¡Excelente texto, Cruz!, marche rep![]()
P.D.: Donoso, ¿para cuándo la balancita?![]()
Tomado de CATAPULTA n° 24 del 19 de enero de 2007 (artillero: Augusto Padilla).
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19/01/2007 - HISPANOAMERICA: UN TEXTO CLAVE DE JAIME EYZAGUIRRE
“La independencia de Hispanoamérica cortó los vínculos políticos de nuestros pueblos y los precipitó en la desintegración, cuando no en la lucha a muerte de unos contra otros. Pero hay todavía que agregar que a la desarticulación del cuerpo siguió el rechazo de la antigua alma colectiva y la búsqueda afanosa de la razón de vivir en fuentes exóticas. Con orgullo infantil el hispanoamericano dio de espaldas a una historia que estimó en definitiva agotada y sin discernimiento no supo diferenciar lo que podía haber de circunstancial y pasajero, de aquello que era realmente eterno y vital en la propia cultura…Estaba ebrio de libertad, pero en lugar de saciarse en la raíz de los viejos fueros y de los altivos Consejos castellanos, abolidos por el absolutismo, y que eran las más antiguas y más grandes manifestaciones de libertad en Occidente, se echó en brazos franceses e ingleses, para calcar sobre estos modelos su vida política.”
“Porque nuestra estúpida América de la apostasía vio en el federalismo yanki, el jacobinismo francés y el parlamentarismo británico, otros tantos talismanes que la sacarían sin esfuerzo de su notoria ruindad. Y apenas logró robar la burda costra exterior sin llegar al alma de esos pueblos que mientras tanto seguían fieles a su propia y legítima evolución”
“En más de cien años de “vida libre”, Iberoamérica no ha dicho al mundo una sola palabra que merezca recordarse. Su andar vegetativo y rastrero ha logrado concitarle sólo el desprecio universal. Manos fuertes y ávidas han aprovechado su cuerpo cargado de impudicia, porque como una vil cortesana está pronta a entregarse en los brazos del primer triunfador. Inútil es que procure descargar sobre otros la culpa de sus extravíos, cuando el indiferentismo o la traición de sus hijos abre la puerta a la sórdida insolencia de los extraños”
*Hispanoamérica del dolor, Editorial Universitaria, Santiago de Chile,1969,págs.37/39.
Nota catapúltica: el brillante y certero texto del gran historiador hispano-chileno pone el dedo en nuestras llagas. En síntesis: mientras no recuperemos nuestra identidad estaremos sometidos a extraños proyectos ideológicos, sean de cepa liberal (el panamericanismo) o marxista (el socialismo pachamámico del malèfico Evo Morales).
Hay que romper el cerco que nos han tendido, por un lado, los adoradores del dios mercado y, por el otro, los malditos antropólogos que reivindican a comedores de corazones humanos"
¡Excelente texto, Cruz!, marche rep![]()
P.D.: Donoso, ¿para cuándo la balancita?![]()
Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
Buena reflexión. Ya me había referido en el hilo sobre las papeleras como el proceso de independencia acabo destruyendo la integración de los pueblos de hispano américa, siempre a favor de los intereses anglosajones del capital( Lo cual no quiere decir que no comparta tu punto de vista sobre la complejidad de la historia ni sobre las razones iniciales del proceso de emancipación, pero luego de la infilltracion del liberalismo masónico, las consecuencias están a la vista) para que luego los típicos progresistas digan que España es la culpable del saqueo de AméricaSigue siendo curioso como le hacen el juego estos supuestos intelectuales de izquierda a la versión liberal y anglófila.
Hablando de papeleras, Cruz, ya que somos compatriotas, me gustaría saber tu opinión con respecto al conflicto de las papeleras, inicie un tema al respecto.
Pax et Bonum
Última edición por Josefo; 20/01/2007 a las 18:49
" Hoy no me pienso ahorcar " ( G.k Chesterton)
Excelente texto, gracias por el dato, A ver si encuentro el libro.
En verdad es bastante evidente lo que señala, lástima que la gente no se dé cuenta, no reflexiona, por no decir que no piensa. Ahí está la verdad y siempre lo ha estado, frente a nosotros.
De hecho, puedo asegurar que casi nadie -gente común hablo- ha de saber quién es Jaime Eyzaguirre. Yo mismo de hecho vengo hace poco conociendo a hispano-chilenos defensores de la Hispanidad, estamos muy desinformados ciertamente.
Aprovecho de agradecer a este foro y sus miembros.
Saludos a todos y que vivan por siempre las Españas.
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La identidad hispana en Jaime Eyzaguirre
“para Eyzaguirre cada pueblo tiene una alma colectiva propia, que en su esencia está lo verdadero y trascendente, que debe ser defendido y valorado, para no perder el rumbo en nuestro “destino histórico” El siguiente texto es un fragmento del trabajo titulado “Discurso identitario hispanista y de la cultura popular: el caso chileno”, de Roberto Rojas Cisterna, estudiante de Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de San Sebastián (Chile), publicado en el sitio web de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).Portada de “Hispanoamérica del dolor” (1969), de Jaime Eyzaguirre, (edición de Editorial Universitaria, Santiago de Chile).
Elementos centrales del discurso hispanista El discurso identitario desarrollado por Jaime Eyzaguirre, el cual es de una corriente denominada hispanismo, que consiste en que Chile no puede definir su identidad sin mirar su relación con España, la “Patria Grande”, que trae los valores constitutivos de nuestra idiosincrasia, a saber, la lengua española, la religión cristiana-católica que conlleva a una conciencia de la dignidad de la persona y a una moral de respeto por la vida, las instituciones y un orden político jurídico de raíz occidental, que son elementos esenciales de nuestra cultura y que se mantienen en el tiempo. El objetivo principal del discurso hispanista es la revalorización de la herencia hispana, como elemento constitutivo de la identidad chilena, pero además es su lucha Contra un indigenismo romántico y marxista, contra un panamericanismo imperialista y sin alma, cabe pues oponer la confiada afirmación del patrimonio hispano-americano… lo que cabe es abandonar los caminos mercenarios y actualizar, no de manera idéntica sino que análoga, los valores eternos que alimentaron en América el único esbozo de verdadera y genuina cultura continental (Eyzaguirre, 1939, p.18, citado en Larraín, 2001, p.62). Es de esta forma que este discurso identitario, surge también como un pensamiento de “trinchera”, que busca conservar la esencia verdadera de nuestra cultura, ya que para Eyzaguirre cada pueblo tiene una alma colectiva propia, que en su esencia está lo verdadero y trascendente, que debe ser defendido y valorado, para no perder el rumbo en nuestro “destino histórico”. Lo indígena: prehistoria de “la sangre y el espíritu” Los pueblos prehispánicos de Chile no son considerados sino como la “materia prima” o “lienzo” en donde lo español traza y configura toda su genialidad y alta cultura, debido a que “la idea de patria no podía brotar de los labradores del valle central, de los guerreros de la Araucanía, de los pehuenches, puelches y poyas de las cordilleras, ni de los cazadores y pescadores de tierra del fuego” (Eyzaguirre, 1998, p.13), porque es la cultura hispánica que une a la diversidad en un todo, ya que supera los avatares de la difícil geografía del territorio, plagado de cordillera, desiertos, grandes ríos y largas distancias, configurando la idea de nacionalidad y sentido de pertenencia a los habitantes del territorio, de esta forma, los introduce a tener un devenir histórico, motivo del “choque de razas inconexas, de angustias dispares, ha brotado el alma de la América Hispana. Alma compleja y múltiple, rica como ninguna y apenas revelada aún en sus posibilidades” (Eyzaguirre, 1986, p.28). Esto es consecuente al planteamiento hispanista que subordina toda la riqueza de la diversidad y formaciones sociales de los pueblos indígenas al genio conquistador y cultura superior de la cultura española, que permite “producir el milagro de la cohesión americana” (Eyzaguirre, 1986, p.29)., esto gracias a que “cuando el indio americano, rescatado de la obscuridad de sus ídolos, conoció al Dios del amor y se dirigió a ÉL con las voces tiernas y confiadas del Padrenuestro, no lo hizo en francés ni en italiano, sino que en viril lengua de Castilla” (Eyzaguirre, 1986, p.30), lo que demuestra un etnocentrismo hispanista que con ojos de hoy, nos puede chocar un tanto ese tipo de afirmaciones más pirotécnicas que rigurosas. Lo español: Tradición y raza ecuménica En palabras de Eyzaguirre (1986) la tradición es Hablar la propia voz, es marcar la vida con el sello vernáculo, es escribir mil palabras con la pluma propia, firme e inconfundible. Tradición es algo que trasciende a la mutación incesante del tiempo, es vida, es germen activador, siempre fecundo, nunca agotado. Es tradición todo aquello que ha llegado a incorporarse a los pueblos como algo inherente de su propia persona, y de la cual no podrían ellos prescindir sin poner en peligro su existencia misma (p.40). Es la tradición el pilar de la identidad, la esencia misma de la patria y nación, que comparten los pueblos de herencia hispánica, que los hace parte de una cohesión basada en el reconocimiento de los valores de la “dignidad humana y la conciencia de una ley moral que rige la vida…” (Eyzaguirre, 1986, p.41). Esta tradición ha sido traída a América por la cultura española, proveniente de la península Ibérica en Europa, que “carga un raro y contundente destino de universalidad” (Eyzaguirre, 1998, p.14) en donde “innumerables pueblos fueron allí a volcar su sangre, a dar forma a la raza y molde a su genio. Se llamaron iberos, celtas, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos, vándalos, suevos, alanos, árabes, judíos” (Eyzaguirre, 1998, p.14)., los cuales configuran a la cultura española que desembarcará con una misión histórica trascendente en las costas del “nuevo mundo”, gracias a un temple forjado a pulso por ocho siglos de lucha contra los árabes, dieron a la conquista de América un carácter de “cruzada religiosa”, en donde se debe imponer la “verdadera” cultura y valores, a los pueblos autóctonos de América, que viven bajo una profunda ignorancia al no conocer a Dios. Nos duele Chile, la patria chica. Nos duele Hispanoamérica, la patria grande En el contexto que escribe Jaime Eyzaguirre, se viven lo que para él son dos crisis fundamentales, por un lado la destrucción de la sociedad rural tradicional chilena (década de los 60 con la presidencia de Eduardo Frei) y por otra parte la revolución social de corte marxista-leninista, que desde la Revolución de Octubre de 1917, es un fantasma que ronda en las mentes de los conservadores. Es por este motivo que Eyzaguirre apela al “ídolo de los orígenes”, a ese pasado glorioso, lleno de gestas y grandes hombres forjadores de la nación y del Estado, que nos iluminarán con sus ejemplos de vida a tomar las decisiones correctas en el presente. De esta forma Eyzaguirre (1986) configura su Hispanoamérica del Dolor, en un grito desesperado hacia la tradición, a no caer envueltos a las nuevas modas y tendencias contemporáneas, que es en nuestro pasado y en nuestra verdadera identidad, donde podemos encontrar una guía para el futuro, revalorizando los antiguos principios heredados de España, que cada vez se niegan por toda Hispanoamérica (cabe señalar que el concepto de América Latina para Eyzaguirre es inconcebible, es un concepto “imperialista” que llama a borrar y a olvidar nuestra esencia de origen hispano).
La identidad hispana en Jaime Eyzaguirre | Hispanoamérica Unida
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