Efectivamente, contra esto es muy complicado luchar. Y no por miedo a que se nos tache de ultras, fachas o retrógrados, que eso ya no importa. Lo que hace prácticamente imposible la lucha es que la audiencia a la que va dirigida piensa exactamente igual que la autora del artículo. La periodista utiliza como arma unos principios democráticos e igualitaristas, a los que alude constantemente, importándole un carajo demostrar, como bien dices, no tener ni idea de teología. Pero esos principios, los de la periodista, han calado de una manera absoluta entre la gente de nuestros días. Incluida la audiencia católica. Desde un punto de vista ideológico, la guerra está perdida. Por eso he dicho que tenemos el deber de rezar el Santo Rosario todos los días.
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