Bueno, no sé hasta qué punto territorios como Occitania son tierra irredenta española. Formaron parte del Reino Visigodo de Tolosa y poco más. Vería más lógico reclamar la Septimania o la Baja Navarra, que esos territorios nos fueron arrebatados por la fuerza.
Estoy de acuerdo en las reclamaciones en el mediterráneo que fueron de la Corona de Aragón, a las que yo incluiría los Presidios de Toscana. Son tierras con las que hay una gran afinidad cultural y que siempre permanecieron fieles a Las Españas. Y al igual que los anteriores nos fueron arrebatados de forma arbitraria. El Milanesado ya la veo de forma diferente, quizás porque los italianos del norte tienen otro carácter “más centroeuropeo” y además sería un territorio aislado.
Y en Oceanía las islas antiguamente españolas, en realidad abarcarían el territorio al completo, por algo lo llamaban el lago español. Pero hoy en día las raíces comunes con esos archipiélagos son escasas. Sería muy bonito que los otrora archipiélagos españoles estuvieran bajo nuestra soberanía. Hoy con topónimos perdidos, casos de: Islas de los Pintados; Santa Catalina; Nombre de Jesús; Arzobispo; Los Volcanes; San Carlos; San Francisco, etc. Y que fueron poco a poco rapiñadas por ingleses, franceses, alemanes, estadounidenses o japoneses, debido a la debilidad española en el siglo XIX. En estos territorios (muchos de ellos prácticamente deshabitados) podría llegarse a algún acuerdo cultural y comercial más amplio para ir ampliando relaciones y volver a llevar la cultura española a aquellas tierras. Con la Filipinas americanizada o con Sabah ya ni con esas veo ninguna posibilidad.
En Hispanoamérica mientras se siga inculcando ese odio visceral hacia lo español, desde la enseñanza, la literatura, los políticos o los medios de comunicación parece una misión imposible la reunificación de Las Españas. Los masones hicieron bien su trabajo…
En América por poder se pueden reclamar todo. Los ingleses, holandeses o los franceses son unos “okupas”, ya que el continente era nominalmente hispánico en su totalidad. Además de que España llegó hasta las Aleutianas, que no salen en el mapa, y ordenó a los rusos que se fueran. Muestra ello la idea española de propiedad.
En Portugal se podría decir que sucede tres cuartos de lo mismo. El odio hacia lo español está bastante extendido y es socialmente hasta normal. Varias veces ha salido a relucir en campañas electorales portuguesas o en medios de comunicación, el atacar a determinados políticos por realizar convenios con España o que empresas españolas se instalen allí. Aquí esa xenofobia manifiesta sería rápidamente censurada por la mayoría, cosa que no sucede igual en Portugal o en Hispanoamérica.
África merece mención aparte. Debería seguirse el testamento de Isabel la Católica, que nos exhortaba a continuar la reconquista en el norte del continente. No hay que olvidar que los árabes invadieron ese territorio en su avalancha desde Arabia, su lugar natal. E inmeditamente después cruzarían el estrecho. Ni hay que olvidar la España Transfretana. O sea, que nosotros estábamos antes.
Al igual que no es muy lógico que Italia debiera de ceder en 1945 un territorio de 1.759.541 Km2. a unos 700.000 árabes. O en el Sáhara español con 70.000 árabes, muchos de ellos ni siquiera vivían en el territorio, ya que siempre fueron nómadas. Y con unos 30.000 españoles europeos y creciendo, debiera entregar un territorio que había delimitado España, construido las infraestructuras, las ciudades y las industrias, etc. Si a España le correspondió en el Tratado de Berlín fue precisamente por ser un trozo de desierto sin valor y despoblado frente a sus costas de Canarias. Quien se ganó el derecho de pertenecía con todas las de la ley fue España y no un autoinventado pueblo “saharaui”, desconocido hasta entonces.
Además España tenía derechos territoriales hasta el paralelo 20, que incluía la mitad de la actual Mauritania, pero los franceses se inmiscuyeron ya que encontraron una zona rica en minerales. De ahí que la parte sureste del Sahara español no siga una línea recta al igual que el resto de la provincia española.
Caso similar ocurrió en la zona del Golfo de Guinea, donde España tenía derechos desde 1778 entre el Cabo López y la desembocadura del Río Níger y su correspondiente “hinterland”. Pero nuevamente los “matones del barrio” nos lo impidieron en la Conferencia de Berlín. Y España tuvo que conformarse con un minúsculo territorio. Pero el caso del África negra, según mi opinión, es diferente al África árabe. Ya que los pueblos que allí habitan tienen derecho sobre esos territorios. En todo caso alguna isla, caso de Annobón que prefería seguir siendo española.
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