DERRUMBANDO EL MITO DE LOS NOBLES SALVAJES por FERNANDO TRUJILLO
La base de la ideología indigenista es el mito del buen salvaje o el noble salvaje propuesta por Rousseau. Este mito explica un pasado utópico en el que el ser humano era bueno por naturaleza, inocente hasta la llegada de la civilización que lo corrompió.
Ahora, esta tesis la aplican los indigenistas con los pueblos nativos de América antes de la llegada de los españoles y aún después de esta. La Leyenda Negra extendió por toda Europa la visión positiva de los pueblos indígenas descritos como buenos, inocentes, ingenuos y amables en contraposición al español descrito como codicioso, sádico, fanático y cruel.
Tal visión simplista y absurda de la historia sigue teniendo una vigencia muy fuerte dentro de nuestra cultura, reforzada por libros como “La Venas Abiertas de América Latina” de Galeano y los grupos indigenistas.
El concepto es bastante rentable entre los grupos populistas y neomarxistas de nuestro continente, culpar al europeo y sus descendientes—más concretamente al español—de todos los problemas económicos actuales, de la miseria y de la condición de tercer mundo entre los indígenas.
Los grupos de anarquistas primitivistas se basan en esta tesis para decir que el ser humano vivía en un estado de igualdad sexual, comunión con la naturaleza y felicidad antes del arribo de la civilización y más concretamente del capitalismo.
Todas estas tesis que hablan del hombre bueno por naturaleza y del mundo natural como un estado idílico son absurdas y totalmente estúpidas, pero que sin embargo han sido usadas por los indigenistas para crear su propia visión del mundo prehispánico.
Podríamos decir que el hombre no es bueno ni malo, es una bestia que lucha y mata por instinto, que es una criatura depredadora y a la vez llena de inventiva que abandonó el “estado natural” para crear, construir y diseñar métodos para facilitarle la vida, como la rueda. Podríamos continuar por decir que el mundo natural no es ese paraíso utópico que se imaginan los primitivistas e indigenistas por igual sino un terreno hostil en el que predomina la lucha por la vida, la depredación, la brutalidad y la conquista del poder.
Fuera de toda idealización la naturaleza humana y la naturaleza misma no están encadenadas a moralismos y utopías propios de mentes estrechas y acomplejadas.
La idea del buen salvaje en nuestra historia ha sido y es un impedimento para poder ver la historia como es, lejos de idealismos y utopías imposibles. Sin héroes ni villanos, sólo hombres que lucharon, que conquistaron, que derramaron sangre y que eran seres humanos capaces de grandes hazañas y grandes atrocidades.
La idea del buen salvaje en América ha sido impulsada por grupos indigenistas y por el sistema educativo de México, en donde se habla de las civilizaciones prehispánicas con idealismo mientras que la llegada de los españoles se ve como un acontecimiento nefasto.
Esta visión tan simplista de la historia va de acuerdo a la ideología indigenista que al igual que el Sistema—al que irónicamente dice combatir—impulsa la misma leyenda negra y los mismos mitos.
El ensayo de Eduardo Galeano “Cinco siglos de prohibición del Arcoíris en el Cielo Americano” expresa su propia visión idealizada de los pueblos americanos y critica como es obvio la herencia europea.
El ensayo es basura pura desde su comienzo en el que cito textualmente: “El 12 de octubre de 1492, América descubrió el capitalismo” nada más risible sabiendo que las potencias capitalistas de ese momento eran Inglaterra y Holanda, ambas enemigas de España que aún conservaba una monarquía tradicional.
El ensayo no deja de ser tendencioso y absurdo pero lo cito porque es un ejemplo de la idealización ridícula y victimista del indio americano.
La imagen de los indígenas nobles expresadas en el ensayo solo existe en la cabeza de Galeano y de los indigenistas en general.
Para empezar Galeano asegura que no golpean a los niños y los dejan andar libres ¿De dónde saca esto? Por ejemplo los aztecas, pueblo belicoso golpeaba a los niños para endurecerlos y les aplicaban castigos físicos en caso de un mal comportamiento.
Otro disparate dentro del ensayo es que los indígenas comparten todo y no tienen el concepto de propiedad privada como si hubieran sido una especie de paraíso anarquista, los indígenas en México tenían imperios, reinos, poseían esclavos y propiedades, eso está ampliamente documentado. La idea de indígenas viviendo en un estado de anarquía utópica sólo cabe en las cabezas de los indigenistas.
Antes de la llegada de Cortés a México el Imperio Azteca exigía sangrientos sacrificios en honor a Huitzilopochtli y sus ritos incluían la antropofagia, los mayas en su decadencia rendían crueles sacrificios humanos y mantenían una sangrienta tiranía.
La idea de los mayas sabios y bondadosos que tenemos en la memoria colectiva tiene su lado oscuro en los guerreros que rendían sacrificios sangrientos a sus dioses.
Entre los indígenas existieron el machismo, el fanatismo religioso, el rapto de mujeres y la brutalidad del mundo natural, el negarlo es negar una parte de la historia de nuestra tierra, es mitificar una imagen que han creado un grupo de desquiciados y resentidos sociales para tener más fama y poder.
Si hemos visto los aspectos más crudos de otras civilizaciones como los griegos, los romanos, los vikingos, los babilonios y los chinos ¿Por qué con el indígena es diferente? Porque es un pilar fundamental para los grupos indigenistas que lucran con esta imagen, porque su beatificación es un arma de un Sistema que no quiere la unión sino el odio y la intolerancia.
Los pueblos indígenas tuvieron sus virtudes y sus aportaciones a la humanidad, pero también tuvieron su lado oscuro y sangriento, aunque se le niegue pero existió, es parte de su historia. El negarlo como lo hacen los indigenistas es de algún modo un tipo de racismo.
Las tribus del Amazonas viven luchando entre ellas, raptando mujeres de tribus enemigas y violándolas en grupo, entre estas tribus la más peligrosa es la tribu yanomami, una de sus costumbres en la guerra es la de robar a las mujeres del enemigo y violarla masivamente, después de las violaciones las asignan como esposas a guerreros particulares.
El famoso caso de Helena Valero es una prueba escalofriante quien fue víctima de violaciones por parte de los yanomami además de ser testigo de su crueldad al masacrar a tribus enemigas, matar brutalmente a los niños y raptar a las mujeres.
Lejos de las idealizaciones de Galeano y otros indigenistas, las tribus nativas tienen sus matices brutales y abominables pero su beatificación por parte de la historia oficial nos impide verlos como los seres humanos que son, con sus virtudes culturales pero también con sus propias oscuridades.
Investigaciones antropológicas, excursiones de investigadores a las tribus indígenas e incluso la película de terror Holocausto Caníbal han contribuido a derrumbar parte del mito del buen salvaje de nuestra conciencia colectiva. Sin embargo, el poder de los grupos populistas, la censura de la historia oficial y el tabú del racismo nos impiden investigar y descubrir las verdades del indígena americano.
El indígena sigue siendo un ser casi beato, su historia es incuestionable, su imagen como un ser noble y pacifico en armonía con la naturaleza perdura en la historia oficial y es obligatorio que se le venere aunque esta imagen no corresponda a la realidad.
Presidentes como Evo Morales y el fallecido Hugo Chávez se dieron a la tarea de elevar el populismo y el indigenismo hasta niveles incuestionables, lo mismo que los grupos populistas en todo el continente de habla hispana.
El mito del buen salvaje sirve como arma política para servir en causas populistas y conseguir el apoyo fanático de las masas indígenas de nuestros países, se ha vuelto un concepto incuestionable, un ídolo de pies de barro usado por charlatanes y demagogos de la extrema izquierda.
La tarea del revisionista en América es el de derrumbar este mito, es el de estudiar las culturas indígenas con todos sus rasgos tanto positivos como negativos. Derribar un ídolo falso y derribar las mentiras de la izquierda, de los grupos indigenistas y de los nuevos caciques que viven a expensas de las masas.
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Fuente:
FD: DERRUMBANDO EL MITO DE LOS NOBLES SALVAJES por FERNANDO TRUJILLO
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