FÍSICA
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La mayoría de los creditistas sociales habrán formulado la pregunta alguna vez: “Qué es el Crédito Social”. No hay respuesta corta. El Crédito Social es una forma de ver las cosas, un punto de vista que parece traer cada rama del conocimiento a una nueva y más clara perspectiva. De manera igual, todo conocimiento es relevante para el Crédito Social.
En su “Introducción a las Matemáticas”, A. N. Whitehead escribe: “Hemos pues llegado a una posición en la cual podemos efectuar un completo intercambio en las ideas y resultados entre dos ciencias. Cada ciencia arroja luz sobre la otra, y ella misma gana inmensurablemente en poder. Es imposible no conmoverse profundamente al pensar en los movimientos de los hombres en ciertos momentos históricos de aventura y descubrimiento (…). Tales momentos también son concedidos a los estudiantes en las regiones abstractas del pensamiento, y muchas de entre ellas deben situarse en la mañana en que Descartes yacía en la cama e inventó el método de la geometría de coordenadas”. Whitehead se refiere aquí a la revelación de Descartes de la relación entre las hasta entonces separadas ciencias del álgebra y la geometría.
Tal revelación comúnmente viene en un flash; su destinatario conoce inmediatamente que lo contenido en esa revelación es la solución, fuera de toda duda, de problemas previamente irresolubles.
No es una solución específica de un problema específico lo que es conocido; sino la certeza de que una solución se encontrará en el nuevo método de aproximación hecho posible. Soluciones en acto de problemas dados será el trabajo de muchos hombres en muchos años. El Crédito Social es justo una tal revelación.
Es un método que comprehende la relación entre la ciencia física e industrial, la economía y la política.
Un conocimiento del Crédito Social presupone ser consciente de los problemas de esas materias, y un conocimiento de los problemas que yacen entre ellas. Así, en geometría de coordenadas, “la cuestión inmediata que se viene a la mente es, ¿qué clase de lugar o punto geométrico corresponde a las bien conocidas fórmulas algebraicas?”
Esta es una cuestión que sólo puede ser puesta desde el punto de vista de la geometría de coordenadas, mientras que al mismo tiempo es presentada con el conocimiento cierto de que una respuesta útil podrá ser encontrada.
Por tanto, con el Crédito Social podemos preguntar ciertas cuestiones sociológicas con el conocimiento de que la proposición del problema implica la respuesta. Es una cuestión de gran importancia entender hasta qué punto el progreso en cualquier materia depende de la correcta proposición del problema.
Un ejemplo clásico es el problema de Aquiles y la tortuga.
En su forma clásica, con las presuposiciones clásicas, el problema es irresoluble.
Como decía William James, el problema o paradoja, tal y como normalmente es conocido, dice así:
“Dejemos que el reptil haga un pequeño avance y el rápido corredor Aquiles no podrá alcanzarlo, mucho menos adelantarlo; pues como el espacio y el tiempo son infinitamente divisibles (tal y como nuestros intelectos nos dicen que debe ser), para el tiempo en que Aquiles alcance el punto de partida de la tortuga, la tortuga ya se habrá adelantado respecto a ese punto de partida, y así continuamente ad infinitum el intervalo entre el perseguidor y el perseguido se hará indefinidamente más pequeño, pero nunca llegando a ser eliminado del todo”.
La mente moderna puede “ver a través” del problema en seguida pues somos poseedores de nuevos puntos de vista para abarcar tales paradojas; el problema de hecho se ha desvanecido, y nos interesamos en el problema más práctico de: “Dado que la tortuga y Aquiles tienen tal y cual velocidades, y empiezan con tal y cual distancia entre ellos, ¿cuánto tardará Aquiles en sobrepasar a la tortuga?”
La técnica del álgebra trae la solución con la mentalidad y competencia de un niño. Más, detrás de la más simple técnica algebraica subyace un vasto dominio de conocimiento abstracto, cuya naturaleza hace que sea imposible hacer una respuesta corta a la pregunta “Qué es el álgebra”, como en el caso del Crédito Social.
Uno puede decir “El álgebra es la técnica de una concepción matemática”, y eso sería una correcta y penetrante respuesta. De manera similar, el Crédito Social ha sido descrito por el Mayor C. H. Douglas, su creador, como “La política de una filosofía”.
E igual que el álgebra nos permite dar una pequeña respuesta a un problema matemático particular, el Crédito Social nos permite dar una pequeña respuesta a un problema particular de economía política. Pero ni la respuesta, ni la técnica por la cual es encontrada, es álgebra o Crédito Social como tal.
El Crédito Social posee sus técnicas apropiadas, pero se encuentra con respecto a ellas exactamente como la filosofía matemática se encuentra con sus cálculos prosaicos, trascendiéndolos y remontándose a aquello que llamamos Realidad.
El Crédito Social, en efecto, nos permite captar un aspecto de la Realidad, y muy seguramente está entre las grandes intuiciones históricas.
Mediante los accidentes y necesidades de su desarrollo como una dinámica social, el Crédito Social ha venido a ser amplia y superficialmente identificado hasta tiempo reciente como una reforma monetaria. Ahora, sin embargo, está siendo patente como nunca antes un renovado interés y gran curiosidad respecto a las ideas fundamentales del Crédito Social.
El delirium materialista está pasando; en todos lados están buscando un renacimiento de aquellas realidades espirituales que están en la base de los grandes logros de la civilización en otras épocas.
Por mucho que pueda retrasarse, o incluso atrasarse todavía más, ese renacimiento, nada salvo la pura destrucción puede prevenirlo.
Qué forma tendrá, nadie lo puede decir. Pero es para ese renacimiento, y una expansión nueva de los logros del Espíritu encarnado en el Hombre, para el que debe estar el Crédito Social.
Igual que la filosofía matemática ha entrado en el ser de la civilización, así también el Crédito Social. Qué formas y desarrollos tomará esta fuerza viviente son esencialmente impredecibles, pero podemos estar seguros que cuando la ola de desastres sea cambiada, las grande concepciones encarnadas en el Crédito Social se verán realizadas.
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