Aunque concuerdo en general con Cirlot, indicaría que considero sería posible a un localista escapar de la condición de minusvalía, si este se dedicase a buscar plasmar conceptos arquetipales u obsesiones formales personales en su arte.
Sobre el valor de los localismos en el arte esto escribía el teórico Juan Eduardo Cirlot en el - Diccionario de los ismos - año de 1949:
Localismo:
Tendencia a supervalorar lo local geográfico, con sus particularidades y anecdotismos; con frecuencia este movimiento alcanza proporciones que, a su luz tan condicionada, parecen superiores a su entidad real.
Ello sucede porque en toda creación hay no sólo una perspectiva inherente, sino también un sistema de límites culturales que son emanados a tanta mayor distancia cuanto más profunda es la raíz creacional.
Esta ley se basa en la misma condición humana y en la estructuración del yo: y se ve confirmada por la evolución de los auténticos creadores cuya trayectoria los lleva siempre de lo particular a lo general, de las características nacionales a las de universalidad.
Por el contrario, en los localismos hay una fatal caída hacia la pequeñez del mundo-límite en el cual se hallan enclavados y si, a veces, técnicamente, logran calidades de consideración, pronto se determina la minusvalía de éstas, por falta de servicio a una gran idea de función total.
Los artistas que se limitan a lo regional son el más claro exponente de ello y aun cuando en ocasiones consigan alcanzar fama en países extranjeros por encontrar ambientes concomitantes con el que contribuyó a su formación, su importancia se deshace bajo la crítica severa de los puros significados últimos, de cuyo lenguaje no entienden una sola palabra.
Última edición por ALACRAN; 29/11/2009 a las 13:02
"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
Aunque concuerdo en general con Cirlot, indicaría que considero sería posible a un localista escapar de la condición de minusvalía, si este se dedicase a buscar plasmar conceptos arquetipales u obsesiones formales personales en su arte.
Esta es una buena observación. Hay artistas que, a pesar de practicar preferenemente el "localismo" han superado este "handicap" con la plasmación de los conceptos que citas. Todo es compatible en el arte siempre que no se centre de forma reiterativa y frecuentemente politizada en algo de rango menor, pero el "localismo" no es "per se" negativo porque contribuye al conocimiento y amor por lo propio local y popular y por ende a mantener las raíces frente al mundialismo.
¡ A esto me refería ! Aquí está la Sevilla clásica frente al feismo uniformador estilo Gugenheim y otras "maravillas" modernas que valen tanto para un roto como para un descosido y que no son otra cosa que la manifestación "artísitica" de la política uniformadora, desintegradora y mundialista del "pensamiento único".
Aníbal González dejó Sevilla llena de maravilas arquitectónicas. Es el representante más importante del regionalismo andaluz. Era un arquitecto historicista que utilizaba los estilos neogótico, neomudéjar, neobarroco y neoclasicista, y en sus principios también el modernismo. Pero siempre imprimía un estilo muy personal y muy sevillano a todas sus obras. Merece un hilo aparte.
He quedado maravillado por la obra de este artista que, dicho sea de paso confieso que no conocía.
Al hilo de este tema me gustaría comentar algo sobre arquitectura rural tradicional por si alguien sabe más, ya que es bastante interesante.
Me refiero a varios pueblos de nueva planta que se levantaron en tiempos de Franco cuando el "Plan Badajoz". Hace muchos años ví un reportaje de TV sobre ello y la verdad es que me encantó, pese a las críticas negativas de los arquitectos "modernos". Son lugares llenos de encanto por su ruralismo y respeto por el estilo tracional del lugar. Me parece también que quizá en Andalucía hubo algo de esto y probablemente en otros puntos de nuestra geografía. No menciono al nuevo Ribadelago (arrasado por la rotura de la presa y con muchas víctimas mortales) porque fue un desacierto arquitectónico desde el punto de vista artísitco, bastante vulgar y desde el punto de vista práctico ya que se edificaron casas inadecuadas para las necesidades de los lugareños que acabaron alquilándolas y se fueron a vivir al pueblo viejo.
Creo que el texto que da inicio al hilo debe entenderse como una crítica al "papanatismo localista", pero en ningún caso a las variantes artísticas locales. Si ésta última fuera su intención, me parecería un texto sólo calificable como de "papanatismo academicista". Si hay algo que engrandece el arte, eso son, los localismos bien llevados. ¿O no es acaso localismo: la arquitectura virreinal, el estilo manuelino, el plateresco,...?
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