Y ahora vamos a hablar de la Giralda, la torre de la Catedral, y uno de los símbolos de la propia ciudad de Sevilla. Originalmente había sido el alminar de la mezquita que antes de la reconquista de la ciudad se encontraba donde hoy en día tenemos la catedral. La torre original no era nada del otro mundo. Pero en 1365 un terremoto derribó el yamur, las bolas de cobre que remataban el minarete. A partir de ese momento se empezó a reformar y ya en el siglo XVI, una vez terminada de construir la Catedral, el arquitecto Hernán Ruiz le dio el cuerpo de campanas y le dio una terminación mucho más airosa y la remató con una estatua de la Fe. La Fe triunfante. Esta estatua de más de tres metros de altura es en realidad una veleta (la verdad es que me parece genial poner a la Fe cristiana triunfante sobre lo que había sido un minarete, pero eso de que sea una veleta no me parece tan buena idea porque la connotación no da la idea de una fe muy firme. Pero en fin...), y se conoce como el Giraldillo. Tiene más de 3,5 m de altura.
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En esta conocida lámina de Alejandro Guichot se pueden ver las tres formas que ha tenido la Giralda a lo largo de los siglos: a la izquierda el alminar original, a la derecha restaurada después del terremoto del siglo XIV, ya cristinizada con campanas, y por último, en el centro, la versión definitiva tal como la conocemos hoy.
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