. Al menos para su Vicario.
In exspectatione
Lamento lo que nos cuentas amigo NovoHispano.
Al margen ya de cualquier asunto sexual, que horrible influencia psicológica ejerce el clero mayoritario actual sobre las mujeres. Que espantosa es la Iglesia postconciliar, nadie debería acercarse a ella ni dejarse adoctrinar por ella. Qué horrible es ver ese culto desvirtuado de viejas supersticiosas de cerebro lavado que serían capaces de tirarse por un puente si uno de esos curas corruptos y apóstatas se lo dice. Lamento mucho decirlo pero si algún día tengo hijos jamás los enviaré a catequesis, ni a un colegio de curas ni dejaré que tengan ningún contacto por mínimo que sea con la Iglesia actual. Y ya no lo digo solo por los casos de pedofilia, que afortunadamente son minoritarios, sino por la espantosa secta de lavado cerebral y aborregamiento en que se ha convertido la Iglesia. Los míos desde luego no se acercarán nada a ella, ya aprenderán lo que tengan que aprender en casa. Qué asco me da ir a la Iglesia, de verdad. A algunos les parecerá mal pero yo casi ni la piso. No vale la pena, Dios está mucho más cerca ti cuando rezas tranquilamente por tu cuenta que escuchando las herejías cismáticas que sueltan esos seres horribles desde un altar donde ya ni siquiera aparece un crucifijo y lo único que se hace es recitar oraciones repetitivas y alienantes como una simple superstición para viejas.
No dejéis que los niños se acerquen a ella. Ésta no es la Iglesia de Cristo. Es la Iglesia del Anticristo. Huíd de ella como del mismo demonio.
Calma, Adriano... que vas a terminar echando espumarajos por la boca
¿No tienes cerca de tu localidad algún lugar donde poder asistir a la misa católica tradicional de toda la vida?. Eso resolvería el problema, y de haberlo a muy seguro que darán también una perfectísimas catequesis a las que puedan asistir tus hijos.
Y en caso de no existir, seguro que tienes cerca algún monasterio serio donde, aunque en novus ordo, poder asistir a una misa dominical que no tenga nada que ver con todos esos circos a los que aquí nos referimos.
Mira, no está todo perdido todavía:
Misa en latín en la iglesia de Mondoi
Editado un pésimo consejo: cualquier cosa, no...
Un saludo
Última edición por Donoso; 11/10/2013 a las 08:09
Veo que algunos habláis del "Anticristo" para referiros al Papa Francisco, con la que ya se hace difícil que pongamos un poco de mesura.
Ahora nada más quiero haceros ver que algunos artículos de opinión que se vienen citando tienen una procedencia bastante sospechosa, que podría indicar que a sus autores les mueven otros fines aparte de los declarados. En las últimos días se han publicado tres artículos muy críticos con Francisco que han tenido mucho impacto; se han publicado en este foro y en la mayoría de blogs tradicionalistas de habla hispana, así como en los blogs conservadores del mundo anglosajón. Estos tres artículos son los siguientes:
Artículo, enlace a la fuente y autor
Contexto del artículo y razones por las que sospecho
PERPLEJIDAD, Una carta al Papa Francisco
Lucrecia Rego de PlanasLucrecia Rego es una conocida militante de la rama laica de los "Legionarios de Cristo". Se hizo famosa por un artículo en el que se proclamaba con orgullo "la otra hija de Marcial Maciel", en reacción a la intervención de los Legionarios por la Santa Sede. Creo que huelga decir nada más sobre este aspecto. Es una furibunda partidaria de Juan Pablo II y por ello atacó con saña a Benedicto XVI, pese a que en este último artículo aparenta defenderlo. Una neocón de libro. El Papa llora la muerte de inmigrantes clandestinos pero no la matanza de cristianos: esa es la vergüenza
Patrizia StellaEl artículo se publico en la web del partido "Io Amo L'Italia", fundado por el inmigrante egipcio y ex converso Magdi Allam. El principal eje de ese partido es "la difesa della nostra civiltà laica e liberale dalla minaccia islamica". Después de embarcar a toda la derecha -incluidos algunos tradicionalistas- en su apoyo, Magdi Allam se descolgó con una declaración en la que apostataba de la Iglesia católica por su supuesta tibieza frente al islam y por tener una moral sexual demasiado estricta (aquí su carta de despedida). Los intereses de este amante de Israel siempre han estado claros para quien los quisiera ver. Este Papa no nos gusta
Alessandro Gnocchi y Mario PalmaroDe estos autores no sé gran cosa, salvo que tienen un espacio en Radio María y en diversos periódicos del centro-derecha, y que han publicado libros dirigidos a los católicos. Ahora bien, del periódico "Il Foglio", que es el que publica el artículo, acabo de descubrir que tiene una línea un tanto extraña, yo diría que neoconservadora. Por ejemplo, consultando las etiquetas "Siria" o "Irán", se ve que, además de las feroces críticas a Putin, predominan los artículos en defensa de la interveción yanqui en Siria, e incluso se habla de un "frente católico por la intervención en Siria" , del deber moral de la intervención" y la "vía cristiana a la guerra justa", al igual que no ahorra críticas a Francisco por haber intervenido para parar la guerra, y lo hacen invocando --de nuevo-- a Juan Pablo II.
Sirva esto para que cada uno se forme su opinión. Yo por el momento prefiero esperar algo más para formarme un juicio de Francisco. Como ya dije, creo que el cargar las tintas contra Francisco como se están cargando no es demasiado coherente con la imagen positiva que se tiene de los dos papas anteriores. Y me parece que se está entrando en un terreno peligroso. En todo caso, el que este Papa sea nefasto no es motivo para renegar de la Iglesia ni para dejar de ir a misa.
Última edición por Kontrapoder; 11/10/2013 a las 07:53
«Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.
Uno de los aspectos positivos de Francisco es precisamente que no pertenece en absoluto al grupo de los democristianos / neocones que tan bien se lo han pasado con Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Es de esperar que vengan ataques a Francisco por parte de ese grupo, pero no de forma directa, sino por milagrosas y recién descubiertas preocupaciones por la liturgia, la doctrina, etc, que hasta ahora les habían importado un bledo.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
A Gnocchi y Palmaro los acaban de expulsar de Radio María. Y no todos los artículos que se han publicado criticando a Francisco proceden de fuentes así. Es cierto que algunos artículos se pasan, pero no todos, y lo importante no es tanto quién lo diga sino lo que se diga. Desde luego no todos lo llaman anticristo, y yo no creo que lo sea aunque su comportamiento y sus palabras dejen mucho que desear y hagan mucho daño.
Neopopulismo papal y movimientismo
Magistral exposición de Ludovicus:
Hace poco en Wanderer Mary Lennox definió a la Iglesia moderna como "la Iglesia de los caudillos". La expresión me pareció notablemente feliz porque denota ciertas características de una versión deformada del catolicismo-papado concebido en el marco, primero de un "movimiento", segundo "neopopulista". Explico.
La característica de un "movimiento", diría Perogrullo, es que se mueve hacia algo. Es decir, que hay una agenda programática, configurada por un proyecto con dynamis propia, y un estilo, el del Caudillo, i.e., la cabeza del movimiento. Brevemente: el papa comienza a configurarse como un Caudillo, y el catolicismo, como religión del papa.
Hay algo muy interesante en las Profecías de san Malaquías, o más específicamente en la forma de leer los lemas. Hasta hace doscientos años, los lemas se interpretaban de acuerdo con algún rasgo circunstancial del Pontífice: lugar de nacimiento, diócesis de la que fue obispo previamente, escudo, etcétera. Pero a partir del siglo XIX, oh sorpresa, las profecías comienzan a ser leídas a la luz de las vicisitudes de los papas: ya con Pío VII, "Aquila rapax", se entiende que hay una alusión - bastante atinada, hay que decirlo- a su ajetreada relación con su victimario Napoleón. Con Pio IX, "Crux de Cruce", además de alguna interpretación heráldica, también se reseñan sus desgracias y pérdidas. Lo mismo con León XIII, cuyo lema - "Lumen in coelo" es doblemente interpretado, ya porque su familia tenía en el escudo una estrella, ya por su magisterio nuevo y luminoso. Y a partir de san Pío X ("Ignis ardens") las interpretaciones se cargan de historicidad, por así decir. Me excuso de seguir citando, pero casi todos los siguientes lemas son leídos a la luz del "programa" o el "carácter/carisma" del pontificado. De entre estos cómo no olvidar el paradigmático "Pastor Angelicus" de Pío XII, del cual se hizo uso y abuso, consolidándose a tal punto como recurso propagandístico que llegó a filmarse una película de tal título.
Lo que aquí nos interesa es que la elección de la interpretación del lema es un síntoma de cómo viene evolucionando la noción popular y no tan popular del papado, que entendemos deformada y teológicamente desafortunada. Claro que la parva desviación decimonónica después del Concilio se acentúa y agrava.
Algo similar ocurre con el nombre, en forma señalada desde Pablo VI, que se concibió como una suerte de Apóstol de las Gentes para el mundo y la ONU. El pontificado es entendido como un acaudillamiento de un "movimiento" sobre la base de un programa y un "carisma" peculiar que aporta el nombre elegido por el papa: la rumbosa pretensión de diálogo con el mundo moderno y sus hijas pobres, la inculturación y la neoevangelización que permearán hasta el juanpablismo como asunción de un carisma "paulino".
Juan Pablo I, al asumir su nombre compuesto, explicitará la programática conciliar abiertamente, lo mismo que hará su sucesor en versión neoconservadora. Las mismas primeras encíclicas que escriben los papas son presentadas abiertamente como "programas del pontificado", embarcando a los fieles en ciertas líneas directrices que surgen del "carisma" del pontífice. Por cierto, estos programas –como sería las delicias de todo político- se atribuyen con toda tranquilidad al Espíritu Santo, sin advertir que de ser así, la Tercera Persona estaría dando marchas y contramarchas permanentes, como salta a la vista ahora, por ejemplo, en materia litúrgica entre ambos papas, el titular y el emérito. Hoy mismo, ansiosos fieles esperan que el papa derogue la “odiosa discriminación” hacia los divorciados, el matrimonio gay, y las mujeres sacerdotes…
Ahí lo tenemos: un movimiento, unos objetivos a los que tender, un estilo, carácter o carisma que tiñen todo el catolicismo. Un catolicismo definido como papismo, pero papismo del Caudillo que deviene tal por carisma y carácter personal, no por institución y que fuerza a los fieles a adoptar los objetivos personales programáticos, ya sea doctrinarios o litúrgicos.
A su vez, la base de legitimidad del Papa muta por necesidad interna de adhesión a ese carácter, deviniendo populismo y requiriendo la adopción de actitudes desacralizadoras y desinstitucionalizadoras que colmen de olor a oveja al Caudillo, so pena de quedar sin las "fuerzas fisicas y espirituales", como dijo Benedicto, requeridas para ser papa. Un papa que no se mueve no es papa, es un papa emérito. Peor todavía si, como dice su sucesor, "pone marcha atrás". Un papa políticamente incorrecto empieza a peligrar, porque el divorcio con el pueblo acecha al populista que desafía a los medios, dueños de la opinión pública.
Por cierto, el populismo podrá adquirir ribetes más conservadores o más progresistas, conforme la velocidad de avance que unos u otros pretendan imprimirle. Lo que resultará inadmisible es la negación del " movimiento". Quien niega el "movimiento" queda afuera del "movimiento", es decir de la Iglesia. El programa y el carisma debe además seducir a los fieles, ser vendible en términos de marketing, generar clientelismo: de lo contrario, no es popular, i.e., le falta el cariz populista. Game over, papa emérito.
No asombrarse de la similitud que surge con la relación entre los neomovimientos y los fundadores - la fuente ideológica es la misma, en una alimentación recíproca. Así, cada neomovimiento tiene su pequeño papa, del cual emana doctrina y orientación conforme su "carisma"; y la Iglesia tiene su gran fundador, visto cada vez menos en su faz institucional y progresivamente más "carismático". El hombre, con sus características peculiares, eclipsa la institución papa, y a la institución Iglesia, que deviene arcilla en sus manos a la cual él tiene “la humildad y la ambición de reformar”. El nombre nuevo elegido, ab nihilo enfatiza la dramática personalización del pontificado y la voluntad fundacional.
Francisco, pues, ha culminado el proceso, carismatizando lo institucional a niveles máximos y canibalizadores. Es además, lo que agrava la cosa y eleva el nivel de preocupación, un cultor de la noción de un “Dios que se manifiesta en el tiempo y está presente en los procesos de la historia”, siendo la fe “una fe-camino, una fe histórica. Dios se ha revelado como historia, no como un compendio de verdades abstractas”, según las entrevistas que brinda.
Cómo no recordar la Hora de los Pueblos y las corrientes de la Historia de Perón, que como el mismo general advertía, el político debe cabalgar, jamás contrarrestar. Procurar revertirlas o resistirlas implicaría asumir la nota infamante de restauracionista.
The Wanderer
Dos lenguajes, dos pensamientos, dos niveles, dos 'verdades' ?
Esta tarde he visto en directo parte de la oración en la Plaza de San Pedro, con PP Franciscus, ante la imagen de la Virgen de Fátima. Aunque el 'formato celebrativo' se atiene al tipo de celebraciones vaticanas, reconozco - no obstante esa chocante sencillez francisquista - que unos pocos momentos me gustaron. Bueno, en realidad sólo uno, cuando llevaron en mini-procesión la Imagen de Fátima, en andas, desde el obelisco hasta el sagrato. La 'estatua' (sic PP Franciscus dixit) de la Virgen es muy bonita, muy devota, y el canto del Ave María de Fátima entonado por la Capella Sixtina (o la Giulia?) y coreado por los fieles asistentes resultó piadosamente emocionante.
El Via Mariae, o como se llame, no me gustó. Hubo un momento, cuando leyeron algunos fragmentos de los Evangelios de la Pasión y cantaron un par de estrofas del Stábat Mater, que parecía que estábamos en el Via Crucis del Coliseo del Viernes Santo. Entiendo que para la ocasión, ante la Virgen de Fátima, lo suyo hubiera sido rezar el Rosario, una parte o - incluso - completo, los 15 Misterios, ¿por qué no? Cosas más pesadas y ceremonias más prolijas se hacen y se soportan.
PP Franciscus tuvo sus ya típicos gestos de sencilla devoción, cuando esperó de pié la llegada de las andas, cuando descendió del estrado y besó los pies de la Virgen, cuando se acercó y dejó en ofrenda un rosario. También mantuvo sus desconcertantes gestos; por ejemplo no cantó, ni rezó el Ave, ni tampoco el Pater (por lo menos no se le vio despegar o mover los labios; si cantó o rezó sería de internis).
El sermoncillo, sencillo. Piadoso, directo, discreto. Todavía no sé si es sencillo porque no sabe más italiano, o si porque es así, del todo y en todo, y no le sale más discurso. La misma impresión me da cuando predica el sermoncete cotidiano en Santa Marta.
Por eso desconciertan más las entrevistas y esa especie de off the record con los que encanta a los periféricos y desconcierta a los católicos (conscientes). ¿Por qué sucede, qué significa este fenómeno francisquista? ¿Utiliza PP Franciscus dos niveles de comunicación/expresión? ¿Por qué esos dos niveles, uno con los fieles, en la Plaza, otro con los 'periféricos', en la prensa?
Me acordé el otro día del viejo caso-polémica escolástico de la doble verdad averroísta. Claro que esto no es lo mismo, no puede ser, aunque tuviera algo que ver, pudiera ser, remotamente. Un disparate mio, más bien, probablemente.
Después recordé un caso reciente, una consulta de un amigo que había cambiado de director espiritual, el nuevo era un jesuita, me preguntó sobre el reverendo, y yo le dije que le propusiera un tema de Cristología, a ver por dónde salía. Para mi sorpresa, mi amigo me contó que todo bien, que respondió ortodoxamente, como un padre de Calcedonia. Me tranquilizó, aunque me extrañó.
Al punto, sin embargo, intuí lo sucedido. ¿Cómo el jesuita de marras, reputado experto en eneagrama, pudo exponer ortodoxamente? Por eso mismo, porque descubrió el interés de mi amigo y le contestó 'a su nivel', un recurso empático que resulta muy bien cuando se sabe usar oportunamente, en las circunstancias y con las personas adecuadas; una especie de ejercicio de fino relativismo, muy versátil.
Mutatis mutandis, ¿sería por el estilo el caso de las cosas (y los gestos) de PP Franciscus?
Averígüelo Vargas, me podrán decir. Pero, Uds. comprenderán, este caso no es materia de averiguaciones de Vargas, por ser quien es y tratarse de quien se trata. Y por eso (nos) preocupa.
Por cierto, un sutil detalle, muy curialesco, muy vaticano, muy (mal que le pese a PP Franciscus) muy cortesano: Los Cardenales presentes, todos, hasta Castrillón, con pectoral discreto y cadena barata de plata. Tutto in argento, todo argentinus. A su gusto.
Némine discrepante.
+T.
EX ORBE
Francisquismo:Terroríficos avisos
Todavía no se sabe el mal que aqueja a Parolín. La (mala) nueva era que había sido sufrido una intervención quirúrgica imprevista, que le ha impedido asumir, como estaba previsto, la Secretaría de Estado de PP Franciscus. Lo que Lombardi, el portavoz, ha dicho es que no es una dolencia grave, que lo operaban en el Véneto (?) y que se preveía que tras un par de semanas de convalecencia se incorporaría a su nuevo ministerio. Si dicen dos semanas, será un mes; si es un mes, puede que venga la Navidad sin Parolín en marcha. Veremos (y oremos).
Pero aun sin Parolín, parece que el nuevo equipo de gobierno vaticano ya está en marcha. Esta mañana, el ABC presentaba a los cinco españoles de la curia francisquista. En el conspicuo grupo faltaba uno más, el salmantino Fernando Vérgez Alzaga LC, secretario general del Governatorato (la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano), que ha sido nombrado obispo titular de Villamagna di Proconsolare. Un nombramiento más significativo, si cabe, siendo el elegido miembro de la congregación de los Legionarios de Cristo, cuya restauración, después de la lamentable crisis sufrida, parece que va viento en popa. Si algunos piensan y comentan que el bertonismo periclitado ha dejado paso franco a la vieja guardia sodanista, pudiera ser que acertaran, a la vista de los acontecimientos.
De lo que pueda ir pasando cuando estos hombres de iglesia comiencen efectivamente su gobierno/gestión bajo la batuta de PP Franciscus, no me atrevo a pronosticar nada. Me da miedo.
Anteayer mismo, el 14 de Octubre, San Calixto, PP Franciscus pronunciaba dos tremendos oráculos en el sermoncete de Santa Marta:
1- "...como hijos de la Iglesia debemos continuar el camino del Concilio Vaticano II, desprendernos de cosas inútiles y dañinas, de falsas seguridades mundanas que pesan a la Iglesia y dañan su verdadero rostro"Horripilante, pienso (y siento!).
2- "...un proyecto animado por la creatividad y la fantasía del Espíritu Santo, que nos empuja también a recorrer caminos nuevos, con valentía, sin fosilizarnos!"
¿Qué son para PP Franciscus 'cosas inútiles y dañinas/falsas seguridades mundanas'? A saber.
No menos estremecedor es el programa anunciado de 'continuar el camino del Concilio Vaticano 2º', que significa (entiendo yo) seguir desmejorando/degenerando según las tendencias/pautas/derivas del postconcilio; como si la calamidad y los estragos no hubieran ya colmado y rebosado el continente eclesial-conciliar.
PP Franciscus quiere y se propone más vaticanosecundismo. Pero elevando el nivel de alarma catastrofista, matiza el programa y parece que invoca al espíritu-espectro del vaticanosegundo (todojunto) alentando-evocando (invocando?) 'la creatividad fantástica del Espíritu'. Item plus: Con 'caminos (precipicios?) nuevos y valientes (temerarios?)'. Añade, de estrambote, un inquietante particular/matiz más: 'Sin fosilizarnos'.
Yo pienso que el fósil puede que sea él mismo, fosilizado como un trilobites en el periodo eclesiológico del vaticanosegundo.
A lo peor, lo que ha sufrido Parolín es un ataque agudo de fosilización con retención de gases de espectro vaticanosecundista. Que, diga lo que diga Lombardi, a mí me parece muy grave.
Sobre todo para la Iglesia.
Oremus (plus)!
+T.
EX ORBE
Me sorprendía que Francisco estuviese cosechando tanta animadversión en ciertos sectores conservadores que hasta hace poco habían jaleado a Benedicto XVI y a Juan Pablo II. No lo digo por los que comentamos aquí en el foro, donde estamos legítimamente escandalizados por algunas actuaciones incomprensibles, sino por ese periódico, "Il Foglio", que publicó el artículo de Gnocchi y Palmaro y que últimamente ya habla de que "Francisco ha fundado una nueva religión", afirmación que es plenamente sedevacantista.
Según mis investigaciones "Il Foglio" es un auténtico baluarte neocón. Su director, Giuliano Ferrara, es un comunista histórico de Italia y más tarde socialista, aunque admitió haber colaborado con la CIA ya en su etapa de comunista. A raíz del atentado del 11-S, sufre una extraña conversión "conservadora" y empieza a defender a la Iglesia como baluarte cultural de Occidente, aunque sigue siendo ateo. La historia es muy similar a la de Losantos y otros ex izquierdistas que vienen llevando a cabo una intensa agitación dirigida a los católicos y a la derecha.
Desde entonces, Giuliano Ferrara convoca varias manifestaciones en defensa de Israel, a favor de la invasión de Irak y de Irán. Defiende con fervor las torturas yanquis en Abu Graib y el papel redentor de los Estados Unidos. Últimamente defiende también la invasión de Siria, a pesar de que algunos sectores neoconservadores se han desligado de esta política. Aquí una imagen de este Giuliano Ferrara encabezando una manifestación en defensa de Israel (el de la barba a la derecha):
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Las críticas de Giuliano Ferrara a Francisco son durísimas desde el momento en que es elevado al pontificado, e incluso desde la misma dimisión de Benedicto, al igual que ocurriese con el falso converso Magdi Allam. Giuliano Ferrara es la correa de transmisión en Italia del estadounidense Michael Novak y otros teóricos del neoconservadurismo yanqui que intentaron convencer a la Iglesia de que respaldase la invasión de Irak y que hoy hacen lo propio con Siria. Casualmente Michael Novak es de los que viene criticando con mayor dureza al Papa Francisco. A poco echéis un vistazo, veréis la blogosfera conservadora estadounidense está en pie de guerra contra Francisco. Incluso algún obispillo estadounidense se ha ido de la lengua.
Por tanto, concediendo que hay serias razones para sentirse preocupados con Francisco, creo que conviene ser escépticos con algunos componentes de esta corriente crítica, que parece moverse por motivos muy diferentes de los alegados. Aquí hay gato encerrado.
Última edición por Kontrapoder; 16/10/2013 a las 22:57
«Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.
Fellay: “Lo que tenemos delante es un modernista auténtico”
En un discurso sobre el Tercer Secreto de Fátima, pronunciado en la Angelus Press Conference (12/10/13), Mons Fellay ha dicho:
La situación de la Iglesia es un verdadero desastre, y el Papa actual la está haciendo diez mil veces peor.
En esa oportunidad, Mons. Fellay también ha aludido a las negociaciones entre la Fraternidad y Roma en 2012:
Cuando vemos lo que está pasando ahora (bajo el Papa Francisco), damos gracias a Dios, damos gracias a Dios, de que
hayamos sido salvados de cualquier clase de arreglo el año pasado. Y podríamos decir que uno de los frutos de la Cruzada del Rosario que realizamos (en aquella oportunidad) ha sido el preservarnos de esa desgracia. ¡Gracias a Dios!
No es que no queramos ser católicos, por supuesto que queremos ser y somos católicos, y que tenemos el derecho de ser reconocidos como católicos. Pero no vamos a comprometer nuestros tesoros para ello. De ningún modo.
Luego se refirió al Papa Francisco:[Al día siguiente, es decir el pasado Domingo 13 de Octubre, Mons. Fellay celebró una Solemne Misa Pontifical en la Iglesia de San Vicente de Paul, en la misma ciudad de Kansas. Allí se refirió nuevamente al Papa. (Traducimos a continuación la crónica diferenciando las palabras textuales del Obispo)]:
Al principio del pontificado del Papa Benedicto XVI dije que a pesar de que la crisis en la Iglesia continuaría, el Papa estaba tratando de ponerle freno. Es como si se dijera que la Iglesia continuaría cayendo pero con un paracaídas.
Con el inicio de este pontificado, digo: él cortó las riendas y puso un cohete (invertido).
Si el Papa actual continúa en el camino que ha tomado, logrará dividir la Iglesia. Está rompiendo todo. De modo que la gente puede decir: es imposible que sea el Papa, lo rechazamos. Otros dirán esperemos, reconozcámoslo, pero no lo sigamos.
Él está provocando enojos. Mucha gente se desalentará por lo que se hace en Iglesia, y sufrirán la tentación de retirarse de ella
No obstante recordemos que Dios es mucho, mucho más grande que nosotros. Él puede hacer que la Iglesia continúe a pesar de la imperfección de sus ministros. Sin embargo, no los sigan. Síganlos cuando dicen la verdad, pero cuando mienten no los sigan en eso.
Teníamos que ver, dijo el Obispo, cuál es su visión de la Iglesia, del Concilio, y cuál es su plan.
Desde el principio tuvimos la impresión de que algo no estaba bien con este Papa. Desde el comienzo quiso distinguirse, ser diferente de cualquier otro.
A fines de Julio, en los días cercanos a la JMJ de Brasil, Francisco comenzó una avalancha de entrevistas, conferencias, llamadas telefónicas, etc.
No podíamos tener la película completa hasta ese momento, cuando tuvimos lo suficiente como para darnos un susto de muerte.Mons. Fellay dio un ejemplo de estas contradicciones: Habló de la entrevista de principios de Octubre con el periodista ateo Eugenio Scalfari de la Repubblica, en la cual Francisco parece promover un relativismo peligroso.
Como es típico de los modernistas, tal lo advertido por San Pío X en la Encíclica Pascendi, hablarán heréticamente en ocaciones, para luego hablar de manera ortodoxa.
Scalfari: Santidad: ¿existe una visión única del Bien? ¿Quién la establece?Con una buena dosis de emoción, el obispo Fellay dijo de la respuesta del Papa:
Francisco: Cada uno de nosotros tiene una visión del Bien y del Mal. Nosotros debemos animar a dirigirse a lo que uno piensa que es el Bien
Scalfari: Usted, Santidad, ya lo escribió en la carta que me mandó. La conciencia es autónoma, dijo, y cada uno debe obedecer a la propia conciencia. Creo que esta es una de las frases más valientes dichas por un Papa.
Francisco: Y lo repito. Cada uno tiene su propia idea del Bien y del Mal y debe elegir seguir el Bien y combatir el Mal como él lo concibe. Bastaría eso para cambiar el mundo.
¡Realmente no es católica! Porque todo lo que yo crea no tiene absolutamente valor alguno si no se ajusta a la realidad. Tenemos una conciencia, pero sólo nos llevará al cielo si es un espejo de Dios.La conciencia debe estar formada de acuerdo con la Ley de Dios.
De modo que pretender que alguien pueda fabricarse sus propias ideas es un error”, dijo Fellay; “esto no tiene nada que ver con la enseñanza católica. Es el relativismo absoluto”.Sin embargo, cerca de una semana antes. el Papa Francisco habló de la necesidad de luchar contra el demonio, la batalla final contra el mal, que nadie podía luchar a medias, y que debíamos pelear contra el relativismo. Dijo lo contrario a lo que luego diría a La Repubblica.
Otra inquietante cita del Papa Francisco:
Está en contradicción consigo mismo.
Si alguien dice que encontró a Dios con total certeza y no siente un margen de duda, esto no es bueno. Para mí, es una cuestión clave. Si alguien tiene las respuestas a todas las preguntas, es la prueba de que Dios no está con él. Significa que es un falso profeta que usa la religión para sí mismo. Los grandes líderes religiosos como Moisés, han dejado siempre espacio para la duda.Frente a esto Mons. Fellay exclama:
¿Qué Evangelio tiene? ¿Qué Biblia le permite decir cosas como esta? Es horrible. ¿Qué tiene esto que ver con el Evangelio? Con la Fe Católica. Esto es modernismo puro, queridos hermanos. Estamos frente a un modernista auténtico.Finalmente, haciendo un resumen, Mons. Fellay dijo:
Cuánto tiempo será necesario para que los fieles se pongan de pie y digan “de ninguna manera” (vamos a aceptar esta nueva enseñanza). Espero y rezo para que esto ocurra. Pero significará una enorme división en la Iglesia
Las sombras misteriosas dentro de la Iglesia nunca han sido tan grandes. Estamos frente a tiempos muy difíciles. No se hagan la más mínima ilusión. Y es evidente que la solución consiste en atenernos a lo que tenemos (la tradición); mantenerlo, retenerlo por todos los medios.Hasta aquí la nota de Catholics Family News. Sigamos el consejo de Fellay: oración y penitencia. Porque una tormenta negrísima amenaza sobre el horizonte.
El Papa San Pío X dijo que la esencia de cualquier católico es atenerse al pasado. El Papa actual dice exactamente lo contrario: olvidar el pasado y lanzarse hacia las incertezas del porvenir
Definitivamente necesitamos del Inmaculado Corazón de María. Lo que estamos viviendo es el secreto de Fátima.
Sabemos lo que tenemos que hacer: oración, oración, oración, y penitencia, penitencia, penitencia. Rezar al Inmaculado Corazón de María, los medios que se nos han dado precisamente en estos duros tiempos; y rezar el Rosario… Vivimos en un momento muy peligroso para la Fe y necesitamos esta protección celestial.
Fellay: “Lo que tenemos delante es un modernista auténtico” | Tradición Digital
Última edición por Irmão de Cá; 17/10/2013 a las 21:24
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