¿Son éstas las huestes que nos van a atacar?pues si éstos son los componentes de las tropas de élite del todavía Unido Reino me rindo.
http://www.alertadigital.com/2017/04...-gran-bretana/
Si alguien quiere poner las fotos que acompañan al artículo para que no se pierdan, nada, nada, adelante que por eso no quede.
[B]Hijos de la Gran Bretaña[/B]
AD.- La historia de España no se entiende sin la base del odio que siempre hemos profesado a los ingleses. Ese odio ha tenido el sustento de todas las tropelías causadas por los ingleses desde mucho antes del Tratado de Utrecht. Ese odio se mantuvo vivo hasta que la democracia dejó tan exánime nuestro orgullo nacional que desde entonces ya sólo somos capaces de odiarnos a nosotros mismos. También los ingleses nos honran con ese odio inmarcesible, imperecedero, entre países que fueron imperios. Españoles e ingleses, en fin, nunca nos entendimos ni mucho ni poco y tal vez por eso aquí éramos tan germanófilos durante la II guerra mundial y más argentinos que el general Galtieri durante el conflicto de las Malvinas.
Uno de los principales defectos de los ingleses es el complejo de almidonamiento que padecen sus gobernantes, por culpa de lo cual se presentan en todas partes estiradísimos, como si acabaran de salir del tinte, y sin molestarse en mirar a nadie, como si fueran miopes. El antiguo líder del Partido Conservador británico Michael Howard ha declarado a Sky News que la primera ministra del país y actual dirigente ‘tory’, Theresa May, está dispuesta a declarar la guerra a España para defender la soberanía de Gibraltar.
El libreto, con todos los cantables posibles, de la historia inglesa demuestra que estos caballeros siempre han procedido, a lo largo y ancho de los siglos, con una pedantería fabulosa. Los ingleses consideran, generalmente, al resto de los europeos como simples agrupaciones de bacilos y bacilas que solo merecen atención mientras puedan serles útiles para sus fines, pero acreedores tan sólo al más robusto de sus desprecios si se niegan a cooperar con sus deseos.
Esa obsesión de los ingleses por crearse un imperio les produce hoy merecidísimos dolores de cabeza, pues los habitantes de las diversas colonias que constituían su cuenta corriente territorial -no siempre ganadas lícitamente- se apresuran a vivir en la metrópoli en cuanto ven la primera oportunidad. Reconocemos como grotesco que quienes no tienen el valor ni coraje de defender a sus mujeres del acoso sexual de los foráneos, se atrevan a lanzar semejantes baladronadas contra el único país de esta parte de Europa que, mal que bien, aún mantiene firmes a los musulmanes. La infame pulla de Michael Howard nos confirma sin embargo que esta gente, incluso mestizada, es incorregible. De ahí que saludemos con alborozo que los paquistaníes, los egipcios, los nigerianos, lo mejorcito del imperio de Su Graciosa Majestad, estén convirtiendo el Reino Unido en una selva.
Durante años, los españoles hemos comprobado que la Gran Bretaña, además de los defectos apuntados, se iba quedando lamentablemente sorda. Hace algún tiempo, en un momento en el que estábamos distraídos, aprovechando las apreturas del “metro” histórico número 1704 y en el trayecto España-Guerra de Sucesión, nos quitaron la estilográfica de Gibraltar. Como con esta estilográfica escribieron los ingleses todo lo que tenían que escribir y, en realidad, no les sirve de nada en absoluto, durante años hemos solicitado cortésmente la devolución por tratarse de un recuerdo de familia.
Naturalmente, toda la razón está de nuestra parte. Hay numerosos testigos del robo, tenemos el documento que acredita que nuestros antepasados poseían Gibraltar… ¡Inútil ¡Todo inútil! Inglaterra ni atiende a razones, ni a leyes, ni a nada. Es un caso de sordera diplomática galopante que suele presentarse en los países caducos.
Reproducimos lo que un analista de Katehon escribió sobre el cáncer británico:
El mal siempre ha sido controlado desde un centro único a lo largo de la historia. Quienes propagan las guerras y las masacres son parte de una cadena de mando y siguen los planes que se originan desde un centro. Las grandes guerras del siglo XX, la colonización, las masacres, la división de Oriente Medio y África y las crisis económicas tienen un único foco. Además, el mal es como un pulpo con muchos tentáculos y nuestros ojos tienden a mirar en primer lugar el tentáculo más activo. Pero es un cerebro el que dirige los tentáculos y hace que se muevan con perfecta coordinación. Por otra parte, el mal es una estructura jerárquica piramidal. No importa cuan tan amplia sea su base ni la cantidad de estamentos con que cuente: en la cúspide existe un punto con autoridad absoluta sobre lo que está por debajo.
Es imposible conseguir resultados positivos en la lucha contra el mal atendiendo, simplemente, los tentáculos del pulpo o los otros estamentos. Debemos dar lugar a una lucha intelectual contra la cúspide, la cual controla, administra y ordena el sistema y toma la decisión final. Lo central de ese combate debe ser dejar en claro el papel de la cúspide de la pirámide del mal. Porque esta solo es eficaz cuando confunde a los demás y se mantiene oculta, aprovechándose de todas las ventajas infames del secretismo.
Al hablarse sobre el liderazgo del mal en el mundo de hoy, se mencionan muchos nombres: los estados en la sombra de los Estados Unidos e Israel; los organismos como las Naciones Unidas, la OTAN o la Unión Europea; las organizaciones como la CIA, el MOSSAD o Gladio (red clandestina secreta anticomunista que operó en Europa bajo la dirección de la OTAN y la CIA estadounidense durante la Guerra Fría); las sociedades secretas como los Iluminati, la masonería, la asociación Skull & Bones, los Rosacruces, los templarios; los que controlan la economía mundial como barones financieros en Wall Street; los fideicomisos y corporaciones multinacionales de los hidrocarburos. Pero todos ellos son los engranajes de dicho sistema. Son los tentáculos del pulpo, los estamentos o niveles más bajos de la pirámide.
Es el estado en la sombra británico el que ha estado en la cúspide de esa pirámide jerárquica durante siglos, estado que también ha sido el polo del colonialismo y la esclavitud. China, India, Indonesia y Malasia permanecieron bajo el yugo británico durante siglos. Asimismo, fue ese estado el que introdujo el opio en China, disciplinó a la India por medio de la hambruna y aterrorizó a la mayoría del sudeste asiático con la East India Company (Compañía Británica de las Indias Orientales). Actualmente no se recuerda el genocidio perpetrado en la India en aquella época por Gran Bretaña, donde hace 150 años puso al borde de la inanición a 330 millones de personas y causó la muerte de más de un millón de hindúes.
Fue el estado británico en la sombra el que destruyó el Imperio otomano y ocupó Anatolia. Los personajes fundadores del comunismo surgieron allí. “El Manifiesto Comunista” de Marx y Engels (título original de la primera edición: “Das Manifest der Kommunistischen Partei”), que constituye la piedra angular del comunismo, fue publicado por primera vez en Gran Bretaña. Todos los textos teóricos fundamentales del comunismo, incluido “Das Kapital” (“El Capital”), se escribieron allí. Los fundadores del liberalismo, Adam Smith y David Ricardo, eran británicos. Charles Darwin, quien estableció la base ideológica del darwinismo social que acarreó horrores increíbles en el mundo del siglo XX, era británico.
Son obra del estado en la sombra británico las políticas que llevaron forzosamente a Oriente Medio a un baño de sangre. La mayoría de las Naciones del Oriente Medio fueron fundadas por Gran Bretaña. Las fronteras de los países del Oriente Medio se elaboraron en el Cairo en una reunión presidida por Winston Churchill. La mayoría de los administradores de los países en cuestión fueron elegidos por el estado en la sombra británico. Y esos administradores fueron designados y entrenados por los hombres del estado en la sombra británico: T.E. Lawrence, Gertrude Bell, General Allenby, Orde Wingate, Hubert Young, Sir Percy Cox, Herbert Samuel, etc.
La gran mayoría de lo cuadros que gobernaron en Oriente Medio en el siglo XX, fueron preparados en escuelas británicas como la Academia militar de Sandhurst, la SOAS (Escuela de Estudios Orientales y Africanos), Exeter, Cambridge u Oxford, con el objeto que sirvan a los planes del estado en la sombra británico. En dichos centros de educación se prepararon innumerables personas honestas, sinceras y buenas. Pero ello no quita que sirviesen también como lugares de preparación de los agentes del estado en la sombra británico.
La mayoría de los fundadores del terrorismo radical actual se prepararon en la Universidad Al-Azhar. El anglosajón, racista y evolucionista Lord Cromer, gobernador Colonial de Egipto, fue quien hizo de la Universidad Al-Azhar lo que es. Y en esa tarea cumplió su papel –financiado y respaldado por Lord Cromer– Muhammad Abduh, con lo que esa casa de estudios se convirtió en el centro del Darwinismo Social del mundo islámico. Esos formadores son los ideólogos del Islam radical. El sistema establecido por Lord Cromer emanó su influencia en todo el mundo islámico en un plazo de 30 años. Y esa influencia es la principal causa del actual ambiente de guerra.
La Liga de Naciones fue fundada en 1919 en la Conferencia de París, controlada por Gran Bretaña. La Conferencia concretó los planes de Gran Bretaña en gran medida. El estado en la sombra británico también está detrás de la mayoría de las decisiones y resoluciones de la ONU. El primer ministro británico Churchill fue el arquitecto jefe de la OTAN, la Gladio y la Unión Europea. Los fundadores y los administradores iniciales fueron, invariablemente, británicos. De todos modos, estos hechos históricos no prueban que estas instituciones u organizaciones actúen siempre de manera completamente tendenciosa. Es indudable que las Naciones Unidas proporcionan numerosos servicios útiles y que cada servicio de inteligencia proporciona importantes servicios para su propio país. Pero esto no altera que la tenebrosa influencia del estado en la sombra británico esté presente en la estructuración de tales instituciones y organizaciones y en algunas de sus decisiones.
El estado en la sombra británico estuvo detrás del golpe de estado contra Mosaddegh en Irán, los golpes de estado de 1960, 1971, 1980, 1998 y 2016 en Turquía y todos los golpes en Egipto, Siria e Irak, de los que está lleno la historia reciente.
La CIA y el MOSSAD, que según se dice, gobiernan el mundo hoy en día, fueron establecidos y entrenados por personal de la MI6, la inteligencia británica.
El Banco de la Reserva Federal de Estado Unidos también fue fundado por el Banco de Inglaterra. La familia Rothschild, uno de los líderes de la economía mundial, tiene su base en Gran Bretaña. George Soros fue preparado en Gran Bretaña.
“Cinco Ojos”, el mayor sistema de vigilancia mundial, puesto al descubierto por Edward Snowden, se constituyó en Australia, país controlado por británicos. En dicho sistema participan los servicios de inteligencia de los Estados Unidos junto con los de Canadá, Nueva Zelanda, Gran Bretaña y Australia, miembros de la Commonwealth británica.
Karl Popper, el padre fundador del movimiento “Sociedad Abierta” de Soros, es británico. Richard Dawkins, quien es el portador de la bandera del ateísmo en el siglo XXI, es británico. Aquí debe advertirse algo importante: los británicos son personas cariñosas, amables, bonitas y decentes. Y aclarar lo que es la estructura del estado en la sombra británico permitirá a su pueblo no padecerlo y evitar sus consecuencias desagradables, consecuencias que también ha tenido que soportar durante siglos.
Gran Bretaña ha invadido todo el mundo en algún momento, con excepción de 22 países. Veamos ese mapa de invasiones: Antigua y Barbuda, Australia, Bahamas, Bangladesh, Barbados, Beliz, Botsuana, territorios del Océano Índico, Islas Vírgenes Británicas, Brunei, Islas Caimán, Gibraltar, Isla de Navidad, Islas Cocos, Islas Cook… Dominica, Islas Malvinas (entre intentos frustrados e invasiones concretadas de Gran Bretaña a la Argentina, tenemos: 1763, 1783, 1788, 1806, 1807, 1851, 1859, 1869, 1908 y Malvinas en 1982). Y no hay que olvidar que la Patagonia argentina está “pacíficamente” ocupada desde hace más de 100 años, hasta con aeropuerto internacional propio de hecho, construido en 2007, Gambia, país de Gales, Ghana, Granada, Guyana, Sudáfrica, India, Escocia, Jamaica, Camerún, Canadá, Kenia, Kiribati, Irlanda del Norte, Reino de Lesoto… Eso no es todo, hay más: República de Malawi, Maldivas, Malasia, Malta, Isla Mauricio, Islas Corales, Montserrat, Mozambique, Islas de Namibia, República de Nauru, Nigeria, Isla Norfolk. Eso no es todo, aún hay más: Papúa Nueva Guinea, Islas Pitcairn, dependencia de Ross (en la Antártida), Islas de San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Samoa, Santa Elena, Seychelles, Sierra Leona, Singapur, Islas Salomón, Sri Lanka, Swazilandia. Aún hay más: Tanzania, Tonga, Trinidad y Tobago, Tokelau, Islas Turcas y Caicos, Tuvalu, Uganda, Vanuatu, Nueva Zelanda, Zambia. 52 países son miembros de la Commonwealth británica. En algunos de ellos se celebran elecciones y se elige al Primero Ministro. Pero por encima de los mismos, en algunos de esos lugares, hay aún gobernadores designados por Londres. Esto significa que el Reino Unido envía “Gobernadores” como si fuesen territorios propios. Las autoridades electas toman decisiones, pero las debe refrendar el gobernador británico, aunque, en realidad, este las presenta a la reina, quien dice “Sí” o “No”.
Estados Unidos es una ex colonia británica. Las maquinaciones del estado en la sombra británico llevaron a la guerra de 1812 y los ingleses ocuparon por poco tiempo Washington D.C., prendiendo fuego a la Casa Blanca. Las negociaciones de paz tras la primera y la segunda guerras mundiales estuvieron bajo control de los británicos. También cabe destacar que es un veterano agente de inteligencia británico quien preparó informes falsos contra el presidente Trump.
Bernard Lewis, el autor intelectual de las ocupaciones de Afganistán e Irak, de la guerra entre Irán e Irak, de la revolución iraní, del proyecto de la Media Luna Roja, de la fragmentación del Oriente Medio, del choque de civilizaciones y de la Época de Guerras Musulmanas, es un oficial de la inteligencia militar británica. Enseñó en la SOAS durante 30 años. Lewis fue enviado repentinamente a Estados Unidos en 1974 y desde entonces fue el principal consultor para casi todos los presidentes norteamericanos sobre asuntos del Oriente Medio. Fue el pedagogo de Kissinger, Brzezinski y Huntington y lo es de los más conocidos neocons de la actualidad. En verdad, las políticas estadounidenses las redactaba él.
Pakistán, Afganistán, Irak, Nigeria, Siria y Yemen –donde el terrorismo ha cobrado la mayor cantidad de vidas– han estado bajo ocupación británica. Osama bin Laden fue educado en Gran Bretaña. El GIA, que bañó a Argelia con sangre, reunió sus cuadros en Gran Bretaña. Los hombres armados más importantes de ISIS fueron soldados británicos.
ISIS, Al-Qaeda, Boko Haram, Al-Shabaab, FETO, Hezbollah, el PKK, el PYD, Asala, el DHKP-C, las brigadas rojas y organizaciones terroristas similares sirven todas de tropas del estado en la sombra británico. Esta estructura siembra sangre y lágrimas por donde pasa. La lista continúa. Para resumir, los últimos 300 años de historia humana se vieron empapados en sangre por el estado en la sombra británico. Cientos de millones de personas inocentes, incluidos ciudadanos británicos, murieron a manos de estos asesinos impiadosos, racistas, colonialistas, egocéntricos y brutales. Los más grandes genocidios de la historia fueron realizados por el estado británico en la sombra, el cual también provocó grandes sufrimientos al pueblo británico.
El 15 de julio de 2016, cuando las máscaras cayeron y se supo quienes fueron los que impulsaron la insurrección armada en Turquía, Inglaterra envió miles de soldados a la base de la Royal Air Force en la costa del suroeste de Chipre a solo 100 millas de Turquía. Y envió los buques de la marina de guerra al Mediterráneo a la vez que hizo un gran despliegue aéreo para supuestamente ayudar a unos 50.000 ciudadanos del Reino Unido a alejarse del peligro. Los soldados tenían permiso para abrir fuego contra quienes intentasen interferir dicho operativo. Es evidente que tal cosa se trató de algo más que del rescate de ciudadanos en peligro. Se parecía más a parte de un plan calculado (dirigido a otros objetivos).
Y por si fuera poco, la arrogancia bélica de Michael Howard, quien parecería dispuesto a cederle antes a los islamistas la virgnidad de todas las pubes inglesas, que a España la soberanía de la Roca. Lo peor del conflicto de Gibraltar es que el Peñón se ajusta a las necesidades delictivas de muchos políticos y empresarios españoles. Es decir, que estos políticos y estos empresarios han encontrado en Gibraltar la horma de su zapato. Felipe González abrió la verja cuando se hacía imperio la necesidad de blanquear todo el dinero que los socialistas andaluces empezaban a robar a manos llenas. Cientos de sociedades mixtas se han creado desde entonces. Detrás del dinero de la droga, del juego, del contrabando de tabaco, del blanqueo de capitales… no sería difícil encontrar la alargada sombra de algún político, de algún empresario, de algún bufete o de algún notario español.
Pero no se puede hacer mucho mientras la política española esté en tan sucias manos. Gibraltar tiene la llave del control de innumerables sociedades españolas muy directamente relacionadas con la casta dirigente y eso la convierte en un asunto tabú, más allá de algunas acciones diplomáticas con vistas a la galería. Si se tuviera voluntad real de anteponer los intereses de España a los de un puñado de granujas, lo que tendría que hacer el Gobierno es cerrarles la verja, como hizo Franco el 8 de junio de 1969. De una tacada se acabaría con ese lastre para la economía de cientos de estanqueros españoles y la delincuencia económica internacional carecería de una de sus bases más seguras en suelo europeo. No habrá tal. El papel de la mierdocracia española es la de servir de mamporrera a todos los enemigos de España, a quienes además les ponemos la cama. En este caso no en sentido figurado, ya que cientos de ‘llanitos’ con residencia fiscal en Gibraltar duermen en Sotogrande 300 noches al año.
Entre tanto, modifiquemos nuestros puntos de vista con respecto al cambio cultural y demográfico que parece ya imparable en el Reino Unido; consideremos a los ingleses fuera de nuestro universo fraternal y afectivo; festejemos los fracasos de una convivencia multicultural imposible y demos gracias a Dios de que el destino les haga ahora receptores del alentador soplo de la venganza. Por haber convertido nuestro mundo en un infierno.
¡Oh, Inglaterra progre, Gran Bretaña multicultural, que nunca nos falte tu indolente jactancia por siempre jamás, amén, y que te den por el culo, puerca y sucia Albion!
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