No nos engañemos: al paso que esto va, las generaciones que habiten Occidente en el siglo XXII ya ni sabrán qué cosa fue la Biblia ni que hubo Cristo ni que hubo una cosa llamada Iglesia (el Vaticano estará dedicado a apartamentos multiusos para gays y similares).
Probabilísimamente solo los países del este de Europa de religión ortodoxa sabrán quien fue Cristo sabrán recitar el Credo y asistir a Misa. En ese sentido, efectivamente: "las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia". Porque en Occidente, sí habrán prevalecido.
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