Re: Hembras en Canterbury: Dañados por aproximación
Lo malo no es su ignorancia, lo malo no es que no entiende nada de lo que es la Iglesia de Cristo, lo malo no es que no tenga ni repajolera idea de los contenidos de Los Evangelios..., lo peor es que es periodista y exhibe sin pudor todo lo malo mencionado, además de una evidente mala leche. Contra esto es muy complicado luchar, ¿qué se le puede replicar y dónde a esta "individua" sin ser tachado de retrógrado o ultra y demás mantras que maneja esta gentuza?
¿Están preparados los católicos españoles?
Por Carme Chaparro do. 16:45
En una votación histórica, la Iglesia de Inglaterra ha aprobado permitir que las mujeres puedan ser obispos.
Imaginen, por un momento, la imagen aquí, en España.
¿Pueden? Imaginárselo, digo. Igual que se imaginan que un día los coches volarán o que podremos teletransportarnos de un extremo al otro del planeta en apenas unos segundos, imaginen a una mujer española vestida de obispo.
Bueno, para empezar, tendrían que poder, primero, ser sacerdotes. Servir a Dios, a la Iglesia y a los cristianos con los mismos derechos con los que sirven sus colegas masculinos. Poder oficiar misa. Poder impartir los sacramentos. Poder dirigir su propia parroquia e impartir sus sermones.
Pero no. Las monjas españolas, como el resto de monjas católicas, ocupan el lugar más bajo en el escalafón. En nuestro país se contabilizan seis monjas por cada cuatro sacerdotes, sin embargo son una mayoría silenciada sin acceso a las estructuras de poder. Todos los cuadros de toma de decisión, todos los grupos de presión y visibilidad están exclusivamente en manos de los hombres. Y no sólo eso, ¿cuántos sacerdotes en parroquias y cuántas congregaciones masculinas tienen a monjas a su servicio para las tareas domésticas?
En Inglaterra, desde hace veinte años, las mujeres pueden ser sacerdotes. En ese camino hacia la igualdad, se acaba de aprobar ahora que puedan ser ordenadas obispos. Antes de fin de año, tras la aprobación del Parlamento británico, se espera el primer nombramiento femenino. Australia, Estados Unidos, Canadá o Nueva Zelanda ya tienen, desde hace años, obispos mujeres de sus iglesias anglicanas. En todos los lugares se han encontrado con la oposición frontal de los sectores más conservadores tanto de la jerarquía eclesiástica como de los fieles, pero en todos, tras años de lucha, se ha conseguido la plena igualdad de las mujeres.
Y el catolicismo, ¿a qué espera? El Papa Francisco ha dicho varias veces que uno de sus objetivos es iniciar ese camino hacia la igualdad de la mujer en la Iglesia. Pero, de momento, no se ha atrevido a dar el primer paso.
¿Están los fieles católicos españoles preparados para que una mujer oficie misa, santifique el pan y el vino o les de la eucaristía?
http://www.noticias.es.msn.com/blog/...7-deceefa1dae8
Se informa que dicha web no está disponible, ¡ya! pues para leer la fuente basta con entrar en Hotmail y salir a continuación. Si se dispone del servicio de noticias MSN, ahí lo encontraremos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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