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Carta a los Españoles Americanos
CARTA A LOS ESPAÑOLES AMERICANOS
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Queridos hermanos:
En primer lugar, y tal como les adelanté a nuestros hermanos portugueses, espero que no tomen ustedes esta humilde epístola como si de un “ sentido paternalista “ se tratare; simplemente les hablo de hombre a hombre, de hermano a hermano, teniendo en cuenta que siempre aprenderé yo más de ustedes que ustedes de mí.
Antes de adentrarnos en nuestros temas, les diré ( Como ya saben algunos buenos amigos ) que mi nervio americanista sigue estimulando. Quizá “ descubrílo “ en los primerizos años universitarios, con profesores como Isabelo Macías Domínguez o Luis Navarro García. De la Historia del Descubrimiento y la Conquista propiamente dichas me fui adentrando desde la poesía gauchesca al realismo mágico. De la historiografía a la literatura, con sumo gusto y humilde aprendizaje; que en estos años, todo se viene complementando en la música criolla, con la ayuda de Félix Della Costa, entre otros. Así me fui enamorando de nuestra América, conociéndola aun en la lontananza. Vengo del terruño y la estirpe de Fray Juan Calero, posiblemente el primer español que aprendió náhuatl y que al poco de salir en la expedición de Oñate fue muerto en la Guerra del Mixtón. Soy de la Baja Andalucía rural, del antiguo Reino de Sevilla. El triángulo sudoccidental que une Sevilla, Huelva y Cádiz, cercano a Extremadura y al Algarve portugués; y que nunca dejó de mirar a las Indias de cerca. Su influencia “ dialectal “ ahí se ve, desde el Chile a Centroamérica. Así, pues, ya les adelanto que puedo ser, cuanto menos, “ propenso a la andaluzada “.
Bien, amigos, nos hallamos en hora de conmemoraciones. Por un lado, la Guerra de la Independencia Española, la guerra que inicióse por la Religión, la Corona y la Patria contra la tiranía revolucionaria de Napoleón. Guerra que no sólo fue contra girondinos y afrancesados españoles, sino contra la minoría liberal que acá conspiraba en su provecho propio mientras un pueblo entero se desangraba por defender la Tradición Española. Y en pocos años se producirán las dolorosas guerras que tanto se prolongaron en Hispanoamérica. ¿ Tiene relación una cosa con la otra ? A priori diríamos que sí, pero cuanto menos, es un tema harto complejo.
En la Guerra Española contra Bonaparte, claro está que el lema fue por la Religión, el Rey y la Patria. Claras están las dos minorías; una afrancesada, y otra “ española “ liberal, que en un momento dado incluso podría considerar a Napoleón como “ moderado “ ( Algo parecido, quizá, a bolcheviques contra mencheviques ). Pero…¿ Qué pasó en los Reinos de Indias ? A los años, tan poliédrica realidad no nos hace “ ponernos de acuerdo “, es más, incluso nos enfrenta. Triste cosa es ésta; y digo triste porque por más diferencias que pueda haber en determinados “ puntos historiográficos “, parecemos tratarnos como extraños, cuando es algo que nos concierne por igual a los hermanos de las Españas. Y éste, a mi juicio, es uno de los mayores triunfos ( Si no el mayor ) de los enemigos declarados de la Hispanidad. Éste es el mayor triunfo ante muchas páginas y pocas conclusiones realmente claras, ante las muchas pasiones. Y es que Dios, Patria y Rey fue un lema que ondearon en determinados momentos ambos bandos en las Guerras Americanas....
A mi juicio, en todo caso, las Guerras Civiles Hispanoamericanas fueron algo parecido a lo que ocurrió a inicios de la dieciochesca centuria en la Vieja España ( Con muchos matices, claro está ). Y sí, digo “ Guerras Civiles Hispanoamericanas “ porque creo que eso realmente es lo que fue. No fue una guerra “ total “ entre Contrarrevolución y Revolución ( Porque de eso hubo en ambos bandos ); y tampoco fue una guerra de invasores e invadidos. Fue una guerra entre españoles, entre españoles americanos primordialmente. Podríamos empezar preguntándonos, como lo hace el argentino José Manuel González en la revista “ Maritornes “ ( El artículo que él mismo denominó “ La Cueca Larga de los Pincheira “ ), ¿ por qué nuestras guerras duraron tanto ? ¿ Por qué duraron tanto y por ejemplo en comparación a Yanquilandia o el Brasil ?
Se ha llamado y se llama libertadores a Bolívar, Miranda, O´Higgins o San Martín....Bien, yo lo que me pregunto es que si el apelativo “ libertadores “ hace referencia a una sanguinaria e imaginaria/lascasiana invasión de la que hoy habla el petro-gorila Chávez o sólo al momento de la nefasta política que acabó cuasi dominando en tiempos de la invasión revolucionaria francesa. No lo sé, pero yo pienso que, salvo los emisarios gabachos que llegaron por parte de la escoria napoleónica, los Reinos de Indias, hijos del Fuero Juzgo, las Partidas y sus propias Leyes, no estaban invadidos.
A menudo también se ha dicho que los que combatieron en el bando realista eran “ absolutistas ilustrados “, llenos de liberalismo. De ello se hizo eco Ramiro de Maeztu, a través de Raúl Vallenilla. Y como que los otros serían “ más tradicionales “. No fue así la cosa. Cierto es que en los confusos momentos aquellos en América se mezclarían muchas cosas. La sana tradición escolástica, plenamente viva en muchos pagos indianos, se iría a mezclar con las extrañas teorías del “ buen salvaje “ de Rousseau, y también iría penetrando el constitucionalismo gringo. Y lo más tragicómico del asunto es que realmente el “ buen salvaje “ no lo había inventado el nefasto Rousseau, sino que mucho antes lo había explayado en nuestra América el infumable Las Casas, como demuestra, entre tantos otros, Enrique Díaz Araujo en su genial recopilación Las Casas, visto de costado. Las Casas, aquel que trazó el primer plan para traer esclavos negros, aquel que cargaba a los indios, aquel que, contradiciendo las disposiciones de la Iglesia y la Corona jamás aprendió una sola lengua amerindia....¡ Aquel a quien Bolívar exaltó ! Esto no es de olvidarse. Como que Bolívar considerara al loco Aguirre como el primero que trazó el primer plan de independencia de América. Que Bolívar obligó a los negros a combatir en su bando so amenaza de servidumbre para ellos y su familia no lo digo yo, está en sus obras; y lo ha recogido el colombiano Luis Corsi Otálora, entre otros. El mismo autor que recoge que Belgrano, en carta a San Martín, tildara a los negros y a los mulatos de “ canalla cobarde “; ahí están sus obras de " ¡ Viva el Rei ! " Los Negros en la Independencia y Bolívar, la fuerza del desarraigo. ¿ A dónde quiero llegar con esto ? Pues que claro que en el bando realista hubo absolutistas ilustrados, que luego serían fervientes anticarlistas; pero en todo caso, no menos que en el otro bando. No fue liberaloide Agustín Agualongo, caudillo mestizo de la Nueva Granada, como no lo fue su camarada José Tomás Boves. Se aludirá a la bestialidad del criollo....¿ Pero no fue bestia la ejecución del mulato Piar ? ¿ No fue bestia hasta la entrega de Miranda ? ¿ No fueron bestias las operaciones de guerra contra un Perú mayoritariamente realista, como tantas otras partes de América ? ¿ No fue bestia la represión bolivariana contra los realistas de su propia tierra, que no fueron pocos ? ¿ Y luego la actitud de Bolívar vetando al Haití ? No entiendo, y no lo digo con mala leche, este continuo doble rasero, sin por ello tener que disculpar los excesos de Boves. Tampoco veo que Antonio Navala Huachaca y sus iquichanos, que declararon la guerra a una república que la mayoría del pueblo peruano no quiso, pidiendo la vuelta del " Inca Católico ", fueran de la cuerda “ ilustrada “. No lo fue tampoco el peruano Castilla, que como recuerda el amigo González, combatió en la primera carlistada. No creo que lo fuera Abascal, Virrey del Perú, que supo mantener el orden en la flor y nata de las Indias en los primeros años de invasión franchute. Tampoco lo vería en los Pincheira chilenos, o en sus camaradas de la isla de Chiloé.
El señor Caponnetto, cuya lectura siempre es recomendable ( De los autores que más y mejor ha argumentado contra la leyenda negra, lo cual es de agradecer ), habla mucho del “ tema de los Borbones “. En un buen artículo suyo sobre las Independencias Americanas, ha dicho, emulando a José Antonio Primo de Rivera, que si hubiera una Isabel la Católica se sería monárquico....Con todos mis respetos para tan excelente autor, este concepto me parece algo voluntarista. Es como si yo dijera que no puedo ser tradicionalista porque a día de hoy no existe un Zumalacárregui. Yo considero que la convicción monárquica, que es la que ha hecho a la Hispania Viva, es irrenunciable por más vicisitudes que uno se encuentre. La Monarquía ha sido nuestra forma política por excelencia, y lo es y lo seguirá siendo, si queremos seguir existiendo como pueblo. ¡ Así lo entendió San Martín ! Es más, pienso que un monárquico, con más convencimiento puede denunciar al mal rey, comenzando por nuestra doctrina isidoriana. Y es que todos los demás inventos, sean repúblicas o falsas monarquías, nos han convertido en lo que tristemente padecemos.
La Guerra de Sucesión la ganaron los Borbones, sí. Podemos hablar del regalismo y de muchas otras cosas que, lógicamente, nunca aprobaremos. ¿ Pero acaso eso fue patrimonio exclusivo de los Borbones ? ¿ Tenía que haber ganado la guerra un archiduque con su camarilla de jansenistas y sus aliados protestantes y por cuya dejadez se perdió Gibraltar, existiendo esta vergüenza ( Que tanto nos duele como las Malvinas ) a día de hoy ? ¿ No existió el josefismo austriaco, que fue tan asfixiante o más que el regalismo borbónico ? ¿ No traicionó Austria a Polonia cuando no mucho antes Juan Sobieski había derrotado a los turcos en Viena ? Señores: Echarle la exclusiva culpa a los Borbones no lo veo objetivo; porque en todo caso, estamos hablando de la consumación de la decadencia política de la Cristiandad, ya cristalizada en Westfalia. Por otra parte, en aquella dolorosa Guerra de Sucesión combatió a favor de los Borbones nada más y nada menos que Blas de Lezo. Y guste más o guste menos, Felipe V era el rey legítimo de España. Y no olvidemos que Felipe V apoyó a la causa jacobita, mientras que los aliados del Archiduque eran jansenistas y protestantes.
Se protesta mucho sobre los Borbones, sí, pero no veo que el nacionalismo argentino por ejemplo proteste cuando en tiempos borbónicos la actual Bolivia ( Hasta entonces, el Alto Perú, que sería un bastión realista ) pasó al Río de la Plata. Y espero que no se me entienda esto como reproche, estimados. Pero otra vez veo un doble rasero.
Y quien os dice esto es el primero que ha caído en la “ dialéctica antiborbónica “ y en el “ sentimentalismo austracista “ muchísimas veces.
D. Fernando Romero Moreno, en su muy buen artículo “ Conjetura sobre San Martín “, expone que el proyecto de San Martín en modo alguno se correspondía con los deseos de otras grandes potencias, y en especial, Gran Bretaña. Verdad es. La idea de San Martín más se correspondía con la que algunos gobernantes españoles ya habían planteado en el siglo XVIII. El amigo “ Ludovico ben Cidehamete “ ( Ya ven los muchos influjos argentinos que tengo ), en su excelente bitácora “ El Último Alcázar “, ha puesto como ejemplo a los Gálvez. Gran verdad. Desde tiempos de Carlos III se propuso una reforma en América, como “ confederación de reinos “; mas no se hizo caso. Carlos III no fue, como sabemos, el mejor gobernante que tuvo la América Española. Yo diría que fue el peor y con el que se creó la fractura más grave, empezando por su compadreo/antijesuitismo con el marqués de Pombal. Pero volviendo al amigo Romero Moreno, él puntualiza que tanto San Martín como otros se resistían, pues, a que la supuesta ayuda contra Napoleón en América ( Él había combatido con valor en Bailén ), viniera de la Inglaterra que había intentando invadir ( Y a Dios gracias que no lo logró ) el Río de la Plata pocos años antes, con el mismo Beresford. Bien, se pueden entender estas razones de descontento y desconfianza y más en el dificilísimo contexto que se abalanzaría sobre las Indias tras la invasión revolucionaria de la Madre Patria. Pero el caso es que San Martín contó con oficialidad británica en sus filas, y abundante. Como Bolívar. Y fue la Pérfida Albión, con la excusa de “ ayudar “ ( Sólo estaban defendiendo sus intereses imperialistas, que querían agrandar ) también la que se infiltró en la Vieja España. La misma que dio alas a ciertos sectores militares – Que tomarían muchas cotas de poder - para que implantaran el liberalismo. Liberalismo tan analfabeto y desordenado que ni ellos mismos sabían materializar más allá de su odio hacia la Catolicidad Española y su representatividad ( A los años, bien lo expresaría el masón Castelar ). De Inglaterra quien sabía mucho era Miranda, uno de los ¿ libertadores ? a los que su camarada Bolívar abandonó. No olvidemos: Bolívar dejó en sus obras que él luchaba por su propia gloria, y de libertad no sé si sabría mucho, pero su sueño era ser el Dictador de la Gran Colombia. Pero, más allá de toda la complejidad abundante, dicho argumento no me parece contundente para que San Martín y compañía tomaran como el bien el separarse de España. No se puede comparar la política de San Martín con la de Bolívar, ello es cierto. Y fue el mismo San Martín el que acabó arrollado por los bolivarianos. No voy a ser yo el que hable de aquella guerra como “ revolución “, porque no fue exactamente eso; pero muchos así se han empeñado ( ¡ Así habló Bolívar ! ); y en las revoluciones siempre acaban ganando los más “ radicales “. Y es que es eso, se insiste mucho en el influjo británico en España ( Totalmente cierto ), pero veo que se omiten detalles para con lo que pasó en el bando separatista. Repito amigos: No es reproche. Pero comprended que muchos estamos hastiados ante lo que se nos enseña en las escuelas y universidades, y que por eso mismo incidamos en ciertos temas.
Otro caso distinto sería el de Yturbide. El caudillo mexicano de estirpe navarra fue un realista leal y fue acusado injustamente. Y aquí se vio la mano de los liberales. El soldado leal y bragado fue acusado injustamente de ladrón. Fue acusado por una minoría liberal para la que América podía ser un estorbo. Y más México, que fue mayoritariamente realista. Un amigo mío mexicano, tradicionalista de pro, me dice que México en un momento dado hubiera podido ser un baluarte del partido de D. Carlos. No creo que exagere. Yturbide, ya cansado, se decidió a luchar contra esta oligarquía, y consciente de la tradición de su pueblo, quiso erigir a México y las Provincias Centroamericanas en un Imperio Católico. Fue un sueño justo ( Apreciado incluso por la europea Santa Alianza ) que duró poco; lógicamente el Gran Gringo no iba a consentir eso y más en directa vecindad. Pero Bolívar, el supuesto libertador, hablaba de guerra a muerte a los españoles ( Yturbide quiso la amistad eterna con su Madre Patria ). Español era él, como los americanos....¿ Qué eran, si no ? ¿ O dejaron de ser españoles de un día para otro ?. Él, concretamente, descendía de una familia esclavista, familia que se había opuesto a la Real Cédula del 1789, donde se obligaba a los cabildos para velar por el buen trato a los negros, entre otras cosas. De lo mal que trataba a sus esclavos desde niño dio fe su tutor, Simón Rodríguez. No entiendo bien, pues, que si en esta guerra de separación, si se luchaba por lo más tradicional contra el liberalismo español, se declarara la guerra a muerte a todos los españoles; y al poco tiempo, se inventaran banderas y hasta se cambiaran nombres. Y abundara la simbología masónica, toda una serie de gorros frigios y triangulitos varios. Y ello no lo digo por la bandera de la Inmaculada, la albiceleste que aún corona muchas iglesias españolas en nobles fechas y a la que la gente llama con cariño “ la bandera argentina “. Y que en muchos himnos ( Sí, es cierto que más de uno fue compuesto por españoles ) la leyenda negra antihispánica campe a sus anchas. ¿ Por qué digo todo esto ? Pues porque pienso, una y mil veces, que la separación de las Españas no podía beneficiar a nadie, y en los años inmediatos se cristalizó. Y es cierto, como recuerda el amigo Ludovico, que en los años posteriores en América se vivieron fragores parejos a la Península; así fueron los años de Yturbide, luego los del gran Juan Manuel de Rosas ( ¡ Con el Restaurador combatieron carlistas ! ), y el gran García Moreno en el Ecuador. La carta de Juan Manuel de Rosas refiriendo lo que ocurrió en lo sucesivo y venidero de las Guerras Civiles Hispanoamericanas me parece de las más ilustrativas al respecto, la cual toma en un buen artículo el uruguayo Luis Alfredo Andrégnètte Capurro; de cuya lectura, como de tantos otros grandes españoles americanos, he podido disfrutar gracias a la Editorial Nueva Hispanidad.
Los tiranos del “ liberalismo gaditano “ no entendieron a las Indias. Unas Indias Hispánicas que sabían de sobra pelear por Dios, la Patria y el Rey. Lo habían demostrado en Cartagena de Indias, en Puerto Rico, en el Río de la Plata; y cada vez que otra pirática potencia había intentando invadirlas. América sabía de autodefensa y por eso mismo quiso organizar juntas, a imagen y semejanza de su Madre Patria. Los que hablaban en nombre de la libertad, aprovechando que el pueblo español se desangraba por la Religión, la Corona y la Patria, fueron los que sólo querían que el voto fuera para los más acaudalados. A la supresión de la representatividad de los cabildos o los gremios unieron la fanatizada e inexplicable resolución de prohibir también eso a los americanos. Y cierto es que muchos americanos, lógicamente, no se fiaran de esa supuesta ayuda anglosajona ni que quisieran que América fuera entregada a la Revolución hecha conservadora ( Esto es: Napoleón ). Ahora bien, volvemos a lo mismo....¿ La solución era separarse de España ? Si por los frutos conoceremos el árbol, yo creo que la respuesta es negativa. No me cabe duda, profundizando en estos temas, que la intención de San Martín era buena. No había inventado nada al fin y al cabo; era algo que le propusieron ya a los Borbones en el siglo XVIII. No se hizo caso. Y un inoperante y felón Fernando VII tampoco hizo caso. Sabemos que San Martín en un primer momento propuso príncipes españoles para la América; se le negó. Ya San Martín buscó en las distintas noblezas europeas o en la nobleza inca, pero aquello no pudo ser. Y aquello no pudo ser por diversos factores, y entre ellos, porque la mayoría del bando separatista no quería. La “ forma monárquica “, que era la que había hecho a nuestra América, pudo triunfar en el Brasil....Y sin embargo, fue el mismo el que se encargó de luchar contra el miguelismo portugués; y con todo y con eso, el Brasil se confirmó como “ nación continental “. Triunfó brevemente en México ( Que por pocos años también consolidóse como “ nación continental “ ), con un hombre del talante de Yturbide, pero entre las intrigas de la masonería republicana y la nefasta influencia yanqui acabó derrotada. Pudo resultar en la América del Sur, pero los “ principales “, comenzando por Bolívar, realmente no querían. Los lazos de unidad, que tan bien desarrollaran Menéndez Pelayo o Elías de Tejada, se habían roto. Rotos por una guerra en la Vieja España donde la ayuda ( Inglaterra ) fue falsa; rotos porque se venían rompiendo de antes. Rotos por unas oligarquías que se habían propuesto entregar América, en contra de la no alienación que dejara sentada el César Carlos I de las Españas. Rotos por mixturas imposibles y tiempos dificultosos. Y rotos dramáticamente en ambos bandos donde muchos no sabían ni por qué combatían exactamente ( A mi juicio, la “ crítica “ que desarrolla Arturo Uslar Pietri en Las lanzas coloradas es más que ilustrativa ). Porque es que volvemos a lo mismo: De todo hubo en ambos bandos. Por eso un servidor no entiende que a algunos se los exponga como “ libertadores “....¿ Qué fueron los otros ? ( Tantos como fueron y en la misma cuna de Bolívar ) ¿ “ Antipatria “, “ antilibertad “ ?
No os digo esto con mala baba ( No tengo talento ni para eso, como muchos ya saben ), pero no entiendo por qué en las ciudades españolas hay tantas estatuas de San Martín o Bolívar y no hay ninguna a Agualongo o Huachaca. Y os lo dice quien distingue entre San Martín y Bolívar, y quien sabe ( O cree saber ) que no fue igual Artigas que Miranda.
También me resisto, pues, a que Bolívar, O´Higgins, Miranda o Martí sean los “ padres de la patria “. Si “ patria “ alude básicamente a los padres, me resulta redundante; y aun así, en ese caso yo pienso que los “ padres de la patria “ de la América Hispana son los Reyes Católicos. Pienso que la América Hispana no nació en el siglo XIX, sino a finales del XV en todo caso, donde ambos mundos se encontraron y triunfó la Santa Cruz, Ad Maiorem Dei Gloriam. No creo tampoco que los realistas, ya del Perú o ya de las Antillas ( En Puerto Rico no hubo ni tan siquiera “ guerra de independencia “; caso parecido a Nápoles ), fueran “ menos americanos “ o “ más liberales “. Y por supuesto, tampoco creo que España naciera en las Cortes de Cádiz.
Justo es reconocer que la difícil realidad americana quizá ya cristalizó en el siglo XVIII. Justo es reconocer que revueltas como la de los comuneros del Socorro y Mérida y Túpac Amaru reivindicaron las Leyes de Indias y la Tradición Indiana; aunque la de Túpac Amaru tornó una virazón extrañísima....¡ Y aun así se proclamó la monarquía, con la nobleza inca que España había reconocido ! Y a mi juicio, las autoridades de Carlos III ni entendieron ni quisieron entender lo que se cernía. Difícil realidad que luego verían y sufrirían un general Santander, un Riva Agüero o un Torre-Tagle, por poner ejemplos.
Con todo, podemos seguir debatiendo y discutiendo sobre muchos temas en esta realidad que tantas formas obtuvo, mas, ¿ saben ustedes cuál es el mayor triunfo que han obtenido los enemigos de las Españas ? Que cada vez que tratamos estos temas que nos conciernen a todos nosotros, parecemos extraños. Éste es el mayor triunfo que hayan podido obtener los enemigos de la Hispanidad, a los que tristemente conocemos de hace mucho. Creo que trazaron bien el rumbo: Los que invadieron Gibraltar fueron los que invadieron Honduras, Tejas o las Malvinas; los mismos que estarían separando el Panamá de Colombia, los mismos que provocarían la Guerra del Chaco entre bolivianos y paraguayos, los mismos que se lucrarían con la Guerra del Pacífico y que convertirían a Puerto Rico, Cuba y las Filipinas en sus colonias; los mismos a los que les sigue interesando vivamente la sangrante división de la Hispanidad. Ese gran tronco anglo-yanqui con la ayuda franchute que no falte. Esas potencias que nunca soportaron nuestro imperio. Eso que sigue celebrando en nuestros días la progresía caviar, que se dice antiyanqui, cuando es la primera servilona a los sucios intereses del Tío Sam ( En Europa, con Kosovo y Turquía y lo que te rondaré morena, se están luciendo de lo lindo ). Lo supo ver bien Vázquez de Mella, esa importancia desde el Estrecho de Gibraltar hacia el Atlántico como Mare Nostrum en nuestra política. Y así como critiqué a Bolívar, es de reconocer su vivo arrepentimiento, cuando se dio cuenta de que había " arado en el mar ", y como nos decía el infumable profesor A. López Cantos, se dio cuenta que el enemigo no era España, que el enemigo estaba en el mismo continente, hacia el Norte....Y así, intentó con Francisco Antonio Zea una " nueva confederación hispánica " que por desgracia, estaba aína de constitucionalismo y lógicamente no pudo ser. Pero qué duda cabe que la intención era buena.
Nosotros los carlistas, los que pedimos en su día la correcta autonomía para Cuba, Puerto Rico y Filipinas en contra del centralismo liberal, ideando Carlos VII el nuevo Virreinato de las Antillas intentando la ayuda del general Lersundi; nosotros, queridos hermanos, hoy volvemos a plantear esa " nueva confederación ", con Portugal en particular, con el Mundo Hispánico en general. Bien lo saben nuestros correligionarios de la América Española. Hay amigos americanos que me dicen que España debería liderar la Hispanidad....Pues miren ustedes, yo no busco eso. A mí me da igual quién lidere la Hispanidad. Yo quiero Hispanidad, quiero a las Españas; quiero, con António Sardinha, una alianza militar y diplomática, una economía correcta, una defensa religiosa y cultural óptima como Christianitas Minor que somos, enmarcada en la Fe y el Magisterio de la Santa Iglesia que nos sigue alumbrando. Podríamos ser una gran potencia, millones y millones de personas que en las lenguas de Castilla y Portugal harían valerse en el orbe. Es un sueño; y si la vida es sueño, los sueños, sueños son. Qué duda cabe que todo esto hoy por hoy huele a quimera. Mas quiénes, si no nosotros, podemos plantearnos volver a nuestros lazos de unidad, con la que está cayendo. Y como comprenderán, en esos lazos no entran Timofónica, Unión Penosa y demás barrabasadas que presidentes roji-corruptos defienden con Juanca de Puigmoltó y Baqueira-Beret. Busquemos, si se quiere, lo que en principio buscaron tantos americanos de buena fe a principios del siglo XIX, que por desgracia se vieron divididos. Escarbando se encontrará.
Dejemos atrás dolorosos conflictos. Sepamos, o intentemos al menos, tratarlos lo más objetivamente posible, dejemos de tratarnos como extraños de una vez, ya que la Historia no tiene vuelta de hoja; y en estas fechas que tantas emociones pueden suscitar, que nos mueva, pues, la Cruz y la espada que nos hará reconquistar lo que deseamos. Es más lo que nos une que lo que nos separa. No tengamos miedo a tratar entre nosotros, sea de lo que sea, sin revanchismos y etcétera; pues al contrario, enriquecernos es lo que nos conviene, y todo quedaría en casa. Por algo le dejó dicho Rubén Darío al déspota Roosevelt que todavía quedaban sueltos muchos cachorros del León Español....
Gracias por soportarme, queridos hermanos. Un fuerte abrazo en Cristo Rey y en Nuestra Señora de Guadalupe.
¡ VIVAN LAS ESPAÑAS !
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Estimado Ordóñez:
En le que respecta a mí suscribo practicamente todo lo expuesto. Sólo difiero en el tono. Mi juicio es muchísimo más severo para con los intitulados "Libertadores". No pasaron de ser un ato de traidores de la peor laya. No concibo que alguien se pueda llamar católico e hispanista y defienda aunque sea un punto de aquella catástrofe conocida como guerra de la independencia, que no fue sino el conjunto de guerras civiles entre españoles américanos que término por derrumbar la ciudad católica hispánica que nos legara la Madre Patria. De ahí la razón que en estricto rigor en América no hay tradición católica- como sentenciara con justísima razón un R.P., argentino, de la FSSPX- Claroo, aquí la máxima religión es el revolucionario nacionalismo, tan entrañablemente liberal y corrosivo. A los "próceres" se les tributa más deferente trato que a los santos. Siendo en su totalidad enconados enemigos del trono y del altar, tan indisolublemente unidos para todo católico. En una blasfema parodia se tiñe de "catolicismo" el culto a la "patria". Patrañas, nuestras "patrias" son ante todo repúblicas ateas de cuarta magnitud, descastadas, literalmente sin nobleza. No puedo sino abominar de esa "patria". Mi Patria, aunque no está en acto está en potencia, la España a quien debo la Fe, cultura y civilización. Aquella Patria madre que pasmando al mundo se desangró por informar masas humanas que no eran sino materia prima. El bien es difusivo de sí mismo.
Cómo no se advierte que la Independencia no ha sido sino el "Non serviam" de estos pueblos, de la autonomía frente a la heteronomía teándrica. Sí, Lucifer también prefirió ser ciudadano y no súbdito. De ahí la radical impotencia, en el orden natural, de una tradición católica en América, donde el Antiguo Régimen es blasfemia, dónde la máxima virtud del hombre masa es ser ciudadano ejemplar; o sea, el escrupuloso observador de derechos, frente al esforzado servidor de deberes. El noble es siempre siervo- Lo dijo el centurión a Nuestro Señor-. El ciudadano abomina de servir es auto-nomos, "dueño de su destino" y otro sinfín de desatinos.
Antes que chileno, evidentemente soy español. Como decía el R.P. Lira "Soy chileno por lo que tengo de español".
Lo chileno, argentino, colombiano, análogamente, no puede sino ser un accidente de la substancia español, en un hispanoamericano de pro; o sea en un anti-descastado.
Mientras no se haga entraña la piedad patria para con nuestros grandes soberanos: San Fernado, Los Reyes Católicos, El césar Carlos, Don felipe II; y no nos duela hasta el tuétano cualquier ataque a la España eterna, no tenemos derecho a llamarnos hispanos.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Querido Cristian:
En resumidas cuentas, en un tono u otro, el tema es que es algo que por desgracia arraigó antes en la Vieja España. América en ese sentido no es " más culpable ". Por todo y por eso, por nuestros propios errores, no hemos sino confirmar el fundamento de la unidad de los pueblos hispánicos. Ya dijo Maeztu que nuestro camino no tiene pérdida posible. Hacia ello debemos ir. Empero, como sabes mejor que yo, estamos ante una realidad difícil pero, como venimos insistiendo, sólo parece campear una visión.
" AL OÍDO DEL REY ", DE PABLO VICTORIA
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- Editorial Áltera, www.altera.net
Acá os traigo mi segunda lectura de este autor colombiano. Disfruté mucho con el de Blas de Lezo, y he vuelto a disfrutar bastante con un tema que me apasiona, que ha sido quizá el talón de Aquiles de mi licenciatura: Nuestra América del XIX, y sus dolorosas Guerras Civiles.
El autor encontró unos documentos que figuraban en casa de una tía política suya, cuya familia, como tantos españoles de Ultramar, se vio dividida al estallar la guerra. Los documentos son de Joaquín Mosquera Figueroa, ferviente realista que llegó a entrevistarse con Fernando VII y dejó por escrito una suerte de memorial. Pablo Victoria ha ido engrasando la maquinaria historiográfica, y en este proceso, se le ha caído definitivamente la figura de Bolívar.
Es curioso cómo suelen sostener todos los historiadores, ya sean de la cuerda que sean, que los que más se opusieron al independentismo fueron los indios. Con documentación, P. Victoria trae a colación que entre los proyectos de Miranda y Bolívar traían el reparto de suculentas tierras hispanoamericanas para Inglaterra en su proyecto ( Algo parecido a lo que propuso Lenin para las Rusias a alemanes y otras potencias, para que luego hablen del " patriotismo soviético ", tan denunciado por Solzhenitsyn ). Habla de la traición de Bolívar a Miranda tras fracasar estrepitosamente en Puerto Cabello, de cómo robó en las iglesias de allí y de cómo fue a ofrecerse a Wellington para combatir a Napoleón en España, con tal de ganarse el favor de las autoridades ante su fracaso; de las proclamas de exterminio de Bolívar, Nariño, Briceño, Arismendi, etc.; a los españoles ( Que materializarían ) y la " salvación " para los americanos aunque apoyaran a España ( Cosa que jamás cumplieron y menos con los indios ). Habla de cómo el independentismo fue profundamente impopular y es algo que reconocieron los mismos " próceres " hasta el final de sus días, hablan de la desastrosa política, de las guerras en el mismo bando, de cómo los criollos bien blancos y muchos masones españoles resentidos fueron los principales organizadores revolucionarios, mientras que amplias capas de la clase media blanca, negros y mulatos, con los indios, mostraron resistencia enconada. Y como habla de ello, habla de las malas políticas en tiempos de Carlos III, en el documento aquel que tanto revuelo causó, al ser propagado, donde se tildaban a los Reinos de Indias de " colonias " ( Documento que fue propagado por las logias principalmente ), de la poca vista y poco tacto de los funcionarios, de cómo canarios y andaluces se adaptaron mejor a la vida americana, de la influencia de la expulsión de los jesuitas, del nefasto influjo que también produjo la ayuda a los Estados Unidos, y también de los excesos realistas, del terrible Boves ( Que no fue menos terrible que las huestes republicanas ), o de la poca vista de Monteverde. De los momentos en que la " Restauración " parecía restablecer América para España, de las confusiones, de la intromisión anglosajona, de la tozudez y las falsas luces del despotismo ilustrado, de cómo Bolívar se proclamó dictador llegando a reconocer los ataques de demencia que le daban, de cómo a muchos tanto en España como en las Indias les vino muy bien la invasión napoleónica, de cómo muchos de la Vieja España miraban por encima del hombro a los americanos de muy mala manera, del ansia de poder de las " dinastías criollas ", de tantos y tantos errores.....El libro es tremendamente crítico en sí, tirante de abundante bibliografía, y no se casa con nadie. Indica que las posturas bolivarianas fueron de genocidio y que aunque parezca exagerado, los proyectos claros de exterminio y guerra a muerte y el falseamiento continuo ( Empezando por la supuesta discriminación criolla, o los supuestos padecimientos de Nariño ) a base de propaganda que fue apoyada por no pocos españoles, que ayudarían a la componenda de himnos y parafernalias antihispánicas. No sólo hizo apología de la leyenda negra Miranda ( No olvidemos que era oficial español ), sino también el masón republicano Picornell.
El libro está centrado en el Nuevo Reino de Granada, principalmente en las áreas de las actuales Colombia y Venezuela, así como en la fatal personalidad de Bolívar y sus antecedentes. Pablo Victoria da su toque personal, en forma de novela histórica, pero muy apoyado documentalmente. Igual el autor defiende que los efectos de aquellas Guerras Civiles aún colean en muchas sociedades de las Españas Americanas, que llevan dos siglos sin conocer un momento de paz. La habilidad del autor es clave para entender los dramas reales y las comparaciones con la actualidad ( Boves bien podría haber sido un " paraco ", por ejemplo ). Probablemente, el libro causará problemas en Colombia para este autor afincado en España, y también en España a los que en colegios y universidades nos han pintado a los libertadores como santitos y a los realistas como demonios. Pues no fue ni una cosa ni otra. Y en parte, algo parecido a lo que ocurrió en la Península: Mucha oficialidad fue luego isabelina, pero el pueblo guerrillero fue carlista. Así como también los liberales aquí organizaron todo el siglo XIX a base de golpes de estado ( En nombre de la libertad y el progreso ), en América ocurrió lo mismo. Cierto es que la inmensa mayoría de los generales realistas en América luego fueron anticarlistas, pero que el pueblo que combatió por las banderas de la Corona era profundamente tradicional. Hay muchos casos especiales en estas guerras americanas, sobre todo en México o en el Cono Sur; probablemente en la Nueva Granada el caso fue más " claro ". Y es de resaltar como los principales " libertadores ", Bolívar y Miranda, murieron profundamente arrepentidos y defendiendo una federación hispánica. Los hechos clave, como el " incidente del florero ", son muy bien explicados. Y América no permaneció unida, sino dividida y a merced de otras potencias totalmente ajenas. El mismo autor se plantea por qué fue " legítima " la separación de España y no luego la del Panamá, o hechos así.
Y lo que se plantea, por ejemplo, ¿ cómo es que en la América Hispana era conocido el baño diario en la mayoría de la sociedad cuando en Europa eso ni se olía ( Nunca mejor dicho ) ? ¿ Cómo es que la Nueva Granada a principios del siglo XIX superaba en renta per cápita a Yanquilandia ? ¿ Qué han supuesto realmente estas Guerras Civiles para Hispanoamérica ? A mí me trae recuerdos de la Guerra del 1640, pero esto sería ya otro cantar.
Lo que no entiendo es esa especie de " mensaje en clave " para Juanca, como si Juanca fuera rey, cuando él no lo es y su falsa dinastía jamás tuvo aprecio alguno para nuestra América. No podemos decir lo mismo de la Dinastía Carlista, por ende, Legítima.
No obstante, vislumbro, entretanto, que los resentimientos entre unos y otros no han hecho más que aniquilarnos, mirarnos como extraños y estar como si nada ante el mundo mientras seguimos divididos e invadidos por idénticos enemigos.
Después de las siempre recordadas lecturas de Luis Corsi Otálora, un complemento ideal con una gran dosis crítica. Muy recomendable.
Y qué bien escriben los colombianos. Con razón Menéndez Pelayo denominó a Bogotá como la Atenas de Sudamérica. Colombia, donde Bolívar parece ser incontestable y, empero, siempre ha tenido los historiadores más críticos con los procesos de " emancipación ", como me recordaba en la universidad el Dr. Macías Domínguez.
* La obra también se puede adquirir a través de www.pablovictoria.com
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
EL CORONEL JUAN DE LOS REYES VARGAS
http://www.municipiourdaneta.com/pag...eyesvargas.gif
- Bicheando casualmente por la red, y acordándonos ipso facto de las obras de los colombianos Luis Corsi Otálora y Pablo Victoria, hemos encontrado alguna documentación sobre este protagonista de las Guerras Civiles Hispanoamericanas. Como es de suponer, no sale muy bien parado, pero bueno, ahí van algunas referencias de uno de tantos indios que combatieron contra Bolívar en nombre de la Religión y el Rey de las Españas. Juan de los Reyes no ofreció parte de América a Inglaterra, como sí harían Miranda y Bolívar; y ambos murieron arrepentidos. No parece tampoco que el Coronel Vargas fuera un " déspota ilustrado ". Empero, acabó defendiendo el republicanismo colombiano frente a la revolución del trienio liberal acaecida en la Madre Patria. Y fue muerto por uno de ese bando.
No queremos reabrir un hiriente debate per se; sino profundizar en qué fue lo que sucedió en aquellas fatídicas fechas en nuestra América y no ceder ante la imposición de una única visión de los hechos. Y eso, y tratar este debate como hermanos en la Hispanidad, ni más ni menos. Acaso Juan de los Reyes es en su persona misma un personaje ilustrativo sobre los sucesos.
Coronel Juan de los Reyes Vargas (El Indio)
Juan de los Reyes Vargas - Wikipedia, la enciclopedia libre
Guerra de Independencia de Venezuela - Wikipedia, la enciclopedia ...
Pagina Web del Municipio Urdaneta. Historia y Cultura de ...
Carora - Wikipedia, la enciclopedia libre
ilustres.com.ve
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
http://aspa.mforos.com/670103/591034...tas-del-chile/
Autor: Libro sobre Tomás Bobes
Autor: Casariego, J.. E.
Título: Reivindicación del mariscal asturiano Bobes / J.E. Casariego.
Editor: Oviedo : Instituto de Estudios Asturianos, 1982.
Descripción física: 115 p. ; 24 cm
Serie:
Materias: Bobes y de la Iglesia, José Tomás
Fecha: 22/01/2007 16:47.
Autor: Mas sobre Bobes
CORONEL BOBES:
LA EPOPEYA DE UN INFANTE DE MARINA
Por José A. Fernández-Acero
Como casi todos aquéllos que van contra corriente de la propaganda, arte fino y exquisito donde los haya, nuestro coronel José Tomás Bobes, Comandante General que fue de la División de Barlovento (1) allá por el año 1814, cayó en el olvido histórico, olvido injusto en la mayoría de los casos, como no había de serlo en éste.
No es mi intención rescatar de aquel olvido ideas que puedan cobrar actualidad dada la época de conmemoraciones que corre, sino recordar momentos gloriosos por medio de los cuales podamos obtener medida de la dimensión del ser humano, medida que desborda cualquier patrón cuando alguien es sometido a situaciones extremas de acuerdo con sus conceptos y dignidad y que da lugar a hechos de lo más alto y de lo más bajo en la escala de valores del comportamiento humano. No queremos juzgar, solamente exponer unos actos que sobrepasan los límites de lo "normal" y que, en mi opinión, deben ser rememorados para que, cualquier interesado en estos temas históricos, pueda obtener el contrapunto de aquel otro sector de acontecimientos que históricamente, se deslizó a favor de la corriente de la propaganda, ocultando en muchos casos alguna parte de lo sucedido y, por ende, desvirtuando los hechos.
Nace en Oviedo y es bautizado en la parroquia de San Isidoro el Real, donde es inscrito y su partida de nacimiento figura en el folio 26 del año 1872; dice literalmente: ""En esta parroquia a 18 de septiembre de 1872 se bautizó un niño, nacido dicho día, con el nombre de José Tomás Millán, hijo legítimo de Manuel de Bobes, natural de Oviedo, y de Manuela de la Iglesia; firma Dn. José Agustín de Lago"".
Huérfano de padre a los cinco años y dependiendo de su humilde madre, la cual dotada de excelentes cualidades y laboriosidad, obtiene fuerzas de la adversidad para sacar a su hijo adelante.
Dn. José Ambrosio Llamozas, Tesorero de la Santa Iglesia Metropolitana, Comendador de la Orden Americana de Isabel la Católica, como Vicario y Capellán del Ejército de Su Majestad de Barlovento, certifica en forma debida que Dn. José Tomás Bobes, coronel de los Reales Ejércitos y Comandante General de la División de Barlovento falleció en acción en las inmediaciones de Urica, Venezuela, a primeros de diciembre de 1814, cuyo cadáver condujo el citado capellán desde el campo de batalla y se le dio sepultura en presencia de Andrés Tomé, Juan Esteban Blázquez y José Sánchez Correa en el primer tramo de la iglesia parroquial de Urica. Firmado por el capellán, en Caracas a 4-12-1816.
Sólo 32 años de corta pero intensa vida que comienza realmente cuando la abnegada madre se traslada a Gijón con toda la familia ante las mejores posibilidades de conseguir un empleo. Allí, en Gijón, se desarrolla su niñez con grandes estrecheces, pero sin problemas serios. Las correrías del niño Bobes por el puerto y la playa de San Lorenzo, de esta ciudad marinera, le marcan y templan el espíritu del joven que da un paso definitivo al finalizar sus estudios básicos e incorporarse a los de piloto náutico mercante, según nos informa Dn. Diego Cayón, profesor del Real Instituto Asturiano de Náutica en Gijón, al manifestar ""que conoció a Bobes durante sus estudios acabándolos con las mejores notas, a satisfacción de todos sus profesores por su aplicación y talento ..."".
Por consejo de sus profesores, se desplaza a Ferrol para optar al examen de pilotos de la real Armada, donde, tras superar brillantemente las pruebas, el Arsenal le concede el empleo de Piloto de segunda clase con grado de Oficial, categoría intermedia entre los Oficiales propiamente dichos y la Marinería, embarcando en un bajel-correo de Su Majestad que hacía la carrera de Acapulco.
No conseguimos más noticias pensando lo peor, sobre todo después de los combates de cabo San Vicente y Trafalgar, pero gracias a un documento del arcipreste de la diócesis de Oviedo, Dn. Benito Martínez Sornomonte, en el que éste afirma haber sido capellán en los correos de S.M., en los que conoció a Bobes, añadiendo que se licenció en La Coruña del Servicio Real con el título de Piloto primero, tomando a continuación el mando de un mercante, el "Ligero", perteneciente a la casa armadora Pla y Portal, y dedicado al comercio con Tierra Firme, Puerto Rico, Cuba, Curaçao y Trinidad, en cuyo mercante llevó como segundo al tortosino Dn. Vicente Calderó, quien sucedió a Bobes en el mando del "Ligero" después de dos años de navegación, cuando éste desembarcó en La Guaira dejando la navegación y estableciéndose en la localidad de Calabozo, también en Venezuela, donde abrió un almacén y empezó a comerciar con los nativos del Llano, de quienes era bien conocido con el sobrenombre de Taita, que expresa la idea de jefe, señor o padre. Toda esta información la obtiene el mencionado arcipreste por medio de Dn. Vicente Calderó, ya que el "ligero" rinde viaje semestral en Gijón.
Hasta aquí nada hace pensar en el héroe, sólo en un arrojado e intrépido marino, pero aún sin el divino toque del heroísmo.
Sin embargo, los hilos de la historia y del destino se cruzan y entrecruzan formando un tejido inconcebible. Debemos volver a Dn. Vicente Calderó, de Tortosa como dijimos, quien después de ganar una pequeña fortuna en los viajes a América, se convierte en propietario de un falucho de cabotaje y casa en Tortosa con María Griñó, viuda y madre nada menos que de Dn. Ramón Cabrera, primer conde de Morella y tres veces laureado de San Fernando, el cual, en aquella época, era un exseminarista a quien el obispo aconsejó no ordenarse dado lo violento de su carácter.
No existían fricciones entre ambos, Calderó fue realmente un segundo padre para Cabrera, con quien salía todas las noches para frecuentar la tertulia del Capitán del puerto, viejo lobo de mar. Más que probablemente, Dn. Vicente Calderó pormenorizara a su hijastro todos los detalles aventureros del "León de los Llanos", ya finalizados a la sazón, sin que podamos conocer el grado de influencia que posiblemente tuvieran sobre el "Tigre del Maestrazgo", pero existe un evidente paralelismo en sus vidas.
La astucia y habilidad en la táctica, la afición al riesgo personal, la organización de sus respectivas tropas manteniendo siempre grupos de relevo, la altísima disciplina y, por qué no decirlo, aquella crueldad fraguada y tomada de la no menor de sus enemigos.
El arranque inesperado y furibundo de la hazaña militar igualmente; en Cabrera, el bárbaro fusilamiento de su anciana madre; en Bobes, el coraje causado por el hostigamiento físico y psíquico, la ruina y consiguiente pérdida de tantos años de trabajo y privaciones sin número. En ambos la guerra a muerte declarada por Espoz y Mina y Bolívar, respectivamente.
La causa y bandera de Bobes, como buen asturiano, fue la integridad de la Patria. A partir de aquí cesa el paralelismo, ya que Cabrera rectificó en el término de su vida, mientras Bobes vivió como español y murió defendiendo a España.
En plena revuelta independentista venezolana, una milicia mandada por un tal Escalona entra en el pueblo de Calabozo reclutando a Bobes por la fuerza y aherrojándolo. Ante el aspecto cambiante que tomaban los acontecimientos y, sobre todo, ante el horror de los actos que cometía la milicia de Escalona, durante un enfrentamiento con las tropas Realistas, Bobes es liberado, confiriéndosele en el acto el grado de capitán y el encargo de reclutar un escuadrón de leales al Rey. A partir de este momento es cuando surge el genio militar que nuestro protagonista llevaba oculto; en una semana un escuadrón de 800 lanceros vuelve sobre el enclave de Calabozo, que al igual que casi todo el resto del territorio bajo el mando del Realista Monteverde y casi sin lucha, se pronuncia por España.
Bobes es nombrado comandante de Calabozo; era el año 1813. Después de un tiempo cumpliendo esta misión y, según parece, a petición del vecindario de Calabozo (!) se consigue que el entonces capitán General, Cagigal, le destine al ejército de Barlovento a las órdenes del mismo Capitán General. Nada se conoce de la estancia de Bobes en este destino, salvo que duró tres meses en el mismo y que, por una serie de problemas y tras varios desastres militares, el ejército de Cagigal se deshace, teniendo que encerrarse sus restos en Puerto Cabello, donde quedan sitiados. Bobes, mediante una magistral marcha, logra burlar el cerco y despista a sus perseguidores, desapareciendo en los Llanos; Venezuela se somete a Bolívar victorioso.
En los Llanos, en el lugar de Guarico, Bobes se dedica a reconstruir el ejército de Barlovento, con el que, utilizando una técnica logística y táctica no aprendida, innata, ha de batir en toda la línea al Libertador Bolívar.
En el año 1814 le toca conocer la gloria a Bobes; los jefes del ejército Real no le entorpecen en la tarea autoimpuesta: Cagigal, con una pequeña parte del ejército continúa sitiado en Puerto Cabello; Ceballos sostiene como puede el enclave de Coro; Antoñanza muerto en acción; Salomón defiende con los restos de su ejército, a base de continuas cargas a la bayoneta, las fortificaciones de Puerto Cabello; Barreiros muere fusilado por el ejército del Libertador.
A su llegada a los Llanos, Bobes hace una llamada en nombre de España y a su alrededor se congrega una multitud, reorganizando "su" ejército de Barlovento con el beneplácito de España. Su primera muestra de ingenio militar es no conducir a sus hombres a liberar a Cagigal en Puerto cabello, maniobra esperada por los generales del Libertador, sino presentar batalla a los sucesivos ejércitos que le va enviando Bolívar, derrotándolos uno tras otro y exterminándolos mediante persecución implacable.
En este momento y quizás atraídos por las sucesivas victorias, Bobes cuenta con 20.000 hombres, entre columna regular y partidas guerrilleras. Imaginemos los problemas logísticos y tácticos y podremos maravillarnos al ser resueltos correctamente uno y otros. Su comunicación con sus mandos en la Península es asimismo directa, a través de Capitanías de Cuba y Puerto Rico. Por parte de Cagigal y del arzobispo llegan al gobierno de la Península quejas contra Bobes, en las que se le confiere el apelativo de "Atila" o "Azote de Venezuela", pero el Ministerio Universal de Indias sólo puede poner al otro lado de la balanza de estas acusaciones el hecho real de la recuperación de una Venezuela que ya se había perdido.
El plan de Bobes se va cumpliendo con una exactitud milimétrica, debido a su minuciosidad: Caracas se entrega después de la batalla de Puerta, caen Valencia y Barcelona, se levanta el sitio de Puerto Cabello, abandonando los sitiadores un gran botín. En la Cabrera, Pao y Cumaná no quedará nadie después de entrar Bobes; sólo falta Maturín y allí se dirigen los flecos restantes de lo que fue hace bien poco el ejército de Bolívar y allí se presenta Bobes para aniquilarlos.
Para ser conscientes de la organización del ejército de nuestro protagonista podríamos ofrecer unos datos referentes a abril de 1814: 4.000 hombres componen la guarnición de Valencia; 1.000 apoyan a los anteriores de Maracay; 2.000 protegen Barcelona; 3.000 se distribuyen en forma de anillo en los alrededores de Valencia; 1.000 estacionados en Barquisimeto; 8.000 componen la reserva de San Fernando de Apure; 2.000 la de Barinas y además su columna personal ... había comenzado con 800 hombres.
Entre los datos existentes en los archivos, permítasenos extraer una pequeña parte, solamente de aquellos que fueron firmados por el ministro Bobes y que reflejan una visión limitada de la campaña: Dirigida al Excmo. Sr. Ministro Universal de Indias, ""... del 14 al 20 de este mes he tomado al enemigo en diversos combates 4.000 fusiles, 200.000 cartuchos, 30 cañones de diversos calibres, 3 lanchas cañoneras, 5 coroneles y 150 oficiales, todos los cuales han sido pasados por las armas. Nuestros, 4.000 muertos y 500 heridos; del enemigo 6.700 muertos ..."".
Como puede apreciarse y desprenderse de los datos anteriores, aparece claro el hecho de lo cruento de una guerra que más que de independencia consideramos Civil. La provincia de Caracas, según datos aparecidos en La Gaceta, contaba en el año 1809 con 421.000 habitantes; de acuerdo con los padrones eclesiásticos, en los terremotos perecieron 13.000 y en la guerra 228.000. Podríamos, para hacernos una idea más clara, comparar estas cifras con las de nuestra Guerra Civil y llegaríamos a comprender la magnitud que alcanzó la guerra de Venezuela.
Repuesto Cagigal por Bobes, al mando de la Capitanía General, aquél otorga la estructura de Tropa Regular a las fuerzas que componen el ejército de Barlovento. El Ministro Universal de Indias, en nombre del Rey, eleva a Bobes al empleo de coronel. Bobes da su última batalla victoriosa para las Tropas Reales, pero como no podía ser menos, resulta herido de muerte en Urica.
Su nombramiento a coronel, que llegaba en una expedición desde la Península, no pudo alcanzarle con vida; los honores llegaban tarde pero ya había conseguido la gloria.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
A JOSÉ TOMÁS BOVES
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Las banderas del rey,
Ondearon por los campos,
Un criollo temible,
El León de los Llanos,
Enraizó en nuestra América,
El hijo de Asturias,
En Venezuela demostraría,
Su española furia,
Español Americano,
Español de Ultramar,
Con su camarada Agualongo,
Presto para pelear,
Cabalgó el llanero,
Con fieras cohortes,
Uniendo razas,
En el horizonte,
¡ Los godos, los godos !
Terror del bolivariano,
José Tomás Boves,
Guerrero legendario,
Adalid Realista,
No renunció a la libertad,
Quiso a la patria,
Ante la dificultad,
En reales banderas hubo malos,
Pero peor fue la separación,
Boves jugó sus bazas,
Y al final perdió,
Descansa, Boves, descansa,
Que bien y mal hiciste,
Si a otros le hacen estatuas,
Tú también te la mereciste.
A AGUSTÍN DE AGUALONGO
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Caudillo Indio,
De la Nueva Granada,
Coronel de la Corona,
Americano de España,
Héroe Realista,
De aguerrida lealtad,
Legendarias correrías,
Que harían temblar,
Gerifalte de Pasto,
Por el Rey y la Religión,
Contra los republicanos,
Ofreció su rebelión,
Guerra a Bolívar,
Hasta los lindes quiteños,
Recio como su estirpe,
Henchido por su suelo,
Contra poderosos enemigos,
En tiempos de tormenta,
Contra el proyecto de Miranda,
Plantando cara a Mosquera,
Fiel camarada de Boves,
Fue el altivo monárquico,
Precediendo a Huachaca,
Canto de cisne sudamericano,
Allá en Barbacoas,
La derrota encontró,
Allá en Popayán,
El fusil lo mató,
Murió a cara descubierta,
El Brigadier de Honor,
Confirmando sus convicciones,
Ante el indiano sol,
De la América Española,
No quiso la separación,
Por ello alzóse con su gente,
Por ello su destino inmoló
Agustín de Agualongo,
Trágica muerte tuvo,
¡ Que no caiga en el olvido,
El Adalid Pastuso !
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
LOS INDIOS FUERON REALISTAS
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Los indios con la Corona,
Tenían sus campos protegidos,
Algo que pasó a la historia:
Bolívar, Briceño, Nariño....
Salieron partidas realistas,
Por el Nuevo Reino de Granada,
Y la más populosa y decidida,
La leal y bravía indiada,
¡ Por la Religión y el Rey !
Agualongo: Pasto, Quito....
Reyes Vargas en Venezuela,
Por España lucharon los indios,
Y la fidelísima Valencia,
Y los alrededores del Cauca,
Indios realistas por las selvas,
Batiéndose en duras batallas,
No quisieron los indios,
Sofismas y falsarias libertades,
No querían la Revolución,
Fueran criollos o peninsulares,
Guerra a la República,
Ardor contra la separación,
Por el Inca Católico,
De todo Perú el corazón,
Corazón que se siguió rebelando,
Ya la República proclamada,
Y con los valientes iquichanos,
Antonio Navala Huachaca,
Y los indios chilenos,
La belicosa Araucanía,
A la voz del Coronel Pincheira,
Y Chiloé....¡ Realistas !
¡ Guerra a muerte ! ¡ Exterminio !
Por América Bolívar proclamó,
Y los guerrilleros del Acarigua,
Le mostraron todo su valor,
Soflamas de Arismendi,
Amenazas de González,
Y los indios, orgullosos,
Portando estandartes reales,
Y Boves, con negros y pardos,
Centauros de la rudeza,
Terribles aquellos lanceros,
Gerifaltes de la naturaleza,
¿ Por qué será que coinciden,
Los historiadores en una cosa ?
¡ La resistencia al separatismo,
En los indios fue la más grandiosa !
Fue el pueblo amerindio,
El más entusiasta de la Restauración,
Y por la Monarquía Católica,
Su admirable raza defendió,
Pueblo monárquico tradicional,
Que no tuvo buenos caudillos,
Pues después se vería que muchos,
Contra carlistas, como isabelinos....
Sea como fuere, hay que recordarlo:
Los indios fueron realistas,
De eso no hay quien hable,
De eso, apenas hay quien escriba,
Y los tiranuelos modernos,
De ideologías europeas,
Que están saqueando,
Nuestra sufrida América,
Utilizan a los indios,
A los cuales desprecian,
Y bajo el asesino socialismo,
Saquean y saquean,
Mienten en universidades,
Los voceros de la leyenda negra,
¡ Los indios fueron realistas,
Orgullo de la España entera !
Como los tlaxcaltecas con Cortés,
Como los chancas con Pizarro,
Los indios fueron realistas,
Defendieron el ser hispano,
Los indios fueron realistas,
Los indios fueron leales,
Y sus concurridas tropas,
Ágiles águilas imperiales.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
ESPAÑOLES DE ULTRAMAR
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http://bp3.blogger.com/_Ff-mj3vAsfg/...+Per%C3%BA.jpg
Aún vuela el águila mexicana,
Deseando destrozar a la serpiente del Norte,
Calienta el sol de los incas,
Sobre hispánicas cohortes,
Suenan ecos virreinales,
Tras gritos de libertad,
Voces lógicas exclaman,
Reclamando la unidad,
Españoles de Ultramar,
Así se autodenominaron,
Nuestros hermanos de América,
Durante no pocos años,
¿ Resurgirá nuevamente el León Ibérico,
Alentando las almas de las Indias ?
¿ Resurgirá en el continente ?
¿ Resurgirá en las Antillas ?
Esa hermandad que todos anhelamos,
Su conciencia ha de tener,
La Fe en el Dios Uno y Trino,
La Tradición para defender,
Españoles de Ultramar,
Devolved a la América deseada,
Que el Gran Gringo teme,
La Unión Hispanoamericana,
Españoles de Ultramar,
El futuro os espera,
Podréis tanta injusticia cambiar,
Con coraje y con entrega,
Reacciona, Gran América Hispana,
Contra la tiranía progresista,
Contra las oligarquías que te oprimen,
Hermanos: Es momento de Reconquista,
Nuestra esperanza es la misma,
Españoles de Ultramar,
Una nueva confederación,
Nos puede hacer soñar....
HERMANOS
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http://bp2.blogger.com/_Ff-mj3vAsfg/...+Hispana-1.jpg
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Hermanos somos y seremos,
Lo quieran menos, lo quieran más,
Lo quieran propios o extraños,
Pero somos hermanos, hermanos....
Hermanos por los conquistadores,
Hermanos por los misioneros,
Hermanos por los indios y los negros,
Hermanos por las Antillas y los Andes,
Hermanos por los montes y las sabanas,
Hermanos por islas y continentes,
Hermanos en la Fe, en Roma,
Hermanos ante la Iglesia Universal,
Hermanos del Pilar, Guadalupe y Fátima,
Hermanos en Lepanto y Cartagena de Indias,
Hermanos entre la Piel de Toro y el Nuevo Mundo,
Hermanos somos, hermanos....
Hermanos de los llanos al gauchaje,
Hermanos de los charros y el rodeo,
Hermanos por la inmensidad barroca,
Hermanos por la cocina y las letras,
Hermanos en un crisol de razas,
Que volverán a moverse en fecundidad....
Hermanos en Cervantes y Camoens,
Hermanos de varios mares embravecidos,
Hermanos de galeones, calores y fríos,
Hermanos de sentimientos y nobleza patria,
Hermanos en cantos de vida y esperanza,
Hermanos de águilas y leones,
Hermanos del cóndor y del dogo,
Hermanos del caballo y de la garúa,
Hermanos en la legión de ideas,
Que marchan fuertes en el silencio....
Hermanos del amanecer ensoberbecido,
Hermanos de cercanía y lontananza,
Hermanos de paz y de guerra,
Hermanos de Yturbide a Rosas,
Hermanos de García Moreno y la Cristiada,
Hermanos contra el Gran Gringo,
Hermanos contra la Europa bastarda,
Hermanos contra el rojo sanguinolento,
¡ Hermanos somos y seremos en el Carlismo !
Hoy como ayer: Hermanos,
Hermanos de la Hispanidad,
Hermanos, siempre hermanos.....
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Respuesta: Bicentenario del 2 de mayo
Lo que voy a contaros no está relacionado directamente con lo que se trata en este hilo, solo esta "enlazado" por la palabra bicentenario.
Y es que en Argentina ya desde el año pasado se están organizando los festejos por el bicentenario de nuestra independencia. Se podrán imaginar la de os.........bofetadas, leches, puñetazos(no quiero contrariar al hermano Hyeronimus con palabras obscenas, pero lo valían para esta ocasíon) que recibirá la Madre Patria España, ya que los mentores, oradores y organizadores de estos festejos son todo izquierdistas, guevaristas, montoneros e indigenistas oportunistas.
DE seguro no han de permitri la palabra a nadie que intente valorizar el glorioso y perdurable bagaje traído y asentado por españoles y portugueses a estas tierras.
Solo se hablará de aniquilación, genocidio, etnicidio, esclavización, sometimiento, etc. Y contaremos con la presencia estelar de destacados defensores de los derechos humanos: Chávez, Correa,alguno de los Castros, y toda esa ralea repugnante que se regodea vituperando a España y Portugal.
Pero claro, los autores de todos los males indigenas, perdón, pueblos originarios, son los españoles y portugueses. Nuestros políticos, luego de que ustedes se fueran(o los echamos, como les gusta decir a ellos) dignificaron y dieron el lugar que se merecían a estos pueblos. tanto es así, que hoy en día siguen en las mismas condiciones( o peores) que en el 1500. Aislados en puebluchos de ranchos, acorralados por el chagas y enfermedades que en otras partes del mundo se quitan con una pastilla, una inyección.Explotados todo el día por solo 30 euros al mes.
Pero claro. Ellos tendrán el tupe de llamarlos hermanos, pedirles perdón, y tirarles algún subsidio.
Vean ustedes lo que se gastará(esto es solo una muestra)en festejos, mientras los "liberados" del yugo español siguen muriendo en el olvido o la indiferencia.
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El Gobierno asignó $926 millones(algo así como 200 millones de euros) en obras para la fiesta del bicentenario: cifra que sextuplica la ayuda enviada a Tartagal Fiesta de gasto en medio de una crisis histórica
DDN. El Gobierno asignó $926 millones en obras para la fiesta del Vicente Nario. La cifra duplica los subsidios por sequía y sextuplica la ayuda a Tartagal. Damián Glanz.
“Me hierve la sangre cuando veo tanta pobreza.” (Cristina en Olivos)
http://img9.imageshack.us/img9/4974/...na14511187.jpg
La misma semana que en la quinta presidencial se comprometió a redoblar sus esfuerzos para combatir la “pobreza estructural” –víctimas de “tanto abandono y tanta injusticia”–, Cristina Kirchner le adjudicó a un consorcio de empresas amigas del gobierno K la obra de remodelación del Palacio de Correos que servirá como sede de la Orquesta Sinfónica Nacional. El denominado Proyecto del Centro Cultural del Bicentenario –conocido también como la fiesta de Vicente Nario– costará más de 926 millones de pesos, una cifra que equivale a la mitad del aumento anunciado para los planes sociales. La Presidenta prometió que será el símbolo arquitectónico de los festejos de la Revolución de Mayo. Y es un emblema: el inicio de los trabajos fue prometido hace más de cinco años, el monto adjudicado es 34 por ciento superior al presupuesto oficial calculado un año atrás y el propio Gobierno admite que el edificio no estará terminado para 2010, cuando se cumplan 200 años de la instauración de la Primera Junta.
El martes de 10 febrero se publicó en el Boletín Oficial la resolución 1517/2008 del Ministerio de Planificación Federal que resolvió otorgar el contrato a las empresas Esuco y Riva. La primera pertenece al presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Wagner, un viejo conocido del matrimonio presidencial, beneficiario preferencial del reparto de la obra pública K. La otra compañía es de Amadeo Riva, un empresario que desde los 90 mantiene estrechos lazos con el Estado (ver aparte). La adjudicación fue el cierre de un proceso que lleva más de cinco años.
La obra del Correo Central bate todos los récords de promesas postergadas o incumplidas de la era K. Fue planificada para una época de “vacas gordas”. En septiembre de 2003, el entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, junto al ex secretario de Cultura, Torcuato Di Tella, comenzaron delinear el proyecto. Un año más tarde, Lavagna lo anunció públicamente y el 1 de marzo de 2005 Kirchner firmó el decreto para transformar el palacio construido entre 1889 y 1928. Las fotos comenzaron a acumularse. Al mes siguiente, Lavagna y José Nun, el sucesor de Di Tella, lanzaron una consulta de ideas para la intervención urbana. Los ganadores fueron seleccionados en septiembre de 2005 y en marzo de 2006 se realizó el concurso internacional para decidir el proyecto. En medio de la campaña electoral, la entonces senadora Cristina Fernández y el otrora jefe de Gobierno Jorge Telerman presentaron el “master plan” en septiembre de 2007. “Yo sueño para 2010 lo que podría ser una conmemoración física de un espacio público concreto, donde todos los argentinos y todas las argentinas podamos reconocernos en un acto de reflexión en estos 200 años que va a cumplir nuestro país”, dijo ese día la ahora jefa de Estado. Hubo muchas fotos más. En noviembre, el ministro de Planificación llamó a licitación para realizar la obra y en marzo del año pasado, ya como Presidenta, Fernández de Kirchner encabezó la apertura del sobre Nº 1 del concurso en la Casa Rosada.
Todas las instancias del proceso tuvieron su show. Menos una: la adjudicación. El 29 de diciembre, cuando De Vido firmó la demorada adjudicación no hubo cámaras ni públicos. Sólo un par de amigos. En noviembre de 2007, el Ejecutivo había valuado los trabajos en 709,3 millones de pesos. Un año más tarde convalidó el presupuesto ofrecido por Esuco-Riva de 925,8 millones de pesos: 241,4 millones de pesos más (ver aparte). Las otras empresas que participaron del concurso habían presentado propuestas sensiblemente superiores: las firmas Roggio y Caputo ofrecieron $ 1.220.165.610,13 y el consorcio integrado por Iecsa, Dycasa, Isolux y Calcaterra propuso hacer el centro cultural por $ 950.733.187,79.
Las constantes demoras en la concreción del proyecto emblemático del Vicente Nario provocaron otro desfasaje, además de la diferencia presupuestaria. La puesta en marcha del plan coincide ahora con la “crisis del siglo”. Cuando fue pensado, los autores del Proyecto CCB se preguntaron sobre la necesidad de construir una sala sinfónica para Buenos Aires. “Sin duda, la amplia comunidad musical de la ciudad lo considera indispensable. El Teatro Colón, aunque ofrece excelentes condiciones para la música sinfónica, es un teatro lírico, y sólo eventualmente presta su sala para otras actividades”, justificaron en el cuadernillo de presentación. Ahora, la pregunta es acerca de la oportunidad.
Ayer, al llegar a Tres Arroyos, la Presidenta dio una señal sobre los criterios redistributivos del gobierno nacional. Refiriéndose al paro que realizó el campo la semana pasada, dijo: “Cuando un sector que se puede dar el lujo de no vender sus productos nos parece que ha tenido rentabilidad, no nos molesta, nos parece bien, porque son argentinos pero tienen que comprender que hay otros sectores de la sociedad que necesitan mucho más ayuda y destinar esos recursos públicos a los sectores más vulnerables”. La comunidad sinfónica, agradecida.
Fuente: DDN - FM Noticias
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Respuesta: Bicentenario del 2 de mayo
Hombre, son temas distintos, pero que igual tienen que ver. La problemática de aquí es el dinero gastado para tratar de convencernos de que los españoles se levantaron por el liberalismo ( Los socialistas y los comunistas igual participan de eso ), cuando fue precisamente lo contrario, por el lema de la Religión, el Rey y la Patria. Otra muestra más de ignorancia y de lobotomía antihistórica, muy propia para educación para la ciudadanía.
Sobre el tema que citas, caro Godofredo, abrí un hilo en este foro, si quieres lo puedes trasladar allí y debatimos, pues: Carta a los Españoles Americanos
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Respuesta: Bicentenario del 2 de mayo
Si, amigo Ordoñez, aclaré que el tema solo estaba enlazado por la palabra "bicentenario", y por supuesto, por la indignación que causan ambos, aunque no estén relacionados.
Si el amigo Donoso fuera tan amable de trasladar mi post al hilo que indique Ordoñez le estaría muy agradecido.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
CAUDILLAJE HISPANOAMERICANO
http://www.lagazeta.com.ar/juan_manuel_de_rosas_05.jpg
http://cdn.clasipar.com/pictures/pho...%20Firmado.JPG
Nuestra América se desunió,
Tras guerras civiles cruentas,
¿ Acaso buscó de nuevo,
Una corona que aún no encuentra ?
América, como la vieja España,
Hierve de sangre caudillista,
Busca el orden tradicional,
Y el instinto avisa,
América quedóse sin rey,
Mas halló caudillos,
Que del Norte a la Patagonia,
Dieron más o menos brillo,
El sur conoció a Artigas,
Así como a Facundo Quiroga,
Y así como a Manuel Oribe,
Y a Juan Manuel de Rosas,
Cabalgó el gaucho restaurador,
Con espadas de unidad y libertad,
Defendiendo la unidad americana,
Sin rechazar la Hispanidad,
Nueva Granada, sin Agualongo,
Y también sin el mariscal Boves,
A los años, contra los liberales,
También arrimó el hombro,
México llegó a una nueva corona,
De Agustín Yturbide el imperio,
Y tanto la Gringada como los republicanos,
Con masonería impidieron el intento,
Y otra vez al sur, al sur,
De hispanoamericano caudillaje,
Francisco Solano López,
Ibero de guaraní andamiaje,
El mariscal del Paraguay,
Rudo, terrible, valiente,
Mas inteligente y laborioso,
Honrado y consecuente,
López el del ferrocarril,
López el de la exportación,
López el de escuelas y agricultura,
López el del más potente cañón,
Símbolo desgarrado de las Indias,
Que a la Triple Alianza se enfrentó,
Su puntero país de Suramérica,
En brutal genocidio sucumbió,
Como Santa Anna allá en México,
Grandes territorios le fueron robados,
Los enemigos de la unidad americana....
¡ Más triste es cuando son hispanos !
Francisco Solano López,
Veloz centauro de lo imposible,
Conocedor de la Europa más convulsa,
Del romanticismo irascible,
Gran mariscal paraguayo,
Reconocido y defendido por Rosas,
Qué tremendismo sanguinolento,
Qué difícil estado de cosas,
En el Mato Grosso se puso el sol,
Primero de Marzo, Cerro Corá,
Triunfó la ¿ civilización ? de Sarmiento,
Que el traicionero Mitre izará,
¿ Métodos bárbaros ? Es posible,
¿ Pero y los de ellos ?
¿ Con qué cara se pueden erigir,
Como de libertad el ejemplo ?
Oligarquía, crisis, miseria,
Todos ellos han traído,
¿ Con qué cara critican a Rosas,
A López; a los caudillos ?
No fueron perfectos,
Pero basta de infantiloide simplismo,
Hermanos: Hispanista es nuestra causa,
Que queremos y compartimos,
Cuánta sangre derramada,
Cuántas y contradictorias decepciones,
América, ¿ se acabó el tiempo,
Que el futuro prometía de colores ?
¿ Ya no hay caudillos que reaccionan ?
¿ Sólo para los sin Dios hay caminos ?
Ay América, te separaste,
Pero tan similar es nuestro destino....
¿ Cirujano de hierro de Joaquín Costa ?
¿ Cesarismo democrático de Raúl Vallenilla ?
Paréceme que en Altar y Trono,
Es nuestra unidad clara y sencilla,
García Moreno defendió la doctrina,
Contra la Revolución,
Desde el quiteño solar,
En el cual se le asesinó,
Unión Hispanoamericana,
¿ Por qué has de sonar a utopía ?
¿ Sigue lo de ser ingobernable,
Y arar en el mar todavía ?
Tradición te sobra, América,
Para forjar tu unidad lógica,
Que no la borre el yanqui,
Ni la roja hoz neurótica,
Caudillaje hispanoamericano,
¿ De natura medieval ?
En sí no eres negativo,
Lucha por la unidad,
Usa tu instintivo caudillaje,
Para un fin más elevado,
Y con todas las de la ley,
Sea el nombre hispanoamericano,
Que el Carlismo te ama,
Como te amó António Sardinha,
Caudillaje hispanoamericano,
El sol aún te ilumina,
Ínclitas razas ubérrimas,
Sangre de Hispania fecunda,
¡ Tengamos esperanza, caballeros,
En que leones ibéricos resurjan !
Y que cuando lo hagan,
Divisen el faro que no se apaga,
Donde millones de hispanos se reflejen,
En una corona federada.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
A pesar que reconozco que es un aporte positivo para quienes deseamos "empaparnos" más de historia y realidad hispanoamericana, me llevé un chasco pensando que se trataba este tema de la "Carta a los Españoles Americanos" escrita por mi "compatriota" Juan Pablo Vizcardo y Guzmán.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Ante los 200 años de la independencia hispanoamericana (I)
JOSÉ ANTONIO NAVARRO GISBERT
¿Son las naciones de habla hispana de América, desgajadas del Imperio español a través de un proceso iniciado hace ahora doscientos años, una invención al socaire de los nuevos aires que soplaban por aquellas calendas, o hunden sus raíces en lo profundo de Occidente a través de la nación descubridora del Nuevo Mundo?
Hay respuestas, alguna sin excesivos fundamentos, para todos los gustos, pero es innegable que cuando, con plenitud o sin ella, iniciaron la andadura sin tutelas españolas, lo hicieron al amparo de instituciones creadas a lo largo de tres siglos de colonia. Prueba de ello sería que las actuales naciones hispanoamericanas, con alguna excepción como Bolivia, segregada por estrategias de la guerra emancipadora del Alto Perú por Simón Bolívar, corresponden a las delimitaciones políticas, territoriales y administrativas que imperaban hace doscientos años.
El caso de Venezuela es uno de los ejemplos más significativos: su existencia política es prácticamente una creación de Carlos III en 1777, como se desprende de la lectura de la Constitución de Venezuela cuando al fijar sus límites establece: «El territorio y demás espacios geográficos de la República son los que correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810…» Es significativo, además, porque fue Venezuela el foco principal del movimiento emancipador, con la curiosa paradoja de que aquella creación política reciente, soportó la carga más pesada en las jornadas que culminaron mediada la década de los veinte del siglo XIX en la independencia, con excepción de Cuba y Puerto Rico, del Imperio español en América
La conmemoración de este segundo centenario es ocasión propicia para recordar algunas interpretaciones que se han producido al respecto. Angel Bernardo Viso, en un ensayo histórico, Venezuela: identidad y ruptura, que subtitula La historia como estado de conciencia, el pasado como introspección y vivencia colectiva, al analizar la situación actual, producto del proceso iniciado a principios del siglo XIX, dice que «vemos en nuestro continente agitarse formas confusas y caóticas de vida colectiva, que nos hacen mirar nuestro presente como la expiación de una culpa.» Interpretación a la que agrega que percibe « nuestra historia, salvo algunos momentos afortunados, como una sucesión de vías sin salida, y que invariablemente han conducido a nuevos atolladeros.»
¿Latinoamérica o Hispanoamérica?
Como punto previo para entrar en cualquier disquisición alentada por la circunstancia bicentenaria conviene abordar el tema de la definición adecuada al referirnos al antiguo Nuevo Mundo, valga el oxímoron. Nos referimos a la debatida cuestión acerca de cuál es la denominación más apropiada: ¿Latinoamérica o Hispanoamérica?
Aun cuando el término “Iberoamérica” se hace de uso obligado al referirnos a las naciones situadas en los dos hemisferios de América para incluir a Brasil, ese coloso aislado lingüísticamente de su entorno, el cual, para vencer el riesgo de incomunicación impone el español como idioma de obligado estudio, la cuestión a debatir se centra en la utilización de la palabra que con mayor rigor se incline por Latinoamérica o Hispanoamérica. Ya opinó al respecto Unamuno, cuando dejó en el aire la pregunta: “Latinoamericanos por qué, acaso hablan latín?” Quería significar don Miguel aquello de que somos lo que hablamos, argumento que de entrada es irrebatible. Sin embargo, la polémica está envuelta en sutilezas, intencionalidades y fines interesados en opacar la presencia española desde los albores del descubrimiento hasta nuestros días, y a fe que lo han logrado. Si en la propia España actual, el término “Latinoamérica” ha adquirido carta de ciudadanía, relegando “Hispanoamérica” al ámbito patrimonial del régimen extinguido con el fallecimiento de Franco, y arrinconando la palabra prácticamente al menosprecio, huelga hacer oposición en el resto del mundo.
Pero lo cierto es que el uso de “Latinoamérica” que se ha impuesto permitió al escritor venezolano Carlos Rangel, en su obra Del buen salvaje al buen revolucionario, curiosamente un éxito de librería después de treinta años de su aparición, terciar en el caso: «Los latinoamericanos no estamos satisfechos con lo que somos, pero a la vez no hemos podido ponernos de acuerdo sobre qué somos, ni sobre lo que queremos ser.» Y al referirse a la América cuya denominación a reivindicar sería Hispanoamérica, se extiende: «Esa diferenciación de la América española procede, evidentemente del sello que dieron sus conquistadores, colonizadores y evangelizadores. Se trata de uno de los prodigios más asombrosos de la historia, pero está a la vista, es irrefutable. Hay controversia sobre el número exacto de los “viajeros de Indias”. Pero en todo caso fueron apenas un puñado de hombres, entre marinos, guerreros y frailes. Y esos pocos hombres, en menos de sesenta años, antes de 1550, habían explorado el territorio, habían vencido dos imperios, habían fundado casi todos los sitios urbanos que hoy todavía existen (más otros que luego desaparecieron), habían propagado la fe católica y la lengua y la cultura castellana en forma no sólo perdurable sino, para bien o para mal, indeleble.»
De esto puede deducirse que española y no latina es esa América fundada en el aporte español iniciador de la portentosa aventura genésica creadora del mestizaje. América Latina o Latinoamérica es invención de franceses o de anglosajones, que aunque se ha implantado, constituye un caso de flagrante despistaje histórico.
El caso es que a pesar de la división en 18 naciones, que como queda dicho tiene su origen en el propio desarrollo de la colonia, la América española tiene corporeidad, haciendo caso omiso de su fraccionamiento. Lo que confiere significación especial a este hecho se debe a la circunstancia de que los primeros españoles que llegaron al Nuevo Mundo no se encontraron con un vasto territorio unido por lazos culturales o por civilizaciones, sino disperso, variado, e incluso dentro de sus especificidades, mundos en pugnas de exterminio. Fueron las instituciones españolas y fundamentalmente la Corona, el factor aglutinante. Las culturas de los por error llamados indios, acabaron perdiendo su pasividad unitaria para integrarse en las sociedades hispánicas cimentadas progresivamente durante el desarrollo del proceso de conquista, colonización y evangelización. Otro factor aglutinador lo constituye la adquisición de la conciencia de su derrota frente al conquistador con las secuelas de exterminio por doble motivo: enfrentamiento y enfermedades importadas; y acaso el más importante de todos: el mestizaje.
Incluso el indigenismo tan en boga actualmente adquiere un carácter que lo hace presentable en bloque alimentado por el cordón umbilical que transmite a todas las naciones la unidad lingüística, la religión, practicada o yacente, y una serie de usos y costumbres, heredadas de un tronco común que imprimió, como los sacramentos, carácter.
Cualquiera que sea la denominación que se quiera aplicar a la comunidad que se da en las naciones que dieron sus primeros vagidos en el claustro fetal de la conquista, colonización y mestizaje, y que nacieron con la Independencia, constituyen junto con España una realidad que prevalece por encima de cualquier pretensión caprichosa que se proponga negarla o destruirla.
- El artículo tiene cosas más que mejorables, pero creo que tiene su interés.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Felipe González, embajador español plenipotenciario y extraordinario para la conmemoración de la independencia de Hispanoamérica
By AMDG on Septiembre 29th, 2009 | No Comments »
Además de ser también presidente del Grupo de Reflexión o Comité de Sabios del Consejo Europeo…
Lo leo en una nota de este artículo sobre el mito de la Transición española que popone que due una operación teledirigida cuyo fin principal fue impedir que el Partido Comunista pasara a ser el prinicpal -quizás único- partido de la izquierda española. El artículo reseña el libro de Alfredo Grimaldos, La CIA en España. Espionaje, intrigas y política al servicio de Washington, Debate, Barcelona, España 2006.
La razón por la que he preferido referirme a un asunto marginal del artículo -aparte de porque me gusta hacerlo- es mostrar como un personaje vacío, sin oficio ni beneficio, pero con presencia y un buen pico arrastrará los votos del “pueblo soberano” y hará después lo que le plazca; es decir, lo que le hayan indicado sus amos. Presencia y un buen pico, y si no se trata de cargos electos, ni eso, solo se exige lealtad (caso Javier Solana). La lealtad sin titubeos que exige un grupo mafioso. La maleabilidad se les supone.
El mito de la Transición democrática española: la CIA en España Ismael Carvallo Robledo
http://www.noticiasdealava.com/edici...os/4148940.jpg
Categories: Hispanoamérica, Historia, Política
Tags: centenario independencia hispanoamerica
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Ante los doscientos años de la Independencia Hispanoamericana, (y V)
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Entre la libertad y el caudillismo
JOSÉ ANTONIO NAVARRO GISBERT
Los hechos que culminaron con la emancipación de los territorios que constituyen las actuales naciones hispanoamericanas, se concretaron en diversos epicentros de la vasta geografía descubierta, conquistada y colonizada en nombre de la Corona española. Entre ellos, el de mayor relieve fue el que irradió desde la actual República Bolivariana de Venezuela, en aquellos momentos Capitanía General creada por Carlos III en las postrimerías del régimen colonial. Y tanto por los acontecimientos que se desarrollaron como por el factor hombre que encarnó Simón Bolívar por cuya ejecutoria se ha perpetuado con el título de Libertador. Enarbolando el pensamiento de éste, circunscrito a las circunstancias existentes a principios del siglo XIX, el actual presidente venezolano se afana en buscar la construcción de una sociedad mucho más compleja que la de aquellos días, expresada en el enunciado socialismo del siglo XXI. Las diferencias de lugar y tiempo, sin embargo, son notables.
¡Viva Fernando VII! ¡Mueran los franceses!
Mediado el mes de julio de 1808 las noticias procedentes de la península daban cuenta de los acontecimientos que se estaban produciendo en España con motivo de la abdicación de Carlos IV y de Fernando VII a favor de Napoleón Bonaparte. El autoproclamado Emperador había impuesto como Rey de España y de las Indias a su hermano, José Bonaparte. Las primeras informaciones procedían de mensajeros franceses. En contraste con éstos, los emisarios ingleses divulgaban la noticia de que el pueblo español, movido por resortes patrióticos, se había alzado en armas contra el invasor francés iniciando la que se ha conocido como Guerra de la Independencia.
La confusión por el carácter contradictorio de las interesadas informaciones suministradas por franceses e ingleses impregnó el ambiente. Cuando los primeros anunciaron en Caracas la proclamación de José Bonaparte, la reacción de los asombrados receptores de la noticia fue congregarse en la Plaza Mayor y requerir de las autoridades la proclamación y jura de Fernando VII como el único Rey revestido de legitimidad.
La jura, rodeada de solemnidad, concluyó con las palabras del Alférez Real, Feliciano Palacios, tío de Simón Bolívar, con estas palabras: «Castilla-Castilla-Castilla y Caracas, por el señor Don Fernando VII y toda la descendencia de la Casa de Borbón.»
La perturbación producida por la convulsionada metrópoli, llamó a capítulo a los más destacados caraqueños para plantearse la pregunta obligada: ¿Quién gobierna en España tras el cautiverio del Rey? ; y para aclarar la situación: ¿En ausencia del Rey, en quién reside la soberanía? Sin vacilaciones la respuesta, corroborada en la vastedad del imperio fue tajante: en ausencia del Rey la soberanía correspondía al pueblo.
Un selecto grupo de notables caraqueños, criollos y peninsulares, redactaron un documento en el cual venían a expresar que ni la Audiencia, ni el Capitán General ni el Cabildo, gozaban de autoridad para solucionar el problema planteado, y tras su entrega al Capitán General, las autoridades encausaron a los firmantes, alguno de los cuales fue encarcelado y otros obligados a recluirse en sus posesiones fuera de Caracas. En defensa del documento, los firmantes manifestaban que se trataba de una declaración de lealtad a la Corona, en defensa del Rey, la religión y la integridad del imperio. Se desprendía, por tanto, que la esencia y finalidad eran idénticas a lo que había inspirado la constitución de las Juntas en España, y que, en consecuencia, ni existía delito alguno ni planteaba dudas acerca de la fidelidad a la Corona.
Una benévola consideración del caso resolvió la absolución de los encausados y tan sólo se objetó la intención de constituir una Junta. En consecuencia Venezuela se mantuvo, por el momento, fiel a Fernando VII, lejos de toda pretensión de independencia.
Sin embargo, la propia dinámica de los acontecimientos llevaron el 19 de abril de 1810 a la constitución de una Junta en Caracas. Pero ahora el Cabildo se opuso al reconocimiento del Consejo de Regencia, siguiendo la línea argumental de aquella tras la disolución de la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino, el pueblo volvía a ser, en ausencia del Rey, el único depositario de la soberanía. Días cargados de tensión fueron la antesala de la proclamación de Venezuela independiente de España, que se produjo el 5 de julio de 1811. Se abría un proceso que con sus altibajos sería largo y cruento.
La guerra civil
Si el siglo XIX español se caracteriza por las guerras civiles recurrentes, que arrancan con la invasión napoleónica y la subsiguiente división que se produce ante ella y culmina con las sucesivas guerras carlistas, la guerra de la independencia en gran parte de Hispanoamérica, y sobremanera en Venezuela, fue más una contienda civil interna que un conflicto internacional o estrictamente ideológico. La aristocracia criolla movida, entre otras, por razones económicas, se alzó contra las autoridades españolas: eran los propietarios de las haciendas productoras de cacao ( los «grandes cacaos» ) opuestos al mercantilismo representado por el intervencionismo económico que amparaba la Corona española. El ejemplo más notorio fue la concesión del monopolio del comercio del cacao otorgado a la Compañía Guipuzcoana de Caracas en el año 1728, que concitó la aversión y antagonismo de los productores y comerciantes criollos. Aunque debido a razonamientos expuestos ante la Corona desde Venezuela, la Compañía vio eliminados sus privilegios, había sembrado el germen, que en el clima de confusión vivido en tierras americanas desde la abdicación de Carlos IV y de Fernando VII, produjo la declaración de independencia.
El movimiento revolucionario empezó a desarrollarse dentro de límites pacíficos, pero en el marco de la sociedad que empezaba a romper los lazos del orden colonial se fue trocando éste en una anarquía latente. Pronto, el estallido inicial dio paso a la ruptura del equilibrio social existente y la violencia alcanzó límites extremos. Uno de los efectos fue la destrucción de la jerarquía social.
Antes de la declaración de independencia el 5 de julio de 1811, la mayoría del pueblo era realista. A partir de esa fecha, la quiebra de la sociedad colonial permitió que otros factores irrumpieran en el escenario de un precario equilibrio y las masas populares vieron con recelo la independencia propugnada por las clases altas, más cultas y detentadoras del poder económico.
Los líderes de la independencia no se vieron asistidos desde un principio por el pueblo, que siguió a los jefes realistas. La proclamación por parte de los primeros de «la libertad e igualdad social de los hombres libres», excluía a la inmensa mayoría del pueblo representada por esclavos. Esta circunstancia propició que los españoles ofrecieran la libertad a los esclavos, que no vacilaron en empuñar las armas contra los congresantes que en 1811 habían declarado la independencia. En este marco irrumpirá Boves, un grumete asturiano llegado a Venezuela, que por su condición de advenedizo ( orillero ) en el criterio de los criollos acomodados se vio privado de relacionarse con las clases altas y como respuesta encontró entre los zambos, mulatos, negros, mestizos e indios, a los esperanzados de redención social.
Sólo nos queda la independencia
A tal conclusión llegó Simón Bolívar, cuando en el laberinto de sus últimos días se entregó a reflexiones acerca del resultado de su epopeya.
El colosal esfuerzo que supone toda guerra dejó a las naciones emergentes exhaustas, aunque en diversos grados. En algunos permaneció casi inalterada la estructura social con estamentos jerárquicos que llegan hasta nuestros días. En otros, cual sería el caso de Venezuela, el esfuerzo bélico y la conflictividad entre las clases, el efecto sería devastador, y la falta de estabilidad de las formas de gobierno, común a las naciones hermanas, con alguna rara excepción, origen del caudillismo crónico, la represión y, como secuela, el flagelo de la corrupción.
En 1830, Simón Bolívar, liberado de la exigencia que él y sus circunstancias se había atribuido de infundir ánimos a sus seguidores en las horas de infortunio que corrieron parejas con las gloriosas, se entregaba a una profunda reflexión:
«He mandado veinte años, y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos: 1. La América (Latina) es ingobernable para nosotros; 2. el que sirve una revolución ara en el mar; 3. la única cosa que se puede hacer en América (Latina) es emigrar; 4. este país (la Gran Colombia, luego fragmentada entre Colombia, Venezuela y Ecuador) caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles de todos los colores y razas; 5.devorados por todos crímenes y extinguida por la ferocidad, los europeos no se dignaran conquistarnos; 6. Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último período de la América (Latina).»
En este cuadro que pinta Bolívar en seis puntos se dibuja con pesimismo una profecía que el tiempo se encargaría de confirmar o desmentir.
Para corroborar el pesimismo, Carlos Fuentes, siglo y medio después de Bolívar ha advertido: «Existe (para América Latina) una perspectiva mucho más grave: a medida que se agiganta el foso entre el desarrollo geométrico del mundo tecnocrático y el desarrollo aritmético de nuestras sociedades ancilares, Latinoamérica se convierte en un mundo prescindible para el imperialismo. Tradicionalmente hemos sido países explotados. Pronto ni esto seremos: no será necesario explotarnos, porque la tecnología habrá podido —en gran medida puede ya— sustituir industrialmente nuestros ofrecimientos monoproductivos. ¿Seremos, entonces, un vasto continente de mendigos? ¿Será la nuestra una mano tendida en espera de los mendrugos de la caridad norteamericana, europea y soviética? ¿Seremos la India del hemisferio occidental? ¿Será nuestra economía una simple ficción mantenida por pura filantropía?
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Cabe poner en su contexto el independentismo hispano-americano, observando los nacionalismos catalanes y vascos, y las invenciones moriscas andaluzas. ¿Es decir, si el antiespañolismo se da entre los mismos españoles, que se puede esperar de los americanos, separados por tantas leguas de mar y adjuntados a otras herencias históricas?
El discurso antiespañolista es muy fuerte, tanto en América como en Europa. Resulta, a mi ver, el disparate cultural mas nocivo del mundo occidental... y es en España donde parece practicarse con mayor ahinco. Los españoles contemporáneos parecen incapaces de mirar la historia de su país, no ya con orgullo, si no siquiera de forma objetiva. No dudaría que fuese en la América hispánica donde se "rehabilite" la imagen de españa; Los casos de Darío o Coelho apuntan a ello.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Pues no se puede expresar mejor, Josean.
Y no te olvides de Rómulo Carbia, Antonio Caponnetto, Arturo Uslar Pietri, Luis Corsi Otálora, Pablo Victoria, José Manuel González, José de Vasconcelos, Enrique Díaz Araújo....
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Los Pincheira
http://3.bp.blogspot.com/_sD7IitCiFv...0/Realista.gif
La leyenda los ha presentado como asesinos sanguinarios, ladrones sin cuartel y secuestradores de mujeres, pero "no fue una gavilla de bandidos; manejaban aspectos del bandidaje, como los saqueos, pero se trataba de una guerrilla cuyo objetivo era la defensa de la autoridad del rey", dice la historiadora Ana María Contador.
La primera noticia sobre ellos es en 1817, cuando asaltan Chillan comandados por Antonio Pincheira, el mayor; Santos, Pablo, José Antonio y dos mujeres completaban la descendencia de Martín Pincheira, empleado en la hacienda de Manuel Zañartu, en Parral.
Educados con los frailes franciscanos, los hermanos chilenos Pincheira fueron parte de la resistencia al nuevo orden que querían imponer O'Higgins y compañía. Despues del triunfo patriota de Chacabuco (1817), el Ejercito realista se disperso al sur y en toda esa zona los civiles se alzaron en armas para defender la causa del rey
La historiadora recuerda que los religiosos del sector eran contrarios a los principios patriotas y se mantenian fieles a la monarquia y la iglesia. Y para los lugareños, atentos seguidores de la palabra católica, era su deber de cristianos defender al monarca. Asi fue como los Pincheira se alzaron en armas.
Y no estaban solos. Recibieron ayuda económica de hacendados, como el mismo Manuel Zañartu, quien fue declarado enemigo de la patria. Clemente Lantoño, otro terrateniente de la zona, tambien apoyo al grupo y en 1827 todo el Cabildo de Chillan fue acusado de colaborar con los "facinerosos".
EJÉRCITO GUERRILLERO
Si en un principio la banda la integraron principalmente campesinos, pronto se unieron otros miembros. La persecución de sospechosos realistas por parte de los patriotas y los infaltables abusos de poder llevaron a muchos a unirse a los rebeldes. Parte de la tropa independentista, "exasperada de la necesidad y falta de sueldo", según informes de la época, fue a dar también a sus filas.
De esa forma, el contingente de Los Pincheira creció y se transformó en una gran fuerza. Los informes hablan de entre 500 y 1000 hombres. En sus huestes también entraron bandidos netos, ex presidiarios y una fauna de fugados de la ley. Pero pese a ello, subraya Ana María Contador, la banda mantuvo una estructura militar, donde el mas alto rango lo ocuparon siempre los hermanos Pincheira.
Entre 1817 y 1832 asaltaron numerosas veces Chillan, Parral, Linares hasta llegar a Talca, Curico y San Fernando. Durante dos años, y tras una emboscada patriota, se radicaron en Argentina y sus correrías alcanzaron a "Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires", segun Barros Arana.
Ésa fue la época en que el gobierno de Mendoza firmó el acuerdo con José Antonio Pincheira, quien "desde el dia de la fecha -dice el tratado- es reconocido en la provincia de Mendoza por tal coronel, y jefe de la Fuerza del Sur".
El inédito documento, sostiene la historiadora, revela el caracter militar y político de la banda. Es mas, ella asegura que los Pincheira llegaron a establecer una suerte de comunidad social, con familias, un cura que oficiaba misa y una economia basada en el pillaje.
Asaltaban, saqueaban y raptaban mujeres a cambio de recompensa, como fue el caso de Trinidad Salcedo, por cuya libertad exigieron "una carga de vino, dos cargas de harina (sic) y 200 pesos en Plata", según consta en el archivo del Ministerio de Guerra. Y aunque su fama habla de brutales asesinatos y descuartizamiento de niños, Contador dice que no hay documentación que pruebe tamaña crueldad.
EL FIN
Los Pincheira fueron un problema sin solución para el gobierno. Además de los enfrentamientos armados, el Ejercito recurrió a multiples tácticas para destruirlos, desde infiltrar espías para crear intrigas entre los hermanos hasta introducir botellas de alcohol con el virus de la viruela en sus filas. Pero nada lograba resultados.
Hacia 1832 Antonio habia muerto en una batalla y Santos en un accidente en la cordillera, y los Pincheira se mantenían como el último bastión realista de Sudamérica. El gobierno propuso conversar de paz y José Antonio accedió. Fatal error; Manuel Bulnes aprovechó la confianza establecida y en una emboscada arrasó con ellos. Pablo fue fusilado y José Antonio escapó, pero al final se entregó.
Contratado como empleado en la hacienda del presidente José Joaquín Prieto, el último de los Pincheira murió anciano, rodeado de hijos y de leyenda.
Publicado por Reke Ride en 7:45
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Reke Ride, qué hermosa imagen, ¿ de dónde la sacaste ?
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Uff! Tantísima historia por descubrir, tantos hechos por aclarar, tantos temas a debatir y problemas a solucionar; y sin embargo, la respuesta se antoja tan simple, tanto como que se encuentra en el nombre de la lengua misma en que hemos de tratar éstos menesteres: En Español.
A la larga, tengo fé en Dios, pesaran más todas éstas cosas que compartimos: historia, lengua, cultura etc. Que aquéllas que nos han separado a través de los siglos que llevamos separados. Se escuchan levantiscos con absurdos discursos "Indigenistas" por todos lados, sin embargo la lengua Española es hablada cada día por más individuos y las lenguas prehispánicas cada vez menos usadas, los medios de comunicación modernos nos ayudan a permanecer juntos en pensamiento y sentimiento a pesar de las distancias y nos permitirán ir estrechando lazos y contarnos mutuamente nuestra verdades para desenmascarar las mentiras que se nos han dicho. No será fácil en absoluto, pero poco a poco... el Hispanismo deja sentir su influencia y crecimiento en todos nosotros.
Que ésta celebración de 200 años de separación, nos haga abrir los ojos y marque el inicio de una nueva era para los países Hispanos, con miras a recuperar lo perdido e identificar nuestros verdaderos enemigos en los países ajenos a nuestra cultura, sean angloparlantes, musulmanes ó africanos. ¡Que viva por siempre la Hispanidad en América!
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Por cierto Ordoñez que hermosas poesías nos has compartido ¿Podrías decirme el nombre del autor o autores? me ha gustado mucho la "epístola a los Españoles americanos" no me digas que es de tu autoría... es muy conmovedora.
Por cierto me he dado cuenta que los Españoles tenéis más relación con los Peruanos, al menos ésa impresión me da, tal vez sólo sea mi imaginación; en fin, con ayuda de ésta página entre las cosas que he ido leyendo y las verdades ocultas en la historia con las que me he ido documentado, espero en Dios tener ahora sí una plataforma desde la cual poder promover el Hispanismo en mi país y combatir así la leyenda negra antiespañola para dar un pequeño pasito hacia esa hermandad Hispana deseamos.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Pues sí Smetana, son de mi cosecha:)
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Ooooh!! si ya veo, ya estuve leyendo varios también en el tema "mis poesías" hermosos en verdad ¿Me darías permiso de darlos a conocer por acá? Por supuesto te voy a dar tu crédito como autor. verás tengo intención de seguir promoviendo el hispanismo pero a un nivel mas de calle, mas personal con panfletos y volantes para no estar sujeto sólo al internet y tus poesías son en verdad dignas de conocerse ¿Qué te parece?
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Muchas gracias Smetana. Pues sí, por qué no...Y de paso expones como referencia el foro.
Ya que estamos, así como el que no quiere la cosa, ¿ qué semblanza nos harías de la independencia mexicana ?
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Mejor que éso, me tomaré la libertad de traer los temas que tenía en el foro México Hispano para publicarlos acá ¿Qué os parece?
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Excelente idea Smetana, nos ilustraria mucho. Aqui pongo un video que lo colge en un hilo aparte, pero creo que aca encaja mejor. Se trata sobre el Ejercito Real del Peru y sus heroes, aqui lo dejo:
YouTube - Ejército Real del Perú 1810-1824
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Las independencias en América hispana
Por el Padre José María Iraburu
Las Trece Colonias primeras de los Estados Unidos se independizan en 1776. Y el estallido de la Revolución francesa se produce en 1789. No hay, sin embargo, por esas fechas en la América hispana un ansia de independencia respecto a la metrópoli, aunque sí es cierto que durante el siglo XVIII, vigente cada vez más el espíritu de la Ilustración, la acción de España en América pierde en buena parte su sentido evangelizador y se va endureciendo más y más, con lo que crecen las tensiones entre criollos y peninsulares.
Sin embargo, los hispanoamericanos reaccionan todavía en favor de la Corona española con ocasión de la invasión napoleónica de la península (1807-1808), y constituyen Juntas que, acatando la autoridad de Fernando VII, pronto derivaron a ser auténticos gobiernos locales. En efecto, poco después la debilitación política de la lejana metrópoli y el sesgo liberal de las Constituciones de 1812 y de 1820, hacen que los grupos dirigentes criollos -políticos locales, clero, comerciantes y hacendados- se decidan a procurar las independencias nacionales. Y el pueblo llano, que se veía forzado a repartirse o bien al servicio de los dirigentes independentistas liberales o bien al de los realistas, más tradicionales, hubo de sufrir una serie de guerras civiles muy crueles, de las que salieron las independencias de las nuevas naciones.
De este modo, en muy pocos años, y generalmente de forma improvisada, se decidió la suerte de un continente. El proceso no fue fácil. Los libertadores hubieron de enfrentarse muchas veces a las masas populares, que no veían claro aquel salto en el vacío, y que con frecuencia, por instinto, temían más la próxima oligarquía criolla que la lejana Corona española. Los propios dirigentes criollos se mantuvieron muchas veces dubitativos hasta última hora, cuando, ante la debilidad de Fernando VII, optaron por acrecentar su propio poder con la independencia.
Por otra parte, los nuevos generales Bolívar, Sucre, San Martín, imitando a Napoleón -el héroe de la época, el que llevó sus banderas hasta Rusia, Egipto y España-, atravesaron también ellos los Andes y las fronteras incipientes, decididos a escribir la historia a punta de bayoneta, rubricándola con el galope de sus briosos caballos.
No olvidemos, por lo demás, que unos y otros, políticos y generales, se vieron decisivamente apoyados por agentes extranjeros, principalmente ingleses, norteamericanos y franceses, hambrientos desde hacía siglos de la América hispana. Las logias masónicas, que ya en el XVIII habían difundido por el continente el espíritu de la Ilustración, anticristiano, racionalista y libertario, constituyeron entonces la red eficaz para todas estas conexiones e influjos convergentes.
Bolívar, San Martín, Sucre, O’Higgins, fueron masones de alta graduación, lo mismo que Miranda y otros líderes de la independencia; y también lo eran en España muchos de los políticos liberales y de los militares que favorecieron la emancipación.
Por último, como señala Salvador de Madariaga (Bolívar I,53), la invasión napoleónica de la península «impidió a España que reforzara a tiempo con sus armas la mayoría que en el Nuevo Mundo, hasta 1819, fue favorable a la unión».
Fragmentación territorial
A partir sobre todo de 1821 las independencias de las nuevas naciones de la América hispana se producen en cascada. Pero hasta última hora, hubo una posibilidad, y quizá una probabilidad, de que Hispanoamérica permaneciera unida, formando de una u otra forma una especie de Common wealth. Muy rápidamente, sin embargo, se produjo la descomposición del mundo unido hispanoamericano.
Así fueron naciendo un buen número de Estados, que correspondían más o menos a las partes menores del imperio hispano, audiencias, capitanías generales o intendencias. Desde un principio, Miranda, Bolívar, Artigas, San Martín o Rodríguez de Francia, pensaron en una gran unión de naciones hispánicas; pero aquello era entonces sólo un sueño. La unidad real de México a la Patagonia había existido durante tres siglos, pero una vez rota, era ya irrecuperable. El presente de la América hispana estaba sellado por la división, y con relativa frecuencia por el enfrentamiento fratricida entre naciones vecinas.
Historia falsa para naciones nuevas
En todos los lugares ocurrió lo mismo: se hacía preciso y urgente crear una nueva identidad nacional. Pero la tarea que recaía sobre la oligarquía local era realmente muy difícil. ¿Cómo hacerlo? Era imposible fundarla en indigenismos ancestrales, menospreciados entonces, a veces múltiples y contradictorios, y en todo caso, a la vista de ciertas insurrecciones recientes, de muy peligrosa exaltación. Tampoco era posible acudir a la raíz hispánica, pues la emancipación se había hecho precisamente contra ella.
Quedaba, pues, solamente afirmar la propia identidad nacional contra los países vecinos y más hondamente contra España, rompiendo lo más posible con el pasado, con la tradición, partiendo de cero, y procurando eliminar de la memoria histórica aquellos tres siglos precedentes de real unidad hispano-americana, que en adelante no serían sino un prólogo oscuro y siniestro del propio logos nacional luminoso y heroico.
Todo esto, claro está, no podría hacerse sin una profunda y sistemática falsificación de la historia, que en la práctica habría de llegar a niveles sorprendentes de distorsión, olvido e ignorancia. Así, por ejemplo, sería preciso fingir que en las guerras de la independencia las naciones americanas se habían alzado, como un solo hombre, contra el yugo opresor de la Corona hispana. Sería urgente también engrandecer los hechos bélicos, y más aún mitificar los héroes patrios recientes, aunque a veces presentaran rasgos personales sumamente ambiguos.
Es el caso, por ejemplo, de un Simón Bolívar, rico terrateniente, mujeriego notorio, hombre que declara «guerra a muerte» a quienes no conciben como él el futuro de América, mata a prisioneros, ordena en 1823 la deportación masiva de los habitantes de Pasto, rebeldes a su causa: «Los pastusos deben ser liquidados -escribe el 21-10-1825-, y sus mujeres e hijos transportados a otra parte, dando aquel país a una colonia militar» (Lucena Salmoral 82-83).
En realidad, su manera de concebir mentalmente América es, como en tantos otros patriotas del momento, muy improvisada, confusa y cambiante. Bolívar es un hombre que, en medio de sus apuros militares y políticos, piensa entregar a Inglaterra «las provincias de Panamá y Nicaragua, para que forme en estos países el centro del comercio de universo, por medio de la apertura de canales» (49); o proyecta colocar a Colombia, o incluso a Hispanoamérica en su conjunto, «bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste su protección», Inglaterra, concretamente; o somete al Congreso de Colombia la decisión de instaurar allí la monarquía; o idea un Senado vitalicio, «hereditario, como el que propuse en Angostura, incluyendo los arzobispos y obispos» (148-149).
No es, pues, extraño que Bolívar confesara a Mosquera poco antes de morir: «No sé si he hecho un bien o un mal a América en haber combatido con todos mis esfuerzos por la causa de la independencia» (149)... Y que en una carta a su amigo Urdaneta (5-7-1829) le dijera: «Yo vuelvo a mi antigua cantinela de que nada se puede hacer bueno en nuestra América. Hemos ensayado todos los principios y todos los sistemas y, sin embargo, ninguno ha cuajado... En fin, la América entera es un tumulto, más o menos extenso... Éste es un caos, mi amigo, insondable y que no tiene pies, ni cabeza, ni forma, ni materia; en fin, esto es nada, nada, nada» (150). Como muchos otros masones de la época, murió Bolívar cristianamente.
La revolución liberal en Hispanoamérica
El caos político que en el XIX se va haciendo crónico y el subdesarrollo económico consecuente no proceden en América principalmente del hecho de la independencia, o del temperamento, o del clima, o de la cultura de tradición hispana: provienen del paso en la vida pública del Evangelio a la Ilustración liberal: es decir, nacen, ya desde finales del XVIII, de la ruptura con la tradición, del liberalismo político y del liberalismo económico, es decir, del capitalismo salvaje que a partir de la independencia se impone en sus formas más puras. En España, que no está en América, las cosas del XIX no van mejor, pues el país padece la misma enfermedad política.
Miquel Izard, en Latinoamérica, siglo XIX; violencia, subdesarrollo y dependencia, aunque lo explica todo a la luz de «la lucha de clases», y piensa que en las Indias «se encomendó a la Iglesia la represión ideológica» (73) -es decir, aunque denota en sus análisis una mentalidad marxista y anticristiana-, tiene interesentes observaciones críticas sobre la Revolución liberal allí cumplida.
Éste fue, afirma, «el conjunto de medidas que podríamos llamar ilustrado o liberal. A nivel material, todas las reformas propuestas giraban alrededor de un eje: el tránsito del abastecimiento a la producción [excedentaria], asunto en el que estaban absolutamente de acuerdo todos quienes querían y pensaban beneficiarse del cambio; se trataba de liquidar los últimos restos de la trama autosuficiente, acabar con el usufructo comunal de las tierras, las praderas y los bosques (en las Indias, esencialmente los llamados resguardos), donde podían obtener lo necesario para sobrevivir, permaneciendo así bien poco vulnerables y apenas dependientes. Con estos cambios los naturales se verían obligados a convertirse en trabajadores, muy vulnerables ahora ya, pues si no podían trabajar no podían comer, y, posiblemente, se convertirían también en compradores. El programa implicaba además la desamortización, para liquidar los vestigios de las tierras no privadas, permitir la construcción de redes de transporte y el drenaje de la producción autóctona, y asegurar la entrada de productos industriales, procedentes de la periferia local o del todo forasteros. Un desarme arancelario, para derribar las viejas trabas aduaneras impuestas por el mercantilismo, que congestionaban entradas y salidas, completaba el proyecto transformador.
«En conjunto, se trataba de imponer la nueva cultura... una moral nueva, la occidental, que habla de las excelencias del crecimiento material, del triunfo y del éxito individuales, de una sola idea válida de progreso, o de los beneficios del ahorro y de la laboriosidad, frente a una moral coherente, basada en la solidaridad, la reciprocidad y la cooperación. El ocio, que era en aquellas comunidades participativo y variado, se vio convertido en una mercancía de consumo para continuar la tarea desarticuladora iniciada en la familia y en la escuela. La culminación vendrían cuando, en pleno siglo XIX, se instaura, falsamente, el engaño del parlamentarismo, como única forma posible de gobierno democrático» (9).
La política del liberalismo
Analizaremos por partes, siguiendo también a Miquel Izard, algunos de los rasgos fundamentales del liberalismo en la América hispana, ateniéndonos sobre todo al siglo XIX:
Imposición de una nueva cultura. -El liberalismo «establece patrones estéticos, legales, religiosos y económicos», y les da «condición normativa» sobre las masas. «La cultura liberal controla la información, decide lo que puede llegar a la gente del pueblo» (147). Siendo a un tiempo antitradicional y antirural, el liberalismo está convencido de «la ignorancia de los campesinos, a los que además tacha de retrógrados» (148). Trata, pues, en general de redimir al pueblo sencillo de su oscurantismo secular mediante la escuela laica, gratuita y obligatoria. Y no tolera que nadie escape a su influjo. De este modo «los sectores sin poder se ven a sí mismos como carentes de saber en todos los ámbitos y, por consiguiente, interiorizan la posición desfavorable que ocupan en la estructura social como una consecuencia de sus propias limitaciones... Los miembros de las clases populares saben que no saben» (148-149).
Democracia falsificada. -Como la emancipación de la América hispana no había sido preconcebida, hubo que improvisar las nuevas formas políticas entre prisas y provisionalidades, al paso de los acontecimientos. En este apuro, las clases dirigentes criollas, más bien perplejas, fueron pronto orientadas por liberales, radicales y logias, y así no pensaron en construir, al viejo modo de la tradición hispana, una democracia real y orgánica -concejos y gremios, juntas y fueros-, sino que, siguiendo la vía inglesa, o mejor, francesa, adoptaron formas de democracia aparente e inorgánica.
De esta manera, bajo lemas de progreso y modernidad, se hizo cuanto fue posible por eliminar todos los núcleos naturales y todas las formas tradicionales, indígenas o hispanas, de asociación, para transformar así al pueblo en unamasa, perfectamente manipulable al haber perdido sus raíces históricas. Se consiguió, pues, que unos pequeños grupos oligárquicos, con Bancos y prensa, logias y partidos, usurpasen para mucho tiempo un poder político omnímodo: el poder que dió lugar al Estado liberal moderno.
Es cierto que «su programa político era en principio el de cualquier liberalismo: libertades básicas (de culto, de imprenta, de palabra, de pensamiento, etc.), abolición de la esclavitud, secularización legal y moral, reforma del sistema judicial y del tributario. Pero también propugnaban, lo que enmascaraba racismo y deslumbramiento ante lo europeo, blanquear la población, intentando la atracción de inmigrantes. Sin embargo, y suponiendo que en verdad desearan estas libertades, pensaban, aunque no lo dijesen abiertamente, que sólo la élite estaba capacitada para ejercerlas» (55).
Con todo ello, «en todas las nuevas repúblicas latinoamericanas -y por supuesto en el resto de Occidente- las masas fueron explotadas y nadie pensó que pudieran ser consultadas para conocer su parecer sobre la organización estatal. En el caso de México, y quizás en alguna otra república de población mayoritariamente de color, las masas no sólo fueron marginadas, sino que fueron derrotadas a principios de siglo en las guerras que siguen llamándose de la independencia, y a partir de este momento, los rurales y las masas urbanas serían no sólo tenidos como seres inferiores, sino también como enemigos a los que se había vencido y a los que debía tenerse constantemente bajo vigilancia para poder sofocar cualquier nueva revuelta antes de que se extendiera» (61).
Los liberales hallaron con frecuencia enel positivismo la justificación filosófica de la violencia política sobre las masas. Señala François Chevalier que «desde la España ilustrada y el final de los imperios ibéricos ningún movimiento intelectual americano ha tenido la importancia que cobró el positivismo, aunque este término encierra en realidad ideas diversas, a veces muy distintas de las de Auguste Comte» (América Latina... 282).
Es muy significativo que «durante más de medio siglo desde el último tercio del siglo XIX, la mayoría de los gobiernos de América latina sean dictaduras que se califican a sí mismas de Orden y Progreso»; el lema, por ejemplo, de la bandera del Brasil.
Efectivamente, «Augusto Comte era partidario de un poder fuerte, capaz de mantener la cohesión social en el difícil paso del estado metafísico al estado positivo -una especie dedespotismo ilustrado, en cierto modo-. En la realidad, sería interesante analizar desde el punto de vista sociológico e histórico estas dictaduras, curiosa mezcla de espíritu progresista o novador, de ideal masónico, y de caciquismo o caudillismo, marcado a veces con el cuño de los peores abusos del poder personal» (286).
Enriquecimiento de los ricos y dependencia extranjera. -El pleno desarrollo del capitalismo liberal exigía la formación de grandes capitales y de mucha mano de obra barata. Se eliminó entonces casi totalmente la propiedad comunal (resguardos, ejidos, etc.), y totalmente la propiedad eclesiástica. Lógicamente, «la vieja oligarquía virreinal se llevó la parte del león en la desamortización» (Izard 62). De hecho, «el resultado final de la Reforma [liberal] fue no una expansión de la mediana propiedad, sino, contrariamente, el fortalecimiento del latifundismo» (60). Llegaron así a producirse grandes latifundos y poderosas empresas, controladas frecuentemente por capital extranjero.
En efecto, con el enriquecimiento de la oligarquía se fue produciendo a lo largo del siglo XIX un crecimiento de la dependencia del poder económico extranjero. Empresarios y comerciantes, y lo mismo políticos o caudillos en apuros -y tantas veces se veían en apuros-, buscando sus ventajas personales, se hicieron con mucha frecuencia meros abogados de los intereses forasteros.
Sin duda, «los nuevos gobernantes no pudieron imaginar que, tras las guerras que llamaron de la independencia, las nuevas repúblicas se iniciaran mucho más dependientes de lo que lo habían sido durante el período colonial. Porque las decisiones esenciales, la incorporación de nuevas tierras, la exportación de nuevas materias primas, la apertura de nuevos mercados, serían tomadas en Londres, New York o París, al margen, por supuesto, de las aspiraciones o deseos de los gobiernos de los países capitalistas periféricos» (40).
La invasión del poder económico extranjero se produjo, a mediados sobre todo del XIX, por la implantación local de filiales de Bancos extranjeros, británicos primero (London Bank of South America, Mexican Bank, Anglo-Argentine Bank, etc.), alemanes después, y en seguida franceses e italianos, belgas y norteamericanos (47). «A otro nivel, capitales forasteros se dirigían hacia los servicios: así, el puerto de Buenos Aires era de una compañía británica, como los ferrocarriles del mismo país y los del Brasil, Chile, México o Perú. También controlaban -ingleses, franceses o alemanes- los transportes urbanos, el agua, gas o telégrafo y, más tarde, la electricidad» (49). Añádase a esto el control británico de grandes actividades agropecuarias en Argentina o Brasil, el capital norteamericano introducido en la explotación del azúcar o la fruta, y el dominio de unos y otros sobre la producción y el comercio de nitratos o cobre, café, máquinas...
«El paquete de medidas económicas convertía a los liberales en abogados del capitalismo exterior, en correveidiles, conscientes o no, de los intereses forasteros, favoreciendo la navegación fluvial a vapor, el librecambio o lo que el profesor Jordi Nadal ha llamado la desamortización del subsuelo (la cesión de los yacimientos mineros a empresas extranjeras, en la mayoría de los casos a cambio de nada para el gobierno), la exportación de bienes primarios sin elaborar o la introducción de manufacturados que arruinaron los obrajes autóctonos» (55).
En esa misma lógica se inscriben ciertas pérdidas territoriales, a veces enormes, como las producidas en México. Ya en 1803 el gobierno español devolvió la Louissiana a Napoleón, y éste la vendió a Washington. Pues bien, en 1848, en la guerra con los Estados Unidos, México cede casi la mitad de los territorios que tenía al emanciparse, Texas, Nuevo México, Arizona, California, Utah, Nevada y parte de Colorado, gracias a la complicidad de políticos liberales, como ya vimos más arriba (317).
Subdesarrollo e injusticia social. -Con todo esto, «la secesión [más exactamente el liberalismo económico] exacerbó los antagonismos sociales» (Izard 96), y condujo a la gente pobre y a los indios a situaciones masivas de miseria, antes desconocidas. «No estoy defendiendo la feudalidad -sigue diciendo Izard-, ni cosa que se le parezca; me limito a insinuar que durante aquel período [medieval], viviéndose bajo la opresión, no hubo condiciones tan degradantes como se dieron desde finales del siglo XVIII, a partir de la consolidación de la sociedad excedentaria o capitalista» (96).
En efecto, «las reformas liberales podrían resumirse en algunas características: total desarticulación de las sociedades aborígenes, creciente vulnerabilidad de su componentes que, en el mejor de los casos, conseguirían proletarizarse en unas condiciones calificadas de feudales, aunque insisto, una vez más, jamás se había alcanzado esta degradación en la edad media; expansión de los latifundios coloniales» (107)... Y dependencia creciente, como hemos visto, del poder económico de extranjeros. Políticos, empresarios y comerciantes de la burguesía liberal americana fueron «las más de las veces meros abogados de intereses forasteros» (97).
Todo esto explica que «casi coincidieron cronológicamente guerra de la independencia e inicio del creciente atraso material» (37), pues «la liquidación del poder colonial en beneficio de los grandes propietarios, y la apertura al mercado mundial no condujeron al crecimiento económico y al progreso material, sino a todo lo contrario» (38). En efecto, «terminadas las guerras, la oligarquía, que ya controlaba de hecho el mando en el período colonial, pasó a hacerlo también de derecho. Los gobiernos representaron y defendieron exclusivamente los intereses del reducido grupo de grandes propietarios de la tierra, más algunos mineros, comerciantes u obrajeros, despotismo jamás amortiguado por la democracia parlamentaria aparente, que los beneficiarios finales de la contienda estuvieron dispuestos a otorgar» (39).
El nuevo ejército. -En los siglos hispanos, como es sabido, «no fueron necesarios ejércitos permanentes» en las Indias (76), pero con las guerras de independencia se fueron formando poderosos ejércitos nacionales, que cumplían varias funciones importantes: acentuar la nueva identidad nacional, afirmar las inciertas fronteras, y controlar todo el territorio nacional, que hasta entonces, en buena parte, había estado dejado más o menos al uso libre de los indios no asimilados. Políticos, empresarios y terratenientes, decidieron ahora, sirviéndose del ejército, hacerse con todo el territorio nacional. Estas campañas se justificaron «hablándose de «recuperar nuestro territorio», «llevar la soberanía del Estado hasta sus verdaderos confines» o «civilizar las zonas más deshabitadas del país»» (77).
Los indios. -Puede decirse que en el período hispano la Corona hizo grandes esfuerzos por asimilar a la población india, trayéndola a vida cristiana y civilizada; pero dejó normalmente a su albedrío a los indios de las regiones más hostiles y resistentes. Por eso «las comunidades conservaron los principales elementos de su cultura; pongo por caso, la Corona sólo empezó a pensar que los aborígenes debían ser obligados a aprender el castellano y abandonar su lenguas, a finales del período colonial [en los gobiernos de la Ilustración], lo que por supuesto ni empezó a poner en práctica. A lo largo [en cambio] del siglo XIX recibieron el embate, cada vez más impresionante, del proyecto liberal» (121-122).
Este embate, como ya hemos comprobado en otros lugares de nuestra crónica, comenzó ya en el XVIII, cuando la Ilustración decidió liberar los poblados de indios, sustituyendo la tutoría de los misioneros por funcionarios civiles, con los resultados que ya conocemos. Pero ahora ya, en el siglo XIX, esas bolsas, a veces muy extensas, de población indígena no asimilada, no podían ser ya consentidas, «sino que debían asimilarse o liquidarse los aborígenes independientes, que señoreaban los territorios de expansión posible, no ocupados todavía por otros estados, que fueron víctimas, como en el resto del continente, de una política agresiva que tenía varios objetivos: ampliar el territorio dominado por los terratenientes; liquidar economías competitivas (los aborígenes cazaban ganado orejano o libre); convertir a los aborígenes, una vez domesticados, en mano de obra barata; acabar con sociedades resistentes y alternativas, que era un muy mal ejemplo e, incluso, un santuario para los refractarios internos» (123-124).
«Los liberales no podían tolerar que grupo alguno -de lo que ellos llamaban la nación- rechazasen su paquete. Por ello continuó la violenta acometida contra pueblos que, uno tras otro, iban quedando en las fronteras reales» (124).
En adelante, el trato que los políticos hispano-americanos van a dar a los indios no va a ser muy diferente de la política de los anglo-americanos con los pieles-rojas. Un mismo espíritu ilustrado -liberalismo político y económico, positivismo jurídico, capitalismo salvaje- estaba vigente de Alaska a la Patagonia, aunque en el sur se viera más suavizado por el catolicismo.
Por esos años, pues, los gobiernos ilustrados resolvieron definitivamente el problema de los indios no asimilados. «A mediados del XIX el gobierno mexicano, copiando una idea del colonialismo inglés en el Norte, compraba cabelleras de indígenas, pagando cien dólares por la de un guerrero, cincuenta por la de una mujer y veinticinco por la de un niño... En Guatemala, para someter a los quichés, se incendiaban aldeas o se obligaba coercitivamente a consumir alcohol... Poco más tarde, se cazaron lacandones que fueron conducidos, encadenados, a la ciudad de Guatemala y enjaulados en el zoológico. En el Brasil, a finales del siglo XIX, se inició el exterminio sistemático de los aborígenes amazónicos; eran todavía unos dos millones y han quedado reducidos a unos doscientos mil» (124).
Los araucanos en Chile, en una guerra terrible, no fueron vencidos hasta 1885. La campaña contra los indios de la Patagonia argentina duró de 1876 a 1881. En México, la guerra con los yaquis, iniciada en 1825, duró casi un siglo, y en ese tiempo se peleó también contra los coras; de mediados de siglo fue la rebelión de los indios de Sierra Gorda, que se extendió por buena parte del centro de la nación; también por esa época la insurrección masiva de los mayas del Yucatán fue resuelta en una guerra terriblemente sangrienta; miles de ellos fueron vendidos como esclavos en Cuba.
Finalmente, muchos pueblos de indios o cimarrones de la Amazonia o del Llano venezolano no fueron sujetos o eliminados hasta hace pocos años (78-79). Acerca del tratamiento aplicado a indios y gente pobre durante el período de Porfirio Díaz (1876-1911) John Kenneth Turner refiere verdaderas atrocidades en la obra México bárbaro, escrita en 1911.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Ordóñez
Muchas gracias Smetana. Pues sí, por qué no...Y de paso expones como referencia el foro.
Ya que estamos, así como el que no quiere la cosa, ¿ qué semblanza nos harías de la independencia mexicana ?
Bueno retomando tu petición, la independencia de México y en general de Hispanoamérica, es un tema que me atrae muchísimo; pero es tan amplio que es muy difícil al menos en mi caso particular, poder llegar a una sola conclusión o bien tener una ideología bien definida.
En un comienzo el primer levantamiento, es decir, el de el cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, ni siquiera podríamos considerarlo como un movimiento independentista contra España, ¡si hasta proclamaba a Fernando VII como el legítimo rey de la Nueva España! y sin embargo es justamente el 16 de septiembre "el día del grito de Dolores" el que festejamos como el inicio de la independencia.
Creo que no puedo culpar a los padres de la independencia por buscar que la Nueva España fuera para los novohispanos, pero en general me parece que aquélla época fue todo un caos político muy bien aprovechado por toda clase de aves de rapiña que buscaron sólo sus intereses inmediatos. Yo la verdad, desde muy chico que comenzaban a enseñarnos de historia siempre pensé que hubiera estado del lado conservador si hubiera vivido en aquélla época.
Lo que me causa muchísima tristeza fué que al final la relación entre dos países hermanos como la Nueva España y España haya quedado tan lastimado, éso es lo que más lástima me da.
La historia en México está severamente manipulada, la gente parece de plano preferir no saber la verdad porque es demasiado el choque ideológico ¿Seguimos sintiendo rencor por le país que nos dió la patria y la cultura hispana pero llevamos una relación de las mil maravillas con el país que nos arrebató medio territorio y quienes para colmo tienen una cultura totalmente antagónica a la nuestra? Me parece demencial lo que ocurre en verdad.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
- Gente, han salido 2 títulos sobre esta temática muy prometedores:
Novedades Editoriales - Octubre de 2009
Ediciones Nueva Hispanidad
Luis Corsi Otálora
Los realistas criollos
Por Dios, la Patria y el Rey
Colección El "otro" bicentenario
Con el patrocinio de la Fundación Francisco Elías de Tejada - Madrid
144 págs. I.S.B.N.:978-987-1036-44-8
Argentina: $ 40.00.- España y resto de Europa: € 12.00.-
“La España nos ha hecho la guerra con hombres criollos, con dinero criollo,
con provisiones criollas, con frailes y clérigos criollos y casi todo criollo” .
(German Roscio a Bolívar en 1820).
Este texto constituye un arduo y original esfuerzo por hacer comprender el proceso de independencia como el de la más devastadora Guerra Civil que haya arrasado a Hispanoamérica, tanto económica como espiritualmente, hecho condicionado e inducido por el voraz capitalismo inglés, al que sirvieron -en general de manera consciente- las nuevas clases dirigentes criollas surgidas de este proceso revolucionario. Sin embargo, no todos los americanos se sumaron a la revuelta, como generalmente se afirma, sin demasiado conocimiento. Los hubo en cantidad y calidad que permanecieron leales a su rey, y pelearon hasta el exterminio. A rescatar su memoria, y a indagar sobre sus razones, dedica el autor este lúcido trabajo.
José Manuel González
La "cueca larga" de los Pincheira
Una montonera realista en la independencia sudamericana
Prólogo de Luis Corsi Otálora
Colección El "otro" bicentenario
Con el patrocinio de la Fundación Francisco Elías de Tejada - Madrid
192 págs. 978-987-1036-49-3
Argentina: $ 49.00.- España y resto de Europa: € 14.00.-
Los Pincheira fue el nombre por el cual se conoció, durante la Guerra de la Independencia o de Secesión hispanoamericana, a una montonera, partida o guerrilla en la que militaron algunos oficiales del ejército realista de Chile, pero que, esencialmente, estuvo constituida por criollos de aquel país, como los hermanos Pincheira, quienes acaudillaron y dieron nombre a la hueste que luego de las derrotas de Chacabuco y Maipú, compartiendo, quizás la convicción del personaje de Ionesco en El Rinoceronte: “Soy el último hombre (...) Nunca capitularé”, permanecieron leales a las banderas del rey, apoyándose en numerosas comunidades indígenas de ambos lados de la cordillera e iniciando un combate que se prolongó hasta 1832, en la provincia del Neuquén, en suelo argentino.
Estos títulos pueden adquirirse en
"Nueva hispanidad"
o en las librerías habituales,
Consultas por mail a:
Naturalmente, en Nueva Hispanidad
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
" LOS REALISTAS CRIOLLOS ", DE LUIS CORSI OTÁLORA
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Ediciones Nueva Hispanidad
- Llevaba mucho tiempo esperando este libro. Supe de su génesis a través de mi amigo Félix Della Costa. De Corsi ya tenía Bolívar, la fuerza del desarrago y " ¡ Viva el Rei ! Los negros en la independencia. Tuve con él varias conversaciones telefónicas y hasta le " presenté " el de los negros de la independencia en la televisión local. Fueron libros que me entusiasmaron mucho, y comprendí por qué Menéndez Pelayo recordaba el buen hacer de los colombianos para con la lengua castellana, apuntando que la Bogotá decimonónica era considerada la Atenas de Sudamérica. Pablo Victoria refrenda ello en su obra Al oído del rey.
Los realistas criollos es acaso el trabajo culmen de esta trilogía de revisión histórica, donde Corsi se centra en las amplias áreas venezolanas y neogranadinas en una parte de la historia tan importante para todos los hispanos y de la cual sólo hemos podido escuchar una versión, y quizá más desde España, donde en plena puerta de Indias existe un monumento a Bolívar que fue traído por Juan Carlos....Para esta pieza historiográfica, Corsi se centrará en la frase de Germán Roscio a Simón Bolívar: " La España nos ha hecho la guerra con hombres criollos, con dinero criollo, con provisiones criollas, con frailes y clérigo criollo y casi todo criollo ". A saber, que las llamadas " guerras de emancipación " no fueron tales, sino grandes guerras civiles hispanoamericanas, donde pelearon americanos contra americanos, con muy poca presencia peninsular/isleña. Que si esas dolorosas guerras se prolongaron tanto, y que si Bolívar llegó a llamar a Venezuela " la Vendée de América " fue por algo. Como fue por algo que Torre Tagle o Riva Agüero volvieran a la causa realista hasta resistir en el Callao; como fue por algo que el general Santander " reculara " ante la política bolivariana y que los que habían luchado en el bando realista lo proclamaran como su hombre de orden a los años. Que si Simón Bolívar fue independentista y masón, murió bastante arrepentido, y su hermana María Antonia fue realista leal, " la criolla principal ". Que hubo colaboradores de Bolívar como F. Zea, acaso un " Talleyrand hispano ", que intentaron hacer a los años una " Commonwealth hispánica ". Y que uno de los más grandes apoyos que tuvo el realismo americano fue la indiada, a los años tan despreciada por las distintas repúblicas. La indiada y las " castas " que a los años apoyarían con fervor a Juan Manuel de Rosas en la Argentina o a García Moreno en el Ecuador. Los grandes derrotados de la guerra a muerte de Bolívar, como tantos españoles que fueron exterminados o exiliados.
Se centra, como digo, en las áreas neogranadinas, pero se expande por toda Hispanoamérica.
Lo cierto y verdad es que desde las primerizas proclamas de Miranda, se buscaba entregar Hispanoamérica a la Pérfida Albión; desde primera hora no se buscaba " libertarla ", sino entregarla por una minoría dominante y oscura; y no se buscaba " libertarla " porque no era un conflicto de invasores contra invadidos. Se buscaba " cambiarla "....
Lo cierto y verdad es que evoluciones y diferencias se dieron en ambos bandos, pues en los realistas no sólo hubo tradicionalistas, sino también liberales. Y en esto no entiendo ni comparto la visión de Corsi acerca de las Cortes de Cádiz; un tema tan complejo y tan a desarrollar. Y aun en eso se ve el amor hispanista de nuestro maestro de Tunja. Y es que como él dice, hubo realistas americanos en el Manifiesto de los Persas, y hubo masones españoles combatiendo con Bolívar. Hubo de todo en todo.
Lo cierto y verdad es que los criollos no estaban discriminados en nuestra América. Lo cierto y verdad es que el desorden copó a ambos bandos americanos, viviéndose verdaderas guerras internas, traiciones y ambiciones descaradas en su interior. Amén de entrevistas secretas que, como apuntaba Madariaga, acaso contienen la clave de hechos como Ayacucho....Y luego, muchos gerifaltes realistas en América, en la Piel de Toro serían violentamente antilegitimistas, desde Morillo a Espartero.
En todo ese maremagnum, hay que apuntar obligatoriamente hacias Las lanzas coloradas de Arturo Uslar Pietri; que según Luis Corsi y José Manuel González, constituyen el primer puente para una revisión histórica de las Indias Ibéricas.
En general, Corsi destaca el amor de los pueblos hispanoamericanos hacia las instituciones y tradición emanadas de la Corona Católica. Caso que se vio muy reflejado en México, que por obra y gracia de Yanquilandia y de sus traidores " propios ", se tuvo que ver republicano y sin tierra; y que no pudo ser con el emperador Maximiliano de Austria porque no era un problema de forma, sino de contenido.
En fin, un libro que creo de imprescindible como puente cercano hacia un encuentro historiográfico de las Españas Ultramarinas. Mientras veamos estos magnos hechos como si habláramos entre extraños y echándonos cosas en cara, y continuemos en " pasiones partidistas " ( Todos somos culpables de esto mismo ) nunca podremos lograr nada serio y nunca podremos reencontrarnos en nuestras comunes orillas. No fue una guerra de invasores contra invadidos, fueron guerras civiles hispanoamericanas; cuyos trágicos resultados aún no ha superado Hispanoamérica, ni tampoco la Vieja España. Pero como dijo Rubén Darío, aún quedan muchos cachorros sueltos del león español, y Amado Nervo decía que tuviéramos esperanza....
Luis Corsi Otálora ( Colombia )
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Cita:
Iniciado por
Ordóñez
Reke Ride, qué hermosa imagen, ¿ de dónde la sacaste ?
Créete que acabo de leer el hilo (joder, que despistado soy)...la imagen la encontré en una página realista hace tiempo, lástima que ni me acuerde ya del enlace o la web!!!
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Vaya. Pues vive Dios que es una hermosa imagen.
¿ El artículo en cuestión es de tu cosecha, amigo ? Te recomiendo vivamente, tras los de Corsi, La " cueca larga " de los Pincheira de José Manuel González ( Editorial Nueva Hispanidad ), que me estoy leyendo ahora y estoy disfrutando tela.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
HUACHACA
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¡ Navala victoria !
¡ Mamacha Rosario !
Antonio Huachaca,
Príncipe del Incario,
Van los iquichanos,
Feroces y leales,
Tremolando orgullosos,
Las banderas reales,
Por la Religión y el rey,
Los indios galopan,
Libres como cóndores,
Sudando su honra,
Nobleza hispánica,
Bien reconocida,
Adhesión popular,
Coraje realista,
Sin querer revoluciones,
Ni criollas ni peninsulares,
Por un imperio católico,
Braveza a raudales,
¿ Independencia de qué ?
¿ Libertad obligada ?
Sangrientos sofismas,
América aherrojada,
El Perú ya era libre,
Flor y nata de las Indias,
Su solera virreinal,
Provocó gran codicia,
Así, Huachaca, pues,
Fue el gran capitán,
De unas huestes indómitas,
Resistencia y fidelidad,
En las pampas de Quinua,
Aún se sigue escuchando,
¡ Navala victoria,
Mamacha Rosario !
Y así yo propongo,
Algo para Sevilla:
Estatua para Huachaca,
Abajo la de Bolívar.
GUERRILLEROS PINCHEIRINOS
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- A Félix Della Costa, José Manuel González y Luis Corsi Otálora.
Guerrilleros pincheirinos,
Del rey vuestra bandera,
Váis cortando los vientos,
A ambos lados de la cordillera,
Caudillos de los Andes,
Con fama de bandoleros,
En ello no digo,
Que no haya algo de cierto,
Pero más bandido es Bolívar,
Y lo llaman libertador,
Cuando viene desangrando,
El americano corazón,
Váis teniendo en Neuquén,
El epicentro de vuestra guerrilla,
Capitanía chilena y argentino reino,
Es la monárquica correría,
Terror del tirano O´Higgins,
Fobia del " ilustrado " bonaerense,
Cabalga la mesnada de los Pincheira,
Mirando de cerca a la muerte,
Improvisados son los tercios,
De aquel Flandes indiano,
Aliados de los pehuenches,
Hacia Los Maitenes y Roble Huacho,
Como las hordas celtíberas,
Como el ínclito Ben Hafsún,
Tonadas conquistadoras,
Del extremeño y el andaluz,
De sangre galaica,
Encauzada en la tierra,
Que a la Patagonia mira,
Bastante de cerca,
Centauros aventureros,
Blancones, indios y mestizos,
En la gran guerra indiana,
Español vuestro destino,
Aún en dificiles tiempos,
De unitarios y federales,
La indómita Araucanía,
Con las banderas reales,
Y hasta la isla de Chiloé,
Y aún en las estancias,
Va soplando un perfume,
De fragancia roja y gualda,
José Antonio Pincheira,
Paréceme el mejor,
El que fue a descansar,
Su cristiano corazón,
¿ Leyendas ? Ni rosas ni negras,
Sólo la memoria americana,
Que no sea " exclusivista ",
Que no sea " interesada ",
España debería su gratitud,
Mas premia a sus enemigos,
¡ Pues algún día llegará la hora,
La hora de los pincheirinos !
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
CARTA A UN CHOLO PERUANO
- Querido cholo:
En primer lugar, te aclaro el encabezamiento de esta epístola, pues como " cholo " se conoce en amplios pagos de nuestra América del sur al mestizo indiado, y así como los hispanos nunca hemos tenido que recurrir a la hipocresía " de color ", puesto que todos tenemos alguno ( El campeón José Legrá dice que él es de color negro ), para situarnos, esta es la carta de un blancón andaluz, de un blancón rubiote, grandón y poco agraciado a un cholo del Perú que es de las pocas personas en el mundo que puede competir en el diámetro cabezón conmigo. Durante unos tres siglos tuvimos la misma Fe, la misma gran patria y el mismo rey, pero eso cambió hace mucho. Y de por qué y de cómo cambió es de lo que no te enteras. Sabes que hablamos esto amigablemente siempre que podemos, pero me gustaría que esta " carta pública " pudiera hacer pensar a más de uno, ya español, ya hispanoamericano.
No hay " motivo etnicista "; pues creo que sabes de mi babeo ante negritas, mulatonas y mestizas, y que prefiero a un hispanista americano a un español traidor por encima de fenotipos y haplogrupos, que desde hace mucho me importan tanto como la reproducción de los coleópteros.
Bueno, al grano: Recuerdo, cholo peruano, que te referí que los que más se resistieron a la mal llamada " independencia " fueron los indios, los más acérrimos enemigos de Bolívar. Sabes que esto no es cosa mía, sino que lo admitieron González y Arizmendi. ¿ Qué diremos de Roscio, aquel que dijo a Bolívar: " La España nos ha hecho la guerra con hombres criollos, con dinero criollo, con provisiones criollas, con frailes y clérigo criollo y casi todo criollo ". Hasta los historiadores más marxistas y más hispanófobos, como aquel profesor mío que me impartió Historia de la Esclavitud en América e Historia de América de quinto curso, miembro de la cofradía de San Che Guevara y cuasi asesor de Chávez lo admitía. Es una verdad, un hecho; y claro, no hay más fuerza que admitirlo. Lo que pasa es que tú dices que eso es así porque eran unos renegados....Y dices renegados porque te puse el ejemplo de Antonio Navala Huachaca, el caudillo iquichano que levantó a buena parte del Perú por el rey de España, a quienes los amerindios con entusiasmo llamaban el Inca Católico. Y dices renegados porque aludes a que muchos caciques indígenas tenían muchas prebendas con la Corona y que estaban muy bien, y que por eso, renegaban.....Y no voy a negar que recibieran prebendas. Es que no sólo eso, es que su nobleza fue reconocida por la Corona con títulos y tierras. Así como los criollos no estaban discriminados, y ostentaban muchos de los altos oficios así como la " independencia económica ". Lo mismito que hicieron franceses, ingleses y holandeses; lo mismito que hacían los aztecas con las tribus a las que sometían a sangre y fuego...Pero hablemos de renegar y esas cosas.
¿ Renegados de qué ?
Que un descendiente de nobles incas a principios del siglo XVI pudiera calificar de " renegados " a los cañaris o mochicas que entraron con Pizarro hartos del imperialismo incaico y más aún a raíz del traicionero usurpador Atahualpa, no lo comparto, pero lo podría entender. Que un descendiente de sanguinolentos aztecas calificara así a tlaxcaltecas, otomíes, zapotecas o tarascos que estaban hasta allí donde dijimos de los sacrificios humanos y demás historias pues....Pero que tú me califiques las Guerras Civiles Hispanoamericanas de eso....Pues no. No es cierto. No eso objetivo. Verás, cholo peruano, no fueron guerras de invasores contra invadidos. No fue tampoco, una guerra entre Revolución y Contrarrevolución, pues grosso modo, ambos aspectos se dieron en ambos bandos y en los distintos momentos de la contienda; ya te digo, liberales y tradicionales hubo en ambos bandos así como hubo cambios de bando; así como hubo realistas americanos firmando el Manifiesto de los Persas y españoles masones bajo las banderas de Bolívar; así como hubo realistas americanos y españoles amigos de las falsas cortes liberales, y lo que te rondaré morena. Se aró en el mar, querido cholo, y el maremagnum aún hace mucha mella, en una incomprensión que ya alumbra el par de siglos. Fue una guerra entre americanos, donde la presencia de hijos de la Península Ibérica y tierras adyacentes fue mínima, según no pocos historiadores, no llegó ni al 10 %. Fue una guerra entre americanos que quisieron seguir siendo españoles y entre americanos que quisieron ser otra cosa. Ganó la última opción, y como dice nuestro compatriota en la Hispanidad Pablo Victoria, la Nueva Granada conoció bajo el cetro español tres siglos de paz, y bajo la Colombia independiente, lleva dos siglos de guerras. En México por ejemplo se dio un caso curioso: Tanto realistas como patriotas no tragaron con el Trienio Liberal, y bajo la persona de Yturbide, se intentó formar un Imperio Mexicano Católico bajo la consigna de " Religión, Independencia y Unidad ", y en su " constitución ", la amistad con la Madre Patria española. A los pocos años, los republicanos masones le hicieron el juego a Yanquilandia, y así, quedó México republicano y sin tierras. Se aró en el mar, cholo, se aró en el mar, y no sólo tuvieron culpa los americanos, pues desde España, desde la España que se acababa de desangrar contra Napoleón, el veneno de las logias tras el despotismo " ilustrado " hizo todo lo que pudo. Despotismo ilustrado que fue el que ya comenzó a hablar de América no como reinos, sino como colonias, y eso provocó más de un alboroto. Sí, lo sé, lo sabemos. Si aquí se sabe todo....
Cholo: El que era un renegado era Bolívar, quien, siendo de la aristocracia esclavista, creíase blanco puro cuando tenía algún antecedente indio y negro. Dice el refranero español que hombre chiquitín, mentiroso y bailarín. Bolívar siempre renegó de sus antecedentes y eso le tuvo amargado toda su vida, tanto que desde pequeñito maltrataba a sus esclavos con crueldad, como decía su tutor, Simón Rodríguez. Como le pasó a O´Higgins, el hijo bastardo de aquel irlandés que tanto sirvió a España, cosa en la que se destacaron muchos gansos salvajes gaélicos, como creo que sabrás; que hasta en Bailén se lució el regimiento de los irlandeses. No será el mismo caso de San Martín y Belgrano, quienes tenían amplios sentimientos monarquistas, pero su propuesta de " monarquía incaica " no fue escuchada ni por los descendientes de incas. Belgrano acabó tachando a negros y mulatos de " canalla cobarde "; aunque en fin, palabras malsonantes decimos todos. ¿ Pero sabes que le pasó al general San Martín, aquel que se distinguiera por su valor en Bailén frente a Dupont ? Pues que tuvo que " obligar a la libertad " a los peruanos; y después de tan durísima empresa contraria a tu noble pueblo, Bolívar lo acabó arrinconando tras Guayaquil y acabó exiliado.
Los indios no fueron renegados. Ni lo fue Agualongo en la Nueva Granada, ni Juan de los Reyes Vargas en Venezuela, ni Huachaca en el Perú. Ni fueron renegados los negros y los mulatos como tropa del terrible astur Boves, ni lo fueron los Pincheiras entre la Argentina y el Chile, aliados del Arauco. Ni lo fue Vicente Benavides, ni Manuel de Zañartu, ni tantos otros.
Entérate que no fueron renegados, y los indios en especial, porque no pudieron; porque fueron leales a la Corona que les dio el ser, a aquella Corona federativa que fue la artífice de la unión de unas ínsulas y un continente bajo la Religión Católica y el rey de España. Las culturas prehispánicas, muchas de ellas dignas de estudio y admiración, jamás forjaron una unidad política; eso es un invento español, como la misma " idea de patria ". Las distintas etnias amerindias para entenderse han de usar la lengua de Cervantes, la misma que usó Arturo Uslar Pietri para su genial Las lanzas coloradas, primera piedra del monumento a la revisión histórica que merecen las Españas Ultramarinas. La misma lengua que tienen que usar, aun suponiendo a su pesar, Hugo Chávez, Evo Morales, el socialismo hereditario de los Castro en Cuba, Rafael Correa, el nicaragüense Ortega, el narco-Zelaya de Honduras....La misma que usó el Che Guevara y que tan bien escribe Gabriel García Márquez. La misma que usa en tono pedante y afeminado tu paisano Vargas Llosa. Hasta los indigenistas, para continuar una ideología fabricada en los ricos laboratorios revolucionarios de Europa, han de usar el español para ir de antiespañoles, y ser asesorados por españoles ( Como Chávez el petrogorila ) para eso. Hasta el lusófono Lula promociona el conocimiento de la lengua española en las escuelas brasileñas.
También pasa que decir que un apache ha de entenderse mejor con un patagón por el " hecho racial " es la misma estupidizada y racistoide idea del europeísta que piensa eso del argivo y el escandinavo. No, cholo, si los amerindios se entendieron fue imprimiendo su propio sello como reinos de las Españas. Como fue el catecismo quechua y como fue la cátedra de quechua en la universidad peruana, fue el arte indio-cristiano en el México de los franciscanos.
¿ Renegados ? No, repetimos. Leales. Leales a una esencia, leales como conductores de su pueblo, leales y libres para amar y reconocer una realidad. Una realidad que vio la luz cuando al indio Juan Diego se le apareció Nuestra Señora en su Advocación Guadalupana. Una realidad que los indios defendieron con uñas y dientes y así se les creó Bolivia, como estado tapón, rellenando la megalomanía de Bolívar, para perjuicio incluso de los futuros estados suramericanos.
¿ Renegados ? Pues amigo cholo, que yo sepa, tú no hablas ni quechua ni aymará, sino español, y estás casado con una española, la misma que te dio los papeles y que a mi parecer es más bien feota. Tú te has venido a España, así que no has conservado nada del purismo racial indio. Tu antepasado blancón debe proporcionarte graves crisis de conciencia por renegar de la posibilidad de darte una pura raza amerindia. Porque amigo, veo que tu " teoría ", que no objetividad, se empieza a regir por principios racistoides; es decir, cañaris y mochicas tenían que haber aceptado a Atahualpa, aun siendo este un tirano que tiraba de esclavitud, por el hecho de que era de su raza. Pues no, amigo, no es eso. Y como la realidad no os gusta, tenéis que justificarla de algún modo, y si puede ser con leyenda negra salida de España, mejor que mejor. Leyenda negra que pueden ver los miles y miles de ecuatorianos, colombianos, bolivianos, argentinos, etc., que emigran a la malvada España que tanto supuesto daño les hizo. Así como tantos españoles emigraban a las Indias, a las Indias donde supuestamente, a los chapetones y gallegos brutos no se nos puede ni ver porque fuimos unos sanguinarios invasores que sólo buscábamos oro. Pues no amigo, tampoco es esa la realidad. Tú dices ser ateo, pues tú sí que eres renegado, porque ni incas ni españoles fueron ateos, tu tierra nunca fue atea. Y aún en Ayacucho y en Arequipa vibra el barroco cofrade como expresión lógica de un pueblo hondamente espiritual, que vivió en la Catolicidad su plenitud como flor y nata de las Indias.
Si se conservan el náhuatl, el quechua, el aymará, el maya o el guaraní fue por la acción de los misioneros españoles, los cuales tenían como obligación aprender una lengua indígena para catequizar, y así, mi antepasado y paisano Fray Juan Calero fue el primer español en aprender la lengua náhuatl. Te recuerdo que los indios peruanos no usaban la escritura como no usaban la rueda; mientras que, cuando se asentaba la universidad en Santo Domingo, las tropas de Hernán Cortés introducían la imprenta en México. Renegado serías por tu lógica, ya que escribes y usas la rueda. Escribes sólo en español, aunque si escribieras en quechua, serías un renegado, pues eso es un invento español. Renegados los indios que usaron las bestias europeas y aliviaron la carga de las espaldas. Renegados los que añadieron a su dieta mediterránea la papa y el maíz y los que aliñaron su dieta amerindia con trigo y aceite. Que no cholo, que ni las llamas ni los caballos renegaron, ni los chihuahuas ni los mastines. Y que si existe el joropo, es por los españoles, así como si existe el flamenco es por la influencia americana, de los tangos al tango, que tanto viene estudiando un tal Ortiz Nuevo. Y que la flauta del Incario se complementa con la flauta rociera, al igual que la cueca chilena y la marinera peruana recuerdan a las sevillanas, y éstas recuerdan a las seguidillas manchegas; como las alegrías de Cádiz parecen evocar a la jota, como el fandango de Huelva y las verdiales de Málaga conservan similar métrica; como la rumba es caribeña.
¿ Renegados ? ¿ Y cómo llamaremos entonces a los que fusilaron a Santiago de Liniers, aquel auténtico prócer que derrotó al invasor británico, invasor británico que luego sería camarada de muchos separatistas ?
¿ Renegados ? ¿ De qué, de gorros frigios que nunca vieron las Indias hasta el veneno masónico ?
Amigo, entérate: Los cholos no pintaron nada en la mal llamada " independencia ". La independencia fue mayormente una cosa de blancos. Un blanco que sirvió en el ejército español, luego en la Revolución Francesa, luego como agente inglés y también en imperiales lechos de la Eslavia Oriental, un tal Miranda, quería separar a América de España para entregarle el Nuevo Mundo a los británicos como protectorado; y los británicos, cholo peruano, desde que fueron humillados por el vasco Blas de Lezo en Cartagena de Indias y por el malagueño Bernardo de Gálvez desde la Luisiana estaban esperando su oportunidad dorada. Británicos, franceses y yanquis que se morían por controlar comercios, políticas, aduanas y ejércitos. Aquel Miranda a quien el renegado Bolívar traicionó, aquel Miranda que murió arrepentido mirando a la isla de San Fernando. Un hijo de españoles, como hijo de españoles sería José Martí. Aquel blanco elitista que tan amigo fue de prostíbulos y contrabandos, y que ya empezó sus correrías masónicas probablemente con Cagigal. Fue otro blanco, y colorado para más señas, hijo bastardo de un irlandés servidor de España, el que luego inauguraría su dictadura en el Chile. Fue otro blanco, San Martín, quien siendo bravo militar español, os " obligó a la libertad " a los cholos, indios y demás peruanos; y siendo más humanitario, rechazando de plano la blasfemia y la esclavitud, fue arrinconado por otro blanco que renegaba de sus antecedentes indios y negros: Bolívar, cuya hermana María Antonia, " la criolla principal ", fue realista. Bolívar, el mismo que declaró la guerra a muerte a todo peninsular y canario, el mismo que dijo que se tomaran esclavos para sus ejércitos, el mismo que reconocía la impopularidad de su causa, el mismo gran dictador que vetó a un Haití que le ayudó por racismo, el mismo que entregó a Miranda y que quiso ser servil a las autoridades españolas con mentiras hipócritas, el mismo loco partidista y fanático masón que amenazó a todos los españoles, españoles que muchos llevaban siglos allí, con la muerte; provocando matanzas y éxodos cuyos resultados aún repercuten en nuestra América. ¿ Aquellos no eran pobres inmigrantes, amigo, o sólo es inmigrante el sudamericano en la España del siglo XXI ? El mismo que dijo haber arado en el mar, el mismo que dijo que América era ingobernable, y el mismo que no supo si torpedear el intento de Commonwealth hispánica del veleta Zea, acaso un Talleyrand indiano. El mismo que murió arrepentido maldiciendo a la masonería, tras reconocer años antes que ya sólo luchaba por su propia gloria. El mismo que tenía en el lunático Lope de Aguirre como ejemplo de primer independentista americano, y el mismo que tanto alababa a ese falsario, esquizofrénico y esclavista que fue Bartolomé de las Casas, tan bien refutado por Enrique Díaz Araujo o Ramón Menéndez Pidal, entre tantos.
El mismo, querido cholo, que, siguiendo a nuestro colombiano Luis Corsi, acaso encabezó la secular lucha entre encomenderos y Corona, que mucho de eso hubo en la mal llamada " guerra de la Independencia ", realmente gran guerra hispanoamericana.
¿ Renegados ? Pues también hubo muchos españoles. Los que los carlistas en la Argentina llamaban " los ayacuchos ". Sí, cholo, Espartero, Morillo; después fervientes liberales. O el Rodil que resistió en el Callao con Riva Agüero y Torre Tagle, después radical anticarlista en España y combatiente contra el miguelismo portugués al servicio de la Europa revolucionaria. O el masón republicano Picornell. O el venezolano Narciso López, que después de combatir en el bando realista, fue el que ideó la bandera masónica de Cuba, con la idea de que fuera un estado más del sur gringo. Hasta el mismo José Antonio Saco llegó a recelar del independentismo que él tanto defendió porque el separatismo cubano, siempre minoritario, era mayormente anexionista pro-yanqui. O el traidor Maroto, que después de ser realista en América, fue el artífice del abrazo de Vergara. En esa ocasión, Cabrera no se rindió. En América también hubo Vergaras, pero ni los iquichanos ni los pincheirinos se rindieron. En América hubo entrevistas secretas amigo, entrevistas secretas entre los fusiles y las batallas, en pleno escenario bélico; intrigas para dar, regalar y tirar, que movieron muchos hilos de acontecimientos; como aquel motín organizado que impidió que la única idea medio buena que tuvo Godoy, de llevar a la Familia Real a México, no se realizara. Y luego, los mismos " ayacuchos " llegan a la Península y son hasta condecorados por Fernando VII....Los mismos que luego apoyarían el golpe que dio su esposa, una María Cristina ávida de guardias de corps y poder político, en coalición con la masonería. Ay, cuántas cosas, cholo; por eso será que nos gusta tanto eso de la prensa rosa por aquí....
La independencia no se hizo por los tuyos, cholo. Fue pensada como protectorado británico. Luego fue un gran maremagnum donde los tuyos mayormente apoyaron a los realistas. Muchos acabaron apoyando al general Santander a los años, y otros, totalmente decepcionados con el Trienio Liberal-masónico. No sólo fue el caso de Agustín de Yturbide, realista leal, americano de ascendencia navarra acosado injustamente por las obtusas autoridades de la Vieja España, sino el caso del bravo indio Juan de los Reyes Vargas. Trienio Liberal, amigo cholo, que impidió por la gracia de Riego que salieran miles de soldaditos españoles hacia América; pero en fin, eso era algo que ni la insuficiente Santa Alianza quería en el fondo.
Sin embargo, un peruano llamado Leandro Castilla, hermano de aquel Ramón Castilla a quien el renegado Sarmiento despreciaba por sus " ideas godas ", combatió en la bandera carlista. Sarmiento y su Facundo es todo un ejemplo de la desnaturalización de las Indias, del desprecio del señoritingo repipi por la tierra que le vio nacer, del artificio revolucionario monstruoso cuya ideología imperó hasta contra los criollos de orden que fueron derrocados por la saña que para más sorna llaman " civilización ilustrada ". Ése, como Bolívar, es todo un ejemplo de la fuerza del desarraigo, del complejo de Edipo, que hasta mayo del 68 llevó eso de " matar a los padres ", que un triste drogadicto como Manolo Kabezabolo cantaba en sus canciones punks.
Ya te dije lo que dice Pablo Victoria, quien ha hecho un magnífico libro basado en Joaquín Mosquera Figueroa, el cual fue un neogranadino españolista pero más bien liberalote. Dejad de echarnos las culpas ya a los españoles, a los americanos que quisieron seguir siéndolo se los masacró, y ya han pasado dos siglos prácticamente desde aquello, a excepción de un Puerto Rico que nunca quiso tal cosa hasta la invasión yanqui, pasando por la barbarie de estos en Cuba y las Filipinas; pagándole así de bien a Bernardo de Gálvez que humillara al imperio británico en su suelo; suelo que fue civilizado por españoles, como aquel bravo Coronado hacia Nuevo México, como aquel Ponce de León desde la Florida.
Déjate de historias, caro cholo, y analiza bien lo que sucedió en tu tierra, lo que sucedió y sucede en la mía, y de cómo está nuestra gran patria común. No hables de renegados porque los " tuyos " defendieron lo suyo con coherencia y en libertad. No quisieron restaurar un fantasmagórico Tahuantinsuyo, como no fueron renegados los celtíberos que se aliaron con Roma.
De los celtíberos y Roma hay mucho que hablar para con América. Amigo, porque no valen ejemplos como los de la Reconquista o la guerra contra Napoleón, que muchos españoles traidores deploran. No, porque como te digo, la idea de patria, la realidad de unión, en unas vastas regiones que tenían plena autonomía, la recibieron con la Corona. No digo que no admires a los bravos indios que se enfrentaron con los conquistadores, pues el mismo Alonso de Ercilla, en La Araucana, así lo plasma, tan bien recolectado en un libro de nuestro compatriota Sebastián Sánchez. Pero al igual que yo admiro a Viriato, no quiero renegar de Roma, pues Roma fue la que nos dio la idea de unidad; Roma nos dio una lengua y una cultura y en Roma nos entró la Santa Fe. El Imperio Romano se desmoronó, pero si España se mantuvo en su esencia romana fue por el Altar y el Trono, y esa esencia romana la vivió el Nuevo Mundo por España. Así, que los americanos reneguéis de España tendría el mismo efecto que los españoles renegáramos de Roma; que es lo que hacen los traidores subvencionados que rebuznan sobre Al Andalus y establecen imposibles comparaciones, y ya ves los resultados.
La independencia no se hizo por la autenticidad americana, cholo, sino en base a extravagancias gálicas, anglosajonas y desquiciamientos hispanos varios. Combatieron americanos contra americanos, y a mi juicio, hubiera sido mejor que América no se hubiera separado de España. Es más, a mi juicio, hubiera sido mejor que las reformas borbónicas se hubieran encaminado hacia los planes de nuevos gobiernos americanos que le propusieron a Carlos III y que al final no cumplió, acaso firmando la sentencia de muerte imperial en la expulsión de los jesuitas. Pero como convenimos, la historia no tiene vuelta de hoja, aunque tú, como otros tantos hispanos, quiera acomodarla a su interés ideológico; igual que en su día quiso un Túpac Amaru conocedor de las leyes de Indias y que, consciente de su nobleza, le dio una patada en el culo al socialismo y se quiso reclamar emperador indio cristiano de Sudamérica. Así como las banderas británicas entraron con Bolívar y ya estuvieron presentes con Túpac Catari. Ay, cholo peruano, quien nos entienda a los hispanos que nos compre....
Y como no nos entendemos, yo no acabo de entender eso tan socorrido de echarle tanta culpa a los Borbones. Los Borbones no fueron ni mejores ni peores que todo absolutista ilustrado dieciochesco. Si hablamos de Pombal en Portugal, del josefismo austriaco o de Pedro el Grande en las Rusias....Y tanto criticar a los Borbones, pues los argentinos escogieron " su bandera " e influenció hasta la América Central, la albiceleste, la de la Inmaculada, la banda que llevaba en su juventud el que luego fue Carlos V, Rey Legítimo de España, quien en " La Gaceta de Oñate " llamaba a sus vasallos de entrambos hemisferios.
No hablo de " restauraciones imperiales ", cholo peruano, pues como sabes, la Historia, pocas vueltas de tuerca suele admitir. Yo me conformo, con Carlos VII de España y Juan Vázquez de Mella, a reivindicar una " alianza confederal ", basada principalmente en lo diplomático y lo económico, conjugado con nuestra Fe común y nuestras culturas de tan rico tronco; y contra nuestros intereses que tanto persiguen los enemigos aunque estemos en nuestras horas más bajas. Y me temo, querido cholo, que hasta que no vuelva a alumbrar el faro de la Monarquía legítima y foral, eso no sucederá. Ésa será la mejor " Cumbre Iberoamericana ". Pero el caso es que América sigue desunida y siendo presa de los más variopintos y grostescos intereses internacionalistas, y América, en el fondo, seguirá buscando la Corona que perdió. Y como América sigue desunida, la península no le hace ascos.
Ay, la Corona, cholo, la Corona que perdióse sin que muchos americanos lo quisieran, americanos que no fueron renegados por ello. Renegados hubo a entrambas orillas del Atlántico, y vaya que por desgracia si quedan....Pero objetivamente quedan definidos en esta pesada epístola, y no como tú intentas hacer, caro cholo. Corona que aún nuestra América sigue buscando, pues de reyes y reinas tiene que hablar hasta en fiestas de hortalizas.
¿ Renegados ? Ay, amigo cholo, si en la actual Bolivia el castellano no era la lengua mayoritaria usada hasta la " ilustrada independencia " de Sucre; si se hablaba del " Estado de Arauco " en la capitanía del Chile, con relaciones diplomáticas de la Corona....Luego llegaron los liberales de la Argentina y el Chile y fuego con los malones....¿ Cómo muchos de esos indios no iban a querer estar con España, cholo ? ¿ Te crees que eran tontos y no sabían lo que se avecinaba ? ¿ Te crees que los que entraron con Pizarro y Cortés no sintieron la misma situación ? ¿ Por qué te crees que aún en la isla de Chiloé ondean banderas rojigualdas, por qué te crees que en Pasto sigue tan buen recuerdo de Augalongo y por qué en no pocas zonas de Venezuela hasta entrado el siglo XX se recordaba al " Taita " Boves ? A Boves, que Victoria y Corsi coinciden en que acaso es un antecedente de los " paracos " y no que fue ningún santo, ¿ pero es que lo fue Bolívar ?
Volvemos a lo que decíamos antes: Los que más reniegan de España, han acabado imponiendo el español por la fuerza, en contra de la propia ley de Felipe II. Por eso, no te extrañe que aún haya indios bolivianos que sigan diciendo que a ellos sólo les da órdenes el rey de España. Te extrañará mucho y te joderá más, pero tiene mucha lógica.
¿ Renegados ? Pues mira, no lo fue Juan Manuel de Rosas, que era republicano, y que de niño se había batido con hermosa fiereza contra el invasor británico que fracasó en el Río de la Plata. Invasor que estuvo con los renegados, como el ya mentado Sarmiento, y los intereses masónicos. Invasores y renegados que nunca toleraron a las llamadas " repúblicas tradicionales " en términos de José Manuel González; las " ideas godas ", cholo, las " ideas godas ", las de García Moreno en el Ecuador, las de Carreras en Guatemala, las de Rosas en la Argentina, las de Castilla en el Perú, y hasta, qué se yo si ahí entra la " política posterior protonacionalista " de Santander en Colombia, o entra también Francisco Solano López, mariscal del Paraguay, criollo de los guaraníes.....La Religión y la patria, cholo, y la alta conciencia social nunca marxista. Por eso, los criollos y las " castas " aclamaban a Rosas como el restaurador, porque los americanos de verdad cholo quieren que en las Indias Iberas sea restaurado el orden tradicional. Pero la Religión Católica, Apostólica y Romana, y no la de Netón o Kukulkán; y la patria del molde virreinal, pues no hubo patria de Olindico a Indíbil ni de Atahualpa a Moctezuma. La patria es definida y sublimada como amor a la tierra de los padres sin desmerecer la vocación universal por lo católico. Roma señaló el testigo y España lo recogió. América se llamó así por Américo Vespucio, América tuvo cabildos, audiencias y Leyes de Indias, herencia del Fuero Juzgo y las Partidas alfonsíes, a las que se aferraron los indios defensores de la gran patria común.
La Religión y la Patria que el negrito Juan Valiente defendió como conquistador en el Chile. La Religión y la Patria de la que formaron parte " los otros conquistadores indios ". La Religión y la Patria que, en palabras del ya mentado Uslar Pietri, fabricaron un molde cultural que hizo posible un gran patria común para blancos, indios y negros.
Por eso cholo, quiero que entiendas que estamos en un conflicto poliédrico, tremendamente poliédrico. Que nuestras tierras fueron desquiciadas como toda la Cristiandad y nunca podrán asimilar la Revolución, aportando Ramiro de Maeztu muchas claves al respecto. Y que en esas grandes guerras civiles hispanoamericanas, los renegados no fueron los indios de Huachaca que gritaban " ¡ Navala Victoria ! " y " ¡ Mamacha Rosario ! " mientras ondeaban las banderas de la Monarquía Católica; los renegados fueron otros. Los renegados fueron los que triunfaron y así se sigue su terrible senda, y de aquellos polvos estos lodos. Aunque, pensando con Rubén Darío que aún quedan sueltos muchos cachorros del león celtibérico, podremos también tener esperanza con Amado Nervo, pues somos de raza de águilas y leones....Y no sé por qué no podremos cantar juntos, con José Santos Chocano, a los caballos de los conquistadores.
Entérate, cholo, que de esa pléyade de historiadores hispanoamericanos que luchan contra la leyenda negra, ninguno es renegado. En estos últimos tiempos, son más los americanos que los peninsulares en presentar batalla al respecto: Rómulo D. Carbia, Patricio Maguire, Antonio Caponnetto, Enrique Díaz Araujo, Luis Corsi Otálora, Pablo Victoria, Luis Alfredo Andrègnétte Capurro, José Manuel González, Fernán Altuve.... Y entérate que las " publicitaciones de independencia " a las que España acude mansamente se hacen por el odio anticatólico. El odio antiespañol lleva mucho de eso. Por eso se celebra la cultura maya pero se llegará a considerar a Don Pelayo como un facha xenófobo. No es que todos los separatistas fueran anticatólicos ni mucho menos, ni todos los realistas de América fueran católicos del alma; lo que te digo es que la " promoción " con dinero europeo se hace por eso, falseando hasta las mismas Guerras Civiles Hispanoamericanas, cosa en la que se complace tanto la burguesía euro-progre como los tiranos que pretenden convertir a Iberoamérica en una unión soviética. Si España hubiera llevado el islam a América, ten por seguro que la " independencia " sería considerada ignominiosa. España no llevó el islam; llevó algo de mudéjar, de ese arte tan maravilloso que pregonan los Reales Alcázares de Sevilla; que no " barroco árabe " que se vende como turismo en Colombia, y que denunció en su día Serafín Fanjul. Y yo no tengo problemas con los árabes, y menos con los cristianos, muchos emigrados en Hispanoamérica; con lo que sí tengo problemas es con el islam, que tanto avasalla a esos cristianos árabes; el islam del que se liberó España, y el mismo año que recuperó Granada, Colón zarpó hasta llegar a Guanahaní. Y a los años, un mestizo nada renegado, como fue el Inca Garcilaso, luchó codo con codo con Juan de Austria aplastando las rebeliones islamistas de las Alpujarras, rebeliones acaudilladas por un renegado español, Hernando de Córdoba y Valor, que se hizo llamar " Abén Humeya rey de los moros ".
¿ Ves como atando cabos se llega a lo que es renegar y a lo que no ? Si en el fondo es medio fácil....
En fin, querido cholo, no sé si esta carta llena de barroquismo sevillanito y extensión innecesaria te habrá servido de algo, no sé si le servirá a españoles e hispanoamericanos; a mí al menos me sirve como desahogo y como pobretona reflexión. Y no sé si lo comprenderás, pero quiero hacerte comprender que la estatua de Bolívar en Sevilla ( Que trajo Juanca, ese que hace tan pingües negocios con los tiranos que sojuzgan la Hispania Americana ) no pinta nada, que mejor estaría una de Antonio Navala Huachaca o de Agustín de Agualongo, pero España siempre suele premiar a sus enemigos e ignorar cuando no insultar a quien la defiende.
Y ya está bien, cholo, ya está bien, mira que el futuro es poco halagüeño, y así no le haces ningún favor a nadie, y menos a tu linda tierra. Y no dejes de recordar, cholo, que fueron americanos los que empezaron a reivindicar el 12 de octubre, que fue el argentino Irigoyen, y que fue algo muy apoyado por el mexicano Vasconcelos, y hasta António Sardinha lo reivindicó para la familia lusa en la Hispanidad. Echa cuenta, cholo, echa cuenta....Mira que amén de amigos, no dejamos de ser compatriotas a pesar de las vicisitudes históricas.
Y bueno, hasta más ver, un abrazo de tu amigo, de este bajoandaluz rural que cree que Sevilla es América, y que no entiende a España sin el Nuevo Mundo y viceversa; porque si lo contrario entendiera ( Dejando de un lado el argot mariconista ), sería un renegado. Me voy cantando habaneras, ya nos vemos en el trabajo.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Cita:
Iniciado por
Ordóñez
Vaya. Pues vive Dios que es una hermosa imagen.
¿ El artículo en cuestión es de tu cosecha, amigo ? Te recomiendo vivamente, tras los de Corsi,
La " cueca larga " de los Pincheira de José Manuel González (
Editorial Nueva Hispanidad ), que me estoy leyendo ahora y estoy disfrutando tela.
Acepto la recomendación. Que va, el artículo en cuestión lo copié y pegué directamente, buscando mas información de esa familia realista.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
" LA " CUECA LARGA " DE LOS PINCHEIRA ", DE JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ.
http://1.bp.blogspot.com/_Ff-mj3vAsf...Maip%C3%BA.gif
Una montonera realista en la independencia sudamericana.
Prólogo de Luis Corsi Otálora.
Ediciones Nueva Hispanidad
- Sí, ya sé que estoy poniendo el blog muy pesado con mi hispanoamericanismo, pero es lo que hay. Ya saben el alegrón que me llevé cuando el amigo Félix Della Costa envióme los libros. El de Corsi lo comentábamos hace muy poquito - " LOS REALISTAS CRIOLLOS ", DE LUIS CORSI OTÁLORA ; y ya estaba tardando el de Manolo.
Tengo aún muy fresco el recuerdo de aquel artículo de la revista " Maritornes ", que ha acabado dando título a este libro que hemos devorado en pocos días. La prosa poética, nerviosa y aguda del alma argentina, alma sanguínea en este caso de lo astur y lo galaico, ha hecho un trabajo de base que junto los de Corsi, y a la " intuición " de Las lanzas coloradas, han sido la valiente punta de lanza de la historia hispanoamericana silenciada. Nuestro autor se centra, en un estilo tan atractivo como veloz en los hermanos Pincheira y sus tropas, que resistieron hasta la primera década del XIX frente a los independentistas entre los actuales territorios de la Argentina y el Chile, siendo aliados de los indios y formando todo un " pueblo combatiente " al que corresponde el sambenito de " bandidos ".
Ni nosotros ni el autor negamos, pues, la correspondencia que hubo en todo ello. No estamos ante un trabajo hagiográfico. Pero sí estamos ante un trabajo reivindicativo, pues es curioso que la historia hispanoamericana a entrambas orillas del Atlántico sólo coincida en loas para los patriotas y en insultos para los realistas, recordemos, para los españoles americanos que no se quisieron separar de España. Asimismo, nos escama que las acusaciones de bandidaje se den en conflictos más o menos similares ( Que no idénticos, las Guerras Civiles Hispanoamericanas no fueron exactamente de Contrarrevolución/Revolución, o al menos, tal y como fueron en Europa ) , tales como la Vendée, el Brigantaggio napolitano, o el mismo carlismo español. Aunque más que ello, que es un tema controvertido y matizable, lo que sí nos parece una comparación más que acertada es para con Ben Hafsún, el caudillo de la Hispania meridional que hizo tambalear el califato; después que Don Pelayo y antes que el Cid mostró la resistencia cristiana. Hombres a caballo, tierra de fronteras, vida dificílisima, rudeza en la sangre; todo ello vivieron los Pincheiras, con su sangre gallega a cuestas, con los criollos y los pehuenches. Estudiando las correrías hafsuníes encontrará uno paralelismo, como lo encuentra en tantos otros episodios de la historia secular hispánica.
El dato del peruano Leandro Castilla en el carlismo asimismo es muy instructivo, muy de agradecer. Así como los datos del " Estado del Arauco " y las relaciones diplomáticas de la Corona con los amerindios del extremo sur; algo que seguía vivo en la época pincheirina.
Curioso asimismo que haya quienes se empeñen en el bandolerismo de los Pincheira mientras nos pintan como un santón laico de la libertad progresista a Bolívar, el autoproclamado dictador de la Gran Colombia que traicionó al precursor Miranda, el que quería a América entregada para la Pérfida Albión y sólo luchó por su gloria personal, declarando exterminio. Estamos más que seguros que si a los Pincheiras les hubiera dado por alistarse en el bando de O´Higgins, las acusaciones de bandolerismo serían más que fugaces.
González destapa el tarro de las esencias y defiende el " protocarlismo " en América por obra y gracia de los Pincheira. Nos parece arriesgado, pero caramba, ¿ por qué no ? ¿ Acaso son los Pincheiras muy distintos de muchos guerrilleros cabreristas, que del Maestrazgo a Murcia pusieron en jaque a la tiranía de la usurpación ? Aun así, sabemos que no todos los realistas, y en especial, la minoritaria oficialidad peninsular, era trigo limpio. Muchos fueron cristinos a los pocos años. Y qué diremos de Maroto....Pero algo parecido sucede a los guerrilleros españoles antibonapartistas, no todos eran como Riego o el Empecinado, había otros muchos como Gómez y Zumalacárregui. Creo que en nuestra América también ocurrió mucho de eso. Aunque el conflicto es tan poliédrico que lo podríamos ver en ambos bandos.
Como dice el mismo título, se centra en esta montonera sudamericana, pero, complementando los trabajos de Corsi, los va enlazando con las distintas resistencias y sentimientos realistas de toda nuestra América, trabajando sobre apéndices documentales que muchos quisieran llevar al olvido. De Manolo sólo conocía aquel luengo e interesantísimo artículo, con mi primera " lectura completa " de él, me he llevado una grata impresión, y ello después del nivel de exigencia de la impaciencia que tenía para con esta obra, que, como la de Corsi, Félix Della Costa me " adelantó " hace ya tiempo. Y en lo de apéndices documentales, ni por asomo son todos " amigos de los realistas ". En los mismos " enemigos " se halla, por ejemplo, la influencia británica en las tropas bolivarianas bien detallada, para que luego intenten difundir la causa realista como " cosa de ricos y foráneos ". González demuestra con los Pincheira por delante que eso no fue así.
Por supuesto queda mucho por hacer. Nos queda a los hispanos todos quitarnos muchas pasiones, pero eso es quizá demasiado pedir. La edición del " otro Bicentenario " de Nueva Hispanidad es sin duda una aventura intelectual emocionante y quijotesca. Estos trabajos son los cimientos de una casa que no aguanta más silencio, y más en estos turbulentos tiempos que nos están tocando padecer. Ya era hora de hablar del " otro bando ", ya era hora de explicar por qué aquellas dolorosas guerras se prolongaron tanto en el espacio y en el tiempo, entre hombres de las Indias, con tanta adhesión popular, donde las distintas razas combatieron. Estamos en trabajos que se ocupan en generalidad, levantando así el ánimo investigador y el afán del intelecto por trabajar en algo que nos compete a todos los hijos de la civilización hispano-católica. Y por Dios y por Nuestra Señora de Luján, que ya es hora de que España reconozca a quienes la defendieron hasta las últimas consecuencias. Sin leyendas rosas, sin leyendas negras.
Y yo, con mi despiste, al recibir el libro, como agarré primero el de Corsi, no me había fijado en la dedicatoria del autor. Muchas gracias Manolo, y muchas gracias a Félix, y quiera Dios que nos tomemos un buen mosto del Aljarafe algún día en el gran Buenos Aires, y que eso llegue más pronto que tarde. Manolo, dejaste el pabellón alto, y me ha encantado y enganchado el leerte. Me ayudaste mucho en mi formación, y esperemos que esto no acabe acá, sino que al contrario, sea un fulgurante y prometedor comienzo.
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Sumérjanse, pues, en el océano de esta parte crucial de nuestra historia con José Manuel González, y dejemos los hispanos de vernos como extraños y más en este conflicto, pues nos explica muchas cosas que nos ocurren en la actualidad, donde ni unos ni otros somos libres en este mundo globalizado de salvajismo capitalista y culturilla progre.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Estimadísimo Ordóñez:
No se de donde puedes sacar tanto tiempo para tan extraordinaria erudición, pero bien se merece el esfuerzo que has hecho por el valor de la causa defendida. Tienes la compensación moral (además de la del deber cumplido por imperativo moral) de haber alcanzado el reconocimiento entusiasta de tantos hermanos de más allá del "charco". Esto me ha llenado de orgullo, satisfacción y esperanza. Gracias también a ellos por sus aportaciones y ¡VIVA LA HISPANIDAD !
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
CARTA A UN CHOLO PERUANO ( 2 )
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- Querido cholo:
Como ya sabes que soy muy olvidadizo y que con lo que me apasiona este tema se me pone más obtusa todavía la memoria, un amigo argentino me viene a refrescar la memoria. Entono el mea culpa y aquí te expongo los datos que él me facilita:
* Las peleas entre las Juntas de Sevilla, Galicia, etc. por nombrar funcionarios en las Indias. Prerrogativa que ninguna tenía. Y que los americanos consideraron un insulto.
* El peruano Ramón Castilla negó a Maroto el derecho a desembarcar en el Perú, mas luego fue enemigo acérrimo de Gabriel García Moreno, tanto que conspiró varias veces para asesinarlo.
* La expedición de Morillo (enviado por las Cortes de Cádiz) y la rebelión contra el virrey Abascal de quienes juraron la Constitución de 1812 y quisieron negociar con San Martín para que éste también la jurara.
* Casi todos los oficiales realistas de mayor rango eran liberales, incluso los criollos, Álzaga, por ejemplo, había liderado el llamado "Partido Republicano" en 1809 y que intentó deponer a Liniers como virrey, quien sólo pudo sostenerse con el apoyo de los cuerpos criollos, pues los cuerpos de peninsulares apoyaban a los liberales. Incluso una buena cantidad de oficiales realistas eran masones.
* Fernando VII se negó a recibir a los delegados americanos que quisieron encontrarse con él desde 1814 y pretendió castigar a aquellos que habían conservado sus derechos en América frente a los afrancesados napoleónicos primero y los agentes ingleses después. Si los proyectos de Doña Carlota y de Don Francisco de Paula no prosperaron, fue justamente porque los americanos sabían bien que tras ellos estaba Inglaterra. Ay D. Francisco de Paula, el mismo que lo mismo se decía el mejor " camarada " de su hermano Carlos y que luego presumía de ser el más masón de los Madriles....
Pero incluso Iturbide se dedicó durante todo un año a tratar de negociar con Fernando VII o con un príncipe español, entre ellos Don Carlos. Sólo cuando el vacío de poder se hizo gravísimo, frente al expansionismo estadounidense, fue que las tropas mexicanas le ofrecieron la corona imperial al estilo de los viejos tribunos romanos recibiendo el imperium. Si aunque sea, Fernando VII ("el deseado", como también lo llamaban en América) hubiese recibido a los delegados americanos en vez de echarlos a patadas por instigación de sus ministros... quizá otra historia cantaría.
* En el Alto Perú, los indios fueron mayoritariamente anti-realistas. Si las tropas del virrey del Perú no pudieron arrasar con las fuerzas "patriotas" y marchar sobre Buenos Aires a pesar de tener entre 4 y 10 veces más efectivos, fue justamente por las guerrillas indias del Alto Perú, acaudilladas por Juana Azurduy y su marido Asencio Padilla.
Así, pues, querido cholo, en este maremagnum, nos parecemos a los árabes. ¿ Sabes por qué ? Porque han pasado ya un par de siglos y no nos ponemos de acuerdo. Parece que sólo puede existir un " discurso lineal " sobre las Guerras Civiles Hispanoamericanas y por eso yo me apasiono, me apasiono y me rebelo porque en dos siglos no se ha dado voz a los realistas, considerando incluso en esta España imposible que fue una guerra de " invasores contra invadidos ", cuando no fue eso. Te digo lo de los árabes porque hay un dicho árabe que dice: Los árabes sólo están de acuerdo en que nunca se pondrán de acuerdo. Pues mira, ni los tradicionalistas nos ponemos de acuerdo en este tan difícil conflicto.
Hubo de todo en ambos bandos. Desde España no se hicieron las cosas bien, y en efecto, muchas incipientes rebeliones no tenían un deseo de independencia al principio, lo cual derivó después. Empero, sí que había un plan independentista bien planeado desde el principio, por Francisco Miranda, agente de Inglaterra, quien lo deja bien claro en su proclama a los ¿ américo-colombianos ?. Que Napoleón invadiera la Península le vino muy bien a muchos. Inglaterra aplicó el " A España hay que vencerla en América y no en Europa " y el " divide y vencerás "; y todos fuimos víctimas. Todos pues Inglaterra tenía el resquemor desde que fue humillada por Blas de Lezo en Cartagena de Indias, por Bernardo de Gálvez en Norteamérica y por Santiago de Liniers en el Río de la Plata. Qué tres grandes derrotas cholo; la Pérfida Albión se tuvo que ir con el rabo entre las piernas y eso no se le olvidó. Vaya que no, y aprovechó su oportunidad dorada....Así, después de mandar muchísimos suboficiales para las tropas de Bolívar, a los años los ingleses serán los artífices del bloqueo a la Argentina rosista.
Ay cholo, pero es que aquí hay tantos " grises "....El indio venezolano Juan de los Reyes Vargas, ferviente realista, luego no aceptará el Trienio Liberal y se pasará al ala más " conservadora " de los independentistas. Los peruanos Torre Tagle y Riva Agüero serán independentistas pero luego resistirán en el Callao con los realistas. Los realistas neogranadinos, tras las vicisitudes de los años, acabarán apoyando al general Santander. El terrible José Tomás Boves coqueteó con el bando republicano hasta que fue azotado públicamente y con sus negros fue la pesadilla de Bolívar. Bolívar fue otro artista....El mismo que traicionó a Miranda, como sabes, y que se convirtió en el gran tirano de América. Por eso cholo, claro que comprendo el descontento contra el nefasto Fernando VII, aquel felón que traicionó a todo el mundo. ¿ Pero y Bolívar ? No fue mejor cholo. La Revolución nos desquició, nos dividieron y nos vencieron. Las independencias fueron una desgracia, y aunque la Historia no tiene vuelta de hoja, aún se siguen aprovechando de todos los hispanos.
Hay otra cosa que me cuenta mi amigo argentino, en lo que coincide plenamente con el colombiano Pablo Victoria. Muchos peninsulares, aun " sin quererlo ", eran " muy plebeyos " y comenzaron a " hablar mal " y a " tratar despectivamente " a los americanos. Obviamente hay de todo: Es como si pensáramos que en Sudamérica se nos odia porque hay quien nos llama " gallegos brutos ", " chapetones ", " gachupines "; o hasta a mí una ecuatoriana en Sevilla me llamó " gringo " y era para preguntarme la hora. Pablo Victoria decía que no había esos problemas con andaluces y canarios, mucho más cercanos al " trato americano ". Ay cholo, pero eso porque es verdad lo que dice un primo mío que ha estado por el Nuevo Mundo: El hispanoamericano es un andaluz exacerbado. Con gotas vascas, castellanas, influjo fuerte autóctono y todo lo que tú quieras, pero muy andaluz, y más concretamente, muy barroco sevillano. Por eso mismo, mi primo es de la opinión de que eso de que los andaluces nos parecemos a los moros es mentira, y que para ver parecidos a los andaluces hay que viajar a América.
El hispanoamericano, y en especial el criollo ( Término de origen francés-despectivo ), en muchos casos, descendiente de poblador/conquistador y por lo tanto hijodalgo. Por eso, los americanos, muy celosos de su españolía ultramarina, al escuchar hablar de " colonias " a los Reinos de Indias por parte de los funcionarios " ilustrados " o que el obispo Orellana de Buenos Aires dijo que el último de los peninsulares era superior al más encumbrado de los criollos les sentaba como una patada en salva sea la parte. Y mira que en las crónicas barrocas, ya sean en el Perú de Cieza de León o en la Venezuela de Oviedo Baños, se decía todo lo contrario, que la viveza e inteligencia de los americanos era superior a la de la Península....Y mira que también lo vino a decir en el siglo XVIII el barón de Humboldt. Pablo Victoria también habla del episodio de " la mancha de la tierra " o del famoso incidente del florero, que tanto jaleó acarreó en Nueva Granada.
No obstante, en lenguaje insultante también tenemos a Belgrano, en carta a San Martín, calificando a los negros y a los mulatos de canalla cobarde.
Sí, en efecto el gobierno fue muy malo. Carlos III no hizo caso de los planes medio decente para un nuevo gobierno en América y acabó expulsando a los jesuitas; y más de un jesuita andaría metido en el ajo. Fernando VII tampoco hizo caso, y de aquellos polvos estos lodos...Aunque sigo pensando que a pesar de los malos gobiernos habidos y por haber, el separarse de la patria, y más así, es una desgracia; y una desgracia porque en el bando independentista, se impuso el peor posible; el peor posible que ahora es reivindicado por los tiranos rojo-indigenistas que beben de las fuentes ideológicas revolucionarias europeas y que se parecen tanto a la idiosincrasia de las Indias como un huevo a una castaña. Estamos apañados a ambas orillas de la Hispanidad....Y en todo ese contexto, se avista que Iturbide no dejó de ser un gran tipo.
Sigo viendo que hay mucho de " encomenderos " en Bolívar y compañía. Con los Borbones las revueltas serán distintas, de un cariz " más social " si cabe, eso de " viva el rey muera el mal gobierno ", cuántas veces se dio; mismamente, una de las quejas de las huestes de Túpac Amaru era el cierre de los colegios de indios nobles. Mas la " Pax Hispanica " de los Austrias tuvo que lidiar con auténticas guerras civiles entre conquistadores, que provocaron años sangrientos en el siglo XVI, y resquemores nunca olvidados. Te hablaba de los celtíberos, ¿ recuerdas cholo ?, pues ya los romanos decían que cuando no tenían guerra afuera, la buscaban dentro. ¿ Quién nos entiende ?
Bueno cholo, mi principal " cometido " es que no se presente este tan magno conflicto como de " invasores e invadidos " y que no se hable de renegados de los americanos que no quisieron separarse de España; y que se dé voz ya a los del otro bando, tan americanos como los otros. En líneas objetivas, creo que te he demostrado que es así. Aunque como dice mi amigo y maestro argentino, hay que contarlo todo, y más en honor a la justicia. Y en honor a la justicia, pienso que no debes considerar a tu paisano Huachaca y a la indiada realista como renegados, pues defendieron el sentir de muchos americanos de distintas razas; y que la estatua de Bolívar en Sevilla no pinta nada y mucho menos con dinero público; para que luego se quite la estatua de Francisco Pizarro ( A quien San Martín calificó " el bravo español " ) de la plaza de armas de Lima. Y por supuesto, sabiendo de la traición de muchos gerifaltes que en América fueron realistas y en España cristinos, lo que busco es los Goméz y los Zumalacárreguis americanos que han sepultado en el silencio. O incluso, por qué no, los que yo llamo, en base a José Manuel González, los hafsuníes de las Indias; de esto ya te contaré.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Una película del " Taita " Boves. Curioso cuanto menos:
YouTube - Taita Boves
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
http://www.radiomundial.com.ve/yvke/..._taita_202.jpg
http://www.radiomundial.com.ve/yvke/...lamata_129.jpg
El director Luis Alberto Lamata se basa en una novela venezolana, Boves el urogallo, de Francisco Herrera Luque. Y no digo que Boves no tuviera mucho de eso. Pero que después nos pinten a Bolívar como un santito pues como que no vale. Boves sería un bestia, y como coinciden los colombianos Pablo Victoria y Luis Corsi, acaso un antecedente de los paramilitares de las AUC; pero nunca quiso entregar nuestra América a la Union Jack; Miranda y Bolívar sí; y el mismo Bolívar, con la independencia ya más que " iniciada ", " propuso " a la Nueva Granada como protectorado británico, lo que enfrentólo con el general Santander, a quien acabaron vitoreando los antiguos realistas.
En fin, eso, curioso cuanto menos.
Y con todo, gustaríame más una película basada en Las lanzas coloradas de Arturo Uslar Pietri.
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HAFSUNÍES DE LAS INDIAS
http://3.bp.blogspot.com/_Ff-mj3vAsf...Ben+Hafsun.gif
Hafsuníes de las Indias,
Fueron los Pincheiras,
De sangre ardorosa,
Regada en las haciendas,
La sombra de Ben Hafsún,
Se proyectó en Boves,
Como vivió Agualongo,
Hafsuníes horizontes,
Aires hafsuníes,
Para tiempos difíciles,
Juan de los Reyes Vargas,
Vicente Benavides,
Resistencia hafsuní,
Tuvo Huachaca,
En el Perú virreinal,
Por el rey de España,
Una vida a caballo,
En tierra de fronteras,
Que nació en la Reconquista,
La Piel de Toro por bandera,
Terribles guerras civiles,
Ni invasores ni invadidos,
Quiebra de las Españas,
Sus espíritus malheridos,
La república en jaque,
Hafsuníes americanos,
Mas así, como Ben Hafsún,
De finales desgraciados,
Una guerra terrorífica,
De incomprensiones llena,
Sepultados en el silencio,
Muchos héroes de América,
Herederos de los hafsuníes,
Mantened las " ideas godas ",
Hafsunitas indianos:
Llegarán vuestras horas.
" TAITA " BOVES
http://oigoleoyreviento.files.wordpr.../josetomas.jpg
http://www.simon-bolivar.org/Princip...s/boves009.jpg
Pum, pum, pum, pum....
Zumban tambores rotundos,
Tambores de guerra,
De Boves, el iracundo,
" ¡ Taita ! ¡ Taita ! ¡ Taita ! ",
Gritan los fuertes negros,
Mientras las banderas godas,
Ondean al viento,
" ¡ Taita ! ¡ Taita ! ¡ Taita ! ",
Grita el pueblo enfurecido,
Contra el tirano Bolívar,
Vitorean a su caudillo,
Allá el terrible astur,
Con los furiosos lanceros,
Contra banderas tricolores,
Feroces sentimientos,
Legiones infernales,
Epopeya americana,
Boves, el urogallo,
" ¡ Taita ! ¡ Taita ! ¡ Taita ! "
Lenguas son espadas,
¡ Viva el rey !
Españoles americanos,
De llanera ley,
" ¡ Taita ! ¡ Taita ! ¡ Taita ! ",
¡ Mueran los blancos, carajo !
" ¡ Ecue yamba-ó ! ¡ Ecue yamba-ó ! "
Pleno pulmón a destajo,
Ahí la Venezuela compungida,
Ahí nuestra América en llamas,
A la guerra a muerte van,
Las lanzas coloradas.
" ¡ Taita ! ¡ Taita ! ¡ Taita ! "
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Muy bueno como siempre Ordoñez, me pregunto si esto sería material para un poema:
Últimos días de Agualongo [editar]
Finalmente, Agualongo fue capturado por el antiguo militar realista José María Obando el 24 de junio de 1824 y es llevado prisionero a Popayán. Allí se le ofreció respetarle la vida, a condición de que jurara fidelidad a la Constitución de la República de Colombia, su respuesta fue un tajante ¡Nunca!. Entonces fue juzgado y condenado a morir por fusilamiento. Al ser condenado a muerte, pidió y se le concedió la gracia de vestir uniforme de Coronel realista. El 13 de julio de 1824, ante el pelotón de fusilamiento exclamo que:
Si tuviese veinte vidas, estaría dispuesto a inmolarlas por la Religión Católica y por el Rey de España.[7]
Exigió que no le vendaran, porque quería morir de cara al sol, mirando la muerte de frente, sin pestañear, siempre recio, como su suelo y su estirpe. Sus últimos momentos fueron de gran valor, como había sido su vida militar bravía, valerosa y constante, se enfrentó serenamente al pelotón y gritó:
“¡Viva el Rey!”[8]
Agualongo, murió sin enterarse de la Cédula Real, otorgada por Fernando VII confiriendole el grado de General de Brigada de los Ejércitos del Rey.
- Y ni después de muerto le dejaron descansar:
En 1987, sus restos fueron sacrílegamente sustraídos por una célula del grupo subersivo M-19, a cargo de Antonio Navarro Wolf y sólo devueltos en 1990
Por cierto bicheando en la red he leído varios comentarios de rojos venezolanos y hasta un blog en el que se ensalza la figura de Boves junto a la de Bolívar. No parece muy inteligente que digamos... Misión Boves
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Rodrigo, muchas gracias.
Así como esto que expones a lo último, valga un dato medio relacionado: La hija de Pérez Jiménez es una entuasiasta chavista. Cosas veredes....
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
YTURBIDE
http://elvaledor.com.mx/imagenes/iturbide-1.jpg
Entró Napoleón,
España se desangraba,
Mientras la canalla liberal,
Conspiraba y conspiraba,
Los americanos sabían,
Defender la patria,
¿ Por qué esa actitud,
Esa actitud desde España ?
Fernando era el Deseado,
Y bien odiado acabó,
Hondos puñales hirieron,
El indiano corazón,
Agustín de Yturbide,
De estirpe navarra,
Leal y valiente,
Por la Nueva España,
Qué paciencia tuviste,
Qué mal te trataron,
Tus excelentes servicios,
Los obtusos no valoraron,
¡ Dios, qué gran vasallo,
Si hubiera un buen señor !
Tú que con don Carlos hablaste,
Queriendo un príncipe español,
Encarnaste el espíritu,
Antiliberal americano,
Como popular tribuno,
Padre mexicano,
Se te entregó el imperium,
Ante la amenaza gringa,
Religión e independencia,
Una patria unida,
Un imperio católico,
Un próspero sueño,
Amistad con la madre patria,
Fue tu deseo sincero,
Cuídate de los masones,
Cuídate de los republicanos,
Cuídate de los yanquis,
Y de los malos hispanos,
Las tres garantías,
El águila contra la serpiente,
Caballero imperial,
De garra potente,
Blanco, verde y rojo,
Julio César de las Indias,
Agustín de Yturbide,
El honor es tu divisa.
http://1.bp.blogspot.com/_5K61XyNjey...co_AGN_svg.png
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Rodrigo, ahí va:
AGUALONGO
http://www.bicentenarioindependencia...alongo_big.jpg
Antes la muerte que jurar,
Constitución republicana,
Yo lucho por la Religión,
Y por el rey de España,
Yo soy Agustín de Agualongo,
Mestizo indiado neogranadino,
Adalid del pueblo realista,
Igual de Pasto que de Quito,
¿ A general de brigada,
Llegaré algún día ?
Ni lo sé ni me importa,
La lealtad es mi guía,
Empuño bravos estandartes,
Estandartes de la corona,
Soy caudillo de bravos godos,
Mi coraje es mi honra,
Nuestras coloridas huestes,
Nuestra populosa alma,
Por toda la América,
Extendiende la llama,
Soy camarada de Boves,
De Huachaca y Benavides,
Soy de todo aquel americano,
Que por las Españas resiste,
Sé que desde la península,
Las cosas se han hecho muy mal,
Entre conspiradores e " ilustrados ",
La situación suena fatal,
Pero yo sé que la separación,
Sólo traerá calamidades,
Y muchos ricos revolucionarios,
Traerán duras tempestades,
Así, pues, entérense bien,
Yo soy Agustín de Agualongo,
Y estoy dispuesto a morir,
Luchando por el rey católico,
Si me capturan y asesinan,
Déjenme mi uniforme,
No me venden los ojos,
Pues gritaré al orbe:
¡ Viva la Religión,
y que viva el rey !
¡ Así es mi tierra,
Así es mi ley !
Mirando de cara al sol,
Inmolaré mi destino,
Por Dios que nuestra gesta,
No caiga en el olvido.
http://upload.wikimedia.org/wikipedi...1-1833.svg.png
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
SEÑORITO MANTUANO
http://www.kalipedia.com/kalipediame...35_Ies_SCO.jpg
http://www.telenovely.net/telenovely...es/boves06.jpg
* Métrica inspirada en la canción de Joaquín Díaz, "Soldadito"
** Dedicado a Hugo Chávez, a todos aquellos que se apuntaron a su moda cuando en verdad lo que les preocupa es la ruta del narcotráfico e imponer su tiranía, y a todos aquellos " asesores " españoles que los jalean cuando no los financian, cumpliendo sus dictados, y ayudando a hacer del mundo peor de lo que ya es, con el dinero de todos, eso sí. Y también dedicado a todos aquellos que se indignan al contemplar la estatua de Bolívar ( Esculturado cual rejoneador ) en Sevilla.
Señorito mantuano,
Señorito mantuano,
Sal corriendo, sal corriendo,
Sal corriendo, sal corriendo,
Ay que vienen de los Llanos,
El que viene es José Boves,
El que viene es José Boves,
Con los negros y los pardos,
Con los negros y los pardos,
Las lanzas y los cañones,
La república malvada,
La republica malvada,
Bolívar y Páez no saben,
Bolívar y Páez no saben,
No saben quién es el " Taita ",
Pérfida es su guerra a muerte,
Pérfida es su guerra a muerte,
Pero los bravos realistas,
Pero los bravos realistas,
Tienen mucha y buena hueste,
La bandera colorada,
La bandera colorada,
Es traída por los godos,
Es traída por los godos,
Bandera del rey de España,
El futuro se ve triste,
El futuro se ve triste,
Ya lo traía Miranda,
Ya lo traía Miranda,
Traiciones que aún embisten,
Señorito mantuano,
Señorito mantuano,
Helarás los corazones,
Helarás los corazones,
Rico revolucionario.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
PRIMERA CARTA A UN AMIGO Y MAESTRO DE LA ARGENTINA. SEMBLANZA DEL TAITA BOVES, EN CLAVE DE MI REALISMO MÁGICO.
- Querido amigo y maestro:
A pesar de tu falta de tiempo, más o menos has ido siguiendo mis poesías y mis cartas referentes a una etapa complicada, la que yo prefiero denominar " de Guerras Civiles Hispanoamericanas ". No sé si viste bien la segunda carta, CARTA A UN CHOLO PERUANO ( 2 ), donde gracias a tu prodigiosa memoria pude exponer datos que me dejé -- injustamente -- en el tintero en la primera epístola. Me dijiste que no eran " correcciones " porque tú no eras nadie para eso, pero sí que fueron correcciones amigo, pues, sabiendo como sabes, lo andaluz que soy, y más para con este tema, me es muy difícil guardar el equilibrio pasional. Y como te digo, acá habrá algo de realismo mágico, y no sé si en esa clave habremos de mirar que en este tema en especial, yo me sienta tan americano. A lo mejor es por eso que supuestamente me especialicé en América dentro de mi licenciatura de Historia, viste.
Retomando otra vez tu falta de tiempo, he decidido ir directamente al abuso y así " picarte " para que me respondas.
- Me pusiste un ejemplo que me parece la mar de ilustrativo sobre el tema a tratar, así que, con tu permiso o sin él ( Ya sabes que soy un mandado ), vamos a exponerlo: En el caso porteño, tenemos del lado "realista" al liberal Alzaga y al legitimista Liniers, versus el jacobino Moreno junto al tradicionalista Saavedra del lado "patriota". Amigo, creo que en este laconismo ejemplar se encierra con elocuencia el drama de nuestra América, que hasta nuestros días viene repercutiendo, en mayor o menor medida. Aquellas dolorosas y prolongadas guerras se convirtieron en un " totum revolutum ". Pero la cosa es que sólo se ha escuchado la versión de un bando. Como bien dices, la historiografía liberal ha falseado ad nauseam hasta la historia del bando independentista. Y aun así, de los realistas, jamás hemos escuchado nada. Desde el colegio a la universidad lo que escuché es que los realistas eran unos malvados absolutistas invasores, el último exponente de la leyenda negra, mientras que los " libertadores " eran unos seres angelicales que con toda la justicia del mundo se libraron de la opresión española, ese " inmenso sudario de sangre " en palabras del masón Castelar, que con sus luengos bigotes y famosa oratoria fue presidente del esperpento de la I República. Sé que ni incluso muchos independentistas pensaron así cuando combatían; pero por ello, te explico ( Seguro que mal ) mi interés en " los otros ".
No obstante, me decías que el caso porteño se dio en Venezuela, en México, etcétera. Muy acertado, pues. Por ello sigo pensando que Yturbide fue un gran tipo y que acaso es un personaje importantísimo de la época que nos ocupa.
El caso es que o bien se ha escuchado esa versión que decimos, o bien una versión desde el punto de vista del nacionalismo católico sobre las Guerras Civiles Hispanoamericanas. Pero hasta hace muy poco, nadie, absolutamente nadie, habló de los realistas más que para vituperarlos.
Yo lo que me pregunto es:
¿ Por qué nadie me habló de José Tomás Boves ?
¿ Por qué nadie me habló de Vicente Benavides ?
¿ Por qué nadie me habló de José Antonio Pincheira ?
¿ Por qué nadie me habló de Juan de los Reyes Vargas ?
¿ Por qué nadie me habló de Joaquín de Mosquera y Figueroa ?
¿ Por qué nadie me dijo que, amén de " realistas " que quisieron obligar a firmar la constitución, como Morillo, también hubo americanos como Lardizábal en el Manifiesto de los Persas ?
¿ Por qué nadie me habló de Leandro Castilla ?
¿ Por qué nadie me habló de Agustín de Agualongo ?
¿ Por qué nadie me hablo de Antonio Navala Huachaca ?
Personalidades tan distintas del mismo bando, ciertamente. ¿ Pero por qué ese silencio sepulcral ? ¿ Por qué cuando se rompe es sólo para el insulto, la denigración ? ¿ Por qué ese proceso tan selectivo y excluyente de la memoria histórica hispanoamericana ?
Esto es lo que me escama. Y como me escama, resalto también la resistencia del pueblo americano al Trienio Liberal, resistencia que quebró muchas lealtades realistas, como la de Juan de los Reyes. Jamás Yturbide por ejemplo quiso acogerse a eso, y en la península se iban a iniciar las Guerras Realistas, desde Navarra y Cataluña hasta Sevilla, tan bien tratadas por Rafael Gambra y Alexandra Wilhelmsen.
Sin duda Yturbide tuvo paciencia de santo. Aquel valiente de estirpe navarra, realista leal que fue acusado injustamente de ladrón, que tragó sapos y culebras por mantener su lealtad....Hasta que al final las autoridades de aquí propiciaron lo inevitable: Que aquel tipo con madera de caudillo recibiera el imperium ante la amenaza expansionista gringa y con el objeto del buen gobierno con estructura monárquica; Religión, Independencia y Unidad en amistad con España....El sueño de un Imperio Mexicano Católico, mucho mejor definido que el Brasil....Que la Gringada nunca quiso permitir. Sin duda Yturbide es todo un símbolo. Y acaso si las cosas se hubieran hecho bien, la Nueva España toda habría sido el mejor partido de D. Carlos en las Indias, como dice Miguel Navarro.
Tú me dices que acaso los conflictos que provocaron las independencias fueron la antesala de lo que iba a ocurrir en España. Con sagaz intuición y sabiduría, no te falta razón amigo. Aquí ponemos lo de las Guerras Realistas. El despotismo ilustrado ya no daba más de sí. Quizá la puntilla definitiva había sido la expulsión de los jesuitas, esa maligna obra del marqués de Pombal, el conde de Aranda y Carlos III. Y tú, como Pablo Victoria, insistes mucho en el " funcionariado ilustrado " que nunca entendió a los Reinos de Indias. Los Austrias tuvieron que lidiar con guerras civiles entre conquistadores y luego con el problema encomendero, y los Borbones, con " guerras sociales " de ¡ Viva el rey y muera el mal gobierno ! Sobre esos funcionarios, Pablo Victoria insiste en que si al menos hubieran predominado andaluces y canarios, igual otro gallo hubiera cantado, pues eran gentes mucho más acostumbradas al trato americano. Sigue siendo así, amigo, los hispanoamericanos se sienten más en casa en las Andalucías y en las Canarias cuando vienen a la Vieja España.
En fin, nuestras instituciones de vigor foral se fueron carcomiendo, se fueron carcomiendo como se fue carcomiendo toda la Cristiandad, en especial desde Westfalia, y encima entró Napoleón....Se abrió la caja de Pandora para propios y extraños.
Cierto es que no todos los realistas fueron Cruzados de la Causa y no todos los patriotas fueron masones anglófilos. Si se entendió que yo pretendí decir eso, pido disculpas, pues estaría faltando gravemente a la verdad.
No obstante, tampoco todos los realistas fueron malvados absolutistas ilustrados invasores, como se dice tanto por ahí. Y otra vez me pregunto: ¿ Por qué no se les ha dado voz, ni siquiera un mínimo respiro; y por qué mucho menos desde España, y cuando se ha vuelto a retomar el tema ha sido desde Hispanoamérica ?
Siempre nos tiramos los trastos a la cabeza con el papel de Inglaterra. Porque unos podemos hablar de Cochrane o de los muchos oficiales que tuvo Bolívar y que tuvo O´Higgins de la Pérfida Albión, pero como me indicas, cierto es que D. Francisco de Paula y Dª Carlota estaban detrás de la Union Jack, y que el mismo y felón Fernando VII convirtió a España en una suerte de protectorado británico ( También fue Portugal ), manchando el Toisón de Oro entregado a un hereje como el Velintón, que muchos no saben que entregó a sus tropas al saqueo aquí; y Pérez-Reverte de vez en cuando lo recuerda. Al final, querido amigo y maestro, lo que sucede es que Inglaterra nos usó como conejillos de Indias. " A España hay que vencerla en América y no en Europa ". Después de Cartagena de Indias, después de la Luisiana y después de Buenos Aires y Montevideo, la invasión de Napoleón supuso todo un caldo de cultivo para ellos. Aprovecharon el acto más infame de la Historia de las Españas, cuando Carlos IV le entregó la Corona a Napoleón....Mientras que, como decía Frederick Wilhelmsen, el único que jamás abdicó de sus derechos y deberes fue D. Carlos, nuestro futuro Carlos V. Significativo, cuanto menos.
Totum revolutum...A río revuelto, ganancia de pescadores. Fuimos presa de intereses británicos, gálicos y gringos. Nos jodieron y en muy buena medida nos dejamos joder.
En fin, creo que esto, aun no terminándolo nunca de explicar, más o menos quedaría así. Y ahora te quería explicar mi interés por José Tomás Boves, por el Taita, con quien te dije que me sentía más o menos identificado quizá en clave del realismo mágico que tanto me gusta. Pues te explico amigo: Para mí el Taita Boves es el símbolo de toda una época, una poesía dramática, un colorido grotesco, una lucha entre arraigo y desarraigo, una explosión de júbilo que trae pesimismo por de dentro, una pasión, una fuerza, una razón, un desenfreno, un alboroto y una desazón. Boves se inició en la Marina. Siendo un tipo de familia muy humilde, demostró ser más avispado de la cuenta y así se aficionó al contrabando. Boves llega a Venezuela y se funde en los Llanos con la compra-venta de ganados, una tierra que le va a atrapar y cautivar. Hablaba el uruguayo Carlos Reyles del embrujo de Sevilla....Pues para Boves el embrujo radicó en esta parte del norte sudamericano. Siendo blancón, intentó confraternizar con los blancos del país, intentó insertarse en lo que diríamos " alta sociedad ", en los " mantuanos ", que siempre le aborrecieron y despreciaron por chapetón pobre, por extravagante peninsular, por plebeyo desmedido, por su atracción irrefrenable hacia el mundo de las " castas ". Boves desentonaba en esos ambientes bien elitistas.
Ese mentado orgullo tiene su parte de razón, tiene su razón en que muchos eran descendientes de conquistador y poblador, tiene la hidalguía y no el " creole " gálico aplicado al común. Tiene también su justificación en la enorme y sorprendente influencia del barroco bajoandaluz. Y tiene su justificación porque ese orgullo se demostró en la práctica cuando los americanos fueron los primeros en defender a las Españas de las invasiones, cuando el Regimiento Fijo boricua luchó con uñas y dientes para expulsar al invasor anglo, por poner uno de muchos ejemplos. Cuando muchos americanos acudieron para formar juntas y salvar la patria de la invasión napoleónica, llamando a Fernando de Borbón " el Deseado ", tal y como en la Península. Los americanos habían demostrado con creces su defensa y su implicación con España....¿ Por qué esa actitud desde la Corte ? Ya retomaríamos el tema que iniciamos y que dejamos medio explicado....
Bueno, a lo que iba. Empero, creo que el orgullo mantuano era distinto. Y era distinto porque era el orgullo de muchas familias cuya fortuna residía en el esclavismo, es el mismo caso de Simón Bolívar. Familias que se irritaron contra la Real Cédula de Gracias al Sacar de tiempos de Carlos IV que mejoraba el trato a los negros, intentando mejorar lo que Carlos III había hecho. Carlos III hablaba de mejorar tratos mientras que con su reinado España tuvo su primera compañía esclavista, la Gaditana de Negros....El orgullo de los mantuanos era en parte el de los encomenderos. El de un " protofeudalismo " que " oficialmente " nunca cuajó en nuestra América, pero que en la práctica estaba al quite. Aquí en la Piel de Toro pasaba tres cuartos de lo mismo, y más en nuestra Andalucía. La Real Cédula fue el comienzo de una rebelión venezolana. O mejor dicho: Un comienzo. En este enfrentamiento tan poliédrico. Hay muchos más motivos, e incluso ni los que luego se destacarían como revolucionarios, en sus principios acudían a las leyes de Indias y etcétera. Pero en Venezuela, en un gran epicentro del independentismo, estamos ante un motivo que hemos de subrayar medianamente.
Por ello, si bien es verdad que hubo declaraciones malsonantes sobre los americanos desde el obispo Orellana hacia el incidente del florero en Nueva Granada, también las había contra los peninsulares. Y con nuestro orgullito pues eso se convierte en bomba de relojería, y más cuando Carlos III acentúa la " política del funcionariado ", desprecia los colegios de nobles indios y no entiende el lógico poder que los criollos tienen de facto en las Américas. Pero ese orgullo del que hablamos, y esos epítetos despectivos, a los dos siglos seguimos en las mismas....
Boves, tal vez por su " hecho racial ", intentó insertarse en esa compleja sociedad. Tanto así, que fue esa compleja sociedad la que, a excepción de María Antonia Bolívar, inició el separatismo en el Nuevo Reino de Granada. Y Boves se quiso alistar con ellos. Dicen que tenía intrigas y desaires con muchos principales de esta causa, y a eso le añadimos su plebeyismo chapetón, que nunca aceptaron, por lo que fue azotado brutalmente. Y esto le empujó a tomar las banderas del Rey; y las tomó con los negros y los pardos, amén de con muchos indios. No lo digo yo amigo, lo dice González: " Es preciso que se sepa que la independencia fue impopular en la generalidad de los habitantes del país ".
Boves quiso ser algo que él no era. Quiso " entrar en sociedad " y se convenció a base de palos.
Por eso, creo que no apunto demasiado mal si digo que la independencia en el caso neogranadino fue cosa principalmente de blancos ricos. Quitando el mulato Piar, a quien Bolívar humilló.
No pretendo hacer una idealización barata ( Cosa a la que tanto soy dado ) del mariscal asturiano. Sé que Boves no fue ningún santito. Pero ni por asomo lo fue Miranda, ni lo fue Bolívar. Boves jamás pensó en entregar nuestra América a Inglaterra, los dos primeros sí. Bolívar, después de traicionar a Miranda, se ofreció voluntario para combatir en España con el Velintón....Otra vez el Velintón....Que después fue diciendo que él apoyaría a Carlos V para el Trono de España. A los años de eso, Bolívar quiso entregar la actual Colombia a Gran Bretaña, cosa que le enfrentó con el general Santander, el cual fue vitoreado por muchos antiguos realistas. Con todo, nadie más explícito que Miranda, el llamado precursor, allá en el 1806 "...con la protección de la marina británica ". Pablo Victoria también destapa los documentos donde Miranda tenía pensado entregar gran parte de nuestra América a Inglaterra. Miranda, el hijo de canarios, soldado español, contrabandista, luego revolucionario francés, luego agente de Inglaterra, masón principal.....Cierto es que no todos los independentistas fueron así, pero sí lo fue nada más y nada menos el llamado "" precursor ". Miranda fue hijo de padre canario como también lo sería José Martí. En ambos, el manifiesto rechazo a España era todo un complejo de Edipo. Como lo es para Fidel Castro su manifiesto origen gallego.
Por eso, como sabes, nunca valen las leyendas rosas. No para unos, pero tampoco para otros. Y en esto estamos de acuerdo, aunque siempre parece como si miráramos desde distinta óptica.
La figura de Bolívar está siendo relucida a revientacalderas y con muchas falsedades, desde un gobierno de un imbécil como Hugo Chávez el petrogorila, cuyo interés primario ahora radica en controlar las rutas de narcotráfico hacia Yanquilandia. Y lo peor es que desde España se le ha dado mucho pábulo. Y otra vez vuelvo a lo mismo: ¿ Por qué en España hay estatuas de Bolívar ? Porque creo que basta en España que alguien la defienda para olvidarlo cuando no insultarlo, y basta eso para premiar siempre a quien fue enemigo declarado.
Boves encontró en su mundo en las " castas ", en especial en los hoy llamados " afrodescendientes ". Boves era de los poquísimos de origen peninsular de esas huestes. Porque fueron huestes americanas, americanos que muchos no estaban por las Cortes de Cádiz, ni por el despotismo ilustrado, ni por la traición de " los ayacuchos "; un pueblo que, sencillamente, no quería la probablemente mal llamada independencia. Hay muchos Gómez y muchos Zumalacárreguis ocultos. Aquí en España, mismamente, tenemos a todo un flamante General Castaños, que derrotó a Dupont con el bravo concurso de San Martín en Bailén, y luego fue tristemente isabelino....Como isabelinos fueron Espartero, Morillo, Rodil....Y bueno, Maroto.....Pero sin embargo, no fueron isabelinos Gómez, Zumalacárregui o el cura Merino, que combatieron en el mismo bando, en la misma guerra contra el tirano corso. No sé si me comprende, pero a eso voy amigo, a eso voy. Porque por lo que veo y leo, hay algunos que parecen disculpar todo del bando independentista y nada del bando realista. Como tú me dices, yo no puedo ni debo hacer lo contrario. Lo intentaré.....Aunque por mi carácter, dudo que tenga algo de éxito en ello. Pero lo que voy buscando es esos Merinos indianos, básicamente. Amén de intentar sumergirme todo lo posible en América, en esa encrucijada que tanto nos compete y atormenta.
Entiendo que desde el nacionalismo católico se haya querido resaltar que no todos los patriotas fueron masones anglófilos. Entiendo que se resalte que muchas revueltas estaban impregnadas de " jesuitismo " ( En el mejor sentido de la palabra ) y que había muchos católicos de buena voluntad que, es más, en un principio, ni querían separarse de España per se, hasta que los acontecimientos derivaron, provocados por unas obtusas autoridades que ya fueron alimentando la Revolución desde dentro. Y como entiendo esto, quisiera que ellos entendieran lo que yo digo y busco y hasta reivindico.
¿ Por qué el Taita Boves ? Amigo, porque yo, que tanto defiendo el arraigo, acabo desarraigado sin quererlo. Porque muchas veces he querido formar parte de una sociedad que me ha rechazado, amén de por mis miserias personales, por mis convicciones y acaso por mis orígenes. Boves, porque en un mundo hostil de incomprensión y soberbia, donde no se encuentra el mérito y el esfuerzo. Boves, porque siguió hallando en América su España. Boves, porque entiendo que a pesar de la repugnancia que causó y causa Fernando VII, lo peor que podía pasar era la separación. Boves es la rabia de un tiempo clave para nuestra historia, Boves es la decisión y el empuje, y la muestra más clara de que aquello no fue una guerra entre invasores e invadidos, sino una guerra civil, una guerra de americanos contra americanos, y que acabó prevaleciendo lo peor, y lo digo precisamente por la " mentalidad bolivariana ", que a día de hoy, aún girada a la izquierda y con falso folklorismo, se fomenta desde España, esta España que un día fue madre patria y acaso a día de hoy no merece ni el nombre de....Mejor me callo.
¿ Por qué el Taita Boves ? Porque reunió en unos días de quebranto el natural caudillaje al que siempre acudimos los hispanos y más en los momentos desesperados. Boves tiene mucho de desesperación, mucho de agonía, y también mucho de fuerza, de coraje, de valentía, de tesón. Boves es " un todo ", y a su manera, toda una representatividad de la América Hispana. A su manera, a la distinta de Agustín de Yturbide, otra gran representación. En distintos bandos hallaremos grandes espejos en los que mirar una historia apabullante.
¿ Por qué el Taita Boves ? Porque creo que a Hugo Chávez le convendría bien un exorcismo. A él y a todos los progres ( Que no pobres ) de la tierra. Porque los gritos de Boves aún se rebelan en la sabana contra el silencio injusto y premeditado, contra el que hasta los caballos, muchos de andaluza estirpe, relinchan. Porque Boves acaudilló una causa popular y eso hay muchos que, a entrambas orillas del Atlántico, ni lo entienden ni lo quieren entender. Boves, por un heroísmo ahogado, por una epopeya terrible, por los tambores de guerra; Boves, porque fue el desafío máximo al desgarro de América, a la injusta guerra a muerte que predicó Bolívar. Uno de los gritos de guerra de los realistas venezolanos fue el " ¡ Mueran los blancos ! "; " blancos " más como sinónimo de mantuano que de raza blanca en sí. Sí, Boves hizo una guerra cruenta, pero después de la guerra a muerte de Bolívar, guerra partidista que prometía la vida a los americanos aun estando en las banderas del rey y la muerte de todos los peninsulares y canarios, sólo siendo perdonada si combatían con la bandera tricolor. Liberación de esclavos que Bolívar permitió sólo si combatían en su bando, de lo contrario, servidumbre para toda la familia. Esclavos forzosos que agarró como carne de cañón y muchos acabaron desertando. Esclavos de los que se sirvió muchos años su familia. Un Bolívar que en su puño y letra reconoce que lucha sólo por su propia gloria. Y un Bolívar que acaba muriendo arrepentido, como arrepentido murió Miranda. Y Boves fue la respuesta directa y contundente que hallaron; Boves, como representante de una muy buena parte del pueblo venezolano.
Así como González o Arizmendi reconocieron la impopularidad de su causa, lo mismo que reconoce Nariño, Nariño el que robaba los diezmos de las iglesias y hablaba de los derechos del hombre....Así, S. Bolívar pone de estúpidos a los negros porque no se suman en masa a sus banderas. ¡¡ Con las condiciones tiránicas que impuso, encima no se lo explicaba, que esos negros se fueran con Boves !!
¿ Por qué eso no se dice y sin embargo se sigue pintando a Boves como a un vampiro indiano, como a un animal sediento de sangre ? Boves no fue ningún angelito, pero no fue eso. Boves fue el " producto " de un momento trágico y el Taita de muchas " castas " que se quedaron totalmente desamparadas. Utilizó la crueldad, pero antes la habían utilizado contra él. Quizá nosotros , en nuestros infames días, tenemos un sentido demasiado " romántico " de las guerras, también puede ser.
Pero, por eso mismo, ¿ por qué Bolívar puede tener una estatua en Sevilla y no Boves ?
Aun habiendo tantas diferencias en el bando independentista, ¿ por qué por toda España, --- y muchas se hicieron en la época de Franco ---, hay estatuas de Bolívar, San Martín, etc., y ni una de Agualongo o Benavides ?
En este caso nos hemos centrado en el caso neogranadino, acaso porque fue uno de los casos más trágicos y significativos de todas las Guerras Civiles Hispanoamericanas, cuyas coloridas pinceladas de tragedia siguen coleando hasta las selvas colombianas. Dos siglos donde la Revolución nos destrozó, y donde nuestro pueblo, aun en una u otra bandera, ha mostrado rechazo. Pero aún seguimos....
Y ahora, una reflexión personal, no sé si en clave de más o menos realismo mágico: Bolívar, buscando la muerte de los españoles, buscó su propia muerte; buscó la fuerza del desarraigo, apareciendo en un mural con Páez, el futuro dictador, con la tricrucífera anglosajona.
Hace poco veía un reportaje de la televisión venezolana de esos que hacía Arturo Uslar Pietri. Su monólogo era basado sobre la identidad hispanoamericana. ¿ Qué somos ?, se preguntó este genial intelectual una y otra vez. Acaso se lo preguntaba también José Enrique Rodó con su Ariel. Acaso lo intentó el mexicano José Vasconcelos con la " raza cósmica ". Como te digo, creo que la excelencia de Las lanzas coloradas sirven mucho para ilustrarnos qué fue y que no fue la independencia hispanoamericana. Mas no obstante, en ese inteligente monólogo, creo que Uslar yerra el tiro. Yerra porque se contradice, porque por ejemplo habla de la imposición del europeo pero no de las anteriores imposiciones de los aztecas. Yerra porque busca y no encuentra, porque reconoce que Hispanoamérica es una unidad pero que al fin y al cabo, es un " término insatisfactorio "; ya que los americanos no son españoles, son otra cosa. Y yo discrepo. Quiero decir: Los americanos no fueron españoles de la Piel de Toro, fueron españoles del Nuevo Mundo, en conjunción con la cultura del blanco, del indio y del negro, se consiguió una unidad formidable que ha sido objeto de estudio por parte de muchos historiadores anglosajones que admiran la textura de la Hispania Ultramarina. La identidad americana se perfecciona en la Fe hacia un mismo Altar y en la lealtad hacia un mismo Monarca. Arturo Uslar quizá nunca acabó de entender esto, por ello, hasta el término " Hispanoamérica " le pareció insuficiente, y por eso se hartó de buscar y creo que sin encontrar respuestas convincentes, aun escribiendo páginas doradas, muestras exquisitas de nuestra universal lengua. Pues las tenía. Tal vez " no del todo matemáticas ", dada la rica y compleja diversidad del mundo americano, pero sí que haylas.
Por eso, los problemas de la identidad hispanoamericana, ¿ cuándo comienzan a aparecer ? Pues desde que el " imperio tradicional " se desnaturaliza, y muchos traen la mentalidad y práctica de " colonias/factorías ", hasta el triunfo de la guerra a muerte bolivariana; guerra a muerte cruel que también se dio en el Chile. De los dos lados vino. Entre todos nos lo cargamos, con ayudita de fuera, del veneno inglés, de los gorros frigios, de ilustraciones franchutes, y la...que los parió a todos.
Y sin embargo, es curioso cómo este tema ha sido mucho más y mejor tratado por hispanoamericanos que por españoles. Hispanoamericanos que aún indagan en las raíces de la identidad y que aún hacen monumentos a la revisión histórica que tanto merecen estas dolorosas guerras que tratamos, ahora en bicentenario. Desde América se empezó a celebrar el 12 de octubre, frente a una España que casi nunca echaba cuenta. ¿ Acaso España ha perdido totalmente su identidad, su orgullo, su tradición, y por eso sólo hace sumarse vagamente y financiar sin rechistar al bolivarianismo mediático revestido de rojerío ? Es posible....Mas me temo que España siempre ha sido muy proclive a despreciar a quien lucha por ella.
A veces, pienso que ciertos argumentos son equiparables a que si yo pensara separar a Andalucía de España por esta tiranía insufrible que padecemos, y de paso, intentara establecer un gobierno tradicional católico en una Andalucía " independiente ". Sé que en nuestros días este caso no tiene ni ton ni son en tanto y en cuanto a hechos más que consumados, pero sería un planteamiento válido para principios del nebuloso siglo XIX; sería un planteamiento muy en cabeza de no pocos españoles de Ultramar.
Por todo ello, es ridículo que cuando tratemos estos temas nos acabemos echando los trastos a la cabeza, y nos miremos como extraños. ¿ Será que en eso imitamos a los árabes, cuyo propio proverbio reza eso de que sólo se pondrán de acuerdo en que jamás estarán de acuerdo ? Decía Uslar, no, los americanos no somos españoles....Estoy más con Miguel de la Quadra-Salcedo, cuando éste dice que muchos iberoamericanos nos están recordando a los españoles lo que hemos sido. Hasta en los errores se empeñan en seguir siendo españoles.....Y como y tú yo sabemos, sin Corona Católica y Foral, nunca podremos reencontrarnos como tales. Mientras sigamos así, seguiremos cojeando en nuestra historia, y acaso la complejidad de las Guerras Civiles Hispanoamericanas y su posterior tratamiento encierra mucho de esa pérdida que todos sufrimos.
Caro amigo: Tú has sido acaso uno de mis principales maestros en el Tradicionalismo. Y aun así, tengo la osadía de escribirte en estos términos. Tienes una paciencia de santo conmigo, y nadie mejor que tú para ponerme las pilas cuando acechan mis desvaríos. Pero no sé por qué, esta vez creo que no estoy desvariando demasiado. No desvarío demasiado si te digo que me siento identificado con José Tomás Boves porque quisiera entrar con una cohorte de fuertes negros arrasando más de un pago de por aquí, con tantos caciquillos, tantos ignorantes, tantos desarraigados, tantos abrazafarolas....Necesitaría una catarsis de lucha. Lo que pasa es que esa catarsis en América fue todo un quilombo, un quilombo que inicióse en España, como decía Ramiro de Maeztu. No sé si de esta carta habrás entendido lo que te quiero decir, es difícil, pues las más de las veces a mí no es que no me entienda nadie, sino que no me entiendo ni yo.
¿ Pero acaso no será " quilombo " el término más acertado para referirnos a las Guerras Civiles Hispanoamericanas ?
Mi objetivo en efecto es dar un aldabonazo en ese mar histórico donde hay tantos naufragios. No soy nadie para enmendar la plana, y menos a gente tan instruida que ha laborado tan bien sobre este complicado tema, ni blanco ni negro y sí lleno de muchos grises, poco apto para kantianos redomados. Empero, creo que entiendes mi picajosa curiosidad y mi hispalense nervio. Créeme amigo que no es por " venganza histórica ", y lamentaría mucho si con mis líneas hago cabrear a muchos hispanoamericanos de buena voluntad, pues en absoluto es mi intención. Mi intención es por la contra presentar que, a saber, no fue una guerra de invasores contra invadidos, y no fueron " menos americanos " los muchos que optaron por las banderas reales.
Por todo ello, creo que queda explicada la génesis de mi poesía al " TAITA " BOVES . No sé si viste la que le hice a YTURBIDE. En esos versos creo que hay mucho de mi alma americanista, y mucho de lo que pretendo decir y estudiar. No sé si algún día sacaré algo en claro, pero para eso estás tú, para que yo abuse de tu tiempo y de tu paciencia.
Ya nos veremos, si Dios quiere. Por lo pronto, un fuerte abrazo en Cristo Rey y en Nuestra Señora de Luján; por el Rey Legítimo que, con más o menos sebastianismo, habrá de venir.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Os dejo acá un texto de Antonio Caponnetto de hace tiempecillo, que me había dejado en el tintero:
El Problema Del 25 De Mayo
[El Caballero De Nuestra Señora, 2º época Año: 8 Numero 147 8 de mayo del año del Señor 2008]
Querido Marcelo:
Me pides que te escriba para El Caballero de Nuestra Señora –publicación que llevo gratamente en el corazón desde los tiempos en que la iniciará, el inolvidable Padre Carlos Lojoya- alguna nota sobre La Revolución de Mayo.
Permitime que te diga porqué me resulta tan difícil hacerlo.
Tradicionalmente prevalecía la visión liberal y masónica de Mayo. Mayo era un dogma indiscutido, en virtud del cual debía repetirse que la patria había nacido en 1810, bajo los sacros auspicios de la democracia, del liberalismo y de la macabra Revoluta de 1789. España era una madrasta malísima –como la de las patochadas infantiles de Walt Disney- y habíamos hecho muy bien en sacárnoslas de encima. Los realistas eran tiranos opresores, los revolucionarios eran libertadores, y cada quien ocupaba su bando de malo o de bueno en los libros de texto. ¡Manes de parabienes!
No le faltaba fundamento in re a esta visión. Porque efectivamente, este Mayo liberal, masónico, antiespañol y aún anticatólico había existido. Quien se acerque a las malandanzas de Castelli, Moreno y Monteagudo –entre tantos otros- podrá comprobarlo. Otrosí queda penosamente al descubierto cuando se consideran los escritos o los actos del curerío progresista de entonces, más confundidos que Casaretto después del Summorum Pontificum de Benedicto XVI. Por eso desde Roma llegaron voces legítimamente recelosas sino admonitorias respecto del movimiento revolucionario, como lo ha probado Rómulo Carbia en su La Iglesia y la Revolución de Mayo.
Nuestro mismo Himno ratifica penosamente la existencia oficial de ese Mayo en todo contrario a nuestras raíces católicas. Hasta Ricardo Rojas –que le ha encontrado un par de plagios a la letra, y que nos exime “de la admiración estética”- se intranquiliza un poquitín ante aquello de “escupió su pestífera hiel”. ¿No será mucho, Vicente? Cristina lo canta a lo yanky, con la mano en su siliconado pecho. Yo, caro amigo, te confieso, como bautizado, no puedo andar gritando por ahí que la libertad es “un grito sagrado”. Y si tengo que ver “en un trono a la noble igualdad”, ya no es igualdad, pues está entronizada y ennoblecida.
Como fuere, el Mayo masonete existió y es aborrecible. Existió y fue el que terminó imponiéndose, salvo durante el interregno glorioso de Don Juan Manuel. Los zurdos –que atacan a Roca por lo que tuvo de bueno- suelen decir que “es preferible un Mayo Francés a un Julio Argentino”. Tengo para mí en ocasiones, ante tanta confusión, que es preferible que no haya mayos.
Los revisionistas –salvo alguno que creyó ver en el 25 de Mayo un 17 de octubre avant garde, y en el gorro frigio al famoso pochito con visera- en principio, pusieron las cosas en su lugar. Al menos los mejores de sus representantes probaron que hubo otro Mayo. Monárquico, hispánico, católico, militar y patricio; enemigo de Napoleón que no de España, fiel a nuestra condición de Reyno de un Imperio Cristiano, en pugna contra britanos y franchutes, filosóficamente escolástico, legítima e ingenuamente leal al Rey cautivo, y germen de una autonomía, que devino forzosamente en independencia, cuando la orfandad española fue total, como total el desquicio de la casa gobernante. Federico Ibarguren y Roberto Marfany, entre otros, se llevan las palmas del esclarecimiento y de la reivindicación de este otro Mayo. Mas nadie ha empardado, en claridad y en rectitud de juicio, al Mayo Revisado de Enrique Díaz Araujo. Sólo ha salido un tomo de los tres anunciados que componen la singular obra, pero es para aguardar ansiosos que la tríada se complete.
Tampoco faltan hechos y personajes para probar la existencia de este Mayo genuino. Están las Memorias de Saavedra, la Autobiografía de Domingo Matheu, la de Manuel Belgrano, las cartas de Chiclana, Viamonte y Tomás Manuel de Anchorena. Está la obrita curiosa de Alberdi, El Gobierno de Sudamérica, y el mensaje magnífico de Rosas a la Legislatura, del 25 de mayo de 1836. Y hasta las fábulas humorísticas de Domingo de Azcuénaga están para nuestro entendimiento de la época.
Leyendo meditadamente este material, es asombroso cómo se intelige el pasado y cómo se disipan las ficciones ideológicas. Lo que surge de estos valiosos testimonios no es el enjambre de conjeturales paraguas populistas, sino la espada de Saavedra “de dulce y pulido acero toledano, y que en su mano parecía una joya”, al buen decir de Hugo Wast. Espada puesta al servicio de la misma causa por la que en España, hacia la misma época, se desenvainaran otras para enfrentar al invasor Bonaparte. Y si surge también el Cabildo de estas veras semblanzas, es porque entonces, el mismo no era aún una figurita didáctica, sino una hidalga institución de raigambre medieval, custodia de los fueros locales y comarcales.
Pero están los documentos que retratan este Mayo porque estuvieron los acontecimientos y los hombres que los protagonizaron. Y esto sería lo más importante por considerar y celebrar hoy, sino fuera que ese “Mayismo” fue derrotado, y prevaleció el otro. No sólo historiográficamente, que ya es grave, sino política y fácticamente, que es lo peor.
Escuchemos a Rosas, en un fragmento de su valioso mensaje precitado: ”No se hizo [la Revolución de Mayo] para rebelarnos contra nuestro soberano, sino para conservarle la posesión de su autoridad. No se hizo para romper los vínculos que nos ligaban a los españoles, sino para fortalecerlos más por el amor y la gratitud. ¡Pero quien lo hubiera creído! Un acto tan heroico de generosidad y patriotismo, no menos que de lealtad y fidelidad a la nación española, fue interpretado en algunos malignamente […] Perseveramos siete años en aquella noble resolución de mantenernos fieles a España, hasta que, cansados de sufrir males sobre males, nos pusimos en manos de la Divina Providencia y confiando en su infinita bondad y justicia tomamos el único partido que nos quedaba para salvarnos: nos declaramos libres e independientes de los Reyes de España y de toda otra dominación extranjera”.
Nuestros amigos carlistas, de un lado y del otro del Atlántico, están enojados con el 25 de Mayo. No les falta razones, ni son pocas las verdades que al respecto han recordado. Puede aceptarse incluso lo que enseñan: que nuestra guerra independentista tuvo algo o bastante de una dolorosa guerra civil, en tanto americanos hubo que se sentían inaboliblemente insertos a la Corona, con un gesto de lealtad que los honra. Puede y debe aceptarse, además, que la fábula escolar de “los realistas” malvados y los “patriotas” impolutos es un cuento de mal gusto. El realista Liniers fue un arquetipo de nuestra lucha soberana; el patriota Moreno, la contrafigura del cipayo. Y hasta tienen razón los carlistas cuando comentan que, en ciertas zonas hispanoamericanas, los negros defendieron la Corona y se batieron por su causa, sin importarle su condición. Claro que hablamos –como lo hace Luis Corsi Otálora- de los bravos negros que enarbolaban orgullosos los pendones de la Orden de San Luis- y no de los morochos mercenarios de D’elía. Por eso decía Ramón Doll que “hay negros de todos los colores”.
Pero determinadas cosas vinculadas a nuestro 25 de Mayo, los admirados carlistas parecería que no quieren ver, o ven a medias, y entonces precipitan sus juicios. No quieren ver, por ejemplo,la gravísima crisis moral del Imperio Español, sintetizada en aquella sentencia tan dura cuanto cierta de Richard Heer: “España estaba gobernada por un galán frívolo, una reina lasciva y un rey cornudo”. No quieren ver que, a comienzos de 1810, sólo quedaban las apariencias de España, con “los franceses que salen por un lado y los ingleses que entran por el otro”, según afirmación de Benito Pérez Galdós en “El equipaje del Rey José”. No quieren ver que tanto ultraje, tanto vejamen, tanta depredación y anonadamiento de la Madre Patria, eran males causados por sus mismos reyes felones, por su misma borbonidad traicionera, por la vacancia y la acefalía cobarde de una Corona, que ya no era la de los siglos del Descubrimiento y la Evangelización.
Y no quieren ver –como lo ha sintetizado certeramente Luis Alfredo Andregnette Capurro, replicando a Federico Suárez Verdeguer- que “las Cortes de 1810 y 1812, pletóricas de iluminismo jacobino, y Fernando VII con su avaricia absolutista, precursora del liberalismo, sellaron la destrucción del Imperio Católico. Crimen incalificable, porque la Revolución (en el sentido del verbo latino volver hacia atrás),aspiró a una unión más perfecta con la Metrópoli”. Crimen que se ejecutó con varias puñaladas traperas, como cuando el 24 de septiembre de 1810, las Cortes de Cádiz aprobaron la ley por la cual se dispuso la extinción de Provincias y Reynos diferenciados de España e Indias, en clara señal de abolición de los honrosos Pactos sellados por Carlos V en Barcelona el 14 de septiembre de 1519.
¿De qué lado estaba entonces la traición? ¿De los americanos que se levantaban jurando fidelidad al rey Cautivo, deseando conservar sus tierras, aunque reclamando la necesaria autonomía para no ser arrastrados por la crisis peninsular, o de la casa gobernante española que pactó la rendición ante Napoleón Bonaparte? ¿Quiénes eran los leales, los que se rebelaban aquí, a imitación de los combatientes hispánicos, para comportarse como súbditos corajudos y lúcidos, o aquellos funcionarios, cortesanos y monarcas que se desentendieron vilmente de la suerte de estos Reynos, como lo gritaba Fray Pantaleón García en el Buenos Aires de 1810? ¿Adónde la fidelidad? ¿En las intrigas borbónicas para convertirnos en pato de la boda, como decía Saavedra; o en este surero Buenos Aires levantado en hazañas, primero contra el hereje britano, y contra los alcahuetes de Pepe Botella después, y en ambos casos, levantado siempre con la bandera de España entre los mástiles?
A ver si nos vamos entendiendo.
La historia es historia de lo que fue, no de lo que pudo haber sido, o de lo que nos hubiese gustado que fuera.
Nos hubiese gustado que el Imperio Hispano Católico no se extinguiera; y que nosotros nos constituyéramos en “la última avanzada de ese Imperio”, como cantaba Anzoátegui. Nos hubiese gustado que Mayo no hubiese sido necesario; y seguiremos repitiendo con José Antonio: “si volvieran Isabel y Fernando, ya mismo me declaraba monárquico”; esto es vasallo de aquella Corona por la cual la monarquía se reencontró a sí misma como forma pura y paradigmática de gobierno.
Nos hubieran gustado tantas cosas.
Pero los hechos se dieron de otro modo, seguramente por permisión de la Divina Providencia. Y no renegamos de nuestro Mayo Católico e Hispánico, ni de una autonomía que no era desarraigo, ni separación espiritual, ni ingratitud moral. No renegamos de aquellos patriotas que, portadores de sangre y de estirpe hispanocriolla, tuvieron que batirse al fin, heroicamente, para que esa autonomía fuese respetada.
¿Ves, querido Marcelo, porqué es tan difícil hablar o escribir sobre el 25 de Mayo?
¿Qué festejamos ese día? El Mayo masón desde ya que no. Ese será el del Bicentenario Oficial. Un festejo tan desnaturalizado y horrible como lo fue el de la gloriosa Reconquista y Defensa de 1806-1807. Será el Mayo falsificado y ruin, liberal y marxista, agravado por el magisterio soez de Felipe Pigna –nuevo Taita Magno de la Historia, como lo ridiculizaría Castellani- según el cual, Moreno fue el primer desaparecido y Saavedra el primer represor. Y lo peor es que a esta obscenidad llaman algunos ahora revisionismo histórico.
El Mayo de algunos de nuestros entrañables amigos españoles, tampoco podríamos festejar. Para ellos lo de aquí fue una simple traición a España; y aunque traidores hubo, sin duda, tuvo aquel acontecimiento protagonistas centrales transidos de lealtad y de fidelidad, de arraigo espiritual y encepamiento religioso, de recto y fecundo amor al solar natal, de prudente, gradual y legítimo sentido de emancipación americana.
El Mayo de los revisionistas heterodoxos, que vieron en aquellas jornadas de 1810 un alzamiento de orilleros resentidos y desarrapados rencorosos, tampoco es celebrable. Entre otras cosas, porque no existió. El piqueterismo es cosa de este siglo. Tampoco el Mayo de los católicos liberales, que creyeron calmar sus conciencias encontrando alguna tonsura entre los revolucionarios, aunque enseñaran las peores macanas modernistas.
Si algún Mayo recuerdo con gratitud,emoción y decoro; con absoluta austeridad de manifestaciones festivas, es el que encarna aquel Comandante de Patricios, que afirmando con meridiana claridad que se alzaba contra franceses e ingleses -y contra todos aquellos que aquí o acullá quisieran comprometer el destino de estas tierras franqueándoles las invasiones- puso su condición militar al servicio de Dios y de entrambas Españas.
De él dijo Braulio Anzoátegui: “Saavedra era un militar que jamás andaba sin uniforme, porque comprendía que un militar sin uniforme es una persona peligrosa que de pronto le da por pensar como un político cualquiera, y piensa y es capaz de olvidarlo todo; es como una dueña de casa que olvida lo que vale la docena de huevos. En esto se parecen las malas dueñas de casa a los malos militares: en que no saben cuánto valen los huevos”.
Saavedra lo sabía. Y tenía fama de saber estas cosas fundamentales. Por eso, el Capitán Duarte lo quiso proclamar Rey de América. Pero Moreno lo acusó de borracho y lo desterró de la ciudad. También desterrado acabaría Saavedra.
Curioso destino el de nuestros hombres de armas. Si no saben cuánto valen los huevos los nombran Generales. Si proclaman nuestra soberanía pasan a la historia por borrachos.
Te mando un abrazo fuerte
En Cristo y en la Patria
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
CAUSAS DE LA INDEPENDENCIA. Historia (XLI)
A propósito de conmemorarse el 24 de Mayo la Batalla del Pichincha:
CAUSAS DE LA
INDEPENDENCIA*.
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Como en todo hecho trascendental, debemos distinguir las causas remotas, profundas, y las que son inmediatas, más o menos circunstanciales. Hay dos causas remotas, evidentes: la decadencia de España y la formación de una personalidad hispanoamericana diversa de la hispanopeninsular.
Entre las causas inmediatas debemos considerar principalmente: 1ª El influjo de la independencia de los Estados Unidos; 2ª El de la Revolución francesa; 3ª De las ideas revolucionarias liberales que presidieron estos dos movimientos; 4ª El afán inglés de acabar definitivamente con el Imperio español; 5ª La labor de la masonería; 6ª La situación crítica que sobreviene a España por la invasión napoleónica; 7ª Resentimientos personales, y 8ª Limitaciones económicas.
A) Causas remotas
La decadencia de España obedece a un proceso de biología política de explicación sencilla. Esta nación hace un esfuerzo extraordinario durante dos siglos (fines del XV a principios del XVII), en los que combate en todos los puntos de la tierra: en África y en Flandes, en América y en Oceanía en Asia, y en los océanos; y combate contra moros y contra herejes protestantes; contra turcos y contra ingleses, contra franceses y flamencos; y al mismo tiempo envía a millares de sus hijos a que creen nuevos mundos en las tierras salvajes que devoran a los que se aventuran por ellas. Este esfuerzo continuado, creador y gigantesco, le desgasta; y sus rivales, que unidos resultan más poderosos, valiéndose de toda clase de medios, al fin le vencen. España exhausta vive de su gloria, pero deja de empuñar el cetro de Occidente, el que pasa a Francia e Inglaterra. Con su vitalidad disminuida, no tiene: fuerza suficiente ni para presidir de manera eficaz la vida del Imperio, que comienza a resquebrajarse, ni para mantener una política independiente que obedezca a su espíritu, a su misión histórica y a sus intereses, y cae en la órbita de sus antiguos rivales, cuyos fines sirve.
No sólo hay despoblación catastrófica, sino también decadencia espiritual. Si en tiempo de los Reyes Católicos contaba España con unos diez millones de habitantes, al cabo de un siglo, después de la muerte de Felipe II, no tenía más de cinco; lejos de duplicarse, se había reducido a la mitad. Concomitantemente se había ido perdiendo, a manera de evaporación, la afirmación eficaz de los propios valores y el propio destino. España ya, no era ni se sentía eje de Occidente; había pasado a ser accesoria, segundona, pronta a imitar a sus antiguas rivales, disminuida de personalidad.
Entonces las novedades francesas e inglesas se procuran copiar al pie de la letra, sea en la superficialidad de los vestidos, sea en la brillantez de las ideas enciclopedistas, sea en la misteriosa introducción de las logias masónicas. Se había empequeñecido en todo sentido; y ni siquiera, en el afán de imitación, había logrado subir al coche de la técnica en que se habían embarcado sus competidoras.
Ya se comprende que así no podía dar vitalidad a las grandes extremidades del Imperio. La falta de fe en sí de la cabeza misma, contagia a los demás. Muchas veces sin explicarse, subconscientemente, criollos y mestizos, aun honrándose de pertenecer a España, sentirían enfriamiento, alejamiento, desconfianza. La vida iba muriendo en las articulaciones imperiales. Y un proceso semejante presenciamos ahora en los países europeos que desangraron física y espiritualmente al español.
Por esa mecánica que existe en los acontecimientos sociales, correlativamente con la, decadencia española iba fortaleciéndose el organismo de las colonias. Se había formado un nuevo tipo racial, un nuevo tipo humano, que más que mestizaje sanguíneo lo tenía psíquico. Era el fenómeno que estudiamos al hablar concretamente del mestizaje; era la influencia de un medio diverso en el hombre europeo.
A cada persona humana corresponde una personalidad, un modo se ser; a los hispanoamericanos correspondía una personalidad que no era, la de los hispanopeninsulares; consecuentemente, las entidades regionales de Hispanoamérica que habrían de dar origen a los actuales Estados, tenían personalidad colectiva diversa de la española. América, con su vida igual, pacifica, religiosa, inundada de indios sojuzgados, suaviza las aristas hasta en el modo de hablar. No se oirán en gargantas americanas las duras y jotas, ni se diferenciarán las zetas lo español perderá dureza en América, pero perderá también definición el español. Se presentará más expeditivo, más francote y directo, más mandón; el hispanoamericano, más sutil; más amanerado, más cortés, más lleno de rodeos menos enérgico y menos alegre. El que tiene más acusado sentido de acción suele mirar despectivamente al que lo tiene en grado inferior; de ahí que los nórdicos miren del hombro para abajo a los mediterráneos; los occidentales a los de Oriente; algo semejante sucedía con españoles e hispanoamericanos. Era natural que esto sucediera. Allí en plena decadencia, el español conservaba, sus aristas intransigentes y duras, que las sabía hincar al rato menos pensado; si no, díganlo los franceses, que tuvieron que habérselas con un 2 de mayo, con Zaragoza y con Bailén, y dígalo la, España de 1936, que le hizo, exclamar a Claudel: “Dijeron que dormías y habías quedado estéril y en un momento has despertado y poblado los cielos con un millón de mártires”. El español, expeditivo, duro y proveniente de un medio, más culto, más civilizado y con el control de los primeros cargos y dignidades, tenía que ver desdeñosamente al hispanoamericano, menos enérgico nacido en un medio menos adelantado.
Cuando el hispanoamericano culto midió sus armas con el hispanoeuropeo culto o con otros europeos y se dio cuenta de su valer, trocó la natural admiración por lo español, en resentimiento; se sintió preterido injustamente; juzgó, luego, que era un atropello y una explotación que se prefiriera para el gobierno a gentes venidas de la Península, cuando en la propia tierra había personas capaces y de méritos. Y muchos patriotas fueron simplemente hombres de mérito que recibieron estos agravios u otros provenientes de las instituciones de la época, que les hicieron reaccionar tanto contra las instituciones como contra la autoridad española y aun contra España. Ese fue el caso de Miranda y el de Espejo, que reciben agravios personales, y el del marqués de Miraflores, que los recibió en su padre y lo mismo sucedió con muchos religiosos y habría pasado con Mejía si su pronta ida a España no le hubiera colocado en situación brillantísima que contrastaba con sus humillaciones en Quito y no hubiera llegado a apreciar a los españoles al compararles con los franceses invasores.
Al sentirse agraviados, ya se comprende cómo se haría violenta la convivencia de criollos y chapetones y cómo habrán caído, mutuamente pesadas, las personalidades respectivas. Entonces, se comenzó en América a repudiar a lo español y se oiría en las calles de Quito, en 1765, el grito de “Mueran los chapetones, ¡abajo el mal gobierno! (¡Viva el Rey!)”. Este principio de reacción antiespañola no, lo pudieron suprimir ni hombres como Carondelet, todo él gallarda generosidad, ni menos los que empezaron a emplear medidas radicales, muy españolas y muy explicables por la época y las circunstancias, por cierto, pero que acabaron por encender inconteniblemente la hoguera.
Lo único que habría, cabido entonces era una, oportuna y amistosa, aunque dolorosa y forzada, retirada española ; pero ya se comprende que era casi imposible. No cabe ejemplificar con lo actuado por Inglaterra con la India, pues ni nosotros somos hindúes, ni España Inglaterra, ni mediados del siglo XX es lo mismo que principios del XIX; y recuérdese cómo fue de dura y larga la lucha entre la metrópoli y las colonias inglesas, que se independizaron a cañonazos.
He aquí cómo la afirmación de la personalidad hispanoamericana, al dar a nuestros dirigentes consciencia de su propio valer, condujo a la separación de España. Estudiadas las causas remotas de la independencia, pasemos a las otras.
B) Causas inmediatas
Entre ellas, como dejamos indicado arriba, tuvieron influencia decisiva las ideas democrático-liberales, y las revoluciones por ellas engendradas, especialmente la de independencia de los Estados Unidos y la francesa.
Las ideas revolucionarias tienen su origen remoto y doctrinario en la revolución religiosa, protestante del siglo XVI, y en el inmediato desarrollo económico de la burguesía. Tienen filósofos alemanes e ingleses que las ayudan con sus lucubraciones y cuentan en el siglo XVIII con propagandistas entusiastas tales como Voltaire, el satírico mordaz, destructor de todo lo que hasta entonces había sido respetado; Juan Jacobo Rousseau, el teorizador del origen del Estado en el pacto social de los hombres primitivos; el barón de Montesquie, admirador de las instituciones inglesas, autor de “El espíritu de las leyes”, y los enciclopedistas tales como Diderot, D’Alembert, etc., que frecuentaban las tertulias de damas aristocráticas pagadas de su intelectualismo y que hicieron su Enciclopedia.
Aquellas ideas, propugnadas por estos intelectuales, algunos de ellos escritores sugestivos, se presentaron tumultuosamente en Francia a partir de 1789 y llenaron de entusiasmo a varias mentalidades jóvenes de América, noveleras de las últimas teorías, ansiosas, de sobresalir y con espíritu apto para aceptarlas, dada la oposición, no, exenta de envidia, con los peninsulares, favorecidos con preeminencias, y dada la aureola romántica que rodeaba a ciertos personajes que habían intervenido con el pensamiento o la acción en las revueltas de Francia, romanticismo que hace presa fácil en la gente joven.
Este conjunto de ideas se propagó en América, no obstante la vigilancia de las autoridades españolas en el mercado de libros; ostentaba como principios fundamentales el derecho de rebelión del pueblo contra la autoridad, el origen meramente popular de la misma, la independencia de los poderes del Estado, y el sufragio universal como medio de designar autoridades; y estaba informado por las tesis o dogmas rousseaunianos, tales como él de que los hombres son buenos por naturaleza, pero corrompidos por la sociedad, y el de que el origen de ésta estuvo en el contrato primitivo de los asociados, esto es, en el “pacto social”, hecho imaginario que sólo tuvo realización al tiempo en que vivía Rousseau en un país, esto es, en los Estados Unidos, y que fue tomado por los secuaces de Rousseau como mera interpretación del hecho social.
He aquí los principios que causaron novedad y entusiasmo en las postrimerías del siglo XVIII, que provocaron la Revolución francesa y que, al ser bebidos por varios intelectuales de América Hispana, sirvieron de fermento que, unido, a otros factores estudiados ya o por estudiarse a continuación, produjeron la revolución de independencia.
Pero si los principios liberales actuaron directamente sobre el espíritu de algunos americanos influyentes, también ejercieron influjo en la Independencia por medio de los hechos por ellos engendrados, tales como el ya anotado de la Revolución francesa y aun antes de ella, por medio de la independencia de los Estados Unidos. En cuanto a ésta, nos basta observar lo siguiente: 1º Que varios revolucionarios, especialmente Miranda, esgrimieron el argumento de que si España había ayudado a la independencia yanqui, Inglaterra, para, desquitarse, debía de ayudar a la de Hispanoamérica; 2º En Estados Unidos se preparó al menos una expedición revolucionaria contra el gobierno español; 3º El ejemplo de Estados Unidos, que comenzaba con entusiasmo su vida independiente, sirvió de continuo modelo de los independentistas hispanoamericanos, que se enamoraron hasta de cosas propias de los Estados Unidos, como el sistema federal, lo que, al tratar de imitar infantilmente, desde México hasta Venezuela y desde Nueva Granada hasta Buenos Aires, ocasionó guerras sangrientas entre los mismos independentistas y motivó más de uno de sus fracasos frente a la reacción realista.
Pero junto al liberalismo y a los hechos por él engendrados o por él apoyados, hubo otros elementos doctrinarios o sectarios que intervinieron en la disolución del Imperio español; nos referimos principalmente a la masonería.
El liberalismo y la masonería no sólo actuaban directamente por medio del influjo sobre los independentistas o patriotas, sino que se infiltraban en la misma Península y tomaban posiciones, maniatando a España en su defensa contra la revolución emancipadora, y así vemos a secuaces de ellos, como el general Riego, sublevarse en Cabezas de San Juan cuando se disponía a embarcarse hacia América para debelar la revolución. Inglaterra y Francia contaron con el liberalismo y la masonería como aliados poderosos para someter a los políticos españoles a sus fines nacionales, aunque ello fuera en mengua de los intereses de España. La misma expulsión de los jesuitas de América, golpe fatal para la obra de España en nuestros países, fue algo en que tuvo bastante que ver la masonería (Nota editorial: y habría que ver hasta que punto esta expulsión no fue una maniobra generada desde adentro de la misma Compañía para batir a las Españas y a su Imperio). Al estudiar este acontecimiento en el número 228 de la tesis anterior, ya lo hemos indicado, influyó en el relajamiento de los vínculos de España con las colonias; y en la tesis siguiente veremos cómo algún jesuita, al desvincularse del Imperio español, hizo de uno de los precursores en la Independencia.
En la historia y en el espíritu de la masonería pueden anotarse estos caracteres: 1º Alianza con el judaísmo y con el imperio británico; 2º Anticlericalismo y anti-catolicismo fanáticos en los países latinos; 3º Oposición a las formas tradicionales de vida de estos pueblos; 4º Secretismo y espíritu de grupo o círculo.
De la relación de estos caracteres de la masonería puede deducirse mucho saber el por qué de su intervención activa en la Revolución francesa, de su apoyo a Napoleón en los primeros tiempos, para luego volver las espaldas y coadyuvar con Inglaterra para su caída; asimismo puede deducirse el por qué de la intervención masónica en la disolución del Imperio español, Imperio católico, el primero, a partir del siglo XV, en haber tratado radicalmente el problema judío (con la expulsión de estos de todos sus territorios), aferrado a las bases constitutivas de su grandeza, como todo gran pueblo, y representante de la antítesis de Inglaterra.
(Sigue…)
La masonería, pues, como hemos visto, comenzó su labor de zapa al introducir en sus filas a varios políticos y militares españoles, desde el siglo XVIII después actuó directamente sobre los revolucionarios de América, a quienes relacionó, captó y encubrió. Así vemos, por ejemplo, que Miranda, Bolívar y San Martín ingresaron en las logias aun cuando más tarde, algunos de ellos como Bolívar, renegara de ellas y las disolviera en el Perú y Colombia, acusándolas de constituir un peligro para el orden, el progreso y la paz del Estado (1).
He aquí cómo el liberalismo y la masonería fueron factores inmediatas de la Independencia en cuanto actuaron directamente sobre los patriotas; y fueron factores mediatos o remotos (resaltado en el original) en cuanto al apoderarse de algunos dirigentes e infiltrarse en algunos organismos del Imperio español, precipitaron el espíritu disolvente que se inició al comenzar la decadencia hispana (resaltado en el original).
Nos falta, pues, hablar del otro socio de la empresa antiespañola: de Inglaterra.
Este país, como hemos dicho antes, por motivos de hegemonía imperialista y de, índole doctrinaria o sectaria, procuró en todo momento, dar al traste con el poderío de España, valiéndose de todo medio. Apoyó en un principio con cautela a los precursores de la Independencia y después, abiertamente, a los revolucionarios; todavía, conserva el Ecuador una deuda de varios millones de sucres por esa ayuda inglesa (el texto es de 1951; la “deuda inglesa” se terminó de pagar al fin en el gobierno del Gral. Guillermo Rodríguez Lara 1972-1976, después de casi 200 años de haberla adquirido [!] ). Pero juntamente con el apoyo con gente, armas y pertrechos a los revolucionarios hispanoamericanos, trató de hacer sus conquistas directamente; y así, en 1806 toman los ingleses Buenos Aires y dan los primeros pasos para, hacer cosa semejante con Chile, pero fracasan en sus proyectos por la brillante reacción de los argentinos, que los expulsan tras lucha sangrienta. Este mismo rechazo hace sentir a los criollos su fuerza y les alienta para conseguir la autonomía. Sin embargo, Inglaterra seguirá ayudando la, revolución independentista, vengando de esta manera, además, el apoyo que España dio a los Estados Unidos para su independencia.
De los resentimientos o de reacciones contra reales o supuestos agravios, hemos hablado ya al tratar en el número 297 de la acentuación de una personalidad hispanoamericana; y tocarnos ahí este problema porque se presentó como tal, ya avanzada la Colonia, como consecuencia de una diferenciación llena de amor propio entre el criollismo y el hispanismo peninsular; es decir, como resultado de una afirmación más o menos consciente de la idiosincrasia y afanes de los hispanoamericanos frente a los hispanoeuropeos. Sin embargo, por la época, en que se presentan, esto es, ya cerca de la época de la. Independencia, les hemos clasificado entre las causas inmediatas, o próximas.
Las diferencias económicas y la oposición de intereses entre España y América, tenían que presentarse tarde o temprano, en cuanto las colonias aumentasen en población -por lo mismo, en necesidades- y los colonos desarrollasen la natural tendencia de enriquecimiento y de poder, máxime si había las ofertas tentadoras de los enemigos de la Metrópoli.
Mientras a España le interesaba, para el mejor control del Imperio y aun para su mejor defensa frente a rivales y enemigos, orientar la economía hacia la unidad armónica, a los productores de diversas regiones, que veían lo suyo y no la totalidad del Imperio les interesaba la prosperidad local, lo que veían y palpaban. Si se les ponían limitaciones que restringían lo que querían producir o vender, tenían que sentirse incómodos. Esto llegó a constituir un problema sobre todo en el Virreinato de Buenos Aires; no sucedió lo mismo en la Audiencia de Quito, pese a, la gravísima crisis que vino por las calamidades geológicas y sanitarias.
Queda una última causa de la Independencia, más inmediata, la más próxima a todas, la que, unida, a las anteriormente expuestas, dio ocasión y pretexto para el alzamiento general de, las colonias hispanoamericanas: la invasión de España por Napoleón.
Este caudillo entró en la Península en son de amigo, ya que eran aliadas Francia y la Madre Patria, contra Inglaterra se proponían las dos castigar a Portugal, aliado de Inglaterra; pero cuando las tropas francesas estuvieron en gran número en España, se quedaron como dominadoras provocando la reacción heroica de los españoles. Estos luchaban como podían y principalmente mediante el sistema de guerrillas, contra los hasta entonces invencibles ejércitos napoleónicos; lograron ganar alguna victoria en batalla campal, como la de Bailén; se hicieron fuertes en algunas ciudades como Gerona y Zaragoza, que defendieron con valentía no conocida en Europa en esos días, y constituyeron juntas provinciales o regionales de defensa contra el “intruso” y “tirano Bonaparte”.
Estas Juntas al fin se reunieron en una, que adoptó el título de Suprema, la, que, acosada por los franceses, se refugió en Sevilla y luego pasó más al Sur, alojándose en la isla, de León, frente a Cádiz; nombró un Consejo de Regencia que gobernaría en ausencia de los reyes, presos en Francia, el que convocó a Cortes, las que se reunieron en Cádiz integradas también por diputados americanos, entre ellos los ecuatorianos Mejía, Olmedo, Matheu y Rocafuerte, descollando admirablemente el primero, como ya veremos y dejando de concurrir el último. En estas Cortes se dejan sentir fuertes influencias liberales y masónicas, que procuran romper el orden tradicional de España, en buena parte con el apoyo de los diputados americanos.
Esta situación caótica de España que dejamos descrita, dio lugar a que en América se formaran también Juntas Patrióticas de defensa semejantes a las españolas, pero que en general constituyeron una mera simulación organizada por americanos independentistas (autonomistas en verdad) quienes, so pretexto de oponerse a las autoridades afrancesadas y a los emisarios que mandó Napoleón, trabajaban por la Independencia, engañando o tratando de engañar doblemente, sea a las autoridades españolas, sea al pueblo, que, generalmente, no sentía el afán de independizarse.
C) Causas internas, externas y -mixtas.
De todas estas causas de la Independencia, que hemos diferenciado en remotas y próximas, podemos hacer una segunda clasificación tripartita: 1º La decadencia del Imperio español, la formación de una personalidad hispanoamericana, la oposición entre criollos y peninsulares, y las dificultades económicas, son factores internos; 2º La influencia inglesa, francesa y yanqui, son causas externas; 3º Los factores doctrinarios o sectarios participan de las dos primeras categorías; son causas externas, porque fueron promovidas desde afuera; y son causas internas, porque se infiltraron en el organismo del Imperio.
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Notas:
* Extraído de la obra de Jorge Luna Yépes: “Síntesis histórica y geográfica del Ecuador”, 2ª Edición, Ediciones de Culutura Hispánica, Madrid 1951, pp. 332-343.
**Dr. Jorge Luna Yépes: (Quito 1909) Político y escritor revisionista, autor entre otras obras: “Síntesis Histórica y Geográfica del Ecuador” -2 ed. Quito y Madrid-, “El pensamiento de ARNE”, etc. Fundador de ARNE- “Acción REVOLUCIONARIA NACIONALISTA Ecuatoriana”, en 1943. 2º Jefe de ARNE.
(1) Son célebres los vehementes denuestos de Bolívar a las organizaciones masónicas después de que rompió con ellas, en especial a raíz del asesinato frustrado en Bogotá. “En las logias he hallado, dijo, uno que otro hombre de mérito, algunos de buena fe, muchos pícaros y una multitud de imbéciles engañados”. Los cita en sus memorias su edecán Perou de la Croix.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
HISTORIA (XII)
A propósito de la mal llamada “Gesta Libertaria” o peor “El Primer Grito de la Independencia” o para ser más ironicos todavía la “Independencia”, que en realidad fue una guerra civil imperial -que será expuesta en su verdadero significado en un próximo post- a rememorarse el día 10 de Agosto. Como siempre para que piensen… (si es que aún pueden)… ¡AH! y por cierto… de paso una frase de nuestro “genio” y “libertador” (¿de qué?) Bolívar sobre nosotros, para que veamos lo mucho que nos quería y amaba:
“Yo creo que le he dicho a Ud., antes de ahora, que los quiteños son los peores colombianos. El hecho es que siempre lo he pensado. Los venezolanos son unos santos en comparación de esos malvados. Los quiteños y los peruanos son la misma cosa: viciosos hasta la infamia y bajos hasta el extremo. Los blancos tienen el carácter de los indios, y los indios son todos truchimanes, todos ladrones, todos embusteros, todos falsos, sin ningún principio moral que los guíe.”
Carta de Bolívar dirigida a Francisco de Paula Santander para solicitare más tropas.
Nos preguntamos que pensaría su “adorada” Manuelita, que cometió el error de dejarlo vivo….
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VISIÓN CONTRA-CORRIENTE DE LA
Luis Corsi Otálora (*)
http://www.enciclopediadelecuador.co...8Cuadro%29.jpg
No había pasado un año del triunfo “”"patriota”"” en la Batalla del Pichincha, cuando las fuerzas “españolas” -criollas en su mayor parte- del Crnel. INDIO Agustín Agualongo, acantonadas en Pasto, se sublevaron e intentaron marchar hacia Quito. Batalla de Ibarra de 1823. Combate dirigido por el dignísimo INDIO pastuso Gral. Agustin Agualongo bajo el lema Por la Religión, la Patria y el Rey ( sus últimas palabras antes de ser fusilado fueron ¡Viva el Rey!) al mando de los realistas criollos contra Bolívar.
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“La liberación de las espaldas de indígenas por la introducción de bestias, bien merecen, corno el asno, más estatuas que tantos de nuestros libertadores”.
“La España nos ha hecho la guerra con hombres criollos, con dinero criollo, con provisiones criollas, con frailes y clérigos criollos y con casi todo criollo”
Germán Roscio en carta a Bolívar
“…dentro de las filas realistas descollaba doña María Antonia Bolívar, hermana de Simón, largo tiempo exiliada en Cuba, en donde se mantuvo con pensión de las autoridades reales.”
Era de suponer que la ocupación de una potencia extranjera en áreas tan vastas como las de Hispanoamérica se tradujese en sus rasgos esenciales, cuales son los de significativos volúmenes transitorios de población alógena dedicados a la exacción de sus riquezas, con el apoyo armado de fuertes contingentes integrados por personas sin vínculo con la región, afín de poder ejercer una represión sin escrúpulos.
Ninguno de estos factores jamás llegó aquí a ser configurado.
En efecto, si bien es cierto que en comienzo se dio un fuerte flujo de oro y plata hacia la Península Ibérica, éste -en sus cuatro quintas partes- estaba constituido por el pago de semillas, ganado, herramientas y mercancías indispensables a la puesta en valor del desarrollo económico en sus diferentes zonas; en un detallado cuadro que va de 1515 a 1600 Alberto Pardo muestra como la balanza comercial durante este período desde España fue de 67.637 toneladas de exportación contra 43.728 toneladas de importaciones (1). El impacto de las nuevas tecnologías transmitidas a través de ellas fue verdaderamente espectacular, pues si un hombre con sus solas fuerzas necesita 40 días para preparar una hectárea, este tiempo se reduce a un día cuando lo hace con un arado y dos caballos; hasta el temprano 1570, de la Metrópoli se habían despachado 20.000 rejas para arados. El tiempo de corte de un árbol con hacha de acero descendía de dos meses a dos días, por lo cual los indígenas se batían a muerte por su adquisición; y una herradura de acero valía más que su peso en oro.
De ahí que con José Vasconcelos, el insigne ensayista mexicano del siglo XX pueda concluirse: “La liberación de las espaldas de indígenas por la introducción de bestias, bien merecen, corno el asno, más estatuas que tantos de nuestros libertadores”.
En cuanto a los flujos migratorios es bien sabido de su sentido irreversible; el asentamiento era logrado a través de grupos enteros de familias ya conformadas, incluso con párroco a la cabeza, como uno que al salir de Antequera (España) en 1520 estaba constituido por 34 familias con 90 hijos. En los albores de los años 1800 la proporción de nacidos en la península no pasaba del 1.5%; este era el caso de Venezuela, en donde eran muchos, en total 12.000 personas, en su mayoría funcionarios, sobre 800.000 habitantes con los que entonces contaba dicha Capitanía (2).
Y ya también en este período terminal hasta la contribución tributaria para gastos de administración diplomacia y defensa era irrisoria; el imprescindible Barón de Humboldt constaba sobre el terreno: —La mayor parte de aquellas provincias (a las cuales no se da por los españoles el nombre de colonias sino de reinos) no envían caudal alguno neto a la Tesorería General” (3). Esta apreciación era refrendada por J. M. Restrepo, por cierto futuro Ministro Republicano de Bolívar: “Las rentas públicas con que contaban el capitán general de Venezuela y el virrey de Santa Fe para sostener los establecimientos civiles, militares y eclesiásticos… apenas bastaban para los gastos en la Nueva Granada… en Venezuela quedaba algo para la Metrópoli (4).
Más aún, el aparato militar del Estado Hispánico era simbólico en la práctica; se limitaba a la defensa de las plazas fuertes en las costas, porque en el interior era tal el consenso que bastaban unos cuantos voluntarios nativos agrupados en “milicias”. De nuevo es el insospechable de parcialidad J. M. Restrepo quien lo confirma: “Las fuerzas que el Virrey de Santa Fe tenía a sus órdenes para defender el Virreinato eran harto insignificantes. Constaban de tres mil ochocientos hombres de tropa de línea de todas armas con nueve mil de milicias” (5).
De ahí que al desencadenarse la insurrección republicana, correspondiere hacerle frente a los realistas criollos, ya que todas las fuerzas de la Península Ibérica estaban en integral movilización para arrojar la usurpación napoleónica. El propio Ministro de Guerra informaba a las Cortes que a Venezuela, eje del conflicto, sólo habían podido ser despachados entre 1811 y 18 15 tan sólo 1.800 hombres, casi todos el año anterior.
De los 10.000 de la expedición de Morillo en 1815, más del 20 % siguieron al Perú y Puerto Rico (6) ; el resto resultó diezmado, no sólo por el sitio de Cartagena de Indias, sino por el mortífero clima, siendo tan sólo posteriormente reemplazado a cuenta gotas. Entonces no era de extrañar que en pleno 1820 el Dr. Germán Roscio escribiera con angustia y desconcierto a Bolívar: “La España nos ha hecho la guerra con hombres criollos, con dinero criollo, con provisiones criollas, con frailes y clérigos criollos y con casi todo criollo” (7).
Hasta el punto que un republicano tan destacado como el general Joaquín Posada Gutiérrez llegó a expresar: “He dicho poblaciones hostiles porque es preciso se sepa que la independencia fue impopular en la generalidad de los habitantes… los ejércitos españoles se componían de cuatro quintas partes de los hijos del país; que los indios en general fueron tenaces defensores del gobierno del Rey, como que presentían que como tributarios eran más felices que lo que serían como ciudadanos de la República (8).
En una de sus importantes obras, Javier Ocampo López recuerda que en los 12.600 soldados realistas de la Batalla de Ayacucho, sólo 600 eran peninsulares (9); se impone entonces hablar de su integración y comando a través de todo el conflicto.
Es cierto que, sobre todo al comienzo, en la alta oficialidad realista primaba el origen peninsular; la inexperiencia militar de 300 años de paz en estas provincias así lo exigía. No obstante, en la medida en que se extendía y prolongaba la guerra el ascenso de los criollos era continuo; máxime que, ya fue mencionado, los refuerzos europeos sólo llegaban a cuenta gotas, mientras el clima hacía tales estragos dentro de sus filas que el “pardo” coronel Rafael López, comandante de la caballería realista llanera, en el curso de sorprendentes entrevistas mantenidas con su par rival, el general J. A. Páez, relata este mismo, intercedía por los “pobres europeos”.
Era tan hábil y valeroso dicho coronel Rafael López que cuando murió en combate en el curso del año de 1818, el propio Bolívar hizo un largo viaje para constatar su muerte, haciendo desenterrar su cadáver, pues consideraba tal acontecimiento más importante que el triunfo en una gran batalla. El ministro e historiador Restrepo aclara que luego de tal diligencia no se procedió a ahorcar su cadáver; tal como ha sido insistentemente afirmado (10).
Ahora bien, este aporte de ultramar no constituía un rasgo de las filas realistas. Por el contrario, su proporción fue mayor en las republicanas, a las cuales afluyeron miles de mercenarios, residuos de las conflagraciones napoleónicas, los Wilson, Ferguson, O’Leary, Lacroix, Miller, etc., etc.; en la sola Venezuela el imprescindible Restrepo contabiliza 5.088 entre oficiales y soldados (11).
De la actuación de esta gente tenía tan mala idea el nacionalista general Francisco de Paula Santander que ya en Agosto de 1822 escribía a otro alto oficial republicano:
“Me alegro que te hayas deshecho de los ingleses, afortunadamente quedan todas las propiedades de secuestros no son bastantes para sus peticiones: además es gente que se acuerda siempre de su país, de su nación y en un lance serían sus servidores. Me parece, pues, mejor comprometerlos que se consuman: Pocos servicios y muchos para gastos han hecho a la república”; acontecimientos futuros le darían razón a sus prevenciones, en lo sucesivo cada vez más intensas. No obstante, toda la escuela del reaccionario Laureano Gómez se iría lanza en ristre contra él, llegando a escribir en pleno 1940, cuando el imperialismo inglés había llegado a su cenit, luego de saquear medio mundo y mantener bajo su férula una constelación de naciones con 475 millones de habitantes (Las antiquísimas India y Egipto dentro de ellas) que gemían sobre 35 millones de agobiados kilómetros cuadrados: “En ese documento hay una triste prueba de la ingratitud de Santander con los héroes de la Legión Británica ¡Qué pronto olvidó las proezas de que fuera testigo en la campaña del año 1819!, ¡Qué pronto olvidó el heroico arrojo que decidió la victoria de Carabobo! Para Santander no merecía sino la línea de Puerto Cabello, donde los devoraría la fiebre” (12)
Esta mención a la campaña de 1819 permite abarcar otra influencia de la “pérfida” aunque sagaz Albión, esta vez en el seno mismo de las propias filas realistas.
En efecto, al dibujarse en el panorama la perspectiva de importantes combates en el centro del virreinato de la Nueva Granada, se encontraba a la cabeza de la 111 División allí acantonada el joven e inexperto coronel José María Barreiro; su propia oficialidad, apoyada por el virrey Sámano, le había pedido entregar el mando al célebre coronel Sebastián de la Calzada, a quien por derecho le correspondía, máxime que era considerado casi criollo por su larga trayectoria en América. Se negó hacerlo, con el apoyo y respaldo del general en jefe, don Pablo Morillo; su derrota resultó aplastante en la poco sangrienta (sólo 13 muertos) aunque decisoria Batalla de Boyacá, el 7 de agosto de 1819 (13).
Luego de caer prisionero, el coronel Barreiro intentó salvar su vida presentando un argumento de peso al general Santander: El de sus diplomas de masón (14).
No le sirvió, actitud que anuncia un posterior cambio de rumbo de su interlocutor.
En cuanto a la carrera de su amigo el general Morillo cabe el recordar que de extracción de las más humildes, asciende durante la invasión napoleónica al grado de sargento; y combate con valor a las órdenes del duque de Wellington, comandante del cuerpo expedicionario inglés. Con el apoyo de éste y a pesar de ser casi analfabeto, obtiene en el curso de seis años sucesivas promociones que le llevan a la dirección de la expedición a América en 1814, siendo su nombre preferido al de varios virreyes; su afiliación a las Logias Masónicas, registrada por sus biógrafos (15) permite responder al inquieto Jean Descola: Que pensamiento oculto, casi maquiavélico, había inspirado la designación de Morillo, quien partiendo de Cádiz con consignas de amnistía debía unos diez meses más tarde escribir a su rey con ingenuidad: “Para subyugar las provincias sublevadas, una sola medida, exterminarlas” (16).
No obstante, tampoco cabía, toda la responsabilidad a este humilde suboficial, al cual, como a Francisco Pizarro y a tantos otros abría el Imperio Hispánico las puertas de la más encumbrada nobleza. En sus duras e impolíticas decisiones debieron pesar las opiniones de sus lugartenientes criollos. ya abrazados por los estragos de la guerra civil; por ejemplo la del Dr. Faustino Martínez, antioqueño, quien era prácticamente su Ministro de Justicia, la del profesor universitario santafereño, José Domingo Duarte, Intendente, que había ejercido gran influencia sobre otro modesto personaje en ascenso, José Tomás Boves.
En cuanto a los más altos oficiales es de citar al aindiado general José Manuel de Goyeneche, conde de Guanqui, natural de Arequipa y delegado de la Junta Suprema de Sevilla; mientras estuvo al mando de la-s tropas en el sur del continente, se mantuvo imbatido. (17)
Y cuando las fuerzas realistas se dividieron en liberales y absolutistas, el comando de estas últimas correspondió al general peruano Pedro Antonio de Olañeta, quien libró contra los republicanos la última gran batalla formal en América, la de Tumulsa, que tuvo lugar el 1 de abril de 1825, luego de la de Ayacucho; pero como a pesar de haber fallecido en el combate sus fuerzas se negaban a entregar las armas, máxime cuando se supo, póstumamente de su nombramiento como virrey, de acuerdo a las leyes del Reino correspondía este cargo a otro general peruano, don Pío Tristán, quien lo asumió, y en tal calidad se vio obligado a capitular, resultando en extremo significativo que el último virrey de América fuese criollo.
Este hecho hace resaltar aún más el epílogo trágico y grandioso de la dirigencia realista criolla del Perú, la cual, encabezada por el marqués de Torre Tagle, se encerró en la fortaleza del Callao y allí pereció con 5.000 de sus conciudadanos, la élite realista, luego de más de un año de asedio: Cartagena de Indias sólo había resistido tres meses y medio a Morillo. El 23 de enero de 1826 el comandante José Ramón Rodil se vio obligado a rendir la última gran fortaleza del Imperio en la América del Sur; también resulta significativo que los dos primeros presidentes del Perú, José María de la Riva Agüero y el marqués de Torre Tagle hubiesen regresado a las filas realistas, como también lo hizo en Venezuela el Presidente del 1er Congreso Constituyente de ese país, Juan Rodríguez de Toro.
Y seguramente, de mediar mejores circunstancias lo hubiese hecho en la Nueva Granada don Antonio Nariño, quien varias veces estuvo a punto de dar este paso; no sólo por la evolución de sus convicciones sino por la presión de su hijo Gregorio, una de las figuras más prestantes del realismo local. Seguramente no se decidió porque al regresar de las prisiones donde estaba recluido, junto con otros destacados monarquistas liberales de la Metrópoli, pudo constatar en los congresos republicanos el acomodamiento muy a la colombiana de notables figuras del Antiguo Régimen que como el Dr. José Félix de Restrepo -el gran adversario del utilitarismo y la esclavitud- se creían en capacidad de hacer variar el rumbo nuevo, adaptándose a sus formas; no contaban con una marea masónica que en lo sucesivo condicionaría la vida del país, sobre todo en un comienzo cuando era difícil encontrar un prócer republicano que no estuviese afiliado a las logias (18).
En cambio en Venezuela la polarización había sido casi total, con masivos desplazamientos de población y fraccionamiento de familias enteras; tanto que dentro de las filas realistas descollaba doña María Antonia Bolívar, hermana de Simón, largo tiempo exiliada en Cuba, en donde se mantuvo con pensión de las autoridades reales. En tal fenómeno jugó un gran papel la infatigable acción conscientizadora del Dr. José Domingo Díaz, el más destacado publicista de la posición realista; ningún testimonio tan diciente como el de su antagonista de entonces, el neogranadino José Manuel Restrepo: “Este hombre de una familia oscura… (sus) Cartas… contribuyeron sobremanera a extraviar la opinión pública y a fomentar las insurrecciones contra Bolívar y demás jefes independientes (19).
Pero no eran solamente sus “Cartas” o artículos que aparecían en móviles periódicos portátiles, como el Posta Español del general Morales; su acción se extendió a todos los Cabildos de Venezuela, los cuales adhirieron al célebre “Manifiesto Trilingüe” firmado por todos ellos en el curso de 1819 y divulgado el mundo entero en tres idiomas. Parece que también a su pluma se deben las resonantes “Memorias del General Morillo”, aparecidas en París en 1826 con suplemento suyo; y desde luego, con su firma en Madrid en 1829 “Recuerdos sobre la Rebelión de Caracas”.
En la Nueva Granada es de destacar la amplia influencia ejercida por el sólido y documentado pensamiento del Dr. José Antonio de Torres y Peña, de Tunxa, cuyas “Memorias sobre la Independencia Nacional” (1814) constituyen una respuesta en regla al “Memorial de Agravios” de don Camilo Torres; a su lectura fue tal la impotente cólera del General Santander que prácticamente lo condenó a muerte al desterrarlo a las más profundas y malsanas selvas, pese a su avanzada edad (20). De haber conocido su “Réplica al ciudadano Miguel de Pombo”, seguramente le habría hecho fusilar en el acto; aunque luego y con la sorprendente evolución experimentada por él ante los acontecimientos, habría reconocido que su antagonista había visto lejos y claro al profetizar: “Independientes en la apariencia aún no hemos llegado a calcular los males terribles que se seguirán a esa libertad insignificante sin recursos para sostenerla, sin comercio, sin contacto político en las Naciones Europeas, indefensos nuestros puertos, sin un hombre que dirija las operaciones militares, sin gente, sin disciplina, y, sobre todo, sin dinero, es una quimera el creer que el Nuevo Reino de Granada pueda figurar como soberano y sostener todo el aparato de una nación independiente; él vendrá a ser, atendida su debilidad y miseria, la presa del primer pirata que se presente en nuestras costas; entonces, entregados como manadas de ovejas, al extranjero, sentiremos todo el peso de las cadenas y un sistema bárbaramente colonial se dejará ver entre nosotros con todos sus horrores. Entonces si conoceremos que cosa es la opresión, entonces veremos como son las cadenas y la esclavitud (21).
Ahora bien, y para concluir, podrá ser subrayado con Enrique de Gandía el carácter intestino del conflicto de la Independencia recordando que “La guerra en la Nueva España no fue ningún movimiento de tipo nacional, sino una verdadera guerra civil, culminada en el hecho representativo de que un criollo sea el que abandone México con la bandera rojo y gualda, y tres españoles los que hagan su entrada triunfal en la ciudad, portadores de la bandera tricolor” (22). Y como si fuera poco, dentro de las mismas filas republicanas combatieron destacadas personalidades peninsulares, tales como don Antonio González, marqués de Valdeterrazo, quien al regresar a la Metrópoli llegó hasta la Presidencia del Consejo del Rey, así como el general Infante, allí Ministro y cabeza de una Asamblea Constituyente; en la Gran Colombia se recordará al Dr. Manuel de Torres nada menos que hasta su muerte a cargo de la Embajada en Washington.
NOTAS:
(*) Luis Corsi Otálora: Economista e historiador colombiano. Docente Universitario. Obras: Autarquía y Desarrollo, De la democracia al partido único; Bolívar: Impatco del desarraigo; etc.
(1) Alberto Pardo Pardo. Geografía Económica y Humana de Colombia. Bogotá. 1979. Pág. 351 (Ed. Tercer Mundo).
(2) Restrepo, José Manuel. Historia de la Revolución de la República de Colombia en la América Meridional. Tomo 1. Besanzon 1858. Pág. 295 (Ed. Jacquin).
(3) Citado Alvarado Uribe Rueda. El Tiempo. Bogotá Agosto 25 de 1988.
(4) Restrepo. Historia de la Revolución. Tomo 1. Op. cit. Pág. 21.
(5) Restrepo. Historia de la Revolución. Tomo 1. Op. cit. Pág. 21.
(6) Vallenilla Lanz. Cesarino Democrático. Op. cit. Pág. 7.
(7) Vallenilla Lanz. Cesarino Democrático. Op. cit. Pág. 16.
(8) Indalecio Liévano Aguirre. Los Grandes Conflictos Sociales y Económicos de nuestra Historia. Tomo III. Ed. Nueva Prensa. Pág. 248 (Sin fecha).
(9) Javier Ocampo López. El Proceso Ideológico de la Emancipación en Colombia. Bogotá 19 80. Pág. 245. (Ed. Colcultura).
(10) Restrepo. Historia de la Revolución. Tomo 11. Op. cit. Págs. 593-594.
(11) Restrepo. Historia de la Revolución. Tomo 11. Op. cit. Pág. 608.
(12) Laureano Gómez. El mito de Santander. Bogotá 1971. Págs. 78-80. (Ed. Populibro).
(13) Restrepo. Historia de la Revolución. Tomo Y Op. cit. Págs., 529 y 596.
(14) Américo Carnicelli. La Masonería en la Independencia de América. Tomo 1. Bogotá 1970. Pág. 172.
(15) Restrepo. Historia de la Revolución. Tomo 1. Op. cit. Pág. 425. Antonio Rodríguez Villa. El T. General Pablo Morillo – Madrid 1920 – Pág. 116 (Ed. América).
(16) Descola. Libertadores. París 1977. Pág. 332.
(17) La Independencia Americana. Enrique de Gandia. Buenos Aires 196 1. Pág. 156 (Ed. Mirasol).
(18) Américo Carnicelli. Historia de la Masonería Colombiana. Bogotá 1975.
(19) Restrepo. Historia de la Revolución. Op. cit. Tomo V. Pág. 579.
(20) Torres y Peña. Memorias sobre la Independencia Nacional. Op. cit. Pág. 25.
(21) Impugnaciones al Impreso del ciudadano Miguel Pombo. Boletín Cultural y Bibliográfico. Banco República. Vol. VI NI 6. Pág. 823.
(22) De Gandía. Independencia Americana, Op. cit. Pág. 24.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
HISTORIA (XIII) Y ORIENTACIONES (XI)
¿Independencia subversiva o Restauración en el Orden Imperial?
http://elotroecuador.files.wordpress...ng?w=285&h=300Frente a este escudo masónico-alfarista de la republiqueta bananera que somos al momento, hoy en nuestra fecha de la Restauración, proponemos y exigimos el Nuevo Emblema del Nuevo Imperio que deberemos forjar:
http://elotroecuador.files.wordpress...pg?w=416&h=328Este es el Escudo del Nuevo Imperio, del "Otro Ecuador", del Quito Imperial, porque "un Nuevo Imperio Forjará los Mundos" y las ruinas de este viejo y asqueroso mundo serán arrasadas. ¡Qué muera lo viejo! y ¡Qué viva lo eterno!
“Pueblos de América: La sacrosanta Ley de Jesucristo y el IMPERIO
de Fernando VII, perseguido y desterrado de la Península, han sentado su augusta mansión en Quito…
Dr. Manuel Quiroga en su proclama a los pueblos de América.
“Juro por Dios y sobre la cruz de mi espada defender a mi legítimo Rey, Fernando VII, mantener y proteger sus derechos, soste*ner la pureza de la Santa Iglesia Católica Romana y obedecer a la auto*ridad constituida”
-Juramento de los próceres del 10 de Agosto de 1809,
¿juramento de “independentistas”?-
“El muy miserable de Fernando (VII), cuando volvió al trono, desconoció el esfuerzo americano en favor de su real trono y nos llamó traidores, ¡basura! Lo único bueno que hizo en su vida fue eliminar la horca (lo cual Dios le habrá tenido en cuenta) porque –el- resto fue una serie de bajezas de todo tipo, incluidas sus rapacerías de tahúr por los prostíbulos de Madrid. Si la tradición sufrió, fue por su culpa. No muchos lo comprendieron y prefirieron mantenerse fieles a la figura real, antes que a la Patria. Así les fue.”
I.Introducción:
La historiografía oficial ha hecho del 10 de Agosto el símbolo de la mal llamada “Independencia”, como su “Primer Grito, y en ambas cosas se equivoca, porque no fue un grito –al menos nadie gritó- , ni fue independista –a menos que jurar fidelidad al monarca y a su imperio sea esto-, ni fue el primero -porque anteriormente ya se habían producido varios movimientos revolucionarios independentistas, el primero de ellos en 1806, cuando Francisco de Miranda –auspiciado por ingleses y masones-, al mando de un ejército que él mismo había conformado, desembarcó en Coro (hoy Venezuela) para iniciar las luchas por la “independencia” de la América Española (en realidad la tan famosa independencia no existió y no existe en la mayoría de los países de Hispanoamérica, que pasaron de formar parte del Imperio Español a ser colonia inglesa, holandesa o judeo-norteamericana, con sus Honrosas Excepciones, como el Ecuador en época de Gabriel García Moreno, la Argentina en época de Juan Manuel de Rosas o el Paraguay en época de Francisco Solano López, los tres con trágicos finales por su firmeza frente a la perfidia extranjera). El trajo la bandera con los colores amarillo azul y rojo (aunque en diferente orden, tal lo demuestra el historiador e investigador guayaquileño Sr. Eduardo Estrada Guzmán), y fue él quien impuso el nombre de Colombia, que quería dárselo a todo el continente sudamericano, como un homenaje a Colón – tan patriota era, que quiso darle al nombre de su nueva nación el de un genovés al servicio de su odiada España-.
Posteriormente, el 25 de mayo y el 16 de Julio de 1809, en Chuquisaca y en La Paz -respectivamente-, estallaron también los movimientos revolucionarios con los que se inició la emancipación política – mas no económica, ni cultural, ni social como tampoco en los demás países del continente- de lo que hoy es la República de Bolivia. Todo esto, antes del 10 de agosto de 1809-, y en cambio la historiografía marxista o pseudo-tradicionalista ha querido ver en este hecho, un mero acto de suplantación de funciones económicas guiadas por viles intereses materiales, la primera; y un acto de traición a la legalidad esto suena familiar a nuestros liberales fanáticos amantes de la legalidad- Virreinal o Real, sin entender su legitimidad, la segunda; así, vale recalcar la interpretación, o mejor dicho la realidad del 10 de Agosto cómo un acto “Restaurador” y no independentista (ver “La revolución política durante la época de la independencia, El Reino de Quito 1808-1822, por Jaime E. Rodríguez O., Quito 2006, Editado por la Universidad Andina Simón Bolívar y la Corporación Editora Nacional) –como las juntas que se formaron en las Españas peninsulares- y de fidelidad al Imperio y al Rey –por pésimo que fuera este-, frente a los abusos del Virreinato que entonces no representaba a la legítima dinastía sino al invasor francés en la figura de “Pepe Botellas”, José Bonaparte ; por tanto la legitimad del Virrey y de sus representantes no eran más validas-.“Se propuso entonces -tal era el objetivo- deponer a las autoridades de la Audiencia que obedecían a los franceses y nombrar a las autoridades criollas que gobernaran en nombre de Fernando VII, considerando además -muy seriamente- la posibilidad de que el Rey venga a gobernar desde América” (Efrén Avilés Pino, en la Enciclopedia del Ecuador).
Lamentablemente y como era propio y de esperarse de un monarca Borbón, Fernando VII, no solo que no entendió nada, sino que al volver al trono premió e incitó a los entes y personas que SI ocasionarían la “independencia”, como el Virrey del Perú Abascal y Sousa o a Murillo en Venezuela, que con sus acciones brutales crearían el ambiente propicio para que hasta para que los mas monárquicos y fieles, empezaran a dudar de la causa de la Hispanidad y de su Imperio, y los subversivos se aprovecharían de esto, diríamos pues, que una mano muy maquiavélica con tufo masónico planifico muy bien todo para la destrucción del más grande y ultimo Imperio – en su sentido tradicional- de Occidente, fuera realizado entre la complicidad del gobierno español y de los subversivos americanos.
Bien dijo alguien de Fernando VII :
“El muy miserable de Fernando, cuando volvió al trono, desconoció el esfuerzo americano en favor de su real trono y nos llamó traidores, ¡basura! Lo único bueno que hizo en su vida fue eliminar la horca (lo cual Dios le habrá tenido en cuenta) porque resto fue una serie de bajezas de todo tipo, incluidas sus rapacerías de tahúr por los prostíbulos de Madrid. Si la tradición sufrió, fue por su culpa. No muchos lo comprendieron y prefirieron mantenerse fieles a la figura real, antes que a la Patria. Así les fue.”
“…con la Independencia americana, los tradicionalistas españoles no pueden aceptar que, la parte mayúscula e intransferible de la culpa la tiene la dinastía reinante, al traicionar primero a España y luego a América… Es verdaderamente un sacrilegio pensar que nuestros antepasados MINTIERON por espacio de años y se jugaron la vida por una mentira (con independencia de la heráldica semi-masónica que cualquiera podría encontrar en la época) como sería el mantenimiento de la memoria y autoridad del rey Fernando.”
II.Contexto Histórico
Quito, la más antigua capital de América del Sur, se encontraba a principios del Siglo XIX en una crisis moral, política y económica –como muchas otras partes de América, Nuestra América-, que bajo el influjo de ideas nuevas y subversivas venidas de Europa (donde la “Rev.” Francesa hacia sus estragos) y de Estados Unidos , siendo la mayor y más desastrosa de esta ideas, la de la inexistente, antinatural e irreal igualdad como “principio inmortal” que aunaba y servía como caldo de cultivo a los “revolucionarios”, subversivos en verdad, que querían la separación de España, un ejemplo típico de esto es el “ilustre” Eugenio de Santa Cruz y Espejo. Mas estas ideas no fueron las que propiciaron la Revolución, aquí en su sentido verdadero de re-volver o volver a los orígenes sacros, del 10 de agosto de 1809.
Bien vale citar el ejemplo de la “realista”, “monárquica” y “reaccionaria” Maria Antonia Bolívar, hermana del “libertador” (hasta ahora ¿no sabemos de qué?) que nos pinta un claro cuadro de las verdaderas intenciones y resultados de los “independentistas” –guiados por las logias masónicas desde Europa-:
“…Cuando los reformadores de Venezuela empezaron sus movimiento para cambiar la faz del
Gobierno, no pude manifestar de otra suerte mi disgusto y oposición a aquellas novedades que
abandonando la capital y retirándome al pueblo de Macarao.
Desde aquel retiro vi sucederse las vicisitudes y progresivos horrores de tan funesta revolución con
el dolor propio de una mujer reflexiva y de una tierna madre que veía desaparecer a pasos
precipitados la tranquilidad general del territorio, que observaba el incremento que tomaban las
divisiones intestinas, el espíritu de la discordia, EL FANATISMO DE LA IGUALDAD y otros monstruos
desoladores de los pueblos.
Demasiado apegada a mis principios declamé muchas veces contra la falsa filosofía que nos
arrebataba el estado de orden para hacernos sucumbir en el desorden y en la anarquía y en el
piélago insondable de males y peligros que nos circundaban por todas partes…”
(María Antonia Bolívar a la Real Audiencia de Caracas, 28 de agosto de 1816, Boletín de la
Academia Nacional de la Historia, reproducido en el Boletín de la Academia Nacional de la
Historia, No. 131, Tomo XXXIII, Jul-Sept, 1950, p. 321.)
La crisis política y moral se profundizó con la invasión de los franceses a la España peninsular; “Los habitantes de Reino de Quito respondieron a la crisis de la monarquía con gran patriotismo y determinación. Reconocieron a Fernando VII como su Rey legitimo y amado, rechazaron a Napoleón y contribuyeron con fondos –y personas, como el Crnel. Carlos Montufar, hijo de Juan Pio Marques de Selva Alegre que tuvo destacada y heroica participación en el conflicto, siendo condecorado por el Consejo de Regencia – para apoyar la guerra en la Península, además de preparar para defender la nación de los opresores franceses. El 6 de Octubre de 1808, la ciudad de Quito, por ejemplo recibió noticia de que:
‘Napoleón Bonaparte, emperador de los franceses tiene prisioneros a nuestro Rey y Señor natural Don Fernando Séptimo, con su Real Familia, …(El) ayuntamiento… penetrado de los más justos sentimientos de su amor, y lealtad por la religión, la Soberanía de su Rey, y la Patria, da sus más vehementes muestras, sin excusar la de sacrificar sus vidas y haziendas… Por ahora no puede dilatar la de hacer que entienda el Mundo, que esta fieLísima ciudad no reconoce, ni reconocerá otro Soberano que al Señor Don Fernando Séptimo, aunque sea a Costa de la última gota de la sangre de sus venas, que derramaría con la Mayor Gloria.’ ( Actas del Consejo de Quito, 1808 )
En marzo, abril y mayo las 1809, las noticias en torno a las victimas españolas alentaron temporalmente a los habitantes del Reino. Quito, Cuenca y otras ciudades hicieron “rogativas publicas en acción de gracias por las victorias que las armas españolas de la Patria madre, han conseguido contra el emperador de los franceses”. El entusiasmo se propago y fue expresado de diferentes maneras. Con Misas y actividades sociales.
Al mismo tiempo llegaron noticias sobre la formación de la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino, noticias que acrecentaron el sentimiento de que la situación en la península mejoraba… A principios de marzo, Quito celebró, “…después de una Misa solemne en las manos del ilustrísimo Señor Obispo… el juramento de reconocimiento a la Junta Suprema” en la Catedral.
A continuación se procedió por parte del Consejo, a solicitar la representación de diputados hispanoamericanos en las Cortes, esta fue cumplida; los diputados americanos fueron con instrucciones muy minuciosas a España, para velar por los derechos de la Patria, la Grande y la Pequeña, todos juraron lealtad a Fernando VII.
“Antes de que los delgados recién electos de América pudieran reunirse con la Junta Central, los franceses renovaron su ofensiva para conquistar la península. La Junta Central se replegó primero a Cádiz y más tarde a la isla de León, el último punto de España libre del dominio francés gracias a los cañones de la armada británica. El 29 de Enero de 1810, la asediada Junta Central, nombró un Consejo de Regencia que se encargaría de gobernar el país, y dos días después se disolvió.”
Las noticias de estas calamidades aterraron a los americanos, muchos de los cuales consideraron que España no sobreviria en calidad de Monarquía independiente. No sorprende, en consecuencia, que en 1809, aun cuando estaba en marcha el proceso de elección de los representantes a la Junta Central, estallara a lo largo del continente una serie de movimiento a favor de la autonomía dirigidos por la elite y los grupos de profesionales. Los primeros movimientos se produjeron en los dos reinos sudamericanos a los que no se había otorgado representación ante la Junta Central: La Audiencia de Charcas en mayo y julio, y la Audiencia de Quito el diez de Agosto de 1809. (ver “La revolución política durante la época de la independencia, El Reino de Quito 1808-1822, por Jaime E. Rodríguez O., Quito 2006, Editado por la Universidad Andina Simón Bolívar y la Corporación Editora Nacional)
III.La Revolución de Quito. ¿Independencia subversiva o Restauración en el Orden Imperial?
La influencia de Francia sobre España fue tan poderosa, que no le resultó difícil al usurpador hacer efectiva su autoridad en las Colonias “La generalidad de las Autoridades españolas en América parecieron inclinarse ante el hecho consumado y dispuestos a acatar el decreto firmado por el Consejo de Indias, que los confirmaba en sus empleos y les mandaba reconocer las cesiones acordadas… pero no así los súbditos que, para manifestar su adhesión a la familia real, arrojaron públicamente a las llamas la proclama del Rey intruso y expulsaron a sus emisarios” (José Le Gouhir y Rodas.- Historia de la República del Ecuador, tomo I, p. 71).
En efecto, para enfrentar esta situación, en cada provincia y ciudad grande de España se formaron “Juntas Soberanas de Gobierno” que rechazaron al régimen usurpador de José Bonaparte, proclamando y defendiendo además los derechos de Fernando VII. El concepto de estas “Juntas” se impuso también en algunas ciudades de América, donde se conformaron otras “Juntas” con el mismo y único propósito de defender los derechos del monarca español a quien correspondía la corona.
Morales y Quiroga, que habían sufrido las afrentas del régimen usurpador virreinal, son los motores para la consumación de los hechos en la Junta Suprema de Gobierno de Quito, y quienes aunaron e incitaron a la nobleza criolla a tomar el reto de fidelidad a la Causa de la Hispanidad. (ver: http://elotroecuador.wordpress.com/2008/08/02/historia-viii/ )
“Con mucha habilidad Morales y Quiroga convencieron también a distinguidos quiteños como Juan Salinas, Nicolás de la Peña, Juan Pablo Arenas, Francisco Xavier Ascázubi, y el presbítero Dr. José Riofrío, entre otros, con quienes -invocando los derechos de Fernando VII- se reunieron el 25 de diciembre de ese mismo año en la hacienda de Chillo de don Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, para organizar la primera Junta Suprema de Gobierno de Quito.”
“Se propuso entonces -tal era el objetivo- deponer a las autoridades de la Audiencia que obedecían a los franceses y nombrar a las autoridades criollas que gobernarían en nombre de Fernando VII, considerando además -muy seriamente- la posibilidad de que el Rey venga a gobernar desde América.” (Efrén Avilés Pino)
Y comenzaron las reuniones de los patriotas en la casa de Manuela Cañizares.
En la noche del 9 de agosto los conjurados se reunieron una vez más en casa de Manuela Cañizares, y luego de ultimar los detalles relacionados con el movimiento revolucionario, obedeciendo a una propuesta de Morales y Quiroga procedieron a destituir al Conde Ruiz de Castilla del cargo de Presidente de la Audiencia –que obedecía a Lima y no a Bogotá como era debido- y a conformar una nueva Junta Suprema que gobernaría a nombre y en representación de S. M. Fernando VII.
Miembros de esta Junta -aunque no estuvieron presentes- fueron nombrados don Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, en el cargo de Presidente; el obispo José Cuero y Caicedo fue designado vicepresidente; como vocales se nombró al Marqués de Villa Orellana, al Marqués de Solanda, al Conde de Casa Guerrero, al Marqués de Miraflores, a Don Manuel Zambrano, a Don Manuel Matheus y a Don Pedro Montúfar; y en los despachos de lo Interior, Gracia y Justicia, y Hacienda fueron nombrados Juan de Dios Morales, Manuel Quiroga y Juan Larrea, respectivamente.
Esta nueva Junta Suprema -al igual que la primera- nunca habló de independencia y, por el contrario, demostró su fidelidad a España jurando lealtad a la Corona y proclamando su respaldo total e incondicional a su “amadísimo soberano Fernando VII”.
Eran las 3:00 de la madrugada cuando el Cap. Salinas salió al mando de un grupo de milicianos para intentar capturar el Cuartel Real de Lima, al tiempo que otra comisión era enviada para dominar a la caballería. Salinas no tuvo problemas para tomar el cuartel cuyas tropas, arengadas ardorosamente por él mismo, se pronunciaron unánimemente por el nuevo orden.
La comunicación entregada al Conde Ruiz de Castilla era clara y directa, y decía que: “La actual situación de inestabilidad de España, el total aniquilamiento de las autoridades legítimamente constituidas y los peli*gros que la Corona del amado Fernando VII y sus dominios corren de caer en poder del tirano de Europa, han empujado a nuestros hermanos transatlánticos a formar gobiernos provisionales para su seguridad per*sonal tanto en contra de las maquinaciones de algunos de sus traicione*ros paisanos, indignos del nombre de españoles, como contra las armas del enemigo común. Los leales habitantes de Quito, resueltos a preser*var para su legítimo Rey y Señor esta parte de su reino, han establecido una Junta Soberana en esta ciudad de San Francisco de Quito, de la cual, y por orden de su Alteza Serenísima el Presidente -el Marques de Selva Alegre- y los vocales, tengo el honor de informar a Su Señoría y de anunciarle que las funcio*nes de los miembros del antiguo Gobierno han cesado. Dios guarde a Su Señoría por muchos años. Sala de la Junta, en Quito, Agosto 10 de 1809. Manuel Morales, Secretario del Interior” (William B. Stevenson.- Veinte Años de Residencia en Sudamérica, p. 73).
Así podemos entender que los quiteños entendían que “el poder político era sagrado y recibía de Dios –y no de los hombres y de su legalidad- su legitimidad absoluta. Atentar contra él era ofender al orden natural que el Creador había puesto en las cosas. Era factible sí, la existencia de gobernantes injustos – como lo sería Fernando VII y la mayoría de los Borbones- , pero como el Estado no lo poseía todo como ahora, el Cabildo ejercía un efectivo contrapeso, impidiendo y contrarrestando la omnipotencia del poder político.” (Los ciclos de la decadencia argentina, Prof. Marcos Ghio, Buenos Aires, 1985)
Pues en la estructura “colonial”, existía “por debajo el cuerpo social cohesionado gracias a la presencia en cada Municipio de un órgano de representación natural –y tradicional- que no han conocido los modernos. Nos referimos al Cabildo. En el Cabildo, a diferencia con lo que sucede en nuestros parlamentos, los habitantes tenían una presencia efectiva: allí estaba toda la comunidad presente ocupando autentico sitial, desde los vecinos más ilustres, hasta los delegados de los órganos profesionales. El Cabildo dio dos cosas fundamentales a nuestra Patria. En la armonización paciente de intereses contrapuestos, preservó durante más de un cuarto de milenio la paz social y el orden interno. La sociedad colonial desconoció algo que será en la nuestra un fenómeno cotidiano, esto es la ‘Revolución’; o sea el cambio abrupto y repentino del orden político. Para los hombres de la Colonia la Revolución era imposible pues era una contradicción en los términos.” (Los ciclos de la decadencia argentina, Prof. Marcos Ghio, Buenos Aires, 1985)
Y vemos como el movimiento del 10 de Agosto, se manifestó “el 16 de agosto, por disposición de la Junta Suprema y de su Presidente, don Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, en la Sala Capitular de San Agustín y al amparo de un retrato de Fernando VII -ubicado en sitio preferencial-, llevando a cabo un Cabildo Abierto al que asistieron con toda pompa y lujo las personalidades más representativas de la ciudad, del ayuntamiento y del clero; rectores de las universidades, miembros del Colegio de Abogados, de la Nobleza Criolla y de la Administración; militares y religiosas, nobles y vecinos .”
En dicho Cabildo -celebrado seis días después de la asonada- el recién nombrado Presidente de la Audiencia de Quito, don Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, habló de la defensa del Monarca legítimo y de la propiedad de la patria, y tal lo afirma el Dr. Aguirre Abad en la página 156 de su documentado Bosquejo Histórico de la República del Ecuador, don Juan Pío Montúfar “concluyó excitando a la unión diciendo: Viva nuestro Rey legítimo y Señor natural Don Fernando VII, y conservándole, a costa de nuestra sangre, esta preciosa porción de sus vastos dominios, libre de la opresión y tiranía de Bonaparte, hasta que la divina misericordia lo vuelva a su trono, o que nos conceda la gloria de que venga a IMPERAR entre nosotros”.
“Estos tratamientos, que constan en el Acta del 10 de Agosto, no hacen otra cosa que confirmar que no se trataba de un movimiento independentista sino de un golpe de estado eminentemente monárquico”. (Efrén Avilés Pino)
Mas ahora, profundicemos en los documentos que nos proporcionan los revolucionarios de agosto, de esa “Revolucion de los Marqueses” (Se le dio el nombre de la “revolución de los marqueses”, debido a que los que conformaron la Junta Suprema del 10 de Agosto de1809 fueron: “Su Alteza Serenísima” o “El Serenísimo” Marqués de Selva Alegre, Don Juan Pío Montúfar y Larrea, como presidente, el Marqués de Solanda, el Marqués de Villaorellana, el Marqués de Miraflores, el Conde de Selvaflorida; Don Manuel Matheu y Aranda – su sobrino Manuel Ascázubi y Matheu Conde de Puñorostro, aunque nunca utilizó el título, sería el cuarto Presidente de la República- de la casa de los Condes de Puñonrostro y Marqueses de Maenza, Grandes de España; Don Manuel de Larrea de la casa de los Marqueses de San José y del Vizcondado de de Casa Larrea, Don Juan José Guerrero y Mateu, Conde de Casa Guerrero y de la misma casa de los Marqueses de Maenza; Don Manuel Zambrano de la casa condal de Selvaflorida y Don Melchor Venavides) para poder entender en su verdadera magnitud y significado.
Citamos fragmentos del acta de “independencia”, para entender el verdadero espíritu de la misma: “(se conforma) una Junta Suprema que gobernará interinamente a nombre y como representante de nuestro soberano, el señor Fernando Séptimo, y mientras Su Majestad recupere la península o viniere a IMPERAR (otra vez, no reinar, o regir, sino IMPERAR, es decir la noción de Imperio y no de Colonia esta siempre presente en la época) en América”… “La Junta como representante del Monarca tendrá el tratamiento de Majestad, su Presidente el de Alteza Serenísima; y sus vocales el de Excelencia”… “Prestará juramento solemne de obediencia y fidelidad al Rey en la Catedral inmediatamente y lo hará prestar a todos los cuerpos constituidos así eclesiásticos, como seculares.- Sostendrá la pureza de la religión, los derechos del Rey, los de la Patria y hará guerra mortal a todos sus enemigos, principalmente franceses, valiéndose de cuantos medios o arbitrios honestos les sugiriesen el valor y la prudencia para lograr el triunfo”, también la junta instauró un “Protector General de Indios”, … “Dado y firmado en el Palacio Real de Quito, a diez de agosto de mil ochocientos nueve”.
Era tan “independentista” el acta, que hasta se firmo en el Palacio Real de Quito.
Y leemos el juramento de los participes del hecho:
“Juro por Dios y sobre la cruz de mi espada defender a mi legítimo Rey, Fernando VII, mantener y proteger sus derechos, soste*ner la pureza de la Santa Iglesia Católica Romana y obedecer a la auto*ridad constituida”
- ¿juramento de “independentistas”?-
Se repetía, una vez más, el juramento de lealtad a España y a Fernando VII; pero nadie ha considerado que un juramento es un compromiso de honor y que quien lo incumple es un cobarde o un traidor (a si mismo incluso).
A las diez de la mañana, quienes habían participado en la revuelta se reunieron en el Palacio del Presidente con los miembros de la Junta Suprema de Gobierno y procedieron a suscribir el Acta Constitutiva del Nuevo Gobierno o Acta del 10 de Agosto de 1809.
Ese mismo día y por disposición del Marqués de Selva Alegre, en la Plaza Mayor y ante la presencia del escribano Anastasio Olea, amparado por el Pendón Real –y no el rojo solo que se ha pretendido contra todos los documentos históricos fue usado en esas fechas- que presidía la marcha de los soldados, el mestizo Clemente Cárdenas -pregonero de oficio- promulgó el primer bando de la corporación suprema.
“La Junta de Gobierno establecida en Quito el 10 de Agosto de 1809, se titulaba Suprema y debía mandar en la provincia de Quito y las de Guayaquil y Panamá, si voluntariamente querían unirse, y atribuyéndose el tratamiento de Majestad, dio a su presidente el de Alteza Serenísima y á sus miembros el de Excelencia (…) El juramento que hizo la junta y que exigió a cada uno de los empleados y corporaciones fue de obediencia y fidelidad a Fernando VII…” (Carlos Benedetti.- Historia de Colombia, p. 377; Imprenta del Universo de Carlos Prince, Lima 1887).
Ahora podemos repasar, lo que el 4 de septiembre, la Junta Soberana de Quito envió a los pueblos de América; un comunicado -firmado por Quiroga, en su calidad de Ministro de Gracia y Justicia- que en algunas de sus partes decía: “Pueblos de América: La sacrosanta Ley de Jesucristo y el IMPERIO (nuevamente se habla de IMPERIO) de Fernando VII, perseguido y desterrado de la Península, han sentado su augusta mansión en Quito… Pueblos del continente americano: Favoreced nuestros santos designios, reunid vuestros esfuerzos al espíritu que nos inspira y nos inflama. Seamos uno. Seamos felices y dichosos y conspiremos con el único objeto de morir por Dios, por el Rey y por la Patria. Esa es nuestra divisa. Esa será también la gloriosa herencia que dejaremos a nuestra posteridad” (¿Son estos los ideales de quien busca la independencia?, definitivamente no).(Alfredo Ponce Rivadeneira.- Quito: 1809 – 1812, según documentos del Archivo Nacional de Madrid – Madrid 1960, p. 157-158 / Nueva Historia del Ecuador, E. Ayala Mora, Tomo 6, p. 98 ).
IV.Conclusión
Así podemos concluir con Efrén Avilés Pino en su monumental Enciclopedia del Ecuador que “la revuelta quiteña no era independentista. Tan no era independentista, que los firmantes del Acta del 10 de Agosto de 1809 nombraron, en representación de los barrios de Quito, como lo señalamos anteriormente, a distinguidos “Nobles Quiteños”, miembros fieles de la Corona Española, tales como el Marqués de Selva Alegre, el Marqués de Villa Orellana, el Marqués de Solanda, el Marqués de Miraflores, el Conde de Selva Florida, etc, etc, etc,… Pero el pueblo no participa del nuevo gobierno, el nuevo gobierno está conformado por esa elite de monarquía criolla…”
De esta forma, el 10 de Agosto debe estar considerado por nosotros, como un verdadero acto patriota de Restauración y de Revolución en su verdadero sentido –de re-volver a los orígenes sacros, en este caso de IMPERIO, tantas veces mencionado por los próceres de Agosto-, que mantuvo las creaciones del orden natural y del orden tradicional que serán duraderas y sobrevivirán el mismo arrastre de la Revolución y de sus trágicas y brutales consecuencias (como el 2 de Agosto de 1810, o el fusilamiento del Crnel. Carlos Montufar por los gobernantes peruanos, instrumentos de las fuerzas ocultas para la independencia). Así pues, el 10 de Agosto de 1809, fecha liminar de nuestra Historia, se lo deberemos también al Cabildo. Pero atención, no se trata aquí de una edición ecuatoriana del movimiento jacobino, ni de una asonada liberal; por el contrario el espíritu tradicional del Cabildo y de la Aristocracia, podrá encauzar el movimiento revolucionario hacia un acto de preservación de nuestra cultura (no olvidemos: “Sostendrá la pureza de la religión, los derechos del Rey, los de la Patria y hará guerra mortal a todos sus enemigos, principalmente franceses”, reza una parte del acta del 10 de Agosto). Evitando que el modernismo Borbón que arrastraba y que finalmente arrastro y arrasó a España, también destrozara estas tierras, reserva viva de la Cristiandad.
Entonces, vale repetir, que el 10 de Agosto de 1809, representa un acto restaurador que se verá reforzado, consolidado y guiado únicamente con el triunfo de García Moreno –aunque teniendo sus merecedores y necesarios antecesores en las figuras heroicas del Crnel. Carlos Montúfar, en el Gral. Juan José Flores y en Don Vicente Rocafuerte, todos ellos integérrimos defensores del orden sacral, jerárquico y monárquico –el poder de uno- de la política, y también teniendo sus dignos sucesores como Placido Caamaño y Aparicio Rivadeneira; ninguno de estos personajes podía concebir un gobierno sin poder espiritual y sin haber sido ungido desde Lo Alto. García Moreno, así, quiso restaurar o mejor “regenerar” las figuras culturales y políticas existentes en el periodo “colonial” mejor Imperial como debería ser conocido, y su antecedente histórico inmediato es la Revolución Restauradora de Quito de Agosto de 1809, en verdad una Fiesta Patria.
Por Kitohispánico II
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ANEXO:
ACTA DEL 10 DE AGOSTO DE 1809
Nos, los infrascritos diputados del pueblo, atendidas las presentes circunstancias críticas de la nación, declaramos solemnemente haber cesado en sus funciones los magistrados actuales de esta capital y sus provincias; en su virtud, los del barrio del Centro o Catedral elegimos y nombramos por representantes de él a los Marqueses de Selva Alegre y Solanda, y lo firmamos.- Manuel de Angulo, Antonio Pineda, Manuel Cevallos, Joaquín de la Barrera, Vicente Paredes, Juan Ante y Valencia. Los del barrio de San Sebastián elegimos y nombramos por representantes de él a don Manuel Zambrano, y lo firmamos.- Nicolás Vélez, Francisco Romero, Juan Pino, Lorenzo Romero, Manuel Romero, Miguel Donoso.- Los del barrio de San Roque elegimos y nombramos por representantes de él al Marqués de Villa Orellana y lo firmamos.- José Rivadeneira, Ramón Puente, Antonio Bustamante, José Alvarez, Diego Mideros.- Los del barrio de San Blas elegimos y nombramos por representantes de él a don Manuel de Larrea y lo firmamos.- Juan Coello, Gregorio Flor de la Bastida, José Ponce, Mariano Villalobos, José Bosmediano, Juan Unigarro y Bonilla.- Los del barrio de Santa Bárbara elegimos y nombramos por representantes de él al Marqués de Miraflores y lo firmamos.- Ramón Maldonado, Luis Varas, Cristóbal Garcés, Toribio Ortega, Tadeo Antonio Arellano, Antonio Sierra.- Por el barrio de San Marcos elegimos y nombramos por representantes de él a don Manuel Mateu y lo firmamos.- Francisco Javier Ascázubi, José Padilla, Nicolás Vélez, Nicolás Jiménez, Francisco Villalobos, Juan Barreto.- Declaramos que los antedichos individuos unidos con los representantes de los Cabildos de las provincias sujetas actualmente a esta gobernación y a las que se unan voluntariamente a ello en lo sucesivo, como son Guayaquil, Popayán, Pasto, Barbacoas y Panamá, que ahora dependen de los virreinatos de Lima y Santa Fe las cuales se procurará atraer, compondrán una Junta Suprema que gobernará interinamente a nombre y como representante de nuestro soberano, el señor Fernando Séptimo, y mientras Su Majestad recupere la península o viniere a imperar en América, elegimos y nombramos por Ministros o Secretarios de Estado a don Juan de Dios Morales, a don Manuel Quiroga y a don Juan de Larrea, el primero para el despacho de Negocios Extranjeros y de la Guerra, el segundo para el de Gracia y Justicia y el tercero para el de Hacienda; los cuales como tales serán individuos natos de la Junta Suprema. Esta tendrá un Secretario Particular con voto y nombramos como tal a don Vicente Alvarez.- Elegimos y nombramos por representantes por Presidente de ella al Marqués de Selva Alegre.- La Junta como representante del Monarca tendrá el tratamiento de Majestad, su Presidente el de Alteza Serenísima; y sus vocales el de Excelencia, menos el Secretario Particular a quien se le dará el de Señoría.- El Presidente tendrá por ahora y mientras se organizan las rentas del Estado seis mil pesos de sueldo, dos mil cada vocal y mil el Secretario Particular.-Prestará juramento solemne de obediencia y fidelidad al Rey en la Catedral inmediatamente y lo hará prestar a todos los cuerpos constituidos así eclesiásticos como seculares.- Sostendrá la pureza de la religión, los derechos del Rey, los de la Patria y hará guerra mortal a todos sus enemigos, principalmente franceses, valiéndose de cuantos medios o arbitrios honestos les sugiriesen el valor y la prudencia para lograr el triunfo. Al efecto y siendo absolutamente necesaria una fuerza militar para mantener el Reino en respeto, se levantará prontamente una falange compuesta de tres batallones de infantería sobre el pie de ordenanza y montada la compañía de granaderos: quedando por consiguiente reformadas las dos de infantería y el piquete de dragones actuales. El jefe de la falange será Coronel y nombramos tal a don Juan Salinas, a quien la Junta habrá de reconocer inmediatamente. Nombramos de auditor general de guerra con honores de Teniente Coronel, tratamiento de Señoría y mil quinientos pesos de sueldo a don Juan Pablo Arenas y la Junta le hará reconocer. El Coronel hará las propuestas de los oficiales, los nombrará la Junta, expedirá sus patentes y las dará gratis el Secretario de la Guerra. Para que la falange sirva gustosa y no le falte lo necesario, se aumentará la tercera parte sobre el sueldo actual desde soldado arriba.- Para la más pronta y recta administración de justicia creamos un Senado de ella compuesto de dos salas Civil y Criminal con tratamiento de Alteza. Tendrá a su cabeza un Gobernador con dos mil pesos de sueldo y tratamiento de Usía Ilustrísima. La Sala de los Criminal, un Regente subordinado al Gobernador con dos mil pesos de sueldo y tratamiento de Señoría; los demás ministros con el mismo tratamiento y mil quinientos pesos de sueldo; agregándose un Protector General de Indios con honores y sueldo de Senador. El Alguacil Mayor con tratamiento y sus antiguos emolumentos.- Elegimos y nombramos tales en la forma siguiente: Sala de lo Civil: Gobernador don José Javier Ascázubi; Decanos, don Pedro Jacinto Escobar, don José Salvador, don Ignacio Tenorio, don Bernardo de León.- Fiscal, don Mariano Merizalde.- Sala de lo Criminal: Regente: don Felipe Fuertes Amar, decano, don Luis Quijano.- Senadores, don José del Corral, don Víctor de San Miguel, don Salvador de Muergueitio.- Fiscal, don Francisco Javier de Salazar.- Protector, don Tomás Arechaga.- Alguacil Mayor, don Antonio Solano de la Sala.- Si alguno de los sujetos nombrados por esta Soberana diputación renunciare al cargo sin justa y legítima causa, la Junta la admitirá la renuncia, si lo tuviere por conveniente, pero se le advertirá antes que será reputado como tal mal patriota y vasallo y excluido para siempre de cualquier empleo público.- El que disputare la legitimidad de la Junta Suprema constituida por esta acta tendrá toda libertad bajo la salvaguardia de las leyes de presentar por escrito sus argumentos y una vez que se declaren fútiles, ratificada que sea la autoridad que le es conferida se le intimará a prestar obediencia lo que no haciendo se le tendrá y tratará como reo de Estado.
Dado y firmado en el Palacio Real de Quito, a diez de agosto de mil ochocientos nueve.- Manuel de Angulo – Antonio Pineda – Manuel Cevallos – Joaquín de la Barrera – Vicente Paredes – Juan Ante y Valencia – Nicolás Vélez – Francisco Romero – Juan Pino – Lorenzo Romero – Manuel Romero – Miguel Donoso – José Rivadeneira – Ramón Puente – Antonio Bustamante – José Alvarez – Juan Coello – Gregorio Flor de la Bastida – José Ponce – Mariano Villalobos – Diego Mideros – Vicente Melo – José Bosmediano – Juan Guijarro y Bonilla – Ramón Maldonado – Luis Vargas – Cristóbal Garcés – Toribio Ortega – Tadeo Antonio Arellano – Antonio de Arellano – Antonio de Sierra – Francisco Javier de Ascázubi – José Padilla – Nicolás Jiménez – Francisco Villalobos – Juan Barreto
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Unas reflexiones de Arturo Uslar Pietri que creo que vienen al caso:
YouTube - Gómez corona el esfuerzo por reconstruir un orden
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
" ESPAÑOLES QUE NO PUDIERON SERLO ", DE JOSÉ ANTONIO ULLATE FABO
http://www.elsemanaldigital.com/imag...eron-serlo.jpg
http://1.bp.blogspot.com/_dhudfNC4C6...0/ULLATE_g.jpg
La verdadera historia de la independencia de América
::.Libros Libres.::
Hemos aquí la nueva y flamante obra de este todoterreno navarro. Están siendo fructíferas estas Navidades para la lectura.
No nos encontraremos una obra que nos describa a los lanceros de Boves o la heroica muerte de Agualongo. Nos hallaremos con una obra que analiza detalladamente, sin apasionamientos ni partidismos, desde un punto de vista de la filosofía, el derecho, y la piedad política, lo acaecido en las Españas como comunidad política a ambos lados del gran charco.
Si alguien ha podido pensar que este libro se dedica a ensalzar a Morillo o a Fernando VII, yerra. No son menores las críticas para ellos que hacia los llamados " libertadores ". Asimismo, hace acaso la crítica más demoledora al regalismo que un servidor ha podido leer. Regalismo que no nació con los Borbones, pero sí que fue potenciado con éstos, hasta que en la época de Carlos IV y Godoy se pensó en hacer una " iglesia nacional ". Fernando VII no arregló esto, para acabar firmando constituciones de masones liberales, con la costosa guerra de América de por medio....
La infame expulsión de los jesuitas, la influencia imposible del gran granadino Suárez, el oportunismo revolucionario a ambas orillas hispanas, la oleada revolucionaria y masónica que arraigó en Europa y la desazón que en los americanos supuso el Trienio Liberal, aliñado con crónicas de la época que parece que nos están vetadas, junto a una bibliografía potente, para poner en velocidad comparativa lo sucedido sucesivamente entre la Iberia y las Indias, engrandecerán con sana curiosidad esta forzuda obra.
Los verdaderos proyectos " anglicistas " de Miranda y Bolívar, las ideologías nacionalistas que surgirán en los nuevos y fragmentados estados, el gravísimo pecado del olvido de América por parte de la vieja España, el rupturismo político desde la decadencia de la Cristiandad y la invasión de Napoleón....
¿ De verdad fueron absolutamente inevitables las independencias americanas ? ¿ Cómo fue ese clima de malestar ? ¿ Qué papel desempeñaron indios, mestizos, mulatos o negros ? ¿ Estaban discriminados los criollos frente a los peninsulares o los canarios ? Preguntas que hallarán respuesta.
Ya dije una vez que leyendo a Oliveira Martins me impresioné de los paralelismos entre la historia de Portugal y España. ¿ Que no diré, pues, en este episodio tan poliédrico de una historia que nos afecta tan directamente a españoles e hispanoamericanos, por más que los españoles no empeñemos en ignorar que esto fue la consumación radical de nuestra ruptura política tradicional hacia el 1833 ? Hablando de paralelismos desde esta época en adelante, hasta el peruano Fernando Iwasaki los apunta.
Y otra vez me hago la misma pregunta: ¿ Por qué no se nos habló nunca, y cuando se hizo fue para el vilipendio, de los americanos que defendieron a la Corona, siendo éstos tantos ? No hablo de los mandamases como La Serna o Rodil, hablo de esa parte tan sustancial del pueblo español americano que han querido borrar de un plumazo, siendo tan populosa en el difícil conflicto. ¿ Por qué sólo se nos han dado versiones por y para la independencia, aun desde distintas ópticas ? Lo mismo que se realza la suficiencia peninsular frente a la criolla pero se omiten los insultos de criollos hacia peninsulares.
¿ Es comparable a que si yo quisiera separar Andalucía de España por el mal gobierno actual ? En nuestros días no, en aquellos sí, y así lo vieron muchos americanos, que no eran absolutistas ilustrados ni regalistas enciclopedistas. Por otra parte, los gobiernos salidos tras los " libertadores " no fueron a la zaga en esta política, ni echaron a un lado los contractualismos sociales de Rousseau.
¿ Era más gachupín el realista López Cancelada, que pasó la mayor parte de su vida en México, que Miranda, que apenas llegó a la adolescencia en Venezuela y no fue escuchado siquiera en su tierra y acabó traicionado por el que se considera " libertador de libertadores " ?
¿ Acaso fue un precursor Túpac Amaru ? ¿ Lo fueron los comuneros del Socorro ?
¿ Por qué fueron tan costosas y duraderas estas guerras, como han advertido desde Arturo Uslar Pietri a Luis Corsi Otálora y José Manuel González ?
¿ Qué hay del Padre Berthe, el Padre Figuera o J. Romero ?
¿ Por qué esa ideología negadora de las raíces que nos hicieron desde el legado romano y el III Concilio de Toledo y la Reconquista que corrió pareja en las frágiles repúblicas americanas y en la imposible monarquía liberal-golpista española; herederos todos de una decadencia triste y común ? ¿ Por qué la separación cuando los revolucionarios en el fondo siguen unidos en sus premisas antihispánicas y anticatólicas ?
Lean el libro. Si bien por mi torpeza parecióme " muy filosófico ", en absoluto tiene desperdicio y aporta muchísimas claves sobre un conflicto que, lejos de haber terminado, sigue bien vivo.
Un libro importantísimo y que con toda justicia dará mucho de sí, mucho que hablar.
* Referencias a esta obra en la red:
Nuevo libro de José Antonio Ullate: La verdadera historia de la independencia de América.
Españoles que no pudieron serlo o la urgencia de la política católica
«Con la doctrina católica en la mano, las independencias americanas fueron injustas» - ReL
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
" LAS LANZAS COLORADAS ", DE ARTURO USLAR PIETRI
http://2.bp.blogspot.com/_Ff-mj3vAsf...sColoradas.gif
- Ed. Cátedra, Letras Hispánicas.
* Edición de Domingo Miliani.
Así comenzamos el año de 2010, haciendo el comentario de un libro que ha sido de los que más me ha impresionado de cuantos eh leído.
La primera vez que le eché un tiento fue en mis años universitarios, cuando cursaba la asignatura Historia de Iberoamérica Contemporánea, donde la profesora me indicó que le hiciera un trabajo sobre esta obra. Hice un comentario hace mucho tiempo, que aquí recuerdo --- LAS LANZAS COLORADAS
Ya en esta segunda lectura he podido leerla con mucha más serenidad y menos " apasionamiento partidista ", pero con igual impaciencia. He devorado el colorido, las descripciones, la lengua rota, las sensaciones, los diálogos, las impresiones, la rapidez desenfrenada, la amargura sin disimulo, las incertidumbres elocuentes, el paisaje costumbrista, las pinturas bamboleantes, las frescuras y sorpresas, la musicalidad habilidosa....A mi juicio, una excelencia de estilo que engancha al lector desde las primeras páginas.
Según José Manuel González y Luis Corsi Otálora, esta novela constituye un monumento a la revisión histórica. Curiosamente, es una obra de juventud, y a mi juicio, Uslar se planteó mejor las reflexiones sobre la independencia hispanoamericana ( Más en el contexto venezolano ) ya en los años de su vejez. Uslar Pietri se enrocó toda su vida en la búsqueda de la identidad hispanoamericana. La búsqueda de identidad es algo que nos ha obsesionado a los hispanos de todo el orbe después de la ruptura de nuestra comunidad política tradicional, pero quizá en Hispanoamérica se ha laborado más y hasta mejor. Ramiro de Maeztu se haría eco de todo ello.
Cierto es que en sus devaneos, el buen Uslar se enrollaba más que una persiana. Porque Uslar era de los que pensaba en la " cerrazón española " que no había penetrado en las " nuevas ideas ". Hace poco citábamos a Gustavo Bueno sobre esto. Al final de su vida, Uslar defendió que la historia de Venezuela estaba mal contada, pues era un continuo rechazo sobre su pasado, y que merecía una absoluta revisión. Revisión que el ya intuyó con esta fantástica novela, novela de Boves contra Bolívar, de Zambrano contra Ribas, de la imaginación de don Arturo en Fernando Fonta contra P. Campos, en las ráfagas de fuego del Orinoco, los Llanos o Caracas; novela de una Venezuela en llamas imprescindible para entender lo que pasó y lo que está pasando, siendo transportable su quizá localista contexto a la Hispanoamérica toda.
¿ Qué somos ? Se decía, apelando en un principio al " nuevo género humano " que citara Bolívar, " sin ser ni españoles ni indios ". Algo que objetivamente no deja de ser una paparruchada nefasta, una hueca palabrería. " América es universal ", sí, pero esa universalidad fue fundada en la base de la Monarquía Católica. Por eso los genocidas derechos del hombre no dejan de ser una abstracción y por eso el Derecho de Gentes fue una concienzuda concreción. El " buscar lo nuevo " rechazando de plano los orígenes es la tarea imposible del pensamiento revolucionario, cuya barbarie práctica aún sufrimos, no sé por cuánto tiempo. No hay que olvidar que el rechazo a la constitucion histórica y espiritual llevó a que Miranda y Bolívar quisieran entregar buena parte de América a la Pérfida Albión por considerar a ésta " genio del comercio "; no hay que olvidar los continuos ires y venires del proceso de " emancipación ", no hay que olvidar que similares resultados se han dado en la península ibérica e islas adyacentes....¿ De verdad somos tan distintos ? ¿ De verdad somos " otra cosa " ? ¿ Qué somos, si rechazamos lo que fuimos y por lo tanto, nada seremos ?
" América no es europea ". Claro. La Península Ibérica es europea, no lo son las Canarias, Ceuta y Melilla. Y por esa vocación universal heredada de la Romanidad y perfeccionada en el Catolicismo, América es América, acordándome del canto del malogrado Nino Bravo.
" Ser o no ser, esa es la cuestión "; que dijo un tal Shakespeare. Y españoles de todos los lados del gran charco nos empeñamos en no ser, y en buscar donde no hay, despreciando lo muy bueno que tiene lo nuestro.
Todo ello fue la aventura intelectual de Arturo Uslar Pietri, todo ello ocupó sus búsquedas, contradicciones y sinsabores, todo ello ocupó su fecundidad y talento.
Ha habido un discurso prácticamente unívoco en tanto y en cuanto a las independencias hispanas del ultramar, pero nadie, y menos en España, se planteó por qué tantos americanos no se quisieron separar de la Corona. Lo cierto es que en la novela, Uslar " deforma " y simplifica los planteamientos tanto de separatistas como de realistas, sumergiéndolos muy rápido en la vorágine de la batalla, en la locura inmediata, en la pasión y el poder. Mas con su briosa literatura de juventud plantó una semilla que acaso ha querido crecer hasta que autores españoles americanos, antes del bicentenario de las independencias, usaron su cálida pluma para desarrollar tan poliédrico tema. Y no olvidemos que Arturo U. Pietri nunca dejó de tener un retrato de Bolívar en su biblioteca.
¿ Por qué nuestra América se desgarró ? ¿ Por qué las Españas se rompieron ? ¿ Cómo fueron aquellos momentos ? ¿ Cuáles fueron sus orígenes y cómo se fueron desarrollando en la tragedia ?
Esta edición de Miliani ya la conocía por otra editorial. Como prólogo histórico, cultural, social y literario, no tiene apenas desperdicio. Nos da un retazo muy completo de nuestro autor, aunque a mi juicio, omite las claves finales de Uslar Pietri sobre tan complejo tema, y por ejemplo a esto nos referimos: INTERESANTE REFLEXIÓN DE ARTURO USLAR PIETRI.
Como novela, me parece genial. Como principio de reflexión histórica, importantísima, en el momento histórico tan importante que nos ocupa.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
BOVES VIENE
http://2.bp.blogspot.com/_9xFZJWREkZ..._alfonsoII.jpg
* Poesía inspirada en la lectura de " Las lanzas coloradas " de Arturo Uslar Pietri. Dedicada a Hugo Chávez.
Boves viene,
Boves avanza,
Con los lanceros,
Del rey de España,
Boves viene,
Allá por el Llano,
Viene el Taita,
Taita venezolano,
Boves viene,
Colorido y calor,
Exhalando furia,
Inspirando temor,
Boves viene,
Ojos encendidos,
Bravura destilada,
Cabellos crecidos,
Trotes y suspiros,
Caballos y guerreros,
Lúgubres presagios,
Febriles momentos,
Boves viene,
Viene con las " castas ",
Estallan las Indias,
Lanzas coloradas,
Boves ya viene,
Boves ya avanza,
Boves ya llega,
¡ Taita, taita, taita !
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
GUERRAS CIVILES HISPANOAMERICANAS: EXALTACIÓN A FAVOR DE LOS REALISTAS DE PASTO
- Nos manda el texto al correo electrónico un amigo ecuatoriano.
Exaltación a favor de los realistas de Pasto
Extraído de “Documentos sobre la Independencia reproducidos por la Gobernación del Departamento de Pasto en el año 1912”. Imprenta del Departamento, Pasto, 1912.
"iOh invictos y heroicos Pastusos! Dignos de aquel nombre de vuestra ínclita y nobilísima ciudad de San Juan de Pasto, por sobrenombre Villaviciosa, sea escrito con letras de oro para admiración de todos los pueblos y para la gratitud de los que se honran con el glorioso epíteto de españoles".
"A vosotros se dirigen vuestros sensibles y fieles compatriotas de Guayaquil, patricios y forasteros, tanto americanos como europeos, congratulándose, rebosando de gozo y entonando himnos al Señor de los Ejércitos, por la última victoria que acabáis de conseguir sobre los hijos espurios de la Patria, que han osado hollar con sus inmundas pisadas de vuestro sagrado suelo".
"Sí, el traidor Don Antonio Nariño y Alvarez, prosélito del infame Napoleón, no escarmentado de la suerte que hicisteis sufrir á los rebeldes Caicedo, Macaulay (yanqui) y otros, orgulloso se os acerca el 10 de Mayo próximo pasado en los hermosos campos de esa nueva Villaviciosa y provoca vuestra bizarría cual otro Staremberg provocó en los de la antigua Villaviciosa, en 10 de Diciembre del año de 1710, la del valiente Ejército español que mandaba Vandoma ; mas, así como aquellos vuestros hermanos derrotaron aquel famoso alemán y aseguraron la corona de las Españas en las sienes del joven Felipe, así vuestra sola presencia ha abatido el impío cundinamarqués, y con su prisión y total exterminio de los facciosos que mandaban, habéis asegurado la tranquilidad de las Provincias vecinas, y que en ellas resuene con toda sinceridad y con toda libertad el dulce nombre de nuestro joven Fernando".
"Habéis, pues, destruido á ese vil caudillo y á su alucinada gente; ¿y qué otra suerte debían haber esperado unos malvados que en el año de 1808, espontáneamente prometieron, así como todos los demás pueblos españoles de Ultramar, reconocer por Rey de las Españas á nuestro amado Fernando ; auxiliará sus hermanos de Europa en la gloriosa lucha contra el tirano Napoleón ; ser inseparables de la madre Patria, mientras hubiese un solo rincón en la Península, en donde se reuniese el Gobierno español; y que en el año de 1810, olvidando sus obligaciones, despreciando los sentimientos de honor, y los de la naturaleza, quebrantan sus solemnes promesas, rompen con los españoles de la Península los estrechos vínculos que unen á todos, la sangre el idioma, la Religión, la amistad y cuantos lazos puede haber en los individuos de una misma sociedad? ¿Cabe mayor influencia, mayor iniquidad? ¿Son tales monstruos dignos del heroico nombre español, que heredaron de sus padres? Nó……, nó: hasta la naturaleza debe borrar de la especie humana á tan viles seres.
"Vosotros, sí, virtuosos Pastusos, honor del nuevo Reino de Granada, de la América Meridional, de toda la España ultramarina, ó por mejor decir, de toda la gran Nación española, vosotros sois dignos hijos de este invencible y heroico Pueblo."
"Los manes de vuestros fundadores, los Aldanas y sus compañeros, se gloriarán de tener en su posteridad unos hijos fieles, tan valientes, y tan religiosos, y pedirán al cielo que los colme de sus bendiciones; al paso que los manes de los Benalcázares, de los Muñoz, de los López, de los Lozanos, de los Robledos, de los Quinteros, de los Alfonsos, de los Ospinas, de los Quesadas y de otros más, clamarán hasta el trono del Omnipotente, para qué caiga todo Él lleno de su justicia sobre la ingrata posteridad, sobre esos monstruos que brotó el infierno en las orillas del Cauca, del Páez, del Magdalena y del Bogotá".
"¡Loor eterno!; ¡oh inmortales pastusos ! á vuestra fidelidad y constancia ! ¡publiquense vuestras inmortales acciones de uno á otro polo, del oriente al occidente; nunca las olvidarán estos vuestros compatriotas! os aseguran con toda la efusión de su corazón y con la más sensible gratitud".
Guayaquil (actual Ecuador), 29 de Mayo de 1814.
"Domingo de Ordeñana, José Antonio Marcos, Santiago Vítores, Bernardo de Alzúa, Manuel Antumaño, Sebastián Puchí, Miguel de Camino, Esteban José Amador, Gabriel García Gómez (padre del caudillo Gabriel García Moreno), José de Llano, Juan Manuel de Larranza, Juan Bautista de Elizalde, Bonifacio de Arrieta, Juan Vicente Villa, Ventura Bustamante, Ildefonso López, Manuel de Jado, José María de Aiseo, Nicolás Ruaño, Juan Antonio Bonilla, Andrés Gabuña, Manuel de Aguirre, Narciso Sánchez de Laserna, Salvador Lemos, Manuel Almadaña, Santiago Chacón, Antonio Acosta, José Antonio Treviño, Calisto Gatete, Agustín Corpancho, Joaquín Álvarez, Antonio García de Lavín, José María Valenz, José Valencia, Juan Navarrete, Juan Sivestre Touris, Manuel Ignacio Moreno y Santiesteban (regidor perpetuo del Cabildo de Guyaquil, Caballero de la Orden de Carlos III, tío abuelo Cardenal primado de Toledo, y abuelo materno del caudillo Gabriel García Moreno), Manuel López Hidalgo, José Díaz del Campo, Dionisio Martín Herrera, Juan José Casilasí, Pedro Galeza, Manuel de Ramos Moreno, Juan Rodríguez, Antonio Pombar, Ignacio Zuloaga, Ignacio Roldán, Benito Botana, Miguel Antonio de Anzuátegui, Francisco Antonio García, Ramón Antonio de Irueta, Santiago Cepeda (pariente de Santa Teresa la Grande), Vicente Saldaña, Antonio García Arbela, Francisco de la Cantera, Bernabé García, Francisco Andrés Cárdenas, Pedro José Boloña, Juan Antonio Medina, Ramón Calvo y López, Vicente Sánchez, José de Bustamante y Cevallos, José Ramón Arrieta, doctor Francisco Javier Benavides, José de Segura, Guillermo de Segura, Antonio Lorcluy, José Antonio Campe, El coronel Juan Miguel Germán, Ignacio Cevallos, Ramón Oyarvide, Juan de Abajoa, Juan Esteban de Germendía, Silvestre de Barañano, Juan Hernández, Gabriel Fernández de Urbina, doctor Ignacio Hurtado de López, Carlos Calixto Boya."
"P.D Con esta misma fecha, se dirige otra igual a la ciudad de Lima, a imprimir y circular muchos ejemplares, a todas las ciudades de la América, y el primer ejemplar se remitirá cuanto antes a ese muy Ilustre Ayuntamiento, por mi conducto; teniendo entendido que con la mayor pompa se van a hacer honras por nuestro héroe don Juan María de la Villota, y por los demás muertos en la guerra, en la iglesia del Seráfico Padre San Francisco, con asistencia del Excelentísimo Cabildo, Militares y demás Cuerpos, lo que servirá a Usías de consuelo. Fecha ut-supra."
(f) José de Segura y Mendieta"
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Abraham Meza
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Abraham Meza (también de Meza o Mesa) fue un banquero y destacado miembro de la población sefardí de Curazao.
Orígenes [editar]
Era descendiente de judíos españoles, que huyeron durante la inquisición española. Muchos de ellos se fueron a Portugal y migraron después a la liberal Amsterdam. Desde ahí vinieron a las Antillas Holandesas, antes de migrar a Hispanoamérica.
Simon Bolívar [editar]
Abraham Meza destaca por su apoyo a Simon Bolívar, a quien le dio asilo y apoyo económico para la liberación de Hispanoamérica. Como agradecimiento se dio el derecho de asentarse en las costas caribeñas de Venezuela y Colombia, especialmente en Coro.
Enlaces [editar]
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Cita:
San Martín es el prócer más venerado de Argentina y de la mitad de América del Sur por haberles hecho obtener la libertad. Derogó los dictados de la Inquisición a pocos días de poner pié en el Alto Perú. Quiso el destino que un descendiente de sefaradíes fuera el hombre que protegió y llenó de afecto a nuestro prócer en sus últimos años. En este artículo, el Profesor Mario E. Cohen, resume el perfil de la personalidad de Alejandro María Aguado y su relación con el Gran Capitán.
http://www.delacole.com/cgi-perl/med...o=32¬a=32-8
Sin comentarios.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
DOSCIENTOS AÑOS DE SOLEDAD
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Doscientos años de soledad,
de las Españas sumergidas,
soledad de doscientos años,
hoy la Hispania perdida,
Los hispanos nos perdimos,
los hispanos nos matamos,
siguiendo a día de hoy,
siguiendo sin encontrarnos,
Nos separamos para compartir,
para acabar compartiendo,
el mismo triste destino,
que nos está consumiendo,
Enemigos exteriores,
los hay, lo sabemos,
mas destrozándonos nosotros,
excusas no tenemos,
Doscientos años de soledad,
en el fango revolucionario,
enfermando peligrosamente,
a ambos lados del Atlántico,
Doscientos años de soledad,
de desunión e impotencia,
destruyendo nuestro futuro,
maldiciendo nuestra herencia,
Doscientos años de soledad,
la Hispanidad Católica derrotada,
derrotada, que no muerta,
su bandera quiere ser ondeada,
Una monarquía federativa,
representativa y social,
un núcleo por nuestros pueblos,
una conciencia de hermandad,
Falsos profetas del desarraigo,
rapsodas de la mala hora,
la novedad de la Tradición,
promete la boina roja,
Algún día dejaréis,
dejaréis de mangonear,
las Españas, pues,
se han de reencontrar,
Aliadas con el luso hermano,
hartos de agachar las cabezas,
ibera raíz por los continentes,
ínclitas razas ubérrimas,
Dios, patria, fueros, rey;
tengamos fe y esperanza,
¡vivan los reinos de Indias!
¡qué viva España!
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Cita:
Iniciado por
Ordóñez
http://elotroecuador.files.wordpress...pg?w=416&h=328Este es el Escudo del Nuevo Imperio, del "Otro Ecuador", del Quito Imperial, porque "un Nuevo Imperio Forjará los Mundos" y las ruinas de este viejo y asqueroso mundo serán arrasadas. ¡Qué muera lo viejo! y ¡Qué viva lo eterno!
¿De donde sale ese escudo? Un condor y un águila formando el 'bicéfalo' imperial. Los símbolos de Sur América y Norte América (Mejico) combinados, una buena idea. Debería terminar convirtiéndose en el emblema del nuevo imperio que está surgiendo en la España americana, y que por ahora lleva el nombre transitorio de 'Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe'. Alún día, quizás, cuando el hispanismo vuelva a estar de 'moda'.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
DIAZ ARAUJO: CRONICA DE LA CONFERENCIA SOBRE "SAN MARTIN Y BOLIVAR, SU POLITICA RELIGIOSA"
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En el colegio aledaño a la Parroquia Cristo Rey fue inaugurado el día miércoles 17 de marzo de 2010 a las 19.30 hs el Salón del Bicentenario.
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En la ocasión, tras la bendición del Padre Marchioni y con una numerosa concurrencia de sacerdotes, monjas, laicos y la presencia del Concejal José Arteaga, el Dr. Enrique Díaz Araujo disertó sobre el tema “San Martín y Bolivar: su política religiosa”.
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A continuación brindamos una síntesis que no es textual de la conferencia:
El 25 de mayo de 1810 fue un acto de autonomía respetando al Rey y el 9 de julio de 1816 la independencia del Rey.
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En América había un hábito de obedecer al buen gobierno. En 18109 hubo sucesos idénticos a los de Buenos Aires en toda Hispanoamérica, porque el problema era idéntico.
América sólo obedecía a la Corona de Castilla, o a otros reinos ni mucho menos al pueblo de España. El Rey era considerado como un padre de cada americano. Y desde la independencia, América busca un sustituto paterno del Rey de España. América se sigue convulsionando porque no encuentra la forma institucional que calce con su identidad.
El Reino de Indias era un Estado confesional y América se definió por su Religión católica. El Papa delegó en una bula de 1505 las designaciones eclesiásticas en el Rey de España, con el Derecho de Patronato.
España vivió una Edad Media tardía, y cuando España se hizo liberal, América continuó con el espíritu medieval.
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Trafalgar, en 1805 marcó el triunfo de los anglosajones, que desde entonces gobiernan el mundo, marcando el ocaso español en 1808 cuando hubo dos reyes, padre e hijo, en España, en medio de quienes fue introducido como gobernante el hermano de Napoleón.
En 1810 se produce la autonomía en toda América, y hubo tres figuras principales como libertadores: Iturbide en México, Bolívar en el Norte de Sudamérica, y San Martín en el Sur de Sudamérica. Los tres actuaron en conjunto desde una reunión en Panamá. Los tres tuvieron diferencias en la solución política, pero unidad en el criterio religioso.
San Martín e Iturbide eran monárquicos, e hicieron tratados con los Virreyes procurando establecer un Rey borbón (no Fernando) para que gobernara en América desde su Independencia. Esta experiencia funcionaba con la dinastía portuguesa en Brasil. El candidato a ocupar la Monarquía que propiciaba San Martín era De Paula.
San Martín después de su labor se retiró al ver que su proyecto no se podía concretar. Iturbide decidió en la misma situación gobernar, pero murió asesinado en una revuelta. Finalmente, Bolívar no quería un príncipe Borbón, porque decía que son todos malos, y se proclamó Emperador de los Andes, siendo más tarde expulsado del gobierno.
Bolívar, además, renunció a la masonería y la prohibió, a la vez que dejó de ser liberal y promovió la Fe Católica.
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En lo que se refiere a la solución religiosa, Bolívar, Iturbide y San Martín estaban de acuerdo en reforzar a la Madre Iglesia, ya que no había un Padre-Rey. Iturbide lo hizo de la mano de la Virgen de Guadalupe, Bolívar con la Virgen de Belén y la Virgen del Cisne, y San Martín con las advocaciones de la Virgen de La Merced, del Carmen y de Luján. San Martín estableció permanentemente a la Iglesia en Chile y en Perú, donde la única religión era la católica y donde se prohibía ser funcionario a quien no profesara la Fe católica.
San Martín obedeció al General Manuel Belgrano, quien era difamado, según una carta que éste le enviara el día 6 de abril de 1814. En el Reglamento del Plumerillo del Ejército de los Andes, hasta castigaba a los blasfemos severamente.
Así era la política religiosa de San Martín y de Bolívar.
Por otra parte, se difunde que San Martín se había unido a una logia masónica en Cádiz o en Londres, pero esas logias no existieron, es todo mentira, y por tanto indemostrable.
Fueron los liberales quienes astillaron América, convirtiéndola en una serie de republiquetas aisladas, sobre todo en Centroamérica.
Sin embargo, a pesar de que fracasaron en su proyecto político de instauración de una monarquía, lograron la solución religiosa que se proponían.
Iturbide decía que “la Virgen de Guadalupe no ha venido a fracasar a América”. Así quedó el legado de la afirmación de la Tradición Católica de la Iglesia. Y todo eso se lo debemos a los libertadores.
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Publicado por Diario Pregón de La Plata en 3/18/2010 08:45:00 AM http://www.blogger.com/img/icon18_email.gif http://www.blogger.com/img/icon18_edit_allbkg.gif
Etiquetas: Enrique Díaz Araujo, Historia y Patria, José Arteaga
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Entrevista con José Manuel González y Félix Della Costa sobre el libro La cueca larga de los Pincheira.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
GUERRAS CIVILES HISPANOAMERICANAS: ALGUNAS APRECIACIONES PERSONALES
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Dicen que este año estamos de bicentenario. Bicentenario de las independencias de la América Española, y como siempre, se ha escuchado una sola voz. Vemos los fantasmagóricos desfiles de Chávez, Castro, Morales y los Kirchner con la España de Zapatero como barata palmera y máxima valedora internacional. Mucho he escrito y dicho sobre tan controvertido tema, no obstante, aquí van unos apuntes más:
-Ni por asomo todos los del bando realista americano fueron Cruzados de la Causa ni todos los independentistas demonios masónicos. Yo he caído mucho en esa visión, mea culpa.
Por la contra, la gran mayoría de la oficialidad fue cristina-liberal y hubo notorios masones. De los pocos "tradicionalistas" que hubo en este bando por parte peninsular nos encontramos a Maroto, el traidor y enemigo más encarnizado del Carlismo, que después del "Roma no paga traidores" fue despreciado hasta en la propia Suramérica. Muchos de estos fueron tiranuelos defensores de la "Pepa", que quisieron obligar a jurar a los americanos. Como decimos, muchos de estos malos realistas luego fueron represores de los Batallones de Voluntarios Realistas en la vieja España para terminar luchando encarnizadamente contra el carlismo. No es la oficialidad española realista, escasísima por otra parte (La proporción peninsular en los ejércitos realistas no superó nunca el 10%, grosso modo) el antecedente del carlismo, sino por la contra, su enemistad.
Empero, no es el caso de todo el bando realista. De Morillo o Maroto podemos pasar a Agustín de Agualongo en Nueva Granada, José Tomás Boves en Venezuela, Antonio Navala Huachaca en el Perú, Santiago de Liniers en el Río de la Plata, Vicente Benavides y los Pincheira en el Chile, la isla de Chiloé como reducto radical contra el independentismo, y tantos hombres y escenarios distintos en unas guerras duras y costosísimas que nos están indicando su carácter poliédrico. Como el caso del venezolano Juan de los Reyes, primero realista y luego independentista. O el caso del gran mexicano Yturbide.
-Como decimos, sólo se ha escuchado una versión, y es la favorable a los separatistas. Esta versión asimismo es la única que ha tenido predicamento en España. Tenemos una versión liberal, una versión "más revolucionaria", que es la que ahora está alentando España a través del "socialismo del siglo XXI" encabezada por el narco-petrolero Chávez, y hasta una visión "tradicional" del conflicto. Durante estos doscientos años de soledad, se ha sepultado a cal y canto no sólo a la traidorzuela oficialidad realista, sino a miles y miles de americanos de distintas razas que no quisieron separarse de España. Ha tenido que ser desde nuestra América cuando se ha iniciado un debate distinto. Ha tenido que ser por el colombiano Luis Corsi Otálora o por el argentino José Manuel González cuando se ha vuelto a hablar de los realistas criollos. Ha tenido que recoger el testigo el navarro José Antonio Ullate en un excelente libro sobre causas, efectos y consecuencias de la separación de las Españas. También lo ha hecho el colombiano Pablo Victoria, aun desde una perspectiva relativamente distinta.
Incluso se aboga por una "versión tradicional independentista" pero se niega que en el realismo americano hubiera "tradicionales". La causa separatista es como zapata, si no gana empata, ya sea siendo liberal, comunista o tradicional. Y donde más predicamento tiene es en España, en sus vertientes más revolucionarias.
Como mínimo da que pensar.
Dejémoslo claro: Las ideas revolucionarias habían penetrado en España en la misma Corte, quizá en especial desde la época de Carlos III y sus amasonados ministros. Esto es de reconocer. Pero los próceres separatistas no lucharon para librar a América de la Revolución, sino que aprovecharon un momento de máxima debilidad de la metrópoli ante la invasión napoleónica para implantar su propia Revolución (Invasión napoleónica contra la que se batió con valor San Martín en Bailén); revoluciones que cada una tendría una cara, como luego también ocurriría en el XIX peninsular. Nos parece repugnante la intentona de iglesia nacional a lo jansenista que se dio en la época de Carlos IV así como nos parece repugnante la indignidad de Fernando VII y el poco talento para empezar a endeudar a España, convirtiéndola (Un caso muy parecido al de Portugal) en una especie de protectorado de los Rotschild. Todo eso no dejaba de defenderlo buena parte de la oficialidad realista. Cierto, de acuerdo.
¿Pero acaso el bando independentista fue distinto en sus actuaciones? De ninguna manera.
Todos los caudillos independentistas tuvieron oficialidad británica en sus filas. Bolívar, O´Higgins o San Martín así lo hicieron.
¿Y no es cierto que en la misma América entraban libros revolucionarios con relativa facilidad que apenas se veían por la vieja España?
¿Entonces, por qué echar en cara al bando realista lo que el bando independentista hizo tanto o más? Por la sencilla razón de justificar lo injustificable; porque en todos los discursos se busca justificar absolutamente todo lo que hicieron los independentistas, buscando recovecos acá y acullá, y todo lo del bando realista es injustificable. Una versión bastante maniquea a mi juicio.
Por eso el aura criminosa para Boves, y el aura de santón laico para Bolívar, cuando objetivamente, Bolívar fue peor que Boves. No olvidemos que traicionó públicamente a su camarada Miranda, el que figura en el "panteón de honor" de los revolucionarios franceses que exterminaron a los vandeanos. Pero a Bolívar todo se le disculpa, y en especial desde que, como Miranda, murió arrepentido.
Por eso, en España hemos de aguantar con dinero público estatuas a Bolívar y ninguna para los americanos que, mejores o peores, no se quisieron separar de España. Por eso celebramos aquí a los que decían luchar contra España para convertir a América en otra cosa. Lo dijeron ellos mismos, no lo estoy diciendo yo. Las gentes de las Indias se llamaban a sí mismos españoles de ultramar o españoles americanos; de ahí en adelante fueron otra cosa, y de ahí al "¿Qué somos?" de Arturo Uslar Pietri. No defendieron las esencias americanas tradicionales hasta entonces, fue otra cosa. Al igual que muchos realistas no fueron cruzados, fueron otra cosa.
No tuvieron mucho éxito en verdad los independentistas si me apuran, pues en estos doscientos años de soledad nos separamos para cometer los mismos errores y ser presa de otras potencias enemigas de lo nuestro. Es casi normal, ya le dijo Antonio Machado a Ramiro de Maeztu que España siempre ha sido muy poca cosa para un español, y ya parecemos acostumbrados a que España favorezca y premie a sus más encarnizados enemigos.
¿De verdad "la Pepa" que se negaron a jurar era más revolucionaria que su política? Si vemos la "política religiosa" de la Constitución de Cádiz, no es distinta que la que luego se aplicaría en las repúblicas americanas. No se separaron para liberar a América de la Revolución, no es eso, no es eso....
¿Fueron Cuba y Puerto Rico más liberales que el resto de las Indias Iberas, estando las antillanas ínsulas con España? No.
Hay muchas causas en estas guerras. Podemos mezclar el resentimiento jesuítico (Más que justificado tras la enorme cabronada de Carlos III y el marqués de Pombal); pero no podemos olvidar las ideas del contrato social de Rousseau o el "reflejo norteamericano", que también sé que España, porque le convenía para derrotar a Inglaterra (Como la derrotó el gran Gálvez, como la había derrotado Lezo y luego la derrotaría Liniers) ayudó en su momento acaso con nefastas consecuencias.
Creo que eso dio a Gran Bretaña alas en el sentido de que se explayó en su frase "A España hay que vencerla en América, no en Europa". Nos aplicaron el "divide y vencerás" de Fernando VII a Bolívar. Esto es sin duda un pensamiento muy mío, pero creo que no desbarro demasiado. Que haya tanto influjo británico tanto en la Corte de Madrid como en los ejércitos bolivarianos quiere decir mucho.
- No fueron guerras de invasores contra invadidos ni viceversa. Fueron Guerras Civiles Hispanoamericanas y, como historiador sin futuro, creo que es el término más acertado. Estoy escuchando y leyendo críticas injustas y desmedidas sobre Luis Corsi, José Manuel González u otros americanos que han dicho hasta aquí hemos llegado.
¿Que los Pincheiras no eran santitos? Nadie lo dice. Pero otra vez volvemos a lo mismo: Lo mismo que le achacan a los "pincheirinos" (Que el autor no los pone como leyenda rosa, repetimos, y lean detenidamente el libro, caramba) hizo Bolívar y compañía, pero todo es disculpable. ¿Que Belgrano tilda a los negros y a los mulatos como canalla cobarde y que sólo le consuela que vengan oficiales blancos? Todo tiene su disculpa. A mí no se me ocurre desde luego juzgar a los independentistas por esa desafortunada "sentencia", pero parece que al "bando contrario" sí.
¿Discriminación de los criollos? Un neogranadino como Joaquín Mosquera Figueroa parece atestiguar lo contrario. Un Lardizábal en el Manifiesto de los Persas también. Vean otra vez gentes y escenarios distintos.
¿Y las palabras malsonantes del obispo Orellana? Absolutamente injustificables. Como la guerra a muerte de Bolívar. Como que Boves se quisiera alistar con los independentistas y fuera expulsado por chapetón. Como lo que debieron sentir muchos peninsulares al escuchar "¡muerte a los gachupines!" y lindezas por el estilo. Los insultos ofenden a todo el mundo, no sólo a los hispano-ultramarinos.
¿No da algo que pensar que el grito de guerra de las huestes que lucharon a muerte contra Bolívar fuera el de "¡mueran los blancos!"? ¿Dónde estaban los indios-buenos salvajes que pretendió manipular Miranda? Después ya vemos la política de las repúblicas americanas para con los indios, cuando la leyenda negra sigue cargando contra España. Menos mal que los malísimos españoles no dejamos ni un indio; será que uno no tiene buena vista, pero cuando uno va a Madrid, los ve por todas partes.
Señores, lo de la "discriminación de los criollos" no pasa de ser otro argumento manipulador e inexacto en su generalidad en este complicado estado de cosas. No me parece un argumento de peso.
- Sobre la pertenencia de San Martín a la masonería: Un tema complicado sin duda. Hay quien niega la propia existencia de la Logia Lautaro; nombre tomado de un caudillo araucano que se levantó contra la Monarquía Católica. Ilustrativo, sin duda. A los indios intentó apelar ya Miranda sin éxito alguno.
¿Que San Martín no perteneció a ninguna logia regular de obediencia inglesa, por así decirlo? No lo sé, ni me importa sinceramente.
Algunos acuden a Benito Pérez Galdós. No sabía yo que el literato canario fuera historiador. No obstante, Galdós describe por ejemplo una serie de logias nacidas en Madrid precisamente para luchar contra la "masonería oficial", una suerte de "logias nacionalistas" que proliferaban en cada café, tal y como fue el caso de"los Comuneros". Dudo mucho que estos personajes figuren en algún registro británico.
Pero no es de dudar que San Martín habla de "nosotros los liberales....unidos por todos el mundo....".
Les expongo un ejemplo paralelo: Durante años, se ha dicho que la pertenencia al islam de Blas Infante era una exageración, sin embargo, la umma lo reivindicaba cada vez más. Para los que conocemos (Aun malamente), el estado de la psyqué mahometana, sabemos que si Blas Infante sólo hubiera sido alguien útil, el islamismo no prestaría tanto empeño. A día de hoy está demostrado que Infante hizo la shahada en una mezquita de Marruecos. Eso mismo explica muchas cosas, a saber, que ante todo la umma lo ha considerado siempre como un hermano en la fe, cosa que era a ciencia cierta, tan cierta como que Infante hablaba de entregar España a Marruecos. También sabemos que Infante perteneció a la masonería.
Es cierto que hubo muchos masones en el bando realista. Pero no es menos cierto que la masonería sigue celebrando las independencias americanas. ¿Porque quiere apropiarse de esa epopeya, y más de la figura del general San Martín? Señores, seamos serios. ¿De verdad la masonería es tan simplona? ¿Mucho desbarro cuando establezco a Infante y al islam como "paralelismo de reivindicación"?
Que San Martín "evolucionara" como evolucionó el propio Bolívar es prácticamente cierto. Pero en todo caso, apenas llegaron a "conservadores". La política religiosa de los independentistas no difería demasiado de la de los liberales españoles, hasta como pudo ser un Cánovas del Castillo a finales del XIX continuando la antimonarquía liberal-usurpadora.
-Se habla del sentimiento monárquico de muchos nuevos próceres, lo cual es cierto. También se alude al ejemplo del Brasil. Pero hay algo importante en el Brasil: El Brasil se independendiza por un traidor don Pedro que, no contexto con desmembrar la América Lusa y traicionar al propio trono portugués, va a invadir Portugal en contra de Miguel I, rey fidelísimo católico, aclamado en las Cortes a la usanza tradicional portucalense. Con don Pedro van a actuar los mismos que en España: Inglaterra, Francia y Mendizábal, contra la causa tradicionalista popular. Tras una guerra costosísima, Portugal quedará endeudado y destrozado durante muchísimos años, hasta que Oliveira Salazar consiguiera acabar en buena medida con ello; para cuando se estaba en un punto relativamente dulce, verse amenazado por todos lados y víctima de una guerra global por la codicia del petróleo de Cabinda que cristalizó en unos claveles de traición, como aquí al año siguiente sería la transición. Que se mencione el Imperio de Brasil como ejemplo aislando su génesis fundamental me parece un intento manipulador.
No fue el mismo ejemplo del sincero monarquismo de Yturbide o de otros, no estoy diciendo eso. Lo que estoy diciendo es que hay que ver cómo fue el ejemplo brasileño.
Y así como se tuvo paciencia para con los Borbones para instaurar príncipes españoles en América, era ya una idea que Aranda le expuso a Carlos III sin éxito alguno. Es cierto que las juntas no tenían prerrogativas para actuar como actuaron sobre América, ¿pero qué prerrogativas tenían los junteros americanos para poner y quitar príncipes en las Indias?
Repito que habría otros mejores ejemplos, el brasileño sirve para mal.
Hay mucha leyenda negra antiborbónica y mucha leyenda rosa de la Casa de Austria también. Pues ni los Borbones fueron tan malos ni los Austrias tan buenos. Con los Austrias los fueros de Castilla fueron pisoteados y se tuvieron que lidiar con guerras civiles entre conquistadores, abriéndose la brecha de los encomenderos que acaso tuvo mucho en la chispa de las Guerras Civiles Hispanoamericanas. Eso no quiere decir que yo minimice la política borbónica, en especial la nefasta política de funcionariado colonial que tanto exasperó y con razón a la América Española. Pero la Historia fue la que fue y es la que es, no la que nosotros nos gustaría, como bien expone el brillante Antonio Caponnetto, acérrimo defensor de la Hispanidad.
-Con todo, me dejo en el tintero muchas cosas, que puede que algún día desarrolle. Considero que Fernando VII fue un incalificable y que Agustín de Yturbide fue en líneas generales un gran tipo y uno de los personajes más interesantes de este periodo. Y también considero que la "disección" de los realistas americanos constituye toda una aventura intelectual nacida en Hispanoamérica, una aventura de tal talla como habrá de ser la que gracias a entusiastas eruditos de Jaén han iniciado como la memoria mozárabe, la de los cristianos que sufrieron en territorio musulmán. Dentro de mi formación historiográfica son dos aventuras grandiosas, como digo. Y no porque piense que todos los realistas fueron cruzados santos, sino porque no comprendo ese sepulcral silencio, y más desde España, de americanos que no se quisieron separar; y porque no comprendo tanta justificación absoluta de los independentistas; y porque no comprendo la rabia y desconsideración de tirios y troyanos sobre las obras de Luis Corsi o Manolo González y otras que están saliendo. ¿Que no son libros perfectos? ¡Acabáramos! De entre muchas críticas puedo leer incluso que Carlos V fue un desconsiderado al no aceptar la legitimidad de su sobrina Isabel. Bonita manera de querer liberar a América de la Revolución. Si esta es una base de las críticas hacia los que se interesan y laboran por el realismo criollo, muy flaco favor le van a hacer al indepedentismo hoy tan celebrado de distintas maneras, y flaco favor al pretender seguir sepultando la voz de los realistas, que más allá de su nefasta oficialidad, fue la voz de muy buena parte del pueblo indiano que durante tantos años luchó contra otra oficialidad nefasta, que tampoco representó a buena parte de sus huestes, y ésta fue la independentista. No hubo sólo una epopeya en América, en todo caso hubo dos.
Un maestro argentino me dice que las independencias fueron una desgracia pero prácticamente inevitables. Creo que encierra gran razón ese pensamiento, y básicamente lo comparto.
Con todo, como digo, ¡basta ya de silencio! ¡basta ya de una única versión aun en distintas formas! ¡basta de manipulaciones y justificaciones estrambóticas, vengan de donde vengan, sean para quienes sean! Seguimos empeñados en lo mismo, pasan dos siglos y seguimos igual. Y esta división sólo alienta a nuestros enemigos, que siguen siendo prácticamente los mismos. De los errores hay que aprender, pero parece que nos va la marcha.
General Joaquín Posada Gutiérrez:
“He dicho poblaciones hostiles [a la liberación independentista], porque es preciso que se sepa que la Independencia fue impopular en la generalidad de los habitantes; que las clases elevadas fueron las que hicieron la revolución; que los ejércitos españoles se componían de cuatro quintas partes de hijos del país; que los indios en general fueron tenaces defensores del gobierno del Reino, como que pretendían que como tributarios eran más felices que lo que serían como ciudadanos de la República”.
Don Francisco de Miranda, Comandante-General del Ejército Colombiano, a los pueblos habitantes del Continente Américo-Colombiano (1806)
Transcripción realizada por Gloria Henríquez Uzcátegui y Miren J. Basterra publicada en la página web de la Academia Nacional de la Historia, Venezuela
Valerosos compatriotas y amigos.
Obedeciendo á vuestros llamamientos, y á las repetidas instancias y clamores de la Patria, en cuyo servicio hemos gustosamente consagrado la mejor parte de la Vida; somos desembarcados en esta Provincia de Caracas, la coyuntura y el tiempo nos parecen sumamente favorable para la Consecución de vuestros designios; y cuantas personas componen este Ejército son (amigos) ó Compatriotas vuestros: todos resueltos a dar la vida, si fuese necesario por vuestra libertad é Independencia, (bajo los auspicios y protección de la marina Británica.)
Con estos auxilios podemos seguramente decir, que llegó el día por fin, en que recobrando nuestra América su soberana Independencia, podrán sus hijos libremente manifestar al Universo sus ánimos generosos. El opresivo insensato gobierno, que oscurecía estas bellas cualidades, denigrando con calumnias nuestra modestia y carácter, consiguió también mantener su abominable sistema de administración por tres siglos consecutivos; mas nunca pudo desarraigar de nuestros corazones aquellas virtudes morales, y civiles que una religión santa, y un código regular inculcó en nuestras costumbres formando una honesta índole nacional.
Valgámonos pues de estas mismas estimables prendas, para que expelidos los pocos odiados agentes del gobierno de Madrid, podamos tranquilamente establecer el orden civil necesario á la consecución de tan honrosa empresa. La recuperación de nuestros derechos como ciudadanos, y de nuestra gloria nacional como americanos colombianos serán acaso los menores beneficios que recojamos de esta tan justa como necesaria determinación.
Que los buenos é inocentes indios, así como los bizarros pardos, y morenos libres crean firmemente que somos todos conciudadanos, y que los premios pertenecen exclusivamente al mérito, y á la virtud en cuya suposición obtendrán en adelante infaliblemente, las recompensas militares y civiles, por su mérito solamente.
Y si los pueblos holandeses y portugueses pudieron en otro tiempo sacudir el yugo de la opresora España; si los suizos y americanos nuestros vecinos igualmente consiguieron establecer su Libertad é Independencia con aplauso general del mundo, y en beneficio de sus habitantes, cuando cada uno de estos pueblos separadamente apenas contaba de dos á 3 millones de habitantes, ¿porqué pues nosotros que por lo menos somos 16 millones no lo ejecutaríamos fácilmente? ¿Poseyendo, además de ello, el continente más fértil, más inexpugnable, y más rico de la tierra? El hecho es que todo depende de nuestra voluntad solamente, y así como el querer constituirá indubitablemente nuestra Independencia, la Unión nos asegurará permanencia y felicidad perpetua. ¡Quiéralo así la Divina Providencia para alivio de nuestros infelices compatriotas; para amparo y beneficio del género humano!
Las persona timoratas ó menos instruidas que quieran imponerse á fondo de las razones de Justicia y de equidad que necesitan estos procedimientos, junto con los hechos históricos que comprueban la inconcebible ingratitud, inauditas crueldades y persecuciones atroces del gobierno Español hacia los inocentes á infelices habitantes del nuevo mundo, desde el momento casi de su descubrimiento, lean la Epístola adjunta de D. Juan Viscardo, de la Compañía de Jesús, dirigida a sus compatriotas; y hallarán en ella irrefragables pruebas y sólidos argumentos en favor de nuestra causa, dictados por un varón santo y á tiempo de dejar el mundo, para perecer ante el Creador del Universo.
Para llevar este plan á su debido efecto, con seguridad y eficacia, serán obligados los ciudadanos sin distinción de clases, estado ni color (los eclesiásticos solamente exceptuados, en la parte que no sean designados) de conformarse estrictamente a los artículos siguientes:
I.- Toda persona militar, judicial, civil u eclesiástica que ejerza autoridad comunicada por la Corte de Madrid, suspenderá ipso facto sus funciones - y el que las continuase después de la presente publicación, así como el que las obedeciese, serán soberanamente castigados.
II.- Los cabildos y ayuntamientos en todas las ciudades, villas y lugares ejercerán en el ínterin todas las funciones de gobierno, civiles, administrativas y judiciales con responsabilidad y con arreglo a las leyes del país: y los curas párrocos, y de misiones permanecerán en sus respectivas iglesias y parroquias, sin alterar el ejercicio de sus sagradas funciones.
III.- Todos los cabildos y ayuntamientos enviarán uno ó dos diputados al cuartel general del ejército, a fin de reunirse allí un gobierno provisorio que conduzca en tiempo oportuno á otro general y permanente, con acuerdo de toda la Nación.
IV.- Todo ciudadano desde la edad de 16 hasta la de 55 años se reunirá sin dilación á este ejército, trayendo consigo las armas que pueda procurarse, y si no las tuviese, se le darán en los depósitos militares del ejército; con el grado juntamente que convenga á su celo, talentos, edad y educación.
V.- El ciudadano que tenga la bajeza de hacer causa común con los agentes del gobierno español, ó que se hallase con armas en campamento, ciudadela ó fuerte poseído por dicho gobierno, será tratado y castigado como un traidor a la Patria. Si por el empleo que actualmente pueda poseer algunos de ellos en servicio de la España creyese su pusilanimidad que el honor le compele á servir contra la Independencia de su Patria, serán estos desterrados a perpetuidad del país.
VI.- Por el contrario, todos aquellos que ejerciendo en la actualidad empleos militares, civiles, ó de cualquiera especie se reuniesen con prontitud bajo los estandartes de la Patria recibirán honras y empleo proporcionado al celo y amor al país que hubiesen manifestado en tan importante coyuntura: los soldados y marineros serán premiados igualmente conforme a su Capacidad y Zelo.
VII.- Los depositarios del tesoro público lo pondrán inmediatamente á disposición de los cabildos y ayuntamientos, quienes nombrarán sujetos aptos para el manejo, y para suplir al ejército colombiano cuanto sea necesario á su manutención y operaciones, no solamente en dinero sino también en provisiones, vestuario, frutos, carruajes, mulas, caballos, etc.
VIII.- Para precaver toda especie de insulto o agresión de parte de la gente de guerra y puestos avanzados del ejército, los magistrados y curas párrocos de las ciudades, villas y poblados (bajo su personal responsabilidad) harán fijar la Bandera ó Insignia de Independencia Nacional en la parte superior más conspicua de las iglesias, y los ciudadanos llevarán también en el sombrero la escarapela que denote ser tales, pues sin ella no serían respetados y protegidos como hermanos.
IX.- Esta proclamación será fijada por los curas párrocos y por los magistrados en las puertas de las iglesias parroquiales y de las casas del ayuntamiento para que llegue con brevedad á noticia de todos los habitantes y asimismo harán leer en las parroquias y casas de ayuntamiento respectivas, una vez al día por lo menos, la Carta anteriormente mencionada del C. Viscardo, que acompaña este edicto.
X.- Cualesquiera impedimento, retardo, ú negligencia que se oponga al cumplimiento de estos nueve precedentes artículos será considerada como un grave perjuicio nacional y castigada inmediatamente con severidad: ¡La Salud pública es la Ley Suprema!
Fechada en el Cuartel General de Coro, á 2 del mes de agosto de 1806.
Francisco de Miranda
Tomás Molini, secretario
DECRETO DE GUERRA A MUERTE SIMÓN BOLÍVAR,
Brigadier de la Unión, General en Jefe del Ejercito del Norte,
Libertador de Venezuela
A sus conciudadanos
Venezolanos: Un ejército de hermanos, enviado por el soberano Congreso de la Nueva Granada, ha venido a libertaros, y ya lo tenéis en medio de vosotros, después de haber expulsado a los opresores de las provincias de Mérida y Trujillo.
Nosotros somos enviados a destruir a los españoles, a proteger a los americanos, y a restablecer los gobiernos republicanos que formaban la Confederación de Venezuela. Los Estados que cubren nuestras armas, están regidos nuevamente por sus antiguas constituciones y magistrados, gozando plenamente de su libertad e independencia; porque nuestra misión sólo se dirige a romper las cadenas de la servidumbre, que agobian todavía a algunos de nuestros pueblos, sin pretender dar leyes, ni ejercer actos de dominio, a que el derecho de la guerra podría autorizarnos.
Tocado de vuestros infortunios, no hemos podido ver con indiferencia las aflicciones que os hacían experimentar los bárbaros españoles, que os han aniquilado con la rapiña, y os han destruido con la muerte; que han violado los derechos sagrados de las gentes; que han infringido las capitulaciones y los tratados más solemnes; y, en fin, han cometido todos los crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la más espantosa desolación. Así pues, la justicia exige la vindicta, y la necesidad nos obliga a tomarla. Que desaparezcan para siempre del suelo colombiano los monstruos que lo infestan y han cubierto de sangre; que su escarmiento sea igual a la enormidad de su perfidia, para lavar de este modo la mancha de nuestra ignominia, y mostrar a las naciones del universo, que no se ofende impunemente a los hijos de América.
A pesar de nuestros justos resentimientos contra los inicuos españoles, nuestro magnánimo corazón se digna, aún, abrirles por la ultima vez una vía a la conciliación y a la amistad; todavía se les invita a vivir pacíficamente entre nosotros, si detestando sus crímenes, y convirtiéndose de buena fe, cooperan con nosotros a la destrucción del gobierno intruso de España, y al restablecimiento de la República de Venezuela.
Todo español que no conspire contra la tiranía en favor de la justa causa, por los medios más activos y eficaces, será tenido por enemigo, y castigado como traidor a la patria y, por consecuencia, será irremisiblemente pasado por las armas. Por el contrario, se concede un indulto general y absoluto a los que pasen a nuestro ejército con sus armas o sin ellas; a los que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos que se están esforzando por sacudir el yugo de la tiranía. Se conservarán en sus empleos y destinos a los oficiales de guerra, y magistrados civiles que proclamen el Gobierno de Venezuela, y se unan a nosotros; en una palabra, los españoles que hagan señalados servicios al Estado, serán reputados y tratados como americanos.
Y vosotros, americanos, que el error o la perfidia os ha extraviado de las sendas de la justicia, sabed que vuestros hermanos os perdonan y lamentan sinceramente vuestros descarríos, en la íntima persuasión de que vosotros no podéis ser culpables, y que sólo la ceguedad e ignorancia en que os han tenido hasta el presente los autores de vuestros crímenes, han podido induciros a ellos. No temáis la espada que viene a vengaros y a cortar los lazos ignominiosos con que os ligan a su suerte vuestros verdugos. Contad con una inmunidad absoluta en vuestro honor, vida y propiedades; el solo título de americanos será vuestra garantía y salvaguardia. Nuestras armas han venido a protegeros, y no se emplearán jamás contra uno solo de nuestros hermanos.
Esta amnistía se extiende hasta a los mismos traidores que más recientemente hayan cometido actos de felonía; y será tan religiosamente cumplida, que ninguna razón, causa, o pretexto será suficiente para obligarnos a quebrantar nuestra oferta, por grandes y extraordinarios que sean los motivos que nos deis pare excitar nuestra animadversión.
Españoles y Canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables.
Cuartel General de Trujillo, 15 de junio de 1813.—3
Simon Bolívar.
Es copia.
Pedro Briceño Méndez,
Secretario
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
EL PROBLEMA DE
LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA
Hace un tiempo, por gentil deferencia del doctor don Miguel Ayuso Torres, recibimos el tomo XII de losAnales de la Fundación Francisco Elías de Tejada.Publicación cuidada y valiosísima que puede“enorgullecerse de ser un punto de referencia en el tradicionalismo de raíz hispánica”, y que por eso tomamos con respeto y afecto en nuestras manos.
En primer término debe anotarse que este volumen se abre con una sección de notas In Memoriam, a cargo del doctor Ayuso Torres, Secretario del Patronato de la Fundación. De esas páginas queremos destacar dos, que con justicia exaltan las figuras de los queridos camaradas y amigos inolvidables: Eduardo Víctor Ordóñez y Álvaro Pacheco Seré. Ellos representaron las orillas de la Patria Rioplatense. El recuerdo de don Miguel nos hace entrar en las hondas huellas del paso por esta vida de aquellos maestros que nos permiten continuar aprendiendo. Ambos, a no dudar, están “rogando ante el Altísimo por todos nosotros y su amada hispanidad”.
Proseguimos la lectura con creciente interés cuando en la Sección Estudios y tal vez movidos por la cercanía del segundo centenario de la iniciación de la crisis del Imperio Romano Hispánico (1808-2008) llegamos a un título en el que nos detuvimos. Éste no era otro que el que encabeza esta nota: “El problema de la Independencia de América”. El trabajo lucía la firma de Federico Suárez Verdeguer que “fuera Catedrático de Historia en la Universidad de Santiago de Compostela…”trasladándose más tarde a Pamplona para dar comienzo a la que luego fue Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, donde creó el Seminario de Historia Moderna. Como Director de la “Colección Historia” de esa Casa de Estudios debe destacarse en particular la edición de los “Documentos del reinado de Fernando VII en trece volúmenes aparecidos entre 1965 y 1972”.
De tan insigne profesor no podíamos dar crédito a nuestros ojos y entendederas que en la página 55 del tomo que nos ocupa estampara lo siguiente: “Así como en España… los Reinos de América reaccionaron como los españoles creando Juntas para la defensa de los derechos del Rey. El problema jurídico nace cuando las Juntas de América rehúsan el reconocimiento a la Junta Central o la Regencia” (las negritas son nuestras). “En 1814 —agrega— las circunstancias cambian y los argumentos deben cambiar también. Fernando VII regresa a España en la plenitud de su soberanía y con respecto a América vuelve a ser como antes de 1808. Si se levantaron en defensa de los derechos del Rey, su alzamiento ya no tiene objeto”.
Cabe entonces preguntar cuál era la situación legal de América en los comienzos del siglo XIX. La respuesta se puede sintetizar en forma clara y categórica. Las Indias no eran colonias sino Reinos y estaban unidos a la Corona de Castilla fuera de toda vinculación con el Estado español. Esto era lo que establecía el ordenamiento jurídico originado en los Pactos celebrados por el nieto de los Reyes Católicos con las autoridades indígenas locales.
Todo nos lleva a la época de Carlos V, cuando el César firma, a su paso por Barcelona, en el año 1519, los documentos por medio de los cuales se “estableció la Unidad e Intangibilidad de América”. Durante tres siglos, ése fue el Estatuto.
Ya en el siglo XVIII el accionar de las logias masónicas y la difusión de las ideas iluministas golpearon la estructura sobre la que se apoyaba la relación de los Reinos de Indias y la Monarquía Católica. Como un ejemplo de esto podemos señalar que el fundamento teológico de la autoridad de los Austrias se fue debilitando hasta ser sustituido por el laicismo del poder civil que hizo el absolutismo de la dinastía borbónica, llegada con Felipe V. Un absolutismo cerrado que eliminó el peso iluminador de la Iglesia al que se agregó la adopción del liberalismo con sus ideas en educación y economía.
Y el problema hubo de estallar con la invasión napoleónica de 1808 y en un momento que se puede precisar: el 24 de setiembre de 1810, cuando las Cortes de Cádiz aprobaron la Ley por la cual se dispuso la extinción de Provincias y Reinos diferenciados de España e Indias para dar cabida “a una sola Nación Española”. Era la intolerable subordinación de lo criollo al masonismo peninsular de los liberales diputados gaditanos.
Así fue que se levantó el estandarte del Pacto de los tiempos de Carlos V para sostener la independencia de las Juntas. Pacto que no era el de los enciclopedistas sino el histórico firmado y lacrado con Sellos Reales entre las Indias soberanas y Castilla.
Y llegó 1814, año en el que, según Suárez Verdeguer, el Alzamiento ya no tenía objeto. Instalados los americanos en el campo jurídico, pensaron en la Paz y la Unidad con la restauración de la Monarquía Tradicional.
Consecuencia de ello fueron las misiones como la que desde Buenos Aires encabezaron Belgrano y Sarratea, portadora de un Memorial que decía: “El pueblo de España no tiene derechos sobre los Americanos. El Monarca es el único con el cual celebraron contratos los colonos de América; de él solo dependen y él solo es quien los une a España… La Ley de Indias es la mejor prueba del derecho de las Provincias del Río de la Plata… La Ley en cuestión es el contrato que el Emperador Carlos V firmó en Barcelona el 14 de setiembre de 1519 a favor de los conquistadores y colonos…”
Es indudable que esta Ley es la única que liga personalmente al Monarca y que no tiene relación con España. Pero las apelaciones al Monarca fracasaron porque Fernando VII era hombre desleal, insensible, con ladino orgullo y con un pétreo cerebro que no podía aceptar que su autoridad dependiera del cumplimiento del Pacto y de la “sumisión condicionada de sus leales vasallos”.
Manuel Jiménez Quesada, en “Las doctrinas populistas en la Independencia de Hispanoamérica” (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Sevilla, 1947) transcribe lo que Fray Pantaleón García afirmaba en Buenos Aires allá por 1810: “La fidelidad no es un derecho abstracto que obliga a todo evento; es la obligación de cumplir el contrato que liga a las partes con el todo; obligación recíproca porque debemos guardar respeto y obediencia al Rey pero éste debe guardar nuestros derechos”. Las Cortes de 1810 y 1812, pletóricas de iluminismo jacobino, y Fernando VII con su avaricia absolutista, precursora del liberalismo, sellaron la destrucción del Imperio Católico. Crimen incalificable porque la Revolución (en el sentido del verbo latino “volver hacia atrás”) aspiró a una unión más perfecta con la Metrópoli. Tal como lo exponía el Restaurador el 25 de mayo de 1836 cuando refiriéndose a 1810 afirmaba: “No[se hizo la Revolución] para romper los vínculos que nos ligaban a los españoles sino para fortalecerlos por el amor y la gratitud…”
El Padre Suárez Verdeguer, que fuera Preceptor y Capellán de quien hoy ocupa el Trono de España, tal vez“con signo intelectual declinante” (“declinante incluso en la propia Universidad de Navarra donde se asentó por el contrario el catolicismo liberal enragé…”) escribió al final del Estudio lo que colmó nuestro asombro.
Al preguntarse qué es lo que constituyó el alma de la secesión, se contesta que hay que buscarla “en los signos de los tiempos”. Agregando en párrafo inmediato que“una nueva generación que no pensaba ni sentía como sus abuelos, que estaba desarraigada del pasado porque hundía sus raíces en el sistema que las luces habían descubierto”. Ya ubicado cómodamente en el plano gaucho del historicismo sólo le faltó hablar de “los vientos de la historia”. Páginas para dejar en un piadoso olvido.
Qué pena.
Luis Alfredo Andregnette Capurro
ESCRITO POR CABILDOABIERTO
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Si la casa real hubiese llegado a America igual que la portuguesa, los eventos hubiesen sido menos desafortunados.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
No sé qué decirte Josean. El "fenómeno brasileño" sirvió para desgajar el territorio portugués y para aniquilar al rey legítimo de Portugal, Miguel I, con una guerra criminal e injusta contra lo que los lusos habían aclamado a usanza tradicional en cortes y endeudando a Portugal hasta los tiempos de Salazar.
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Ordóñez
No sé qué decirte Josean. El "fenómeno brasileño" sirvió para desgajar el territorio portugués y para aniquilar al rey legítimo de Portugal, Miguel I, con una guerra criminal e injusta contra lo que los lusos habían aclamado a usanza tradicional en cortes y endeudando a Portugal hasta los tiempos de Salazar.
Entraba Junot por una puerta, salía la Familia Real portuguesa por otra, en 1807. Huyeron para el Brasil, donde vivieron por más de 13 años.
Asimismo el episodio de la independencia brasileña y de la posterior guerra civil en Portugal es inaudito: el príncipe heredero, Pedro, se rebela contra su propio país, Portugal, se dice extranjero y le declara guerra por la independencia de una de sus partes - el Brasil. Con el famoso grito del Ipiranga Independência ou Morte!, el traidor Pedro se pone contra su propia familia, contra su padre el rey!
No contento, tras la consumar la traición y la independencia, Pedro, por muerte de su padre exige que su hija menor, Maria da Glória, hija de un soberano extranjero enemigo de Portugal, fuera reina de aquél país, bajo los dictamines de una carta constitucional otorgada por él mismo.
Para colmo, cuando su hermano el Infante Miguel se rebela contra esta ignominia y es coronado rey por la antigua usanza lusa de aclamación en cortes, el traidor Pedro invade a Portugal con una turba de mercenarios ingleses y belgas, pagos y reclutados por el infame Mendizabal, y acaba derrotando y enviando SMF D. Miguel I para el exilio vitalicio.
Termina el traidor Pedro por abdicar del trono imperial brasileño para se hacer... rey de Portugal!:asco:... por lo menos para algunos.
Una recambolesca historia... más digna de una peli de Monty Python que de un libro de escuela.
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Ordóñez
No sé qué decirte Josean. El "fenómeno brasileño" sirvió para desgajar el territorio portugués y para aniquilar al rey legítimo de Portugal, Miguel I, con una guerra criminal e injusta contra lo que los lusos habían aclamado a usanza tradicional en cortes y endeudando a Portugal hasta los tiempos de Salazar.
Notaras que escribi ´menos desafortunados´, lo que implica que aun hubiese habido infortunio. El que Brasil permaneciese unido y no se fragmentara como sucedio con los virreinatos es un resultado de la presencia de la corona en esas tierras. Una presencia real hubiese detenido las guerras de independencia y conducido a una separacion distinta y menos fragmentacion. Segun tengo entendido la independencia de Brasil se dio porque Portugal no aceptaba ser gobernada desde Rio de Janeiro, ni Brasil gobernada desde Lisboa. Es decir, la antigua metropoli no aceptaba el cambio natural de la capitalidad al territorio mayor y geopoliticamente mas significativo. Igual ya no era razonable que el rey de España siguiese viviendo en la peninsula, si no que la capital del imperio pedia ser Panama, entre los dos continentes y entre los dos oceanos, como correspondia a un imperio global, y no europeo. No creo que los españoles de esa epoca lo hubiesen aceptado, lo que hacia a la independencia inevitable. Pienso que no los peninsulares no comprendian ni aun comprenden que, al igual que la capital no se quedo en Asturias mientras avanzaba la reconquista, la capital no debia quedarse en España, si no emigrar a America.
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Irmão de Cá
Entraba Junot por una puerta, salía la Familia Real portuguesa por otra, en 1807. Huyeron para el Brasil, donde vivieron por más de 13 años.
Asimismo el episodio de la independencia brasileña y de la posterior guerra civil en Portugal es inaudito: el príncipe heredero, Pedro, se rebela contra su propio país, Portugal, se dice extranjero y le declara guerra por la independencia de una de sus partes - el Brasil. Con el famoso grito del Ipiranga Independência ou Morte!, el traidor Pedro se pone contra su propia familia, contra su padre el rey!
No contento, tras la consumar la traición y la independencia, Pedro, por muerte de su padre exige que su hija menor, Maria da Glória, hija de un soberano extranjero enemigo de Portugal, fuera reina de aquél país, bajo los dictamines de una carta constitucional otorgada por él mismo.
Para colmo, cuando su hermano el Infante Miguel se rebela contra esta ignominia y es coronado rey por la antigua usanza lusa de aclamación en cortes, el traidor Pedro invade a Portugal con una turba de mercenarios ingleses y belgas, pagos y reclutados por el infame Mendizabal, y acaba derrotando y enviando SMF D. Miguel I para el exilio vitalicio.
Termina el traidor Pedro por abdicar del trono imperial brasileño para se hacer... rey de Portugal!:asco:... por lo menos para algunos.
Una recambolesca historia... más digna de una peli de Monty Python que de un libro de escuela.
Lo de rey extrajero es bastante disparatado por donde quiera que se mire. El comportamiento de Pedro no fue distinto al del Duque de Braganza al separar Portugal de la corona española, y a diferencia de este tenia amplio derecho sobre Brasil. Su comportamiento tampoco faltaba a la tradicion, donde los territorios se dividian segun la conveniencia entre los hijos, como ocurria en la España medieval, o como se observo cuando Carlos V dividio a sus territorios entre su hijo y su hermano, o cuando fue creado el reino de Napoles para una rama de los borbones españoles. Los monarcas de la epoca no supieron lidiar con la realidad, que pedia la autonomia de los reinos americanos con coronas separadas. Se pudo haber hecho de forma pacifica, y mantenido una union confederada.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Lo de rey extrajero es bastante disparatado por donde quiera que se mire. El comportamiento de Pedro no fue distinto al del Duque de Braganza al separar Portugal de la corona española, y a diferencia de este tenia amplio derecho sobre Brasil. Su comportamiento tampoco faltaba a la tradicion, donde los territorios se dividian segun la conveniencia entre los hijos, como ocurria en la España medieval, o como se observo cuando Carlos V dividio a sus territorios entre su hijo y su hermano, o cuando fue creado el reino de Napoles para una rama de los borbones españoles
Josean: En esto no estoy de acuerdo y me parece que se acaba mezclando churras con merinas. No obstante, nos meteríamos en una discusión barroco-bizantina que no llevaría a ninguna parte.:cool:
Los monarcas de la epoca no supieron lidiar con la realidad, que pedia la autonomia de los reinos americanos con coronas separadas. Se pudo haber hecho de forma pacifica, y mantenido una union confederada.
En esto sí, totalmente. De hecho, incluso los masones ministros de Carlols III lo propusieron y creo que antes también fue propuesto por el gran Bernardo de Gálvez. De hecho fue el gran sueño de Yturbide, y fue también la primera idea de San Martín.
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Josean Figueroa
Lo de rey extrajero es bastante disparatado por donde quiera que se mire. El comportamiento de Pedro no fue distinto al del Duque de Braganza al separar Portugal de la corona española, y a diferencia de este tenia amplio derecho sobre Brasil. Su comportamiento tampoco faltaba a la tradicion, donde los territorios se dividian segun la conveniencia entre los hijos, como ocurria en la España medieval, o como se observo cuando Carlos V dividio a sus territorios entre su hijo y su hermano, o cuando fue creado el reino de Napoles para una rama de los borbones españoles. Los monarcas de la epoca no supieron lidiar con la realidad, que pedia la autonomia de los reinos americanos con coronas separadas. Se pudo haber hecho de forma pacifica, y mantenido una union confederada.
Disparatado sí que lo es querer comparar la situación del traidor Pedro con la D.João, Duque de Bragança...
No sé si Vd. sabrá, pero cuando Felipe II es aclamado Rey de Portugal (condición sin la cuál los portugueses jamás lo aceptarían como rey) se ha comprometido en respetar, en su nombre y lo de sus sucesores, un conjunto de prerrogativas que constan del texto final de las Cortes de Tomar.
Felipe II sí que las ha respetado, Felipe III y Felipe IV no. Rompido por estos dos reyes el juramento que obligaba la fidelidad del pueblo luso, los portugueses, muy legítimamente, demandaron rey que lo cumpliera.
Pues el traidor Pedro, había jurado también. Había jurado como Duque de Bragança, es decir, el Príncipe Real (heredero), ser fiel a Portugal y ser su rey, mediante aclamación, cuando su padre falleciese. No es difícil entender de este juramento que le obligaba a pugnar por mantener la integridad de Portugal. Pues el traidor Pedro hizo todo el contrario.
No está en cuestión si el Brasil debería ser independiente o no. Está en cuestión que un rey que quiso dejar de serlo en Portugal para serlo en otro país pasa a ser un extranjero (y un traidor). Más traidor aún cuando se arroga el derecho de decir quien le sucederá y como reinará. Más traidor aún cuando invade Portugal a la cabeza de un ejército extranjero y se impone como el rey de Portugal que, antes, no quiso ser.
Disparatado, más que el bastante, es no querer ver cuando se puede.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Irmão de Cá
Disparatado sí que lo es querer comparar la situación del traidor Pedro con la D.João, Duque de Bragança...
No sé si Vd. sabrá, pero cuando Felipe II es aclamado Rey de Portugal (condición sin la cuál los portugueses jamás lo aceptarían como rey) se ha comprometido en respetar, en su nombre y lo de sus sucesores, un conjunto de prerrogativas que constan del texto final de las Cortes de Tomar.
Felipe II sí que las ha respetado, Felipe III y Felipe IV no. Rompido por estos dos reyes el juramento que obligaba la fidelidad del pueblo luso, los portugueses, muy legítimamente, demandaron rey que lo cumpliera.
Pues el traidor Pedro, había jurado también. Había jurado como Duque de Bragança, es decir, el Príncipe Real (heredero), ser fiel a Portugal y ser su rey, mediante aclamación, cuando su padre falleciese. No es difícil entender de este juramento que le obligaba a pugnar por mantener la integridad de Portugal. Pues el traidor Pedro hizo todo el contrario.
No está en cuestión si el Brasil debería ser independiente o no. Está en cuestión que un rey que quiso dejar de serlo en Portugal para serlo en otro país pasa a ser un extranjero (y un traidor). Más traidor aún cuando se arroga el derecho de decir quien le sucederá y como reinará. Más traidor aún cuando invade Portugal a la cabeza de un ejército extranjero y se impone como el rey de Portugal que, antes, no quiso ser.
Disparatado, más que el bastante, es no querer ver cuando se puede.
Decir que Pedro era extranjero por unos hechos politicos carece de sentido. Tu postura es peninsularista, no hispanista. Decir que separar Brasil de Portugal es desmembrar Portugal y luego decir que eso lo convertia en rey de otro pais es una incoherencia. Decidete, es Brasil Portugal o es otro pais. Presentas ambas posturas segun te conviene, lo que es un disparate. Si Brasil y Portugal son lo mismo Pedro no se convirtio nunca en rey de un pais extranjero, si no en rey de una provincia separada. Ademas, que la comparacion con el Duque de Braganza vale, pues igual la corona portuguesa no satisfacia las necesidades de los brasileiros. En fin, peninsularismo disparatado puro.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Del artículo que pegó Ordóñez se desprende por qué no se hablan otras lenguas ibéricas en las Américas.
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Josean Figueroa
pues igual la corona portuguesa no satisfacia las necesidades de los brasileiros
Y la corona brasilera no satisfacía las necesidades de los gaúchoshttp://i207.photobucket.com/albums/b...retos/wink.gif
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Josean Figueroa
Decir que Pedro era extranjero por unos hechos politicos carece de sentido. Tu postura es peninsularista, no hispanista. Decir que separar Brasil de Portugal es desmembrar Portugal y luego decir que eso lo convertia en rey de otro pais es una incoherencia. Decidete, es Brasil Portugal o es otro pais. Presentas ambas posturas segun te conviene, lo que es un disparate. Si Brasil y Portugal son lo mismo Pedro no se convirtio nunca en rey de un pais extranjero, si no en rey de una provincia separada. Ademas, que la comparacion con el Duque de Braganza vale, pues igual la corona portuguesa no satisfacia las necesidades de los brasileiros. En fin, peninsularismo disparatado puro.
Cuando se independiza una parte de un país, qué es creado? Un nuevo país. Un nacional de ese nuevo país que es en relación al anterior país? Un extranjero! No hay otra manera de verlo, por mucho que lo quiera Vd. Puede un brasileño sentirse portugués lo bastante... pero no dejará de ser brasileño por eso, desde que el Brasil se hizo una nación independiente.
Esto no tiene nada de particularista o anti-hispanista. El verdadero hispanismo no depende de tutelas políticas colonialistas o paternalistas para la inclusión de los países de Hispanoamérica, Hispanoáfrica o Hispanoásia. Tener una consciencia hispánica o panhispánica en nada es conflictivo con serse un ardoroso patriota argentino, colombiano, brasileño o mozambicano.
La hispanidad no es compuesta sólo de españoles o de portugueses. Es compuesta de hispanos.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Irmão de Cá
Cuando se independiza una parte de un país, qué es creado? Un nuevo país. Un nacional de ese nuevo país que es en relación al anterior país? Un extranjero! No hay otra manera de verlo, por mucho que lo quiera Vd. Puede un brasileño sentirse portugués lo bastante... pero no dejará de ser brasileño por eso, desde que el Brasil se hizo una nación independiente.
Que ridiculez. Te deberia dar verguenza caer en tales demagogias absurdas, que ademas no tienen cabida en el hispanismo. En fin, veo que no haras otra cosa que repetir el disparate, asi que sigue, que yo no soy el que me hundo en la ignomia.
Cita:
La hispanidad no es compuesta sólo de españoles o de portugueses. Es compuesta de hispanos.
No veo por que me dices eso a mi, que lo tengo muy claro.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Josean Figueroa
Que ridiculez. Te deberia dar verguenza caer en tales demagogias absurdas, que ademas no tienen cabida en el hispanismo. En fin, veo que no haras otra cosa que repetir el disparate, asi que sigue, que yo no soy el que me hundo en la ignomia.
Ud. delira. Eche una mirada hacia su pasaporte puertoriqueño y despertará.
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Josean Figueroa
No veo por que me dices eso a mi, que lo tengo muy claro.
No, no lo tiene. Por lo que dice, para Vd. español y hispano son lo mismo así como brasileño y portugués.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Aún después de la "independencia" los hispanos de un país no eran considerados extranjeros en otro país hispano sino "forasteros":
Cita:
"Los rasgos compartidos por los Estados incipientes eran tantos y tan relevantes que el concepto de «nación» no resultaba aplicable para ellos en el sentido en que lo fue en Europa a partir de la emergencia de las protonacionalidades lingüísticas. Un caraqueño en Santiago de Chile era un forastero, pero no un extranjero.
Como recuerda José Carlos Chiaramonte, entonces operaban dos identidades colectivas superpuestas. Por un lado estaba la lugareña (cordobés, limeño, quiteño) y por encima de ella funcionaba el paraguas identitario «español-americano». Este aunaba en un solo «nosotros» a los criollos de toda la región.
Estos fuertes lazos hicieron posible que, durante un período que se extendió algunas décadas, nuestros padres fundadores fueran casi intercambiables. Paradigmático fue el caso del caraqueño Andrés Bello, arquitecto de la primera política exterior estable de Chile. Hoy, el instituto formador de los diplomáticos chilenos porta el nombre de ese venezolano. Casos análogos (entre muchos) fueron el director supremo interino de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Ignacio Alvarez Thomas, que era peruano; el primer presidente de Chile, Manuel Blanco Encalada, que era porteño, y el primer embajador de Bolivia en Buenos Aires, el cordobés Deán Gregorio Funes."
http://hispanismo.org/hispanoamerica...noamerica.html
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Erasmus
Aún después de la "independencia" los hispanos de un país no eran considerados extranjeros en otro país hispano sino "forasteros":
No entre Brasil y otros países de Hispanoamerica. No entre Portugal y el Brasil o otros países de la lusofonía.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Irmão de Cá
No entre Brasil y otros países de Hispanoamerica. No entre Portugal y el Brasil o otros países de la lusofonía.
Por isso os uruguaios apoiaban aos gaúchos:D
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Irmão de Cá
Ud. delira. Eche una mirada hacia su pasaporte puertoriqueño y despertará.
:D Que absurdo. La hispanidad no esta sujeta a bobadas politicas, y mucho menos las casas reales. Tu incoherencia historica es monumental.
Cita:
No, no lo tiene. Por lo que dice, para Vd. español y hispano son lo mismo así como brasileño y portugués.
Yo no reconozco extranjerias entre hispanos. A diferencia de ti yo si soy hispanista. Tu eres nacionalista portugues. Para mi todos los hispanos somos la misma nacion, independientemente de el hecho estatal.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Irmão de Cá
No entre Brasil y otros países de Hispanoamerica. No entre Portugal y el Brasil o otros países de la lusofonía.
Mira que bien. Este considera que un portugues que emigra a Brasil se convierte en un extranjero en Portugal. Hay que ver a lo que llegan los nacionalistas.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Erasmus
Aún después de la "independencia" los hispanos de un país no eran considerados extranjeros en otro país hispano sino "forasteros":
Yo nunca he considerado a otro hispano como un extranjero. Me pareceria una aberracion. Al dia de hoy eso vuelve a imperar como normativa, pues, por ejemplo, en la UNASUR ya hay mecanismos hacia tales efectos, aunque no es el hispanismo, si no el suramericanismo lo que mueve. Pero siendo los suramericanos en su gran mayoria hispanos, igual da.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Josean, me parece a mí que desbarras bastante. Si Irmão no es hispanista pues será que yo no quiero serlo.
Irmão aporta datos objetivos históricos.
Y el problema de don Pedro, más allá de los conceptos de extranjería en sí, es que sí fue un extranjero para los portugueses. Fue un extraño que impuso a una tiranía, separó el Brasil para su provecho propio y con una invasión extranjera (inglesa, francesa y belga) derrocó a la monarquía fidelísima y legítima del pueblo portugués que a la más tradicional usanza había aclamado en la persona de Miguel I. Portugal pagó muy cara la invasión de este sujeto y hasta hoy de hecho creo que la sigue pagando, como seguimos pagando al otro lado del Guadiana.
El "proceso brasileño" se pinta como idílico y en verdad tuvo de todo menos eso. Aunque sí reconozco que si el Brasil se ha conservado como "nación-continente" ha sido gracias a la institución monárquica, aun profundamente ilegítima de plano.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Josean Figueroa
:D Que absurdo. La hispanidad no esta sujeta a bobadas politicas, y mucho menos las casas reales. Tu incoherencia historica es monumental.
Jajajaja! :lasonrisa:Algo para reír, venido de quien viene.
Cita:
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Josean Figueroa
Yo no reconozco extranjerias entre hispanos. A diferencia de ti yo si soy hispanista. Tu eres nacionalista portugues. Para mi todos los hispanos somos la misma nacion, independientemente de el hecho estatal.
No somos la misma nación, Ud. se equivoca una vez más. Somos la misma raza, en el más positivo sentido de la palabra. Ud. es para mí un extranjero de mí raza hispánica.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Josean Figueroa
Mira que bien. Este considera que un portugues que emigra a Brasil se convierte en un extranjero en Portugal. Hay que ver a lo que llegan los nacionalistas.
Ud. tergiversa. Un portugués emigrado en Brasil es un extranjero para los brasileños como un brasileño inmigrado en Portugal es un extranjero para los portugueses. Esto desde la independencia del Brasil. Esta es la sola extrapolación que se puede hacer de mis palabras.
Claro que un extranjero de mi raza hispánica y lusófono para más, no es un extranjero cualquiera. Debe, para la mayoría de las cosas (derechos y deberes), ser equiparado a un nacional, dependiendo de la reciprocidad que exista entre su país de origen y el mío.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Ordóñez
Josean, me parece a mí que desbarras bastante. Si Irmão no es hispanista pues será que yo no quiero serlo.
Carajo! Como me honras, hermano! :lareverencia:
Me orgullo de poder decirme tu amigo, Ordóñez! Obrigado, pá!
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Fomos cortados do mesmo pano mais o tempo e a distancia nos fez distintos. Somos naçoes irmãs luso-hispanicas mais em fim naçoes diferentes. Mesmo dentro do proprio Brasil eu sinto como estrangeiro quando eu estou em Amazonas, Baia, Marahão o Pernambuco. Para falar a verdade eu sentiria mais em casa em Porto Alegre RS do que em Salvador BA o em Lisboa PT do que em Natal RN!
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
LA TRAICIÓN LIBERAL... MÁS TARDE O MÁS TEMPRANO
NARCISO LÓPEZ, EL CRIOLLO CAMALEÓNICO
Matillas, en la actual provincia de Guadalajara, un pueblo de tantos. De esos que apenas son nombrados y yacen al sol sobre la piel de toro. De esos que pasan su cierzo y viven pardos en los fondos de Castilla. Es el tórrido verano de 1836, agosto para más señas. En aquel entonces, un criollo que respondía al nombre de Narciso López de Uriola presta sus servicios en el ejército que dice defender los derechos que asisten a la niña Isabel II para ser, cuando crezca, reina de España según los deseos de su papá -y las intrigas de su madre casquivana.
Narciso López de Uriola había servido al padre de la niña, S. M. Fernando VII, combatiendo años atrás contra los separatistas americanos. Pero, tras la pérdida de su Venezuela natal, Narciso viene a la península con el general Morales, haciendo escala en Cuba, y se afinca hacia el año 1827 en España.
Al estallar la primera guerra carlista, Narciso tomó la lanza por el partido cristino. Y al decir de sus contemporáneos no era en modo alguno malo con ella, sino que estaba reputado como un bravo lancero y un centauro excelente. Lo que se le reprochaba era esa sangre fogosa que lo hacía precipitado y, por lo tanto, muy poco apto para acaudillar hombres. Sin embargo, pese a esa mala fama Narciso López alcanzó, por sus méritos en combate, el grado de brigadier. Y ganoso de trofeos marcha brioso a la caza del General Gómez, el andaluz que con castellanos, vascos y navarros carlistas, saliendo de Amurrio, habíase internado en territorio gubernamental cipayo con grave riesgo de la testa de la Reina Gobernadora y sus adláteres liberal-masones que vendían España, palmo a palmo, a la Inglaterra.
Narciso López marcha contra Gómez, a la cabeza de unidades de la Guardia Real y con artillería, incluso trae una banda de música. Cuando Gómez se entera por su confidentes de lo que trae López, el general carlista se frota las manos: será una tajada digna de las bayonetas de sus bravos mesnaderos y, además, es necesario para la expedición acrecentar el parque artillero. Digamos además que con Narciso López venían no pocos criollos exaltados; esto es: en las filas de López, el mismo López también, había fuerte presencia de militares ansiosos de medrar en el escalafón militar, y por eso mismo afiliados a la masonería y a la comunería. Y así se desprende si consideramos el testimonio de un testigo ocular que lo dejó por escrito, afirmando que esos criollos isabelinos ostentaban una cinta en sus solapas. En dicha banda podía leerse: "Juré mi suerte a Isabel II. Constitución o muerte".
La disposición de la defensa que hizo Narciso López fue torpe: un error táctico que resultó fatal. La aguerrida infantería carlista, al mando de Fulgosio, pasó a la bayoneta a los sirvientes de la artillería cristina. Mientras que la artillería era silenciada, la caballería del heroico Villalobos, poco después derribado en Córdoba de un cobarde tiro en la frente, desbarata a lanza y sable el repliegue de la columna de López. Todas las fuerzas de López que se libran de la muerte caen en poder de los carlistas. El campo queda cubierto de cadáveres liberales. De los que escapan a la muerte, fueron capturados por los carlistas de Gómez 1.200 hombres. Entre los presos figuraba el mismo López y 37 oficiales de distinta graduación. La artillería que traían los cristinos se la apropian como botín de guerra los carlistas. Son hechos prisioneros también los capellanes, los cirujanos y hasta la banda de música. Un testigo presencial que luego escribió sobre este episodio cuenta que aquellos bravucones exaltados, los liberales juramentados de aquella cinta, al caer prisioneros de los carlistas se apresuraron a desprenderse de las cintas: las rompían y hasta uno que otro se la tragó, anticipándose a lo que algún carlista hubiera estado dispuesto a ordenarle en viéndola.
Pero en este descalabro Narciso López no tuvo que lamentar nada más que la vergüenza de la derrota y el cautiverio. Gómez quiso desembarazarse pronto de la gruesa presa y depositó a los prisioneros en Cantavieja, donde poco después serían rescatados por D. Evaristo San Miguel.
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Retrato del mismo, daguerrotipo de 1849 cuando residía en Nueva York
En 1840 Narciso López regresa con Valdés a América, desembarcando en Cuba. Su protector Valdés le aseguró una destacada posición con mando en plaza, su matrimonio con una aristócrata insular convierte a Narciso en uno de los más prepotentes oligarcas de la isla de Cuba. Pero tras la caída en desgracia de Valdés a Narciso le fueron arrebatados los cargos y muchas de las prebendas. Leopoldo O'Donnell se encargó de ello. A Narciso López aquella destitución, propia de las mudanzas de la política, no le hizo ninguna gracia. Y del soldado realista que combatió a los separatistas de la primera hora bajo las banderas de Fernando VII surgió el traidor. Y del soldado isabelino que se ufanaba de poner su honor en la victoria de Isabel y el constitucionalismo gaditano surgió el traidor. Y del criollo, patriota mientras mangonea, al criollo resentido, cuando se ve desprovisto de sus prerrogativas, Narciso López se transmutó en un conspirador declarado contra España.
En 1848 se ve obligado a huir a Estados Unidos de Norteamérica, tras una fracasada intentona separatista contra España que es sofocada a tiempo. Se acoge Narciso López a la protección del estado de Misisipi. En el exilio gringo, Narciso López figurará como uno de los líderes más activistas de la causa antiespañola, será uno de los más conspicuos separatistas cubanos y abogará por la integración de Cuba en la federación de estados de los EE.UU.
Cabildeando en las logias norteamericanas y arrastrándose por los despachos gubernamentales de los USA, el oligarca y traidor Narciso López de Uriola, tornado ahora en lacayo de Yanquilandia, logra convencer a ciertos grupos de poder gringos para que auspicien una invasión de Cuba. El propósito no es otro que el de declarar la independencia de la misma, lograr la secesión de Cuba, enajenándola de España, y servir la isla en bandeja a los codiciosos especuladores protestantes de EE.UU.
Allá por 1849 Narciso López y otro facineroso diseñaron, inspirándose en la bandera de Texas, la que sería posteriormente la bandera de Cuba; en la que, amén del triángulo de impronta masonizante, cargaron el campo del triángulo con una estrella (alegoría de un nuevo estado que, gracias a su traición, les nacería a los EE.UU.) Y esa bandera es la actual bandera de Cuba: la misma que nació de la mano de esclavistas y oligarcas desagradecidos que traicionaron a España para servir como layacos a los EE.UU.; esa es la misma bandera que honran los orgullosos "comunistas" de Fidel y Raúl Castro. Y, como una maldición diferida, esa "estrella" (estrella de cinco puntas, tan del gusto de la francmasonería, repetimos) aguarda su hora para resplandecer en el firmamento tenebroso de la bandera de barras y estrellas norteamericana... Tiempo al tiempo.
La empresa de López consistente en la invasión de Cuba no tuvo éxito. Fue capturado con sus tropas mercenarias. Narciso López, en manos de los españoles, recordó aquella vez en que un cachazudo general carlista, D. Miguel Gómez, lo hiciera prisionero en Matilla de Henares. "Señor Criollo, repórtese vmd., que aquí somos cristianos y hay cuartel a los presos en buena lid" -le dijera Gómez. Y, en efecto, D. Miguel lo trató con cierta cortesía caballeresca, por muy contrarias que fuesen las ideas políticas. Pero en esta ocasión, López se vio caer en manos de sus antiguos conmilitones; y, lo sabía, las autoridades isabelinas no serían tan compasivas con él como lo fueron otrora las carlistas.
El 1º de septiembre de 1851 el masón y traidor Narciso López de Uriola sintió por unos momentos el extraño tacto, frío y metálico, de una argolla que le ceñía el cuello. Un oficial pregonaba la sentencia a muerte del reo. Sudaba Narciso López de Uriola, le temblaban las piernas sentado en el patíbulo.
El verdugo apretó el tornillo. Aquel oligarca, masón y fanfarrón, fue agarrotado sin piedad por otros masones que, lo diremos, no resultaban menos fanfarrones que él. La diferencia entre los que lo mandaban agarrotar y el agarrotado consistía fundamentalmente en que Narciso López había declarado su traición con antelación a la que cometerían, en caso de mermar sus privilegios, los mismos que ahora le daban muerte a Narciso López. Pues un liberal, cualquier liberal, se llama patriota mientras le conviene, pero cuando deja de convenirle, presto comete traición contra España a la menor ocasión.
El rígido collar rompió el cuello de Narciso López de Uriola... El crujido, sin duda, lo remontó a los campos de Castilla donde él era tan ducho en partir lanzas atravesando el cuerpo de los carlistas.
Aquel cuello crujió como el asta de una lanza.
Publicado por Maestro Gelimer en 00:37 0 comentarios
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Ordóñez
Josean, me parece a mí que desbarras bastante. Si Irmão no es hispanista pues será que yo no quiero serlo.
Su hispanismo es nacionalismo portugues ampliado.
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Irmão aporta datos objetivos históricos.
Falso, aporta su interpretacion desvariada. Llamar a Pedro de Braganza extranjero en Portugal no tiene validez ni historica ni canonica.
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Irmão de Cá
No somos la misma nación, Ud. se equivoca una vez más. Somos la misma raza, en el más positivo sentido de la palabra. Ud. es para mí un extranjero de mí raza hispánica.
Para mi si, y lo de raza en este contexto es nacion, pues no es fenotipo. Por lo tanto una nueva contradiccion incoherente de tu parte. A ver si prestas atencion a la logica de lo que escribes.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
Tienes razón, D. Pedro no fue un extranjero. Pero no lo fue porque fue algo mucho peor que eso. Fue un portugués traidor que invadió su patria con potencias extranjeras en contra de la legitimidad y dejando tiranía y deuda.
En la otra apreciación en absoluto te doy la razón.
Por lo demás, creo que sería conveniente que todos volviéramos al hilo.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Josean Figueroa
Falso, aporta su interpretacion desvariada. Llamar a Pedro de Braganza extranjero en Portugal no tiene validez ni historica ni canonica.
No me venga Ud. enseñarme sobre lo que no sabe:
"[Os fundamentos da Legitimidade do Rei D. Miguel I, segundo a Constituição Histórica da Monarquia Portuguesa]
D. Miguel entrou em seus direitos á Coroa de Portugal pelas Leis fundamentaes da Monarquia Portugueza, assim que D. Pedro, apoderando-se do Brazil, o constituiu em Império independente, de todo separado de Portugal; o que elle fez pela força das armas, e depois por hum Tratado solemne com seu Pai, concluído debaixo da mediação da Inglaterra. Por hum tal acto, perdeo D. Pedro seus direitos á Coroa de Portugal, quer pelas Leis fundamentais deste Reino, quer pelas da nova Constituição do Brazil, que elle jurou observar.
Elle os perdeu pelas Leis fundamentais de Portugal, porque as Leis primordiaes de Lamego, constantemente observadas desde seu estabelecimento até aos reinados da Rainha D. Maria I, e de seu filho, ElRei D. João VI, que as declarou em vigor, pelo Alvará de 4 de Junho de 1824, excluirão do Throno todo o Príncipe estrangeiro, por nascimento ou por opção, e que não pode residir no Reino. Estas mesmas disposições forão confirmadas pelos actos das Cortes de 1641, e pela Carta-Patente de 12 de Setembro de 1642, em que estão inseridos os capítulos destas mesmas Cortes, com a approvação do Rei; documentos que constituem os direitos de Soberania da Augusta Casa de Bragança, e a ordem de sucessão á Coroa de Portugal."
Ud. sabrá mucho sobre Puerto Rico y sobre España. Sobre Portugal aprenda Ud. todavía un tanto antes que venga dar lecciones a los otros.:no1:
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Iniciado por
Ordóñez
Por lo demás, creo que sería conveniente que todos volviéramos al hilo.
Vale Ordóñez, no voy a desvirtuar más el hilo, tienes toda la razón. Siempre me prometo no contestar a tonterías pero acabo no resistiendo a hacerlo.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
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Iniciado por
Ordóñez
Por lo demás, creo que sería conveniente que todos volviéramos al hilo.
Bueno, considerando el tema del hilo, esta claro que una acusacion de extranjeria a un peninsular emigrado a america atenta contra el concepto en si, pues el mismo titulo indica que se trata de una sola nacion a ambos lados del Atlantico.
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Respuesta: Carta a los Españoles Americanos
El Otro Ecuador – El que te lo han ocultado…
Imperialismo anglosajón, logias masónicas y la “independencia” de Hispanoamérica. Historia (L) y Cuando los ecuatorianos pensaban (XVI)
A pocas horas de conmemorarse el 188° aniversario de la batalla de Pichincha (24 de Mayo de 1822) que selló nuestra denominada y supuesta “libertad” y hoy cuando toda la burguesía “latinoamericana” celebra con júbilo 200 años de servilismo y dependencia en medio del tan cacareado bicentenario, al parecer ansiando otros tantos años de dominación global por parte de sus amos en Inglaterra y los Estados Unidos; presentamos a continuación un esclarecedor, impactante y sobre todo valiente texto, sobre el verdadero proceso histórico de la gran farsa llamada “independencia”:
Imperialismo anglosajón, logias masónicas
y la“independencia” de Hispanoamérica *
Por Armando Aristizábal**
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“El objetivo de Inglaterra y de todas las logias masónicas en América era lograr la independencia, luego de destruir el poderoso andamiaje político-militar montado por España“.
“dividir y fraccionar territorios emancipados para poderlos dominar mejor”
“A Inglaterra y su mercado mundial les interesaba enfrentarse con pequeñas repúblicas, susceptibles de ser manejadas fácilmente a su arbitrio…”
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En todas las épocas, y en el mundo entero, las sociedades secretas se han constituido como fuente dinámica en el proceso de transformación social y política, y se han comportado como fundamental estímulo en los procesos revolucionarios.
Con los acontecimientos de Chuquisaca y Quito en 1809 se inició el proceso de la independencia de la América española. Desde entonces el impulso emancipador lo dieron los comerciantes, cuyo mayor interés los vinculaba hacia nexos económicos con Inglaterra; y los intelectuales, que nutrieron sus ideales y amasaron sus esperanzas en el iluminismo francés y la filosofía de la Revolución de 1789, con su tríptico eterno: Libertad, Igualdad, Confraternidad.
(…)
La principal organización secreta que intervino en el proceso libertario a partir de 1809 fue la masonería, cuya directriz provenía de Inglaterra, con logias fraternas en toda Europa y en América. Tuvo cierto grado de afinidad con el liberalismo político y económico, en cuanto a su pertinaz lucha contra el absolutismo, que era la expresión autocrática impuesta en nombre de Dios: la teocracia.
Inglaterra era un país desarrollado en permanente expansión de mercados, con la flota naval más grande del mundo. Se hallaba al acecho de las colonias españolas que, una vez libres con un poco de su ayuda, podían convertirse en consumidores de sus productos, amén de ser un inmenso recurso de materias primas. El objetivo de Inglaterra y de todas las logias masónicas en América era lograr la independencia, luego de destruir el poderoso andamiaje político-militar montado por España.
http://www.simon-bolivar.org/Princip...es/sbss112.jpg
El capitalismo mundial, como en este caso lo demostró Inglaterra, jamás entrega una ayuda desinteresada. Siempre procede primero a hacer cálculos para dar “generosamente” el paso siguiente. “Inglaterra se había propuesto convertirse en sucesora de España a la hora de la independencia de sus colonias, y no se regateó esfuerzos para acelerar el momento. A lo largo de todo el siglo XVII desplegó una paciente labor de zapa para producir sus mercaderías y extender su influencia en el área latinoamericana. Unas veces lo hizo legalmente a través de puertos españoles, y otras de forma ilegal apelando al contrabando, o bien mediante el establecimiento de puertos francos en las islas que tenía bajo su dominio”.
Inglaterra, en la lucha de expansión económica con España, llevó las de ganar, principalmente por la fuerza poderosa de su marina mercante. Por algo Inglaterra mereció el nombre de “La Señora de los Mares”, o la frase no tan cierta, pero que explicaba ese poderío naval inglés: “Nadie puede disparar un cañón en alta mar sin pedir permiso a Inglaterra”. Poderío naval múltiple: mercante y militar.
http://elotroecuador.files.wordpress...pg?w=204&h=300Simón Bolívar en galas masónicas
“Fue en Cádiz donde se fundaron las primeras logias y sociedades secretas de influencia masónica con vistas a la independencia de América. Allí estaba el futuro general San Martín y otros partidarios criollos durante la guerra de la Independencia contra Napoleón. La más famosa de estas logias fue la de los Caballeros Racionales, con sede en Cádiz y Londres. En la sede inglesa el gran maestre de la logia era el venezolano Francisco de Miranda, que tanta influencia ejercería sobre Simón Bolívar. Es más, por la logia de los Caballeros Racionales pasaron casi todos los hombres que iban a jugar un papel preponderante en la emancipación de la América española: San Martín, Bolívar, O`Higgings, Alvear, Zapiola, etc.”
“Para juzgar la importancia que las logias tuvieron en el proceso independentista, veamos a título de ejemplo un aspecto concreto. En el Río de la Plata actuó la logia Lautaro, de la que San Martín y Alvear eran cabezas visibles. Su influencia en los asuntos políticos era tal, que llegó a convertirse en gobierno paralelo…” San Martín, Alvear, O`Higgins, principalmente, fundaron la Logia Lautaro que impulsó la convocatoria de la Asamblea Constituyente en el Virreinato del Río de la Plata que, si no declaró la independencia entonces, puso sólidas bases de republicanismo, aparte de dictar la abolición de la esclavitud, libertad de prensa y la extinción de la Inquisición, verdaderas instituciones de corte colonialista. La independencia se declaró el 9 de julio de 1816, en gran medida por el impulso dado por la poderosa Logia Lautaro.
“Otro tanto ocurrió en el Perú, donde las logias prepararon el desembarco de la expedición de San Martín. Sin embargo, también fueron las logias, en este caso las fieles a Inglaterra, las que trataron de dividir a los patriotas, ya que desconfiaban de las intenciones del Libertador de Argentina, poco adicto a su política de dividir y fraccionar los territorios emancipados para poderlos dominar mejor.”
Tenemos ya una idea clara de la formidable participación del movimiento europeo masónico, especialmente el inglés, en el proceso emancipador de América; y la última cita constituye la partida para sospechar que la muerte de Antonio José de Sucre habría sido planificada en el misterioso silencio de una poderosa logia, a partir de “dividir y fraccionar territorios emancipados para poderlos dominar mejor”. Sucre estaría en la mira del movimiento masónico por su irreductible empeño de mantener la unidad grancolombiana. El pensamiento de Bolívar, en la materia, era el pensamiento de Sucre. Si fatalmente Páez cercenó Venezuela, Sucre venía convencido, y lo habría logrado, de mantener la unidad entre Colombia y Ecuador, aspecto reñido con los propósitos ingleses, y secundados por sus logias, de crear repúblicas minúsculas para campear a su antojo. Fue en este ambiente esotérico, producto del hermetismo en el que actúan logias masónicas, que se desarrolló el proceso de conclusión colonial; dése por cierto, también, que en este contexto se realizaría la célebre entrevista de Guayaquil, entre dos hermanos, Bolívar y San Martín.
“Igual que se puede decir del asesinato de Mariscal Sucre en la encrucijada de Berruecos. Aunque no existen pruebas, todos los indicios señalan el ajuste de cuentas entre logias masónicas rivales.
“El mismo Bolívar, afiliado a la logia londinense junto a su lugarteniente Santander, terminaría siendo puesto en la picota por los masones probritánicos, quienes le acusaron de abrigar ambiciones absolutistas y se opusieron a sus ideales de unidad latinoamericana.
“Por eso no resulta ilógico suponer que a la sombra de este pulpo de sociedades secretas y logias, el imperialismo británico jugaba su baza de sustituir a España en el continente americano. Así, todos los partidarios de la unión o confederación de las colonias en un Estado orgánico fueron asesinados o desacreditados para que no pudieran cumplir su cometido. Para establecer su hegemonía económica, Inglaterra propiciaba la formación de pequeñas repúblicas independientes, antagónicas unas de otras, para mejor ejercer su papel de árbitro y monopolizador comercial. Y en la cuenta de las logias probritánicas hay que apuntar la muerte de Sucre, la conspiración de Santander para deshacer la Gran Colombia, el intento de asesinato de Bolívar y otros sucesos similares contribuyeron al fraccionamiento del gran imperio colonial español en una multiplicidad de naciones tuteladas por el imperialismo anglosajón”.
Si aplicamos el razonamiento anterior, y la lógica masónica de dividir para debilitar, concluiríamos con que la Batalla de Tarqui fue resultado de la obra masónica, en su silenciosa pero efectiva labor de lanzar hermanos contra hermanos, mientras nosotros seguimos discutiendo el eterno problema limítrofe…
A Inglaterra y su mercado mundial les interesaba enfrentarse con pequeñas repúblicas, susceptibles de ser manejadas fácilmente a su arbitrio…
Sucre fue víctima de varios atentados contra su vida; uno de ellos perpetrado por Mattos. Pues se asegura que éste era un mercenario que servía a órdenes de una de las muchas sociedades secretas de la masonería. Pese a las reiteradas acusaciones de que Mattos obraba por dinero, bajo ese poder secreto, nunca se logró establecer la relación. En esa oportunidad Sucre salvó su vida, pero no logró salvarla en Berruecos.
http://www.simon-bolivar.org/Princip...es/sbss101.jpg
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Notas:
*El presente texto es un extracto de un subcapítulo llamado “LOGIAS MASÓNICAS” del capítulo “Posibles causas de la muerte de Sucre” en el libro “Juan José Flores en Berruecos, Síntesis de una Infamia” de Armando Aristizábal, pp. 293 a 297, ediciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1995. El entrecomillado son citas que realiza el autor.
** Armando Aristizábal: Notable escritor, investigador e historiador ecuatoriano lamentablemente ya fallecido, sin haber podido concluir su obra cumbre la “Historia de la Corrupción en el Ecuador”.
Esta entrada fue publicada el a las Viernes 21 de Mayo de 2010 y está archivada bajo las categorías Capitalismo, Cosmovisión. y Cuando los ecuatorianos pensaban. Etiquetado: Independencia Americana, independencia de hispanoamérica, Simón Bolívar, Independencia, Simón Bolívar masón, masones independencia de América, causas de la independencia americana, causas de la independencia hispanoamericana, bicentenario de la independencia, Bicentenario en Ecuador, Imperialismo anglosajón, logias masónicas y la "independencia" de Iberoamérica, Imperialismo anglosajón logias masónicas y la "independencia" de Iberoamérica, Armando Aristizábal, imperialismo, José de San Martín, Bernardo O'Higgins, Imperialismo anglosajón logias masónicas y la "independencia" de Hispanoamérica. You can feed this entry. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propio sitio.
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