Re: Castillos y Torres de España
Feliz idea, y preciosa exposición fotográfica, DON COSME, como siempre muchas gracias por alegrarnos la vista.
En el otro hilo hablábamos de como nos gustan los castillos y lo que representan. Por mi parte mencionaba que no vivo en uno porque no lo puedo comprar y mantener. Pero lo que no dije es que sí viví en uno de ellos unos días inolvidables. Hice el servicio militar en el Arma de Aviación, concretamente en la I Región Aérea, y, después de un periodo de instrucción de los de verdad, (y no como aquellas "visitas turísticas" a los cuarteles en que se había convertido "la mili" antes de la derogación de su obligatoriedad), fuí destinado por un breve periodo al Archivo Militar que había en el castillo de Villaviciosa de Odón. En aquellos días la fortaleza estaba aislada y no rodeada de urbanizaciones como hoy, por lo que la sensación era acorde con la misión que tenía: éramos una guarnición militar en una fortaleza militar. Por tanto, si puedo afirmar que tengo experiencia de vida castellana que, salvando las lógicas distancias, la recuerdo como bastante "monacal".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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