Apañados estamos, ciertamente. Es interesante que este forista novel, tan oportunamente aparecido para replicar, me atribuya exactamente lo que él hace, y ose darme consejos (o más bien órdenes). Por ejemplo:
"aprende a leer bien las cosas". En la cita que hago del artículo que critico, pongo en negrita representativos. Porque los regímenes democráticos que tenemos no lo son. Eso forma parte del abc de cualquier tradicionalista que se entere de lo que dice. En el contexto del artículo de Vargas, además, lo de "regímenes democráticos y representativos" tiene sentido positivo, aunque se deplore la Revolución de la que proceden. Argumentario conocido entre los partidarios de los Puigmoltó-Dampierre, por otra parte.
Las dos supuestas órdenes constantinianas de las Dos Sicilias son falsas. Que en España una de ellas, la más falsa (la de Carlos, autodenominado Duque de Calabria) se mueva en un cierto limbo de alegalidad consentida, y tenga a muchos figurones entre sus filas, no le da "reconocimiento legal". Y si lo tuviera, para un tradicionalista sería igual de ilegítima y de fantasía que la "realeza" de Juan Carlos, por ejemplo.
En cuanto a los topicazos y tonterías que luisaugusto acumula sobre la descendencia de la Isabelona, sólo demuestra que lee poco, muy poco. Podría recomendarle bibliografía detallada, pero no creo que merezca la pena tomarme la molestia. Francisco de Asís de Borbón, Paco Natillas, podía perfectamente engendrar, como demostró cumplidamente tras separarse de su esposa al pasar al exilio. De hecho la Isabelona concibió de él, pero los embarazos se malograron por incompatibilidad sanguínea. Como la Isabelona era monoándrica sucesiva (es decir, que sólo tenía un amante oficial de cada vez) sabemos con certeza quiénes fueron los padres de sus hijos. A este respecto no hay historiador respetable que niegue la filiación Puigmoltó de Alfonso, el luego llamado XII. Los lazos con los Puigmoltó son muchos y llegan a hoy. luisaugusto intenta la ironía con eso de la "revelación divina". Pues lea una buena biografía de San Antonio María Claret, por ejemplo.
Su última mención de las sorpresas que traerían las pruebas de ADN de la realeza es demostración (si hacía falta otra) que de tradicionalista tiene luisaugusto lo que de culto, educado e inteligente. Las de la falsa realeza, como los Puigmoltó-Dampierre, darían para mucho, sí. Las de la poca realeza de verdad que va quedando, no te atrevas a ponerlas en duda, imbécil.
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