Un fundador del Exército Guerrilheiro aparece como ideólogo del proceso
Toninho es el supuesto jefe del aparato militar agrupado en Resistencia Galega
(Firma: X. Álvarez | Lugar: redacción)
El hallazgo casual de una partida de explosivos y de propaganda de Resistencia Galega en una caseta forestal abandonada del norte de Portugal, a muy pocos kilómetros de la frontera gallega, hizo saltar días atrás las alarmas en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que lo consideran todo un síntoma del persistente intento de un sector del independentismo radical gallego de pasar a la lucha armada.
Los expertos consultados se reafirman en la sospecha de que el ala radical del nacionalismo independentista está liderada por Antom García Matos, Toninho . Este ex miembro del Exército Guerrilheiro do Pobo Galego Ceive (EGPGC), actualmente en paradero desconocido, y sobre el que pesa una orden de busca y captura dictada por la Audiencia Nacional el pasado mes de julio, aparece en las investigaciones policiales como la cabeza visible del aparato militar del independentismo. En su entorno se moverían media docena de individuos que están policialmente «desaparecidos».
Por detrás sale a relucir constantemente la sombra de uno de los cofundadores del Exército, que ya cumplió su condena y vive actualmente en la legalidad. Este personaje, cuya edad sobrepasa los 60 años, se mantiene siempre en un segundo plano, pero está considerado como el principal instigador de la apuesta del independentismo radical por la violencia.
Las distintas fuentes consultadas han expresado su convencimiento de que los explosivos descubiertos días pasados en Vieira do Minho, un municipio portugués enclavado en la sierra de O Xerés, a escasos kilómetros de la frontera con el municipio ourensano de Lobios, estaban listos para ser utilizados contra objetivos localizados en Galicia.
Desde el «Prestige»
Con unas u otras siglas, y en muchos casos sin reivindicarlos, este sector del independentismo ya viene utilizando de forma persistente el terrorismo de baja intensidad desde la crisis del Prestige.
Expertos policiales consultados le atribuyen la autoría de las bombas colocadas contra la sede del PP en Pontevedra, la quema de varios camiones del Ejército, la carta bomba remitida a un joven coruñés vinculado a AMI, por considerarlo confidente de la Guardia Civil, la mochila explosiva depositada en las vísperas del 25 de julio del 2005 delante de un cajero de Santiago, y, más recientemente, la que explotó en las instalaciones de una empresa que participa en la construcción de la autovía de Noia.
Si bien las acciones violentas realizadas hasta la fecha no parece que buscasen provocar víctimas mortales, existe el temor de que eso puede ocurrir en cualquier momento, aunque no sea de forma premeditada. Así le ocurrió al Exército en el año 1991 en el municipio de Irixoa cuando asesinaron a un agente de la Guardia Civil en una acción que, de entrada, sólo buscaba apoderarse de su vehículo y de sus armas.
La apuesta por la violencia preocupa a las fuerzas de seguridad, pero también a los independentistas que optan por moverse dentro de la legalidad vigente y temen verse criminalizados. Estos colectivos, días después del hallazgo de Portugal, se han desvinculado públicamente de Resistencia Galega.
Las ovejas negras del nacionalismo gallego en la era democrática
DOCUMENTACIÓN
Este brote de la violencia en el seno del nacionalismo radical no es nuevo. Todo comienza hace casi 30 años, cuando la UPG se escinde, dando lugar al BNG y a la UPG línea proletaria, de ideología independentista, que crea el PGP y participa con HB y Kas en la campaña contra la Constitución española.
En el año 1981 surge Galiza Ceive-OLN tras la disolución del PGP, y cuatro años más tarde se crea el Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive, liderado, entre otros, por el metalúrgico monfortino Antom Arias Curto. En 1988, Mariano Abalo y los suyos se escinden del BNG y fundan la FPGA, que inicialmente respalda al Exército pero le retira el apoyo un año más tarde, dando lugar a la APU, que se autodisuelve en 1995, surgiendo de su seno AMI, que acaba resultando la impulsora de todos los proyectos independentistas violentos, junto a Primeira Línea.
A comienzos del 2000, el denominado Proceso Espiral surge como un intento fallido de poner orden en el seno del independentismo. Así surge NOS-UP, liderada por Carlos Morais, que pretende ser la Batasuna gallega. AMI no se resigna a seguir exclusivamente la vía política y empiezan a apostar claramente por la violencia. Así, NOS-UP propicia la creación de BRIGA como organización juvenil para competir con AMI.
La ruptura definitiva se produce en vísperas del 25 de julio del año pasado, cuando AMI lanza en la red, a través de una web brasileña, el Manifesto pola Resistencia Galega, en el que apuestan abiertamente por la violencia para conseguir la « soberanía de Galiza».
Un asunto que por ahora sólo preocupa a los medios policiales
El proceso de radicalización del independentismo gallego es cada vez más preocupante desde el punto de vista policial, como lo acreditan las investigaciones y seguimientos a los que vienen sometiendo a sus principales protagonistas. Sin embargo, parece no interesar demasiado a los partidos políticos gallegos con representación parlamentaria, que insisten en verlo como algo «residual».
El tratamiento policial que se le ha dado al tema tampoco se puede considerar como modélico. Sobre la operación Castiñeira, llevada a cabo hace casi un año, concretamente a mediados de noviembre, los calificativos más suaves que se le dieron fueron los de «desafortunada» y «precipitada». El resultado práctico de la misma así lo avala. Todos los detenidos, empezando por García Matos, fueron puestos en libertad por el mismo juez de la Audiencia Nacional que autorizó su detención, a pesar de que se negaron a prestar declaración ante la autoridad judicial.
Peloteo
En medios de la Justicia, el tema tampoco despierta gran interés, más bien parece que quema en las manos. Prueba de ello es el peloteo que se han traído entre la Audiencia Nacional y los juzgados compostelanos con el sumario de la operación Castiñeira. El tema está en estos momentos pendiente de que el Tribunal Supremo resuelva el conflicto de competencias que está planteado.
http://www.lavozdegalicia.es/se_gali...&TEXTO=5153506
Ahora García Matos anda libre y captando futuros uxío caamaños para su delirante y microbiana revoluçâo. Audiencia no le falta, ahí están los batasuevos de AMI y demás lunáticos. Aún así, lo de la operación Castiñeira huele a pufo. Parece incluso que el zulo hubiese sido puesto allí para ser localizado, ya que se encontraron varios panfletos rojo-separatistas alrededor del mismo.
En fin, que cantera terrorista no faltó ni falta en Galicia, pero la mayoría acabaron en el GRAPO o en la propia ETA, como Pepe Rey.
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