Hacía mucho tiempo que no leía algo tan hermoso y reconfortante. ¡Cuanto honor y qué responsabilidad constituye el saberse descendientes de aquellos hombres uno de cuyos mejores ejemplos fue Don Felipe, segundo de este nombre de la Monarquía Católcia, "siempre de negro hasta los pies vestido" que pronunciaba con frecuencia aquella palabra de "sosegaos" cuando alguien perdía la compostura! Que esta reflexión nos haga volver a aquel soberbio estilo, pues, para nuestra vergüenza, a veces perdemos los papeles ante la sociedad vil y grosera que nos ha tocado vivir y nos contagiamos de sus modos esperpénticos y simiescos.