Y es fácil que impere el relativismo, que se convierte en el " dogma del Estado " o de la constitución...Confundes libertad, hechos concretos, con el abstracto de la Revolución. Un estado ateo jamás podrá entender el correcto funcionamiento de una sociedad. Ni en economía ni en política. Y cuando la libertad es un abstracto, es cuando más cancha se le da a la " clase política " y a la engañifa de " un hombre, un voto ". Porque realmente no se sabe ni a quién vota ni qué representa. El final: Repartir destinos para tener amarrada la clientela. Es imposible la justicia sin unos valores claros; y esos valores sólo los aporta el marco de la Religión.
También depende de lo que se entienda por libertad....Para mí no hay libertad para blasfemar, o para negar a la Patria; o para no respetar la diversidad de la misma; para aguantar el engaño de unos sindicatos cipayos del capitalismo; de explotar y promocionar desmanes; no hay libertad para el delincuente. No quiero negociar con terroristas, violadores, etc. . Si esto es libertad, me cago yo en la libertad. Si por la contra entendemos libertad con un mensaje responsable, con una protección a la economía, con un marco político adecuado desde el más hondo municipio, desde la función social de cada cual....Una libertad consciente. Y vamos a lo mismo: Estos son hechos concretos. Para que así funcione mejor la sociedad. Nunca viviremos la panacea pues el Reino de los Cielos no es de este mundo. Pero sí podemos ayudar a hacerlo mejor. Y eso, pues tiene que ser desde ese marco. Aparte que España, sin la Santa Cruz, no es España.
Lo que no se puede ni se debe es promocionar un sistema que se basa en la esclavitud, en lo relativo, en el caciquismo; y encima argumentar que éste genera riqueza y combate pobreza. Porque para que este sistema siga, necesita toda esa mano de obra barata. Como efecto, el fenómeno moderno de la inmigración, amén de todos los desórdenes sociales, de gente que no sabe a dónde va ni de dónde viene, y cuyo único objetivo en la vida no es ya comer mucho, sino cosas aún peores y más materialistas aún. Si no tenemos ese concepto trascendental, que tiene su aplicación práctica, entonces es mejor que nos vayamos todos al carajo.
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