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Tema: Mexico no es bicentenario

  1. #181
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    Re: Mexico no es bicentenario

    1827 Plan del padre Arenas

    12 de enero de 1827






    Bases Fundamentales que han de servir para verificar el grito general por la religión y España.

    Artículo 1o. —La Religión de Jesucristo, según la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana, sin mezcla de otra pública o privada.

    2o. — Para sostener el artículo anterior, volverá este país a la soberanía del Sr. D. Fernando VII, (Q. D. G.,) y legítimos sucesores, proclamándole y jurándole de nuevo y como se acostumbra en semejantes actos.

    3o. —En todo lugar en donde se proclame este Plan, se restablecerán inmediatamente los Ayuntamientos, y arreglará todo como estaba en el año de 808.

    4o. — Los indios volverán a gozar de todas las gracias y privilegios concedidos y pondrán sus repúblicas como en el año de 808.

    5o. —Cesan las funciones de los enviados por las Potencias Extranjeras; pero se les guardarán los fueros y consideraciones acostumbradas entre Potencias amigas, si no lo desmereciere su conducta.

    6o. —A los extranjeros existentes en el Reino, se les garantizan sus vidas y propiedades, siendo árbitros a permanecer o salir del Reino hasta la resolución del Soberano.

    7o. —Se concede la vida a todos los que tuvieren delito de muerte por motivos de opinión, desde el Grito de Iguala, tomando partido activo en este Plan.

    8o. —Es llamado a tomar las armas todo militar que sirvió en el año de 20, para sostener los artículos anteriores,

    9o. —También los españoles existentes en el Reino y los dignos americanos amantes de su Religión y Rey.

    10. —Todo individuo español o del país, eclesiástico o secular, que por imposibilidad física no pudiere unirse a las filas, tomará, sin embargo, parte activa para defender la Religión y el Trono, con sus instrucciones, y se recompensará a todos los que comprende este artículo y anteriores.

    11. —Todo militar será considerado por el empleo que obtenga al presente, y para los ascensos se atenderá a los servicios que haga.

    12. —Los militares que por no haber tomado parte en el Plan de Iguala, hayan sufrido atrasos, están remunerados al instante que se presenten para defender éste.

    13. —A los empleados civiles, se les guardará la misma proporción.

    14.—Los soldados, sargentos y cabos, que sirvieren en el año 20, y sirvan actualmente presentándose a la primera llamada, se les abonará todo el servicio, y el que no quiera servir en lo sucesivo después de arreglado el Gobierno, se les dará su retiro o licencia correspondiente, sin detenerlo.

    15. —El Ejército se titulará: “El restaurador de la fe,” y se sostendrá de las rentas públicas, sin alterarlas, y de los donativos o préstamos que hagan los amantes de ella, que se les bonificará, luego que haya fondos para ello.

    16. —El Jefe del Ejército, lo seré yo, por orden de S. M. con el título de Comisionado Regio.

    17. — Al ¿quién vive?, se responderá: “La fe”.

    18. —Todo el que se oponga a lo arriba dispuesto, será tenido como reo de lesa majestad, divina y humana.

    Dado en México, a 12 de enero de 27. —Juan Climaco Velasco.



    OPERACIONES OCULTAS PARA EL PLAN QUE ANTECEDE

    Antes que un miembro se dirija a otro, examine despacio si reúne las cualidades siguientes:

    1ª. —Intimo amigo de quien le ha de hablar.

    2ª. —Adicto a la causa de Fernando, y que a su favor se expresará con él dos o más veces.

    3ª. —Muy reservado, que no sea fácil en manifestar sus arcanos, ni tenga algún vicio como la embriaguez, por el que arriesgue el secreto.

    4ª. —Nada voluble en sus resoluciones,

    5ª. —Solícito en llenar sus cargos y cuidar principalmente papeles.

    6ª. —Que esté de pie en alguna ciudad, a lo menos por cuatro meses.

    7ª. —Que tenga otro amigo a quien poderse dirigir. Vistas estas cualidades en algún sujeto, observar si las voces de Religión o Patria, el verse postergado, u otra causa, le moverán a admitir, y opinando afirmativamente entréguele al Plan después de haberse fondeado, para que le medite veinticuatro horas (a lo más cuarenta y ocho,) y resuelva. Si no admite, hágale reflexiones sobre lo mucho que expone a la causa, o ya hable en público o secreto del proyecto: que lea bien las notas y pase a examinar quien otro se dirige.



    OBLIGACIONES DE LOS MIEMBROS

    1ª. —Conseguir a un compañero.

    2ª. —No descubrir, aún a costa de la vida, cosa relativa al asunto, ni decir al que se comunique, quién lo hizo poner, o al contrario.

    3ª. —No formar junta, ni aún franquearlas casas de los dos miembros que conoce.

    4ª.—Denunciar al que hable directa o indirectamente del proyecto, aunque no le conozca por miembro de la causa, poniendo las palabras materiales que profirió, su nombre, apellido supuesto, o el propio, si por otro no lo conoce, y el de los sujetos ante quienes habló, el día en que lo ha verificado, y cuanto además juzgue conveniente.

    5º. —Noticiará dentro de ocho días los puntos siguientes:

    1º. —Con cuánto se subscribió o prestó con rédito o sin ellos, y si de esto quiere poner parte o todo a disposición de la causa para los gastos que se ofrezcan.

    2º. —Las graduaciones, empleos, o estado de cada uno, en general [...] Capitán, retirado efectivo, o un eclesiástico, etc., y la población en que se halla con los rumbos y leguas a que queda dicha población de la de México.

    3º. —El día mismo que entra cada uno, y el nombre y apellido supuesto que eligió en la firma.

    4º. —Las juntas o reuniones de que tenga noticia, sus fines, y si conoce a alguno de la causa de ellas.

    5o.—Si tiene varios de confianza a quienes poder invitar y quiere hacerlo, me comunicará la población en que se hallan, sus graduaciones, etc., conforme a lo dicho arriba, ocultando siempre sus nombres y apellidos, y no verificando la invitación (si se hallan en otra ciudad.) hasta que le mande instrucciones de cómo ha de remitir los papeles sin riesgo,

    6o. —Qué número de tropas mantiene aquélla población, expresando las veteranas y nuevamente sacadas.

    7º. —Qué esperanzas funda el pueblo y la tropa, según el descontento o entusiasmo que advierta.

    8º. —Qué armas y cosas útiles al fin, tiene en su poder, y repetirá esta noticia cada diez armas, cinco libras pólvora y cinco de municiones que aumente.

    6º. —Obligación: obedecer las órdenes que se le comuniquen respectivas así o comunes a todos.

    7º.—Captarse la voluntad del pueblo bajo y tropa, con favores, acomodos, buen porte, etc., cuidando por lo menos de atraer los que en estas clases tengan algún predominio, y ocultándoles el fin.

    8º. —Elegir nombre y apellidos supuestos.

    9º. —Decirse mutuamente, maestro y discípulo, con los nombres que eligieron para comunicarse entre ellos cuando se pueda ofrecer.

    10. —No escribir con nombre ni letra propia, sino es desfigurando, cosa del asunto, ni en el caso de hacerlo a mí.

    11. —No salir de la población en que se halla, sin avisarme con bastante tiempo para unir la cadena, y no siéndole posible dejará instruidos a los dos que conoce donde deban entregar los papeles que circulen.

    12. —Escribir asuntos indiferentes a su maestro y discípulo (si se hallan en otra población) cada quince días de no haber tenido noticias de ellos, para si fallecen o se ausentan unir la cadena.

    13. —Examinar los ánimos especialmente de la tropa y mandarme nota circunstanciada cuando las exija, de los que estén por la causa.

    14. —Investigar por medio de extraviados y desconocidos dónde hay armas, dinero del común, etc., añadiendo los medios más fáciles para que estos renglones queden a beneficio de la causa.

    15. —Copiar dos planes cuando se previene en la advertencia general.

    16. —Otras obligaciones propias de algunos cargos, se comunicarán en carta separada a quienes los obtengan.



    ADVERTENCIAS GENERALES

    1a. —Ninguno sacará copia de este plan, sino que admitido, le pasará al que consiga, este al suyo, etc.

    2ª. —Todos aguardarán un segundo ejemplar de que sacarán dos copias, una para su uso, (si no pudiere encomendarle a la memoria) y otra que (no pidiéndola el inventor) pasará a sus discípulos, para que éstos, quedándose con el ejemplar necesario para la copia, pasen los sobrantes a los suyos.

    3ª. —Todas las suscripciones y préstamos quedarán en poder del que suscribe, y los empleará por sí mismos en armas, soborno de la tropa, u otros objetos que se le comuniquen útiles al fin, y no queriendo hacerlo por sí mismo avisará.

    4ª. —El que tenga intimidad con jefes acaudalados, eclesiásticos y otras personas de influjo e interés, deberá preferirlas en la elección a las menos útiles.

    5ª. —El que por su estado u otra cosa no pueda unirse a las filas, al dar el grito, me lo avisará con tiempo para prevenirle sus ulteriores ocultos encargos.

    6ª. —El que tenga conocimiento con correos, arrieros o viajantes, espero me lo comunique.

    7a.—Si alguno tiene conducto seguro para dirigir cartas y entregar en mano propia al capitán general de la Habana, hará gran servicio poniéndole a disposición de la causa, y se le ofrece toda seguridad de que quedará antes de dar paso convencido.

    18.—El que quiera mandar papeles al gobierno español directamente, la causa le ofrece conducto seguro, como no traiga letra ni firma propia, y los diriga a mí.—Juan Climaco Velasco.



    Planes en la nación mexicana. México, Senado de la República - COLMEX. 1987. Libro uno; pp. 201-203





    _______________________________________

    Fuente:

    Memoria PolÃ*tica de México

  2. #182
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    Re: Mexico no es bicentenario

    Personajes y Crónicas

    Domingo, 23 de Noviembre de 2014 22:12

    Por. Lic. Juan Guillermo Rubio Gomora


    Joaquín de Arredondo

    (Primera de Tres)


    José Joaquín de Arredondo y Mioño, nació en la Ciudad de Barcelona, España en 1768, hijo de dona Josefa Riojo de Mioño y de don Nicolás Antonio de Arredondo y Pelegrin, quien fue Gobernador de Cuba y Virrey del Rio de la Plata con sede en la Ciudad de Buenos Aires.

    Joaquín de Arredondo fue un destacado general realista que estuvo en servicio de la corona española durante las ultimas dos décadas del dominio español en la Nueva España.

    Fue comandante militar de la Provincia de Tejas y el Nuevo Reino de León, desempeñando tal cargo durante el periodo en que surgieron los primeros focos insurgentes de la lucha por la independencia de México del dominio español.

    Arredondo ingresó a la guardia real española como cadete en 1787 y posterior a ello fue enviado a servir a los territorios de la Nueva España (Hoy México)

    En 1810, fue ascendido al rango de coronel y le fue concedido el mando del regimiento de infantería de Veracruz.

    Para 1811, fue nombrado comandante militar de la Huasteca y gobernador del Nuevo Santander (hoy Tamaulipas)

    Joaquín de Arredondo siempre tuvo una rígida respuesta en contra de los insurgentes, y aplicó severas reglas de guerra en las campañas pro activas de Miguel Hidalgo y Costilla durante los años de 1811 a 1813, además formó parte de la conspiración de Ignacio Elizondo, que tenía como finalidad capturar a Hidalgo.

    Fue a través de estas destacadas intervenciones en contra de la insurgencia que Arredondo fue recompensado como comandante de la División del Este, de las provincias internas, que después serian conocidas como provincias internas de oriente, cuyo territorio estaba compuesto por las provincias de (Coahuila, Tejas, Nuevo Reino de León y Nuevo Santander) los dos últimos hoy conocidos como estado de Nuevo León y Tamaulipas.

    Cabe señalar que la región antes mencionada tenía una población predominantemente criolla y realista, por tal circunstancia el movimiento de independencia no seria inicialmente apoyado por la mayoría de los habitantes de estas provincias.

    Sería hasta el año de 1817 con la llegada de los líderes insurgentes Xavier Mina y Fray Servando Teresa de Mier a Soto la Marina, cuando dicho movimiento independentista tomó un impulso significativo en los territorios antes mencionados.

    Continuara…




    _______________________________________

    Fuente:

    Personajes y Crónicas
    Última edición por Mexispano; 01/06/2017 a las 07:55

  3. #183
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    Re: Mexico no es bicentenario

    Personajes y Crónicas

    Domingo, 30 de Noviembre de 2014 21:21

    Por. Lic. Juan Guillermo Rubio Gomora


    Joaquín de Arredondo

    (Segunda parte de tres)


    El territorio de Tejas formaba parte del Nuevo Reino de León y era un baluarte fronterizo debido a los ataques constantes de tribus de indios nativos americanos, quienes merodeaban la zona.

    Hacia 1811, Bernardo Gutiérrez de Lara, quien era un herrero idealista originario de Nuevo Santander, se unió a la facción insurgente de Hidalgo, pues tenia importantes contactos en la región, de quienes recibió simpatía y ayuda de varias facciones interesadas en que los territorios de tejas se independizara de la corona española.

    Gutiérrez de Lara, reclutó voluntarios de Luisiana y Tejas y organizó la llamada expedición Gutiérrez-Magee, a estos voluntarios se les ofreció la cantidad de 40 dólares al mes y una legua de territorio capturado.

    Desde San Antonio de Bejar (Hoy San Antonio, Texas) el gobernador de Tejas Grande Manuel María de Salcedo, buscó ayuda con sus superiores y compañeros de armas al sur del Río Grande para repeler la sublevación.

    El 12 de agosto de 1812 el ejército de Gutiérrez de Lara cruzó el Rio Sabinas y tomaron el pueblo de Nacogdoches cercano a San Antonio de Bejar, sin encontrar resistencia alguna.

    Los realistas no lograron reclutar un solo civil para la causa española, sino por el contrario, la población civil apoyó al movimiento de independencia, incluso mientras se retiraban hacia San Antonio de Bejar, miembros del ejército realista y residentes de Tejas se unieron a los invasores, quienes controlaban los territorios al norte de San Antonio de Bejar entre los Ríos Sabinas y Guadalupe.

    El 6 de abril de 1813, Gutiérrez de Lara declaró independiente de España la Republica de Tejas, sin embargo esta independencia no sería reconocida hasta 1821, con la Independencia de México.

    Continuará…


    _______________________________________

    Fuente:

    Personajes y Crónicas

  4. #184
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    Re: Mexico no es bicentenario

    Personajes y Crónicas

    Domingo, 07 de Diciembre de 2014 22:03

    Por. Lic. Juan Guillermo Rubio Gomora





    Joaquín de Arredondo

    (Ultima parte)


    Para enfrentar la amenaza de la provincia recién separada de Tejas, la corona española nombró al general Joaquín de Arredondo comandante de las divisiones oriental y occidental de las provincias internas.

    Arredondo lanzó su campaña militar el 18 de agosto de 1813, y con un ejército de 1,800 hombres partió hacia San Antonio de Bejar, con la finalidad de sofocar la insurgencia tejana.

    El enfrentamiento entre tejanos y realistas españoles, fue casi inmediato en las cercanías del Río Medina, cercano a San Antonio de Bejar y se enfrascaron en una batalla de tres horas, batalla de la cual los españoles resultaron victoriosos.

    Después de su victoria en contra de los tejanos, Arredondo nombró a Cristóbal Domínguez gobernador interino de Tejas, posterior a la batalla de Medina como se le conoce a esta gesta, el general Arredondo regresó a Monterrey donde se encontraba su cuartel general.

    Para 1817, la expedición de Xavier Mina llegó a Soto la Marina y sería nuevamente el general Joaquín de Arredondo quien tendría la difícil misión de sofocar este foco insurgente.

    Joaquín de Arredondo llegó a Soto la Marina el día 11 de junio de 1817, apostando su ejército y artillería en las inmediaciones de lo que hoy se conoce como Colonia Barrio Blanco en Soto la Marina.

    Desde este sitio, Arredondo arremetió con fuerza contra el fuerte insurgente de Mina, que se encontraba en la orilla norte del Rio Soto la Marina.

    Arredondo al mando de más de 1,600 efectivos dio inicio a la batalla por el fuerte de Soto la Marina el día 12 de junio de ese mismo año, y tras tres días de combate logró derrotar al ejército de Mina la tarde del 15 de junio del año en mención.

    Tras esta significativa victoria para el ejercito realista, Arredondo dejó Soto la Marina, para regresar a su cuartel general en Monterrey.

    Cuatro años más tarde, una vez consumada la Independencia de México en 1821, Joaquín de Arredondo partió con destino a La Habana, Cuba. Lugar donde murió en 1837.





    _______________________________________

    Fuente:

    Personajes y Crónicas

  5. #185
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    Re: Mexico no es bicentenario

    Esto le va a caer como balde de agua fría a muchos.



    viernes, 16 de enero de 2015

    Irónico: Lo que quedaba de Tenochtitlan en 1810, se opone al movimiento de insurrección.







    Hay un error, (uno más), recurrente en todos quienes no conocemos a profundidad la Historia de México en su etapa conocida como la Conquista, en el que siempre caemos: decir Ciudad de México a lo que fue la Ciudad Española de México. Justo eso que conocemos en la actualidad por Centro Histórico era la ciudad española, pues, en rededor de ella estaba la República de Indios, es decir, los distintos pueblos en donde los mexicanos vivían. No era un pueblo en sí, sino dos y, para evitar confusiones, pero más bien para tenerlos sujetos y controlados, se les dividió en dos Parcialidades la de Tenochtilan y la de Tlatelolco pero, como ya estaba iniciada la conquista espiritual, entonces se llamaba San Juan Tenoxtitlan y Santiago Tlatelolco. Como Tenochtitlan era tan grande, se dividía en cuatro sectores que no eran otra cosa que los Calpulis o barrios, sus nombres los puedes ver en el diagrama que sigue. Y, en este espacio que tenemos dedicado al inicio de la Guerra de Independencia y la Ruta de Hidalgo, encuentro un documento que me llama la atención debido a que fue emitido por una de esas Parcialidades, la de San Juan que ya se había quitado el apelativo de Tenochtitlan, y que dice:







    Exposición de la parcialidad de San Juan contra la revolución iniciada en Dolores.



    México, 27 de septiembre de 1810.

    Excelentísimo señor.—

    El gobernador, alcalde presidente, gobernadores pasados, y toda la república de la parcialidad de San Juan, han leído la enérgica y juiciosa proclama que vuestra excelencia se ha servido dirigir a todos los habitantes de esta Nueva España con motivo de que algunos de ellos, olvidados de los sagrados juramentos que los ligan, y de sus verdaderos intereses, han levantado el estandarte de la rebelión, y abierto el camino al pillaje, a la devastación y a la ruina total de este preciosísimo reino.

    Nos duele señor excelentísimo este alucinamiento delincuente que ha trastornado sus cabezas, y llega a lo sumo nuestro pesar, al oír que cuentan en su número con algunos indios que les auxilian.

    Nosotros y los que comprenden nuestra parcialidad, entendemos muy bien que FERNANDO VII y sus sucesores de la antigua casa de Borbón, son los únicos dueños de este reino, que el supremo consejo de regencia que por el cautiverio del primero deposita la soberanía, está legítimamente instalado, reconocido y jurado por nosotros; que nuestra santa religión no permite el quebrantamiento de estos juramentos, y nos estrecha a guardar el pacto social, viviendo sujetos a las legítimas potestades, que a nombre de nuestra madre santísima de Guadalupe y del señor DON FERNANDO VII, no son lícitos, antes sí más criminales y horrorosos, el robo, el homicidio y el perjurio; y últimamente, que el que procure la separación de estos dominios de la península, cuando aún existe allá quien resista a la dominación extranjera, no puede ser fiel a FERNANDO VII, sino que imposibilita en cuanto está de su parte su restitución al trono.

    Animados, pues, de estos sentimientos, bien persuadidos de que son los únicos que deben gobernar a un católico y fiel vasallo, hemos acordado venir a presentarnos a vuestra excelencia, ofrecerle nuestras personas y asegurarle, que todos los de nuestra parcialidad están prontos a sostenerlos y derramar la última gota de sangre en defensa de ellos.

    Dígnese por tanto vuestra excelencia aceptar esta nuestra oferta, ocuparnos en cuanto nos considere útiles para el real servicio, y elevar al supremo consejo de regencia esta representación, para que su majestad sepa y se complazca de que los indios de México, tienen la felicidad de contarse entre el número inmenso de europeos y americanos, que no se han dejado ni se dejarán seducir por el espíritu de partido y rivalidad.

    Dios nuestro señor guarde la vida de vuestra excelencia muchos años, y lo conserve a la cabeza de la fidelísima Nueva España para su felicidad.

    México 27 de septiembre de 1810.


    Excelentísimo señor.

    Dionisio Cano y Moctezuma, gobernador.


    Francisco Antonio Galicia, ex gobernador.


    Ramón Lizalde, alcalde.


    Josef Crecencio Cano, alcalde.


    Josef Teodoro Mendoza, alcalde.


    Francisco Valdés, alcalde.


    Domingo Salazar, alcalde.


    Miguel Rivera, alcalde.


    Josef Manuel García, escribano.


    Excelentísimo señor virrey de esta Nueva España don Francisco Xavier Venegas.







    Vemos en este mapa de 1767 la Calle de S. Juan, se trata de la de San Juan de Letrán, que ahora conocemos como Eje Central Lázaro Cárdenas. un poco a la izquierda aparece el "Teypan", que no es otra cosa que el Tecpan de San Juan, ya no era el de Tenochtitlan sino el de Moyota, sitio en donde se asentaba el tribunal de ese sector de la población.



    Fuente:

    J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México.

    Versión digitalizada por la UNAM: Proyecto Independencia de México


    Tomada de 500 años de documentos. Biblioteca. TV.




    _______________________________________

    Fuente:

    Cabezas de Aguila: Irónico: Lo que quedaba de Tenochtilan en 1810, se opone al movimiento de insurrección.
    Última edición por Mexispano; 14/08/2017 a las 05:26

  6. #186
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    Re: Mexico no es bicentenario

    sábado, 18 de junio de 2011

    Llegada de la cabeza de Hidalgo a Guanajuato. Octubre 14 de 1811






    La historia oficial nos dice que: "la cabeza de Hidalgo fue trasladada de Chihuahua a Guanajuato, puesta en una jaula y colocada en una de las esquinas de la Alhóndiga". Eso, al igual que muchos pasajes de la historia de México es la versión breve, resumida, de un pasaje que fue seguramente penoso, doloroso, impactante y repulsivo también. Ese traslado obedeció a la idea de Calleja de coronarse como triunfador de un movimiento que, ya para octubre de 1811 había conseguido muchos adeptos, muchos adictos a la insurgencia, como en ese entonces se decía. Su idea era la de acabar de coronarse como gran triunfador al llevar a Guanajuato, justo el 28 de septiembre, luego de un año de haber sucedido los sangrientos hechos de la toma de Granaditas y, colocar allí, a manera de bizarra celebración la cabeza del que fuera el iniciador del movimiento de insurrección. Para ello giró instrucciones precisas de que debían de ser los fusilamientos con la debida atención de evitar los disparos en la cara, que los cuerpos deberían ser degollados, sus cabezas conservadas en sal y trasladadas a su lugar de origen, concentrándose en Guanajuato y exhibiéndose a lo largo del camino. Calleja planeó mucho, pero no todo se realizó, no contaba con la agilidad del manco García y que sus ataques en los Altos de Jalisco obligarían a ir deteniendo el que hemos decidido nombrar como "macabro envío". o que vemos en la imagen es la Plaza Mayor de Guanajuato a mediados del siglo XIX, litografía elaborada por Carl Nebel, la razón de incluir esta vista es debido a que, algo que no nos cuenta la historia oficial es que la cabeza de Hidalgo y los otros tres caudillos, no llegó a ser colocada directamente en la Alhóndiga, debió de esperar ocho meses y medio en este sitio, la Plaza Mayor, justo en torno a lo que era la perenne horca que allí se encontraba colocada.







    En esta estupenda escena que encontramos en el sitio http://www.travel-leon.com/ bien podemos imaginar como fue la entrada del "macabro envío" a la que fuera una de las más ricas poblaciones de la Nueva España. De Silao partió temprano por la mañana, como era la costumbre de la época, "al rayar el sol" para cubrir las cuatro leguas necesarias para llegar a Marfil y de allí un legua más y estar ya en Guanajuato, solo que, el plan de Calleja original no funcionó. Recibir las cabezas y exponerlas como escarmiento a la población justo el 28 de septiembre, para luego de allí llevarlas la de Hidalgo a Dolores, la de Allende y Aldama a San Miguel el Grande y la de Jiménez, dejarla en Guanajuato. Esto no se dio debido al temor que había de que más que escarmiento, esto sirviera para que la población se levantara aun más a favor de la insurgencia. Por lo tanto las cabezas permanecieron en la Plaza Mayor más tiempo de lo pensado. Si Albino García hubiera tomado Guanajuato, como lo planeó, también para el 28 de septiembre, cosa que no sucedió hasta Noviembre, las cabezas hubieran tenido Cristiana sepultura, pero "habiendo salido Calleja para Guanajuato, Albino atacó la plaza, situando un cañón en el cerro de San Miguel y derrotando a las fuerzas que se le opusieron; los independientes entraron a la población llegando hasta la plaza de San Diego pero allí perdieron el cañón y se vieron obligados a retirarse". (1) Las cosas fueron muy distintas...






    "Como ya afirmamos, nuestros primeros próceres fueron procesados como cabezas de la insurrección y al ser encontrados culpables -sin matices de culpabilidad- fueron condenados y fusilados en Chihuahua el 26 de junio de 1811: Allende, Aldama y Jiménez; y, el 27 de Julio [debería decir 30 de julio] de ese mismo año: Hidalgo. Sus cuerpos fueron decapitados y exhibidas sus cabezas en unas jaulas de hierro en los cuatro costados de la Alhóndiga de Granaditas desde julio de 1812 hasta marzo de 1821..." (2) A este punto me pregunto cuál sería ese sadismo, esa idea bizarra de tener las cabezas en exhibición. Cabezas que fueron cortadas, considerando la fecha de llegada a Guanajuato, 110 días antes las de Allende, Aldama y Jiménez y 76 la del cura Hidalgo. Presumo que la cabezas si fueron exhibidas como se dijo en la orden, ésto debió haber sido en una especie de vitroleros, de otro modo, las cabezas, putrefactas, luego se sacarlas y meterlas a lo largo de las 307 leguas, sería una tarea más que imposible. Finalmente, si nos ponemos a pensar que, luego de todo ese tiempo de "conservación", fueron sacadas para exhibirse en Guanajuato durante ocho mese y medio... ¿Qué macabra exhibición habrá sido eso que colocaron en las jaulas de hierro el 2 de julio de 1812? (La fotografía fue tomada en 1939, viene del blog de Alejandro Monzón.


    Calleja informaría al virrey Venegas el 15 de octubre de 1811 lo siguiente:


    "Ayer llegaron a esta ciudad las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama y Ximénez, y mandando que con el aparato posible se presenten al público con una proclama alusiva a la circunstancias; y me parece conveniente que respecto a la mayor seguridad que hay y debe de existir siempre en una ciudad se figen en ella por ser la capital de la provincia teatro de sus primeras expediciones y atrevidos proyectos y donde son bien conocidas de todos pues de embiarlas a Dolores y San Miguel el Grande se exponen a ser quitadas por las gavillas de insurgentes en alguna de sus entradas". (3)


    Fuentes:

    1.- Villaseñor y Villaseñor, Alejandro. Biografías de héroes y caudillos de la Independencia. Versión electrónica. http://www.senado2010.com/

    2.- Flores, Imer B. Las proclamas y proezas de los primeros caudillos de la Independencia: La causa de Ignacio Allende y los casos de Juan Aldama y José Mariano Jiménez.
    http://www.bibliojuridica.org/

    3.- Serie documental operaciones de guerra. Col 192, fojas 94-44. www.agn.gob.mx


    Publicado por Benjamin Arredondo en 13:10





    _______________________________________

    Fuente:

    Cabezas de Aguila: Llegada de la cabeza de Hidalgo a Guanajuato. Octubre 14 de 1811

  7. #187
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    Re: Mexico no es bicentenario

    lunes, 6 de junio de 2011

    La cabeza de Hidalgo es exhibida en Zacatecas.







    Estamos en Zacatecas, lugar a donde se depositaron durante 15 días las cabezas de los cuatro Insurgentes que iban a su destino final en Guanajuato. Es de los pocos lugares en donde existe una placa que así lo indica, la cual fue puesta en 1953 cuando se festejó el Bicentenario del natalicio de don Miguel Hidalgo. La duda sigue presente, la placa dice que "estuvo depositada la cabeza de Hidalgo", aparece en singular. Entiendo que era la conmemoración del cura de Dolores, no de todos los héroes y por eso se hablaba solo de él, pero surge la duda. ¿Se reunieron allí las cuatro cabezas? ¿Habían llegado con anterioridad las otras tres? ¿En donde estuvieron las cabezas de Allende, Aldama y Jiménez del 26 de junio al 5 de agosto? ¿Fueron ellos tres decapitados el mismo día de su ejecución?







    "La cabeza de Hidalgo, fue depositada al igual que la de Ignacio Allende, Ignacio Aldama y José Mariano Jiménez, en unas cajas con sal, -o en barricas con vinagre según discrepan algunos autores- fueron transportadas y custodiadas por una escolta de caballería hacia la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, donde serían colocadas en jaulas de hierro y exhibidas en las esquinas, en el camino llegaron a la Ciudad de Zacatecas, siendo llevadas a las Casas Reales o de los Intendentes, donde hoy se encuentra el Hotel «Santa Lucia» sobre la Avenida Hidalgo, permaneciendo del 20 de agosto al 5 de septiembre del referido año de 1811. Durante la retirada, pospuesta durante casi una quincena, en virtud de los amagos de diversos grupos de insurgentes, que atacaban los caminos hacia Guanajuato, por ello salieron con un destacamento de 44 infantes del Batallón Urbano de Zacatecas y un piquete de caballería que conducían a algunos presos." (1)

    Las cabezas serían conducidas luego a Aguascalientes, de ello da fe el siguiente documento:

    "Quedo enterado por el oficio de V. S. del día de ayer, que al alférez D. Cosme Prieto conduce a Aguascalientes a entregar al Sr. Coronel D. Diego García Conde, las cabezas de los principales caudillos de la insurrección: Hidalgo, Allende, Aldama, y Mariano Jiménez, y acompañan al primero los soldados de la División del Cura Comandante D. José Francisco Álvarez, que se hallan en la de mi mando; por ahora no tengo la necesidad de los que me acompañan de Leales Zacatecanos, por haber cumplido felizmente la expedición que llevaba por el rumbo de Aguascalientes.

    Dios guarde a V. muchos años. Cuartel de Guadalupe. Septiembre 6 de 1811

    José López".
    (2)

    Fuentes:

    1.- Correos electrónicos sostenidos con el Cronista Adjunto del Municipio de Guadalupe, Zacatecas; Víctor Manuel Ramos Colliere. Mayo 2011.

    2.- Pend



    Publicado por Benjamin Arredondo en 8:25




    _______________________________________

    Fuente:

    Cabezas de Aguila: La cabeza de Hidalgo es exhibida en Zacatecas.


  8. #188
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    Re: Mexico no es bicentenario




    13 DE AGOSTO DE 2017: PATRIOTAS MEXICANOS HONRAN A HERNÁN CORTÉS.

    A pesar de las mentiras oficiales, la leyenda negra masónica y la hostilidad antimexicana los patriotas mexicanos celebraban a Hernán Cortés en la iglesia de Jesús Nazareno.













    _______________________________________

    Fuente:


    https://www.facebook.com/eduardo.vit...56021352834311
    Hyeronimus y Smetana dieron el Víctor.

  9. #189
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    Re: Mexico no es bicentenario

    Catedral GDL Marcha Gay 2016





    https://www.youtube.com/watch?v=KDgpbPkL1FM

  10. #190
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    Re: Mexico no es bicentenario

    Cuando el masón Fray Servando Teresa de Mier fue detenido y llevado a España, según el mismo refiere, visitó varias veces la sinagoga de Bayona, donde los rabinos le obsequiaron un vestido nuevo y “me hacían tomar asiento en su tribuna o púlpito”

    – Monterrey, por Vito Alessio Robles, con transcripciones de escritos de Fray Servando: “Cartas de un Americano al Español en Londres” e “Historia de la Revolución de Nueva España”





    https://www.facebook.com/CirculoDeAm...type=3&theater









    https://www.facebook.com/CirculoDeAm...type=3&theater
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas
    Smetana dio el Víctor.

  11. #191
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    Re: Mexico no es bicentenario





    200 AÑOS LEAL Y NOBLE CIUDAD DE TEPIC


    COMUNICARTE "crónicas de nuestro arte nayarita"
    10:29
    No Comment





    SESIÓN SOLEMNE POR 200 ANIVERSARIO COMO


    CIUDAD NOBLE Y LEAL DE TEPIC.


    El pasado viernes 22 de julio se llevo a cabo en el interior de la sala de cabildo Justino Ávila Arce, en el interior del Palacio del Honorable Ayuntamiento de Tepic una sesión solemne a festejar los 200 años en el que Tepic fue elevado a ciudad leal y noble, en 1811.

    Subiendo de facultades en ese entonces una variedad de mejoras a una villa que casi 300 años antes se había fundado, desde entonces como parte fundamental de la historia de este territorio, para evolucionar y hoy en día ser la capital del estado Nayarit




    La sesión la presidió Georgina López Arias Alcaldesa del XXXVIII Ayuntamiento de Tepic, quien en su breve discurso engrandeció a la ciudad y sus valores, por los que se tienen que sentir orgullos los tepicenses.


    En el evento estuvieron diferentes autoridades civiles y militares, representativas del estado y de la federación, así como pasados presidentes municipales de Tepic, como algunos invitados especiales y por su puesto los regidores quienes aprobaron de que esta festividad fuera todo un acontecimiento para promover los valores y sobre todo elevar el amor por la ciudad que a muchos nos vio nacer.

    Al final, la presidenta escucho atentamente las peticiones de decenas de ciudadanos que asistieron gustosos a compartir esta gran emoción en uno de los días más importantes de la localidad





    _______________________________________

    Fuente:

    200 AÑOS LEAL Y NOBLE CIUDAD DE TEPIC - COMUNICARTE TEPIC
    Última edición por Mexispano; 02/01/2018 a las 01:43

  12. #192
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    Re: Mexico no es bicentenario

    Esta ponencia debería ser obligatoria en todas las escuelas.



    Un documento revelador sobre la independencia mexicana por Guadalupe Jiménez Codinach





    https://www.youtube.com/watch?v=5W9tKKpAzLw

  13. #193
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    Re: Mexico no es bicentenario

    La Independencia de México por Guadalupe Jiménez Codinach





    https://www.youtube.com/watch?v=RSyKdFYM6ew

  14. #194
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    Re: Mexico no es bicentenario

    Al igual que en el Río de la Plata, los rebeldes de la Nueva España al principio se presentaron como fieles al Rey.

    Dominicanus





    https://www.facebook.com/Hispanicbal...type=3&theater
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  15. #195
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    Re: Mexico no es bicentenario

    ¿Por qué la bandera argentina ondeó en el siglo XIX en la capital de California?

    Manuel Sierra Alonso Especial para BBC Mundo

    25 mayo 2017




    Derechos de autor de la imagen AFP Image caption Argentina celebra este 25 de mayo un nuevo aniversario de la revolución de 1810 que inició el proceso independentista.



    Esta es la historia del corsario Hipólito

    Bouchard quien nació en 1780 en Saint-Tropez, Francia. Se inició como marino en edad temprana y pasaría gran parte de su vida adulta luchando bajo bandera francesa en las costas del norte de África y el Caribe.


    Pero su vida tuvo un giro que cambiaría la historia de naciones latinoamericanas cuando en el año 1809 llega a la ciudad de Buenos Aires -tan sólo un año antes de la Revolución de Mayo que dictaminaría el inicio de la independencia argentina del imperio español.


    Si pensabas que era celeste y blanca te equivocas: revelan los verdaderos colores de la primera bandera argentina


    Inspirado por las luchas independentistas, Bouchard se enlistó en la joven armada argentina y luego pelearía como granadero a caballo en la famosa batalla de San Lorenzo, impresionando al propio General José de San Martín, libertador de Argentina.


    Gracias a su lealtad y valor en combate se le entregó la ciudadanía argentina en 1813 y dos años más tarde, el gobierno local le expidió la primera patente de corso para que luchara contra los buques españoles en alta mar.



    Carta blanca



    Derechos de autor de la imagen Imagen de dominio público Image caption Retrato de Hipólito Bouchard de José Gil de Castro.



    Fue el 9 de julio de 1817, primer aniversario de la declaración de la independencia argentina, que Hipólito Bouchard, un probado capitán en guerra y leal a la república, zarpó hacia alta mar en la fragata La Argentina cumpliendo con su segunda patente de corso.

    Este fue el viaje que más aventuras e historias le dieron a Bouchard, circunvalando el mundo de este a oeste, luchando contra los buques españoles y negreros de cualquier bandera.

    Según el presidente argentino, (1862-1868) e historiador Bartolomé Mitre, ninguna expedición corsaria de aquella época fue más beneficiosa ni valiente como la de la Fragata La Argentina .

    Durante la campaña en el Pacífico, Bouchard se encontró con la corbeta Santa Rosa a orillas de la isla de Hawáii, la cual desobedeciendo su patente de corso expedida por las Provincias Unidas del Río de la Plata, se había amotinado en Chile y cometido actos de piratería.

    Bouchard se entrevistó con el rey de la isla, Kameha-Meha I quien se la había comprado a los rebeldes. Luego de una serie de negociaciones logró que se le entregasen los prisioneros para ser ejecutados bajo las leyes de las Provincias Unidas además de la corbeta a cambio del precio que había pagado por ella, 600 quintales de sándalo.

    Cuenta Mitre en su libro Páginas de Historia, que este acuerdo entre el rey y el capitán terminó sellando un pacto entre ambas naciones en donde Hawáii reconocía el carácter autónomo de la Argentina, siendo este el primer estado en hacerlo.



    La bandera argentina en Monterey



    Derechos de autor de la imagen Imagen de dominio público Image caption El condado californiano de Monterey hoy.



    Siguiendo la huella de sir Francis Drake, Bouchard zarpó hacia las costas de California el 25 de octubre de 1818 llevando consigo un importante poder de fuego conjugando su fragata La Argentina y la corbeta recientemente recuperada y renombrada Chacabuco.

    El 22 de noviembre fondeó su expedición a la entrada de la bahía de San Carlos de Monterey porque sabía que la capital de la Nueva California poseía minas ricas y podrían encontrarse allí tesoros y riquezas destinadas al rey de España, como menciona Alexander von Humboldt en su libro Ensayo político sobre el reino de la Nueva-España.

    Otra razón que tenía Bouchard para atacar ahí era que según sus informes las baterías del puerto estaban desmanteladas y que la población no tenía medios eficaces de defensa, lo cual quedaría demostrado más adelante que no era cierto.

    El 23 de noviembre comenzó el plan ideado por Bouchard para tomar posesión del fuerte. La idea era simple: enviar la corbeta Chabacuco con bandera americana para luego entrar con la fragata y reducir a la fortaleza.

    El plan se vio truncado debido a que la corbeta encalló a poco antes de llegar al punto de desembarque quedando a merced de las 18 baterías que disponía el fuerte.

    El capitán de la Chacabuco, William Shipre vio que era imposible retirarse y mucho menos desembarcar, y así fue que dio dos órdenes: izar la bandera argentina y abrir fuego sobre el fuerte.

    Shipre se rindió a los quince minutos teniendo a su tripulación diezmada y a la corbeta acribillada ante la impotente mirada de Bouchard a bordo de la Argentina. Ante esta escena se le atribuye la frase: "A los diecisiete tiros de la fortaleza tuve el dolor de ver arriar la bandera de la patria".



    Cinco días de ocupación



    Derechos de autor de la imagen Editorial Autores de Argentina. Image caption La historia de Hipólito Bouchard ha sido objeto de varios libros.



    Como menciona Bartolomé Mitre, esta había sido una pequeña victoria para los españoles del fuerte que no medían la potencia destructiva de la fragata que aún estaba en pie y fuera del rango de alcance de sus cañones.

    Tal era la pobreza de recursos que ni siquiera contaban con barcos para hacerse del motín de la embarcación vencida.

    Durante la noche, mientras desde el fuerte se escuchaban gritos de victoria y celebración, desde La Argentina rescataron a los sobrevivientes de la Chacabuco dejando sólo a los heridos cuyos gritos de convalecencia podrían alertar a los españoles.

    A las ocho de la mañana del 24 de noviembre, la infantería argentina desembarcó a una legua del fuerte, subió por un estrecho desfiladero y redujo a los tres o cuatro centenares de hombres de caballería que le hicieron frente. El resto de las fuerzas del fuerte abandonaron sus puestos y tan sólo dos horas más tarde de iniciado el ataque, la bandera argentina fue izada en el fuerte.

    Comenzada la ocupación también se iniciaron las tareas de reparación de la Chacabuco.

    Durante los cinco días de ocupación, Bouchard mandó a saquear y destruir todo cuanto edificio español quedara en pie dejando a resguardo a los americanos. El 29 de noviembre de 1818, con la corbeta ya reparada, Bouchard abandonó Monterrey con el objeto de repetir la misma operación en toda la costa mexicana.




    _______________________________________

    Fuente:

    ¿Por qué la bandera argentina ondeó en el siglo XIX en la capital de California? - BBC Mundo
    Última edición por Mexispano; 05/03/2018 a las 05:18

  16. #196
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    Re: Mexico no es bicentenario

    Sermón de la reconquista de Guanajuato, predicado por fray Diego Miguel Bringas el 7 de diciembre de 1810.

    Guanajuato, 7 de diciembre de 1810.

    NÚMERO 154 - Tomo II

    Sermón que en la reconquista de Guanajuato, predicó extemporáneamente en la iglesia parroquial de dicha ciudad, el padre fray Diego Miguel Bringas, misionero apostólico del Colegio de la Santa Cruz de Querétaro, y capellán del ejército de operaciones del centro.

    Por orden del señor general en jefe don Félix María Calleja del Rey.

    El día 7 de diciembre de 1810.

    Con superior permiso

    Dictamen del reverendo padre ex lector fray Luis Carrasco y Enciso, del sagrado Orden de Predicadores, doctor teólogo por la Real y Pontificia Universidad, calificador del Santo Oficio de la Inquisición, y examinador sinodal del arzobispado de México.

    Excelentísimo señor

    He leído atentamente el precioso elocuentísimo sermón, que predicó en la reconquista de Guanajuato el reverendo padre fray Diego Miguel Bringas, cuyo asunto es: redargüir vivamente y con oportunidad a los falsos ministros del altar, a los malos vasallos del rey, y a los inicuos pérfidos soldados que abanderizados por el zorro de Hidalgo han sido en la desastrada insurrección que aún nos aflige, los más bárbaros asesinos de su patria, y verdugos crueles infidentes a Dios; a la religión, y al Estado.

    La robusta elocuencia con que desenvuelve sus ideas triunfadoras este acreditado sabio, antiguo maestro de la oratoria cristiana, combatiendo ahora los monstruosos errores del ex cura Hidalgo; es muy semejante a la que en circunstancias análogas usó en otro tiempo el padre San Bernardo, describiendo (epístola 78) al ambicioso Esteban de Garlanda, el cual por un conjunto ridículo quería ser a un tiempo clérigo y soldado; mas por lo mismo ni uno ni otro; ser prelado eclesiástico y guerrero militar; pero con la extravagancia de elevarse entre los oficiales de guerra sobre todos los generales de ejército; tal ha sido la escandalosa conducta del que debiendo ser atalaya del pueblo de los Dolores, antes por el contrario armó lazos, y tendió redes con el fin de oprimir y despojar a los inocentes como lo hacen los cazadores en el tabor para prender las fieras y las aves.

    Por esto pues, ha sido necesario entrar a cuentas y cargos con esa vulpeja que tan vilmente se ha degradado, y es muy justo también que se le avergüence en público y determinadamente, aunque por otra parte se halle indignamente adornado con el carácter sacerdotal.

    Los obispos son sin duda superiores a los sacerdotes, y los vemos sin embargo reprendidos por el mismo Dios en los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis.

    ¡Con que no será extraño que al servil monago del heresiarca Lutero se le azote y hiera con alguna aspereza de palabras!

    El diestro orador lo ejecuta con verdadero tino, y con encendido celo de caridad, refutando al mismo tiempo la proclama y falsos pretextos del judaizante Hidalgo llamado por los suyos generalísimo, porque ha repetido los graznidos del cuervo de Alemania cuando gritó allá destempladamente Viva el Evangelio y mueran los papistas; y este otro grajo de la América lo ha imitado desentonándose acá en su: Viva María Santísima de Guadalupe, y mueran los gachupines.

    ¡Viejo rijoso e imprudentísimo! ¿Pues que ha de vivir la madre para sancionar la ruina de sus hijos?

    Indios alucinados, ¿es este acaso el fin con que el venturoso Juan Diego nos donó su precioso ayate?

    ¡Ah! pérfidos Allendes, Aldamas, Abasolos y Ballezas, vosotros, vosotros sois los enemigos de la Madre de Dios, lo sois de vuestra patria, y la causa también de cuantos daños se han seguido; tantas mieses robadas, tantos campos incendiados, tantas casas saqueadas, los templos despojados, tantas matronas viudas, tantas doncellas desfloradas, tantas muertes, llantos, lloros, tantas lágrimas; las leyes violadas, el sacerdocio ultrajado, la religión deturpada, todo lo divino y humano confundido.

    ¡Ah! Estos males y otros muchos sin cuento no tienen otro origen que la perversidad de vuestro corazón, y a vosotros son realmente atribuidos, porque sois la única verdadera causa de tan ominosos daños.

    Este es en compendio el sermón del reverendo padre fray Diego Miguel Bringas; y como por otro todo sea una pieza bien trabajada, y nada contenga contra las buenas costumbres y regalías de su majestad, podrá vuestra excelencia si fuere de su superior agrado dar licencia para que se imprima.

    Convento imperial de nuestro padre Santo Domingo de México y enero 15 de 1811.—

    Excelentísimo señor.—

    Doctor fray Luis Carrasco.

    Audite hoc, sacerdotes, et altendite domus Israel, et domus regis auscultate, quia vobis judiciun est, quoniam laqueas facti estis speculationi, et rete expansum super Thabor.

    Oseas, capítulo 5, versículo 1 .

    Escuchad sacerdotes, atended hijos de Israel.

    Oíd infidentes vasallos del monarca español, pues en este momento se trata de juzgaros, porque habéis servido de lazo a los que debierais ser atalayas en vuestra conducta, y han formado con ella funesta red extendida sobre el Tabor.

    [Palabras del santo profeta Oseas en el capítulo quinto.]

    CUANDO LA AMÉRICA SEPTENTRIONAL escuchando, apenas, sólo el eco de las convulsiones espantosas que agitan a la Europa, descansaba felizmente en los brazos de la paz.

    Cuando la amada península de España, semejante a una fecunda madre, libraba una gran parte de sus esperanzas, en la generosidad de tantos hijos, con quienes (aunque materialmente separada por el anchuroso piélago del océano Atlántico) se imaginaba tierna, y estrechamente unida por los vínculos más sagrados.

    Cuando la Iglesia santa zozobrando al embate de la tempestad más horrenda, que acaso ha sufrido desde que salió del costado divino de su autor soberano, enjugaba una gran parte de sus lágrimas, mirando aunque a una inmensa distancia, más de cuatro millones de hijos, que como otros tantos renuevos de aquel catolicismo español, que ha formado sus primeras delicias por una dilatada serie de siglos, le prometían una sucesión prodigiosa, en la conversión de los innumerables pueblos que aún yacen en el seno de este basto continente funestamente dormidos en medio de las sombras de la muerte.

    ¡Qué hado envidioso, Dios inmortal!

    ¡qué brazo inhumano!

    ¡qué sacrílego delirio ha podido turbar la serena frente de nuestra paz!

    ¡ilustrar las dulces esperanzas de la patria madre, introduciendo la discordia más sangrienta entre sus hijos, y cubrir de luto a la amada esposa de Jesucristo! ¡Dios de mi corazón! ¿Para qué habéis prolongado los términos de mi vida hasta tocar en estos momentos que distinguirán monstruosamente entre las diferencias del tiempo, la perfidia, la calumnia, el embuste, la irreligiosidad, y la injusticia?

    ¡Desdichado de mí, que experimentando en la sensibilidad de mi débil corazón los crueles efectos de una desolación tan lamentable, me veo a más, reducido por mi ministerio, a la justa necesidad de reprender y reprobar la conducta de los hombres más respetables, como una obligación, cuyo desempeño me exigen imperiosamente la naturaleza, la justicia, la fidelidad, la religión, en una palabra, todos los deberes más sagrados del hombre, del vasallo, y del ministro público de Jesucristo!

    ¡Escuchad, pues, sacerdotes venerables por vuestro carácter: atended hijos de Israel, oíd infidentes vasallos del monarca español, pues en este momento se trata de juzgaros, porque habéis servido de lazo a los que fueron encomendados a vuestra especulación, a vuestro cuidado y conducta, y habéis formado con ella una funesta engañosa red, tendida tramposamente sobre el Tabor!

    Estas enfáticas palabras del santo profeta Oseas, en el capítulo quinto de su profecía, os han descifrado ya toda la economía, y sustancia de mi oración, que aunque indigesta por las angustias del tiempo (1), pondrá en claro delante de vuestros ojos un retrato al natural del proyecto inicuo, con que el cura Hidalgo y sus secuaces, penetrados del espíritu de la política reprobada del impío Napoleón Bonaparte, intentan sepultar en sus ruinas nuestra América, consumar, si pudiesen, la pérdida de la España, y aniquilar la iglesia de Jesucristo; y por consiguiente, descubriréis con asombro una pequeña porción de las responsabilidades espantosas con que se han gravado, en la parte que lo han conseguido, los malos ministros de Jesucristo: audite hoc, sacerdotes; los infidentes vasallos, o miembros del paisanaje, et attendite domus Israel; y por último los miembros indignos del Estado militar et domus regis, auscultate; es decir, en pocas palabras.

    Que los falsos ministros de la Iglesia, los malos vasallos y los malos soldados, que han cooperado a la insurrección, son responsables de los estragos causados y por causar, y deben ser juzgados como reos de alta traición e infidelidad a la América, a la España y a la Iglesia.

    ¡Virgen inmaculada! ¡esposa dilectísima del espíritu divino!

    ¡con cuánto dolor de mi corazón veo renovada en este país, que tan tierna y singularmente habéis amado y favorecido la abominable herejía de los helvidianos, que con sacrílega osadía intentaron combatir, y negaros la amada prenda de vuestra virginal entereza! Da mihi virtuten contra hostes tuos (2): dadme virtud, elocuencia, facundia, y sabiduría para combatir contra vuestros enemigos; alcanzadme un rayo de aquella gracia de que os preconizó llena el arcángel San Gabriel, cuando como yo ahora con todo este devotísimo concurso, os saludo con el AVE MARIA.

    Audite hoc sacerdotes, y etcétera.

    Oseas, ubi supra.

    QUE LOS VENERABLES MINISTROS de Jesucristo cuya conducta les hace dignos de un nombre tan respetable, como ilustre, han sido el fulcro más firme sobre que se ha sostenido, por el espacio de tres siglos el edificio brillante que erigieron sobre las ruinas del paganismo en este vasto continente, los españoles tan católicos como valientes y generosos, es una verdad inconcusa tan atestiguada por la historia, como acreditada por la experiencia; católico, ilustre, valiente, clementísimo y digno general del victorioso ejército de operaciones del centro.

    He dicho, Señores, que es una verdad tan distinguida por la historia, como acreditada por la experiencia, que los venerables ministros de Jesucristo, cuya conducta les hace dignos de un nombre tan respetable como ilustre, han sido el apoyo más firme, sobre que por el espacio de tres siglos se ha sostenido el edificio brillante que erigieron sobre las ruinas del paganismo, en este vasto continente los españoles tan católicos como valientes y generosos.

    Esta verdad bien conocida por el astuto y pérfido Hidalgo, ha sido la que le hizo apostar el sacrílego medio de ponerse a la frente de ochenta mil americanos, seducidos lastimosamente con el sagrado nombre de la religión: contagiar un cierto número de sacerdotes, y miembros de ambos cleros, alucinar a los pueblos incautos, e inclinar al abominable delito de la deserción a muchos militares.

    Ya es tiempo, pues, mis amados americanos, de rasgar el negro velo de la hipocresía y ambición abominable, para que aparezcan delante de vuestros ojos los misterios de la iniquidad en su semblante natural, y yo no dudo que no vacilaréis un momento sobre el partido que debéis seguir: escuchadme atentamente, que os importa.

    Procesado por el Santo Tribunal de la Inquisición de México el cura Hidalgo, por las doce abominables proposiciones, que como poco hace escuchasteis de mi boca (3), han sido la conducta constante de sus costumbres, y la escandalosa materia de sus conversaciones privadas.

    ¡Qué debía esperar un hombre, que se consideraba en el inminente peligro de comparecer compulso a dar razón de su fe en aquel tribunal tan prudente como severo y circunspecto!

    Para evitar este lance tan temido de su soberbia, puso en acción toda su malicia, y sugerido por su egoísmo o amor propio el más refinado, dio sentencia de muerte contra todos sus compatriotas; decretó la conservación de su libertad a costa de toda esta América Septentrional; mas aquí, aunque os parezca impropio a la majestad de este lugar, me permitiréis por lo que conduce a daros conocimiento de la envejecida malicia de este mal sacerdote, deciros, que verificó su infame proyecto con toda la astucia propia de un zorro, nombre que con la mayor propiedad le daban sus mismos condiscípulos en Valladolid cuando cursaba la cátedra.

    Tenía bien observado el cura Hidalgo, que el pueblo americano es como cualquiera otra porción de la especie humana, amante de su patria, y que a más de esta noble pasión, había heredado de los gachupines (que le enseñaron la religión) un amor y fidelidad constante a sus soberanos, y una adhesión y firmeza incontrastable a la fe de Jesucristo; bajo estos conocimientos, como fiel discípulo o imitador del infame Napoleón, zanjó su inicuo proyecto, levantándole sobre estas tres bases capaces de alucinar al pueblo rudo; pero no a los hombres que tengan una mediana ilustración, de cuya refleja debo deducir con el más agudo dolor de mi corazón, esta verdad, conviene a saber; que si bien es presumible que han entrado engañados en esta insurrección los ignorantes, la presunción está en contra de los literatos; y si el pueblo rudo, cecidit... consilio deceptus sacerdotum (4), cayó en la trampa seducido por el consejo de los malos sacerdotes, como se dice en el capítulo primero del libro segundo de los macabeos, los miembros del clero ilustrado, los vasallos, aquellos pocos que prevaricaron del estado noble, y los malos militares que abrazaron tan indigno partido, deben ser juzgados por las palabras de mi tema.

    Audite hoc sacerdotes, et attendite, domus Israel, et domus regis auscultate quia vobis judicium est, quoniam laqueus facti estis speculationi, et rete expansum super Thabor.

    Escuchad sacerdotes venerables, atended hijos de Israel, oíd infidentes vasallos del monarca español, pues en este momento se trata de juzgaros, porque habéis servido de lazo a los que observaban vuestra conducta, y habéis formado con ella una red funesta arrojada sobre el Tabor.

    De donde lastimosamente se ha venido a verificar en nuestros días, respecto de muchos falsos ministros de Jesucristo, lo que dijo el profeta Oseas: et erit sicut populus sic sacerdos (5): y serán como el pueblo los sacerdotes, esto es, según el doctísimo Alapide (6): similis est, eritque populus sacerdoti, et sacerdos pópulo; es, y será siempre el pueblo semejante a sus sacerdotes; si ellos son infidentes, y revolucionarios, lo será también el pueblo infeliz, a quien Dios permitió por un castigo el más severo, que le condujesen semejantes pastores; buena prueba es de esta verdad la venturosa ciudad de Querétaro, cuyos sacerdotes, más bien que los fosos y cañones, han sido los ángeles tutelares que rompiendo la voz en medio de la más agria fermentación, redujeron el pueblo cristiano al conocimiento, y desempeño de sus justos deberes (7).

    ¿Y no lo deberé yo hacer así también, cuando me hallo cubierto de aquel mismo sayal, y gravado con aquellas mismas obligaciones, cuyo desempeño es el primer anhelo y el íntimo suspiro de mi corazón, y cuando, por una dicha inestimable, soy participante de la sangrienta proscripción con que el infame Hidalgo escribió la sentencia de muerte en las primeras líneas de su plan devastador contra mis venerables hermanos los misioneros apostólicos de la Santa Cruz? ¡Mas qué suerte tan diversa ha corrido la desgraciada Guanajuato!

    Perdonadme sacerdotes fieles, ministros venerables que os habéis conservado firmes en la digna representación de vuestro carácter, nada os deben afligir estas amargas expresiones, ni extrañéis que yo las use tan francamente, cuando imito el ejemplo que me han dejado los profetas santos, los apóstoles, evangelistas y sagrados escritores reprobando la errada conducta de los malos sacerdotes, señalándolos con sus mismos nombres en diversos pasajes de las sagradas escrituras.

    Yo no hablo del estado eclesiástico siempre venerable, sino de algunos miembros que han sido públicamente la piedra del escándalo.

    Yo debo desengañar al pueblo seducido, poner en salvo la inocencia de los europeos, restablecer la obediencia a nuestro legítimo soberano, desagraviar la religión vulnerada en lo más sagrado, y dar a conocer a esta septentrional América sus verdaderos intereses.

    ¿Y no son todos estos objetos respetables el blanco contra quien las sacrílegas bocas de muchos pseudoapóstoles, de tantos sacerdotes infidentes se atrevieron a blasfemar en las plazas, en las calles, y hasta en los mismos templos de esta ciudad desventurada? ¿y no vieron en el primer ataque con el escándalo más reprensible esos infelices ignorantes, a muchos sacerdotes armados de espadas y pistolas con trasgresión de los sagrados cánones que severamente les prohíben semejante aparato, discurrir por las calles alarmando al pueblo, y conduciéndole al matadero?

    ¡Y no les habrán visto después, a pesar de la irregularidad en que sin la más ligera duda incurrieron atreverse a celebrar los misterios más venerables de cuya participación les hace indignos tan bárbara conducta!

    ¿Mas qué aliento será suficiente para reprender el atentado más horrible, el sacrilegio más espantoso que vio cometer solemnemente la desgraciada Guanajuato? ¿No bastaba para satisfacer a la sed insaciable de delinquir, dilapidar los bienes de los europeos inermes e inocentes, seducir a los pueblos ignorantes, degollar a los hombres manchando en su sangre las manos hasta las mujeres convertidas por el veneno encantador de Hidalgo en otras tantas harpías o hienas inhumanas? ¿Era necesario también llegar a poner las manos, obstupescite cœli super hoc et porte ejus desolámini? (8)

    ¡Asombraos, cielos, y desquiciaos puertas del empíreo al escuchar el atentado más horrible! ¡Llegar, digo, los sacerdotes a tomar en sus manos el venerable cuerpo de nuestro salvador Jesucristo, y contra los decretos pontificios llevarle en procesión solemne, mejor diré, en una solemnísima serie de injurias, acompañado de aquella venerable imagen de su madre por esas calles, pretendiendo temeraria y blasfemamente que el mismo Dios contra su santidad esencial, sancionase los decretos de la impiedad! (9)

    ¡Dios de mi corazón!

    ¡si la majestad de este lugar, y la seriedad del acto en que me ejercito, no me lo vedasen, cerraría yo aquí mis labios sepultándome en el más profundo silencio temeroso de excitar con la memoria de este sacrilegio los justos rayos de vuestra ira!

    La primera basa, pues, sobre que zanjó Hidalgo su proyecto revolucionario, es el amor de la patria, pasión dulce que ha dado motivo a las acciones más gloriosas de los hombres.

    La segunda es, la fidelidad debida a nuestro amado y deseado soberano el señor DON FERNANDO SÉPTIMO; virtud nobilísima capaz de inflamar los ánimos generosos; y la tercera, la santa religión, que siendo la primera entre las virtudes morales, es la única que por su unión con las demás nos alimenta la dulce esperanza de nuestra salvación; ¿mas con qué abusó de tan sagrados incentivos? Escuchadlo más claro, pueblos alucinados, para que acabéis de apagar en vuestros corazones aquella electricidad que os ha inflamado para coadyuvar a tanto delirio.

    El cura Hidalgo ha engañado y puesto en insurrección a la América con el especioso aparato de estas verdades Napoleónicas, o de estas verdaderas mentiras, según consta en sus proclamas sediciosas; escuchad la sustancia de sus palabras.

    “¡Americanos oprimidos (decía este héroe de la impiedad) llegó ya el día suspirado de salir del cautiverio y romper las duras cadenas con que nos hacían gemir los gachupines: la España se ha perdido; los gachupines, por aquel odio con que nos aborrecen, han determinado degollar inhumanamente a los criollos, entregar este floridísimo reino a los franceses, e introducir en él las herejías; la patria nos llama a su defensa, los derechos inviolables de FERNANDO VII nos piden de justicia que le conservemos estos preciosos dominios, y la religión santa que profesamos nos pide a gritos que sacrifiquemos la vida antes que ver manchada su pureza; hemos averiguado estas verdades, hemos hallado e interceptado la correspondencia de los gachupines con Bonaparte: ¡Guerra eterna, pues, contra los gachupines! Y para pública manifestación de que defendemos una causa santa y justa, escogemos por nuestra patrona a María Santísima de Guadalupe: ¡Viva la América! ¡Viva FERNANDO VII! ¡Viva la religión, y mueran los gachupines!”


    ¿Es ésta, americanos seducidos, la voz de Hidalgo?

    ¡Frenético delirante, desnaturalizado hombre, impío enemigo de Dios y de los hombres! ¿qué congreso de tu corazón con el error, ha podido hacerte concebir tan abominable feto?

    ¿qué furia del abismo ha podido fomentarlo con el pestífero aliento de los errores? ¿y qué día aciago para la América te vio abortarlo en medio de aquel desgraciado rebaño, tan azarosamente confiado a las garras crueles de un lobo devorador? ¿De este modo, seducido en primer lugar, el desgraciado pueblo de los Dolores el diez y seis de septiembre, día digno de adularse con la piedra más negra, vio la América y sintió amargamente la desventurada villa de San Miguel el Grande los primeros actos de la insurrección?

    En pocos momentos, este escándalo, a semejanza de un fuego devorador, levanta la llama sobre una materia ya preparada por las negociaciones secretas, y el sencillo pueblo engañado al modo que los incautos asideos, por el impío sacerdote Alcimo, según consta en el primer capítulo del último de los libros canónicos del viejo testamento (10), viendo a la frente de la insurrección un pastor de almas, un sacerdote con créditos de sabio, acompañado de otros indignísimos ministros del altar, se deja seducir, engañado lastimosamente con esta reflexión: “homo sacerdos de sémine Aarón venit, non decipiet nos.” (11)

    Un hombre, decían los infelices simples americanos, un hombre sabio, un hombre sacerdote, un descendiente por la dignidad sacerdotal de la progenie de Aarón, es el que viene a la frente de esas tropas, no puede engañarnos: Non decipiet nos.

    ¡Ah cruelísimo dolor, y cómo despedazas mis entrañas! ¡ah perdidos sacerdotes que habéis engañado tan vilmente a los incautos! ¡ah crueles pastores mercenarios, que no contentos con chupar la sangre de sus haberes temporales, les hacéis ahora verter el licor más precioso de las virtudes!

    ¡Levantad las cabezas venerables! ¡Turbad el silencio de vuestros sepulcros, o más bien rasgad esos cielos, ministros fieles del Altísimo, que plantasteis la religión en este vasto continente! ¡Valencias, Motolinias, Dacianos, Linazes, Margiles, Basalenques... mirad, si podéis con ánimo sereno la triste desolación que causa en vuestra heredad un abominable sacerdote!

    ¡Singularis ferus depastus est eam! Un monstruo de extraña ferocidad destroza vuestra viña, ¡venerables sacerdotes del clero regular y secular que tan gloriosamente sudasteis hasta verter la sangre por el pueblo americano! ¿Cómo no alcanzáis de la mano omnipotente un diluvio de rayos abrasadores que consuman en un momento aquellos espurios miembros de ambos cleros que tan cruelmente destruyen lo que tan gloriosamente habéis edificado?

    ¡Materia inmensa, invicto general y devotísimos oyentes! ¡materia inmensa, incapaz de digerirse en tan pocas horas; pero es indispensable que sacrifiquéis algunos momentos más a la paciencia en obsequio de la fidelidad y religión! ¡os ha engañado, pues, vilmente un sacerdote, amados americanos! ¡os han seducido del mismo modo todos los demás eclesiásticos que de cualquier suerte os hayan inclinado a la insurrección y los debéis considerar como otros tantos feísimos borrones que intentan manchar el brillante lustre de sus respectivos cuerpos que nada deben perder de su estimación, por el extravío de esos pocos miembros podridos, que son unos verdaderos reos de alta traición e infidelidad contra la América, contra la España, y contra la Iglesia de Jesucristo!

    Examinemos brevemente cada uno de los pretextos sobre que el infame Hidalgo ha zanjado la insurrección, y veréis por resultado que habéis cooperado a una guerra impolítica, injusta, e irreligiosa, y que por una consecuencia legítima son responsables de todos los estragos causados y por causar todos los que han cooperado a fomentar la insurrección, o con la predicación o con las obras.

    Primer pretexto falso de Hidalgo, que con sus secuaces le hace reo de alta traición, e infidelidad a la América, a la España, y a la Iglesia de Jesucristo, esto es; la opresión de los criollos por los gachupines, la pérdida de la España, y el supuesto decreto de degollar a todos los americanos.

    Chocan, señores, tan manifiestamente entre sí estos delirios, que casi no necesitan más confutación que referirlos; pero el pueblo simple necesita más luz para conocerlos.

    Si los criollos, como dice Hidalgo, están oprimidos y sujetos por los gachupines; si éstos son dueños únicos de los empleos y tesoros, y si la España se ha perdido, si todo esto, digo, fuese verdad, muy lejos de pensar en degollarlos, se empeñarían en conservarles la vida, porque ¿qué podían temer los gachupines de una nación a quien tuviesen encadenada, pobre, y sin recurso al tribunal supremo de la nación, que con su propia libertad había perdido también el dominio de este nuevo mundo? Luego parece más natural que pensasen establecer una monarquía independiente de la España.

    ¿mas cómo podían tener un pensamiento tan elevado los gachupines, si les acusáis de que trataban de entregar la América a los franceses? Descifrad vosotros este enigma delirante, que yo no lo entiendo; mas valga la verdad, ni la España se ha perdido, ni hay apariencias de que se pierda: ni los gachupines han oprimido jamás a los criollos, ni ellos son dueños únicos de los empleos y tesoros, ni han imaginado jamás el degollarnos.

    La España heroica, católica y valiente, está en este momento, no lo dudéis, haciendo probar el último escarmiento a sus opresores, después de haber sepultado en su recinto, quizá medio millón de aquellos pérfidos jactanciosos franceses, que con loca temeridad pensaron subyugarla.

    Los gachupines en la América, muy lejos de oprimir a los criollos, han sido los verdaderos padres de la patria; ¿qué necesidad hay de persuadir esta verdad de que hay tantos testigos como habitantes? Pasad una revista desde Veracruz hasta los extremos de la Sonora, y si encontráis un ramo de industria, un proyecto de economía, un establecimiento piadoso, un recurso para la humanidad afligida, un remedio para la indolencia, ha sido establecido en la mayor parte por los gachupines; aunque no faltan criollos, que heredando con su sangre los sentimientos más generosos, les han imitado en la beneficencia.

    Los gachupines, ni han sido, ni son siempre los únicos dueños de los empleos y riquezas; si yo intentase probar esta verdad, debería hacer una enumeración de partes tan prolija, que me tuviese muchas horas sobre este púlpito; pero toda la América sabe, que entre españoles, americanos y europeos hay una comunicación tan estrecha de bienes y de honores, como de padres a hijos; y si no son casi todos los criollos poderosos, es por haber disipado los cuantiosos caudales que a costa de fatigas les dejaron por herencia sus padres los gachupines; mas si éstos tienen caudales, ese es un resultado justo de si honradez, aplicación al comercio, a la agricultura, y otros ramos de industria; los han ganado por medios lícitos, los conservan por una juiciosa economía, y por último los destinan a la felicidad temporal de sus hijos, que son los criollos; mas en cuanto en los honores, no sólo la América sino la España misma, ha visto condecorados con los primeros asientos a los americanos, de los cuales uno ocupa hoy un distinguido lugar en el Supremo Consejo de Regencia; y bastaría leer el discurso del reverendísimo Feijoó sobre los españoles americanos para desimpresionarse; pero el calumniante testimonio de que los gachupines intentaban degollar a los criollos, es una purísima impostura maliciosa inventada por los insurgentes para electrizar a los criollos. (12)

    Y antes de la presunción y la verdad están en contra de los revoltosos que no solamente pensaron, sino que realmente degollaron a los gachupines; pero con las circunstancias, que califican el hecho del más sangriento, bárbaro e inhumano, que apenas tendrá ejemplar en las historias, como lo visteis en esta infeliz ciudad el veinte y cuatro del pasado.

    Si los gachupines hubiesen meditado degollar a los criollos no hubieran formado casi todo el ejército en América con soldados criollos; hubieran persuadido al gobierno (y con razones fundadas en una fina política) que mandase tropas españolas para asegurar sus colonias, mas la omisión de esta diligencia o este pecado político que les hizo cometer la confianza que tenían de los pacíficos habitantes de América, es una sólida prueba de sus sanas intenciones: mas ¿para qué me fatigo?

    Si está más claro que la luz, que el primer pretexto de Hidalgo es falso, calumniante, pérfido, y le constituye reo de alta traición contra la América, contra la España y contra la Iglesia como veréis en la conclusión de mi discurso.

    Segundo pretexto falso de Hidalgo; los gachupines quieren entregar este reino a los franceses y los derechos inamisibles de FERNANDO VII nos piden de justicia que le conservemos estos preciosos dominios.

    ¡Dolus an virtus!

    ¿Quis in hoste requirat? (13)

    ¡Impostura abominable! ¡calumnia horrible! Decidme, pues, ¿o esta entrega la intentaba hacer el gobierno, sin intermisión de los particulares; o trataban los particulares hacerla, sin noticia del gobierno?

    En cualquiera de ambas hipótesis ¿quién os ha revelado este secreto?

    ¿Dónde están los comprobantes de un delito tan enorme, como vergonzoso e incompatible con el noble y pundonoroso carácter de la nación española, que por sólo este hecho, hubiera merecido un lugar inferior al de los caribes y hotentotes?

    Si lo pensó el gobierno, ¿para qué en desempeño de su deber está pidiendo socorros para sostener a la España? Si lo imaginaron los particulares ¿por qué están sacrificando tan generosamente sus caudales al mismo justo, piadoso y obligatorio destino? ¿Por qué se alarman tan prudente, y esforzadamente para arrestar a un virrey, de quien sospechan contra la fidelidad?

    Luego el segundo pretexto es tan fútil, falso y calumniante como el primero.

    Y siendo el último una consecuencia del segundo, no hay necesidad de refutarlo.

    ¿Mas qué resulta de todo este aparato abominable?

    Resulta, por una consecuencia legítima, que los criollos desnaturalizados, enemigos de su patria, de su nación, de su rey y de su religión, como Hidalgo, Allende, Abasolo, Aldama, Balleza y los malos sacerdotes que han predicado en su favor, con todos sus secuaces, son real y verdaderamente los que han pensado y en parte ejecutado degollar a los gachupines y a los mismos criollos, entregar la América a cualquiera nación extranjera que se la quisiese apropiar e introducir en estos católicos dominios las herejías y la desenfrenada libertad de conciencia; y por consiguiente deben ser juzgados como reos de alta traición e infidelidad a la América, a la España y a la Iglesia de Jesucristo ¡crimen horrendo! ¡atentado inhumano, sacrílego y abominable!

    ¿Os parece que avanza mucho esta proposición?

    Pues para mí es más clara que la luz; no imaginéis, que me la hace proferir la pasión nacional que siempre he abominado; estoy muy distante de semejante sospecha, porque aunque tengo el honor de ser hijo de un gachupín, y he dado a Dios desde que me alumbró la razón muchísimas veces rendidas gracias por haberme dado por padre a un español digno de este ilustre nombre, es decir: a un católico, a un hombre amante de su patria, de su soberano y de su religión, no soy gachupín ni contemplo más pasión que la de Jesucristo; escuchad.

    La América, por muchas razones naturales y políticas que no hay tiempo de individuar, ha de depender siempre de la Europa; todas las potencias extranjeras más poderosas la miran como objeto de la envidia común; si los criollos, pues, ignorantes de la constitución de su país y del estado político del mundo, trabajan con ambas manos para quitar la América a su legítimo dueño que es la España, ¿imagináis que la podrán conservar independiente?

    Los hechos prueban el éxito que se puede esperar, y yo voy a discurrir como testigo de vista de las funciones más terribles.

    Si más de tres mil hombres en el puerto de Carrozas (14), fueron derrotados por sólo menos de trescientos, dejando más de mil cadáveres en el campo.

    Si ochenta mil hombres sobre el monte de las Cruces, fueron arrollados por ochocientos soldados del rey, en cuya acción gloriosa tengo la gran satisfacción de que se vertiese una parte de mi sangre y allí quedó cubierto el campo de cadáveres de insurgentes. (15)

    Si más de veinticinco mil infantes, y quince mil caballos, con catorce cañones que formaban un espantoso aparato sobre la posición más ventajosa, elevada muchas varas sobre nuestras cabezas, formidable e inexpugnable en Aculco; huyeron cobardísimamente a vista de este victorioso ejército antes que se les disparase un fusil, ni se les mostrase el filo de una espada, no pudiendo sostener media hora el fuego de nuestra artillería española, formidable con razón a toda la Europa; si setenta mil hombres, más de veintidós cañones de grueso calibre, situados en alturas más peligrosas e invencibles que los famosos desfiladeros de las Termópilas en la Grecia, fueron inútiles el veinticuatro del pasado en la reconquista de esta ciudad de Guanajuato, dejando tanto en Aculco, como sobre esos montes, más de catorce mil cadáveres de americanos, hecha tumba funesta la campaña, sin que muriesen de nuestra parte en estas dos últimas funciones sino únicamente dos soldados (16) , ¿imagináis vosotros, que los jefes de la insurrección, y toda la América unida (dado el caso políticamente imposible de que salgan con su intento) podrán resistir al ímpetu de la España misma, en primer lugar que se ha burlado gloriosamente de todo el colosal poder de Napoleón?

    Y cuando esto llegase a suceder, ¿pudiera resistir la América inerme, destituida de pericia militar, sin un solo jefe digno de este nombre, poblada en la mayor parte de bárbaros cobardes a las formidables legiones de la Francia, a las temibles escuadras de la Gran Bretaña, o al poder combinado de otras potencias envidiosas, que sin duda partirían entre sí estos vastos y preciosos dominios?

    Y en este lance, que certísimamente se había de seguir, siendo como es, la América la manzana de la discordia, decidme pueblos alucinados, militares ignorantes, sacerdotes infieles a vuestro ministerio, que hasta hoy habéis trabajado con ambas manos, en destrozar las entrañas de vuestra patria, ¿quiénes serán los traidores a la América, a la España, y a la Iglesia?

    ¿los gachupines que la ganaron derramando gloriosamente su sangre, que la ilustraron y fomentaron por tres siglos, que la han defendido; y defenderán de todo el mundo; o los criollos, que atropellando todos los derechos más sagrados, declaran la guerra a sus padres, a sus hijos, a sus hermanos, a su monarca, a su patria, y a su sagrada religión?


    ¡Entonces veríais conducir a los hombres más honrados, a los ancianos débiles, a los delicados criollos, y aún a los sacerdotes venerables por unas manos extranjeras, cargados de cadenas al trabajo de las minas, al cultivo de los campos y a los servicios más aflictivos y humillantes! ¡Gemid, dirían los extranjeros, gemid americanos ingratos a vuestra nación, desleales a vuestro rey, desconocidos a una dominación y legislación tan suave, humana y justa como la de los españoles!

    ¡Gemid, sin esperanza de mejor fortuna; esta es vuestra suerte desgraciada!

    Mas para que no suceda un desastre tan lastimoso ¿cuál deberá ser la primera diligencia?

    Audite hoc sacerdotes: escuchad, ministros del Altísimo, estas palabras de Judith:

    “Quoniam vos estis presbyteri in populo Dei, et ex vobis pendet anima il lorum, ad eloquium vestrum corda eorum erigite.” (17)

    Supuesto que vosotros sois presbíteros en el pueblo de Dios y de vosotros están pendientes las almas de los pueblos, fortalecedlos con vuestros discursos y consejos; desengañadlos con vuestra católica predicación, y cuando más no podáis huid a lo menos, a ejemplo de San Atanasio, que en tal caso vuestra fuga para no comunicar con los insurgentes: et non communicabo cum electis eorum, será un elocuentísimo sermón, con que enseñaréis a los ignorantes, conservaréis la fidelidad, desempeñaréis vuestra obligación, y no les extraviaréis del camino de la verdadera gloria.

    Fuente:

    J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición 1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de México.

    Versión digitalizada por la UNAM: Proyecto Independencia de México

    Notas de J. E. Hernández y Dávalos:

    1. Esta oración se encargó al orador, la tarde del día quinto de diciembre.

    2. Eccles. Ino. Ffic. B. Virgen. Maria.

    3. El orador predicó el 2 de diciembre en Marfil entrada de Guanajuato, por el espacio de hora y media, sobre la materia, y el día 3 en la expresada ciudad, por el espacio de dos horas, precediendo en ambos sermones la lectura del edicto del Santo Tribunal.

    4. 2. Machab I. 13.

    5. Ose. Cap. 4 V. 9.

    6. Alapide in cap. 4. Ose.

    7. Bien sabidas son las negociaciones secretas de Allende en Querétaro, y el celo apostólico con que los misioneros del Colegio de la Santa Cruz de aquella ciudad, con varios señores eclesiásticos seculares, en particular el doctor don Pedro Mendizábal, predicaron repetidas veces, con tan buen efecto, como lo comprobó el porte de la plebe en el ataque que sostuvo la ciudad en fines de octubre.

    8. Jerem. cap. 2 V. 12.

    9. En los días inmediatos a los de la reconquista de Guanajuato predicaron algunos eclesiásticos muchas veces para electrizar al pueblo contra las tropas del rey: se formó una procesión con el Divinismo Sacramento, sacando también la sagrada imagen de Nuestra Señora de Guanajuato, llevando según dicen, Allende, el extremo de la cauda del ropaje de Nuestra Señora.

    10. 2. Machab. I. 13.

    11. I. Machab. 7. 14.

    12. El excelentísimo señor don Miguel de Lardizábal, americano, es uno de los señores que componen el Supremo Consejo de Regencia. Pregunten los criollos que no han salido de su país a los americanos que han ido a España, y sabrán qué sentimientos tan tiernos, qué aprecio y amor han hallado en los gachupines, y sabrán también que esta rivalidad necia de criollos y gachupines y aún esos términos no se escuchan allá.

    13. Virgil. Eneid lib. I.

    14. Acción mandada por don Bernardo Tello, capitán de ejército, ayudante mayor de Sierra Gorda, y actualmente ayudante general de este ejército.

    15. En esta función murió gloriosamente el capitán don Francisco Bringas, pariente del orador.

    16. Es cosa particular que en casi todas las funciones, no han pedido los ejércitos del rey más que un solo hombre: así sucedió en Puerto de Carroza, y soy testigo de que en Aculco sucedió lo mismo, así como en Guanajuato.

    17. Judith. 8. 21.




    _______________________________________

    Fuente:

    Sermón de la reconquista de Guanajuato, predicado por fray Diego Miguel Bringas el 7 de diciembre de 1810.

  17. #197
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    Re: Mexico no es bicentenario

    La batalla de Puerto de Carroza, Iturbide, Guanajuato, Octubre de 1810




    Varias ideas se me vienen a la cabeza al enterarme de la Batalla de Puerto de Carrozas, sitio próximo San José Iturbide, Guanajuato, que entonces se llamaba Casas Viejas. Próximo también a Querétaro y San Miguel el Grande. Nunca había oído hablar de ella, quizá porque es una derrota más al movimiento Insurgente o por que la página de la historia (la que se difunde oficialmente) tiene ya compilada Granaditas-Monte de las Cruces-Aculco. Al leer lo ocurrido me recuerda lo que con el mismo tinte de "inocencia", desconocimiento o fantasía sucedió en Aculco con el jinete sin cabeza o la explosión en el polvorín de Puente de Calderón. Los hechos ocurrieron del 6 al 9 de octubre de 1810:





    “San José Casas Viejas no representó un punto estratégico en el movimiento libertario que se desarrolló de 1810 hasta su consumación en 1821, sin embargo sí fue escenario de algunos enfrentamientos entre la milicia insurgente y realista. Cuando se dio el grito de Dolores por el cura Miguel Hidalgo y Costilla la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Casas Viejas apenas contaba con poco más de medio siglo de existencia formal, durante el cual su desarrollo fue mínimo debido a la limitante que se impuso de no fundarse pueblo, por parte del dueño de la hacienda de El Capulín. No existe variante importante en el número de la población, por ejemplo en 1770 apenas vivían en la cercanía de la iglesia 28 individuos y para 1810 no excedía de cien habitantes diseminados en veinte viviendas sin orden regular, siete de ellas eran las principales, que incluía la casa cural y dos de comercio pertenecientes a españoles.


    El primer encuentro entre los dos bandos beligerantes tuvo lugar la tarde del 6 de octubre de 1810, en el punto conocido como Puerto de Carroza, situado en dirección sur del municipio y límite entre los estados de Guanajuato y Querétaro; su nombre es muy antiguo, desde la época en que fue trazado una de las ramificaciones del camino México-Zacatecas en el siglo XVI y se menciona como lindero al erigirse la parroquia de San José en el decreto de 1770. Los historiadores de la independencia mencionan el lugar como la “primera batalla campal de la insurgencia”, efectivamente si consideramos que solo días antes, el 28 de septiembre, se había tomado la ciudad de Guanajuato por Hidalgo.

    Al propagarse con velocidad la revolución, el virrey Francisco Javier Venegas inició una serie de movilizaciones militares desde la capital y de otras ciudades del virreinato, hacia las más susceptibles de ser tomadas por las fuerzas insurgentes; una de ellas fue Querétaro, para ello envió para resguardarla a Manuel Flon, Conde de la Cadena, el 26 de septiembre. Estando en Querétaro fue informado de que los insurgentes se acercaban por el camino de San Miguel el Grande, Flon destacó contra ellos una división de seiscientos hombres, a las órdenes del sargento mayor don Bernardo Tello, compuesta de infantería de Celaya, Dragones de Sierra Gorda, la Compañía de voluntarios de Celaya formada en Querétaro con los europeos fugados de aquella ciudad, de que fue nombrado capitán don Antonio Linares y dos cañones.





    "Tello, creyendo que la fuerza insurgente no excedía de trescientos hombres se dirigió a buscarlos, pero encontrando que no bajaban de tres mil ventajosamente situados en el Puerto de Corroza; la división se dispersó, no quedando mas que ciento ochenta hombres al mando del capitán Linares, el cual avanzó al ataque, con lo que dio lugar a que la División se rehiciese. Los indios, desconociendo los efectos de los cañones, se precipitaron sobre ellos creyendo defenderse con colocar en las bocas de los cañones sus sombreros, lo que ocasionó un número considerable de bajas así como desorden y confusión, lo que llevó a la retirada. Don Niceto de Zamacois, en su Historia de México, da más precisiones al respecto:


    Los indios confiando en su número, se lanzaron sobre los realistas con la confianza del triunfo; pero los dos cañoncitos de montaña hicieron estragos en ellos. Se ha dicho que desconociendo los indios los efectos de la artillería, se precipitaban sobre ella creyendo defenderse con presentar a las bocas de los cañones sus sobreros de paja y que así fue grande la mortandad que tuvieron, siendo completamente desbaratados. Pero San José Casas Viejas en la Época de la Independencia semejante especie es absolutamente inadmisible. Nunca los indios, aun a la llegada de Hernán Cortés, en que desconocían completamente las armas de fuego, se lanzaron sobre ellas para impedir que saliese el tiro. Por el contrario, veían sus estragos, y quedaban aterrados al escuchar la detonación. No es verosímil, por lo mismo, que los indios del siglo XIX que habían visto fundir cañones al mismo Hidalgo en Guanajuato, y que conocían la fuerza de una bala disparada de un fusil, abrigasen la insensatez de creer que podrían detener el disparo de un cañón con un sombrero de petate. La especie referida no pasa de una de esas anécdotas inventadas por algunos de sus hombres que buscan la manera de dar mayor interés a los hechos, mezclando en ellos algo que salga de los límites de lo común. El arrojo con que los indios se lanzaron sobre las dos piezas de artillería para apoderarse de ellas, les hizo perder un número considerable de gente, y puestos en desorden y confusión emprendieron la retirada, dejando sembrado de cadáveres el sitio de la lucha.

    Este hecho de armas, aunque no fue de importancia, se ponderó como si se hubiese alcanzado un notable triunfo. No es, sin embargo, censurable que se le revistiese de una importancia que no tenía, pues se trataba de despertar el entusiasmo y la emulación entre las bisoñas tropas que tenían que combatir contra fuerzas muy superiores en número, aunque indisciplinadas en su mayor parte. (Zamacois, 1878).

    Los realistas no tuvieron más pérdida que un soldado de Celaya, causada por su propia artillería y no por el enemigo. La batalla de Puerto de Carroza fue ampliamente comentada e incluso se publicó este hecho en la “Gaceta de México”, periódico oficial del virreinato; esto con el propósito de amedrentar al bando insurgente por las bajas que sufrió, pero que en realidad no representa un hecho militar en comparación a lo que más adelante estaría por venir". (1)





    Fuente:

    1.- Ferro Herrera, Miguel. San José Iturbide. Colección de Monografías del Estado de Guanajuato. Bicentenario. Guanajuato, 2010, pp. 45-47




    __________________________

    Fuente:

    Cabezas de Aguila: La batalla de Puerto de Carroza, Iturbide, Guanajuato, Octubre de 1810

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    Re: Mexico no es bicentenario

    5 de febrero de 1812 en la Ciudad de México: la entrada de Calleja






    En este Bicentenario, del cual aun nos quedan cuatro años por conmemorar, han habido muchas fechas que pasaron desapercibidas o no fueron del todo difundidos sus recordatorios. Encuentro un dato más bien curioso, que escribe Lucas Alamán en su Historia de Méjico [con j], que relata la entrada triunfal que hace a la ciudad de México luego de la victoria obtenida en Zitácuaro días atrás.

    "La batalla de Zitácuaro se libró el 2 de enero de 1812, en Zitácuaro, Michoacán. Las tropas realistas eran dirigidas por Félix María Calleja y el ejército insurgente por Ignacio López Rayón. El virrey Francisco Xavier Venegas ordenó la toma de Zitácuaro pues ahí se situaba la Suprema Junta Nacional Gubernativa, órgano director de la insurgencia. Durante la batalla, Ramón López Rayón perdió un ojo. Tras varias horas de combate, finalmente la ciudad cayó en manos de los realistas, poniendo en fuga a la Suprema Junta Nacional Gubernativa hacia Tlalchapa y Sultepec." (Wikipedia)


    Puestos en contexto, veamos lo que escribe Alamán:





    Marchaba al frente Calleja con su estado mayor y una lúcida escolta, seguían por su orden los cuerpos, formando la cabeza de la columna los granaderos, en cuya primera fila se hacía notar D. Domingo Mioño, español, natural de Galicia, y avecindado en Colima, donde había gozado de comodidades, quien para dar ejemplo a sus paisanos de la decisión con que debían obrar en su propia defensa, servía como soldado, y nunca quiso ser más que el primer granadero de la Columna, como Latour d'Auvergne lo había sido en Francia de la república. Méjico presenciaba por la primera vez un espectáculo militar imponente; el concurso era inmenso y la gente veía con admiración aquellos soldados cuyas proezas había leído, y en especial aquellos cuerpos levantados por Calleja en S. Luis, que habían hecho de una manera tan bizarra la campaña, y a cuya aproximación había debido la capital un año antes, no haber sido devastada por la muchedumbre que Hidalgo condujo hasta las Cruces, estimulada por el deseo del pillaje y la desolación.


    Un accidente inopinado turbó la solemnidad de la entrada. Al pasar el general Calleja delante de la última casa de la primera calle de Plateros, junto al portal de Mercaderes, con los vivas y aplausos del pueblo, se alborotó el caballo que montaba el mariscal de campo D. Judas Tadeo Tornos, director de artillería, que iba al lado de Calleja, y parándose de manos dio con ellas en la cabeza de este, tirándole el sombrero y haciéndole caer en tierra, cuyo golpe fue bastante fuerte para que fuese menester llevarlo cargad o a la casa del platero Rodallega y ponerlo en cama por algún rato, hasta que un tanto repuesto, pudo ir en coche a presentarse al virrey a palacio. Los que se habían burlado del prodigio de las palmas de Zitácuaro, tuvieron ahora ocasión de contraponer agüero a agüero, teniendo por mal anuncio el que Calleja en medio de su triunfo, cayese con el mariscal Tornos, que también fue derribado del caballo, a los pies del altar de un santo mejicano, en el día de la fiesta de este y en la misma calle en donde este había ejercido el oficio de platero.





    El ejército desfiló delante del palacio, saludándole y aplaudiéndolo el virrey, que salió a los balcones para verlo pasar. Su fuerza en este día era de 2.150 infantes y 1.852 caballos, que daban el total de 5.982 hombres, número que parecer a muy corto, atendiendo a las grandes victorias que obtuvo sobre reuniones de gente, aunque indisciplinada, incomparablemente más numerosas; pero entonces se hacía mucho con poco, mientras que después la impericia de los que han mandado ha sido causa de que nada se haya hecho con mucho. Acompañaban al ejército mil quinientas cargas de víveres, cantidad de parque y la artillería tomada en Zitácuaro, todo lo cual hizo que tardase en entrar desde las doce y media hasta las cuatro de la tarde. Seguíanle porción de mujeres y estas llevaban consigo los despojos del saqueo de aquella villa. La plana mayor se presentó en seguida á cumplimentar al virrey, quien con ella y los empleados superiores y otros individuos que acostumbraban asistir a su corte, se trasladó a la catedral magníficamente iluminada. Recibiólo el cabildo eclesiástico y se cantó un solemne "Te Deum, "para dar gracias a Dios por las victorias obtenidas por aquel ejército.


    La tropa se alojó en los conventos, habiendo estado la víspera el virrey mismo en el de S. Agustín, destinado a la columna de granaderos, para cuidar de que se dispusiese aquel cuartel con toda comodidad. Calleja se hospedó en la casa del conde de Casa Rul, en la que fueron continuos los convites y obsequios, concurriendo a la mesa los jefes del ejército y todas las personas distinguidas de la ciudad, y en ella se ensalzaron en los brindis en prosa y verso las victorias del ejército y las hazañas del general, cuyo mérito se calificó superior al de Fabio Máximo y otros capitanes de la antigüedad. Se hicieron en el teatro funciones en obsequio del ejército y su jefe, y cuando este se presentó en él, fueron grandes los aplausos y los vivas.





    Venegas concurrió la primera noche, y viendo que hacia un papel secundario y desairado, no volvió las siguientes. Debió desde entonces ver en Calleja un rival, y persuadirse que el favor popular estaba enteramente de parte de este. En obsequio del ejército, los panaderos que casi todos eran españoles, a quienes se pidieron a prorrata las raciones de pan necesarias, no quisieron cobrar cosa alguna en los días 5 y 6 de Febrero.


    La llegada del ejército a la capital venció la repugnancia del virrey para conceder premios á sus individuos. Calleja había instado repetidas veces, como en otros lugares hemos visto, y en especial después de la batalla de Calderón, sobre la "necesidad que en su concepto había, para reanimar el valor y entusiasmo del ejército, de conceder a la tropa y oficiales algún premio ó distinción, que les hiciese olvidar los riesgos a que se exponían, y apreciar su suerte", contrariando además la idea que los sediciosos esparcían, de que servían a un gobierno que ni estimaba ni recompensaba sus servicios.


    Irónico es imaginar que mientras en la casa del Conde Casa Rul se daban grandes fiestas, él permanecía al frente, en marzo, un mes luego de la entrada de Calleja a la ciudad de México, moría en el sitio de Cuautla.



    Fuente:

    Alamán, Lucas. Historia de Méjico. Tomo II, Imprenta de J.M. Lara, México, 1850, pp. 474-479





    __________________________

    Fuente:


    Cabezas de Aguila: 5 de febrero de 1812 en la Ciudad de México: la entrada de Calleja

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    Re: Mexico no es bicentenario

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    Puede leerse NUEVOS ENFOQUES TEÓRICOS EN TORNO A LAS GUERRAS DE INDEPENDENCIA (Tomás Pérez Vejo) aquí: Redirect Notice...

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