Del blog LA HONDA DE DAVID, extraigo este artículo, me gustaría opiniones sobre el mismo:
Mas precisiones sobre el estado de necesidad
Necesitaba "afinar" aun más mi tesis sobre el estado de necesidad de la FSSPX y como se acerca -ahora sí- la hora del feliz momento en que se publique el motu proprio, urge dejar por escrito lo que sigue:
El primer error que percibo es la confusión entre "cisma" y "excomunión": un cismático tiene una excomunión automática, pero no todo excomulgado es cismático. Este último caso es el de Mons. Lefebvre y los Obispos consagrados. La "usurpación de cargos eclesiásticos" no está dentro del capítulo de los delitos contra la Fe y la unidad de la Iglesia, no hubieron dos delitos canónicos sino uno sólo, en todo caso la monición previa no hacía referencia al delito de cisma y por si esto fuera poco, tampoco la excomunión por la consagración episcopal es válida, por cuanto se actuó en base a un estado de necesidad y para evitar un grave perjuicio (causas de justificación contenidas en el derecho canónico).
Claro, esto último merece que se desarrolle un poco más, por cuanto allí se dan dos variantes:
Hay quien entiende que en el caso no hubo un estado de necesidad objetivo. En efecto, podría pensarse que, siendo la misa novus ordo una misa válida, habiendo sacerdotes "conservadores" que mantenían una "buena doctrina", no eran necesarios los sacerdotes de la FSSPX. Pero esto no es así en base a considerar: en el CIC esta causa de justificación no tiene porqué ser objetiva, basta que se haya pensado que sí existió (aunque esta apreciación sea errónea o culpable). Por otro lado, Dios no se contenta con lo "menos bueno": la misa novus ordo "se aparta en forma impresionante de la teología católica de la misa" (los Cardenales Ottaviani y Bacci dixit), en cambio la misa tradicional es una misa excelsa "canonizada" (en alusión a su santidad, ¡no identificar con la canonización de un santo!); un sacerdote "conservador" de los de ese entonces (y los de ahora también) podría conservar bien la doctrina moral, pero he sido testigo de que en materia teológica suelen presentar graves errores en consonancia con las novedades conciliares, a las que consideran infalibles.
Se debe hacer notar que para 1988 sólo existían, fuera de la FSSPX, unos pocos reductos donde se celebraba la misa tradicional: las misas indultadas de "Agatha Christie", las misas del Padre Gommar de Pauw del Movimiento Católico Tradicionalista o las del Abbé de Nantes de la Contra Reforma Católica.
Por el lado de los defensores de la causa de la FSSPX, el error que percibo es el de creer que el estado de necesidad consiste en la crisis de la Iglesia, lo que conduce a pensar de que no se debe llegar a un acuerdo con Roma hasta tanto dure esa crisis. Esta postura tiene dos problemas: el problema de quién y con qué autoridad puede afirmar tal cese del estado de crisis y especialmente, no toma en cuenta que el estado de necesidad es una causa de justificación en directa relación con un delito canónico cuya existencia lo que hace es eximir de pena a su autor. Y cuyas dos caras son la "necesidad de" y la "falta de": en el caso, necesidad de perpetuar un sacerdocio excelente y dependiendo de si se trató de las ordenaciones sacerdotales o episcopales, la falta de autorización de la Santa Sede o la falta de un Obispo respectivamente.
De hecho puede decirse que el "estado de necesidad" cesó para la FSSPX en el año 2001 cuando el acuerdo de los Padres de Campos, por cuanto allí se ofreció una Administración apostólica con el levantamiento de la excomunión de los Obispos de la FSSPX, que para el caso operaba como la garantía de proseguir las ordenaciones necesarias a la prosecución de la Tradición a nivel internacional (la jurisdicción del Obispo Rifan parece ser limitada). Solo falta que ese "de hecho" se transforme en "de derecho" (posiblemente en el esperado "motu proprio" con la creación de un marco canónico que prevea un Obispo con facultades de ordenar sacerdotes en la Tradición), para que allí cese definitivamente el estado de necesidad.
Con la consecuencia de que la no aceptación de ese marco, al haber cesado el estado de necesidad, supondría que las "excomuniones" pasarían a tener vigencia.
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