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DOBLE AGUILA
Hay que leer a don Leonardo Castellani y su estudio del "Apokalypsis" de san Juan, que quitando alguna interpretación excesivamente literal es magnífico.
Ni se os ocurra pensar que el "Príncipe de este Mundo" prevalecerá contra ROMA; porque el paso siguiente es la desesperanza y después la impiedad, para desembocar directa y seguidamente en el relativismo. Es decir, terminaréis HACIENDO EL JUEGO al Enemigo (que es lo que busca). Ni aún nombrando papa a un Hans Küng nos estaría permitido abandonarla; mucho menos si hay ordenaciones femeninas, o casamientos de sacerdotes o tolerancia con los abortos. El sitio de los católicos fieles a la tradición es DENTRO de la iglesia pase lo que pase, manteniendo en todo momento una postura crítica y a la vez LEAL, que es la gran diferencia con otros movimientos contestatarios y cismáticos. Cualquier desviación en éste sentido, contribuye a la estrategia de el Enemigo y le hace más y más fuerte, llevándose por el camino a mayor número de personas aturdidas o desorientadas; aunque al final "no prevalezcan las puertas" como está predicho.
Con esto no quiero condenar (pues no me corresponde), terribles errores (propios de nuestra naturaleza imperfecta) como los que cometió aquel gran sacerdote católico que fue monseñor Lefebvre. Pues aunque reconozca su heroísmo en la lucha contra el mundo por la Verdad, cometió la gravísima equivocación de desobedecer en la cuestión de ordenar obispos, provocando su terrible excomunión y un nuevo cisma que alejó de Roma a muchos de sus mejores hijos; es decir, sin quererlo le ofreció una nueva e indiscutible victoria al mal.
Porque aquel que quiera enfrentarse a fuerzas preternaturales en solitario, queriendo ALEJARSE de la silla de Pedro tiene la guerra PERDIDA DE ANTEMANO Y NO SERÁ MÁS QUE CARNE DE CAÑÓN. Las fuerzas que subyacen aquí no las conocemos, y nos superan en todos los órdenes; provocarán nuestra ruina y destrucción absolutas si no perseveramos DENTRO de la Iglesia pase lo pase y a todo trance, a costa de nuestra indignación caiga quien caiga, seamos pecadores o vayamos poco a misa; NO SALGÁIS DE LA FORTALEZA aunque haya epidemias dentro. Los lobos de afuera no se matan con vuestras armas.
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