Madrid / Roma / Moscú / Kiev, 2 marzo 2014, Domingo de Quincuagésima. La labor de intoxicación que los medios del sistema llevan a cabo sobre los sucesos en Ucrania ya ha sido señalada por FARO en redes sociales, mediante un montaje fotográfico con dos portadas del diario ABC (19 mayo 2011 y 23 febrero 2014) que ejemplificaba la manipulación y el doble rasero de la prensa occidental.
Golpe de estado #Ucrania: manipulación informativa y doble rasero ejemplificados en dos portadas del diario @abc_es pic.twitter.com/G4Ku9NYArT
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En apariencia, el asunto resulta complicado. Tras el golpe de estado de hace unos días, al que no son ajenos la OTAN y la UE, se ha producido una rápida y eficaz, aunque limitada, intervención rusa. Las reacciones occidentales, encabezadas por EE.UU. y Gran Bretaña, dan la impresión de desorientación, mientras que las voces de la radicalmente anticristiana Unión Europea, que ve cómo puede escapársele la presa ucraniana que ya daba por segura, suenan casi histéricas.
El Centro Studi Giuseppe Federici publicaba el pasado día 26 de febrero un buen resumen de la situación, que a continuación reproducimos (traducción española de FARO; original italiano aquí).
Yulia: el rostro y la máscara
¿Qué juicio merece la crisis que se ha iniciado en Ucrania con la revolución europeísta que ha llevado a la destitución del presidente y a la excarcelación de Yulia Timoshenko?
Como católicos, estaríamos tentados de simpatizar con los que han caído en la plaza para liberar Ucrania de la influencia ruso-cismática y acercarla al Occidente: no olvidemos la presencia en Ucrania de una Iglesia Católica unida que sufrió bajo el régimen comunista, que decretó la supresión y el retorno forzado a la llamada "Ortodoxia", una terrible persecución.
Sin embargo no debemos caer en un engaño que se repite, hoy como ayer, a expensas de los católicos. Ya en el siglo XIX el liberalismo, que perseguía por todas partes a la Iglesia Católica, fingía apoyar a los católicos cuando éstos eran oprimidos por regímenes no liberales (así por ejemplo, en el conflicto entre Bélgica y los Países Bajos, o entre Polonia y Rusia). Aun sin entregarse a naciones gobernadas por herejes o cismáticos, los católicos deberían haberse abstenido de sostener la causa de la Revolución liberal.
Mutatis mutandis, los católicos, sin tomar partido por el paneslavismo "ortodoxo" (pero sin olvidar algunas iniciativas muy apreciables de Vladimir Putin, tanto en política interior como en política exterior), no pueden apoyar revoluciones impulsadas por los Estados Unidos y por Israel, y por las finanzas internacionales en el nombre, siempre mal utilizado, de la libertad. El artículo de Francesco De Palo que incluimos (aparecido en Il Giornale del 1 de diciembre de 2013) proporciona un poco de luz, por ejemplo, sobre la heroína falsamente ucraniana que acaba de ser excarcelada: Yulia Timoshenko.
En un libro, los secretos de la "pasionaria" Yulia
¿Víctima de un complot urdido por el control del gas, o parte integrante de un sistema cuyos engranajes se mueven "al borde del precipicio"? El caso Julia Tymoshenko visto a través de las lentes de la transformación de su imagen: primer encuadre, atractiva e inquieta, de orígenes judeo-armenios y de cabello negro azabache; después, los estudios en el umbral de sus treinta años, los negocios, la política y ese estilo tradicional sin precedentes.
Para dar luz sobre una figura controvertida, uno de los primeros intentos de investigación accesibles en Italia fue Julija Tymošenko - La conquista dell'Ucraina, por Ulderico Rinaldini (Sandro Teti Editore), con introducción de Alessandro Politi, y con la adición de algunas entrevistas realizadas en Kiev en el verano de 2013 por el editor. El propio Teti tiene un pasado profesional en Ucrania, habiendo trabajado largo tiempo durante su juventud en la Unión Soviética, en la redacción italiana de la agencia de prensa Novosti.
Pero ¿por qué molestarse, especialmente en Italia, en descifrar el verdadero alcance del caso Tymoshenko? Este libro de investigación ofrece la tesis de la reconstrucción periodística aséptica, relatando cómo se originó el inmenso patrimonio económico de Julia, estimado en la cifra mareante de once mil millones de euros. La clave para comprender la relación entre gas y política se llama Pavel Lazarienko, el primer ministro de Ucrania a través del cual Julia pudo multiplicar sus propios negocios.
Juntos consiguieron la gestión exclusiva del gas tratado por las empresas ucranianas, según este libro. La sociedad de intermediación de la Tymoshenko poseía los contratos con las empresas rusas de las que adquiría el gas para revenderlo a cuatro veces su precio inicial, y recibiendo además productos metalúrgicos de alta calidad. Pero ¿cuántos conocen el verdadero motivo de su detención y de su condena, y el verdadero origen de su riqueza?
En occidente las imágenes y las noticias transmitidas se ocupan sobre todo de la llamada revolución naranja, la primera victoria de Janukovich, el golpe de estado, la tercera vuelta de las elecciones, la victoria de Julia. Pero no de los intersticios de las relaciones personales, de las dinámicas internas que existen en ese aspecto tan peculiar de Ucrania: un país con inmensos conglomerados industriales, de carácter exageradamente machista, donde para una mujer es prácticamente imposible ascender y llegar a puestos de poder y a cuentas de seis dígitos.
Sin embargo Julia ha sido parte integrante de ese reparto, una realidad perteneciente al espacio post-soviético de la década de mil novecientos noventa, que en el libro aparece con un destino común con muchos otros oligarcas de Kazajstán o de Rusia. También merecen capítulo aparte, por ejemplo, las agencias de prensa; los estrechos lazos entre editoriales, política y negocios; la calidad de las informaciones que llegan del otro lado de los Urales, sobre las cuales, sin embargo, muy pocas veces se profundiza.
Fuente: Il Giornale, 1 diciembre 2013.
Agencia FARO
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