La leyenda negra: algo más
“La leyenda negra al disparar sobre lo ibérico deteriora el sustento del rescate de la unidad de Hispanoamérica (…) No somos forasteros los chilenos en México o Paraguay, menos en Argentina (…) Es la amalgama lo que genera nuestra magna identidad” Artículo del historiador, sociólogo e investigador Prof. Pedro Godoy, publicado en el sitio web chileno Educa Acción el 2 de noviembre de 2013.
Grabado de los conquistadores en “Grands Voyages” por Theodor de Bry (1634). De Bry, quien nunca estuvo en América, fue uno de los principales propagandistas de la leyenda negra tanto contra españoles como contra los hispano-indios, a los que describía como salvajes y caníbales.
La erosión de la identidad comienza temprano. La funda, sin apetecerla, el P. Las Casas. La usarán los emancipadores para legitimar la ruptura con Madrid. En el XX la estimula Hollywood, la escuela y el texto. Hoy la TV estimula la gringomanía cuyo reverso es la hispanofobia. El efecto: no contemplarse a si mismos como longilineos, blondos y de ojos azules. El vigor económico de EEUU y Europa que se muestra en la pantalla y que fluye de lo enseñado en aula y del imaginario colectivo refuerza ese desdén por lo propio. Resulta frecuente que la pereza se atribuya a los ancestros propios. Estos no podían generar progenie dinámica y aseada. La piel olivácea y el pelo azabache se identifican con la siesta y con la mugre.
El repiqueteo continúa con ucronías que legitima el docente en orden a “otro gallo nos cantaría” si hubiésemos sido colonizados por británicos, holandeses –por último- franceses o italianos. Se redondea el enfoque con la lapida en que se anota: “pero tocarnos los españoles”… Es lo que Rodó denomina la “nordomanía” que se mixtura con la hispanofobia.
Se enseñará Historia Universal –ampuloso adjetivo que apenas si se refiere a Europa- y en esa materia jamás habrá un módulo sobre Historia de España. Los textos presentarán a Galvarino a punto de perder las manos y a Caupolicán empujado sobre un tabladillo para el empalamiento. De allí se deriva el remoquete de crueles y abusivos que se adosa a quienes son los conquistadores.
El mestizaje es ignorado. Da la impresión que Chile nace por generación espontáneo como hongo tras una lluvia el 18 de septiembre de 1810. Hacia atrás, oscurantismo y perversidad. Los mapuches son los héroes. Sin embargo, por otro camino .quizás algo soterrado- se usa la expresión “indio” como agravio y nadie quiere serlo. Investigación efectuada en comuna capitalina de ínfimos ingresos las familias opinan que los mapuches residentes son individuos “borrachos”, “amargados”, “flojos” y “porfiados”. En suma, detestables. Como conscriptos son vejados y es común atribuir el supuesto atraso económico y turbulencia política de Bolivia al alto porcentaje de población amerindia.El inmisericorde bombardeo de nuestros antepasados “no deja títere con cabeza” en el alma de millones. Los enfoques anotados que se incorporan con la leche materna son autodenigratorios. Están tan incorporados que constituyen axiomas, es decir, ecuaciones que no ameritan examen. Se asumen como la Cordillera y el océano, dicho de otro modo, integra el paisaje. La matriz originaria está en la leyenda negra que –aprovechando el fervor justicialista de Bartolomé de las Casas- usan los Países Bajos -en aquella época insurreccionado contra Madrid- como argumento para legitimar su alzamiento. De allí aquello de “es más difícil que clavar una pica en Flandes” o aludir a Arauco como “Flandes indiano”.
Los rebeldes flamencos transfieren al Reino Unido y éste a EEUU la leyenda negra. Se tiñe con luteranismo y se hace antipapista. Entonces nuestras corrientes ideológicas de la vertiente laica la gasolinearán como el propósito de enjuiciar a la Iglesia como la depositaria de disvalores bloqueadores del “progreso”: contemplación, incuria, resignación, laxitud… La hispanidad está así presentada en connivencia con lo católico. De perilla viene entonces otra comparación fácil, pero igualmente erosionante: EEUU se desarrolla porque está libre de la rémora que significa nuestra fe ¿Quienes la introducen?, pues los sacerdotes… españoles. Así los círculos se fatalidad se multiplican y el complejo de inferioridad se hace colosal. Se empalma “el efecto deslumbramiento” –ese fetichismo por lo euroyanqui- con “el quiebre de motivación de pertenencia” –expresado en ese no querer ser lo que somos y juzgarnos de segunda o tercera clase por nuestros ancestros-. La autoestima queda triturada. Si a una persona le insistimos que sus progenitores son ella, prostituta y el, delincuente la cosecha es una poncho de amargura, un sentirnos con incurable lepra. En el mejor de los casos un resignarnos a un presente del cual no somos responsables y negar nuestras raíces De allí la sobrevaloración que poseen en nuestro medio los apellidos europeos. La clase modesta al no poderse “engringar vía consanguínea” opta por el bautizo con nombres exóticos. La leyenda negra al disparar sobre lo ibérico deteriora el sustento del rescate de la unidad de Hispanoamérica. Lo que la integra es la sabana ibérica. No somos forasteros los chilenos en México o Paraguay, menos en Argentina. Habrá –en todo sitio- xenófobos, pero la sangre, la lengua y la fe con todo lo que los tres elementos implican anulan la condición de entes alóctonos que pudiéramos experimentar en Tegucigalpa, Barranquilla o Mendoza. Hay, sin embargo, un fenómeno que amerita análisis mayor: ¿por qué hay quienes al desplazarse ven sólo lo distinto que juzgan inferior a lo propio? ¿Por qué otros ven siempre lo similar que estiman equivalente a lo criollo? Sin duda, un tema de psicología.
Una arista de la poliédrica leyenda negra es la idolatría, es decir, una nostalgia por el ayer aborigen. No obstante, la mochila racista es potente y el modelo norteamericano explicitado en el lema “el único indio bueno es el indio muerto” se impone. Los tardíos lascasianos se obnubilan con ruinas mayas y vierten lágrimas por la captura de Atahualpa, pero al fin de la reflexión rehuyen la muchedumbre amerindia en una calle de Antigua, en una asamblea de Cuzco, el matrimonio de un retoño con un representante de “la minoría étnica” o se manifiestan confundidos con la hipotética fundación –en la VIII y IX regiones- de una República Mapuche. Lo que no logran captar como fundamento de nuestra identidad es el mestizaje.
Esa mixtura la tuvo muy clara Bolívar, no así Chávez que suprime el 12 de octubre como Día de la Raza y anuncia que nuestra América debe denominarse “América India”. Esta devoción indigenista es la otra cara de la leyenda negra. Nos pulveriza y es una política incentivada desde los centros mundiales de poder. Concordamos en aquello que el Descubrimiento es una fórmula virreinalista y eso de Encuentro de Dos Mundos un marbete equivocado. Ello porque son tres los mundos si a lo peninsular se suma lo aborigen y a ambos lo africano. Aquello es algo más que un encontrarse es fundirse. Por ello en aquel 1992 se propuso la expresión V Centenario: fusión de tres Mundos. Se reitera “fusión” y no “fisión”. Es la amalgama lo que genera nuestra magna identidad.
La leyenda negra: algo más | Hispanoamérica Unida
LOS INTELECTUALES Y ESPAÑA
MARÍA ELVIRA ROCA BAREA
"Analfabetos ha habido siempre pero nunca habían salido de la universidad"
ANTONIO HEREDIA
EMILIA LANDALUCE
17/12/2016 03:03
Imperiofobia y Leyenda Negra [Siruela], el libro de Elvira Roca Barea supone una inyección de autoestima en el ánimo lacónico que caracteriza a los españoles, a quienes se les podría aplicar una versión de la máxima de Pareto: la gente no se cuestiona individualmente lo que colectivamente no le importa cuestionar. O sea España y su Historia.
Algunos sectores de la izquierda se niegan a celebrar el 12 de Octubre porque no se conmemora el descubrimiento de América sino un genocidio.
Ése es un tópico que figura en el organigrama de la Leyenda Negra desde el inicio de la guerra en los Países Bajos (1568) con Guillermo de Orange. Luego se incorporó a la Ilustración y más tarde, lo asumieron el liberalismo y la izquierda. Posteriormente, lo adoptaron los movimientos indigenistas. Y seguirá existiendo porque permite echarle la culpa a otro de las desdichas del presente, ya sea ese presente el de la España decimonónica o actual o el de Hispanoamérica. Es mucho más cómodo culpar a la Historia que asumir la propia responsabilidad.
Pero se habla de genocidio...
Algunos autores sostienen que había en América cuatro millones y otros 20 cuando se produjo el descubrimiento. Pero esas cifras no tienen base histórica porque no había censo alguno. Lo que sí se sabe es que cuando llegaron los españoles hubo epidemias devastadoras (como el sarampión) que se pudieron controlar más gracias a que se desarrolló una política activa de control de epidemias, lo que evidencia que el Imperio se preocupaba por la salud de los indígenas.
Usted pone el ejemplo de Juan de Oñate, fundador de San Juan de los Caballeros, la primera ciudad fundada en lo que hoy es EEUU.
Oñate llevaba en su expedición mujeres, niños, ovejas y va estableciendo cuarentenas para prevenir contagios cuando contactase con las nuevas poblaciones indígenas. Eso no lo hicieron los ingleses.
Siempre que se habla de las atrocidades que cometieron los españoles se cita la Brevísima (1551) de Fray Bartolomé de las Casas, a quien usted otorga un papel similar al que tiene hoy Chomsky en EEUU.
Las cifras de Fray Bartolomé son falsas. Para que fueran verdad, cada español que hubiera pisado América desde el 12 de octubre de 1492 hasta el inicio de las guerras de la Independencia (1810) tendría que haber matado 14 indios al día. ¿Y qué es lo que hizo famoso a Fray Bartolomé? Que lo utilizaron los rivales del Imperio Español, esencialmente orangistas y los ingleses. ¿Y qué ha hecho famoso a Chomsky? Su posición de renegado interior de EEUU. La particularidad es que Chomsky, como Fray Bartolomé en el siglo XVI, nunca ha sido represaliado por ese imperio que tanto critica sino que ha obtenido enormes beneficios.
¿Fray Bartolomé no conocía bien América?
Su estancia más duradera fue cuando le nombraron obispo de Chiapas (1544-1550), pero sólo estuvo allí unos meses y en ese tiempo, como cuentan sus contemporáneos, ni se preocupó por conocer a los indios ni su idioma. En cuanto pudo, se volvió a España y se pasó el resto de su vida en la Corte.
¿Fue la conquista de América más sangrienta que otras?
¡Al contrario! Fue mucho menos sangrienta. La mayor parte de la expansión de los españoles en América se hizo pactando con indios.
Cortés desembarcó con 500 hombres y acabó con el imperio Azteca.
Y ni aunque todos ellos hubieran sido Rambos redivivos, hubieran podido tomar solos por ejemplo, Tenochtitlan (1521), la capital, en donde vivían al menos 80.000 personas. Lo que tuvo que hacer Cortés fue pactar con las poblaciones sometidas por los aztecas que soportaban una tiranía espantosa. En los documentos de los totonacas sobre la caída de los aztecas, ellos consideran que fue Cortés quien les ayudó a ellos. Ellos son los protagonistas, no los conquistadores españoles. Y lo mismo pasó en el resto de Iberoamérica.
¿No hubo exterminio?
El crecimiento de la población en Iberoamérica fue espectacular. México capital tiene en 1621, 7.700 casas y en 1650, 30.000. Y Lima tiene en 1619 25.000, y en 1687, 80.000. Y según el Archivo de Indias, hasta 1700 sólo viajaron a América unos 200.000 españoles. Así que tuvieron que ser los indios o mestizos. Francisco Guerra estudió la Lima virreinal y demostró que había una cama de hospital por cada 101 habitantes.
Podemos defendió el asalto a la capilla de Rita Maestre con un Seguimos siendo las brujas que no pudisteis quemar.
Caminamos hacia un periodo áureo de indigencia mental. Hablando de cosas serias: ése es un mito que siempre ha estado muy contrastado. En España las persecuciones de brujas fueron algo muy insólito. Sobre todo, si consideramos que las persecuciones masivas de los protestantes causaron miles de ejecuciones por brujería sin proceso legal alguno. Por España existió Zugarramurdi y pare de contar.
¿Y por qué no existieron persecuciones de brujas en la España Imperial?
Porque existía la Inquisición, que era un sistema legal y reglamentado para todo lo que se consideraba delito o disidencia religiosa. La Inquisición no sólo perseguía la disidencia del catolicismo sino también delitos como el proxenetismo, abuso de menores, falsificación de moneda... Desde 1560 hasta 1700, sólo resultaron condenados a muerte 1.300 procesados en España. Y considerando que no sólo eran asuntos relativos a la fe sino que también se juzgaban a individuos que habían cometido delitos muy graves. Por ejemplo, hubo un tipo en Valencia al que sentenciaron a muerte por brujería. En el sumario había constancia de que había matado a varios niños...
Pero 1.300 condenados parecen muchos.
Pues tenga en cuenta que en los 20 años que Calvino mandó en Ginebra se mataron a 500 personas, en una ciudad de 10.000 habitantes. Y hoy tiene una estatua. O los miles de ejecutados en los primeros años de reinado de Isabel I de Inglaterra.
¿La Inquisición era entonces más fiable que otros tribunales?
Desde luego. Mucho más. La Inquisición ofrecía más garantías al reo. De hecho, el derecho procesal en el mundo católico le ha debido mucho a la Inquisición porque instituyó un sistema judicial con instrucción de casos, jueces, abogados defensores...
Su libro desmonta los tópicos de la Leyenda Negra española y de otros imperios. De hecho, sostiene que en su mayoría responden a la propaganda.
En el caso español, la Leyenda Negra parte de las oligarquías de los territorios que estaban bajo dominio español o que se enfrentaron a su poder. En Roma, por ejemplo, decían que todas las prostitutas eran valencianas, porque el papa Borgia lo era. Y Lutero hizo miles de grabados para denigrar a los españoles. Incluso encargó uno en el que aparece Carlos V practicándole una felación a la Iglesia representada como la Ramera de Babilonia.
El protestantismo tenía mucho de nacionalismo.
El auge imperial español coincidió con el nacimiento de varios nacionalismos y chocó con ellos. El primero fue el germánico que no encontró la forma de articularse políticamente. Los príncipes alemanes se apoyaron en el protestantismo para poder luchar contra Carlos V y su idea de una Europa unida. El protestantismo creó iglesias nacionales mientras que España se apoyó en la idea multinacional de la religión católica, que era en un sistema moral en el que podrían convivir diferentes naciones.
¿Cuál es el recorrido de la hispanofobia?
La hispanofobia nace en cuanto comienza la expansión territorial de España hacia Italia. Choca de plano con el humanismo italiano que son los primeros en decir que somos ignorantes, bárbaros... y vive en el repertorios de las autojustificaciones de las iglesias protestantes, Ilustración, etcétera, siempre preparado para reforzar la autoestima del norte. En la crisis de 2007, la prensa internacional recurrió a los viejos tópicos de la Leyenda Negra: España siempre ha sido un lugar atrasado y raro, un país que casi no puede considerarse europeo, bárbaros y medio africanos. Ya en grabados del siglo XVII nos representan como PIGS.
Claro, los españoles eran cerdos, esto es, marranos, judíos, a pesar de su expulsión en 1492.
Sí. Pero eso era absolutamente habitual en la Europa de entonces. Y claro que decían que estábamos mezclados con los judíos. Nos llamaban marrani. Marranen en alemán. Y luego, según el territorio aplicaban diferentes formas para denigrar a los españoles. La hispanofobia tiene un vínculo fortísimo con el antisemitismo. Posteriormente, a los Países Bajos e Inglaterra les funcionó el tópico de que éramos unos bestias, para lo que el relato de Fray Bartolomé fue fundamental. En 1578 se editó en Holanda y Francia con el subtítulo: Tiranías y crueldades perpetradas por los españoles en las Indias Occidentales. Para que sirvan de advertencia a los Países Bajos. Era propaganda.
¿Eso es imperiofobia?
La imperiofobia es un fenómeno racista. Lo entendemos mejor cuando el grupo humano sobre el que recae el racismo es un grupo minoritario, periférico y marginal... Pero es que eso puede pasar a la inversa. Esto es, un grupo humano que ocupa una posición sobresaliente en un continente o a nivel mundial y que por eso, tiene que ser moralmente inferior, bárbaro. Como ha sucedido con los rusos, con los españoles y ahora con los americanos. ¿Por qué triunfa? Porque provoca un alivio moral.
Pero los propios españoles hemos terminado asumiendo los tópicos de la Leyenda Negra.
Todos los imperios tienen un sistema interior de autocrítica constante que es muy eficaz porque hace que mejoren las cosas y evita degradaciones.
La generación de 98 legó a los españoles un constante cuestionamiento.
Las generaciones a las que les tocó perder los territorios de ultramar no fueron capaces de enfrentarse a ese hecho con valentía y se pasaron la vida buscando culpables del desastre. Y para no echarse la culpa a ellos mismos, intentaron situar el problema de la responsabilidad tres siglos atrás. Ahí viene el problema de la asunción de los tópicos de la Leyenda Negra. Por ejemplo: ¿por qué perdimos el Imperio? Porque fuimos bárbaros, intolerantes... Todo para no asumir la propia culpa.
Los españoles tenemos falta de autoestima.
Pues no tenemos motivos. Es curioso que teniendo, por ejemplo, la escuela de Salamanca que sentó parte de las bases de lo estudios de economía o la expedición de Balmis, que sirvió para vacunar de viruela a cientos de miles de personas sigamos sintiendo que somos inferiores. Ni somos más corruptos, ni más inútiles, ni más ignorantes.
¿A qué se debe?
A España le ha pasado una cosa muy rara con sus élites intelectuales. A partir del siglo XVIII, esas élites asumieron todos los tópicos de la Leyenda Negra. Y eso se ha repetido generación tras generación. Se nota viendo la televisión.
¿Los Países Bajos del Imperio Español tienen semejanza con Cataluña?
Todo nacionalismo necesita un enemigo para crecer. En los Países Bajos se produjo un proceso de segregación que llevó a una parte de la población (los católicos holandeses) a vivir en un estado de apartheid durante siglos. Y reinventaron la Historia. Hay que tener en cuenta que había más holandeses luchando en los tercios del duque de Alba que en el ejército de Guillermo de Orange que usaba mercenarios. En Cataluña hay una gran parte de la población que vive en el exilio interior y el nacionalismo lleva más de 40 años inventándose la Historia.
Pues los holandeses se independizaron.
Porque les apoyaba Inglaterra, Francia... Nadie en Europa apoya la independencia de Cataluña.
¿Cuál es el problema de Europa?
No ha sabido aceptar su posición subsidiaria en el imperio hegemónico que es EEUU. También que se ha acabado con la gran educación europea que producía ese sustrato de clase media culta que garantizaba la pervivencia de la democracia. Siempre ha habido analfabetos pero ahora salen de las universidades.
Usted ha enseñado en Harvard. ¿También allí?
Bastante. Gente que sepa expresar por escrito lo que sabe empieza a escasear en todas partes.
Ahora en los colegios ingleses no enseñan a Kipling para no ofender sensibilidades. ¿Un nuevo índice de los libros prohibidos?
También ingleses y franceses prohibieron libros. Desde que las iglesias han dejado de elaborar la moral social, han aparecido una serie de administradores de la moral que son los que vienen a decirnos qué tenemos que creer y pensar.
_______________________________________
Fuente:
"Analfabetos ha habido siempre pero nunca habían salido de la universidad" | Opinion Home | EL MUNDO
La sombra de la Leyenda Negra, mesa redonda
https://www.youtube.com/watch?v=ZLBqYtWJbes
Alberto G. Ibáñez: ‘Casi todos los españoles hemos sido ingenuos servidores de la destrucción de España’
Por
Rafa -
19 febrero, 2017
Alberto G. Ibáñez recorre en su último libro el origen y evolución de la leyenda negra intencionada que empañó la imagen de nuestro país durante tantos siglos.
Daniel Arjona, El Confidencial
Fue Joaquín Bartrina, poeta catalán de la segunda mitad del siglo XIX, quien mejor cifró nuestro legendario furor autocrítico en aquellos versos memorables: ”Oyendo hablar a un hombre, fácil es / acertar dónde vio la luz del sol; / si os alaba Inglaterra, será inglés, / si os habla mal de Prusia, es un francés, / y si habla mal de España, es español”.
Y un siglo después otro poeta también catalán, Jaime Gil de Biedma, corroboraría con desoladora expresividad el pesimismo patriótico hispano con otros versos no menos célebres: “De todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España,/ porque termina mal. Como si el hombre, / harto ya de luchar con sus demonios, /decidiese encargarles el gobierno / y la administración de su pobreza”.
¿De dónde viene tan inédito sentimiento de culpa? ¿Cómo surgió, quiénes lo promovieron y cuál es la razón de su pertinaz presencia entre nosotros? Y al fin, ¿está justificado? Para el investigador Alberto G. Ibáñez (1963), doctor en Derecho y Ciencia de las Religiones, no hay caso, España es una nación como las demás, con una biografía semejante al resto… salvo en un aspecto: nuestro país ha dejado que otros escriban su historia con singular ensañamiento y luego ha aceptado acríticamente su versión.
En ‘La conjura silenciada contra España’ (My2 Editorial), Ibáñez traza la genealogía de la leyenda negra que desde hace 200 años persigue a nuestro país, su forja anglosajona, su expansión y el proceso por el cual fue asimilada por muchos españoles a los que el autor describe como “quintacolumnistas ingenuos”.
Mural de Diego Rivera, uno de los ‘contibuyentes’ a la leyenda negra de España.
PREGUNTA. ¿Cómo surgió el proyecto de escribir ‘La conjura silenciada contra España’?
RESPUESTA. Hay un proverbio que dice: “Si no sabes dónde vas, al menos debes saber de dónde vienes”. La verdad es que yo vivía en un incómodo sueño indolente e ignorante, como creo que siguen viviendo la mayoría de los españoles, en el que aceptaba a regañadientes, pero sin demasiada resistencia, que España “era naturalmente diferente” al resto de países europeos, que no podíamos sentirnos orgullosos de nuestra Historia porque habíamos sido muy malos y contábamos con un pasado poco honorable, lo que motivaba y hasta justificaba que muchos pretendieran dejar de ser españoles.
Pero un día entré en una librería de viejo y escuche a un señor defender con pasión que nuestra leyenda negra y el resto de nuestra mala fama eran absolutamente exageradas, fruto más bien de una artera manipulación hábilmente diseñada y ejecutada durante siglos por algunas potencias extranjeras que competían con nosotros por el dominio del mundo. Nunca volví a verle, pero a partir de ahí decidí investigar por mi cuenta y aquí tienen el resultado de más de cuatro años de trabajo, que incluye la visita a dos archivos poco frecuentados, donde confirmo con pruebas abrumadoras que “nos han robado nuestra verdadera Historia”.
“Este es el resultado de más de cuatro años de trabajo donde confirmo con pruebas abrumadoras que nos han robado nuestra Historia”P. Aplica en el libro el “revisionismo crítico” de la escuela de Jovellanos. ¿La tarea del historiador sigue pasando hoy por derribar las estatuas de los falsos mitos?
R. Con España se da un caso muy curioso y singular: es uno de los pocos países del mundo que en lugar de mentir y ocultar errores para encumbrar a sus (falsos) héroes, y exagerar y crear mitos que fortalecieran la idea de cohesión nacional, ha aceptado sin muchas resistencias las mentiras que alegremente lanzaban otros dirigidas a destruir o debilitar nuestra propia idea de nación. Ni siquiera durante el franquismo esta situación cambió mucho, aunque ciertamente se intentara, pero sin demasiada habilidad y poco éxito.
Doy muchos ejemplos en el libro. Le voy a recordar aquí uno: compare el tratamiento histórico de Ricardo Corazón de León y el de Hernán Cortés. El primero, rodeado de un falso romanticismo (la propia creación de la figura de Robin Hood así lo atestigua), hábilmente vendido en cientos de libros y películas, que oculta su lado oscuro y sus muchas zonas de sombra. De hecho, era un irresponsable, bastante sanguinario y despreciado por sus colegas.
Por otro lado, tenemos a Cortés, sin duda uno de los mayores estrategas militares y genios políticos de toda la Historia. Basta leer sus ‘Cartas de relación’. Pues bien, ni siquiera resulta fácil visitar hoy su tumba. Casi todos los países han perseguido crear historias “a la mayor gloria de sus héroes”, salvo España. El caso de Napoleón es otro de esos ejemplos que merecerían figurar bajo el lema de una conocida tienda de muebles: “Redecora tu vida”. Un dictador, responsable de millones de muertos, que se carga la Revolución y que sin embargo es idolatrado hoy por todos los franceses e incluso por parte de nuestra izquierda.
P. ¿Y los ingleses?
R. Los ingleses son los grandes maestros de la utilización de la Historia para engrandecer su orgullo nacional o su conciencia de país, seguidos de los franceses. En la escuela primaria, se adorna todavía hoy la leyenda de su ‘gran’ victoria sobre la Armada invencible, presentando una poderosa flota española mucho más numerosa de lo que fue, vencida por un puñado de heroicos navíos tripulados por audaces patriotas. Se oculta así la realidad de que la flota inglesa la componían 226 naves 226 frente a las 137 españolas, de las cuales la mayoría eran además barcos mercantes, ignorando asimismo que incluso con esta disparidad de fuerzas, si no llega a ser por la fuerte tormenta, hubieran ganado seguramente los españoles. O el propio rey Jorge II, que sin ningún pudor prohibió expresamente que figurara en las crónicas históricas la humillante derrota de la segunda mayor flota de todos los tiempos a manos de un militar manco, tuerto y cojo: Blas de Lezo; por cierto, vasco y español sin complejos.
Uno de los hechos singulares de este país es que hemos creado pocos mitos, e incluso en las pocas veces que se ha intentado, con poca intensidad y muchos matices. En otras, ni siquiera nos dieron tiempo. Pongamos por ejemplo la crucial victoria de Lepanto sobre el Imperio turco (1571). Una vez terminada, comenzó una campaña en Europa para minimizar su importancia, encabezada por Francia (por no haber sido ella la protagonista de la hazaña), y que tuvo en Voltaire a uno de sus más célebres y acerados críticos. ¿Por qué será? Apelo a su inteligencia.
“Una vez terminada la crucial victoria de Lepanto, comenzó una campaña francesa en Europa para minimizar su importancia”
P. ¿En qué circunstancias históricas nace la leyenda negra y cuáles son las razones del éxito de la manipulación franco-anglosajona de nuestra historia?
R. Nos hemos olvidado, pero España fue durante siglos el enemigo a batir. Consiguió realizar la mayor gesta humana y tecnológica que se recuerda: cruzar el océano Atlántico y unir los dos hemisferios. Aquellos hombres navegaban en tres barquichuelas de madera, dirigidos a un destino ignoto y casi a una muerte segura, sin mapas y sin seguridad de cómo iban a volver. Las grandes potencias hasta entonces habían visto a España como un país ocupado de sus propios asuntos. No es casualidad que no viniera aquí ninguna ayuda de Europa durante la Reconquista, y la que vino mejor que no lo hubiera hecho, pues solo pretendían la rapiña.
Y sin embargo, de repente, España se convierte en una gran potencia competidora con el resto, dueña de los mares y con acceso a unas riquezas que se aventuraban magníficas e inagotables. A ello se añade que el nieto de los Reyes Católicos, Carlos I, fija su residencia en España y dirige desde aquí el Imperio americano y europeo. Esto era más de lo que se podía soportar. Por eso, a finales del siglo XVI, aunque ya se venía actuando antes, se crea la leyenda negra antiespañola en Holanda, a la que rápidamente se unen sus aliadas Inglaterra y Francia. El último país que se suma a esta gran campaña de manipulación histórica será Estados Unidos, por puro cálculo de interés: tras reconocer que debe en gran parte su independencia a España, y a un personaje extraordinario como Bernardo de Gálvez, al día siguiente se percataría de que dos terceras partes del territorio que hoy forma parte de los EEUU estaba en manos españolas y que, por tanto, pasábamos de nuevo a ser el enemigo a batir.
En el libro repaso una por una las acusaciones que componen esa leyenda, para demostrar o su completa falsedad, o su malévola exageración o su injusticia al servir para tapar los errores y horrores (mucho mayores) que cometían otros. Sirva como ejemplo que la primera legislación laboral con derechos para los trabajadores la dictan los Reyes Católicos y Felipe II, y que las misiones no resisten la comparación con las plantaciones de esclavos del norte de América, a pesar de ser estas mucho más modernas. Y en cuanto al oro…, la mayor parte acabó en las bodegas de los corsarios ingleses o en las cámaras acorazadas de los banqueros holandeses.
“Nos hemos olvidado, pero España fue durante siglos el enemigo a batir. Consiguió la mayor gesta humana y tecnológica que se recuerda”
P. ¿Y quiénes son esos ‘quintacolumnistas’ ingenuos a los que alude en el subtítulo del libro?
R. En realidad, un poco lo hemos sido todos. De hecho, la razón definitiva por la que triunfó la leyenda negra es simplemente porque los propios españoles, ingenuamente, nos la creímos y no la combatimos. En España se ha producido un verdadero harakiri histórico-cultural al aceptar la versión de la Historia común que más daño nos hacía, y que alentaba la división y el debilitamiento de la conciencia de país. Mientras tanto, otras potencias, hermanas y sin embargo históricamente competidoras, utilizaban la Historia al servicio de la construcción de un sentimiento de orgullo nacional sin complejos e incluso dotado de cierta arrogancia altanera, con la complicidad de sus intelectuales.
Sin embargo, si ha habido un grupo singular de ingenuos, ese ha sido el de nuestros intelectuales. Hubo sin duda excepciones, como Baltasar Gracián, Juan Valera y Azorín, quienes alertaron de la trampa y el engaño, y por tres veces los españoles negaron el valor de sus palabras. Pero la regla general es que, mientras otros empleaban el mecanismo ancestral del chivo expiatorio recurrentemente para echar las culpas de sus males a un tercero o a una fuerza extranjera, en España la tendencia más frecuente era utilizar el chivo expiatorio interno: culparse unos españoles a otros o asumir una culpa colectiva.
“Si ha habido un grupo singular de quintacolumnistas ingenuos, ese ha sido el de nuestros intelectuales”
P. La larga decadencia de España que comienza en el siglo XVII tiene demasiados exégetas con opiniones encontradas. ¿Se puede enmarcar a grandes rasgos el proceso, al modo de Acemoglu y Robinson en ‘Por qué fracasan las naciones’, en un escenario de permanente crisis de las instituciones?
R. Lo que yo sostengo es que las naciones fracasan principalmente debido a aspectos culturales, los cuales Acemoglu y Robinson ignoran o simplemente menosprecian. No niego la importancia de los aspectos institucionales, pero todavía hay que preguntarse, ¿por qué tal o cual institución existe en un lugar y en otro no?, ¿o por qué la misma o parecida institución funciona de una manera en un país y de otra en otro? Por ejemplo, si existe una cultura dominante de incumplir las normas, ¿de qué vale cambiar las leyes?
En España, la decadencia empieza por la implantación de falsas creencias, y luego se concreta en la práctica, cuando dichas creencias se interiorizan en el imaginario colectivo y llegan a manifestarse en una determinada forma de hacer las cosas. Si somos un desastre y lo creemos a pie juntillas, luego va a ser muy difícil que busquemos la excelencia en nuestro trabajo. Ciertamente existen otras causas, como que España (sobre todo Castilla) tuvo que soportar enormes deudas de forma permanente, con motivo de la necesidad de sufragar el Imperio de ultramar y luego el europeo de Carlos V, pero de estas se habla más en los libros de historia o de economía. Sin embargo, de los aspectos culturales o de implantación de creencias, mucho menos.
P. Con la II República, tiene lugar un intento de resurrección del país en la vía democrática que se salda sin embargo con un estrepitoso fracaso en forma de guerra civil. ¿Cuál fue el peso de la ‘mala fama’ de nuestro país en aquellos hechos?
R. Más que la mala fama, lo que fue determinante de nuevo fue nuestra falta de patriotismo integrador y una terrible ingenuidad. La II República empezó bien en 1931, con una exaltación de júbilo popular, el apoyo del Ejército, liderada por políticos moderados y un grupo de intelectuales de una talla como no hemos vuelto a ver: Ortega, Pérez de Ayala, Marañón, Machado… ¿Qué pasó entonces para que trascurridos pocos años la mayor parte de ellos suscribiera el “no es esto, no es esto” ortegiano, y algunos incluso apoyaran el bando nacional? ¿Por qué perdió la República una guerra que tenía en principio ganada?
Primero, apareció un mal nacional: el sectarismo, que es lo opuesto al patriotismo integrador que forma la columna vertebral de las grandes naciones de nuestro entorno. Otro motivo fue que, una vez más, dejamos que otras potencias nacionales se aprovecharan de nosotros y jugaran con nuestro futuro. Los primeros fueron los soviéticos, que vieron en España una potencial colonia política en el sur de Europa con la que hacer la pinza a las potencias burguesas europeas más potentes: gran parte de nuestra izquierda compró esa mercancía barata. Los segundos fueron el nazismo y el fascismo, que pronto utilizaron nuestra Guerra Civil como campo de pruebas para lo que se avecinaba en Europa. Esto no tenía por qué haber sido así. Téngase en cuenta que tanto Mola como Sanjurjo eran republicanos. En tercer lugar, de nuevo Francia e Inglaterra miraron a otro lado, complacientes con una España que se desangraba a sí misma; las inercias tiran mucho y una España débil siempre ha gustado a nuestros competidores.
Ya lo dijo Azaña: “Enumerados por orden de importancia, de mayor a menor, los enemigos de la República son: la política franco-inglesa; la intervención armada de Italia y Alemania, los desmanes, la indisciplina y los fines subalternos que han menoscabado la reputación de la República y la autoridad del Gobierno; por último, las fuerzas propias de los rebeldes”.
“Durante la Guerra Civil, una vez más, dejamos que otras potencias nacionales se aprovecharan de nosotros y jugaran con nuestro futuro”
P. ¿Y el nacionalismo? Le cojo uno de sus epígrafes para preguntarle: ¿es la consecuencia o la causa de la decadencia española?
R. El nacionalismo-separatista tiene tres características: es ingenuo, egoísta y traidor. Existe un célebre adagio que dice: divide y vencerás. Los nacionalistas han sido los grandes cómplices ingenuos de la política de debilitamiento de España, que tanto convenía a otras naciones y tan poco a ellos mismos. Cuando España era un gran imperio, nadie quería abandonar el barco porque todos se aprovechaban. Cuando sobreviene algún tipo de crisis o zozobra, ya se sabe qué animales son los primeros en pretender saltar en marcha. Detrás del nacionalismo no hay razones históricas sino simplemente económicas: fíjese que solo las regiones ricas (aunque lo hayan sido gracias al esfuerzo del resto) pretenden separarse del conjunto, nunca las pobres, por muy pasado glorioso que atesoren.
Pero es que, además, los nacionalistas fueron los grandes traidores a la República, algo que nuestra izquierda nacional, que practica con curiosa asiduidad una memoria selectiva o por barrios, pronto olvidó, hasta el punto de que no tiene remilgos en pactar gobiernos con derechas separatistas pero no así con la derecha española. Lo curioso es que 80 años después, el nacionalismo ha vuelto a hacer lo mismo: traicionar los pactos de la Constitución de 1978 (en la que todos cedieron, los que más los centralistas) que trajeron de nuevo la democracia, y aprovechar la crisis económica para empujar a España al abismo. Lo más sorprendente es que no se den cuenta de que en este barco siguen navegando ellos. Pensar que cuanto peor le vaya a España, mejor les irá a los independentistas es de una enorme ingenuidad, egoísmo y traición. Como demuestra el deporte, juntos somos más fuertes.
“Los nacionalistas han sido los grandes cómplices ingenuos de la política de debilitamiento de España”
P. De vuelta de nuevo en el presente. La Transición pareció ser al fin ese momento de éxito que los españoles nos negábamos a nosotros mismos desde hacía tiempo pero, hoy, el país vive una grave crisis política. ¿Otra España es posible?
R. Por supuesto, el último capítulo del libro es netamente optimista porque una vez constatado que hemos sido (muy) grandes, resulta sencillo pensar que podemos volver a serlo. Todo ello pasa por valorar adecuadamente nuestro pasado, repensar el presente y atreverse a ganar el futuro. Doy varias claves de cómo hacerlo. Pero tal vez la clave más importante viene de que lo hagamos en el terreno de la educación. Otra cuestión son sus contenidos: ¿qué modelo educativo necesitamos para volver a ser una gran nación de la que podamos sentirnos orgullosos? Pues por de pronto, como practicaban los clásicos y hacen hoy otras naciones de nuestro entorno, debemos volver a estudiar a nuestros grandes héroes y heroínas, que los tenemos en todos los campos, no solo en el militar, sino en las artes, en el pensamiento e incluso en la ciencia y la tecnología. Incluyo una lista de 400 nombres, pero sin duda me quedo corto.
Por último, necesitamos recuperar un patriotismo transversal, integrador e ilustrado, donde con toda naturalidad un ateo, homosexual y comunista pueda sentirse tan patriota español como un católico, padre/madre de familia numerosa y de derechas. ¿Por qué? Porque es lo que nos une, lo que garantiza la paz y el progreso, lo que sucede en ‘todos’ los demás países, en definitiva, lo que a todos nos conviene. Todos saldremos ganando, sobre todo nuestra cohesión social y el progreso económico.
_______________________________________
Fuente:
https://eldiariodelamarina.com/alber...ion-de-espana/
Joseph Pérez: «La Leyenda Negra contra España es falsa, de mala fe»
ANTONIO ASTORGA
Actualizado Domingo , 13-12-09 a las 02:27
Biógrafo de Felipe II, Joeph Pérez, nacido en el año 1931 en Laroque d'Olmes (Francia) de un matrimonio de emigrantes valencianos, es un sabio de la España de los siglos XVI y XVII. Estuvo al frente de la Casa de Velázquez en Madrid y dirigió la Universidad de Burdeos. En «La Leyenda Negra» (editorial Gadir) ofrece una lección apabullante, magistral, incontestable sobre lo que ya es Historia: aquella noche oscura que arreció contra España.
—¿Por qué debemos ya dar por superada la Leyenda Negra?
—Felipe II puso precio a la cabeza de Guillermo de Orange, el príncipe protestante de Flandes, y éste recusó su legitimidad y se enfrentó a su poder exagerando lo peor de su contrincante: que si fue capaz de asesinar (lo que era falso) al príncipe don Carlos, su hijo, que si se sirvió de la Inquisición para acallar a la oposición... A nivel académico, todos los historiadores, sean o no españoles, están de acuerdo en subrayar que las acusaciones que contiene la Leyenda Negra son falsas, de mala fe y muy exageradas. En este aspecto hay unanimidad.
—¿Quedan prejuicios pendientes?
—Una vez desaparecido el fundamento de la Leyenda Negra, permanecen prejuicios, por ejemplo, sobre la importancia o la influencia que pudo tener la Inquisición, la intolerancia, la poca disposición que se dice que tienen los españoles para las actividades económicas... Hay una serie de opiniones que circulan y que no merecen mención especial, pero que son muestra de la ignorancia que se tiene todavía, en varios casos, de España.
—Se habla de la Inquisición, pero en la España de Felipe II murió menos gente por la Inquisición que en ningún otro país, según los expertos.
—Sí, precisamente es lo que forma parte de esos prejuicios; no se tiene suficientemente en cuenta que la intolerancia, las guerras de religión, la conflictividad religiosa es un fenómeno común a toda Europa. España en ese aspecto no tiene ningún monopolio ni ninguna exclusividad. Si uno mira lo que pasa en Francia, por ejemplo, en una época tan tardía —finales del XVII— cuando Luis XIV decide expulsar a los protestantes, ello supone una barbaridad tremenda que se puede comparar con la expulsión de los judíos o de los moriscos.
—¿Por qué siempre se opinaba contra «lo español»?
—Esto es lo que procuro desmontar en el libro sobre la Leyenda Negra. Al principio de todo está la reacción contra la superioridad española del siglo XVI, que es indudable. Hay una gran admiración por las cosas de España, por la lengua —se habla español en casi toda Europa—, por la literatura, las artes, las ideas religiosas, la moda... Se admira todo lo que viene de España, pero al mismo tiempo la gente, en Italia, Inglaterra, Francia, Países Bajos, Alemania... tiene miedo de lo que se cree, se supone, son las intenciones de España que quiere dominar a toda Europa.
—¿Con qué potencia compararía hoy aquella España titánico-hegemónica?
—Hay un rechazo que yo comparo a lo que está ocurriendo actualmente en los Estados Unidos. El país que preside el señor Obama también ha provocado una especie de leyenda negra, de rechazo: se admiran las cosas de América —cine, literatura, los modos de vivir...— pero se les reprocha a los norteamericanos su buena conciencia, su arrogancia, su imperialismo, su voluntad o la pretensión que tienen de dominar todo el mundo. En un principio, de la Leyenda Negra está la reacción de rechazo, de temor a lo que se cree que es el imperialismo español. Se supone que España pretendía dominar a Europa y el mundo.
—¿Se le acusó de imperialista?
—Andando el tiempo, si a esto se añaden dos o tres fenómenos después de 1648, de los Tratados de Westfalia, España ya ha perdido la hegemonía en Europa, de modo que la acusación de imperialismo no puede funcionar. El relevo lo han tomado otras naciones —Inglaterra, Francia...— pero quedan contra España dos ideas que poco a poco van a permanecer hasta el siglo XX: primero, la del progreso, la civilización, las luces... todo ello es fruto de la Reforma; y como España, Italia y Portugal y en parte Francia han rechazado la Reforma estas naciones están por ello mismo condenadas al subdesarrollo, al oscurantismo, a la intolerancia...
—La idea que circula hasta entrado el siglo XX es que el progreso, las luces, la civilización es fruto de la Reforma.
—En este sentido, España aparece como la nación que se ha resistido a la Reforma por antonomasia. Y hay también en las naciones del norte, que son protestantes y anglosajonas, otra idea que surge y que va a tener mucho éxito: la superioridad de la raza anglosajona sobre la latina. Estos son los prejuicios que han alimentado la Leyenda Negra hasta bien entrado el siglo XX, pero ya han sido rechazados por los historiadores. No cabe duda de que durante mucho tiempo eso ha influido en la imagen que se tenía en el extranjero de España. En el siglo XVIII España sigue siendo una gran potencia —la tercera de Europa—, pero ya no tiene la misma supremacía intelectual. Los rasgos fundamentales de la Leyenda Negra ya no se pueden sostener.
—¿Y por qué se ha mantenido durante siglos esa Leyenda Negra?
—Porque desde finales del siglo XVII hasta bien entrado el XX parecía que todo iba a favor de los anglosajones y de los protestantes. Si se compara lo que ocurre en el siglo XIX después de la emancipación del imperio español de América, a partir de 1825 se da el contraste entre las antiguas colonias inglesas —los Estados Unidos actuales— en plena prosperidad frente a un continente suramericano —las antiguas colonias españolas— sumido en el subdesarrollo, caudillismo, miseria. Cuando Francia a mediados del XIX forja el concepto de América Latina, en España algunos protestan porque dicen que hay que hablar de América Iberoamericana o Hispanoamericana.
—¡Francia no atacaba a España!
—No. Cuando los franceses en el siglo XIX hablan de América Latina están reaccionando contra la América anglosajona. En realidad, en aquel momento Francia se considera como parte también de los prejuicios que los anglosajones tienen en relación con las naciones latinas y reacciona a su manera tratando de crear un frente entre las naciones latinas para oponerse a la arrogancia y a la pujanza del mundo anglosajón. Y esto lo notamos en algunos sectores. Carlos Fuentes expone muy bien en sus libros que todavía en Estados Unidos no han desaparecido los prejuicios contra México y contra las poblaciones mestizas, católicas, latinas al sur del río Bravo.
—¿Franco contribuyó a mantener la Leyenda Negra?
—Creo que sí. Sin quererlo, desde luego, y para reaccionar contra las acusaciones que venían del extranjero, Franco tuvo dos ideas: una, la excepcionalidad de España, España es diferente. Y dos, el régimen de Franco dio la impresión de identificarse con la España imperial, con el Reinado de los Reyes Católicos, con Carlos V, con Felipe II, es decir, con los aspectos más discutidos de la Leyenda Negra.
—¿Los Reyes Católicos fueron los inspiradores de la gran España?
—Después de la Transición me llama la atención la reacción de la izquierda española: en el siglo XIX los liberales españoles, la izquierda española, sentía bastante simpatía con los Reyes Católicos, porque habían restablecido la unidad de España, habían combatido el poder exagerado de la Nobleza. Se veía a los Reyes Católicos como los modernos inspiradores de la gran España, algo que podía servir de modelo. Y la parafernalia en torno a los Reyes Católicos y la idea imperial han contribuido hasta cierto punto a desprestigiar esta época.
—¿Cuál es la posición de la izquierda española en relación a esa leyenda?
—Los historiadores que yo conozco, sean de izquierdas o de derechas, coinciden en decir que todo esto forma parte de un pasado superado y que no tiene ningún motivo para permanecer. Durante el siglo XIX y las dos terceras partes del XX la Inquisición era motivo de polémica intensa. Hoy, se le ha quitado muchísima polémica.
—Usted da la razón a los comuneros. ¿Por qué motivo?
—Porque en 1520 presentían, receleban, que con la conversión de Carlos V de Rey de Castilla a Emperador del Sacro Imperio, Castilla iba a tener que defender una opción política que no era la suya, sino de la Casa de Austria. Temían que ello acarrearía para España una serie de sacrificios: en hombres, dinero, etc...
—¿Castilla, entre espada y pared?
—Al final del siglo XVI, en unas Cortes que celebra Felipe II, varios procuradores se oponen a su política diciendo que la defensa del catolicismo en Europa, en Flandes, no le toca especialmente a Castilla, ni a España. El interés de Castilla (en 1580) es retirar sus tropas del Norte de Europa, defender la Península contra los ataques de los turcos y de los corsarios berberiscos, defender las relaciones con América. Desde los comuneros hasta la oposición en las Cortes en tiempos de Felipe II se tuvo conciencia en España de que los soberanos en realidad defendían, se identificaban más con la Dinastía que con el Reino, como se decía, hoy diríamos con la Nación. A Castilla no le interesaba un Rey emperador.
—Hoy en España se tilda a Rodríguez Zapatero como «la catástrofe». ¿Puede el presidente del Gobierno reverdecer los laureles de la Leyenda Negra?
—Esto no tiene nada que ver. La Leyenda Negra partió de un estado de opinión de unas gentes que veían en España una amenaza.
_______________________________________
Fuente:
Joseph Pérez: «La Leyenda Negra contra España es falsa, de mala fe» - Cultura - Cultura - ABC.es
La hora hispánica: cómo desmontar la Leyenda Negra y acabar con los complejos de los españoles
«Este artículo no es una queja más, sino una llamada a la acción. Se está constituyendo la Fundación Civilización Hispánica, con el doble objetivo de empezar a desmontar la Leyenda Negra, simplemente contando la verdad, de expulsar complejos y de elevar la moral del mundo hispánico, difundiendo los logros de nuestra Civilización»
BORJA CARDELÚS 24/06/2017 04:40h - Actualizado: 24/06/2017 04:40h.
Guardado en: Cultura
Los países occidentales ricos llevan décadas dedicando grandes recursos a cultivar su imagen interna y externa a través de medios eficaces. Por la literatura, el cine y la televisión, sabemos de la elegancia francesa o el espíritu británico, imágenes que sirven para la cohesión interna y el prestigio exterior.
¿Y qué ha hecho España por su imagen de fondo? Apenas nada. No solo no ha labrado esa imagen, sino que ha permitido que los demás países lo hicieran por ella, y no precisamente con hilo de seda, sino con veneno. Y así, hemos dejado que cada doce de octubre en Nueva York ondee la bandera italiana; que el mundo crea que solo Francia ayudó a Estados Unidos en su Independencia, ignorando el concurso decisivo de España; que Drake introdujo la patata en Europa; que el western de Hollywood es norteamericano, cuando procede íntegramente de las Marismas del Guadalquivir, y Clint Eastwood no es más que un vaquero marismeño con pistolas; que Cook descubrió Hawaii, cuando fue Villalobos; pronto veremos que no fue España quien dio la primera vuelta al mundo, sino Portugal; que España era la nación esclavista por antonomasia, cuando no traficó con esclavos negros, los toleró escasamente en sus posesiones y los liberaba en la Florida española a medida que escapaban de las plantaciones inglesas; el mundo cree que España practicó un genocidio a gran escala, cuando la gran mortandad indígena procede de los virus; que Cortés y Pizarro eran asesinos, y no liberadores de pueblos oprimidos por la tiranía azteca, que practicaba sacrificios humanos, y la inca, que exprimía a sus súbditos con una carga fiscal del 66%; todos creen que España expolió el oro y la plata, cuando las minas eran de propietarios privados criollos, y el Estado solo retenía un impuesto del 20%; que España fue a despojar América, cuando fue a evangelizarla e incorporarla a la cultura grecorromana; que España maltrató y sometió a los indios, cuando las Leyes de Indias son un modelo de protección al indio que llega al más exquisito paternalismo. No solo los declaraba libres, sino que prohibía los servicios personales forzosos, prohibía contratarlos sin un salario justo, cuidaba de sus familias, de sus tierras, sus bienes, de que recibieran justicia.
Hubo, desde luego, casos de abusos, pero la postura de España fue nítidamente proteccionista. Y la mejor prueba de la protección española a los indios es que estos han sobrevivido en la América hispana, y los únicos nativos que sobreviven en los Estados Unidos son los de las áreas españolas, mientras que en las inglesas se extinguieron por completo.
Nos hemos dejado robar la historia, el alma, hasta el punto de que no solo el mundo entero, sino nosotros, los hispanos de ambas orillas, hemos asimilado los embustes de la Leyenda Negra, originada por un español, Bartolomé de las Casas, y aventada por nuestros rivales, en especial Holanda e Inglaterra, por una doble causa religiosa y política. Era necesario desprestigiar a España para que abandonara el botín americano, y que no penetrara en América el catolicismo papista. No ocurrió así, pero el veneno de la leyenda negra quedó sembrado.
Se han imputado a España todos los vicios, y se han ocultado sus logros. No solo en el aspecto descubridor, explorador y globalizador de los alimentos y de la economía mundiales, sino en el esfuerzo colosal de haber incorporado a todo un Continente a la cultura occidental y a la religión católica. Y sobre todo, haber logrado algo tan difícil como construir una civilización. Se requiere para ello contar con varios cientos de millones de personas y una identidad común, y en el mundo occidental solo hay dos, la anglosajona y la hispánica, y esta atesora grandes valores. No solo se compone de una lengua, una religión y una raza mestiza, sino de muchas otras cosas: música, literatura, arquitectura, unidad de costumbres, pasión vital, generosidad, solidaridad, comunicación… Se trata de una cultura riquísima en valores, intermedia entre dos feroces extremos: el totalitarismo marxista y el capitalismo egoísta y excluyente. La Civilización Hispánica matiza ambos excesos, porque se halla impregnada de los valores humanísticos cristianos.
Pero la autoestima del mundo hispánico siempre fue muy baja, y ahora lo es más. El indigenismo populista está acusando a los hispanos de América de ser forasteros, ya que la tierra es de los indios, y han de marcharse; y desde Estados Unidos los hispanos se sienten últimamente despreciados. ¿Y cómo no tener poca estima cuando nadie se ha encargado de defender la Hispanidad, y todos han asimilado que nuestros orígenes son los sucios cacareados por la Leyenda Negra?
Pero algo está cambiando. Los hispanos de América, faltos ya del sustrato indígena, empiezan a revisar y a aferrarse a sus verdaderas raíces, las hispanas. Y en España, ante la amenaza de desintegración política y moral, se aprecia un hartazgo visible ante las películas o las actitudes antiespañolas, y un deseo de reivindicar nuestras esencias.
Por eso es llegada la hora hispánica, la de enderezar ese rumbo perdido a causa de la Leyenda Negra, reconstruir el edificio de la Hispanidad, proyectarla al mundo y levantar la autoestima de las gentes hispanas. Que poseen no solo esa identidad cultural compartida, sino un referente común, la Corona, eje de la Hispanidad durante cinco siglos.
Este artículo no es una queja más, sino una llamada a la acción. Se está constituyendo la Fundación Civilización Hispánica, con el doble objetivo de empezar a desmontar la Leyenda Negra, simplemente contando la verdad, de expulsar complejos y de elevar la moral del mundo hispánico, difundiendo los logros de nuestra Civilización. Y todo ello, mediante los medios eficaces de hoy: cine, televisión, libros, exposiciones, redes sociales… El mundo hispánico posee recursos, y es preciso movilizar para ello a personas y medios de España, de México, de Estados Unidos, de las demás naciones hispanas… las muchas gentes de buena voluntad de la Hispanidad que están cansadas de sentirse culturalmente postergadas.
Borja Cardelús es co-promotor de la Fundación Civilización Hispánica.
_______________________________________
Fuente:
La hora hispánica: cómo desmontar la Leyenda Negra y acabar con los complejos de los españoles
GRANADA
El ex presidente de Colombia reivindica la influencia de la Hispanidad ante la tumba de los Reyes Católicos
RAMÓN RAMOS 24 jun. 2017 17:09
Mayor Oreja y Álvaro Uribe, ante las tumbas de los Reyes Católicos. MIGUEL RODRÍGUEZ
Álvaro Uribe asiste, junto al ex ministro Mayor Oreja, a los actos de la festividad de San Juan Bautista en la Capilla Real de Granada
El ex presidente de la República de Colombia Álvaro Uribe ha hecho este sábado una defensa de la Hispanidad en una intervención en la Capilla Real de Granada, ante los túmulos que contienen los restos mortales de los Reyes Católicos.
Uribe, que ha asistido a la celebración en Granada de la festividad de la Natividad de San Juan Bautista, ha pronunciado un breve discurso al término de la misa solemne oficiada por el deán mayor de la Catedral de Granada, Manuel Reyes, y a continuación ha depositado una ofrenda floral ante las tumbas de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, a quienes, durante su intervención se ha referido como "quienes pusieron en marcha el fenómeno de la Hispanidad" y "la pareja pivote que dio un giro decisivo en la historia de España y América", según una cita de Ménéndez Pidal, para concluir que "sus consecuencias aún influyen en nuestras vidas".
El que fuera presidente de Colombia entre 2002 y 2010 ha glosado la figura de Isabel la Católica "y su perpetua preocupación por las sociedades indígenas" en la tarea "exclusivamente evangelizadora" con la que el sacerdote oficiante -durante la homilía- se ha referido a la colonización de América.
Un común idioma y "un mestizaje de integración" que tienen "lugar y fecha de nacimiento" el 17 de abril de 1492 en Santa Fe, municipio granadino donde se firmaron las Capitulaciones para el viaje de Cristóbal Colón con el apoyo de los Reyes Católicos. Con la Hispanidad como equivalente a humanismo, Uribe ha mencionado la figura de Francisco Suárez, teólogo y filósofo granadino del siglo XVI como "precursor" de la democracia, "cien años antes de Rousseau", al reclamar de los gobernantes que ejerzan el poder "para la justicia, la dirección y la protección de los bienes del pueblo".
En la reivindicación "de nuestra cultura y nuestra gesta española", Uribe ha emparentado la Hispanidad como continuadora de la "universalización romana", que fue "guía durante siglos" para "proclamar nuestro universalismo pero también para llamar al resurgimiento de nuestro propio modo de ser".
Acompañado por el ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja y una representación de cargos electos del PP, Uribe ha destacado la belleza de Granada, "que dio su primer nombre a mi país", el Virreinato de Nueva Granada -primera denominación de Colombia- para identificarse con Washington Irving, autor de 'Cuentos de la Alhambra', cuando asegura que "esta ciudad siempre despertó mis sueños" y preguntarse si "¿será este el Paraíso en la Tierra?" y concluir: "Quien quiera profundizar en las raíces de la Hispanidad tiene que venir a Granada".
La Iglesia de Granada ha celebrado este sábado la Natividad de San Juan Bautista, uno de los titulares de la Capilla Real junto con San Juan Evangelista, con una eucaristía solemne que ha continuado dando a venerar a los fieles la reliquia del santo. Además, se han abierto los dos altares relicarios del templo.
Uno de los datos que se lleva omitiendo tropecientos años (y por razones obvias) sobre la conquista de América es que no fue una cosa exclusivamente de "blancos europeos": Ya a principios del siglo XVI existe en la Costa Firme toda una generación de conquistadores criollos y hasta mestizos, como el "venezolano" F. Fajardo. Ese mismo fenómeno se dio en la expansión de Nuevo México, política que se mantuvo desde el siglo XVI al siglo XVIII, siendo muy visible por ejemplo en las expediciones de Juan de Oñate. Y eso por no hablar de los conquistadores negros, tales como Juan Garrido en México o Juan Valiente en Chile. El mismo Hernán Cortés, cuando en una ocasión castiga los excesos de sus propios conquistadores, incluye a tres negros. Y eso, naturalmente, por no hablar de los miles de indios aliados que actuaron como guías, intérpretes o soldados, artífices de la conquista que luego dio como fruto el establecimiento de virreinatos y de una nobleza española que aumentó en América. Los descendientes de incas y aztecas que sobrevivieron al rencor de sus propios corraciales, desde la familia de Moctezuma a la sangre de las panacas, hay que buscarlos todavía en los títulos de Castilla. Y esto es algo parecido a cuando se ha pretendido camuflar a los realistas de principios del siglo XIX de "europeos" por mor de ocultar la activa presencia criolla, mestiza, india o negra en el movimiento de adhesión a la Monarquía Hispánica frente a los secesionismos alentados y hasta comandados por el Imperio Británico. De estos temas capitales para entender la rica y compleja historia de nuestra América hablé durante años con mi amigo el historiador quiteño Francisco Núñez del Arco, y a Dios gracias que hoy en día están reflejados en su libro "Quito fue España (Historia del realismo criollo)" que me precio en prologar.
https://www.facebook.com/escritorant...57032201161917
El problema de la historia de América es la falta de realismo: Tan imbécil es el que dice "ustedes vinieron a robarnos" como el que dice "nosotros fuimos a civilizaros". Señores, para bien o para mal, los descendientes de conquistadores, gobernadores y pobladores están en América; en todo caso en España se quedaron los primos. Y fueron esos hijos de la conquista, la gobernación y el poblamiento, los criollos, los que también mandaron tanto en América como en Europa hasta los ...últimos días de Fernando VII: Pablo de Olavide, criollo peruano, ministro de Carlos III; Juan Francisco de la Bodega y Quadra (de la rama que Miguel de la Quadra-Salcedo QEPD), criollo peruano que extendió los lindes de la Monarquía Hispánica por Alaska y encargado diplomático de negociar con los ingleses; Blas de Ostolaza, criollo peruano, confesor de la familia real; el duque de San Carlos, criollo peruano, ministro plenipotenciario de Fernando VII... Y estos son apenas ejemplos de los últimos tiempos. Hubo un quiteño virrey de Cataluña, un peruano virrey de Nueva España... Así como en Venezuela y el Río de la Plata ya en el siglo XVI se forjó toda una generación de conquistadores y gobernadores mestizos; así como hubo conquistadores negros y poblados de negros libres desde Esmeraldas (actual Ecuador) a Florida. No había un estado-nación español que sojuzgaba a estados-naciones desde Alaska a la Patagonia, quitémonos la mentalidad anacrónica de la cabeza de una buena vez, tanto los de la leyenda negra como los de la leyenda rosa. Tan ridículo resultaría como si yo le echara en cara a un italiano el imperio romano, como si el estado-nación italiano existiera en la época de Julio César; o como si un italiano me dijera que fueron ellos a civilizar España. Fuimos parte del mismo imperio. Esa es la vaina.
¡Ah! Y hablando de bicentenarios, los territorios americanos se independizaron de España tanto como España se independizó de ellos. De hecho, España como estado-nación liberal data de la misma época que las repúblicas. Y ya vemos los excelentes resultados en entrambos hemisferios al cabo de 200 años.
https://www.facebook.com/escritorant...67075356824268
ALGO MÁS SOBRE LA LEYENDA NEGRA
Sorpendentemente, hace relativamente poco, me topé por estos lares virtuales con un caballero que afirmaba que la leyenda negra es un invento para vender libros. Opiniones personales que no coinciden con la realidad, evidentemente. Lo cierto es que, desde el siglo XVI hasta nuestros días, el recurso de la leyenda negra sigue siendo el instrumento más eficaz para po...ner en tela de juicio o para deslegitimar la empresa hispana en tierras americanas. Se trata de una controversia histórica de difícil encuadramiento, cuya resolución no parece estar cerca, ni por asomo. La razón estriba, principalmente, en el hecho de que su conocimiento traspasa el análisis histórico para sumergirse en territorio propio del enfrentamiento ideológico, cuando no en razones puramente políticas. Una discusión que alcanza cinco siglos y que está muy lejos de ser zanjada. Un castizo podría decir aquello de "y lo que te rondaré morena"
El ganador del Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales del año 2014 y autor del libro "La leyenda Negra" editado en 2012, Joseph Pérez, propone un examen crítico de los elementos que según él constituyen la leyenda negra. Dichos componenete tan significativos son los que aparecen a continuación:
-Reacción contra la dominación española.
-Hostilidad religiosa ideológica contra la España Católica.
-Complejo de inferioridad y frustración de una parte de los españoles que acabaran asumiendo las críticas derivadas de los elementos anteriores.
El mismo autor y en relación con el último "ingrediente" señalado, refiere lo que sigue:
" Es cierto que circulan muchos prejuicios y estereotipos a propósito de España y los españoles, pero no son más numerosos ni más absurdos que los que se propalan sobre otros pueblos, tan solo atestiguan la ignorancia de que con frecuencia dan muestra unos hombres sobre otros. No es nada que deba escandalizar a los españoles. En cambio, otras críticas son imputables a los propios españoles, al menos a los que se niegan a aceptar su pasado: algunos de ellos no perdonan haber sido el pueblo que descubrió y conquistó América, que fue la potencia hegemónica en el siglo XVI, que fue la patria de Cervantes, de Velázquez, de Goya... pero no de genio alguno comparable a Descartes o Newton. Semejante actitud revela una conducta masoquista."
Bibliografía
Martínez, M. M. (2012). La Leyenda Negra revisitada. La polémica continúa. Revista Hispanoamericana .
_______________________________________
Fuente:
https://www.facebook.com/historiadel...type=3&theater
Historia integral
By Antonio Moreno Ruiz on octubre 16, 2017
Mural de Diego Rivera, uno de los 'contibuyentes' a la leyenda negra de España.
Tras doscientos años de soledad, urge retomar la historia en su conjunto para que juntos hagamos historia de una forma integral.
Antonio Moreno Ruiz
El peso de la Leyenda Negra nos ha supuesto una gran losa durante demasiado tiempo. La concepción que el ser humano tiene sobre su historia e identidad le afecta mucho, y con razón, tanto la política como el mundo empresarial cuenta más con el psicologismo. Pocas batallas ideológicas y hasta económicas se dan sin tener en cuenta el factor psicológico. Con todo, a la Leyenda Negra, hay quien ha querido contraponer la Leyenda Rosa. Esto se puede entender dado el enorme peso que nos oprime. Pero en verdad, no ayuda. Y ya no compensa. Es hora de que por fin hagamos historia, y de que lo hagamos de una manera integral. Porque, a saber, uno de los datos que se lleva omitiendo tropecientos años (y por razones obvias) sobre la conquista de América es que no fue una cosa exclusivamente de “blancos europeos”: Ya a principios del siglo XVI existe en la actual Venezuela toda una generación de conquistadores criollos y hasta mestizos, como Francisco Fajardo. Así como se forjó toda una generación de gobernadores criollos y mestizos del Río de la Plata, con Hernandarias Saavedra como buque-insignia. Ese mismo fenómeno se dio en la expansión de Nuevo México, política que se mantuvo desde el siglo XVI al siglo XVIII, siendo muy visible por ejemplo en las expediciones de Juan de Oñate. Y eso por no hablar de los conquistadores negros, tales como Juan Garrido en México o Juan Valiente en Chile. O los primeros poblados de negros libres del continente americano, desde Esmeraldas (actual Ecuador) hasta la norteña Florida. Y eso, naturalmente, por no hablar de los miles de indios aliados que actuaron como guías, intérpretes o soldados, artífices de la conquista que luego dio como fruto el establecimiento de virreinatos y de una nobleza española que aumentó en América. Los descendientes de incas y aztecas que sobrevivieron al rencor de sus propios corraciales, desde la familia de Moctezuma a la sangre de las panacas, hay que buscarlos todavía en los títulos de Castilla. Y esto es algo parecido a cuando se ha pretendido camuflar a los realistas de principios del siglo XIX de “europeos” por mor de ocultar la activa presencia criolla, mestiza, india o negra en el movimiento de adhesión a la Monarquía Hispánica frente a los secesionismos alentados y hasta comandados por el Imperio Británico. De estos temas capitales para entender la rica y compleja historia de nuestra América hablé durante años con mi amigo el historiador quiteño Francisco Núñez del Arco (1), y a Dios gracias que hoy en día están reflejados en su libro “Quito fue España (Historia del realismo criollo)” que me precio en prologar.
Además, cabe precisarse que España no existía como estado-nación. No era un estado-nación español que extraía oro y plata sin permiso de un estado-nación mexicano, peruano o etc. Esa “España” era en verdad una monarquía multicontinental, si se me permite el neologismo; y los virreinatos eran parte integrante de un circuito de monopolio y autarquía; el mismo circuito que a lo mejor prohibía la circulación de un producto pero aumentaba la de otro; por eso Quito, por ejemplo, fue una industria textil poderosa mientras que había regiones de la Península que ni sabían lo que era eso. Hay quien dice, arguyendo leyenda rosa, que España sólo extraía el quinto real. No es así, y así tampoco se combate la leyenda negra, porque la realidad es mucho más compleja, rica y contundente. A saber: Y el flujo de metales de América a Europa, ciertamente imponente (aunque ni por asomo se parece al actual), no estaba controlado sólo por peninsulares. Ni tan siquiera sólo por banqueros genoveses o tudescos. De hecho, la participación de criollos, mestizos e indios fue muy importante, y por eso se mantuvo tres siglos. Uno de los beneficiarios del tráfico minero fue nada más y nada menos que José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Túpac Amaru, el cual pagaba a sus rebeldes con oro, siendo que su esposa, Micaela Bastidas, le prevenía contra esta forma de pagar a sus supuestos leales, cuando ya se le estaba acabando el mineral (2).
El problema de nuestra historia como hispanos es la falta de percepción y realismo: Tan imbécil es el que dice “ustedes vinieron a robarnos” como el que dice “nosotros fuimos a civilizaros”. Señores, para bien o para mal, los descendientes de conquistadores, gobernadores y pobladores están en América; en todo caso en España se quedaron los primos. Y fueron esos hijos de la conquista, la gobernación y el poblamiento, los criollos, los que también mandaron tanto en América como en Europa hasta los últimos días de Fernando VII: Pablo de Olavide, criollo peruano, ministro de Carlos III; Juan Francisco de la Bodega y Quadra (de la rama que Miguel de la Quadra-Salcedo QEPD), criollo peruano que extendió los lindes de la Monarquía Hispánica por Alaska y encargado diplomático de negociar con los ingleses; Blas de Ostolaza, criollo peruano, confesor de la familia real; el duque de San Carlos, criollo peruano, ministro plenipotenciario de Fernando VII… Y estos son escasos ejemplos de los últimos tiempos. Hubo un quiteño virrey de Cataluña, un peruano virrey de Nueva España… Por ello, se reitera que no había un estado-nación español que sojuzgaba a estados-naciones desde Alaska a la Patagonia, quitémonos la mentalidad anacrónica de la cabeza de una buena vez, tanto los de la leyenda negra como los de la leyenda rosa. Tan ridículo resultaría como si yo le echara en cara a un italiano el Imperio Romano, como si el estado-nación italiano existiera en la época de Julio César; o como si un italiano me dijera que fueron ellos a civilizar España. Fuimos parte del mismo imperio. Esa es la vaina.
¡Ah! Y hablando de bicentenarios, los territorios americanos se independizaron de España tanto como España se independizó de ellos. De hecho, España como estado-nación liberal data de la misma época que las repúblicas. Y ya vemos los excelentes resultados en entrambos hemisferios. Y los excelentes resultados de Cuba, Puerto Rico y Filipinas luego de ser invadidos por Estados Unidos en 1898.
Así las cosas, tras doscientos años de soledad, urge retomar la historia en su conjunto para que juntos hagamos historia de una forma integral. Somos la herencia viva de una comunión, y ante los tiempos de la globalización, hemos de ser nosotros mismos, haciéndonos valer como familia. España no puede estar en Europa sin América, y América podrá encontrar en España su mejor valedor ante el Viejo Mundo. Todos nos necesitamos. Y ya que está tanto de moda la palabra “geopolítica”, en nuestro caso es sinónimo de hispanidad. Es algo latente, no se puede ocultar. Démosle fondo y forma desde lo metapolítico hasta conseguir una política nuestra.
(1)Sobre el libro de Francisco Núñez del Arco:
https://www.facebook.com/escritorant...type=3&theater
ANTONIO MORENO RUIZ: MIS LECTURAS: "QUITO FUE ESPAÑA (HISTORIA DEL REALISMO CRIOLLO)", DE FRANCISCO NÚÑEZ DEL ARCO
(2)Sobre Micaela Bastidas:
https://www.facebook.com/movimientoh...type=3&theater
_______________________________________
Fuente:
https://eldiariodelamarina.com/historia-integral/
Jesús A. Rojo Pinilla: «Se denosta la conquista de América porque la hizo España»
«Afirmar que se cometió un genocidio y que le robamos todo el oro es de ignorantes e idiotas», apunta el escritor de 'Los invencibles de América', que se presenta hoy martes en la Casa Pemán
ROCÍO VÁZQUEZ
21/10/2016 23:21hActualizado:25/10/2016 08:15h
Licenciado en Derecho, conferenciante, politólogo y experto en comunicación e imagen, Jesús Ángel Rojo Pinilla (Madrid, 1974) presume de otra pasión, su amor por Hispanoamérica. Para aquellos que denostan este concepto, y también para orgullo de quienes comparten su visión de la Hispanidad, ha escrito 'Los invencibles de América', un «homenaje y reivindicación del Descubrimiento de América». Lo presenta este martes en la Casa Pemán (20 horas), en una nueva cita de los 'Encuentros en la Casa Pemán' que organiza la Fundación Cajasol y LA VOZ.
–¿Por qué cree que era necesario este libro, 'Los invencibles de América', ahora que hay tantas voces que denostan el papel de España?
–Tanto la historiografía mundial, de España e Hispanoamérica, la han distorsionado. Yo creo que el descubrimiento de América, conquista y pacificación fue algo que, con sus luces y sus sombras, al final resultó un proceso único y como tal hay que hacerle justicia. En definitiva, lo que se está denostando no es que ese proceso haya sido bueno o malo, sino que lo hicieran españoles, y lógicamente no podemos permitir a estas alturas de que se venda esa leyenda negra que se creó hace 500 años. España está en su legítimo derecho de reivindicar las gestas de sus héroes y sobre todo, reivindicar que ha sido la nación que ha realizado la mayor unión de culturas y razas de la historia de la humanidad.
–Dice que fue un proceso de luces y sombras, ¿qué imperó?
–Imperan las luces en el proceso histórico, totalmente. Durante 300 años que España estuvo en Latinoamérica la convierte en la zona más rica del mundo. España lleva su civilización, crea las primeras escuelas en 1525, las primeras universidades, edita los primeros libros, incluso los religiosos traducen al español las primeras lenguas autóctonas y gracias a ello se integran. Se crean muchísimas ciudades en 100 años, el mestizaje de Hispanoamérica es increíble, tenemos costumbres y formas parecidas. Como decía un gran explorador, para conocer de verdad a España hay que conocer profundamente a Hispanoamérica y entonces entenderemos la obra que realizamos.
–¿Pero esa obra fue consciente? El continente se descubrió de forma casual...
–Isabel la Católica cuando realiza la empresa del descubrimiento de Colón tenía un fin, que era conquistar almas para la fe católica. Lo cierto es que los españoles tenían una forma de concebir al extraño de una manera diferente a otros países, como los anglosajones. Por ejemplo, los matrimonios mixtos fueron rápidamente aprobados, y los protestantes lo veían como una aberración. Cuando llegan los peregrinos anglosajones al norte tenían una versión cristiana fundamentada en la supremacía del hombre blanco. De hecho, en EEUU todavía existen conflictos raciales precisamente por eso, es una estructura histórica. Hay grupos como el Ku Klux Klan que habla de la supremacía del hombre blanco y hay políticos que, actualmente, hablan de la supremacía del hombre blanco. Esos problemas raciales no suceden en latinoamerica porque se vive con naturalidad. Es cierto que Colón descubre América de una forma casual, porque iba buscando la ruta de las especias, pero a partir de entonces la idea fue clara, llevar lo mejor de España a Hispanoamérica y en conclusión crear un nuevo mundo al que se tuviera en cuenta al indígena, al negro, el mulato, el blanco y el mestizo. Algo muy diferente que ninguna otra nación lo ha realizado.
–Vuelva a lo de las sombras, la evangelización no fue tan idílica como apunta, ¿no?
–Donde hay seres humanos hay personas nefastas. La corona tenía representación allí, pero había mucho advenedizo que se aprovechó de la situación. Por ejemplo, Pedrarias Dávila fue gobernador de la llamada Castilla de Oro y cambió la política de Núñez de Balboa por una política de saqueo y maltrato. Hay que condenarlo, pero no quiero decir que todo el mundo fuese así. Donde hay ser humano surgen los peores vicios que se puede tener.
«Cuando los países latinos se independizaron sufrieron una involución económica brutal»
–¿No entiende que 300 años de dominación fueron demasiados?
–No fueron demasiados años. Si España no hubiera existido hace 500 años, México, Cuba, Nicaragua, Guatemala, Colombia, Argentina, Venezuela no existirían hoy. Durante la presencia española, Hispanoamérica vivió el proceso de paz más largo de su historia. Antes de llegar los españoles, los indígenas no vivían en un paraíso terrenal, vivían en una guerra constante y además con unas prácticas deleznables como el canibalismo y los sacrificios humanos. Cuando se independizaron sufrieron un proceso de involución económica brutal. Nos han vendido el falso mito de que en Hispanoamérica se vive mal por la presencia española, que no colonización. Los españoles dejaron un legado artístico brutal, se crearon escuelas, universidades… No eran colonias, sino vineirratos, eran súbditos con los mismos derechos y obligaciones.
–¿Qué diría a quienes tratan de desprestigiar lo que llama la «obra» española?
–Hay personajes y movimientos sociales que se relacionan con el populismo y el extremismo radical que se empeñan en destruir la identidad de España como nación, destruyendo su historia y su cultura, denigrándola. Estos personajes basan sus críticas en tres puntos, que se pueden desmontar en tres minutos. Me explico, lo primero que es mentira es que España cometió un genocidio. Confunden intencionadamente lo que fue un choque microbiano entre europeos y americanos con un genocidio. El 99% de las muertes fue por enfermedades. Es un insulto a la inteligencia y a los pueblos que sí han sufrido un genocidio. Lo segundo que nos cuentan es que el mestizaje se produjo por medio de la violación. Yo no he visto que un violación de los apellidos a sus hijos y forme una familia con la mujer a la que ha violado. Y el tercer mito es que España robó todo el oro y dejó sin futuro a los hispanoamericanos. El único oro que llegó a España eran los impuestos, el quinto real. En un solo año México es capaz de extraer más oro y más plata que España durante 300 años en Hispanoamérica. Pero claro, tienen que echar la culpa a su fracaso como naciones a un enemigo externo. A todo esto dan los nuevos movimientos que utilizan el odio y la ignorancia para alcanzar el poder que, generalmente, como ocurre en Venezuela o Cuba, supone un desastre para la población. Afirmar esas cosas es de idiotas e ignorantes.
«Yo celebro el Día de la Hispanidad, estamos hablando de razas, seres unidos de una forma espiritual»
-Esta es una obra de grandes nombres. De todos los que participaron en la conquista y evangelización de Hispanoamérica, ¿a cuáles destacaría?
Colón, por supuesto, el descubridor. Núñez de Balboa, que descubre el océano Pacífico, y a otros dos personajes, estereotipos del conquistador: Hernán Cortés, que conquista el imperio Azteca liderando una rebelión indígena. Y Pizarro, que le pasó algo parecido y su hazaña es incluso mayor que la de Colón porque lo intentó en más ocasiones y fue el que más territorios incorporó a la corona. Cuando entró en Cuzco fue aclamado como rey liberador. En definitiva, cabe destacar que simplemente el terminar con los sacrificios humanos y el canibalismo fue muy importante para la historia de la humanidad.
–¿Recuperaría el Día de la Hispanidad, en vez de la Fiesta Nacional?
–Yo celebro el día de la fiesta nacional, pero es el día de la Hispanidad, estamos hablando de razas, de seres humanos que están unidos de una forma espiritual, une a gente también de África y Asia. Hablaba Vasconcelos de una raza cósmica; cuando ahora se habla tanto de la multiculturalidad, España ya lo hacía hace 500 años.
_______________________________________
Fuente:
Jesús A. Rojo Pinilla: «Se denosta la conquista de América porque la hizo España»
EL LADO BUENO DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA
Historia Moderna
Martes 22 de Febrero, 2011
Hay muchos episodios en la conquista de América que ensombrecen las páginas de nuestra historia. Los conquistadores cometieron infinidad de abusos y fueron crueles con los indígenas. No obstante, en medio de esas sombras brilla la luz que reconoce la encarnizada defensa que muchos españoles de la época hicieron de los indios. Por: Alberto de Frutos
Frente a la conquista de América, bien podríamos hablar aquí de su descubrimiento, un término controvertido que apela al encuentro con el otro más que a su represión por la fuerza. El antropólogo e historiador mexicano Miguel León-Portilla (1926) se ha referido varias veces al “encuentro del Viejo y el Nuevo Mundo”, hallazgo que han discutido otras autoridades como Edmundo O’Gorman, que fuera director de la Academia de Historia de ese país. Para O’Gorman, el citado encuentro supondría “una especie de eufemismo interpretativo”, puesto que pasaría por alto sus aspectos más “negativos” o “censurables”.
Quinientos años después, la valoración sobre las motivaciones de los conquistadores españoles sigue aguardando el veredicto aplazado de la Historia, en parte porque los “jueces” de nuestro tiempo no pueden “dictaminar” sobre acciones o comportamientos del pasado. Si lo hicieran, ningún imperio –ni el egipcio, ni el macedonio, ni el romano, ni por supuesto el maya o el azteca: ninguno– recibirían la absolución. Todos ellos se caracterizaron por el expansionismo territorial y justificaron su preeminencia sobre otros pueblos por razones económicas, culturales, raciales o sociales. Sembraron la ruina, pero también dejaron una valiosa impronta que en ocasiones posibilitó la supervivencia de esas culturas oprimidas.
Las cosas no son blancas ni negras. En ese relativismo de grises, se movieron también los hechos de los hombres y mujeres que “hicieron las Américas” en el siglo XVI. Hubo un Hernán Cortés que, haciendo honor a su apellido, se reveló como un hábil negociador, pero también hubo otro obsesionado por el oro y responsable de la destrucción de Tenochtitlán. Hubo un Núñez de Balboa que culminó su hazaña del Mar del Sur con la ayuda de cientos de aborígenes amigos, pero el mismo explorador fue quien empujó a la muerte y la esclavitud a otros tantos nativos. Hubo una monarquía que expolió las riquezas de las tierras conquistadas y, a su vez, una reina Isabel preocupada por las condiciones de vida de los indígenas, a quienes hizo vasallos de la Corona en lugar de esclavos.
Los retratos de los prohombres de la conquista nunca pueden ser exactos al cien por cien. Ensalzados indebidamente por la historiografía más parcial o nacionalista de nuestro país, fueron ultrajados por algunos historiadores foráneos, propagandistas de unas calumnias que ayudaron a sostener la leyenda negra española.
A Pedrarias Dávila, el capitán general de Castilla del Oro, se le adjudicaron vilezas sin cuento. Y, sin embargo, fue Pedrarias quien encauzó la avaricia de la Corona hacia la fundación de ciudades, a la vez que se oponía con rigor al saqueo de los soldados. Lo cuenta Bethany Aram en Leyenda negra y leyendas doradas en la conquista de América (Marcial Pons, 2008), en cuyo prólogo el marqués de Puñonrostro afirma: “El descubrimiento, conquista y colonización de América es probablemente la gesta más importante que ha realizado España. Con todas sus crueldades, injusticias, ambiciones y codicias desenfrenadas, pero, también, heroicidades, sacrificios y actos de generosidad y valentía, el resultado final ha sido la transmisión de una lengua, una cultura, una religión y un sistema de valores a todo un continente”.
El conde habla en su texto de “transmisión”, pero, a buen seguro, los detractores de la conquista utilizarían una palabra más próxima a “imposición”. En el matiz está el juego. Porque la imposición de una determinada lengua, una cultura o una religión no son medallas de las que enorgullecerse; si bien el juez tiene que conocer toda la realidad de la América pre-colonial antes de emitir su veredicto en este pleito imaginario.
Hay que desterrar la quimera de un paraíso pre-colombino desmantelado a sangre y fuego por los españoles. Ninguna tierra habitada por hombres ha sido nunca un paraíso. Los indígenas no disfrutaban de la vida al aire libre cuando el hombre blanco llegó para instaurar su particular infierno. El infierno también eran ellos.
Tomemos el ejemplo de los incas para la organización social. En lo alto de la pirámide se situaba el emperador, que ejercía como comandante supremo del estado, de la religión y del ejército. Lo seguían en el escalafón los cuatro prefectos del consejo imperial, representantes de las distintas regiones. Bajo ellos, los gobernadores imperiales, los curacas o jefes locales y, finalmente, la plebe de agricultores, artesanos, pastores y pescadores, que suponía un noventa y cinco por ciento del total. A los españoles que capturaron a Atahualpa no podía menos que sorprenderles la cortesía con que el emperador trataba a los conquistadores, urbanidad que contrastaba con el desprecio que el inca manifestaba hacia sus súbditos.
_______________________________________
Fuente:
EL LADO BUENO DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA | Historia de Iberia VIeja
Sempre que alguém acusar Espanha ou Portugal de serem os culpados do subdesenvolvimento da América Ibérica, mostrem essa imagem :
Essa imagem refuta qualquer argumento do tipo "Se fossemos colonizados por ..."
Cómo superar la hispanofobia
Hoy en Tiempos Modernos nos ha visitado María Elvira Roca Barea para hablarnos sobre "Como superar la Hispanofobia"
Todos los grandes imperios han tenido su leyenda negra: Roma, Inglaterra, también España, por supuesto. La leyenda negra antiespañola nos ha acusado de crueldad, fanatismo, barbarie… La destrucción de una supuesta cultura avanzada musulmana, el genocidio sobre los indios de América, las persecuciones de la Inquisición o la represión religiosa contra el protestantismo son, entre otros, los cargos mayores que se nos imputan. Hoy nadie con un mínimo rigor puede sostener semejantes acusaciones. La Reconquista no fue una pérdida cultural, sino al revés, un progreso. En América nunca hubo un genocidio, al contrario, bajo la corona española se mató mucho menos que bajo la dominación azteca o inca. La Inquisición nunca fue el pozo de sangre que nos ha vendido. Ni la contrarreforma católica fue más severa que la reforma protestante, más bien al contrario. La leyenda negra antiespañola es, simplemente, mentira. La hispanofobia no es más que falsa propaganda.
Sin embargo, hay algo que agrava las cosas, a saber: la cultura española, desde hace muchos años, vive sumergida en esa hispanofobia. La crítica global a España y su historia, propulsada por los liberales en el siglo XIX y por las izquierdas en el siglo XX, y convertida en doctrina oficial por progresistas y separatistas en el siglo XXI, ha terminado convirtiéndose en un lugar común de nuestra vida pública. Hoy, en España, lo políticamente correcto es ser hispanófobo. En el pasado fue una pose estética: aquello de “si habla mal de España, es español”. Pero hoy es peor: hoy es la ideología dominante. Y la pregunta es si alguien puede construir sensatamente un país cuando la primera base de consenso es que el país no vale la pena. ¿Es posible dejar atrás esa estúpida hispanofobia, ese odio necio a lo español?
https://www.youtube.com/watch?v=U_8a...&feature=share
Payne, Elliot, Kamen, Thomas…
Diez extranjeros ilustres desmontan la Leyenda Negra antiespañola
Rafael Núñez Huesca / 15 octubre, 2017
“España es la sabia Grecia, la imperial Roma, Inglaterra el corsario turco”. Son palabras del abuelo de Charles Darwin. No es el único. Recogemos una decena de testimonios de grandes historiadores que derriban la imagen secular de una España cruel, fanática y oscurantista.
1. “La leyenda negra fue una maniobra de propaganda de los protestantes, comenzando por el papel desempeñado por Antonio Pérez”.
“Destacó la actitud de la Iglesia católica en México, mucho mejor que la religión de los aztecas. También llevaron la rueda, el trigo o el caballo, que contribuyeron positivamente a la vida en el continente. Claro está que en el lado negativa destacaron las acciones bélicas, aunque ganaron las batallas con muy poca gente, una hazaña extraordinaria”.
Hugh Thomas (Inglaterra, 1931-2017), historiador.
2. “A nivel académico, todos los historiadores, sean o no españoles, están de acuerdo en subrayar que las acusaciones que contiene la Leyenda Negra son falsas, de mala fe y muy exageradas. En este aspecto hay unanimidad”.
“Una vez desaparecido el fundamento de la Leyenda Negra, permanecen prejuicios, por ejemplo, sobre la importancia o la influencia que pudo tener la Inquisición, la intolerancia, la poca disposición que se dice que tienen los españoles para las actividades económicas… Hay una serie de opiniones que circulan y que no merecen mención especial, pero que son muestra de la ignorancia que se tiene todavía, en varios casos, de España”.
Joseph Pérez (Francia, 1931), historiador.
3. “Es posible apreciar un claro cinismo al ver sustituida la contaminada palabra conquista por pacificación en las ordenanzas reales de 1573, pero la preocupación por el bienestar de los indígenas y la salvación de sus almas fue una constante”.
“Hubo muchas atrocidades, mucha crueldad, como suele pasar en cada conquista. Pero también hubo un empeño de la Corona y la Iglesia en proteger a los indios. La leyenda negra es el resultado de lo que pasó y de la publicidad del libro de Bartolomé de las Casas sobre la destrucción de las Indias, pero en parte también de lo que estaba pasando en Europa. Por ejemplo, el intento de España de suprimir la revuelta de los Países Bajos. Los Tercios de Flandes tenían fama de ser muy crueles. También fue fomentada por el protestantismo. La leyenda negra ha sobrevivido a la época del poder imperial y todavía sigue en pie”.
John Elliot (Inglaterra, 1931), historiador.
4. “En mis viajes por el inabarcable imperio español he quedado admirado de cómo los españoles tratan a los indios, como a semejantes, incluso formando familias mestizas y creando para ellas hospitales y universidades, he conocido alcaldes y obispos indígenas y hasta militares, lo que redunda en la paz social, bienestar y felicidad general que ya quisiéramos para nosotros en los territorios que con tanto esfuerzo, les vamos arrebatando”.
“Parece que las nieblas londinenses nos nublan el corazón y el entendimiento, mientras que la claridad de la soleada España le hace ver y oír mejor a Dios. Sus señorías deberían considerar la política de despoblación y exterminio ya que a todas luces la fe y la inteligencia española están construyendo, no como nosotros un imperio de muerte, sino una sociedad civilizada que finalmente que finalmente terminará por imponerse como por mandato divino. España es la sabia Grecia, la imperial Roma, Inglaterra el corsario turco.”
Erasmus Darwin (Inglaterra, 1731-1802), médico y filósofo; abuelo de Charles Darwin.
5. «Es inaudito. Los únicos en todo el mundo que se creen ya la Leyenda Negra a pies juntillas son ustedes, los universitarios españoles. Me abochorna.»
Henry Kamen (Birmania, 1936), historiador.
(La anécdota se produjo durante un curso de verano en El Escorial. Ante un público compuesto en su mayoría por universitarios, el hispanista trazaba un retrato objetivo, con luces y sombras, de Felipe II. Los jóvenes reaccionaron tildando al Habsburgo de tirano mezquino, rencoroso, fanático e hipócrita)
6. “[…] Los españoles no exterminaron a ninguna nación aborigen -como exterminaron docenas de ellas nuestros antepasados los ingleses- […]”.
” […] Entre el Cabo de Hornos y el Polo Norte no había ni una mala casucha inglesa ni un solo hijo de Inglaterra […] España […] Se desangró por una conquista tan enorme que ni aún hoy podría nación alguna dar hombres o dinero necesario para poner la empresa al nivel del progreso mundial […]”.
Charles F. Lummis (EEUU, 1854-1928), historiador.
7. “El mundo le debe (a España) haber logrado la recuperación de España para la Europa cristiana durante la Reconquista. Así como la extensión de la cultura occidental en su versión española al resto del mundo a partir del Descubrimiento de América. También los primeros brotes del Derecho internacional y la derrota del imperialismo napoleónico”.
Stanley G. Payne (EEUU, 1934), historiador.
8. “En el siglo XVI, en el inicio de la época moderna, cuando aún no había llegado la Ilustración, cuando Europa no tenía todavía dos o tres siglos de desarrollo intelectual a sus espaldas, españoles importantes y con influencia, como Francisco de Vitoria, Bartolomé de las Casas, toda la Escuela de Salamanca, preguntaban cuáles serían las cuestiones morales y legales que deberían reglar todo el proceso del imperialismo, del colonialismo. Eso es impresionante”.
“Con una historia así de impresionante hay muchísimos motivos para estar orgulloso de ser español. Vamos, hay muchos más motivos para estar orgulloso de ser español que de ser británico, o incluso francés”
Robert Goodwin (Inglaterra), historiador.
Grabado de Thierry de Bry. Sus piezas contenían escenas brutales y ayudaron a difundir la Leyenda Negra.
9. “La Humanidad debe gratitud eterna a la Monarquía española, pues la multitud de expediciones científicas que ha financiado ha hecho posible la extensión de los conocimientos geográficos.”
“Por virtud de un prejuicio muy generalizado en Europa hay la creencia de que se han conservado muy pocos indígenas de tinte cobrizo… En la Nueva España, el número de indígenas se eleva a dos millones, contando sólo los que no tienen mezcla de sangre europea… Y lo que es más consolador aún, habrá que repetirlo, lejos de extinguirse, la población india ha aumentado considerablemente durante los últimos cincuenta años, como lo prueban los registros de la capitación y los tributos”.
“Los monarcas de España, tomando el título de Reyes de las Indias, han considerado estas provincias lejanas más bien como partes integrantes de su monarquía, y como provincias dependientes de la Corona de Castilla, y no como colonias en el sentido que, desde el siglo XVI, ha significado esta voz para el resto de pueblos de Europa”.
“Ninguna ciudad del nuevo continente, sin exceptuar las de Estados Unidos, presenta establecimientos científicos tan grandiosos y sólidos como la capital de la Nueva España”.
“¡Esto debe saberse en Europa! Los mineros de la Nueva España son los mejores pagados del mundo, ellos reciben de seis a siete veces más salario por su labor, que un minero alemán.”
Alexander von Humboldt (Prusia, 1769-1859), geógrafo, astrónomo, naturalista.
10. “Los españoles tuvieron una clara superioridad sobre los demás pueblos: su lengua se hablaba en París, en Viena, en Milán, en Turín; sus modas, sus formas de pensar y de escribir subyugaron a las inteligencias italianas y desde Carlos V hasta el comienzo del reinado de Felipe III España tuvo una consideración de la que carecían los demás pueblos.”
Voltaire (Francia, 1694-1778), escritor, historiador, filósofo.
Alguna publicidad valiente y la ayuda desinteresada de muchos lectores como tú han hecho posible esta noticia. Conoces nuestra línea editorial, a contracorriente de la ideología dominante y desacomplejadamente comprometida con la dignidad humana, la unidad de España y la identidad de Europa. No es fácil ni es barato sostener un medio de comunicación que beba de estos postulados, siempre contra los más poderosos. Por eso te pedimos que nos ayudes con una aportación, que formes parte de nuestro proyecto, que ayudes a que sigamos incordiando al Poder. Puedes hacerlo de varias maneras, infórmate aquí.
Leer más…
Diez razones para estar orgullosos de España
_______________________________________
Fuente:
https://gaceta.es/espana/10-extranje...20171015-0307/
Entrevista a Pedro Insua sobre su libro 1492
https://www.youtube.com/watch?v=cIyqoLjJJDA
Dejo este aporte aquí
Y este en inglés
La Leyenda Negra, historia del odio a España por Alberto Ibáñez
https://www.youtube.com/watch?v=YXTBl7CvmVM
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores