Re: El degenerado no es el homosexual sino el homófobo
Ya sabemos que el "humo de Satanás" hace tiempo que entró en la Iglesia. Desde luego, el caso de este obispo (pseudoobispo, en realidad) mexicano es digno de estudio, y, según él, hasta San Pablo debió estar"enfermo de homofobia", ¡vaya pajarraco!:
"(...) El castigo de la gentilidad.
Por esto los entregó Dios a los deseos de su corazón, a la impureza, con que deshonran sus propios cuerpos, pues trocaron la verdad de Dios por la mentira y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Criador, que es bendito por los siglos, amén. Por lo cual los entregó Dios a las pasiones vergonzosas, pues las mujeres mudaron el uso natural en uso contra naturaleza; e igualmente los varones, dejando el uso natural de la mujer, se abrasaron en la concupiscencia de unos por otros: los varones de los varones, cometiendo torpezas y recibiendo en sí mismos el pago debido a sus extravíos. Y como no procuraron conocer a Dios, Dios los entregó a su réprobo sentir, que los lleva a cometer torpezas, y a llenarse de toda injusticia, malicia, avaricia, maldad; llenos de envidia, dados al homicidio, a contiendas, a engaños, a malignidad; chismosos, calumniadores, aborrecidos de Dios, ultrajadores, "orgullosos", fanfarrones, inventores de maldades, rebeldes a los padres, insensatos, desleales, desamorales, despiadados; los cuales, conociendo la sentencia de Dios que quienes tales cosas hacen son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que aplauden a quienes las ejecutan".
Romanos I Parte dogmática 1, 18-32
¿Alguna duda? ¿No? pues ya sabemos quien es el "enfermo", pero lo más grave de todo radica en el hecho de que este sujeto infiltrado aún no ha sido suspendido "ad divinis" En efecto, dentro de la Iglesia hay muchos que están llevando a las almas a la perdición, no quiero ni pensar en lo que les espera cuando rindan cuentas.
"Has de saber que en los últimos días sobrevendrán tiempos difíciles, porque habrá hombres egoístas, avaros, altivos, orgullosos, maledicentes, rebeldes a los padres, ingratos, impíos, desnaturalizados, desleales, calumniadores, disolutos, inhumanos, enemigos de todo lo bueno, traidores, protervos, hinchados, amadores de los placeres más que de Dios que, con una apariencia de piedad, están en realidad lejos de ella. Guárdate de esos, pues hay entre ellos quienes se introducen en las casas y se captan el ánimo de mujerzuelas cargadas de pecados, que se dejan arrastrar de diversas concupiscencias, que siempre están aprendiendo, sin llegar jamás al conocimiento de la verdad..."
2 Tim 3, 1-7
Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que, de igual modo que ellas, habían fornicado, yéndose tras los vicios contra naturaleza, fueron puestas para escarmiento, sufriendo el fuego perdurable; también éstos dejándose llevar de sus delirios, manchan su carne, menosprecian la autoridad y blasfeman de las dignidades."
S. Judas, epístola 5-8
No hay necesidad de muchos comentarios, pues la verdad habla por sí misma. El enfermo es este protervo personajillo.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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