A diferencia del PSOE, la socialista francesa se muestra orgullosa de sus señas de identidad

Redacción




Madrid- La defensa de la bandera y el himno divide y enfrenta al socialismo europeo. Mientras los socialistas españoles parecen avergonzarse de estos símbolos y arremeten contra el PP por defender y hacer gala de los mismos en sus manifestaciones, los socialistas franceses han decidido envolverse en la bandera y en el himno galos para ganarse la voluntad de sus compatriotas. De hecho, la candidata socialista al Elíseo, Ségolène Royal, quiere que haya una bandera francesa en cada hogar y que sus conciudadanos conozcan la Marsellesa, el himno nacional.

Hija y nieta de militares, Royal prometió este viernes que, si es elegida presidenta de Francia el próximo 6 de mayo, hará lo posible para «que los franceses se sepan la Marsellesa y que todas las familias tengan una bandera» en sus casas. «Pienso que todos los franceses deben tener en sus casas la bandera tricolor (blanca, roja y azul). En otros países se pone la bandera en las ventanas el día de la fiesta nacional», declaró. En un mitin en Marsella, invitó a los 8.000 asistentes a terminar el acto al canto de «Allons enfants de la Patrie, Le jour de gloire est arrivé ...». Royal hizo estas manifestaciones al día siguiente de que el conservador Nicolas Sarkozy, que sigue en cabeza en los sondeos, reiterase su promesa de crear un «ministerio para la inmigración y la identidad nacional».

Prueba de la recuperación por el socialismo francés de los emblemas nacionales es el cambio de lema de su campaña. Royal ha decidido, a cuatro semanas de la la primera vuelta de los comicios, unir los términos «Francia» y «presidenta». «La France présidente» es su nuevo eslogan. A su juicio, «hay que conquistar los símbolos de la nación. Y al mismo tiempo tener una mirada nueva sobre los símbolos y no dejarse encerrar en una desviación de la identidad nacional». Por eso consideró «muy importante» que la izquierda francesa «haya reconquistado el derecho de cantar la Marsellesa», que compuso en 1792 Claude Joseph Rouget de Lisle. «Es una etapa histórica para la izquierda, que había creído que debía abandonar el himno nacional a la extrema derecha», dijo Royal. Esta aseveración de la candidata gala bien se podría aplicar al partido liderado por Zapatero, que parece avergonzarse de los símbolos de la patria española al identificarlos como exclusivos de la derecha.


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