Re: Ecos de las diatribas del Marqués ateo contra el Arzobispo de Lima J.C. Cipriani
Donoso:
ahorre sus carcajadas y guárdeselas para más adelante, pues seguramente las necesitará cuando el Comandante Humala haga una de las suyas y el liberal Vargas Llosa, quien le ha brindando públicamente su apoyo y respaldo moral, de manera reiterada, tenga que salir al frente en defensa de alguna brutalidad del amigo de Chávez, Ortega, Evo Morales y demás payasos retrógados que por desgracia asolan en esta época a la América del Sur.
Cipriani, como buen pastor, expresó la alegría de la Iglesia en el Perú cuando al Marqués agnóstico se le concedió el Nobel de Literatura, movido,seguramente, por lo siguiente:
El pastor y laoveja perdida
Versículos de laBiblia
Lucas 15:4-7¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, yva tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la ponesobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne asus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mioveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por unpecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan dearrepentimiento.
En este caso, Cipriani buscó a la oveja - pero oh sorpresa - no se trataba de una oveja perdida sino de una hiena (Vargas Llosa)!!
Para su deleite, aquí va parte de una perlita sobre el Marquesito:
Edición 1325
Artículos de Fondo
"Vargas Llosa se aprovechó de nuestro dolor"
17 años después, las heridas de Uchuraccay aún siguen abiertas:
Viudas y madres de los periodistas asesinados en Ayacucho se indignan al recordar la injusticia que apañó el escritor.
El escritor Mario Vargas Llosa, en su reciente y corta visita al Perú, nos ha sorprendido con el sempiterno y trajinado estribillo de que siempre estuvo a la vanguardia de la defensa de los derechos humanos, entre otras perlas.
De pronto, estas expresiones han sacudido la dignidad y el corazón de los deudos de las víctimas de los periodistas asesinados en Uchuraccay, Ayacucho, en 1983. Con el dolor y sufrimiento todavía imborrables en su memoria, recuerdan al escritor por su incapacidad de llegar a la verdad cuando presidió la comisión investigadora de estos luctuosos hechos. Gilma de Retto señaló que Vargas Llosa "ocultó ex profesamente la verdad del caso y que por eso traicionó las lágrimas de los deudos".
Además que debido a "que su conciencia no lo dejaba dormir, tuvo que nacionalizarse español", tras enfatizar que "tan asesino es el que mata como aquél que lo apaña", dijo. Igualmente, Alcira viuda de Sedano señaló que el escritor le ha mentido al país y que además usufructuó con el dolor de los deudos, utilizándolo para su lucro personal.
Hace 17 años, un 28 de enero de 1983, el mundo se sobrecogió de espanto al enterarse de la noticia de la cruel muerte de ocho periodistas y de su guía en la comunidad de Uchuraccay, en las alturas de Ayacucho, cuando cumplían misión informativa en esa inhóspita zona. Se trataba de Jorge Sedano de La República; Eduardo de la Piniella y Pedro Sánchez, de El Diario de Marka, Willy Retto y Jorge Luís Mendívil de El Observador, Amador García de Oiga, Félix Gavilán y Octavio Infante, periodistas ayacuchanos y corresponsales de "El Diario de Marka", y el guía Juan Argumedo.
La masacre de Uchuraccay es uno de los más sangrientos episodios de la historia del periodismo nacional, cuya verdad aún se mantiene oculta, no obstante que en ese entonces se nombró una comisión investigadora presidida por el escritor Mario Vargas Llosa, la que llegó a la conclusión "absoluta" de que la masacre era el resultado de un "trágico accidente": los periodistas y el guía fueron confundidos con senderistas por los comuneros de Uchuraccay quienes, en un estado de pánico histérico, les dieron muerte. ¿El responsable? Sendero Luminoso.
(continuará)
Atentos saludos,
Limeño
Última edición por Limeño; 15/06/2011 a las 12:30
"Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos. Escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere" (Francisco Pizarro, en la isla del Gallo).
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