Los indios de Norteamérica tenían caballos gracias a los Reyes Católicos
Las películas de Hollywood nos han hecho llegar una imagen de los indios norteamericanos en la que los caballos son esenciales. Los pieles rojas, los pies negros y las demás tribus, cuyos nombres también conocemos gracias al cine en la mayoría de los casos, cabalgaban sobre las llanuras a lomos de caballos, defendiendo sus territorios frente a los colonos y viendo al caballo de hierro echar humo y cruzar su mundo a toda velocidad. Pero esos caballos no estaban allí, en América, desde siempre, sino que llegaron en el siglo XVI y XVII gracias a los españoles.
Todo se remonta a un documento firmado por los Reyes Católicos en 1493, autorizando la exportación al Nuevo Mundo de caballos. En Europa el caballo había sido un elemento esencial en la vida y, especialmente, en la guerra. Sin ir más lejos, la Edad Media no se comprende sin la caballería. En América, en cambio, no había caballos entonces y cuando los conquistadores españoles comenzaron su alucinante aventura de descubrimiento y conquista, solicitaron a los reyes españoles que autorizaran el envío de algunos animales.
Los reyes firmaron la cédula que permitía la exportación en ese año, y veinte caballos y cinco yeguas del Reino de Granada cruzaron el Atlántico y llegaron al nuevo continente. La importancia de los caballos para la conquista de América es indudable, pero también se usaron en otras labores y poco a poco fueron ganando terreno, llegando a tener presencia de norte a sur.
Es de suponer que algunos caballos llegaron a escaparse o quedaron libres por algún motivo, y formaron manadas salvajes, que acabaron siendo la fuente de la que los indios tomaban sus monturas. Con el paso del tiempo, los cimarrones y los mustangs se hicieron parte esencial de la vida de los nativos. Así, los caballos de los pieles rojas, los sioux... provenían de los españoles y llegaron allí, a América, gracias a la autorización de los Reyes Católicos a hacerlo.
Hay algunas teorías que aseguran que hubo caballos en América hace unos 15.000 años, pero llegaron a extinguirse y lo que sí es cierto es que volvieron allí, muy cambiados, con los españoles. También los del sur, los que montaron los gauchos, descienden de animales llevados hasta América por los conquistadores.
Dicho todo esto, y volviendo al mundo del cine, no deja de ser curioso que tantas películas del oeste, como se conoce popularmente a los western, fueran rodadas en el sur de España con los indios montando caballos españoles, pero del siglo XX.
Los indios de Norteamérica tenían caballos gracias a los Reyes Católicos - Curistoria - Curiosidades y anécdotas históricas #Curistoria
El origen español del mustang, el caballo protegido de los EEUU
por José Carlos Mena | Oct 21, 2022
Películas del Oeste
En las películas del oeste americano, hemos visto muchos sobre como, en extensas y áridas llanuras, los valientes y aguerridos indios, denostados por los yanquis, casi aniquilados en la actualidad, montan hábilmente sobre robustos caballos, denominados “mustangs” por los anglosajones. Hombre y animal, en aquellas época de tribus nómadas, formaban un todo, pues el caballo, en la cultura india, era adorado y anhelado, esencial. Sin caballo no eras nada.
Pero ¿de dónde salieron aquellos caballos si se extinguieron en Norteamérica a finales del pleistoceno? Pues aquí entran en juego los conquistadores españoles que llevaron esos primeros caballos al nuevo mundo. Es cierto que Hernán Cortés, al desembarcar en Yucatán llevó los primeros caballos (solo 16) pero aquellos no influirían para nada en el norte, pues no serían antecesores de los mustangs.
Los padres de los mustangs
Los padres de los caballos amados por los indios sí pueden considerase aquellos cientos que llevó el explorador y conquistador Juan de Oñate, en su expedición mítica hacia Quivira. Un camino largo, en tierra lejana, por desérticos paisajes y con tribus hostiles. Familias enteras, rebaños de ganado, soldados y sobre todo caballos, muchos caballos. Era fundamental para salir airosos del envite, de la aventura.
Y durante aquella larga caminata, donde cualquier detalle era determinante para perder la vida o alargarla, fueron perdiéndose caballos. Unos se perdían por las praderas, otros eran robados por los indios en el Camino Real, que jamás habían visto un animal igual. Sí, eran altamente codiciados, pues vieron sus enormes posibilidades a la hora de desplazarse a otro lugar o de acometer un ataque, así que cuando podían, que era a menudo, robaban caballos. Y aunque no sabían montarlos al principio, fueron acostumbrándose a su presencia y aprendieron a montarlos con mucha soltura, ¡vaya si aprendieron!
Juan de Oñate
Aquellos primeros caballos, llevados por el atrevido Juan de Oñate sí fueron los padres de los mustangos o mesteños. En la inmensas llanuras norteamericanas, sin depredadores, se multiplicaron por rapidez y formaron enormes manadas. Animales de pequeña alzada, robusta apariencia, perfil clásico, con cuello grueso y crin abundante. Así, poseían unos duros y resistentes cascos, cuestión crucial para desplazarse por aquella dura y abrupta tierra, poder trasladar el campamento a otro lugar o cazar con mayor seguridad.
Los mustangs o mesteños, los caballos adorados por los tribus indias norteamericanas, tuvieron su origen en los caballos andaluces o hispano-árabes que llevó Juan de Oñate por aquellas tierras. Un valioso animal que cambió para siempre el modo de vivir de aquella gente. Otra huella más de España en los EEUU.
A principio del siglo XX las manadas de mesteños fueron un problema y se decretó su caza para regular su número. En 1971 el Congreso de los EEUU, tras una merma considerable de caballos, aprobó una ley para declarar el mustango especie protegida.
Para saber más sobre el asunto de los caballos mesteños, sobre los exploradores españoles y sobre la épica expedición del adelantado Juan de Oñate os aconsejo los siguientes libros:
- BANDERAS LEJANAS: LA EXPLORACION, CONQUISTA Y DEFENSA POR ESPAÑA DEL TERRITORIO DE LOS ACTUALES ESTADOS UNIDOS de Carlos Canales y Fernando Martínez Laínez
- EL ADELANTADO JUAN DE OÑATE, de Álber Vázquez
https://sonrisasenelcamino.es/el-ori...o-de-los-eeuu/
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