En efecto. Por otro lado afirmar (como se hizo por cierto en la Alemania de Hitler) que todas las revoluciones que han habido en la modernidad son por obra del Judaísmo es harto discutible; por más que haya habido judíos o criptojudíos como personajes de calado en dichas ocasiones. En mi opinión, el Judaísmo, concretamente en su aspecto sionísta, cristaliza como organización importante en el panorama político internacional a partir de la "Declaración de Balfour" de 1917. Se puede argumentar que, en efecto, las élites políticas masónicas de Gran Bretaña y de otras potencias ya tenían en épocas anteriores una sintonía especial con el mundo hebraico (sobre todo en el plano esoterico), y que naturalmente, ya existían figuras señeras en la élite política, financiera, o intelectual de orígen judío y capital importancia en el curso de los acontecimientos; pero de ahí a afirmar que todo mundo moderno es obra del judaísmo media un buen trecho.
Yo diría, que el basurero moral de nuestra melíflua y acomodada sociedad es obra ante todo de MALOS CRISTIANOS, con una visión protestante del mundo (ese que tanto le gusta a mi paisano Pérez-Reverte); amén de ateos, apóstatas y demás fauna generalmente bautizada siendo tiernos bebés. Sin que por ello deje de reconocer la inestimable colaboración de judíos y judaizantes.
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