Si al otro lado del charco nos llaman la Madre Patria no es sólo porque hayan heredado nuestra lengua y nuestra cultura (aportando de paso lo mucho que tenían de bueno), sino porque de hecho muchos llevan genes nuestros en mayor o menor medida. El mestizaje no es lo único que define a la Hispanidad, pero es parte importante de ella. Eso es verdadera integración, una integración positiva. Ni antes ni después de la emancipación se fomentó el mestizaje; se dio de forma espontánea porque había más indias que españoles.
Los españoles eran minoritarios frente a una elevada población indígena. No es de extrañar que muchos se casaran con las naturales de aquellos territorios, que por cierto, suelen tener una gran belleza de facciones y una melodiosa voz que enamora a un bloque de piedra. Por eso nos consideramos una misma familia hispánica. Otros imperios han dado lugar a mancomunidades económicas, como la Commonwealth, o a la Francofonía, que no pasa de ser algo cultural. Pero
los en el mundo hispano hay además lazos de sangre, verdaderamente son naciones hermanas, como las llamamos nosotros, y somos la Madre Patria, como nos llaman muchos afectuosamente. Nunca he considerado extraños a
los hispanoamericanos ni me sentì extraño en
los muchos años que viví al otro lado del Atlántico. Siempre me sentí en casa, y a
los que vienen por aquí
los veo como a parientes que han venido de lejos.
Marcadores